COMENTARIO A LA TRAGEDIA ANTÍGONA AUTOR: Elías E. Brandán Franco * PALABRAS CLAVES: tragedia – Dios – poder – clases – pensamiento RESUMEN: Se emplea una obra cumbre de la tragedia griega como excusa para analizar el rol del pensador ante las estructuras de la sociedad y la cultura. Esta tragedia Antígona es una obra sublime y en este caso realmente estoy muy convencido de que el trabajo no es ninguna pérdida de tiempo. Al respecto de los anteriores trabajos realizados para esta materia de derecho político, debo decir que es el último trabajo que me toca hacer, y me gustaría hacer como un racconto de las ideas que plasmé en los anteriores, que en esta magistral pieza de Sófocles tienen total cabida. En mi primer ensayo plasmé la idea del poder al modo de una perorata pedantesca y mediocre promovida por el Gran Hermano de Orwell, que sin embargo sugestiona a sus sometidos a la fuerza de un poder omnímodo y completamente impune, lo cual no deja de ocurrir al pie de la letra en ese General promovido a Presidente en la novela de Gabriel García Márquez El otoño del patriarca, en la cual también cualquier divergencia era mirada desde ese poder omnímodo y cuasi ridículo como traición a las formas, estas más espurias que no escritas o tácitas. En la novela Un mundo feliz, de Huxley se vuelve sobre lo mismo, sobre ese poder perverso que ha terminando arraigando la indolencia de un futuro donde todo se soluciona a través de la consumición de una droga multifunción llamada soma, que funciona como somnífero hasta estimulante pasando por antidepresivo, un maná industrial del futuro. En 1984 toma el lugar de Dios el Gran Hermano, en El otoño del patriarca lo hace el anciano militar que hace las veces de presidente de un país, en Un mundo feliz lo hace Ford. Me pregunto ¿cuál será nuestro dios idolátrico? En Antígona es realmente conmovedor ver cómo el personaje más lucido de la obra, el hijo del rey Creonte y prometido de Antígona, Hemón, intenta convencer a su padre de que deje viva a aquella y le perdona su mal, sin embargo el rey se vuelve cual un autista cada vez más y más reacio a los sabios consejos de su propio hijo, quien termina por darse muerte a sí mismo al no poder soportar ver muerta a su encerrada amada. Creo sinceramente que la línea que divide el poder como servicio al bien común de un autoritarismo desmedido es demasiado fina, y esto, inclusive en lo que algunos denominan el poder espiritual de la Iglesia (como contraposición del poder terrenal). Al respecto, el Papa León XIII planteó en la encíclica Rerum Novarum lo siguiente: «Finalmente, la Iglesia no considera bastante con indicar el camino para llegar a la curación, sino que aplica ella misma por su mano la medicina, pues que está dedicada por entero a instruir y enseñar a los hombres su doctrina, cuyos saludables raudales procura que se extiendan, con la mayor amplitud posible, por la obra de los obispos y del clero. Trata, además de influir sobre los espíritus y de doblegar las voluntades, a fin de que se dejen regir y gobernar por la enseñanza de los preceptos divinos.»1 Dice el escritor Jean Paul Sartre analizando el tema marxista en Crítica de la razón dialéctica, que la filosofía «es cierta manera de tomar conciencia de sí de la clase “ascendente”; y esta consciencia puede ser neta o confusa, indirecta o directa: en los tiempos de la nobleza de toga y del capitalismo mercantil, una burguesía de juristas, de comerciantes y de banqueros, algo captó de sí misma a través del cartesianismo; siglo y medio después, en la fase primitiva de la industrialización, una burguesía de fabricantes, ingenieros y de sabios se descubrió oscuramente en la imagen del hombre universal que le proponía el kantismo. Pero para ser verdaderamente filosófico este espejo se tiene que presentar como la totalización del Saber contemporáneo: el filósofo lleva a la unificación de todos los conocimientos regulándose gracias a ciertos esquemas directores que traducen, las actitudes y las técnicas de la clase ascendente ante su época y ante el mundo.»2 Cuánto debemos valorar el pensamiento crítico, el disenso en la democracia, que esta no es sino el poder del pueblo. En estas obras la máxima cartesiana “Pienso, luego existo” adquiere una entidad casi sagrada como la de un credo. Pero desconfió de ese cartesianismo agudo que todo lo justifica por un raciocinio demasiado humano, por un prejuicio de las formas y solemnidades, no por nada el Preámbulo de la CN invoca a Dios como “fuente de toda razón y justicia”. Y me pregunto cuántos pigmeos u hombres mediocres, cuantos remedos de Descartes legitimados de saco y corbata o dizque iluminados que prometen darnos a conocer el valor del verdadero pensamiento hay en el mundo, cuántos Grandes Hermanos, Generalísimos o réplicas de ese dios hecho a medida de las más variopintas industrias del mundo cual Ford. Comparto una anécdota respecto de algunas actividades académicas a realizar por estudiantes: un compañero de los claustros advirtió a otro, ni te gastes en todo eso, mejor bajá resúmenes de Google, pero él no le hizo caso y así le fue; en nuestro país parece mucho mejor agarrar por el camino más corto, pero este es también el camino que puede llevar a un pozo en que el hombre puede morir aplastado y destrozado junto a todo lo suyo y los suyos como en la tragedia griega de un cotidiano accidente de tránsito… Jesús, fijando su mirada en ellos, les dijo: «¿Qué significan entonces esas palabras de la Escritura: La piedra que rechazaron los constructores ha venido a ser la piedra principal. El que caiga sobre esta piedra se hará pedazos, y al que le caiga encima quedará aplastado?» Lc. 20, 17-18 1 2 LEÓN XIII. Carta encíclica, Rerum Novarum: Sobre la situación de los obreros. 1891. JEAN PAUL SARTRE. Crítica de la razón dialéctica. Buenos Aires: Losada, 1963. * Elías Emanuel Brandán Franco: Estudiante de la carrera de derecho y cs. ss. Participó de congresos, conferencias, seminarios de derecho constitucional, derecho político y derecho penal. Apasionado por la cultura general, es instruido en agronomía (perito en cereales y oleaginosas), literatura, filosofía, teología e informática. Aficionado a las letras, tuvo un taller literario en la casa de la cultura de su pueblo, Río Primero y es coordinador de la pastoral de jóvenes en su plataforma de arte en la parroquia del mismo lugar. Este es uno de los breves ensayos presentados por el estudiante sobre las obras literarias que se leyeron en la cátedra de derecho político del Dr. Ricardo Del Barco. Correo electrónico: [email protected].