GRACIAS AMIGA MÍA. Aunque utilizara las palabras más expresivas y sentidas, aunque recopilara todo lo dicho, todo lo escrito y todo lo cantado para valorar una sincera amistad, y, aunque recurriera a extasiantes estados de inspiración, siempre quedaría corto tratando de decirte: ¡GRACIAS AMIGA MÍA! Música en mis oídos son tus sonrisas y tus palabras cuando compartes mis tristezas, mis dudas y mis alegrías; cuando acertadamente corriges mis errores y ayudas a ser más importantes esos momentos que solo tú y yo comprendemos, situaciones que solo tú y yo conocemos. Por eso: ¡GRACIAS AMIGA MÍA! Inspiración Divina quisiera poseer para expresar lo que como amiga, como persona, y como ser humano eres para mí… Sí, inspiración Divina quisiera tener para decirte: Gracias amiga, ¡GRACIAS AMIGA MÍA! Gotitas de rocío alimentan los tiernos arbustos en los estériles desiertos. Así, con gran misericordia, Dios, ese Dios del que poco o nada sabemos, nos ha regalado el Rocío de la Amistad, y, esa amistad, si se cultiva sinceramente, siempre estará refrescando y alimentando nuestras vidas; así, el quemante sol del sufrimiento, las dudas, los desamores y las pasiones, insistan en ahogarnos en este mundo de falsas verdades e intereses egoístas; donde pocas personas, entre esas tú, son el oasis para el sediento caminante. Por eso, por tú refrescante amistad y tu vivificante compañía: Gracias amiga ¡GRACIAS AMIGA MÍA! ¡AMIGA!… Amiga Mía, mi compañera, mi confidente… Aunque las tormentas de la vida lograran separarnos; aunque el impredecible destino levantara una impenetrable muralla de obstáculos para privarme de la luz de tú Amistad, aunque en esta existencia jamás volviera a verte, ten la seguridad que en esas Dimensiones Cósmicas, en esas Mansiones Divinas, donde los egoísmos, la ignorancia y las debilidades humanas no llegan, allí estaré contigo. Allí a donde iremos después de atravesar triunfantes el turbulento mar de la vida dentro de los intrincados laberintos de la creación, allí nuestras almas, como fieles compañeras, felices marcharán hasta descansar eternamente seguras en los Calidos Brazos de Dios; de ese Dios del que poco o nada sabemos, pero que amorosamente y con gran misericordia nos espera. Allí pues, nuestras almas, absortas en la perfección de lo Absoluto y Sagrado, embebidas en el amor puro de la Conciencia Cósmica, en medio de Sentidos Cánticos Celestiales y con profunda inspiración Divina, podré decirte de nuevo: ¡Gracias Amiga!… ¡GRACIAS AMIGA MÍA! ___________________________________________________ POR: ALDEMAR GUZMÁN C. MEDELLÍN –COLOMBIA. Otros temas en: aldemarguzman.wordpress.com