EL NACIONALISMO MEXICANO

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Introducción
El concepto de nacionalismo ha sido tema de exploración y reflexión de los
músicos mexicanos, dedicados a la investigación o práctica musicales. Los
trabajos al respecto, escritos hace varias décadas, se muestran bajo dos enfoques
y estos dan cuenta de los distintos momentos históricos en que fueron
desarrollados.
Algunos de ellos abordan el nacionalismo como una necesidad en tanto que la
música, al igual que las demás artes, se integra al proyecto de construcción de
nación en sus aspectos políticos, sociales y culturales. Por lo tanto, la idea de
reconocer en la música al México-nación constituye un propósito de los músicos
mexicanos, el cual va tomando forma desde la época de la Revolución.
EL NACIONALISMO MEXICANO
La Independencia, la Reforma, la Revolución y la expropiación petrolera
constituyen cuatro grandes momentos históricos en que se forjó la patria de la cual
todos estamos profundamente orgullosos y agradecidos. Hoy podemos celebrar a
México gracias a las luchas populares que lograron derrotar al colonialismo
español, expulsar a los invasores franceses, vencer a la oligarquía porfirista y
correr a las empresas petroleras internacionales. Si no fuera por la enorme
entereza y dignidad del pueblo mexicano, simplemente no habría hoy patria para
defender.
El nacionalismo mexicano hoy todavía tiene un carácter abierto y profundamente
democrático y popular, a pesar de décadas de manipulación de parte del Estado
autoritario. Ser mexicano es, en primer lugar, ser descendiente de los grandes
pueblos indígenas que desde hace más de 500 años se han resistido férreamente
a ser conquistados. Ser mexicano es también luchar desde abajo para lograr las
grandes transformaciones del país. Tanto la Independencia como la Revolución
mexicanas son reconocidas internacionalmente por su excepcional fuerza popular.
Y en 1938 México puso el ejemplo al mundo al tener el valor de recuperar sus
reservas petroleras de las empresas internacionales y así establecer un Estado
moderno e independiente.
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EL NACIONALISMO MUSICAL EN MEXICO
El nacionalismo es comúnmente relacionado al romanticismo musical de mediados
del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, pero hay ya evidencias del
nacionalismo tanto a inicios como a finales del siglo XVIII.
Los países relacionados con frecuencia al nacionalismo son: Rusia,
Checoslovaquia, Polonia, Hungría, Noruega, Finlandia, Suecia, Grecia, Ucrania,
España, El Reino Unido en Europa, Estados Unidos, México, Brasil, Argentina,
Chile y Cuba en América. La música nacionalista en México tuvo en su periodo de
mayor auge una connotación ideológica, política y social.
El primer compositor nacionalista mexicano fue Manuel M. Ponce, le siguieron
otras figuras como Carlos Chávez y Silvestre Revueltas, quienes desde el
Conservatorio Nacional de Música formaron una generación de músicos como
José Pablo Moncayo, Blas Galindo, Daniel Ayala y Salvador Contreras, los que,
juntos, formaron el Grupo de los Cuatro. La música nacionalista en México tuvo en
su periodo de mayor auge una connotación ideológica, política y social.
El nacionalismo musical mexicano surgió a partir del impacto social y cultural de la
Revolución. En diversos países de América Latina los compositores emprendieron
la indagación de un estilo nacional hacia la mitad del siglo XIX. La búsqueda de
identidad nacional en la música comenzó con un movimiento indigenista romántico
en Perú, Argentina, Brasil y México, basado en símbolos prehispánicos atractivos
para la ópera. El compositor mexicano Aniceto Ortega (1823-1875) estrenó su
ópera Guatimotzin en 1871, sobre un libreto que presenta a Cuauhtémoc como un
héroe romántico.
A fines del siglo XIX y principios del XX se percibía ya un claro nacionalismo
musical en México y sus países hermanos, influido por corrientes nacionalistas
europeas. Este nacionalismo romántico es resultado de un proceso de
“criollización” o mestizaje musical entre las danzas de salón europeas (vals, polka,
mazurka, etc.), los géneros vernáculos americanos (habanera, danza, canción,
etc.) y la incorporación de elementos musicales locales, expresados a través del
lenguaje romántico europeo dominante. Entre las óperas románticas nacionalistas
están El rey poeta (1900) de Gustavo E. Campa (1863-1934) y Atzimba (1901) de
Ricardo Castro (1864-1907).
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PRINCIPALES MUSICOS NACIONALISTAS MEXICANOS
José Rolón (1876- 1945)
Fue compañero de estudios en París de Manuel M. Ponce, de quien recibió, sin
duda, cierta influencia, pues en un periodo inicial siguió las estructuras de la
música romántica, sin embargo más tarde su producción musical se dirigió hacia
formas más innovadoras.
Pianista jalisciense, Rolón era un gran conocedor de las técnicas pianísticas, de
ahí que sus obras para piano fueran, además de nutridas, de gran belleza, un
ejemplo de ellas es: Tres danzas indígenas jaliscienses. Resulta curioso que en
esta obra, considerada una de las más importantes de Rolón, el autor utiliza una
notación particular que imita algunos procedimientos musicales que utilizan los
mariachis mexicanos. En 1905 Rolón fue ganador del premio de música de
cámara en el Conservatorio de París, ciudad en la que conoció a importantes
músicos europeos.
Rolón escribió en 1925 una pieza orquestal titulada El festín de los enanos, que ha
sido catalogada como una obra del nacionalismo impresionista, como podemos
percibir en el estilo del inicio de la obra.
La pieza narra un cuento y está basada en música popular. Así tenemos en una
sección de El festín..., el tema de "Los enanos", canción que data de la
Intervención Francesa y que lleva una gran dosis de humor:
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Estos franchutes ya se enojaron
Porque a su nana la pellizcaron.
[...]
Estos franceses ya se enojaron
porque sus glorias les eclipsaron.
[...]
Se hacen chiquitos, se hacen grandotes
y nunca pasan de monigotes.
El final de El Festín de los enanos tiene un gran parecido al final de El aprendiz
de brujo de Paul Dukas. Esto no tiene nada de extraño, pues Rolón conocía la
obra del francés, que fue escrita en 1897 y estrenada en México por Manuel M.
Ponce 21 años después de su composición. Un par de años después de la
composición de El festín de los enanos, el compositor jalisciense estudiaría en
Francia con el autor de El aprendiz de brujo.
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Manuel M. Ponce (1882-1948)
En los comienzos de la Revolución los principales intereses musicales de Ponce
se encontraba, por un lado, en la vanguardia musical francesa, fundamentalmente
en Claude Debussy, quien era todavía un compositor vivo y uno de los modelos
por antonomasia de la música moderna europea. Por otro, en el folclore musical
mexicano, como fundamento para la composición.
El propio Ponce señalaba en 1941: “Comencé a trabajar con elementos de
nuestra música allá por el 1911, atraído por su sugestión y sus valores que ya
presentía de una riqueza y amplitud tales, como para basar sobre ellos una
verdadera música mexicana”.
Los primeros frutos, que daban cuenta de las ideas que Ponce venía
desarrollando al respecto, se vieron reflejados en una pequeña colección de
arreglos de canciones mexicanas10 –entre las que incluye una de su propia
autoría, así como en una conferencia ofrecida en 1913 en el Ateneo de la
Juventud sobre la canción mexicana.
Manuel se convirtió en un compositor controvertido y se dedicó a crear una obra
basada en temas tradicionales del folclor.
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Carlos Chávez (1899-1978)
En una página anterior se hizo referencia al músico mexicano Silvestre Revueltas,
nacido el mismo año que Carlos Chávez, 1899. Los días de este último llegaron
hasta 1978. A menudo, casi siempre de manera apresurada y borrosa, se los ha
contrapuesto. Revueltas, el músico bohemio, informal y marginado.
Chávez, el músico formal, oficial, institucional y hasta dictatorial en el mundo
musical mexicano que se conforma al pacificarse la revolución. Miradas de cerca,
sus vidas y sus obras no ofrecen tales diferencias sino, más bien, algunas
similitudes definitivas.
Ambos se abocaron a tareas comparables. La principal fue la reconstrucción ideal
del mundo indígena mexicano, para siempre perdido, del que sólo quedaban
algunos instrumentos de percusión y ciertas danzas cuya pureza resultaba
imposible escrutar. Los dos músicos se dedicaron, entonces, a inventar el origen.
Su gran modelo fue, como se dijo en aquella página, el Stravinski de La
consagración de la primavera. No sólo porque al ruso también se le planteó el
desafío de reinventar la música de la prehistoria en pleno siglo XX, sino porque
sus innovaciones técnicas —ritmos y tonalidades superpuestos— resultaban útiles
al ser trasplantadas a tierras calientes. En el caso de Chávez, podemos rastrear
las huellas en partituras como la Sinfonía india y el ballet Los cuatro soles. En
cuanto a los ecos de las músicas criollas que se oían en las verbenas y retretas
populares, he allí su Obertura republicana.
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José Pablo Moncayo (1912-1958)
Por su parte, José Pablo Moncayo nació en Guadalajara, Jalisco. Fue compositor
y director de orquesta y pináculo de la corriente nacionalista que naciera con
Ponce y tuviera gran auge con Carlos Chávez y Silvestre Revueltas. En 1941,
Carlos Chávez le encargó a Moncayo una nueva obra basada en la música
tradicional para ser interpretada en una serie de futuros conciertos.
Éste viajó acompañado de Galindo a la ciudad de Alvarado, Veracruz, donde la
música folclórica se conservaba en su forma más pura.
Estando ahí, recopilaron una serie de melodías ritmos e instrumentaciones
obtenidas de los huapangueros de la región. La trascripción fue difícil, pues estos
interpretaban los sones de un modo distinto cada vez.
El Huapango de Moncayo fue estrenado el 15 de abril de 1941 en el Palacio de
Bellas Artes por la Orquesta Sinfónica de México dirigida por Carlos Chávez.
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Silvestre Revueltas (1899-1940)
Nació en Santiago Papasquiaro, Durango. A los siete años inició sus estudios
musicales. En 1913 se trasladó a la Ciudad de México donde tuvo como maestro
de violín a José Rocabruna y de composición al maestro Rafael Tello, y más tarde
partió a Austin y Chicago en donde siguió sus estudios musicales.
En 1920 inició sus actividades de concertista. Revueltas fue un gran director de
orquesta, de tal suerte que en 1936 se le nombró Director de la Orquesta
Sinfónica Nacional. Revueltas trabajó muy cerca de Chávez, y ambos se
encargaron de la difusión de música nueva de tendencias avanzadas. Revueltas
manifestó siempre un gran amor a todas las expresiones populares mexicanas.
Rechazaba lo cursi y lo sensiblero, pero sabía manifestar muy bien la tristeza del
oprimido, la ironía, la sátira. Su música fue vigorosa, tremendamente nacionalista,
moderna y audaz, a veces humorística y en ocasiones agresiva, pero siempre de
una gran sinceridad.
Dejó cerca de 30 composiciones: música de cámara, canciones, obras
orquestales, etc. Dentro de ellas encontramos melodías indígenas (La noche de
los mayas), o de perfil mestizo (Cuauhnáhuac, Janitzio y Redes). En sus obras
encontramos siempre el aspecto sonoro como una característica vigorosa,
digamos también, irreverente.
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BIBLIOGRAFIA:
paperamzwriter.wordpress.com/.../los-grandes-musicos-del-nacionalismo
www.masalto.com/template
Olga Picún y Consuelo Carredano
http://www.mexicodesconocido.com.mx/la-musica-mexicana-de-concierto-en-el-siglo-xx.html
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CURSO DE FORMACION DE
SGTOS. 1/os. MUSICOS
PRIMERA ANTIGÜEDAD 2014-2015
MATERIA:
SOLFEO
DOCENTE:
SGTO. 1/o AUXILIAR MUSICO
MARIO OMAR CORTEZ CORONADO
DISCENTE:
SGTO. 2/o AUXILIAR MÚSICO
GUSTAVO GILDARDO PERALTA ROSALES
TEMA:
EL NACIONALISMO MEXICANO
FECHA: 13-10-2014
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