por Valeria Murgich/Merca2.0 La paciencia es prácticamente necesaria para cualquier proceso humano y si se trata de las relaciones humanas o de los proyectos profesionales, es sencillamente vital. Pero no siempre es una habilidad con la que se cuenta en exceso o con la que se ha nacido, por no hablar, por ejemplo, del desgaste que puede sufrir ante la acumulación de sucesos desafortunados que dejan al más pintado con intenciones „asesinas‟, difícilmente controlables…. Según Psycohlogy Today, muchos de los profesionales de la „paciencia‟ recomiendan entrenarse con pequeñas molestias e irritaciones para que al llegar los grandes episodios, no se pierda la cordura ante la adversidad. Para luchar contra la impaciencia y de esta forma ir desarrollando su contra parte, se recomiendan estos cuatro pasos. 1.- Entienda la adictiva naturaleza de la rabia, la irritación y la furia El cerebro humano posee una parte más primitiva conocida como el cerebro reptil que ayuda a protegerse en caso de amenaza, sin embargo aunque no se trata de un aspecto negativo, la urgencia por la auto protección puede convertirse en una conducta adictiva, al no soportar la más mínima incomodidad y dejar que fluya la emoción. Evite dejarse ir en la situación. 2.- Cambie si actitud hacia lo que significa la incomodidad, molestia o dolor Una gran mayoría de personas considera que estar „cómodo‟ es la única forma de „estar‟ y por tanto la única que o toleran. Hay que diferencia entre una situación incomoda o meramente molesta y una intolerable o insoportable. Se trata de perspectiva y trabajo interior. 3.-Preste atención cuando comience la molestia o irritación Puede que muchos no estén al tanto de cuando comienzan a sentir emociones relacionadas con situaciones dolorosas o desagradables y cuando se asume, ya se está de lleno en ellas. Por ello, lo ideal es preguntarse si el estar irritados o molestos, no es simplemente parte de una rutina cómoda que solo trae consigo familiaridad pero no elimina la fuente del problema y mucho menos aminora las sensaciones negativas. Pregúntese qué está está pasando en su interior. E indague en el por qué no se está teniendo paciencia a si mismo o a los demás. 4.- Háblese El objetivo es detenerse y no dejar que la sensación de urgencia, irritabilidad y enfado invada los pensamientos y actitudes. Se trata de no dejarse ir en el sentimiento negativo. Hable consigo mismo, recuérdese, de forma sensata, “que eso puede sucederle a cualquiera”, que todos tenemos un mal día o simplemente que: “es cierto, detesto esta situación, es incomoda pero la puedo soportar.”, además, se sugiere recordar también, que se debe ejercer esa paciencia con uno mismo, para aceptar las defectos y fallas que se tienen. Tener paciencia con uno mismo, ayuda a desarrollar la paciencia con los demás.