PRINCIPALES RETOS QUE PRESENTA EL MUNDO DE LOS JÓVENES AL PRÉSBÍTERO Mons. Juan Abelardo Mata Nicaragua 1. LA GLOBALIZACIÓN 1.1. Estamos Viviendo un Cambio de Época Considerando el mundo actual de la juventud, constatamos que se da un verdadero cambio de época, en cuanto se viven momentos de "innovación en tanto que se han trastocado los sistemas de valores"; es decir, que lo que hasta hace poco tiempo daba sentido a un modo de ser, juzgar, actuar y valorar, entra en conflicto con otro modo de ser, juzgar, actuar y valorar, que pretende que lo que es estable y firme, ya no lo sea. Este cambio de época está marcado principalmente por los fenómenos (que también son desafíos) de globalización, de relativismo, de secularismo, de pluralismo religioso, que repercuten, quiérase o no, en la vida de los jóvenes, favoreciendo una creciente y exagerada pérdida de valores, presentándose al sacerdote un verdadero desafío a la hora de acompañar a los jóvenes en la parroquia urbana. Son realidades que desbordan a la hora de actuar, ya que salen de los cauces normales de nuestra atención pastoral. 1.2. El Avance Tecnológico Es una época de condicionamientos extremadamente exigentes a causa de las aplicaciones tecnológicas del saber o los saberes. Es un momento histórico que busca generar conocimientos y por eso el ser humano transforma sus tecnologías, pero al mismo tiempo se ve transformado por ellas. Por esta razón están cambiando nuestras maneras de percibir las cosas, actuar y valorar, que repercuten en nuestra psiquis y en nuestras vivencias. Se corre a tal velocidad que el que no se mete en el tren corre el riesgo de quedar en el anquilosamiento. 1.3. A Nivel Económico Constatamos que a nivel económico las grandes empresas trasnacionales hacen del mundo entero un gran taller y un gran mercado, al que concurren todos, pero se corre el riesgo enorme de imponer como ley suprema y única la ley del mercado; de que se acepte el lucro por el lucro, lo cual es una idolatría; y el consumismo por el consumismo, lo que favorece el interés particular de algunos individuos, grupos, naciones en detrimento de las grandes mayorías; como está sucediendo actualmente en nuestros países. 1.4. A Nivel Social y Político Constamos que a nivel social y político la globalización facilita, profundiza y universaliza el encuentro con los individuos y los grupos humanos, entrañando posibilidades nunca antes vistas. A nivel político, la globalización reclama un gobierno mundial, porque hace emerger la cuestión del bien universal, el cual necesitaría una autoridad única, para la que no estamos preparados, ni las condiciones están dadas; por otra parte, se corre el riesgo y así se ve, que se pretende crear un hombre sin Dios, sin referencia a la trascendencia, más que a la técnica. El hombre sin Dios se diluye. Una sociedad sin Dios se disuelve. Un gobierno sin Dios va a la ruina. 1.5. Humanizarla Mediante el Amor, la Justicia y la Solidaridad La globalización ha significado para unas pocas vidas y creatividad, avance y realización, pero para una gran mayoría es egoísmo y frustración, exclusión y muerte. La globalización no es ni buena ni mala, será lo que la gente y los impulsores hagamos de ella. E1 reto y desafío es humanizarla, regulándola por la justicia y la solidaridad. Es un fenómeno que facilita y posibilita el encuentro con los hombres, pueblos y naciones, pero que necesita un alma solidaria que la libere del egoísmo que clausura y margina a la mayoría. Por tanto, el reto es globalizar la justicia, la nueva civilización del amor. Urge un alma solidaria que ayude a favorecer la fraternidad universal de los hijos de Dios. Este fenómeno está mostrando sus consecuencias buenas y malas que reclaman de la Iglesia y de los jóvenes respuestas correspondientes en la acción misionera. 2. RELIGIOSO 2.1. A nivel religioso constamos que están produciéndose encuentros significativos entre las grandes religiones a nivel mundial y de los grandes movimientos espirituales. Esto nos hace plantearnos problemas estrictamente religiosos y nos preguntamos: ¿cuál es la concepción de Dios válida para todos los hombres del mundo y de todos los tiempos? ¿Cuál es el verdadero Dios y cuál es la verdadera religión? A este nivel se plantea el fondo de la pregunta y se debe dar la respuesta más profunda, porque el hombre sin Dios se disuelve. La globalización promueve la idolatría del lucro y el dar relevancia a las religiones que favorecen el crecimiento económico, las cuales se rinden al "dios" dinero o capital. También defiende un modelo ético basado en el consenso social y político: así pues, el lucro, el poder y el placer se han convertido en tres ídolos supremos. 2 2.2. Pensamiento Religioso Débil y Confuso Cada quien elabora su "dios" según su propio gusto y plasma sus convicciones en la religiosidad Light y en la trivialización de la religiosidad de New Age. Este pensamiento débil y confuso hace que la expresión religiosa no esté ligada a lo institucional o confesional, respondiendo más a un sentimiento religioso que a la búsqueda de Dios como persona, como verdad y fuente de orden social, sino mas bien responde a unas características olísticas, eclécticas y seculares, originándose así un supermercado religioso que desconcierta a los jóvenes. Este es uno de los grandes desafíos que se nos presentan en estos tiempos, con una característica de difusión global y de conflicto, porque no sólo se trata de enfrentar un problema global, sino un problema religioso como tal. 2.3. Relativismo Religioso La pregunta fundamental es: ¿existe una religión verdaderamente única? o ¿es que todas las religiones son auténticas y tienen igual validez que las otras? ¿hay que aceptar un relativismo religioso de manera que ninguna religión pueda considerarse como verdadera, sino que todas tengan el mismo valor y puedan subsistir juntas? Este hecho, quiérase o no, afecta negativamente el mundo juvenil y hay que asumirlo con toda la seriedad que implica. Este pluralismo religioso nos lleva a aceptar que la cuestión no está en que si nuestra sociedad o nuestros jóvenes del tiempo actual creerán, sino en qué creerán frente a un mercado religioso de los que ofertan "el cambio triunfal" de los dioses, que lleva desde las mitologías, religiones y los cultos pre-cristianos, tanto de Europa como de nuestra América, pasando por las religiones orientales, a la magia, al ocultismo y a las sectas satánicas. Esto está aumentando preocupantemente. Ante este mercado de creencias y religiones, donde la fe católica quiere presentarse como una más, alguien decía: "Cuando los hombres dejen de creer en Dios, no es que no crean en nada, sino que creen en cualquier cosa" (cfr. Ex 32). Estamos en la era del "teoplasma," que es una especie de plastilina religiosa a partir de la cual cada uno fabrica sus dioses a su propio gusto y antojo, adaptándolos a sus conveniencias propias. Hay que plantearse la verdad religiosa. Si la Iglesia Católica insiste en proclamar que hay una sola religión verdadera, es porque confiesa a Jesucristo como único salvador, al cual hemos acogido con humildad y agradecimiento frente a Quien nos confesamos criaturas y pecadores y a Quien seguimos buscando cada día para crecer en comunión con Él. 3 3. EL SECULARISMO Y CÓMO SE MANIFIESTA 3.1. Creciente Mentalidad Secularista Constatamos una mentalidad cada día más secularizada que poco a poco ha venido marcando el corazón de los individuos, familias, comunidades y sociedades enteras, en la que hombre y sociedad se bastan a sí mismos: se vive como si Dios no existiera; todo se concibe sin referencia a Dios. Este fenómeno, que no es otra cosa más que el endiosamiento del hombre, es la falsa idolatría de él mismo, quien ha llegado a no interesarle la pregunta por Dios. La discusión de la verdad de Dios, de su presencia, de su inmanencia, de su absolutidad, de su cercanía, no le interesa. Le importa que Dios no tenga ninguna intervención en sus ideas, ni en sus proyectos, ni en sus acciones cotidianas: el hombre y el cosmos son suficientes. El secularismo es un desafío mayor porque en el no se discute el tema de Dios: no le interesa, simplemente lo ignora. No usa la lucha violenta, directa y frontal como los ateismos de los inicios del s. XX. Procede sin combate. Acepta un "dios" que no perturba su estilo. Un "dios" acomodado según a cada quien le convenga. Lo acepta si se incorpora a su mundo como un elemento más de su visión inmanentista. El secularismo no dice que Dios ha muerto, simplemente lo ignora y vive como si Él no existiera. 3.2. Medios de Comunicación: Principales Difusores Constatamos que los mayores difusores del secularismo, de la mentalidad globalizante, del pluralismo y relativismo religioso son los medios de comunicación, atraídos por la abundancia de los bienes, el bienestar, el consumo, el enriquecimiento y alimentación de su capital mediante la difusión de realidades superficiales, de sensacionalismo, de amarillismo, promoviendo un verdadero libertinaje de expresión. A1 secularismo le conviene que Dios no intervenga en la solución de los problemas del hombre: los problemas del hombre se tratan y se resuelven en la economía, en la política, en los centros científicos y en los medios de comunicación. Lo que le interesa es prescindir y, aunque no de frente, atacar a Dios, ya que este le "ofende." 3.3. La Familia es la más Afectada Constamos que la institución más afectada por el secularismo es la familia, la cual está siendo profundamente herida por la ideología de género, que pretende que la vida sexual se ubique en el nivel de la elección cultural y no en la integridad físico-espiritual. Esta ideología está promoviéndose y extendiéndose por medio de leyes apoyadas por organismos e instituciones de mucho poder en el orden internacional, produciendo así una violencia cultural y política que pretende desmontar pieza por pieza el edificio de la familia, fundamentada en el matrimonio de un "hombre y una mujer." Utilizando como instrumento la manipulación intelectual, mediante una ambigüedad tecnológica y jurídica, por la cual se pretende relativizar y destruir conceptos, 4 principios y valores, ofrece una gama de semi-verdades o verdades a medias (de genero, derechos sexuales, derechos reproductivos, derechos a decidir), que son verdaderamente un lenguaje confuso y ambiguo, y por ser un lenguaje confuso y ambiguo es un lenguaje de las tinieblas. 3.4. Promotores de la cultura de la muerte Constamos que estas mentalidades de la globalización y del secularismo promueven una cultura de la muerte, promovida mediante fuertes campañas anti-natalistas a favor del aborto, de la planificación familiar indebida, del divorcio, del sexo libre, creando parejas que no fecundan, haciendo creer a los jóvenes y a la gente que la calidad de vida depende de que haya menos gente, o, en otras palabras, de reducir el derecho de todo hombre a la vida. 3.5. La Conciencia de los Jóvenes Profundamente Erosionada Asistimos a una cultura en que los jóvenes han vendido incorporando en su "yo" personal una falsa identidad, promovida por algunos medios de comunicación social, que están ejerciendo una influencia dominante en su conciencia, asumiendo en su pensar y actuar mensajes subliminales, ambiguos y falaces (engañosos). Entre ellos señalo solamente algunos: "Todo vale". "Lo que importa es lo que hoy se vive y lo que se experimenta a lo inmediato". "No importa hacia donde se va, lo que importa es disfrutar hoy". "Consumir lo que gusta, no importa lo que se consuma, porque lo importante es consumir". "Lo que importa es vivir lo que se siente". "Pruébalo y ya me dirás". "Todo mundo lo hace, ¿por qué tú no?". "Lo importante es comportarse al estilo de cada quien, creer en el "dios" que le parezca a cada uno." Vivimos en una cultura donde ciertas mentalidades intolerantes y excluyentes intentan de muchas formas callar la voz de Dios en los jóvenes; quieren hacer de Dios el gran ausente de la cultura, de la vida y la conciencia de ellos. 3.6. Enseñanza de la Iglesia Conforme a la Ley Natural Constamos que existe cierta oposición o descontento en ciertos sectores cuando la Iglesia ilumina desde el Evangelio temas que afectan la vida y la dignidad humana y acusan a la Iglesia de querer imponer sus ideas y valores confesionales. Pero lo cierto es que estas mentalidades sin Dios no entienden o no quieren entender que lo que la Iglesia enseña no está en contra de la naturaleza, sino que está conforme a la ley natural; es decir, conforme a la naturaleza y dignidad de toda persona humana. En otras palabras, el Evangelio no nos separa del mundo ("no te pido, Padre, que los saques del mundo, sino que en medio de él den testimonio de mi") sino que nos sumerge en él, para transformarlo desde la raíz de la fe, que es la tarea propia, vocación y misión de la Iglesia. Por último, es en este escenario globalizado y secularizado que constatamos que el egoísmo reemplaza el amor; el individualismo a la solidaridad. Encontramos jóvenes con una voluntad 5 debilitada, con una afectividad capturada por nuevos ídolos, como son la droga, la sexualidad, el alcoholismo, el esoterismo, el secretismo religioso e incluso el satanismo. Constamos gran número de niños que nacen fuera del matrimonio, jóvenes en uniones libres que nunca se afianzan o que nunca contraen matrimonio eclesiástico. Cada vez son más frecuentes las rupturas conyugales; los compromisos serios y permanentes se vuelven relativos, volubles, marginales, variables, cambiantes y poco firmes. 4. OTROS Concretamente, en nuestras parroquias urbanas nos encontramos con fenómenos que al mismo tiempo son desafíos para el acompañamiento de los jóvenes. Entre ellos tenemos los siguientes: Políticos: Las heridas, el dolor, las secuelas heredadas de la guerra, se han traducido en una tremenda polarización e instrumentación política de los jóvenes. En efecto, proyectos, becas, empleos, huelgas, financiamientos, medios de información alteran o disminuyen la verdad de acuerdo a sus intereses políticos. Sociales: La desintegración familiar, abandono de los hijos, ya sea de parte del padre o de madre. Maltrato de los padres hacia los hijos y los hijos hacia los padres de familia. Pérdida de autoridad de los padres de familia, tutores o profesores en las escuelas. Falta de formación espiritual de los padres hacia los hijos y una falsa autonomía que permite que sus hijos hagan lo que les parezca sin ninguna orientación o formación hacia una jerarquía de valores. Matrimonios de hecho a temprana edad y relaciones sexuales irresponsables, divorcios inconvenientes y planificaciones familiares inmorales. Violencia intra familiar e infidelidad conyugal debido a la decadencia de los valores humanos en las familias. Falta de comunicación entre padres e hijos. Ignorancia y analfabetismo, consumismo (moda, alcohol, drogas, etc.) -Baja autoestima en jóvenes, que lleva al suicidio. Rebeldía en los jóvenes y dificultad para tratarlos. La corrupción en todos los ámbitos que afecta a los jóvenes. 6 Economía: Pobreza y desempleo. Trabajos mal remunerados. Cultural: Pérdida de valores morales, culturales y religiosas. 7