y ligeros de las provincias meridionales de E s p a ñ a , y se cultiva en A l m a s e r a , A l b o r a y a y otros pueblos del reino de V a l e n c i a . S e multiplica m u y fácilmente por medio de los tubérculos que echa eri las raizes, los que se plantan á últimos de J u n i o y á principios de J u l i o . Se destinan para su cultivo los terrenos ligeros y areniscos que han producido anteriormente trigo ó c e b a d a , ó cualquiera otra c o secha: se labran con dos ó tres rejas de a r a d o , se benefician con bastante estiércol, y d e s p u e s s e desmenuza enteramente la tierra, se iguala y allana su superficie, y se distribuye en eras proporcionadas* haciendo las regueras correspondientes para poder regar las plantas. Muchos acostumbran dar un riego al terreno antes de hacer el p l a n tío de los tubérculos, á fin de que hallándose la tierra con buena sazón puedan nacer con mas f a c i l i d a d , sin dar lugar á que se forme costra en la superficie; pero la práctica mas general es la de p l a n tarlos en s e c o , y regarlos inmediatamente después. Este último m é todo conviene en las tierras ligeras, y el primero en las mas fuertes y compactas. Háceseeste plantío por g o l p e s , es d e c i r , que el labrador da una azadonada en la tierra, y en el hueco que deja la pala del azadón echa diez ó doce tubérculos., que es lo q u e llaman chufas, que se cubren inmediatamente con una capa de dos ó tres d e dos de la misma tierra; los golpes se dejan á la distancia de un pie unos de otros. A los cuatro ó seis dias después de hecho el plantío se manifiestan los tiernos brotes, y entonces se da un abundante riego á todo el terreno, con c u y o auxilio las plantas se crian m u y frondosas, y crecen rápidamente. Su cultivo es sumamente fácil, y queda reducido á repetir los riegos de pie cuando lo necesiten las plantas, á dar algunas labores de azadilla, y á tener limpio el terreno de toda broza y malas yerbas. P o r Setiembre principian á manifestarse las espiguillas de flores, las que conviene cortar antes de que cuajen sus simientes, á fin de que de este m o d o se hagan m a y o r e s sus tubérculos. Estos se h a llan bien sazonados, y en estado de poderse arrancar por Octubre, y se hace del modo siguiente: se forma primero un n u d o con los tallos y hojas de las plantas de cada g o l p e , se socavan después, dando cuatro golpes con el azadón al r e d e d o r ; y moviendo la tierra» y tirando por el n u d o , se arrancan las raizes ó tubérculos. S e paranse estos de las raizes sacudiendo los manojos contra un cañizo; luego los limpian poniéndolos en un amero ó z a r a n d a , y m e n e á n dolos se cae la tierra p o r los agujeros. L o s lavan después en agua clara, en seguida los estienden para que se enjuguen, y cuando estan secos los guardan: por la desecación pierden la tercera parte de su peso. L o s tubérculos que se dejan para plantar al año siguiente se pueden conservar en buen estado sin necesidad de lavarlos, p o n i é n dolos á enjugar al sol por unos dias luego q u e se sacan de la tierra