Poesía 297 MADRIGALES, por Jacobo M. Marín

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Poesía
M
297
ADRIGALES, por Jacobo M. Marín-Baldo. Madrid, Tip. de
la «Revista de Arch., Bibl. y Museos».
Un libro alado, en el que, si los Madrigales no tienen toda la
ortodoxia del género, hay muy bellas rimas y se puede encontrar
más de un pensamiento expresado con frescura y novedad. Justo es
decir que no siempre se ofrecen estas cualidades en las composiciones de Marín-Baldo. En ocasiones, la expresión sibilina se goza, al
parecer, en dificultar el desarrollo de la idea. Procedimiento muy
grato al autor es el de la antítesis, y no todas las que abundan en el
libro aparecen justificadas. Pero al lado de ciertos detalles de mal
gusto, no muy prodigados ciertamente, llega á encontrarse el lector
con poesías como Fidelidad, Rebaño, y sobre todo lastres tituladas,
respectivamente, Miradas, Sonrisas y Besos, que tienen algo de la
gracia severa y espiritual de las composiciones ligeras de SullyPrudhomme. En la que empieza
De rosa, zafiro y oro
y esmeralda
han sido los ojos claros
que mis pupilas besaban...
hay como un recuerdo inconsciente de aquellas estrofas que comienzan:
Ici-bas tous les lilas meurent...
Añadamos que Marín-Baldo, al combinar en muchas estrofas los
asonantes con los consonantes, ha dado en más de una ocasión con
muy acertados efectos de técnica.
E
L CABALLERO DE LA MUERTE, Poemas, por Emilio
Carrére. Impresión de lectura, por Felipe Trigo. Madrid, librería de Pueyo.
Si amáis en los versos la fluidez musical y la expresión clara, si
os gusta que las ideas se desenvuelvan reposadamente, sin atropeUarse en las estrofas como embutidas á viva fuerza, si pedís ritornelos cantarines ó melancólicos y no os desagrada algún giro anticuado, que al aparecer ligando conceptos de ahora los deja como patinados y fijos, abrid El Caballero de la Muerte. Emilio Garrére os
dará en él, por añadidura, su alma dolorosa, moldeada por labehomia. Y no se limitará á deciros sus ensueños de gloria, sus fantasías
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