Tema: Los Conflictos étnicos en el continente americano. Título: Conflictos étnicos en Chiapas, México Autor: Natasha Díaz-Arguelles Introducción La historia de la discriminación étnica en México está sustentada sobre el proceso de dominación colonial de la corona española. Este acontecimiento, violento, sin lugar a dudas, dejó sus huellas profundas en el tejido social mexicano. Debemos recordar que desde la conquista española hasta el presente, la tierra ha sido el tema de mayor conflicto en la sociedad chiapaneca1. Pero, el valor atribuido a la tierra difiere considerablemente dependiendo del grupo social del que se trate. Para los colonizadores españoles, la tierra y sus habitantes significaron, en gran medida, un recurso económico, un potencial de explotación y de ganancia. Para los indígenas chiapanecos, en cambio, la tierra ha tenido un profundo significado cultural, pues además de su valor económico intrínseco, posee una valoración simbólica y religiosa: la tierra es un ser vivo, es la madre que alimenta a sus hijos, es una divinidad mitológica, y es por lo mismo un fundamento de la identidad del indígena. 1 Chiapas la mayoría de la población es rural y practica un tipo de agricultura de baja productividad que la mantiene sumida en la pobreza. Sus problemas agrarios son graves y se carece de políticas de gobierno efectivas para superar la crisis. Al respecto, véase Villafuerte et al (1999). Características generales de los indígenas en México Los pueblos indígenas de México están integrados por ciudadanos mexicanos que se asumen étnicamente como indígenas y son considerados como tales por otros indígenas. En el segundo artículo de su Constitución Política, México se define a sí mismo como una nación pluricultural, en reconocimiento a los diversos pueblos indígenas que habitan en su territorio. La Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) considera que la población indígena mexicana es de unos doce millones de personas, que corresponden aproximadamente al 11% de la población en México.2 En contraste con otros países de América Latina, donde los pueblos indígenas corresponden en su mayoría a un solo grupo lingüístico, cuyo idioma ha sido elevado a la categoría de co oficial en compañía del español, en México existen alrededor de 62 pueblos indígenas que hablan entre sesenta y dos y más de una centena de lenguas diferentes . En México, la población indígena está distribuida por toda la nación pero se concentra especialmente en la sierra Madre del Sur, la Península de Yucatán y en las zonas más remotas y de difícil acceso, tales como la Sierra Madre Oriental, la Sierra Madre Occidental y áreas vecinas a éstas, no es numerosa la población indígena en México debido al mestizaje, pero la presencia de los nativos mexicanos dentro de la identidad nacional está muy presente por el alto desarrollo de las culturas mesoamericanas; al igual que sucede en el Perú, Bolivia y Guatemala, la población mestiza y blanca de México se ve fuertemente influenciada e identificada por el indigenismo a diferencia de otras naciones americanas. El estado con mayor población indígena es Oaxaca aunque mucho de él ha emigrado y el que tiene mayor población indígena viviendo en su propio territorio es Yucatán. Grupos étnicos como los zapotecos, mayas, nahuas, purépechas, mixtecos, yaquis, kikapúes y otomíes han logrado mejorar sus 2 FUENTE: Secretaría de Desarrollo Social del Estado de Chiapas, 2005 condiciones de vida y se han adaptado fácilmente a la cultura del comercio y la globalización; a pesar los esfuerzos realizados por diferentes organismos gubernamentales y no-gubernamentales en pro del reconocimiento legal de la cultura y de la calidad de vida de los pueblos originarios de México, existe aún en otros grupos indígenas, un alto grado de marginación, discriminación, desnutrición y pobreza extrema que los está llevando a la extinción de su cultura. Debido a la gran diversidad de etnias y problemas existentes en México, hemos decidido en este trabajo, realizar un breve análisis de los conflictos étnicos en el estado Chiapas, específicamente el relacionado con el conflicto agrario de los mayas ch´oles en la Sierra Norte de Chiapas. CARACTERISTICAS GENERALES DE CHIAPAS Chiapas es uno de los 31 estados que, junto con el Distrito Federal, conforman las 32 entidades federativas de México. Perteneció al Reino de Guatemala durante la dominación española. Localizado en el sureste de México, se convirtió en el 19° estado de México el 14 de septiembre de 1824 tras la realización de un plebiscito popular, pues durante la etapa colonial estaba integrado en la Capitanía General de Guatemala. Tiene 118 municipios. Según el censo del INEGI de 2005, Chiapas cuenta con 4.293.459 habitantes, ocupando el séptimo lugar de las entidades estatales más pobladas del país. Como otros estados del sureste mexicano, tiene una composición pluriétnica y pluricultural, 957.255 personas pertenecen a un pueblo indígena en Chiapas. El 81,5% de la población indígena se concentra en tres regiones: los Altos, el Norte y la Selva. Los grupos indígenas predominantes son: Tzeltal – 37,9% de la población indígena total, Tzotzil – 33,5%, Chol – 16,9%, Zoque – 4,6%, Tojolabal – 4,5% Los grupos Mame, Chuj, Kanjobal, Jacalteco, Lacandón, Kakchikel, Mochó (Motozintleco), Quiché e Ixil forman los otros restantes 2,7% de la población indígena del estado. 3 De acuerdo con sus lenguas propias, en Chiapas habitan diversas etnias, provenientes de dos grandes ramas lingüísticas, la mayense y la mijesoquenas. Las lenguas de origen maya habladas en Chiapas son: chol, tojolabal, tzeltal, tzotzil, mam y lacandón, emparentada con lenguas mayenses de la península de Yucatán y Centroamérica. La lengua de origen mixezoqueano llamada zoque está emparentada con las lenguas mixe y popoluca de Oaxaca y Veracruz, y es reconocida como heredera directa de la lengua que hablaban los pueblos que crearon el estilo artístico olmeca, una de las primeras culturas del continente americano.4 CONFLICTO AGRARIO EN CHIAPAS Desde la conquista de los españoles, los indígenas han sido desplazados de sus lugares de origen. Este hecho convirtió la tierra en uno de los principales factores de conflictividad social, que se ha profundizado con el tiempo. La búsqueda de tierras generó sobre todo a partir de los 50’s, un complejo proceso de migración hacia la Selva Lacandona. En los años 70, el gobierno estatal decidió otorgar a unas pocas familias de la etnia lacandona más de 600 mil hectáreas de la Selva sin haber satisfecho las necesidades de la restante y creciente población indígena y campesina. Actualmente, uno de los problemas al que se siguen enfrentando las poblaciones indígenas, está relacionado con los conflictos en las regiones étnicas, vinculados a la desigualdad en la distribución de la tierra, la amenaza de territorios indígenas, la explotación de sus bosques y selvas, viéndose 3 4 FUENTE: Secretaría de Desarrollo Social del Estado de Chiapas, 2005 Pueblos indígenas migrantes wwwarnur.org/biblioteca (consultado 6 de octubre de 2010) amenazados sus usos y costumbres. Esto obviamente, pone en riesgo el desarrollo e inclusive la existencia de estos grupos indígenas. Otro factor que atenta contra las diversas etnias, es el relacionado con el incremento de la población indígena. Ante el crecimiento demográfico indígena y el minúsculo territorio de origen, se ha propiciado una tendencia a la expansión territorial de las etnias; para dar paso a intensos procesos de colonización, tanto en áreas de reserva natural como en terrenos federales. Muestra de esta lucha por el territorio ha sido la expansión geográfica que la población indígena ha escenificado en el territorio chiapaneco. Puede afirmarse, en términos generales, que esta migración ha sido de tipo rural-rural, con fuerte predominio a establecerse de manera colectiva, mediante acuerdos entre determinados números de familias, en su mayoría con relación consanguínea, y en otros casos, los menos, se adquieren pequeños predios privados, por la vía de la cooperación colectiva, y de acuerdo con la cuota sufragada se fracciona el predio. Como se puede apreciar, existen una multitud de conflictos étnicos en Chiapas, la mayor parte relacionados con la tierra, por ese motivo, hemos decidido referirnos sólo al relacionado con los mayas ch´oles de la Sierra Norte de Chiapas. En una investigación realizada por José Alejo García5 sobre esta etnia, éste muestra cómo la identidad de la persona, del winik, y de la comunidad étnica, se encuentran íntimamente ligadas a la tierra. Los ch’oles se piensan a sí mismos como los originarios, legítimos. Hay un sentido profundo del ser indígena de acuerdo al cual los orígenes ancestrales del grupo se encuentran enraizados en un lugar determinado. Del mismo modo, para el maya en general, el otro, es el kaxlan, es todo aquello proveniente de Occidente. 5 García, José Alejo” Identidad étnica y conflicto agrario en Chiapas ”www.scielo.org.mx/no23 Winik es un concepto maya vinculado a la vida en el campo, al trabajo agrícola, a una forma de vida campesina, y a un pensamiento ético y moral. Es el hombre originario de la tierra, el labrador que gracias a su conocimiento y trabajo agrícola es capaz de mantenerse a sí mismo y a su familia. Es el verdadero “trabajador.6 Kaxlan7 es la contraparte, es ese otro con quien se relaciona intensamente el winik, y por lo mismo, es un referente primordial de su identidad étnica, es con quien el indígena ha mantenido las relaciones más fuertes y conflictivas a lo largo del tiempo que incluye una variedad de culturas, instituciones y grupos: el gobierno, la iglesia, los alemanes, los norteamericanos, los mexicanos, los ladinos. Ladino: población mestiza, gente del entorno, considerada no indígena Este largo conflicto agrario en el que intervinieron tanto los ch´oles , como los kaxlanes (ladinos chiapanecos, mexicanos y extranjeros), fue un campo social en el que se construyeron identidades étnicas conflictivas que evolucionaron a lo largo del siglo XX y que han tenido como punto culminante la rebelión armada del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). EVOLUCION HISTORICA DEL CONFLICTO AGRARIO El inicio del siglo XX estuvo marcado por importantes cambios en la sociedad rural chiapaneca, resultado de las políticas liberales avanzadas por el estado mexicano. La propuesta de modernización económica condujo a la aplicación de medidas que impulsaron el establecimiento de grandes empresas agrícolas extranjeras en Chiapas, para la explotación de los recursos naturales y la 6 7 Ibid. Kaxlan, es un vocablo compartido por buena parte de los pueblos mesoamericanos, proviene del término“castellano” del idioma español y refiere a la gente, cultura e influencias españolas y europeas en general. producción de hule y café8. Las tierras vendidas a los empresarios pertenecían en muchos casos a comunidades indígenas, que habitaban en ellas desde tiempos muy antiguos, de modo que el venderlas en propiedad privada significaba despojar a los indígenas, privarlos de su medio vital de existencia. La implantación del latifundio agro exportador, produjo enormes cambios en la población rural chiapaneca, en especial, en la región cafetalera de la sierra norte de Chiapas. Al verse privados de sus tierras y, en la necesidad de ganar dinero, los indígenas tuvieron que trabajar como peones en las fincas, o en las monterías, campamentos selváticos de explotación de cedro y caoba, pero otros decidieron abandonar sus poblados y buscar otro lugar para vivir, se convirtieron así en migrantes, en colonos de las selvas del noreste chiapaneco. Por su parte, los ladinos rurales de pueblos cercanos, también fueron atraídos hacia las grandes fincas, que les ofrecían trabajo. Su llegada al norte de Chiapas, fue vivido por los indígenas autóctonos, como una “invasión”. Y es que, aparte de llegar a trabajar para las fincas extranjeras, aquellos migrantes ladinos pronto se establecieron en los pueblos indios, y en poco tiempo acapararon tierras, predios urbanos y posiciones en la administración pública, todo lo cual era parte de la misma política económica oficial. Esa economía de fincas agro exportadoras, creó relaciones interétnicas inéditas: empresarios y personal extranjeros (alemanes principalmente), ladinos locales, migrantes ladinos e indígenas de diversos orígenes étnicos, aparte de los agentes eclesiásticos y funcionarios del gobierno mexicano. Las relaciones se dieron en un ambiente de mucha tensión y el conflicto social sólo se incrementó con el tiempo. Sin embargo, durante el gobierno de Lázaro Cárdenas (1934-1940) se realizaron algunas reformas sociales derivadas de la Revolución Mexicana en 8 García, José Alejos. Identidad étnica y conflicto agrario en Chiapas. www.scielo.org.mx/pdf/polel/no23 Chiapas, produciendo cambios importantes, como por ejemplo, la reforma agraria con fuertes implicaciones para la estructura social chiapaneca. El reparto de tierras a campesinos se realizó mediante un sistema de tenencia de la tierra conocido como el ejido, administrado por un aparato burocrático federal, mediante el cual los campesinos que lograron convertirse en ejidatarios, obtuvieron en calidad de posesión para su usufructo, una parcela de tierra, con lo que podían disminuir su dependencia de las fincas cafetaleras. La reforma agraria se realizó en cierta medida a través de la expropiación de latifundios, causando de esa forma la quiebra de muchas empresas extranjeras9 Todos esos cambios drásticos en la sociedad rural chiapaneca beneficiaron en cierta medida al campesinado indígena, pero favoreció mucho más a los ladinos, quienes luego de haber sido obreros al servicio de los finqueros, vieron en esa coyuntura la posibilidad de enriquecimiento y control político de los territorios indígenas, al retomar propiedades y negocios de los empresarios foráneos, y al convertirse en caciques locales en cuyas manos recayó la administración municipal y la política regional. Aquella invasión ladina a los pueblos mayas ch´oles, trajo consigo un endurecimiento de las relaciones interétnicas, una situación de conflicto en el plano económico y, al mismo tiempo, una mayor interacción entre ambos grupos, incluyendo un proceso de mestizaje y de transculturación. Sin embargo, por encima de las relaciones sociales locales, los mayas ch´oles conservaron una clara conciencia de su derecho a la tierra usurpada, primero por los extranjeros y luego por ladinos y mexicanos, todos kaxlanes para ellos, de manera que a lo largo del siglo XX libraron una sórdida lucha por la tierra y por sacar a los intrusos de su territorio. Ha sido una lucha larga, violenta, de desgaste, que sólo en tiempos recientes ha obtenido resultados, pues en muchos casos los ladinos están vendiendo sus propiedades y abandonando los 9 Estos cambios en la política agraria del Estado mexicano ocurren en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, en que los empresarios alemanes sufrieron la intervención de sus propiedades. pueblos serranos a donde llegaron atraídos por el auge cafetalero de antaño. Eso es motivo de especial orgullo para los indígenas, que experimentan con alegría la reapropiación de sus pueblos. Vinculación de los mayas ch´oles con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) Una de las medidas políticas del estado mexicano ante las demandas agrarias del país consistió en la apertura de la selva chiapaneca a la colonización agraria, promovida principalmente a mediados del siglo pasado. En aquel momento, esa decisión fue una “válvula de escape” para contener las demandas agrarias generalizadas de todo el país, y de Chiapas en particular. Para los migrantes indígenas, la colonización de la selva implicó el abandono de la comunidad tradicional y la ruptura con la estructura agraria latifundista y caciquil imperante en sus pueblos de origen. En este proceso, los migrantes no estuvieron solos, pues por un lado el gobierno, a través de sus instituciones agrarias, tuvo cierta ingerencia en el proceso de colonización de la selva, pero además contaron con el apoyo de la iglesia católica, y de organizaciones políticas nacionales. Fue este, al decir de varios investigadores, un “caldo de cultivo” de la insurgencia neozapatista que irrumpió en el escenario nacional en enero de 1994.10 La ruptura con la cultura tradicional y con las redes caciquiles de poder regional, permitió a los indígenas migrantes reconstruir sus identidades étnicas en un nuevo ambiente, de acuerdo a un concepto compartido de comunidad y al reconocimiento de su situación de pobreza y marginalidad. Ello permitió el crecimiento de una poderosa organización política indígena independiente. De esta manera, además de la adscripción étnica específica como tzeltales, tojolabales o ch’oles, éstos se identificaron también desde una perspectiva panétnica y política, al estar tanto indígenas y campesinos, unificados por una 10 rincondelvago.com/ejercito-zapatista-de-liberacion-nacional_1.html misma situación social y con sus organizaciones propias. La identidad tojolabal, cambió “en respuesta a la interacción con otros grupos indígenas y no indígenas del área, a los cambios en la tenencia y el uso de la tierra, y a la creciente regionalización de las políticas campesinas” las luchas étnicas por la tierra ha sido un factor que ha unificado a los grupos étnicos en Chiapas, aunque por otro lado, el movimiento indio se enfrenta al reto de “fortalecer las identidades regionales y panétnicas precisamente en un momento en que el vínculo con la tierra se vuelve cada vez más tenue” A lo largo de los años setentas y ochentas y hasta inicios de los noventas, los indígenas de la selva habían formado lo que se denominó formalmente Unión de Uniones. En ese momento esta organización política indígena creció hasta ser muy poderosa, de manera que hacia 1990 extendía su control en un área muy amplia que incluía siete valles. No se conoce hasta el momento, ninguna otra organización política en Chiapas anterior o contemporánea que haya logrado tanto poder y cohesión” 11. La organización indígena Unión de Uniones, permitió su vinculación con otros “actores sociales”, entre ellos agrupaciones políticas como el Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Conclusiones El estado de vulnerabilidad y desestructuración que actualmente experimentan las comunidades indígenas chiapanecas, y en particular los mayas ch´oles, se encuentra relacionado con los largos procesos de maduración de distintos fenómenos, que van desde los meramente demográficos hasta los socioeconómicos, políticos y religiosos, acaecidos principalmente en las tres últimas décadas. 11 LEIVA SOLANO, Xochitl: “Regional, Communal and Organizational Transformation in Las Cañadas”, en Latin American Perspectives, 28 (2), 2001. Uno de los efectos más extendidos y profundos de la ruptura comunitaria consiste en la actual situación de quebrantamiento de los tejidos de solidaridad interna de las poblaciones mayas y, en consecuencia, de sus mecanismos de reproducción material y cultural. La salida forzada de personas o comunidades enteras, sea por causas religiosas o por diversos grados de conflictividad política, han sido causa y efecto de una alteración en los sistemas de autoridad, normas de convivencia social y elementos básicos de identidad cultural. Por otro lado, la historia de la desigualdad social en la etnia ch´ole en Chiapas, que básicamente fue generada por las disparidades en la apropiación de los recursos, entre ellos la tierra, trajo consigo sus propios antagonismos, que con el transcurrir del tiempo emergieron, a veces en silencio y otras con sumo estruendo, con derivaciones diversas. Así, la asociación entre actividad agrícola, pobreza, carácter étnico y crecimiento demográfico se ha convertido en matriz de una práctica de arraigo rural orientada a cubrir las necesidades más elementales. Para los ch´oles, la tierra persiste no solamente como la base material para la reproducción biológica, sino también como el medio para la reproducción cultural. En este contexto, la década de los setenta constituye un punto de inflexión en la trayectoria de la comunidad indígena maya que, a la par de ir configurando un proceso de estructuración organizativa de carácter político (cuyo centro gravitaba alrededor de la lucha por la tierra), dio inicio a otro proceso de desestructuración en torno a la vida cotidiana, en el seno de la familia y la comunidad, a partir de la conversión religiosa —que a la postre daría pie a la generación de prácticas segregacionistas—, con repercusiones hasta hoy poco superadas por parte de las comunidades desplazadas. El contexto de guerra en Chiapas cambia absolutamente las relaciones políticas en la entidad, obligando a las organizaciones agrarias, y en términos más amplios a la sociedad civil, a polarizar sus posiciones. La Unión de Uniones, organización indígena, se rompe en varias organizaciones en 1994 debido al conflicto armado, perdiéndose con ello la autonomía de que gozaron las comunidades agrupadas en la misma. De hecho, algunas de estas nuevas organizaciones se unen al movimiento rebelde, expandiendo así su perspectiva de lucha a un plano nacional mayor. Con este cambio se adoptan nuevas ideologías políticas y prácticas, y agentes externos a la región se involucran en la vida local. Esa irrupción de nuevos actores sociales, así como el posicionamiento de los ya existentes, trae consigo cambios notables en las relaciones sociales y las interétnicas en particular La vida entera de la sociedad chiapaneca y en especial la relativa a la etnia ch´ol, ha sido trastocada por el levantamiento zapatista; la problemática agraria se ha complicado enormemente, sobre todo a partir de las multitudinarias invasiones de tierras efectuadas por una diversidad de agrupaciones campesinas, que han encontrado oportuno el momento para ocupar terrenos privados como una medida para avanzar en sus demandas agrarias. Podría decirse que las relaciones sociales se han vuelto cada vez más conflictivas, condensando por un lado las contradicciones acumuladas a lo largo de un siglo de historia agraria, y por otro lado, reflejando el nuevo contexto de globalización. Podemos concluir que las comunidades de los mayas ch´oles en Chiapas, siguieron excluidas de los avances en materia de respeto a los grupos étnicos y, en general, a las minorías, que en el resto del país se fueron alcanzando a lo largo del siglo XX. La pobreza acumulada, aunada a estas carencias en cuanto al respeto a las minorías indígenas, fue el caldo de cultivo para el levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) el 1 de enero de 1994. BIBLIOGRAFIA BASSAURI, Carlos (1990) La población indígena de México. Tomo I. Instituto Nacional Indigenista y Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. México. BENJAMIN, Thomas: A Rich Land, a Poor People. Politics and Society in Modern Chiapas, Albuquerque, University of New Mexico Press, 1989. 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