PRANAYAMA Todo individuo se esfuerza a fin de experimentar paz. La paz pertenece a la esfera del corazón, al terreno de la mente, o a la sede del entorno emocional. La paz solo llega cuando se conquistan los conflictos entre alegría y pesar, placer y dolor, lujuria y malicia, a través de los esfuerzos, la disciplina yóguica. A Dios, al Ser sin principio ni fin, se le designa como eterno e infinito. Del mismo modo, el conflicto y la paz existen desde tiempo inmemorial, y también son eternos. Todos sabemos que la vida está llena de conflictos. La vida se abre paso entre lo desagradable y lo bueno o propicio . La mente humana sujeta al Sí Mismo mediante pensamientos engañosos. Estos son: deseo, cólera, avaricia, obnubilación, orgullo y odio. Muy al principio, Patañjali afirma que cuando la mente está aquietada y silenciosa, el yogui descansa en su morada (Y.S., I3), El jivatman. El sosiego solo es posible cuando el ser humano comprende las causas de conflicto, pesar y confusión. Patañjali explica con claridad cristalina que la carencia de sabiduría espiritual y el orgullo, el apego a los deseos, la aversión hacia los pesares y el temor a que la vida se acabe son el origen de los sufrimientos. En el momento en que se analizan, se comprenden y, a través del cultivo de la disciplina yóguica, se conquistan, se subliman todas las confusiones emocionales y se manifiesta la paz. No se pueden conquistar los conflictos sin criterio, sin auoconocimiento (vivecana). Para distinguir entre las sensaciones impermanentes agradables y los deleites espirituales permanentes se requieren discriminación y razonamiento (viveka y vicara), que han de desarrollarse mediante la práctica (abhyasa) y la renuncia (vairagya). La práctica implica tapas. Tapas no es otra cosa que disciplinar la mente mediante los ocho aspectos del yoga. Esta práctica no puede completarse sin fe (sraddha), valor (virya), el estudio de textos sagrados y acerca del propio comportamiento (svadhyaya), determinación (drdhata) y meditación profunda (dhyana). A fin de vencer las seis causas de confusión, han de utilizarse los seis radios de la rueda de la paz. Estos son viveka, vicara,sraddha,virya,abhyasa y vairagya. Entonces a través de este cultivo refinado (samskara se manifiesta la sabiduría en el ser humano, a la vez que su cabeza obtiene claridad y la mente se sosiega. Pero es sobre todo la práctica del pranayama la que cuenta con el poder de calmar la mente agitada. Los sabios consideraron el pranayama como el cubo de la rueda del yoga. Es el corazón del yoga, una piedra angular de la paz y prosperidad espiritual. El prana, aunque es uno, cuenta con muchas ramificaciones. Prana significa energía a todos los niveles: físico, mental, intelectual, sexual, nuclear, espiritual y cósmico. Como energía, el prana vibra en forma de calor, luz, gravedad, magnetismo y electricidad. En las Upanisads se dice que el prana nos permea a nosotros así como al sol dador de vida, la luna, las estrellas ,las plantas, las nubes, los vientos, las lluvias, la tierra, el agua, el fuego y demás. Está en todas y cada una de las cosas que existen en el universo. En la Chandogya Upanisad (VII.15, 1-4) se dice que la vida es más grande que la esperanza; la respiración y la vida están ligadas como los rayos están ligados al cubo de la rueda; la respiración proporciona vida a las criaturas vivas. La respiración vital es nuestro padre, madre, hermano, hermana, maestro y brahman. La respiración es todo eso. Quien así lo ve, quien piensa en ello y lo comprende, se convierte en un excelente orador. La Kausitaki Upanisad (III, 3-4) menciona que puede vivirse privado del habla, pues ahí están los mudos; sin vista, pues ahí están los ciegos; sin oír pues ahí esta los sordos; también hay gente sin mente y otros sin piernas ni brazos. Pero es el Sí Mismo que respira el que sostiene el cuerpo y el que se adueña de la inteligencia del que ve. Así, lo que sea el Si Mismo que respira, eso mismo es la inteligencia del que ve. Lo que sea la inteligencia del que ve, eso mismo es el SiMismo que respira; residen juntos en el cuerpo, y juntos lo abandonan. El Hathayoga Pradipika también insiste en que mientras hay un hálito de respiración en el cuerpo, hay vida. Cuando la respiración desaparece, la vida también lo hace (HP., II.3). Por lo tanto, Svatmarana, autor del Hathayoga Pradipika, dice que hay que regular la respiración. Dice que donde hay respiración ahí está la mente y donde está la mente ahí esta la respiración. Patañjali sugiere métodos de alternativos para aquietar la consciencia. Uno de los medios de aquietar la consciencia es controlar la espiración. A partir de ello se puede inferir que la consciencia (citta) y la energía (prana) son como las dos orillas de un rio o las dos alas del que ve. Si la respiración es irregular, la mente oscila. Cuando la respiración es regular la mente esta quieta. Mientras la respiración y la mente están sosegadas, una serenidad tranquila fluye en el ser humano. Prana y pranavrtti Cale vate calam cittam, niscale niscalam bhavet (H.P., II.2). "La mente se mueve según el fluir de la respiración. Cuando la respiración se aquieta, también la mente se aquieta y silencia" Nuestro movimiento respiratorio normal no es rítmico. La inspiración puede ser larga y la espiración corta, o al revés. Si se presta atención a esta inspiración y espiración, se experimenta un efecto neutralizador de la mente. Esta reacción en la mente a través de la regulación de la respiración debió llevar a Svatmarama a concluir que el control de prana (pranavrtti stambhana) era la clave de la emancipación. Patañjali afirma que el dominio del pranayama aparta el velo que tapa la llama de la inteligencia, y anuncia la aparición de la sabiduría (Y.S II.52).Además dice que la mente adquiere la competencia de acercarse hacia la concentración para la realización del que ve (Y.S., II.53). Por ello, el pranayama se convierte en la piedra de toque para la realización del Símismo. La vida existe mientras la energía absorbida a través de la respiración permee el sistema inmune. La muerte sobreviene cuando la respiración desaparece (H.P., II.3). La práctica regular del pranayama nos protege de la enfermedad, la vejez y la muerte. Todos los yogacaryas de antaño afirmaron que una práctica correcta del pranayama lubrica el sistema rectifica las perturbaciones de los humores: vata (viento) pitta (billis) y slema (flema). Pranayama forja una enorme potencia en el practicante para hacer frente a la luz infinita cuando la gracia descienda sobre él. De igual manera que el sol irradia luz de manera regular y uniforme sobre la tierra, también el prana irradia uniformemente luz de manera regular en toda la creación. Al prana también se lo llama bioenergía, energía vital o fuerza vital. Prana también se conoce como hálito vital o vayu. La respiración es posible través del prana obteniéndose vitalidad y fortaleza. La vida se extingue cuando el prana desaparece. El hálito vital que absorbemos contiene potentes agentes oxidantes en forma iónica, que energizan las células para recargar y descargar su corriente para un funcionamiento adecuado y un homogéneo de los diversos sistemas humanos. A efectos prácticos, este mismo prana se designa según su situación y funciones en el cuerpo. Se llama prana y apana, samana, udana y vyana. Prana esta situado en la región del pecho. Controla el movimiento de la respiración y absorve energía vital atmosférica. Apana, situada en la parte inferior del tronco, ayuda a descargar orina, semen y heces. Samana reside en mitad del tronco en forma de combustible (jatharagni) y ayuda a la digestión y asimilación. Udana localizado en la región de la garganta, permite respirar e ingerir alimentos. Controla las cuerdas vocales. Vyana permee todo el cuerpo y distribuye la energía recibida del aire y los alimentos a través del flujo sanguíneo y los canales nerviosos. Existen además otras cinco energías complementarias (upavayu). Son naga, kurma, krkara, devadatta y dhanamjaya. Naga alivia presiones de abdomen a través del eructo, kurma controla los movimientos de los parpados, evita la entrada de elementos extraños en los ojos y ayuda a los músculos oculares a contraerse o dilatarse, según la intensidad de la luz. Krkara no permite la entrada de elementos indeseables a través de la nariz o la garganta. Si algunos de esos elementos entran, nos hace estornudar o toser de inmediato. Devadatta hace bostezar e induce a dormir, mientras que dhanamjaya produce flema que actúan como cojines en nuestro sistema vital y se dice que este apavayu permanece en el cuerpo tras la muerte, hinchando y degenerando el cadáver. A estas alturas ya sabéis lo que es el prana. Pero ¿Qué es el pranayama? Pranayama es una ascensión vertical (arohata), una expansión horizontal (dairghyata ) una extensión circunferencial (visalata) de la respiración para que los pulmones, la caja torácica y la pared torácica aumenten la expansión y la extensión. Es una palabra compuesta de prana “energía”, y ayama, “estiramiento, extensión, expansión, longitud, amplitud, regulación, prolongación y control” Tiene cuatro aspectos: inspiración (puraka), retención interna (antara kumbhaka), espiración (recaka) y retención externa (bahya kumbhaka). Puraka es la inspiración larga, sostenida, sutil, profunda, lenta y rítmica. En la inspiración, los ingredientes energizantes del aire atmosféricos penetran y se difunden delicadamente por las células de los pulmones, revitalizando la vida. Ello no solo aporta un estado más saludable, sino que también aumenta la duración de la vida y la convierte en fructífera. Tras inspiración profunda viene antara kumbhaka, es decir, la retención de la respiración. En esta retención la energía absorbida se distribuye por todo el sistema a través de la corriente sanguínea. El tercer aspecto es recaka o el arte de descargar o exhalar lentamente el aire viseado en forma de toxinas mediante una espiración lenta, sostenida, profunda y sutil. Tras la espiración viene el cuarto aspecto, bahya kumbhaka, en el que se mantiene una pausa según las capacidades pulmonares, sin inspirar. Así, se purgan y vacían todas las tensiones y la mente permanece silente y en calma. Tipos de pranayama Surya Bedhana, Ujjayi, Sitkari, Stali, Bhastrika, Bhramari, Murccha y Plavini. Kumbhaka significa recipiente. Aquí el torso representa un recipiente, de ahí la palabra kumbhaka. Sea cual fuera el pranayama que se practique, hay que permanecer totalmente absorto en ello como un sabio que no permite que su mente se distraiga. Advertencia: Al practicar pranayama se le aconseja al sadhaka que siga el ejemplo de domador de tigre, leones, elefantes, que estudie sus hábitos y humor para luego empezar a domarlo lenta y profundamente. Trata a los animales con amabilidad y consideración para que no se vuelvan contra él y lo ataquen. Del mismo modo el sadhaka que practica sin entender la capacidad pulmonar y el arte de mantener el cerebro pasivo o el movimiento adecuado de la pared torácica, se perjudicará a si mismo (H.P., II, 15-16). Un martillo neumático puede atravesar la piedra mas dura. Si no se usa de manera adecuada, puede destruir tanto la herramienta como al operario. Estudiad cuidadosamente vuestra respiración y proceded paso a paso. Si practicáis pranayama con prisa o forzados podés causaros daño. Pranayama no es solo respiración profunda. Existe una diferencia; en la respiración profunda los músculos faciales y las células cerebrales se endurecen. La pared torácica(los músculos intercostales y las costillas) se elevan dinámicamente de manera forzada al aspirar aire en la inspiración y con una pesada expulsión en la espiración. Si el agua sale a raudales, llegara con mucha fuerza al contenedor, pudiendo llegar a romperlo. Con la respiración forzada ocurre lo mismo. En la respiración pranayamica, las células cerebrales y los músculos cerebrales están pasivos y receptivos. Manteniendo la actitud de espectador pasivo se observan todas y cada una de las fibras de la pared torácica manteniéndolas receptivas y móviles respirando sin forzar. Al inspirar se hace sitio en el pecho gradualmente a fin de absorber el aire que entra, humedeciéndolo para que pueda llegar a todos los recovecos de los pulmones y así alimentarlos. El arte de equilibrar el esfuerzo de inspirar o espirar debe sincronizarse con la receptividad de las células pulmonares para que respondan al recibir la respiración. La espiración tiene lugar cuando se libera gradualmente el flujo de aire y al mismo tiempo se proporciona el tiempo suficiente para que lo alvéolos utilicen al máximo la energía del aire inspirado que aun permanece en el pecho. Esta observación pasiva infunde esperanza y calma en el centro emocional. De este modo, los efectos de pranayama son claros a la hora de alimentar el cuerpo con mucha energía oxigenada. Ese proceso no se llama respiración profunda, sino pranayama verdadero. Efectos del pranayama Svatmarama dice: “La practica errónea de pranayama provoca multitud de afecciones como hipo, respiración trabajosa, tos, hormigueo en los oídos y sensación de ardor en los ojos”(H.P., II. 17) Síntoma de presión sanguínea alta”. La practica correcta libera de perturbaciones psicofisiológicas y aporta brillo a los ojos, salud en el cuerpo, inteligencia luminosa y clara, calma y serenidad en el propio Sí-mismo”. (H.P., II.16). El pranayama no solo regula el flujo de energía, sino que también el movimiento de la mente, sus fluctuaciones y oscilaciones. El prana y la mente son como el mercurio. Igual que el mercurio se aglutina mediantes procesos especiales, también prana y mente han de ser aglutinados mediante el yoga a fin de experimentar serenidad. Aunque ambos están mezclados como leche y agua, además la mente depende del deseo (vasana) y la energía (prana). Si uno de los tres –mente deseo o energía- se torna inactivo entonces los otros dos también hallarán su culminación en la quietud y el silencio. Por eso, Svatmarana dice que la absorción total se obtiene bien siguiendo los métodos de aquietar la mente o bien de aquietar la energía: si se silencia una de ella, la otra descansa. Así pues, pranayama ayuda a suspender los movimientos del cuerpo, de los sentidos y de la mente, y conduce hacia dharana, dhyana y samadhi, las disciplinas sutiles del yoga. Pranayama aclara y apacigua el cerebro febril que impide el pensamiento y el razonamiento correctos, y la mente se eleva hacia la meditación. En pranayama, el sadhaka utiliza su cuerpo como altar propiciatorio (yajña kunda). La inspiración es el verter la mantequilla clarificada sobre el altar. La espiración es la llama que arde en el yajña kunda. Kumbhaka aparece, en la forma de mantra, como ofrenda sacrificial para que el si mismo se fusione y disuelva en el alma universal, Dios o Paramatma. ¿Es asana esencial para pranayama? El Si Mismo es el núcleo y el cuerpo es su funda o cubierta. Asana los une entre si de manera que lo conocido (el cuerpo) se fusione con lo desconocido (el si mismo, y ambos sean conocidos) como uno. Al realizar asanas han de observarse algún detalle en cada postura. Un estiramiento igualado a cada lado del cuerpo es veracidad en la presentación. La coordinación de cuerpo y mente, y una absorción total del si mismo en cada asana son condiciones necesarias. Al observar los principios de yama y niyama en cada movimiento de la asana, el campo o cuerpo (ksetrajña o el que ve). Al realizar asana hay que comprobar si el cuerpo y el conocedor del campo se hallan divinamente casados. Resulta curioso comprobar que todos los manuales de yoga afirman categóricamente que el dominio de las asanas es un prerrequisito para la práctica de pranayama. Hoy en día se pasa por alto esa cuestión, y ahora se considera normal que baste con cualquier asana cómoda. No obstante la práctica de asana es esencial antes de emprender el camino de pranayama. Las asanas ayudan a mantener despejado el sistema nervioso para que la energía inspirada pueda moverse de manera ininterrumpida sin obstáculos. Si los nervios están oxidados y bloqueados a causa de estrés ¿como podrá el prana moverse o como podrá nadie alcanzar la mente? El Hathayoga Pradipika dice que la práctica de asanas y pranayama aparta el velo que separa cuerpo y mente. Nos mantiene sanos y ligeros corporalmente, luminosos en la cabeza y tranquilos en el corazón. Es un puente entre la mente y el si mismo es el instrumento que desvanece la oscuridad y la ignorancia para poner en su lugar el conocimiento y la inmortalidad. Es un arte mediante el que disfrutar de una paz incondicionada para el propio deleite interior.