Apuntes naturalitas (4) PARASITAR PARA SOBREVIVIR Paseando por caminos frondosos de avellanos durante el mes de mayo, quizás buscando morchellas escondidas entre las hojas caducas del otoño pasado, en elevado estado de descomposición, destaca la presencia de una flor muy original: la Hierba Madrona o Hierba de Sotierra (Lathraea clandestina). Esta flor zigomorfa (con sólo un plano de simetría) que se encuentra agrupada normalmente en formaciones de 20 a 40 cm de diámetro, destaca por su color violeta fuerte y brillante, en medio de un sotobosque que empieza a verdear . Bajo esta belleza sospechosa, se esconde una relación no consentida con algunas especies arbóreas, como los avellanos, sauces, chopos, alisos... siempre huyendo del Sol y donde puedan encontrar humedad. La apariencia de la Hierba Madrona (sin color verde) nos delata su misión, ya que al no disponer de clorofila necesita parasitar las raíces de estos árboles, como si se tratara de una transfusión, a través de su rizoma increíblemente adaptado y de gran peso y tamaño. Recordemos que el parasitismo es una relación entre dos especies, de las cuales una de ellas sale beneficiada mientras la otra se perjudica. Así mismo, la Hierba Madrona aprovecha las raíces de los árboles para solucionar la falta de clorofila, mientras que las especies afectadas tendrán un escape a sus raíces, sin que les pueda causar la muerte, simplemente una mínima debilidad que seguramente ni perciben. Debido a su belleza en algunas zonas se cultivan para usos ornamentales . Foto de Obaga www.obagaactivitats.cat