El burnout médico: la ansiedad y los procesos de afrontamiento

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El burnout médico: la ansiedad y los procesos de
afrontamiento como factores intervinientes.
Autores: Moreno-Jiménez, B., Seminotti, R., Garrosa Hernández, E.,
Rodríguez-Carvajal, R y Morante Benadero, M.E.
Dpto. Psicología Biológica y de la Salud
Facultad de Psicología
Universidad Autónoma de Madrid
Ctra. Colmenar Viejo, km. 15
28049 Madrid
Tfno. 91.397.51.85
Fax. 91.397.52.15
ARTICULO PUBLICADO EN LA REVISTA:
(2005). Ansiedad y Estrés, 11(1), 87-100. ISSN 1134-79
El burnout médico: la ansiedad y los procesos de afrontamiento como
factores intervinientes.
Actualmente, no existen muchas investigaciones donde se consideren variables tanto ambientales como
de personalidad en el estudio del burnout como proceso. La presente investigación plantea dos objetivos
centrales: evaluar el nivel de significación de la ansiedad y las estrategias de afrontamiento en el proceso
de burnout, y clarificar la relación empírica entre ellas. En una muestra de 130 profesionales médicos de
ocho hospitales públicos de Madrid se les administró los cuestionarios Maslach Burnout Inventory
(Maslach y Jackson, 1986), State-Trait Anxiety Inventory (Spielberger, Gorsuch y Lushene, 1988), Ways
of Coping Checklist (Lazarus y Folkman, 1984) y el Cuestionario de Afrontamiento Médico Situacional
(Moreno-Jiménez y Seminotti, 1998). Las variables independientes fueron: género, estado civil, grupo
médico, experiencia clínica, edad y especialidad. Los resultados mostraron una relación significativa entre
las variables dependientes y el género, grupo médico y la edad mediante análisis multivariante
MANOVA. El análisis de regresión por pasos mostró resultados relevantes para determinar un modelo
teórico situacional del proceso de Burnout.
The Medical Burnout: anxiety and coping process as relevant factors.
To date there are hardly studies focused on burnout like a process where both environment and
personality variables are considered. The present study had two central aims: to test which variables
significantly affect the burnout process, and to clarify the empirical relation between anxiety, coping
styles and burnout. A sample of 130 physicians, who work in eight public hospitals in Madrid were
administrated the Maslach Burnout Inventory (Maslach y Jackson, 1986), the State-Trait Anxiety
Inventory (Spielberger, Gorsuch y Lushene, 1988), the Ways of Coping Checklist (Lazarus y Folkman,
1984) and the Situational Medical Coping (Moreno-Jiménez y Seminotti, 1998) The independent
variables were gender, marital status, medical group, clinic experience, age and speciality. The results
showed a strong relationship among the dependent variables in gender, medical group and age through
the GLM Multivariate MANOVA. A stepwise regression analysis provided relevant results to determine
the theoretical situational model in Burnout process.
Palabras clave: Burnout; Ansiedad; Estrategias de Afrontamiento; Médicos.
Keywords: Burnout; Anxiety; Coping; Physicians.
Introducción
Desde la formulación teórica más consolidada del burnout, establecida por Maslach y
Jackson en 1981, el número de investigaciones empíricas desarrolladas ha aumentado
ostensiblemente, ampliando el conocimiento teórico del proceso tanto a nivel general
como en diferentes poblaciones especialmente significativas por su vulnerabilidad al
mismo. A pesar de ello, el Desgaste profesional en médicos no ha alcanzado hoy por
hoy, el nivel de desarrollo y aplicación establecido en otros sectores laborales. Entre las
características que presenta el burnout en médicos se incluye fatiga, desgaste emocional,
incapacidad de concentración, ansiedad, insomnio, irritabilidad, incremento del
consumo de alcohol o drogas y depresión (Gundersen, 2001).
Durante los últimos 20 años, muchos aspectos de la práctica médica han cambiado: el
nivel de autonomía es menor, el estatus social de los médicos ha disminuido y las
presiones laborales han aumentado (Linzer et al., 2001). Debido a estos rápidos
cambios, está aumentando considerablemente el interés por la evaluación de las
percepciones y actitudes de los médicos hacia su trabajo. En este sentido, se ha
propuesto que las fuentes de estrés y del desgaste profesional o burnout dentro de las
profesiones asistenciales pueden englobarse en dos grandes categorías: la relación y el
contacto directo con los pacientes y los factores administrativos y organizacionales
(Graham, 1987; Moreno-Jiménez, Garrosa y Gónzalez, 2000; Moreno-Jiménez,
González y Garrosa, 2001). A pesar de ello, poco se conoce aún sobre el burnout en
médicos, ni de su proceso, ni de sus variables predictoras o de su relación con la
implicación en el cuidado de los pacientes. En general, el burnout en médicos no se
diferencia del que está presente en otras profesiones, pero las reacciones de los médicos
son únicas en algunos aspectos, en parte porque puede tener consecuencias devastadoras
para los pacientes. Así, el desgaste profesional se encuentra asociado con la disminución
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de la calidad del trabajo (Parker y Kulik, 1995), la reducción del compromiso laboral
(Leiter, Harvie, y Frizzel, 1998), problemas de salud relacionados con el estrés
(Maslach, Schaufeli, y Leiter, 2001) y una menor satisfacción con la carrera profesional
(Lemkau, Rafferty, y Gordon, 1994; Deckard, Meterko, y Field, 1994; Schmoldt,
Freeborn, y Klevit, 1994; Goldberg et al., 1996). Los bajos niveles de satisfacción
laboral pueden afectar no sólo a la relación médico-paciente (Linzer et al., 2001) sino
también comprometer la calidad del cuidado, atención o tratamiento médico (Freeborn,
2001).
Los bajos niveles de satisfacción del trabajo profesional médico han sido
también asociados con prescripciones médicas inapropiadas (Melville, 1980). En los
profesionales de la medicina, ciertas peculiaridades los hacen teóricamente más
susceptibles de sufrir burnout, como son la sobrecarga de trabajo, las guardias, la
competitividad, la necesidad de estar al día, la burocracia, la convivencia con otros
miembros del equipo y, sobretodo, el trato directo con los pacientes cuyas demandas
físicas y emocionales se trasladan al médico, siendo una fuente importante de ansiedad
el hecho de tener que enfrentarse frecuentemente con el sufrimiento humano y la muerte
(Vega, 1994). Todas estas situaciones y cambios tanto en los niveles administrativos
como de diseño y política organizacional podrían estar incidiendo en el aumento de la
prevalencia del burnout en la profesión médica.
El burnout aparece comúnmente entre los profesionales de la medicina variando en
rangos que van desde el 25% al 60% (Lemkau et al., 1994; Ramirez et al., 1995; Fields
et al., 1995). En un estudio pionero de Keller y Koenig (1989) y tras evaluar a 77
médicos de 24 departamentos de emergencia públicos y privados, vieron que el 60%
puntuaban medio o alto en desgaste emocional, el 78% en despersonalización y el 84%
en realización personal. En 1992, Deckard, Hicks y Hamory observaron que el 40.3%
de 1840 médicos sufrían burnout, de los cuales el 55% de ellos pertenecían a la práctica
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privada. Hoy en día, tanto a nivel nacional como internacional los rangos de prevalencia
siguen siendo similares (Grassi y Magnani, 2000; Gallery, Whitley, Klonis, Anzinger y
Revicki, 2002; Shanafelt, Bradley, Wipf, y Back, 2002). Los primeros datos obtenidos
en prevalencia del síndrome han hecho que muchos autores se centraran en estudiar las
variables predictoras del burnout y factores relacionados. Así, Keller y Koenig, ya en
1989, observó cómo los médicos que presentaban altos niveles de satisfacción laboral y
realización personal, y bajos niveles de desgaste emocional y despersonalización,
utilizaban estrategias de afrontamiento más adaptativas tanto a corto como a largo plazo
(Keller y Koenig, 1989). Las últimas investigaciones muestran que el mejor predictor
del burnout en esta profesión, y por tanto de la satisfacción profesional y el compromiso
organizacional, es el control percibido (el sentido de control) sobre el ambiente de
trabajo. Otros predictores significativos son las demandas laborales percibidas, el apoyo
social de los compañeros, y estar satisfecho con los recursos que se poseen (Freeborn,
2001; Gundersen, 2001), por lo que el aumento de los niveles de control percibido, del
apoyo social y de los recursos harían que el nivel de burnout disminuyera.
Centrándonos en el factor de estrategias de afrontamiento, fue a principios de los 90
cuando comenzaron los primeros estudios relacionados con el proceso de Desgaste
profesional. De esta forma, autores como Chwalisz, Altmaier y Russel (1992)
encontraron asociaciones muy significativas entre estrategias orientadas al control
emocional y las consecuencias negativas del burnout. Igualmente, las estrategias de
afrontamiento orientadas a la búsqueda de apoyo social, están negativamente asociadas
con el burnout y positivamente con la satisfacción y la productividad laboral. Se ha
observado cómo la ausencia de apoyo familiar está más fuertemente asociado con el
burnout que con la satisfacción o la productividad, mientras que el apoyo del supervisor
inmediatamente superior está relacionado con la satisfacción y la productividad laboral
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y no con el burnout en médicos (Baruch-Feldman, Brondolo, Ben-Dayan y Schwartz,
2002). En cuanto a los profesionales de la medicina, la relevancia de las estrategias de
afrontamiento no sólo ha sido evaluada mediante estudios transversales, sino también
longitudinales. Así, Michelle realizó en 1999, un estudio longitudinal de dos años, para
valorar la efectividad de un programa de intervención del burnout centrado en el
aprendizaje de estrategias de afrontamiento adaptativas. Los resultados pre, post y de
seguimiento muestran una disminución de los niveles de burnout a los 5, 11 y 17 meses,
aunque también se observó que para mantener los cambios a largo plazo eran necesarias
sesiones de entrenamiento igualmente a largo plazo.
Por otra parte, la implicación de la ansiedad dentro del proceso del estrés y en concreto
del burnout ha sido estudiada en diversas muestras como son estudiantes y profesores
(Blase, 1982) o profesiones de servicios humanos (Farber, 1983; Barney, Fredericks,
Fredericks, y Robinson, 2001). Asimismo, se ha comprobado la relación existente entre
estrategias de afrontamiento y ansiedad, principalmente en ansiedad de estado. Lobel,
Gilat y Endler (1993) y Endler, Speer, Jonson y Flett (2000) entre otros han detectado
asociaciones muy significativas entre ansiedad evaluada como estado y estrategias
orientadas al control de las emociones.
En cuanto a las variables individuales moduladoras y/o facilitadoras del proceso de
desgaste profesional en médicos se han estudiado variables de género, edad, estado
civil, hijos y antigüedad en el puesto entre otras (Pines y Maslach, 1978; Shubin, 1978;
Maslach, 1982; Cherniss, 1982; McDermott, 1984; Maslach y Jackson, 1985;
Freudenberger y Nort, 1985; Henry, Chertok, Keys, y Jegerski, 1991; McMurray et al.,
2000; Moreno-Jiménez, Garrosa y González, 2000; Freeborn, 2001; Ulwelling y
Christensen, 2001; Prieto Albino, Robles Agüero, Salazar Martínez y Daniel Vega,
2001). Muchos de los resultados de estas investigaciones resultan poco consistentes,
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aunque parece ser que existen algunos factores que cuentan con una mayor consistencia
en su relación con el burnout. Éste es el caso de la variable edad donde en la profesión
médica ha resultado ser clave a la hora de estudiar el proceso (Freeborn, 2001).
El objetivo de este trabajo es analizar algunos de los elementos presentes en el proceso
del burnout médico, un síndrome con alta prevalencia en la profesión, y establecer
algunos de los factores que modulan el proceso e intervienen en la predicción del
mismo, específicamente la ansiedad y los procesos de afrontamiento. La hipótesis
subyacente es que el tipo de paciente, terminal o no terminal, niño o adulto, afecta de
forma significativa el proceso de burnout, así como al conjunto de variables
moduladoras sociodemográficas.
Método
Sujetos
La muestra del estudio la componen 130 profesionales médicos que trabajan en 6
hospitales generales y en 2 centros de salud de Madrid capital. Con una media de edad
de 39 años (DT = 10,34) y una media de experiencia clínica que gira entorno a los 13
años (DT = 10), 61 (46,9%) de ellos son hombres y 69 (53,1%) son mujeres, mientras
que 83 están casados (63,8%) y 47 solteros (36,2%). Respecto a la población con la que
trabajan, 62 (47,7%) lo hacen con pacientes terminales, mientras que los 68 restantes
(52,3%) atienden a pacientes no terminales. Específicamente, 32 médicos (24,6%)
trabajan con niños no terminales, 31 (23,8%) atienden a niños en fase terminal, 36
(27,7%) tratan a adultos no terminales y los 31 restantes (23,8%) atienden a adultos
terminales.
Instrumentos
•
Maslach Burnout Inventory (MBI; Maslach y Jackson, 1986)
6
Para evaluar el burnout se utilizó la versión española comercializada oficialmente
(TEA, 1997) que evalúa las dimensiones de cansancio emocional, despersonalizacion y
realización personal y que mantiene el mismo formato de aplicación que el original,
utilizando la escala de frecuencia en rango de respuestas tipo likert de 0-6 (0 = Nunca; 1
= Pocas veces al año; 2 = Una vez al mes o menos; 3 = Unas pocas veces al mes; 4 =
Una vez a la semana; 5 = Pocas veces a la semana; 6 = Todos los días). La consistencia
del MBI-HSS oscila en el rango [.70 - .90] (Maslach y Jackson, 1986, 1997),
habiéndose obtenido con frecuencia índices más bajos para la escala de
despersonalización (Schaufeli y col., 1993).
•
State-Trait Anxiety Inventory (STAI; Spielberger, Gorsuch y Lushene, 1988)
Este cuestionario evalúa mediante dos escalas diferenciadas la ansiedad considerada
como rasgo y como estado. Para el presente estudio se considera de especial
importancia la evaluación de la ansiedad médica situacional, por lo que se usado la
escala de ansiedad estado del cuestionario State-Trait Anxiety Inventory en su versión
oficial al español (TEA,1988) En la adaptación española se encontraron datos
semejantes a los originales estableciéndose puntuaciones α de Cronbach en un rango
entre .90 y .93 para la subescala de ansiedad / estado (Spielberger, Gorsuch y Lushene,
1988). La escala de respuesta es de tipo Likert con 4 alternativas (0= Nada; 1 = Algo; 2
= Bastante; 3 = Mucho), con afirmaciones tales como “Me siento calmado”; “Estoy
tenso” o “Me siento confortable”.
•
Ways of Coping Checklist (CFA; Lazarus y Folkman, 1984)
Se utilizó la versión española del Ways of Coping Checklist (W.C.C.L.) de Lazarus y
Folkman (1984), realizada por Rodríguez-Marín, Terol, López-Roig y Pastor (1992). La
adaptación efectuada por los autores se realizó a partir de las revisiones realizadas por
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Folkman, Lazarus, Dunkel-Schetter, De Longis y Gruen, R. (1986), y por Vitaliano,
Russo, Carr, Maiuro y Becker. (1985). El cuestionario quedó finalmente conformado
por 50 ítems que se corresponden con distintos modos de afrontamiento a los que el
individuo debe responder señalando la frecuencia con la que los pone en práctica según
una escala de tipo likert con 5 alternativas que van desde 1= nunca a 5 = casi siempre,
la mayoría de las veces.
•
Afrontamiento Médico Situacional (AMS; Moreno-Jiménez y Seminotti, 1998).
Este instrumento fue elaborado específicamente para esta investigación por entender
que sería una forma de conseguir respuestas más claramente relacionadas con la labor
de los médicos, sus sentimientos y enfrentamientos defensivos. Fue elaborado por
Moreno y Seminotti (1998), y tiene como objetivo medir las estrategias de
afrontamiento utilizadas por los profesionales médicos en contacto con el dolor y la
muerte. El instrumento consta de 12 situaciones relacionadas con las vivencias diarias
del médico con los pacientes, de esta forma, el médico debe indicar cómo afrontaría
cada una de ellas, escogiendo entre tres como máximo de las 6 opciones ofrecidas. A
través de las respuestas se determina cuáles son los procedimientos (afrontamientos)
más utilizados por los médicos, ante sus pacientes terminales o en los momentos de
tensión. Para la elaboración de este cuestionario se construyó una entrevista semiestructurada compuesta de 12 preguntas vinculadas a las actitudes médicas ante el
paciente, y cómo el médico busca solucionar las posibles dudas sobre sus
procedimientos. Las entrevistas se realizaran en hospitales generales de Madrid con 14
médicos, hombres y mujeres, de distintas edades y años de experiencia profesional. A
partir de los resultados se formuló un cuestionario con seis estrategias de afrontamiento:
búsqueda de información, búsqueda de apoyo profesional, búsqueda de apoyo social,
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negación, evitación y resolución de problemas. Los índices de consistencia obtenidos se
situaron en un rango de [.60 - .78].
Procedimiento
Posteriormente, se procedió a la evaluación de los niveles de ansiedad estado,
estrategias de afrontamiento generales, situacionales y burnout mediante los
instrumentos anteriormente comentados en una muestra de médicos de los principales
hospitales públicos de Madrid. Para ello, nos pusimos en contacto con los doctores jefes
de equipo y jefes de personal de dichos hospitales, que nos facilitaron el acceso al tipo
de profesionales necesarios para este estudio. Una vez puestos en contacto con los
profesionales, se les informaba del objetivo de la investigación, exponiéndoles que se
trataba de un análisis de algunos procesos psicológicos derivados de la interacción
médico-paciente y se les preguntaba si aceptaban participar. Un ochenta por ciento de la
muestra a la que se tuvo acceso aceptaban participar, el veinte por ciento restante
comentaban por lo general la falta de tiempo para este tipo de estudios y en algún caso
el escaso interés por el mismo. A quienes aceptaban participar se les entregaba el
protocolo a cumplimentar que se recogía personalmente pasada una semana
aproximadamente. Se les comunicaba un teléfono y un correo electrónico de consulta en
el caso de que tuvieran dudas en su cumplimentación. Un noventa por ciento de quienes
aceptaban colaborar lo entregaban aproximadamente en los plazos acordados, el diez
por ciento restante no volvían a facilitar el contacto o comentaban que habían cambiado
de opinión. En tales casos se volvía a contactar con los jefes de equipo y de personal
para completar la muestra. La duración del período de aplicación de los protocolos duró
aproximadamente tres meses.
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Resultados
Análisis Descriptivos y Correlacionales
Para el análisis de los resultados se utilizó el paquete estadístico SPSS 10.0. Se
realizaron análisis descriptivos (Tabla 1) y de correlaciones bivariadas de Pearson,
donde los principales resultados obtenidos fueron los esperados en cada una de las
dimensiones del burnout, así como en la escala de afrontamiento médico situacional
(AMS) y estrategias de afrontamiento general tal y como se aprecia en la Tabla 2.
POR FAVOR, INSERTAR TABLA 1
POR FAVOR, INSERTAR TABLA 2
Contrastes Multivariados MANOVA
Con el fin de examinar la relación entre las dimensiones de los instrumentos y las
variables sociodemográficas, se llevó a cabo un análisis multivariado de la varianza
(MANOVA) tomando las cuestiones sociodemográficas como variables independientes
y las dimensiones de los cuatro instrumentos (STAI, MBI, AMS, CFA) como variables
dependientes.
Las variables sociodemográficas de género, grupo médico y edad
resultaron estadísticamente significativas (p<.05) al realizar el MANOVA (Tabla 3).
POR FAVOR, INSERTAR TABLA 3
En un análisis más detallado de la variable sexo, en cada una de las dimensiones, se
observó que en la dimensión de realización personal (MHombre=39.704; MMujer=37.058)
y negación (MHombre=2.311; MMujer=.927) los hombres obtuvieron una media
significativamente superior a la de las mujeres. Mientras que el patrón fue inverso en la
dimensión de ansiedad/estado (MHombre=17.803; MMujer=19.666). Asimismo, se
realizaron análisis multivariados Post Hoc obteniéndose diferencias significativas en
los factores de grupo médico y edad. En cuanto al grupo médico se observa que los
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médicos con pacientes adultos terminales (AT) muestran mayor nivel de desgaste
emocional que los médicos de niños no terminales (NNT) y menor nivel de ansiedad
médica situacional en la resolución de problemas que los médicos de niños terminales
(NT).
Los médicos de niños terminales (NT) muestran también mayor nivel de
ansiedad médica situacional en la resolución de problemas que los médicos de niños no
terminales (NNT) y mayor nivel de afrontamiento indirecto que los médicos con
pacientes adultos no terminales. El análisis en función de la edad muestra que el grupo
de médicos adultos (AD) se caracteriza por un perfil específico en sus mecanismos de
afrontamiento especialmente frente al grupo de médicos jóvenes (J) y de médicos en
proceso de iniciación (IN). Los análisis multivariados post hoc realizados se muestran
en la Tabla 4.
POR FAVOR, INSERTAR TABLA 4
Análisis de Regresión
A fin de determinar cuáles eran las variables predictoras del proceso de burnout se
efectuó un análisis de regresión por pasos sucesivos. El análisis se efectuó para cada una
de las tres dimensiones del burnout. En el análisis de regresión según la variable criterio
desgaste emocional aparecieron como predictoras las dimensiones de ansiedad/estado
(ΔR2= 4.19; p<.01; β =.648), pensamiento desiderativo (ΔR2 =.051; p<.01; β = .234) y
búsqueda de apoyo profesional (ΔR2=.017; p<.01; β = -.132), como se observa esta
última con un coeficiente β negativo. Conjuntamente las tres explican el 48% de la
varianza total de la variable criterio tal y como se aprecia en la Tabla 5.
POR FAVOR, INSERTAR TABLA 5
En el análisis de las variables predictoras de despersonalización en la muestra total
aparecen como predictoras significativas las dimensiones de ansiedad/estado
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(ΔR2=.135; p<.01; β = .367) y resolución de problemas (ΔR2=.60; p<.01; β = -.246),
explicando el 19.5% de la varianza total (ver Tabla 5). La resolución de problemas tiene
un coeficiente β negativo.
Por último, se llevó a cabo el análisis de regresión de la variable criterio realización
personal en el total de la muestra (ver Tabla 5). El resultado indica que las dimensiones
de búsqueda de soluciones positivas (ΔR2=.085; p<.01; β = .292) y ansiedad/estado
(ΔR2=.038; p<.01; β = -.204), con un coeficiente β negativo, explicarían de forma
significativa el 12.4% de la varianza total de la variable criterio.
Discusión
A tenor de los resultados expuestos y comenzando con las variables moduladoras del
desgaste profesional en médicos, el factor edad no mostró diferencias significativas en
ninguna de las dimensiones del burnout, lo que apoya los resultados obtenidos entre
otros por Moreno-Jiménez, González, Garrosa y Peñacoba (2002), García Izquierdo,
Sáez Navarro y Llor Esteban, (2000), De la Fuente, de la Fuente y Trujillo (1997) y
Varga, Pérez Urdaniz y Fernández Canti (1996). En cambio, autores como Maslach
(1986), Schaufeli y Enzmann (1998) o más recientemente Weinstein (2003), apoyan
resultados opuestos donde los médicos más jóvenes, por falta de experiencia y una
mayor vulnerabilidad, presentaron mayores niveles de burnout que los médicos más
expertos. En cuanto a los resultados obtenidos en las dimensiones de afrontamiento en
la Tabla 4 se observa que los adultos utilizan significativamente más estrategias de
afrontamiento basadas en la negación y la evitación del problema que los jóvenes que
desarrollan más frecuentemente estrategias de apoyo profesional y soluciones positivas.
Los datos encontrados indican que los médicos definidos como adultos (40-49años ) se
caracterizan frente a los jóvenes (24-29 años) por mecanismos de afrontamiento de
evitación y negación. Moskowitz ha planteado que los médicos adultos suelen negar
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sus propias emociones y necesidades como mecanismo de supervivencia, cerrándose
emocionalmente y buscando mantener la imagen social de equilibrio con la que se les
asocia (Moskowitz, 1999), lo que podría estar explicando las diferencias significativas
entre la población más joven (24-29 años) y la adulta (40-49 años).
La relación entre nivel de burnout y género es controvertida. Mientras que algunos
autores describen un mayor desgaste en varones (Maslach y Jackson, 1985; Price y
Spencer, 1994), otros lo encuentran en mujeres (Freudenberger y Nort, 1985). Maslach
y Jackson (1985) proponen que las mujeres soportan mejor que los hombres las
situaciones problemáticas de trabajo, sin embargo, Freudenberger y Nort, (1985)
concluyen que las primeras acaban quemadas con gran frecuencia al añadir las tareas
laborales a las domésticas. Recientemente, algunos autores como Linzer y cols. (2002),
plantearon la existencia de diferencias organizativas transculturales como factor
explicativo de estas divergencias. En su investigación realizada entre médicos
estadounidenses y holandeses, observaron que las mujeres estadounidenses presentaban
mayores niveles de desgaste profesional que los hombres, mientras que en la población
holandesa no aparecieron diferencias significativas. Según los datos recogidos, estos
autores atribuyen las diferencias a un menor número de horas de trabajo en las doctoras
holandesas, junto con un mayor nivel de control y autonomía laboral. Atendiendo a las
diferencias significativas de los resultados expuestos, se observa que los hombres
puntúan más alto en realización personal y en el uso de estrategias de negación que las
mujeres. Una explicación posible para estos resultados se podría plantear en función de
las investigaciones realizadas por Moscowitz (1999) y los estudios sobre diferencias de
género. Basándonos en las diferentes formas de socialización y la necesidad de
mantener una imagen de seguridad hacia los pacientes, resulta en cierto modo
congruente que los varones tiendan a desarrollar estrategias basadas en la negación con
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mayor frecuencia que las mujeres, de manera que las emociones no interfieran en el
desarrollo de su trabajo. De Ridder (2000) apunta que estas diferencias de género deben
ser entendidas como estrategias cognitivas diferenciales durante el proceso de
afrontamiento. De esta forma, las mujeres se muestran más reactivas a las situaciones
estresantes que los hombres, ya que ellas focalizan la atención en los peligros
potenciales de la situación, mientras que los hombres hacen un mayor uso de estrategias
de evitación y negación cognitivas, infravalorando el problema. En cuanto a las
diferencias en ansiedad/estado, existen algunas investigaciones que apoyan nuestros
resultados en cuanto a un mayor nivel de ansiedad en mujeres frente a hombres
(Murphy, 2001; Slivar, 2001) aunque Sutherland y Cooper en 1993 obtuvieron
resultados opuestos.
Los resultados obtenidos en función de la variable grupo médico y el desgaste
emocional refrendan los estudios realizados en esta área en poblaciones de enfermos
terminales (cáncer, SIDA…) (Hingley y Harris, 1986; Reed, 1988; Miller, 1995;
Hayter, 1999). Estos autores plantearon que el reconocimiento de la muerte inevitable
del paciente resulta en sí mismo un factor que contribuye a la aparición del síndrome,
facilitado por el tipo de relación que se establece entre ellos. Incluso algunos autores
como Bennet (1991) han encontrado diferencias específicas en la manifestación del
burnout dentro de esta población, de manera que los médicos que trabajaban con
pacientes con SIDA no sufrían desgaste emocional de forma tan frecuente como los
médicos de oncología, pero cuando éste aparecía, resultaba con una mayor intensidad.
Por otra parte, pocos estudios se han centrado en las diferentes estrategias de
afrontamiento desarrolladas por los médicos en función del tipo de pacientes. En estas
investigaciones se ha planteado un afrontamiento diferencial a corto y largo plazo en los
médicos de pacientes terminales, en los que se desarrollaban estrategias orientadas a la
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situación en las primeras fases de la intervención cuando la percepción de control por
parte del especialista es mayor, para posteriormente derivar hacia estrategias de
afrontamiento de tipo indirecto más adaptativas en las últimas fases del tratamiento
(Gueritault-Chalvin, Kalichman, Demi y Peterson, 2000; Hammons, 2000).
En cuanto a la capacidad predictiva de las dimensiones evaluadas, la variable
ansiedad/estado aparece como el factor que explica el mayor porcentaje de la varianza
de las dimensiones de desgaste emocional (41.9%) y despersonalización (13.5%). Según
Pavlát (2002), durante las últimas décadas el médico ha tenido que enfrentarse al
aumento de la instrumentalización y la burocratización de su profesión. Así, tanto la
relación personal de los médicos, como las actitudes hacia los pacientes se han visto
afectadas, de manera que estos profesionales se han encontrado sometidos a una mayor
presión y mayores riesgos potenciales (como por ejemplo los pleitos) que han
contribuido a un aumento de sus niveles de ansiedad.
Por otra parte, la implicación de las estrategias de afrontamiento en la varianza de cada
una de las dimensiones de burnout coincide con los resultados obtenidos por autores
como Schaufeli y Enzmann, (1998). Estos autores, revisando investigaciones previas,
observaron cómo las distintas estrategias de afrontamiento explican, tanto en la
dimensión de desgaste emocional como en despersonalización, entre un 5 y un 10% de
la varianza total (6.8% y 6% en el presente estudio), mientras que en realización
personal las estrategias adaptativas u orientadas a la resolución del problema explicarían
hasta un 15% (8.5%), sólo en algunos estudios se ha observado también la participación
de estrategias de evitación sin llegar a alcanzar el 5% de la varianza (0%).
Entre las principales limitaciones de este estudio destaca la naturaleza transversal en el
diseño del mismo, lo que dificulta concluir en términos de causalidad los análisis de
regresión realizados. Una segunda limitación implicaría el nivel de generalidad de los
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resultados obtenidos en la medida en que los sistemas de salud varían según los países
de estudio, siendo comparable nuestro sistema con el británico, el holandés o canadiense
y no así con el estadounidense (Visser, Smets, Oort y de Haes, 2003). De todas formas,
la similitud de las conclusiones expuestas en relación con otros estudios tanto
nacionales como internacionales, proporcionan una validez específica a los resultados
expuestos. Los resultados obtenidos parecen indicar, de acuerdo con la hipótesis
supuesta inicialmente, que el contacto con pacientes terminales es un factor directo de
desgaste emocional, lo que implica consecuencias importantes de tipo preventivo en
este tipo de profesionales que deberían llevar a dotarles de medios y recursos eficaces,
especialmente
en
lo
que
respecta
al
control
de
la
ansiedad
estado,
y
complementariamente de sistemas de afrontamiento positivos como la búsqueda de
información, la búsqueda de apoyo profesional y la búsqueda de soluciones positivas.
Parte de la calidad de su trabajo profesional puede depender de ello.
Referencias
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1.
Variables
M
SD
18.41
8.41
Desgaste Emocional
20.37
9.70
Despersonalización
7.96
5.17
Realización Personal
38.30
9.44
Búsqueda de Información
7.52
2.11
Búsqueda de Apoyo Profesional
5.62
2.82
Búsqueda de Apoyo Social
1.15
1.18
Negación
1.58
2.07
Evitación
1.60
1.98
Resolución de Problemas
6.32
2.53
Búsqueda de Soluciones Positivas
3.59
.57
Pensamiento Desiderativo
3.05
.71
Afrontamiento Indirecto
1.98
.62
Desculpabilización
2.57
.69
Acciones de Cambio
2.97
.61
STAI
Ansiedad-Estado
MBI
AMS
CFA
25
2.
1
2
3
STAI
.65**
.37**
1. Ansiedad Estado
MBI
.41**
2. Desgaste Emocional
3. Despersonalización
4. Realización personal
AMS
5. Búsqueda de Información
6. Búsqueda de Apoyo profesional
7. Búsqueda de Apoyo Social
8. Negación
9. Evitación
10. Resolución de problemas
CFA
11. Búsqueda de soluciones positivas
12. Pensamiento desiderativo
13. Afrontamiento indirecto
14. Desculpabilización
15. Acciones de cambio
4
5
6
-.19*
7
.02
8
.17
9
.26**
10
-.12
11
12
13
14
-.29**
.25**
.39**
.32**
15
-.27**
.00
.13
-.22*
-.01
-.21*
.04
.04
.22*
-.04
-.18*
.38**
.32**
.36**
.06
-.07
.04
-.04
-.13
.20*
.04
.12
.08
-.02
.23**
-.23**
-.29**
-.07
-.14
.29**
.08
.01
.25**
-.11
.15
-.13
.04
.04
.35**
-.20*
.08
-.32**
-.44**
-.14
-.38**
.31**
.24**
.07
.27**
.11
.12
.18*
-.03
-.08
-.08
.05
-.02
.10
.25**
.43**
-.10
-.31**
-.13
.11
-.22*
-.21*
.08
.05
-.07
-.12
-.10
.06
-.01
.18*
-.06
.15
.05
.09
.02
.04
.08
.15
-.02
.08
-.09
.35**
.09
.33**
.07
.18*
.21*
.11
.16
-
*p <.05; **p <.01.
26
3.
Variables
λ Wilks
F
p
Género
.714
2.648*
.002
Estado Civil
.883
.875
.594
Grupo Médico
.529
1.566*
.016
Experiencia Clínica
.422
1.261
.081
Edad
.454
1.454*
.021
Especialidad
.703
1.270
.170
*p<.05; **p<.01.
27
4.
,
Grupo médico
NT
NNT
MBI
Desgaste Emocional
AMS
Resolucisón de problemas
CFA
Afrontamiento indirecto
Diferencia
AT
p
Diferencia
AT
Diferencia
p
p
,23
- 6,51**
,03
1,32
,94
- 2,10
,80
- 2,05**
,01
-,37
,93
1,04
,28
1,68**
,03
,14
-,11
,89
,00
,22
,48
-,32
TR
AMS
Busq. Apoyo Profesional
Negación
Evitación
CFA
Busq. Soluciones positivas
NT Diferencia
- 4,42
Edad
J
ANT
p
,57**
AD
EX
Diferencia
p
Diferencia
p
1,37
- 1,01
- 1,23
,38
,36
,15
2,75**
- 2,24**
- 1,97**
,00
,00
,00
,43*
,05
,44*
,02
Diferencia
1,93
- 1,56*
-,70
,49**
AD
p
IN Diferencia
,06
,03
,63
2,49**
- 1,09
- 1,90**
,01
*p <.05; **p <.01. NNT: Niños No Terminales; NT:Niños Terminales; ANT: Adultos No Terminales; AT: Adultos Terminales;
J: Joven 24-29 años; IN: Iniciación 30-34 años; TR: Transición 35-39 años; AD: Adulto 40-49 años; EX: Experto 50-63 años
28
,22
p
,01
,21
,00
,52
5.
Desgaste emocional
Paso
Β
R2 Parcial
R2 Modelo
F
Ansiedad-Estado
1.
.648**
.419
.419
92.439**
Pensamiento Desiderativo
2.
.234**
.051
.471
56.473**
Búsqueda de Apoyo Profesional
3.
-.132*
.017
.487
39.925**
Variables
*p<.05; **p<.01.
Despersonalización
Paso
Β
R2 Parcial
R2 Modelo
F
Ansiedad-Estado
1.
.367**
.135
.135
19.974**
Resolución de Problemas
2.
-.246**
.060
.195
15.337**
Variables
*p<.05; **p<.01.
Realización Personal
Paso
B
R2 Parcial
R2 Modelo
F
Búsqueda de Soluciones Positivas
1.
.292**
.085
.085
11.966**
Ansiedad-Estado
2.
-.204**
.038
.124
8.964**
Variables
*p<.05; **p<.01.
29
Tabla 1. Estadísticos descriptivos.
Tabla 2. Correlaciones bivariadas de Pearson.
Tabla 3. MLG Multivariante MANOVA por factores.
Tabla 4. Análisis Post Hoc.
Tabla 5. Análisis de regresión por pasos de las dimensiones del Desgaste Profesional.
30
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