EDUCAR EN POSITIVO Maruja Rosso Älvarez. Bogotá, Colombia. [email protected] Reciban mi saludo fraternal en este inmejorable escenario de encuentro académico, cultural y de integración pedagógica sobre investigación-innovación de colectivos escolares y redes de maestros. He titulado esta breve ponencia: Educar en Positivo, porque es la actitud con la cual he venido trabajando en el CED Rural Horizontes, como docente del área de Idiomas e igualmente como formadora de formadores (maestros) en los programas de autoformación de Educación a Distancia de la Universidad Francisco de Paula Santander en la ciudad de Bogotá y pueblos circunvecinos del Dpto. de Cundinamarca. ¿Por qué educar en positivo? Como decía la escritora Adela Cortina en la obra “Los ciudadanos como protagonistas “, Estamos iniciando una nueva etapa pedagógica. Para educar con eficacia es necesario formarse. Los valores están relacionados con las grandes convicciones humanas de lo que es bueno, de lo que es mejor y de lo que es óptimo; ellos tienen la facultad, en sí mismos de propiciar alegría, satisfacción y felicidad a quienes lo poseen, y por lo tanto, ellos son fundamentales en la búsqueda de la plena realización humana. Son las actitudes positivas, esas disposiciones permanentes de ánimo para obrar en consonancia con las grandes convicciones de lo que es bueno, mejor y óptimo, las que nos permiten descubrir qué valores posee una persona. Las actitudes son la demostración tangible de los valores. De los problemas no debemos olvidarnos, pero dedicarnos a prever, adelantándonos con acciones positivas para que haya menos problemas, es más rentable. Las conclusiones de un estudio arrojaron estos resultados. Si en una clase los profesores dedican más tiempo a los estudiantes más necesitados, y se actúa menos sobre los mejores, el nivel medio de la clase baja. Si los profesores dedican el mismo tiempo a todos los estudiantes y con la colaboración de los mejores ayudan a los más necesitados, con una actitud positiva se crea una sinergia positiva, que hace que el nivel medio de la clase suba. En este viaje reflexivo de observación, trabajo y de investigación e innovación, nos detenemos en un punto de los cerros nororientales de la ciudad de Bogotá, le damos una mirada al “Horizonte” de nuestra capital Bogotá, no ajena a los problemas de la macrociudad, pero que también aporta una problemática específica donde se focaliza la pobreza producto de familias desplazadas por la violencia, donde el rebusque es la única garantía de la supervivencia; estoy hablando del Centro Educativo Distrital Rural Horizonte; institución que inició sus actividades en 1985 con los primeros cursos de preescolar y básica primaria; progresivamente, fue creciendo estructuralmente y el número de estudiantes se ha venido incrementando, hasta tal punto que en 1998 se creó la Básica Secundaria y hoy es una entidad que posee alrededor de 800 estudiantes distribuidos en dos jornadas: en la mañana preescolar y Básica Primaria y en la tarde la básica secundaria hasta el grado 9º. La comunidad educativa posee problemas socioeconómicos plenamente identificados, zona rural de estrato uno y dos, familias conformadas con madres cabeza de hogar cuya economía doméstica esta basada en el sector informal o economía de bolsillo, originan en el seno de los hogares de nuestros estudiantes microambientes en los cuales no es tarea fácil la convivencia, el cultivo de los valores así como la baja autoestima. Sin embargo, pese a todas estas vicisitudes hemos encontrado una comunidad que desea progresar, que comprende la importancia de la escuela como recinto de esperanza en la obtención de mejores oportunidades de vida para sus hijos. A la escuela se le da el atributo de ser, después de la familia, la institución en la cual el niño se desempeña como ser social e individual, en el cual vivencia los valores influenciando sobre sus familias, su comunidad y desde luego sobre la ciudad. Vemos al joven que ingresa a nuestra institución con un cúmulo de saberes sociales e individuales que ha adquirido al interior de su hogar, y que han hecho de él un ciudadano con unas características particulares, un ser que necesita de la vivencia escolar para construir colectivamente a partir de sus experiencias en las relaciones con otros sujetos distintos a los del núcleo familiar, las categorías de democracia, convivencia, participación y buen trato. ¿QUÉ ESTRATEGIAS HEMOS UTILIZADO? 1. En 1999 rompimos los esquemas de los grupos tradicionales dividiendo los estudiantes según el grado de dificultad en su comportamiento y en los niveles de aprendizaje. Esta estrategia permitió formar grupos más pequeños con los que presentaban mayor problemática y conseguimos mejorar sustancialmente la convivencia y bajar los niveles de agresividad; en la parte académica, no fue tan productiva la aplicación de la estrategia pero nos sirvió, porque a pesar de no continuar en los siguientes años con esta división, nos permitió hacer ajustes metodológicos en las distintas áreas durante estos dos últimos años, donde hemos tenido situaciones de menos violencia y los niveles de mortalidad académica (estudiantes que reprueban el curso) han descendido. 2. Los que entendemos la educación como un proceso permanente que dura tanto como nuestra existencia, como seres inacabados que somos, y que entendemos que educar no es recibir sino hacerse, así como no sólo educa la familia y la escuela, también educa la ciudad, los medios de comunicación; reconocemos en la educación una contribución al desarrollo de la persona y de su grupo social o como decía Kauffman : “La educación contribuye a alcanzar la dignidad humana donde no existe “. Paulo Freire: “Concibe la educación como el llegar a ser críticamente consciente de la realidad personal, de tal forma que se logre actuar eficazmente sobre ella y sobre el mundo.” El sistema educativo está estructuralmente integrado al social pero sin perder su función específica y su relativa autonomía. El estudiante se formará como ser libre, no como esclavo de esquema alguno, ni de ninguna ideología o sistema. La capacidad de criticar y auto-criticarse, la sensibilidad personal y social, la búsqueda y la superación son componentes esenciales del hombre. Con estas concepciones filosóficas hemos optado por la educación liberadora y no domesticadora, formando estudiantes críticos, no acríticos, estamos trabajando en mejorar los espacios de participación de los estudiantes y padres de familia en los estamentos del Gobierno Escolar y de las decisiones escolares. Es así como el Consejo Estudiantil y el Personero han tomado participación activa en la construcción y aplicación del Manual de Convivencia y esperamos abrir aún más los espacios democráticos estudiantiles para que enriquezcan los Consejos Académicos y de Convivencia; éste último con un protagonismo de gran importancia en las decisiones ha contribuido a mejorar el clima organizacional. Nuestro Proyecto Educativo Institucional, P.E.I., es el de “Participación democrática para la convivencia y el desarrollo de actividades sociales productivas". En este sentido entendemos la participación como un cambio de actitudes de los ciudadanos para que la vida sea mejor. La participación no debe darse en el grupito, en el clan, en el círculo cerrado, sino en propiciar el bien común. Todos los actores en forma concertada deben tomar las decisiones. Los que creemos que la educación es un saber común, sabemos que la participación no puede dejar a nadie por fuera. La participación lleva implícito el conflicto. El bienestar general se construye a partir de puntos de vista y de intereses distintos. La participación como construcción de capital social, de acciones productivas. El Consejo Estudiantil viene participando activamente en los Comités de Convivencia, lo que ha permitido no sólo que ellos se reconozcan sino que están facilitando la toma de decisiones acertadas, y lo que es más importante los cambios de actitudes de los estudiantes involucrados en dificultades para la convivencia escolar. Adicionalmente, se ha venido implementando la coevaluación (mecanismo que ha permitido ampliar los espacios de participación) al término de cada período; con esta estrategia todos los estudiantes por cursos revisan con la ayuda de sus compañeros y de los maestros sus fortalezas y debilidades en cada una de las áreas y en su comportamiento con el fin de superar los logros no alcanzados. Hasta el año 2000 los profesores eran quienes tomaban las decisiones sobre convivencia; en cambio, desde 2001, el colectivo de estudiantes, padres de familia y profesores participan en las deliberaciones sobre casos particulares de estudiantes con dificultades de convivencia. Por otra parte, los maestros estamos convencidos de cambiar la relación de autoridad profesor-estudiante para que no sea una relación de autoridad y dominio. Asimismo, cambiar la cultura del grito por el trato proactivo. 3. Otra estrategia que hemos venido aplicando, inicialmente con el apoyo de la Universidad Javeriana es la denominada “ Formas y usos de la televisión en el aula.” A través de ella y junto con la circulación mensual del Periódico Juvenil, hemos mejorado las competencias comunicativas. Sabemos que todo acto educativo es un acto comunicativo. Los jóvenes consumen medios de comunicación de manera intensa y seleccionada y la realidad humana nos muestra múltiples modos de conocer distintos del monopolio lingüístico. Adicionalmente, los docentes nos sensibilizamos en un trabajo “autobiográfico” donde nos permitió recrear con placer y nostalgia, momentos de la infancia y juventud y permitió la autorreflexión, humanización del trabajo, cambio de estrategias en el trabajo pedagógico, y réplica de esta misma actividad con los estudiantes quienes con gran entusiasmo escribieron no sólo sus biografías sino guiones para poner en escena los parlamentos creados por ellos y donde se reconocieron las múltiples inteligencias de los estudiantes de las que nos habla Howard Gardner. Tratar de romper la tradición letrada que la escuela encarna. Reconocemos que existen otros sistemas que interactúan en la construcción del conocimiento y que la escuela no ha reconocido: el movimiento, la música, la imagen, el arte, el video, la T.V. En el Colegio, los estudiantes construyen un currículo con énfasis en actividades artísticas y deportivas, por lo que el movimiento a través de las danzas y la conformación del grupo de porras, así como las actividades deportivas de atletismo y natación, no han sido obstáculo para realizarse, pese a que el establecimiento se encuentra en una zona sin espacios, pero con la ayuda de alianzas estratégicas con otras entidades se han podido conseguir importantes avances y participación, logrando puestos reconocidos en destacadas competencias zonales y distritales. Centramos nuestro trabajo en las competencias comunicativas múltiples y no sólo en las competencias tradicionales (hablar, leer, escuchar y escribir). 4. Como cuarta estrategia hemos venido trabajando en mejorar la actitud y la acción del Buen Trato hacia los estudiantes. Se puede ser exigentes sin acudir al grito. El buen trato, empodera y logra elevar los niveles de autoestima de los estudiantes. Esta es una tarea en la que vengo empeñada en asumir cada vez más con los colegas docentes. He iniciado con el ejemplo como forma silenciosa y lo he continuado con carteles sugestivos sobre el tema. 5. Como quinta estrategia en el área de Inglés he venido implementado desde el año 2001 el Plan Padrino y el Trabajo en Equipo. A través de estas actividades, los estudiantes destacados y con facilidades en la comunicación en inglés, adoptan uno o dos estudiantes con dificultad, escogidos libremente por ellos. Asimismo, a través del trabajo cooperativo en pares o máximo grupo de cuatro estudiantes concursan en las diferentes actividades propuestas en el aula, donde la amenaza se cambia por el estímulo, la actitud positiva se manifiesta continuamente y el entusiasmo por aprender es evidente; los resultados lo corroboran, toda vez que se ha reducido a menos del 10% la pérdida de la asignatura y ha aumentado el gusto y la empatía por el idioma extranjero. El educador deja de ser transmisor y se transforma en motivador, activador de búsqueda, suscitador de discusión y crítica, generador de hipótesis, planteador de problemas y de alternativas frente a un grupo que piensa, crea, transforma, organiza conocimientos en un sistema personal y dinámico que opta y elige autónomamente, como sujeto que es del proceso educativo. El profesor y estudiante no son antagonistas, sino colaboradores. El planteamiento de Goethe: “Hay que tratar a la gente mejor de lo -que es, porque si no, la haremos peor de lo que es“, lo que significa en el contexto educativo que debemos elevar la autoestima de los estudiantes. Si permitimos que el estudiante se valore como persona y como ser dotado de múltiples capacidades, talentos y carismas, seguramente estaremos formando personas, abiertas a la convivencia y a respetar la diferencia por el otro, seres solidarios en el bien con sentido de la responsabilidad que formarán una escuela humanizante, forjadora de ciudadanos comprometidos, buscadores de la felicidad. Lo importante en el educador no es tanto saber como ser, compartir, comprender; no es tanto poseer un cúmulo de conocimientos y técnicas docentes, sino más bien un conjunto de actitudes, las más importantes son las de búsqueda de cambio, de crítica, de renovación y de libertad intelectual. Debe tener una profunda sensibilidad humana y social, una sólida formación filosófica, antropológica, sociológica y política. Entre los psicólogos modernos Carl Roger es el que más influencia ha tenido entre los educadores. Considera unas relaciones llenas de calor y carentes de amenazas y desafíos. La realización de sus capacidades se logra mediante la experiencia vivida dentro de un ambiente de libertad, responsabilidad y participación. La educación es más una cuestión de ambiente y de actitudes que de técnicas. La actitud fundamental del profesor es la aceptación positiva del estudiante, incondicional y auténtica, que se logra a través de la comprensión empática o sea la capacidad de estar en el puesto del estudiante. Buscar su desarrollo autónomo mediante estructuras ajenas a la amenaza y al poder. Esta concepción educativa es la que he venido tratando de motivar en la institución.