26 contacto febrero de 2004 nuestros aliados comunitarios El abrigo de los chiquiticos Lisbeth Rodríguez [email protected] E n el patio de atrás, unos niños juegan. Se escuchan risas. En el comedor, una dulce voz repite: “cómanse todo”. Más arriba, el llanto de un bebé es seguido por un arrullo. En las paredes, se combinan dibujos infantiles con normas de convivencia: “las manos son para construir, no para reprender”, dice uno de los letreros. Toda una mezcla de sensaciones y mensajes se perciben al entrar a una casa de abrigo de la Fundación Amigos del Niño que Amerita Protección, FUNDANA, donde los niños regalan sonrisas que en un momento habían olvidado, pero que ahora han rescatado. Elsa Levi, presidenta y fundadora de esta organización, hace 13 años tuvo la visión de hacer una casa de abrigo para 40 niños. No se imaginó que atendería a estas alturas más de 3 mil. “Cuando empezamos muchísima gente nos decía que en un país de 20 millones, ¿qué hacen con ayudar a sólo 40 niños?. Nosotros contestábamos que para la vida de cada uno de esos niños es significativo, porque acá en las casas de abrigo, son tratados como seres humanos y, muchos por primera sienten lo valiosos que son”, menciona. FUNDANA es una asociación civil sin fines de lucro, fundada en 1991, cuya razón de ser es brindar atención integral a niños en edades comprendidas entre 0 y 6 años, que se encuentran privados del medio famiFotos: Lisbeth Rodríguez FUNDANA brinda atención integral a niños en edades comprendidas entre 0 y 6 años que se encuentran privados del medio familiar por maltrato físico y emocional. Su misión es rescatar y desarrollar al máximo sus potencialidades y lograr su reinserción en un medio familiar armónico. Para ello cuentan con tres casas de abrigo llamadas “Los Chiquiticos”. Con atención especializada y amor brindan una oportunidad de crecer. liar por maltrato físico y emocional, cuya misión es rescatar y desarrollar al máximo sus potencialidades y lograr su reinserción en un medio familiar armónico. Para ello cuentan con tres casas de abrigo llamadas “Los Chiquiticos”. Elsa Levi y Mónica de Gotz, quien es la Coordinadora del programa “Hasta el último Cartucho”, coinciden en que la mayor satisfacción es sentir cada día que han podido cambiar el destino de un ser humano. El trabajo que desarrollan tiene que ver mucho con vocación y deseo de servicio, para que los niños puedan creer con la ayuda necesaria, y desarrollarse como individuos útiles para la sociedad. Así, día a día brindan junto a más de 80 personas, entre trabajadores y voluntarios, el respeto, amor y ayuda necesarios para que estos pequeños reciban un trato justo y puedan ser reincorporados en la vida ciudadana. “Ver cómo llegan y ver cómo salen, es sentir que el esfuerzo valió la pena. Yo me atrevería a afirmar que hemos cambiado los estándares de este tipo de instituciones, porque exigimos control y calidad en la atención de los menores, servimos para modelar un tipo de atención que no existía en Venezuela. Sin embargo, no es suficiente porque no nos conformamos y, sobre la base de la experiencia de 13 años estamos trabajando para mejorar”, afirma Elsa. c Las Villas Ahora Fundana está trabajando en uno de sus más grandes retos: la construcción de 10 villas para albergar a los niños y replicar un modelo de familia sustituta, para lo cual trabajan en conjunto con la empresa privada. “Con Las Villas garantizamos una estabilidad en la figura de padres sustitutos. La idea es que los niños compartan con dos adultos significativos, y pensamos que va a ser muy positivo para ellos y nos va a permitir además que a esas 10 personas le podamos dar un buen salario, beneficios y entrenamiento eficaz en la atención de los menores. Creo que este proyecto va a tener un gran impacto y podrá ser replicado por otras instituciones”, comenta Elsa Levi. Alimentando el cuerpo y el alma. De esta forma seguirán mejorando la historia de vida de “los chiquiticos”, trabajando con mística y fortaleza en el logro de su misión, al brindarle a estos niños la oportunidad de vivir en familia, y prepararse física, emocional y moralmente para un futuro visto a través de los ojos de la esperanza y no desde la óptica de la tristeza, la rabia y desilusión. Recarga financiera Fundana lleva 3 años y medio con un programa de autofinanciamiento que les ha permitido pagar el 15% de los gastos de la institución. Este lo coordina Mónica de Gotz y es realizado solamente por 4 personas, que han logrado colocar a la Fundación como la primera proveedora de cartuchos para reciclajes con más de 950 empresas asociadas al plan, recaudando el 80% de cartuchos reciclados en el país, con un aproximado de 5 mil cartuchos cada mes. El Programa “Hasta el último cartucho” consiste en la recolección de cartuchos de impresoras de cinta, láser y tinta; que son donados por instituciones públicas y privadas, para ser vendidas a empresas de reciclaje y así generar un ingreso fijo mensual para FUNDANA. A esta campaña se han sumado empresas grandes y pequeñas. Por su parte la presidenta de Fundana se muestra muy orgullosa del programa: “Nacimos dependiendo de donaciones y de la voluntad del tercero pero, y aún cuando seguimos necesitando las donaciones, tenemos este programa que nos permite financiar parte de los gastos de la institución”. En octubre 2002 se asignó un aporte a través del Fondo Social Cantv, el cuarto aporte para esta institución, para financiar la compra de 2 camionetas de carga del Programa Hasta el Último Cartucho y el pago del personal operativo de la Fundación. Además, ya varios grupos de trabajadores de Cantv han venido colaborando con esta iniciativa a través del programa Vocación Comunitaria. 27