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ADAGIOS DE ENSUEÑO
viernes, 13 abril, 20.30 h.
sábado, 14 abril, 20.00 h.
Inicio venta: 23 enero
Precios: A 21€ B 16€ C 12€ D 7€
Director: EN SHAO
Guitarra: RICARDO GALLÉN
PROGRAMA CONMEMORATIVO 25 ANIVERSARIO DEL TEATRO CERVANTES
Adagio para cuerdas, S. Barber
Concierto de Aranjuez, J. Rodrigo
Sinfonía nº 5 en mi menor, Op.64, P.I. Tchaikovsky
Difícil será que no salgan de este concierto cantando, o con alguna de las melodías prendida, incluso contra
su voluntad, en la memoria. No en vano los tres compositores de este programa, y en concreto las obras
seleccionadas para él, han recibido unánimes elogios por su don lírico.
Pero esta dádiva y la popularidad fuera de toda medida que le acompañó acabaron por convertirse en algo por lo
que parecía que estos artistas debían pedir continuamente perdón. Estamos ante compositores totalmente dueños
de sus medios, con un fuerte sentido de la forma musical, preocupados por el éxito en ese apasionante, y para
ellos imprescindible reto de tender lazos hacia los oyentes.
Esta música tan abiertamente emocional nos enfrenta a los posibles vínculos con otros ámbitos artísticos, con
otras realidades no musicales y que, aun entrañando un riesgo de banalidad, la enriquecen. Así el Adagio para
cuerdas de Samuel Barber (1910-1981), cuyo estreno en 1938 en su versión sinfónica (del segundo movimiento de
su Cuarteto de cuerda), se ha convertido, como refiere Alex Ross (otro autor que sabe bien lo que es el éxito)
en un símbolo de cohesión para los estadounidenses cuando han de enfrentarse a alguna catástrofe colectiva. La
untuosidad y el legato de las cuerdas de Barber da paso a la discontinuidad de la guitarra del Concierto de
Aranjuez de Joaquín Rodrigo (1901-1999), solo un año posterior, en cuyo celebérrimo "Adagio" hay quien ha
visto un lamento por la recién concluida Guerra Civil española. Aunque Rodrigo, por su parte, sugiere "tiempos
pasados, los hermosos jardines de Aranjuez, sus fuentes, sus árboles, sus pájaros". En el mismo 1939 la
fábrica de hacer canciones populares, la Tin Pan Alley, lanzaba un nuevo tema, Moon Love. La melodía tenía
algo más de cincuenta años: era el tema inicial, encargado a la trompa, del "Andante cantabile" de la Quinta
sinfonía de Piotr Ilich Tchaikovsky (1840-1893). El compositor había anotado entonces en la partitura, "¡Oh,
cómo te amo! ¡Oh, mi amor!" y multiplicó las indicaciones a los músicos, Dolce molto espressivo, Animado,
Sostenuto, Con desiderio e passione, Con tutta forza, Dolcissimo.
La cara más terrenal de los artistas reaparece, cuando, por ejemplo, Tchaikovsky, siempre tan inseguro acerca
de su música, refiere tras los aplausos en un concierto: "Lo mejor de todo es que ya no encuentro horrible la
sinfonía [refiriéndose a la Quinta] y me empieza a gustar de nuevo". O cuando Rodrigo preguntado por enésima
vez acerca de su inspiración justificó: "Desgraciadamente, yo no pensaba en otra cosa que el tal Concierto me
saliera lo mejor posible, gustara y se tocara mucho".
www.orquestafilarmonicademalaga.com
http://www.teatrocervantes.com
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