Cinco errores que frecuentemente cometemos los padres Ser padres realmente es una gran bendición y conlleva mucha responsabilidad, nadie nos enseña cómo ser “padres”; hay ocasiones que simplemente ponemos a funcionar nuestra memoria de cómo fueron nuestros padres con nosotros con respecto a nuestra crianza, pero debemos tomar en cuenta que esta nueva generación realmente necesita de mucha disciplina para así tener las herramientas necesarias y lograr hijos e hijas felices, responsables y seguros de sí mismo. Es por eso que debemos de reflexionar en la seriedad de nuestro rol de padres en la educación y formación de nuestros hijos. En la convivencia diaria, una de tantas responsabilidades como padres, es justamente enseñar disciplina a nuestros hijos, pero frecuentemente por varios motivos podemos cometer algunos errores, de los cuales detallo a continuación: 1. Autoridad dividida.- En mi profesión es muy común observar que los padres se quitan la autoridad frente a sus hijos en ocasiones hasta inconscientemente, los desacuerdos y desavenencias lo único que crea es un ambiente de confusión y envía un mensaje de desunión, el niño confunde lo que debe o no debe hacer, empobreciendo nuestra gestión de “educar”. 2. Ser amigos, no padres.- Los roles dentro del sistema familiar deben estar muy bien delineados y cada uno responder desde su ámbito, un niño, un adolescente, necesita un formador, una guía; más que un amigo, necesita tener un padre que corrija cuando debe hacerlo y que siempre estará cuando más se lo necesite. Esta confusión de roles realmente se ha tornado una piedra de tropiezo en la formación de muchos hijos. 3. Ceder después de decir NO.- Es muy frecuente observar la constancia y persistencia de algunos hijos para hacer cambiar nuestra decisión sobre algo ya dispuesto. Si por algún castigo impuesto hemos decidido algo, no podemos vacilar, nuestros hijos aprenderán que cada acción tiene una consecuencia que puede ser positiva o negativa, si es negativa siempre llevará de lado un castigo, el mismo que deberá ser ejecutado, sin poder negociar sobre el mismo. 4. Sobreprotección.- ¡Si realmente queremos que un hijo fracase, entonces a sobreprotegerlo!, ¿cómo?: solucione todos sus problemas, así el jamás aprenderá a cómo debe resolverlos, manténgalo en una burbuja apartado de la realidad en la cual vive, decida por él en todo momento, nunca lo tome en cuenta en decisiones que atañen al núcleo familiar para así evitarle sufrimientos. ¡Si usted hace todo esto de seguro que su hijo o hija será un fracaso viviente!. 5. Corregir cuando estamos molestos.- Cuando estamos molestos, jamás! Jamás! corrijamos a nuestros hijos, debemos de tener pleno control y serenidad para poder indicarles lo que está mal, de lo contrario podemos entorpecer el correcto aprendizaje que finalmente lo que queremos lograr; recordemos que son nuestros tesoros, y que no debemos lastimarlos, ¡no guardemos recuerdos negativos en su memoria!. Ximena Oviedo Coello Psicóloga y Terapista Familiar [email protected]