Análisis personal derrota elección UnTER Viedma Nicolás Rosbaco Derrota electoral, batalla cultural La derrota Como agrupación Celeste y Blanca no podemos menos que agradecer muchísimo, y especialmente, a l@s 260 compañer@s que nos distinguieron con su voto. Compañer@s que comparten con nosotr@s la necesidad de transparentar la gestión de la seccional, que mayoritariamente no se acercan a las asambleas y ven desde la vereda (igual que la inmensa mayoría de l@s afiliad@s) como mínimos grupos hegemónicos toman siempre todas las decisiones, pero que desean realmente tomar parte de la voluntad gremial. A tod@s ell@s les decimos gracias, miles de gracias, y reafirmamos nuestra voluntad, como colectivo nacional y popular dentro del sindicato: la de continuar nuestra política de trabajo gremial. Más allá de las cuatro paredes en las que l@s burocrátas pretenden secuestrar al sindicato, más allá de los límites catastrales de la seccional, nos comprometemos con Uds. compañer@s en continuar trabajando. Del mismo modo corresponde saludar a l@s vencedores/as de esta contienda electoral y sus electores/as, ya que reconocemos absolutamente la legitimidad de la victoria. No obstante ello, nos permitiremos analizar las condiciones objetivas que han hecho posible este resultado. Hemos perdido una nueva elección, dos en menos de dos meses, las dos por una amplia diferencia en Viedma. Hoy la elección marcó, aproximadamente, un 70% en favor de la lista Azul Arancibia y 30% en favor de nuestra lista, la Celeste y Blanca. Es motivo de esta intervención, sin el ánimo de buscar escusas, indagar razones de la derrota... en primer lugar para comprender el escenario en el que estamos configurando como alternativa política y en segundo término para darle respuesta a l@s 260 compañer@s que confiaron en nuestra propuesta y acompañaron con su voto. las nos una nos Pragmatismo electoral En las últimas dos contiendas electorales, el sector, que sin velo reivindica el proyecto de la presidenta (la Celeste y Blanca) debió enfrentar a tod@s l@s disconformes. A tod@s junt@s en un mismo espacio político/gremial: la Azul Arancibia. Como agrupación que enarbola las banderas del proyecto nacional, nos encontramos frente a un sector muy amplio. Venimos diciendo, durante toda la campaña (desde la provincial hasta la elección local) que nos enfrentábamos a un rejunte opositor que supo aglutinar: • Al socialismo, socialismo a la santafesina, a la europea. Esta aclaración es vital: no se trata del socialismo venezonalo, sino (y bien por le contrario) el socialismo que reivindica el liderazgo de Capriles. Página 1 Análisis personal derrota elección UnTER Viedma Nicolás Rosbaco • Al radicalismo reaccionario, de nuevo la merecida aclaración: no estamos frente a un espacio que se “fotografía con” Ricardo Alfonsín (padre), sino (y muy por el contrario) con personajes de la talla de Massaccesi1! O que inflan globos pinchados2! • A la derecha peronista, esa de los cajones quemados, esa de Massa, esa del “Momo” • La izquierda partidaria, que si bien no integraba las listas, con quienes han logrado establecer acuerdos estratégicos de mutua colaboración. Ojo: de corte estrictamente electoral. Es decir, de un lado un conjunto de militancia que comparte un proyecto político: el de Néstor y Cristina, y del otro uno mucho más amplio (cuantitativamente) que se define a partir del odio, del desprecio, a ese mismo proyecto político. No hace falta hacer futorología para especular respecto del sostenimiento de estos espacios en el transcurso del tiempo: ¿Cuánto duró la hegemonía legislativa obtenida por el rejunte opositor nacional en 2009?... ¿Cuánto duró la “hegemonía” del Masssismo en la última elección legislativa (2013)?... muy poco es la respuesta: hasta la primer decisión ejecutiva, hasta la primer definición. Las reuniones que se fundamentan en el horror a lo que está enfrente no pueden resistir la primer decisión de fondo. ¿Cuánto dura así la hegemonía construida con la victoria obtenida?. La batalla cultural Sin dudas que se debe enmarcar el análisis de la derrota en el rotundo éxito que tuvo el FPV en nuestra provincia, éxito que marcaría en primer término una aparente sintonía de nuestr@s coprovincian@s con el proyecto nacional y popular de la Presidenta Cristina. Inmediatamente surge que esta proporción de acompañamiento al proyecto de recuperación económica y soberana (si se acepta existe), se invierte en el colectivo docente rionegrino. ¿Por qué ocurre esto? es la pregunta de oro sin dudas, y sin la menor intención de acertar en la respuesta, conformándonos apenas en arrimar a algún interrogante, nos proponemos pensar entre tod@s: Primó, desde la elección provincial hasta la local, la consigna de que era una aberración que el compañero Marcelo Mango, referente sindical de la lista en la que enmarcamos nuestra participación: la Celeste y Blanca, asuma el rol de Ministro de Educación. Y del mismo modo que parte importante de la militancia del sindicato (desde diferentes agrupaciones) asuman la gestión del ministerio se juzgó lisa y llanamente como pecado original. Esta consigna, si bien ha sido instalada desde la Azul Arancibia, debe reconocerse: ha tenido un amplio anclaje en un sector (mayoritario) de l@s trabajadores/as docentes. Mereceríase mayor detalle de análisis, pero la premura empuja: Tal vez tenga la 1 http://antiyankipatagonia.blogspot.com.ar/2013/10/in-pendiente-cuesta-abajo.html 2 http://antiyankipatagonia.blogspot.com.ar/2013/09/la-antipolitica-como-herramienta.html Página 2 Análisis personal derrota elección UnTER Viedma Nicolás Rosbaco derecha en sus diversas formas, es decir: el socialismo, el radicalismo ortodoxo, el peronismo de derecha, la ultra izquierda partidaria; tal vez decíamos tenga estos sectores un consolidado anclaje en la docencia rionegrina. ¿Por qué?, ¿a qué se debe?... ¿será tal vez por la tradición clase media del asalariado bien pago argentino? Fuere cual fuere la especulación que cada quien ensaye, se propone saltear la barrera cultural que nos proponen desde la burocracia y ahondar en la verdadera discusión de fondo: ¿Cuál es el esquema argumental que subyase detrás de que un sindicalista no puede convertirse en Ministro de Educación? ¿no es el mismo acaso, que implicaría que un docente no se puede convertir en director dentro de su propio colegio? ¿no será el mismo que implicaría que un sindicalista, un obrero metalúrgico, no puede convertirse en el presidente de la República Federativa del Brasil? Sea como sea, estas premisas se caen en cuanto se las ponen en discusión, ya son muy viejas..., de hecho han sido discutidas por grandes pensadores y actores de la política argentina. Estos esquemas de análisis son de corte netamente colonial, propios del imperio que nos quiere someter (si se ensayan desde los polos de poder), o bien de colonizados que nos quieren acostumbrar (cuando son expresadas desde el interior de la clase trabajadora). A pesar de ello, este esquema de análisis “político atrasado” nos ganó en la discusión. No tuvimos, ni si quiera, que discutir sobre si la gestión del Ministerio en manos de la militancia sindical fue buena o mala. Simplemente se logro instalar como mucha rapidez y eficacia que eso era contra natura. Y consecuentemente las editoriales periodísticas del status cuo planteaban al unísono, al otro día de las elecciones provinciales, como se trataba de la derrota de Marcelo Mango. Cuando en realidad, lo único que había ocurrido era que se perdió la conducción de un sindicato de unos 10.000 afiliad@s. En todo caso, podemos hablar de una derrota cultural, un derrota de los diccionarios, una derrota que le infringe un modelo de sindicalismo revindicativo a otro de corte político y revolucionario. No obstante, de la derrota electoral no se debe inferir la incorrectitud del planteo. Es decir: no es falaz el razonamiento que exponemos, en cuanto que: «nuestra mirada política del sindicalismo implica la gestión de la política pública en determinadas circunstancias». Simplemente porque perdimos una elección no se puede concluir en que este precepto fundamental resulte falaz. Muy por el contrario, y en todo caso, se puede llegar a especular sobre cierta imposibilidad de trasladar este concepto de discusión al análisis colectivo de l@s trabajadores/as. Compartimos, no solo para ratificar, sino además para abrir el espectro de debate, el pensamiento del compañero Jhon Wiliam Cooke3, quien conversaba (epistolar y unlitaterlamente) con el presidente yanki Eisenhower, le decía: “Ustedes tienen un sindicalismo apolítico, que cree en el orden establecido y negocia dentro de él por mejoras de salarios y condiciones de trabajo; nuestro movimiento obrero es político y revolucionario y constituye el eje de esa lucha nacional, ya que su suerte, como clase, esta vinculada a la obtención de la independencia; no puede reducirse a ser un grupo 3“Carta al presidente Eisenhower” | John William Cooke Obreas Completas | Eduardo Luis Duhalde | Página 18 Página 3 Análisis personal derrota elección UnTER Viedma Nicolás Rosbaco de presión sino que aspira a participar en un gobierno de liberación nacional.” Creemos que este pensamiento de Cooke (hace ya más de 50 años) nos pinta entero el panorama político de la última elección en nuestro sindicato. Por un lado, un sector que revindica la independencia y que objeta la participación del sindicalismo en la gestión de un gobierno nacional y popular: Los ganadores. Por otro lado, un proyecto sindical que expone claramente su identidad política y que participa del proyecto nacional y popular, entendiendo que de su supervivencia depende la propia como conjunto de trabajadores: Los perdedores. El compromiso Desde la Celeste y Blanca reivindicamos nuestra concepción de política sindical sobre dos preceptos fundamentales: 1) Nos conformamos como agrupación sindical, exclusivamente en torno de un proyecto político, que se reitera (a riesgo de aburrir) es el de Néstor y Cristina. No nos reúne el horror a determinado espacio o persona, eso es algo gastado ya, y no nos provocó más que profundos dolores al pueblo Argentino. 2) Consideramos que nuestro sindicalismo no puede ser exclusivamente reivindicativo en materia de salario o de condiciones de trabajo (sin embargo, en esta materia: hemos realizado profundos avances en los últimos 3 años de gestión). Es muy diferente un sindicalismo cuando se tiene enfrente un gobierno enemigo de la clase trabajadora, del pueblo en general; que un sindicalismo en el marco de un proyecto nacional y popular como el que viene creciendo a lo largo de los últimos 10 años. Nuestra suerte, entendemos, esta atada, como trabajdores/as, a la de nuestro proyecto Nacional: si hay salida es colectiva, y si existe la salida colectiva será en el marco de un proyecto de inclusión, distribución y soberanía e integración latino americana. En el marco de nuestra coherencia política, venimos dando una batalla cultural de frente a l@s compañer@s. Hoy nos toca perder. La tómbola electoral a veces quita, y más tarde corrige. Hoy obtuvimos una derrota electoral, y esto nos pone en alerta. Pero conscientes del rumbo fijado no nos distraen los tropiezos electorales. La Celeste y Blanca continua siendo la alternativa nacional y popular dentro del sindicalismo docente rionegrino y como tal asume el compromiso de continuar batallando dogmas del pasado que, escudados en la anti-política, construyen política gremial antipopular. Página 4