Es una infección causada por el Virus del Herpes Simple Tipo 1 (HSV-1) y el Virus del Herpes Simple Tipo 2 (HSV-2). Aproximadamente el 25 % de los adultos americanos tienen el HSV 2. Ambos tipos de Herpes pueden ser transmitidos durante las relaciones sexuales, sin embargo, el que afecta esencialmente los genitales y la parte inferior del cuerpo es el HSV-2. En el caso de las mujeres afecta: • Vagina • Vulva • Cerviz • Nalgas • Ano • Muslos En los hombres: • Pene • Nalgas • Ano • Muslos Transmisión: • A través de besos, contacto físico y coito sexual (vaginal, anal, u oral) con un compañero(a) contagiado(a) aunque sus lesiones o úlceras no sean visibles. • Lo único que se necesita para infectarse del virus es un breve contacto piel con piel. • Puede ser transmitido de madre al hijo durante la labor de parto. Síntomas: • La mayoría de las personas con herpes genital no tiene síntomas o son síntomas muy leves que pueden pasar desapercibidos o no reconocidos como una señal de infección. • El síntoma más común es un brote o úlceras- usualmente en la vagina, vulva, cerviz, pene, nalgas y ano. • Síntomas pueden durar varias semanas y luego desaparecer. Pueden volver en semanas, meses o años. • El primer episodio de los síntomas de un herpes genital se llama “herpes inicial”. Los síntomas de este primer episodio son usualmente más severos que episodios posteriores. Los síntomas incluyen: • Úlceras o llagas. • Sensación de ardor si la orina entra en contacto con las úlceras. • Inhabilidad para orinar si la inflamación de las úlceras bloquean la uretra. • Picazón. • Llagas abiertas. • Dolor en área infectada. Los episodios iniciales severos pueden incluir: • Inflamación de las glándulas linfáticas en la entre pierna, garganta y axilas. • Fiebre. • Escalofríos. • Dolores de cabeza. • Síntomas como de resfriado (malestar general, inapetencia, dolores musculares, fatiga). Tratamiento: • No existe cura para el Herpes, sin embargo los episodios disminuyen en intensidad y frecuencia al pasar de los años. • Existen medicamentos para reducir la frecuencia y duración de los episodios. • Una buena dieta, suficiente descanso y sueño, así como un manejo efectivo del estrés puede prevenir la aparición de episodios.