TEXTO DE PLATÓN (La República) CONTEXTO HISTÓRICO-CULTURAL El autor del texto, Platón (427-347 a. C.), perteneció a una familia aristocrática ateniense y participó como soldado a los 18 años en la última etapa de las guerras del Peloponeso. El hecho histórico que más le marcará será su relación con Sócrates de quien se hace discípulo y es testigo de su muerte. La obra platónica se enmarca en el contexto histórico de la Atenas del último tercio del siglo V a.C. y la primera mitad del siglo IV. La Atenas democrática sufre la derrota en las guerras del Peloponeso y se ve sometida a la hegemonía aristocrática de Esparta hasta el 403 a. C. La democracia entonces restaurada ya no alcanzará el esplendor de la etapa de Pericles. Las crisis de gobierno y luchas intestinas por el poder se suceden y agitan la convivencia ateniense, tema que obsesionará a Platón desde la muerte de su maestro. La primera mitad del siglo IV supone el fin de la hegemonía ateniense en lo económico y en lo político. No obstante en lo cultural aun conserva Atenas su liderazgo como consecuencia del esplendor del clasicismo del siglo anterior que se manifestó en tres aspectos: a) el apogeo de la literatura dramática ateniense con Sófocles y Eurípides a la cabeza que representan un brillante modo de llevar a la escena las inquietudes vitales y políticas del hombre y la mujer griegos. b) El florecimiento espectacular de la plástica griega y de su arquitectura cívicoreligiosa (Fidias) como expresión del sentimiento colectivo de pertenencia a la comunidad . c) La culminación del resto de géneros literarios, en especial la retórica, con Lisias, quien fustiga al régimen espartano de los treinta tiranos; la comedia ática, con Aristófanes quien critica a la sofística y a las instituciones familiares y civiles tradicionales y, por último, el género histórico, con Tucídides y Herodoto quienes fundan el saber histórico como expresión de la identidad colectiva del pueblo CONTEXTO FILOSÓFICO La filosofía platónica es parte importante de este esplendor cultural de la Atenas del siglo IV. La obra a la que pertenece el texto pertenece al período de madurez de Platón y condensa sus principales doctrinas: teoría de las Ideas, teoría del conocimiento, antropología y filosofía ético-política. La Academia de Platón, que permanecerá abierta cerca de un milenio, marcará la evolución del pensamiento occidental. Platón recoge el legado de los primeros filósofos, especialmente continúa en la línea de Parménides, cuyas características del Ser coinciden con las Ideas de Platón, y en línea con el pitagorismo tanto en su dualismo antropológico como en la concepción inmortal del alma . Pero será la influencia de Sócrates la que mas claramente vertebra el pensamiento platónico recogiendo su intelectualismo moral y su oposición al relativismo sofista. Aunque una de las condiciones que contribuyeron a la aparición de la filosofía fuera la democratización de las polis, la doctrina política de Platón plasmada en la obra a la que pertenece este texto tiene en poca estima a este sistema político. En ello pudo influir tanto su propia circunstancia familiar (orígenes aristocráticos) como la evolución hacia la demagogia de este sistema político durante el siglo IV. En su propuesta de los gobernantes-filósofos resuenan los ecos de la equiparación socrática entre conocimiento y virtud y entre ética y política. Platón dejó una herencia cultural que perdurará en Occidente gracias a la coincidencia con el cristianismo en muchos aspectos tal y como mostró la evolución posterior de la filosofía en la Edad Media (especialmente en S. Agustín). Su más inmediato discípulo, Aristóteles; modificó algunos aspectos de su pensamiento (como el dualismo) pero siguió considerándose un platónico. Sólo la llegada de la modernidad naturalista, científica y humanista quebrará su predominio. Con todo, la orientación idealista y racionalista del platonismo reaparecerá bajo nuevos ropajes en la filosofía (Descartes, Kant, Hegel) y ciencia (Galileo) modernas .Habrá que esperar a la época contemporánea para que entre en crisis el idealismo con la aparición del materialismo (Marx), Vitalismo (Nietzsche) y positivismo (Comte). CONTEXTO HISTÓRICO, CULTURAL y FILOSÓFICO DE TOMÁS DE AQUINO Tomas de Aquino (S. XIII) es el autor más representativo de la filosofía escolástica. La Edad media (Ss.V-XIV) se caracterizó socioeconómicamente por una progresiva ruralización; políticamente se vertebró en torno a la organización señorial de la sociedad (feudalismo) y culturalmente se caracterizó por el predominio de la religión cristiana en todos los ámbitos. El legado cultural grecorromano fue conservado y adaptado al dogma cristiano en las escuelas monacales primero Y. posteriormente, cuando reaparecieron las ciudades (S. XII), en las escuelas catedralicias y las universidades. La creatividad del pensamiento medieval alcanzó sus cotas más elevadas con la filosofía patrística (s. Agustín. S. V), pero la filosofía quedaba identificada Y absorbida en la religión (teologización de la sabiduría). El pensamiento de Tomás de Aquino logró en ese contexto dar mayor autonomía a la razón sin desvincularla de la Fe. Para ello utilizó el pensamiento de Aristóteles, recién redescubierto gracias a las escuelas de traductores del s. XII y a figuras intelectuales de la filosofía árabe como Avicena y Averroes. No obstante el aristotelismo tomista resultó especialmente arriesgado, pues el averroísmo latino había mostrado las incompatibilidades entre el cristianismo y la filosofía aristotélica. La aceptación por el papado del magisterio de Sto. Tomás (fue nombrado teólogo pontificio) le permitió salir victorioso en su polémica con los agustinistas (más platónicos) y con los críticos de las recién constituidas órdenes mendicantes (como la de los dominicos a la que él pertenecía) Nuestro autor realiza en la Summa teológica (que algunos comparan con la estilización y grandeza de las catedrales góticas, que expresan una elaborada concepción religiosa del mundo) una monumental síntesis filosófica en torno a los principales problemas teológicos (Otras obras importantes suyas son: Suma contra gentiles, Comentarios a Aristóteles, Sobre el ente y la esencia). Sto. Tomás recoge en su obra los dos grandes temas que el pensamiento medieval trató de resolver: la relación entre fe y razón y el problema de los universales. Su posición se distancia tanto de aquellos que pensaron que la razón era enemiga de la fe (Tertuliano) como de los que redujeron la razón a la fe (Agustinistas como S.Anselmo). Su respuesta tratará de hacer ver que ambas dimensiones son armonizables y compatibles. La evolución posterior de la filosofía escolástica con autores nominalistas (Guillermo de Ockham) planteará, en cambio, la total independencia de la fe frente a la razón. Respecto a los universales Sto. Tomás intenta mediar también entre posiciones extremas y huye del realismo exagerado que el platonismo atribuía a las Ideas, sin caer en su desvirtuación como meras palabras, tal y como defendían los nominalistas. La antropología y metafísica tomista se inspirará fundamentalmente en el aristotelismo, modificándolo con la distinción de Avicena entre esencia y existencia para subrayar la necesidad de la creación y trascendencia de Dios. Pero es en el campo de la teología natural y la ética donde el pensamiento de Sto. Tomás alcanza su esplendor. En la primera, aunque recoge la tradición filosófica en sus famosas “cinco vías”, su presentación es original. En la segunda, Sto. Tomás fue el iniciador de la corriente de pensamiento político iusnaturalista (ley natural), que mantendrá su vigencia entre la intelectualidad católica hasta el final del renacimiento. En el siglo XIX el tomismo fue asumido como doctrina oficial de la Iglesia en lo referente a la ética. En el siglo XX dio lugar al neotomismo. El esfuerzo tomista por hacer razonable la fe sigue inspirando a muchos creyentes CONTEXTO HISTÓRICO-FILOSÓFICO DE R. DESCARTES Descartes (1596-1650) es el pensador que inaugura la modernidad, en la que la reflexión filosófica se concentra en torno a la noción de sujeto. Su pensamiento se enmarca en el siglo XVII , época en la que se desarrolla la filosofía racionalista. Es una etapa histórica de inquietudes y desequilibrios tras las expectativas generadas en el Renacimiento (Siglos XV y XVI). La economía de la mayoría de las naciones es aún fundamentalmente agrícola. La esperanza media de vida rondaba los 40 años, dándose un alto índice de mortalidad infantil. Políticamente la sociedad está organizada aún por estamentos, agudizándose los antagonismos entre Nobleza y Burguesía, Señores y Campesinos y Grandes y pequeños patronos. El centro político de gravedad lo protagonizan Inglaterra, Francia, Paises Bajos y Países Germánicos. El sistema político característico es el absolutismo monárquico (Guillermo de Orange en Holanda, Luis XIV de Francia, Carlos II de Inglaterra o Felipe IV de España) radicalización y consecuencia del autoritarismo monárquico que en el Renacimiento conformó las nuevas naciones-estado emergentes. Las necesidades financieras de los estados, muchos de ellos en guerra favorecen una política económica proteccionista (mercantilismo). Abundan los conflictos religiosos en Francia (católicos, hugonotes, jansenistas y quietistas), Alemania (calvinistas, católicos y protestantes) y Holanda (arminianismo tolerante burgués, frente a gomarismo calvinista intransigente entre la nobleza y el pueblo). La cultura se nacionaliza. Las universidades decaen en importancia frente a las academias nacionales y los salones. El Barroco es un movimiento cultural popular de exaltación de la religión y la monarquía absoluta en busca de un referente seguro, que contrasta con los nuevos problemas que plantean los filósofos. El racionalismo cartesiano es una de las filosofías características, junto con el empirismo anglosajón del pensamiento del siglo XVII.. Entre las características de este son especialmente influyentes en la filosofía de Descartes : • el éxito de la razón proyectiva y matemática que somete a sus leyes el orden natural ( revolución científica) y social (humanismo) • la secularización del pensamiento que se sacude toda autoridad religiosa o filosófica, erigiéndose en instancia autónoma que todo lo puede explicar Esta confianza en la razón a nivel intelectual contrasta con la irracionalidad práctica reinante en el inestable ámbito político donde abundan los conflictos politico-religiosos (Guerra de los 30 años), en una sociedad intransigente, cuyo paradigma es la Inquisición (Bruno, Galileo, Servet) y en una economía en crisis azotada por las carestías y desabastecimiento derivados de la guerra. Descartes se refugia en Holanda huyendo de este conflictivo ambiente y es allí donde escribe la mayoría de sus obras. Destaca su “Discurso del Método”, obra publicada de forma anónima en donde transluce la preocupación de la modernidad por el fundamento del conocimiento, cuestión que fue abordada por otros autores coetáneos (Bacon, Spinoza, Leibniz, Malebranche). Aceptada la importancia de la razón para orientar tanto los asuntos prácticos como teóricos, frente al predominio medieval del principio de autoridad, se trataba entonces de garantizar la confianza en ella mediante un método seguro que impidiera los errores respecto a la estructura del cosmos recién descubiertos (Copérnico, Kepler, Galileo…). El talante de Descartes será moderado, tratando de presentar su nueva filosofía como un humilde intento constructivo respecto al fundamento del conocimiento, tratando de desmarcarse de su posible catalogación como “librepensador” o “revolucionario” que tan funestas consecuencias tuvieron para otros autores de la época. Sin embargo en su pensamiento nos encontramos ante un claro exponente del nuevo giro copernicano que tomó la filosofía en la modernidad: el triunfo de la subjetividad racional sobre el realismo objetivista precedente. La filosofía de Descartes será un intento de fundamentar y unificar el saber a partir de la propia Razón, buscando un punto de apoyo metafísico incuestionable. Esto le llevará a un nuevo dogmatismo y a una confianza excesiva en las posibilidades de la propia razón, que el empirismo se encargará de cuestionar. El problema del método científico , que también aborda en esta obra quedará resuelto en falso (Dios), necesitando un siglo después, con Kant, una nueva fundamentación. La teoría del conocimiento se basará en el concepto de Idea o representación mental que compartirán también los empiristas. El concepto de sustancia recibirá una nueva interpretación distinta de la aristotélica y que le conducirá a un dualismo ontológico y antropológico en el que resuenan los ecos de la filosofía platónica precedente. Su física mecanicista, en sintonía con la nueva imagen del universo renacentista, contiene aspectos positivos como el principio de inercia, pero sucumbirá debido al lastre metafísico y será superada por la obra de Newton . En ética realiza una síntesis de teorías anteriores (especialmente del estoicismo y el aristotelismo). En definitiva, nos encontramos ante la primera filosofía de la modernidad, que influirá notablemente en todos los filósofos posteriores para seguirla (Spinoza, Leibniz), criticarla (Locke, Hume) o superarla (Kant). CONTEXTO HISTÓRICO-CULTURAL Y FILOSÓFICO DE KANT Kant (1724-1804) fue el filósofo mas representativo de la Ilustración alemana. El pensamiento ilustrado constituye la culminación de la Modernidad iniciada a partir del Renacimiento. El trema central de la Ilustración es la razón como instancia desde la cual enfocar todas las cuestiones que afectan al ser humano. Se trata de una razón crítica con la tradición, secularizada y que en sintonía con la nueva ciencia (Newton) parte de la experiencia para descubrir desde sí misma los principios necesarios que la regulan. Kant sintetiza con su Idealismo Trascendental las aportaciones que el Racionalismo y el Empirismo habían hecho el siglo anterior para replantear el problema del conocimiento, sin caer en sus respectivos errores: el dogmatismo y el escepticismo (Hume). También el problema moral recibirá una nueva fundamentación con su ética formal, que se aleja tanto de posiciones empiristas, a las que tacha de materiales, como del intelectualismo griego racionalista al que corrige al hacer de la voluntad la protagonista de la conducta moral. Su propuesta de una ética universalista basada en la común dignidad del hombre coincide con los ideales de los ilustrados, quienes confiaban en el progreso técnico y moral gracias al propio esfuerzo humano. En lo político Kant también estuvo en sintonía con la nueva concepción contractual y democrática del Estado (Rousseau) que tuvo sus manifestaciones mas patentes en las revoluciones inglesa y francesa, así como en la independencia de los Estados Unidos de Norteamérica. Su obra fue posible, en parte, gracias al ambiente favorable que estableció en su Prusia natal el monarca Federico II, que como otros déspotas ilustrados europeos de la época favoreció un clima de tolerancia y libertad. Esta actitud explica también la disminución de la tensión religiosa que el siglo anterior provocó en Europa numerosos conflictos. Las ideas deístas de autores como Voltaire encontraron eco en Kant al proponer que la religión no traspasara los límites de la razón. La esencia del movimiento ilustrado fue condensada por Kant con su célebre lema “Sapere Aude” (Atrévete a saber) que recogía perfectamente el espíritu de obras tan significativas y de tanta repercusión social como la Enciclopedia de Diderot y D’Alembert o el Diccionario histórico-crítico de Pedro Bayle. Su filosofía de la historia también recoge el optimismo ilustrado al proponer como objetivo histórico posible el cosmopolitismo y la paz a partir de una gran federación de naciones. Todos estos elementos permiten decir que nos encontramos con el pensamiento kantiano ante un acicate para los cambios que desembocarían en el tránsito de la modernidad a la Edad Contemporánea. Contexto histórico, cultural y filosófico de Marx Karl Marx (1818-1883) es uno de los pensadores que han influido de forma decisiva y contundente en la historia del siglo xx. El padre del marxismo no era ni filósofo, ni jurista, ni economista, ni historiador, ni sociólogo, ni político. Era, más bien, un intelectual comprometido, un pensador que se movía entre todas esas disciplinas y un militante fervoroso que luchaba por la realización del socialismo. Marx vive y crea su obra durante una buena parte del siglo XIX. En este periodo el poder político de la nobleza se había debilitado y la burguesía, que había cogido las riendas de la economía, se había hecho también con el poder político. Las exigencias del trabajo, tanto en la industria como en el campo, eran muy duras, casi inhumanas. La evolución del capitalismo y de la industria habían generado unas condiciones de producción miserables, con trabajadores hacinados alrededor de las fábricas y jornadas de trabajo interminables. Alemania, Inglaterra y Francia se convirtieron en los grandes centros del capitalismo industrial. La miseria abundaba en las ciudades y la situación del proletariado era insostenible, formando grandes masas en torno a la industria. A raíz de esta situación, en la segunda mitad del siglo XIX se sucedieron distintos movimientos revolucionarios. El propio Marx desempeñó una acción relevante en los sucesos de la Comuna de París de 1871 y fue uno de los fundadores y dirigentes de la Asociación Internacional de los Trabajadores o Primera Internacional, en cuyo seno se enfrentaron las organizaciones de trabajadores socialistas y anarquistas. La obra de Marx puede encuadrarse en la corriente de reacción de los intelectuales, periodistas y escritores contra el movimiento conservador alemán. Su pensamiento cumplió una función importante en la práctica revolucionaria ejercida desde la prensa y mediante panfletos y libelos. Escribió en La Gaceta Renana y en Anales francoalemanes. Es necesario citar tres elementos importantes para contextualizar la obra de este pensador: la situación de Alemania al recibir las ideas de la revolución francesa, su compromiso con el movimiento obrero y la crítica que ejerció contra la ideología burguesa, la filosofía de Hegel, la izquierda hegeliana, los economistas ingleses y los socialistas utópicos. En la esfera de la cultura, después de la eclosión del romanticismo, se produjo el triunfo de la novela realista y naturalista. Los principales representantes de la novela del siglo XIX son Dickens, Balzac, Stendhal, Flaubert, Zola, Tolstoi, Dostoyevski, Galdós y Clarín. En la pintura triunfaron el impresionismo y el postimpresionismo. Por otro lado, en el desarrollo de la ciencia se produjo la aparición del evolucionismo, que consiguió un efecto muy positivo en Marx. La tecnología avanzó con el motor eléctrico, el telégrafo, el teléfono y el ferrocarril. Además, hay grandes aportaciones a la ciencia por parte de Faraday, Maxwel, Mendel, Mendeleiev, Ramón y Cajal o Cantor. Desde la posición que le confería estar en el límite de varias disciplinas, Marx pudo llevar a cabo análisis profundos sobre el sistema económico, realizar sus críticas contra la alienación, colaborar en la crítica de la ideología burguesa, exponer una teoría de la historia y aportar una visión filosófica, además de proponer los cauces de la revolución socialista. Las críticas de Marx no se centraron sólo en la explotación del proletariado dentro del sistema capitalista, sino que se extendieron hasta las bases ideológicas de la burguesía, contra los filósofos franceses del siglo XVIII y contra los socialistas utópicos. No se podía luchar contra la explotación a base de buenos sentimientos; no tenía sentido intentar conseguir la justicia dentro del sistema capitalista, un sistema económico basado en la propiedad privada, en la división del trabajo y en la explotación del hombre por el hombre. A nivel filosófico, Marx dirigió sus críticas más directas contra los socialistas utópicos, contra Hegel y contra Feuerbach. Hegel fue uno de los antecedentes de la obra de Marx. El idealismo hegeliano consiguió comprender la realidad como un proceso de movimiento y de transformación, en forma de progreso histórico. Pero Marx creía que el idealismo le había impedido comprender que el verdadero motor de la historia es la producción económica. Su concepción idealista lo había llevado a tener una visión trastocada del mundo; al pensar que la idea o el «espíritu» eran los agentes de la historia, veía la realidad al revés, es decir, la ponía con la cabeza hacia abajo, la veía como en una cámara oscura. En cambio Marx, al poner el énfasis en la producción, empleó la ciencia para conocer el verdadero sentido y desarrollo de la historia. En cuanto al pensamiento de Feuerbach, elogió su materialismo, pero criticó que no hubiera asumido la dialéctica. Marx consideró que Feuerbach no había concebido la idea de que el sujeto de la historia está inmerso en una relación de producción y que lo importante de la filosofía no es sólo interpretar el mundo, sino transformarlo. CONTEXTO HISTORICO-CULTURAL Y FILOSÓFICO DE NIETZSCHE Friedrich Nietzsche (1844-1900) es el máximo exponente de la crisis de la razón especulativa que como reacción al idealismo de Hegel se manifiesta en las principales corrientes filosóficas del siglo XIX (Materialismo histórico, Positivismo y Vitalismo). El texto, escrito en 1888, pertenece a una de las últimas obras del pensador alemán y se encuadra en su período de madurez (1883-1890) en el que escribe obras tan representativas como “Así habló Zaratustra”, “La genealogía de la Moral” o “Mas allá del bien y del mal”. Como él mismo reconoce en su autobiografía (“Ecce Homo”) es una buena introducción a su pensamiento, pues sintetiza la ácida crítica de nuestro autor a la tradición filosófica y cultural occidental mediante los temas de la voluntad de poder, el superhombre y la muerte de Dios. Aunque nace en el seno de una familia muy religiosa (su padre fue pastor protestante) y asiste a la unificación alemana, Nietzsche criticará duramente la religión y la moral cristianas y también se distanciará del nacionalismo alemán. Sus estudios le orientan hacia la filología griega, pero su versión de Sócrates como corruptor de Occidente causará escándalo entre sus colegas. Schopenhauer le inspira inicialmente, pero termina por distanciarse de su pesimismo filosófico. Fue amigo de Wagner, pero también acabó alejándose de él y de su arte al que juzgaba decadente. Nietzsche aparece, por tanto, como un personaje aislado y enfrentado a su época. A pesar de este desapego a la tradición cultural que le rodeaba Nietzsche también era hijo de su época. El siglo XIX trazó los perfiles del mundo contemporáneo: industrialización y positivismo científico, socialismo y democracia, nacionalismo y utilitarismo burgués. Ninguno de estos fenómenos deja a Nietzsche indiferente. Si bien parece reaccionar contra todos ellos, también defiende a figuras científicas como Darwin o literarias como Goethe. Es, precisamente con la actitud romántica con la que quizás quepa encontrarle una mayor sintonía, pues la filosofía nietzscheana pretende recuperar una concepción del ser humano como artista o creador de su propia aventura vital. “Idolos” comenta el propio Nietzsche, es simplemente lo que hasta ahora ha sido llamado verdad. El título de la obra (El ocaso de los ídolos) viene pues a significar el fin de la vieja verdad. En ella arremete contra la metafísica. Utiliza para ello su método genealógico, remontándose a los orígenes de las instituciones para captar su sentido primordial. Su conocimiento de la cultura clásica (especialidad en la que licenció) le hace buscar en la filosofía presocrática y en concreto en Heráclito una referencia para su vitalismo filosófico. La evolución convulsa de la propia Europa que se enzarzará durante el siglo XX en dos guerras mundiales hacen premonitorias a estas críticas de Nietzsche en los que se denuncia el carácter decadente de la civilización occidental y sus supuestos ídolos (Monoteísmo judeocristiano, positivismo cientifico-técnico y democracia burguesa). La fenomenología (Husserl) y el existencialismo (Heidegger, Sartre) serán corrientes filosóficas que asumiendo esta crítica nietzscheana propondrán una renovación ética de la humanidad hacia un modo de vida mas auténticamente humano. Freud y el psicoanálisis recogen también de él la importancia de los factores extrarracionales en el comportamiento humano. El raciovitalismo del español Ortega y Gasset también incorporará muchos planteamientos de Nietzsche (P.ej.: el perspectivismo). Actualmente el llamado “Pensamiento débil” del italiano Vattimo o la filosofía deconstructiva de los franceses Lacan, Foucault o Derrida son exponentes de la vigencia de este pensamiento que entre otros ha ayudado a divulgar en España Fernando Savater.