Larrañaga duplica a Lacalle en la interna del PN La encuesta de abril de Grupo Radar muestra un cambio notable en la interna del PN: la intención de voto hacia Jorge Larrañaga casi duplica a la de Luis Alberto Lacalle (63% para el líder de Alianza Nacional, 33% para el jefe del Herrerismo). Entre marzo y abril Larrañaga logró un crecimiento espectacular: pasó de 42% a 63%, entre los actuales votantes del PN. Mientras tanto, la intención de voto hacia Lacalle cayó de 35% a 33%. La ventaja de Larrañaga es especialmente nítida entre el 56% de los votantes del PN que manifestaron que seguramente concurrirán a votar en junio. En este tramo, el más significativo teniendo en cuenta que el voto no es obligatorio, la distancia entre ambos candidatos es de 32%. Evolución de la intención de voto hacia los principales candidatos del PN (%) Mes Larrañaga Lacalle Abreu Gallinal Otros NS/NC Agosto 2003 27 35 10 9 14 5 Octubre 2003 36 41 6 10 4 3 Noviembre 2004 36 32 10 13 7 2 Febrero 2004 37 34 10 11 5 3 Marzo 2004 42 35 12 8 3 Abril 2004 63 33 4 Larrañaga vs. Lacalle 70 60 63 50 40 41 Lacalle 20 37 32 34 35 Nov-04 Feb-04 Mar-04 36 30 Larrañaga 42 36 33 10 0 Ago-03 Oct-03 Abr-04 Intención de voto en la primaria del PN según predisposición a votar en junio (%) Larrañaga Lacalle NS/NC Diferencia 64 32 4 32 Seguramente SI 61 37 2 24 Probablemente SI 64 27 9 37 Probablemente NO 58 39 3 19 Seguramente NO Avalancha de alianzas, avalancha de votos Hace un mes, analizando la “foto” de marzo de la interna del PN, explicamos que el retiro de las candidaturas de Abreu y Gallinal beneficiaría mucho más a Larrañaga que a Lacalle: según los datos del sondeo realizado a comienzos de marzo, aproximadamente el 70% de quienes manifestaban preferir a Abreu o a Gallinal preferían a Larrañaga antes que a Lacalle. En marzo, en la simulación entre Larrañaga y Lacalle, el ex intendente obtenía el 56% y el ex presidente solamente el 42%. Durante el mes de marzo, se concretó el apoyo de Abreu, Gallinal y Long a la candidatura de Larrañaga. Estos acuerdos fueron ampliamente divulgados en los medios de comunicación. Más de la mitad de quienes actualmente se inclinan a votar al PN saben que Abreu y Gallinal apoyan a Larrañaga. Evidentemente, como era previsible, las alianzas concretadas en marzo tuvieron un alto impacto. La avalancha de apoyos recibidos, pero muy especialmente el de Reconstrucción Nacional (Sergio Abreu) y Correntada Wilsonista (Francisco Gallinal) constituyen la principal explicación del despegue del líder de Alianza Nacional hacia su inminente victoria. Visibilidad de las alianzas concretadas en marzo (%) Larrañaga Lacalle NS/NC 55 8 37 Sergio Abreu 16 22 62 Álvaro Ramos 64 6 30 Francisco Gallinal 39 9 52 Ruperto Long Total 100 100 100 100 Desde agosto de 2003 hasta ahora, Lacalle también aumentó su intención de voto El despegue del PN ha sido paralelo al afianzamiento del “ala renovadora”, en general, y de la precandidatura de Larrañaga en particular. Suponiendo que el electorado nacional es de 2.200.000 (número de votos emitidos en el balotaje), hemos calculado que el PN ha ganado 242.000 votos desde agosto hasta ahora. La precandidatura del senador Larrañaga, por su parte, que tenía un apoyo electoral de aproximadamente 83.000 votos en esa fecha, cuenta ahora con un electorado estimable en 263.000, es decir que creció más de un 400%. La intención de voto hacia Lacalle también ha crecido, aunque más moderadamente. La precandidatura del líder del Herrerismo aumentó aproximadamente un 70% desde agosto hasta ahora. Comparación entre aumento de intención de voto hacia Larrañaga y Lacalle Partido Nacional Larrañaga Lacalle Mes Porcentaje votos Porcentaje votos Porcentaje votos Ago-03 14 308.000 27 83.000 35 107.000 Oct-03 17 374.000 36 134.000 41 153.000 Nov-04 19 418.000 36 150.000 32 133.000 Feb-04 19 418.000 37 154.000 34 142.000 Mar-04 21 462.000 42 194.000 35 161.000 Abril-04 25 550.000 63 346.000 33 181.000 Diferencia + 11 + 242.000 + 36 + 263.000 -2 + 74.000 RECUADRO Jorge Larrañaga es visualizado como el peor adversario de Tabaré Vázquez Buscando empezar a estudiar eventuales comportamientos estratégicos en la elección de junio, en el sondeo de abril incluimos la pregunta siguiente: “Mucha gente discute cuál es el candidato del Partido Nacional que podría dificultar más el triunfo del Encuentro Progresista. Entre Larrañaga y Lacalle: ¿cuál de los sería el más difícil de derrotar para Tabaré Vázquez? La información obtenida muestra con toda claridad que para la opinión pública es Larrañaga y no Lacalle el peor adversario de Vázquez en su carrera hacia la presidencia. Esta visión es compartida por los votantes de todos los partidos. Los votantes del PN, del EP/FA y del PI son quienes más nítidamente visualizan a Larrañaga como el peor rival de Vázquez. Entre los actuales votantes del PC, en cambio, crece la proporción de quienes le tienen más confianza a Lacalle en un eventual “duelo” con Vázquez. Este dato concuerda con el análisis de la segmentación según autoidentificación ideológica: el público de derecha le tiene un poco menos de confianza a Larrañaga que el de centro e izquierda. Ni la segmentación territorial ni el “corte” por edad arrojan diferencias significativas. En cambio, la segmentación por nivel educativo muestra que a medida que crece el nivel educativo crece la percepción de Larrañaga como principal rival de Vázquez: 58% entre los que sólo cursaron primaria; 73% entre los que cursaron educación terciaria. Peor adversario para Tabaré Vázquez en función de la intención de voto actual Lacalle Larrañaga PC 32 59 PN 26 69 EP/FA 19 71 PI 10 90 B/A 21 61 NS/NC 24 60 Total 23 67 NS/NC Total 9 100 5 100 10 100 100 18 100 16 100 10 100 COLUMNA Larrañaga al galope Por Adolfo Garcé y Daniel Chasquetti Hace una semana, empezando a comentar los resultados del sondeo de abril, argumentamos que sus dos novedades más importantes, esto es, la caída del EP/FA y el crecimiento del PN, pueden ser explicados a partir del mismo marco teórico. La idea es muy sencilla: el desempeño de los partidos mejora cuando exhiben una buena combinación de unidad y diversidad, cuando, en armonía y sin estridencias, logran presentar una oferta electoral amplia y, a la vez, equilibrada. Siguiendo este razonamiento, argumentamos que, al debilitarse la posición de Danilo Astori, el Frente se quedó rengo. Si quiere volver a trepar la severísima barrera del 50%, el EP/FA precisa fortalecer su ala moderada, dialoguista y centrista: “El EP/FA tiene a Vázquez y a Mujica. Pero si quiere recuperar los niveles de intención de voto que tenía en marzo o en febrero precisa mucho más que eso: necesita que, por ejemplo, los Astori y Arana tengan un protagonismo mucho mayor en la campaña”. El caso del crecimiento del PN puede ser visto como la contracara del EP/FA. El Frente bajó su respaldo electoral porque, al no competir Astori, una parte de la ciudadanía percibió una importante restricción de la oferta. En cambio, los blancos vienen creciendo porque han logrado desplegar al máximo dos alas visiblemente distintas, que compiten con ardor pero sin malhumor. El resultado final de esta competencia empieza a vislumbrarse muy claramente. Tal como venimos anunciando desde diciembre de 2003, Larrañaga cabalga hacia una victoria categórica. Un despegue a dos motores Analicemos rápidamente las claves del despegue electoral del PN. Del mismo modo que el naufragio de octubre de 1999 no obedeció a una sólo causa, sino que fue la suma de los problemas de imagen de Lacalle luego de las denuncias de corrupción, de los errores de Volonté en el manejo de la coalición (en realidad, el problema estuvo en que dejó que Sanguinetti la manejara a su antojo) y de los gruesos desaciertos de Ramírez en el manejo de la competencia contra el jefe herrerista, el avance del PN desde el 2000 al 2004 también debe ser explicado a partir de las actitudes políticas de muy diferentes actores. El primer responsable en el repunte nacionalista es el Dr. Lacalle. Como presidente del Directorio Lacalle logró la proeza política de cooperar con el gobierno del presidente Batlle y, simultáneamente, competir ferozmente contra el PC. Gracias a Lacalle, el PN formó parte del gobierno pero se diferenció fuerte y sistemáticamente del él. Un segundo aporte muy importante de Lacalle a la reconstrucción de los apoyos electores del PN radica en que logró reconstruir el clima de unidad en la interna, tendiendo sistemáticamente puentes hacia los sectores no herreristas, y en particular, hacia Juan A. Ramírez. En tercer lugar, Lacalle también facilitó la reconstrucción del PN al aumentar el caudal electoral de su propio sector. Lacalle está logrando captar una parte importante del voto al PC en octubre de 1999. No es posible entender la resurrección del nacionalismo sin tener en cuenta el aporte de Lacalle y el Herrerismo. Sin embargo, es evidente que el singular dinamismo que ha cobrado el PN es inseparable también del excelente desempeño político y electoral del “ala renovadora”, y de su candidato presidencial, Jorge Larrañaga. De las características del discurso de Larrañaga nos ocuparemos en el apartado siguiente. Ahora queremos insistir en que, como muestra elocuentemente la encuesta de abril, Larrañaga logró terminar de despegar gracias a los apoyos políticos recibidos antes del acto de lanzamiento de su campaña en la Curva de Maroñas (fines de marzo). Larrañaga derrotará categóricamente a Lacalle, entre otras razones, porque tuvo la inteligencia de construir con la paciencia de un orfebre una amplísima alianza política en torno a su figura. En la intención de voto de abril a Larrañaga se suman los aportes de Sergio Abreu y Francisco Gallinal, para mencionar los dos apoyos más importantes. La competencia, primero, por el liderazgo del ala renovadora entre Larrañaga, Abreu y Gallinal, y segundo, por la candidatura presidencial del PN entre Larrañaga y Lacalle, ha sido un factor decisivo en la revitalización del viejo lema de Oribe. Cuando los actores juegan bien, la competencia política suma. El progresismo blanco visto un poco más de cerca ¿Cuáles son las claves del éxito político de Larrañaga? La primera explicación de su fulgurante ascenso es que no fue”contaminado” por el gobierno de Batlle. Larrañaga permaneció en el borde, casi al margen de las políticas de esta administración. Fue, durante años, uno de los más notorios opositores a la política económica del ministro Bensión. La debacle del gobierno y de la popularidad del presidente durante el 2002, lejos de afectarlo, lo benefició. La segunda razón de su éxito político es que ha sido y es, pública y notoriamente, muy crítico de las políticas de los 90’. Desde el punto de vista ideológico Larrañaga está mucho más cerca de Vázquez que de Lacalle, del desarrollismo wilsonista que del liberalismo herrerista. El programa del líder de Alianza, “Compromiso Nacional”, evoca muy claramente (y no sólo por su título) el mítico “Nuestro Compromiso con Usted”, de Ferreira Aldunate en 1971. Si hubiera que definirlo de alguna manera sencilla, podría decirse que el de Larrañaga es una suerte de “progresismo” blanco, que jerarquiza la descentralización del país y el repoblamiento de la campaña. Más allá de estos matices, entre la versión izquierdista y la nacionalista del “progresismo” vernáculo existen amplios puntos de contacto, en particular, en torno a la necesidad de incrementar el papel del Estado en la orientación y dinamización de la economía y en cuanto a la importancia de atender la emergencia social (empleo, pobreza, marginalidad, etc). Existe una tercera razón de su ascenso, probablemente menos conocida, que tiene que ver con otro acierto discursivo y comunicacional: Larrañaga “da la cara”. El líder de Alianza Nacional recoge el anhelo ciudadano de reconstruir el vínculo entre políticos y ciudadanos sobre nuevas bases. Muchos ciudadanos sienten que los políticos no “dan la cara”, que se han alejado de ellos. Sienten que no los escuchan, que no los representan, que no les rinden cuentas. Muchos ciudadanos piensa que los políticos no pueden “dar la cara” porque no son honestos. Cuando Larrañaga muestra que el se anima a “dar la cara”, está anunciando otra manera de hacer política y sintonizando con ese reclamo popular. El gran dilema Cabe preguntarse qué ocurrirá con el PN una vez que Larrañaga haya sido proclamado candidato. Nos inclinamos a pensar que este partido se enfrentará a dos desafíos distintos y en parte incompatibles. Para maximizar su desempeño en octubre debe evitar perder votos “por la derecha”, es decir, que los actuales simpatizantes del herrerismo decidan apoyar a un candidato más liberal, por ejemplo, a Guillermo Stirling en el PC. Para retener a estos votantes liberales, Larrañaga debería evitar que su mensaje político se termine pareciendo demasiado al del EP/FA. En cambio, para maximizar su voto en noviembre, en caso de haber balotaje, el PN debería tener un programa parecido o cercano al del EP/FA. En el balotaje, cuanto más a la izquierda mejor. Este dilema no es sencillo de resolver. Después de junio, Larrañaga deberá optar entre seguir apostando a vencer en el balotaje o asegurar una alta votación en octubre. En la recta final hacia el edificio Libertad, Vázquez deberá vencer a Larrañaga. En este caso, la opinión pública tiene toda la razón: es el peor adversario que le podía tocar (ver nota aparte). ¿Cambió la elección? Seguimos pensando que no, aunque la izquierda esté rengueando y Larrañaga venga al galope, las probabilidades de que el EP/FA no logre su objetivo son realmente muy bajas. Ficha técnica La información que presentamos en esta nota surge de una encuesta realizada entre el 12 y el 18 de abril de 2004 entre 1013 ciudadanos. Los mismos constituyen una muestra representativa de la población de 18 y más años de edad residente en hogares particulares de localidades de todo el país con 2000 y más habitantes. Esta encuesta de opinión pública se realiza en forma periódica y tiene la particularidad de realizarse en un "panel" semi-permanente de ciudadanos, lo que permite asegurar que las variaciones observadas entre una medición y otra se deben a cambios de opinión reales y no al cambio de muestra. Esta muestra es de carácter aleatorio probabilístico y su margen de error, para un nivel de confianza de 95%, no supera el ±2.4% cuando se analizan resultados sobre el total de la población. Este margen de error aumenta cuando se trabaja sobre segmentos más pequeños. Todas las encuestas fueron realizadas en forma telefónica en los hogares de los entrevistados. Montevideo fue dividida en 25 zonas geográficas, coincidiendo con las divisiones de ANTEL. Superponiendo los datos del Censo de Población con la zonificación de ANTEL, manteniendo fijas las características de cada zona y sorteando las demás cifras al azar, es posible diseñar una muestra probabilística de números de teléfono que respete la estructura dela población por barrio. En el Interior se realizaron encuestas en 50 localidades, utilizando una metodología similar de sorteo. La realización de las entrevistas fue tarea exclusiva del equipo de encuestadores que integra Grupo RADAR en forma permanente. El diseño de la muestra, la formulación de las preguntas y el análisis de la información estuvieron a cargo del equipo conformado por Alain Mizrahi, Director de Grupo RADAR, y los Polítólogos Daniel Chasquetti y Adolfo Garcé. Grupo RADAR y sus profesionales asociados adhieren al Código de Etica Internacional para la Práctica de la Investigación Social y de Mercado de ESOMAR (The World Association of Research Professionals) y en particular a su Guide to Opinion Polls.