Cr6nica Científica

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Rez,istn del Centvo d e Lectura
Los dias de bullanga, ó que perillava n'hi hagués, se
concixia a l carrer hfajor en que'ls argenters deixaqan
de posar sobrc'l taulell de la porta'ls apar;idors de las
arrecadas.
Aquestas eran, segons la moda d'aqiiells temps, geiieralment formadas a b esmeraldas y rubis, y moi~tadas
cn or que tenia'ls quilats de Iley L a forma e r a llarga,
dc vuyt 6 nou centimetres per dos d'amplária. En los
temps A que'rn refereixo, ja sois las pagesas de Reus y
las dels poblcs de la rodalia, Priorat y Baix Arag6,
usavan arrecadas d'aqueila forma y classe; no obstant
se'n venían moltas, pcrque era costúm que'ls promesos
en tots los casaments que's projeitavan 6 tractasan en
los pobles de la montanya, vii~guessin á comprar
Rens las joyas dc la iiuvia. Aixís molt sovint, casi tots
los dias, s e vcya al carrcr Major entrar 6 sortir de
casa'ls argenters, familias pagesas 6 forasteras, a b los
seus trajos caracteristichs que t a i ~ en
t aquclls temps se
distingian dcls de Reus.
L a s innov;icions de la moda y la competeiicia en
classc y prcu feta per la gran industria procedent de
fora, han aeabat, pot dirse, ah los argenters de Reus.
Los pochs que quedan ja no construheixen arrecadas
ni joyas dc cap mena. Aisis que de vint anys á aquesta
part rio han iiigressat B I'ofici aprenents y'ls tadrins
que hi havia ha11 mudat d'ofici 6 han mort. Lo derrer
ha estat lo senyor Muró A que m'he referit. Fins als
iiltims dias de la scv;r vida ha trcballat en ti11 rec6 de
gorfa fent las Jirrecadas llargas tradicionals qiie venia
als botigucrs de Casp y d'algún altre poblc del Baix
Aragó, ahont encara bi h.i pagesas que las usan.
A b Mur6 ha finit lo gremi d'argenters de Reus.
tJ.
G ü e l t y mercadep.
E N V I A N T L I CANSONS
Com un esbart d'alegres aurenetas
que fugcn de ciutat, sentintse atretas
per la grogor suau d'un camp de blat;
aixis, donchs. mas cansons van á tú, hermosa.
Reblas ben somriseiit y carinyosa
y óbralshi lo teu cor de bat B bat.
No son els planys d'un' ánima entristida.
Son notas que s'escapail d'una vida
que bojameiit s'abrassa en els vint anys.
Son els esplays d'un cor qu'estima mass a...
L'alegria que passa
y s'emporta recels y desengaiiys
&las cansons no seran may acabadas.
Mas cansons brotarán enamoradas
mentres tú y jo ocupém lloch en l'espay.
T ú ves llegint y més cansons espera,
que son flors d'una hermosa primavera
que no passará may.
Y si algil11cop se para ma complanta.
besa mon front y després digam: -¡Canta!Y en rnon cor floririn novas cansons.
Jn cantaré cansons vibraiits y y alegres
mentres hi hagi caliu en tos i ~ l l snegres
y en tos Ilabis petons!
R. Surinyaeh
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Cr6nica Científica
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Senties.
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FUERZAS PERDIDAS Y APROVECHABLES
P A R A L A l N D U S T R I A ESI->ANOLA
En la naturaleza hay infinitas fuerzas que el ingcnio
humano utiliza para su proveebo, dependiendo en gran
parte los adelantos de la industria moderna, del aprovechamiento di: estris fuerzas natur:ilcs. L a nr:iquina de
vapor requiere fuerza calorifica,'que se obtiene de la
hulla, carbón petreficado ó vegetales fósiles qiic en
rcmotísimos tiempos absorbieron calor solar.
E l agua que desciende desde cierta altiira, es un
motor de primera importancia, que se utiliza constantemente haci6ndola obrar sobre mdquinas conrcriiente
mente dispuestas, que se conocen con el nombre de
motorcs hidriiulicos; pero e1 agua que desciende, aprovéchese 6 no su fuerza viva, pierde toda su acción desde el momento que llega al m a r , y es ~ r e c i s oque un
agente natural la vuelvi~,í elevar B las montaiias, para
que, descendiendo por arroyos y rios, sea nuevamente
utilizada como fuerza motriz. Estc aparato natural, no
es otro que el calor solar, el cual evztpora el agua esparcida por el haz de la tierra, la que, condensada inás
tarde, desciende cii forma de lluvia .ialinieiitar los valles y los cauces, beiiericiando antes los campos y los
prados, y B veces, no sienipre, 12%utiliza la industria
para poner en moviniiento y activickad la maquinaria de
las iábricas.
E n España se pierden grandisinias caiitidades de cslas fucrzas natiirales y solameiite eii Cataluiia so11 regularmente aprovechadas poi- la iodusti-ia maiiufacturera de las riber;is del Llobregat y del T e r ; en otros
paises, cuando liay una corriciitc de agua constaiite y
de cierta importancia, s e procura crcni- saltos, cortando
con presas la corriente de los rios, <i fin de que se elcve
el nivel del liquido para haccrlo pasar. aprovechando
la caída, por la miquina motriz que ha de permitir utilizar la fuerza de :iqui.l; sübido es que el trabajo de
una fuerza, en un tiempo dado, es el producto de dicha
fuerza por el calnino recorrido en este ticrnpo; aquí la
fuerza no es el agua, que al fin y al c:ibo cs la materia,
pero puede decirse que es el origen de 1 ; ~fuerza, ó mejor el revelador dc csta fuerza, que no es otra que la
gravedad, la que obrando sobre las moléculas liquidas,
las hace descender con un movimiento acelerado, y el
trabajo producido es el que puede aprovechar la Iodustria.
E l receptor es generalmente de dos tipos distintos: 6
una rueda vertical, en cuyo caso se llama rueda hidráulica, 6 una'rueda horizontal conocida con el nombre de tzcrbilra.
Una de las dificultades que antes existian, para aprovechar la fuerza hidráulica, e r a quc debía montarse el
establecimiento industrial cerca de los saltos, y estos
%O
R e v i s t a del Ccrr,
poi- lo general se encuentran alejados de los mercados
T. de l:is vias de comunicncióii establecid~s. Aún que
este ohst;iculo ha sido vencido en las provincias de
Barcelona y Ceroiia, y a qiie la g r a n industria de hilados y tejidos de algodón se ha instalado ;i las orillas
del Llobregat, desde sus origeiics eti las faldas del Pir i l i ~ o en
, Olbaii, hasta cerca de su desngtic cri el h'lediterr;iiico, constituyendo iiria iiileva pobl;ición industrial,
desde Slniiresa ;i Rcrga y con cciitros fabriles de lalita
importanci;~como Olesa de 3lontserr;it y Esparraguer a : hasta tal puiito qiic dificilmeirte se podr;i encontrar
otro Iiigar nproi-ecliable en el largo camirio de este rio;
y con rcspccto 31 T e r , 110 resulta menos aprovechada
s u iiicr~a,radicaiidocn sus orillas poblacioiies fabriles,
como Oris, Saii Quiuse, Torclld, LIanlleu, Voltregá y
Rod:r: pero este aprorech;iniieuto si es notable en la
de Barcelona, por lo quc s e refiere :i la totalidad dc la naci¿n, represc~itaiiiia ptrdid:l de mAs de
cuatro niillolies de caballos de fiicrx:i, segun c;ilci~los
heclio': por la Direcciúii general de Obras públicas.
Algunos de los utilizables soii conocidos; por ejemplo, 3.000 en las 1ngun;is de Ruiclera, 1.500 en el trozo
del rio Mino compreiidido eiitrc los Peares y la desembocadiira de Ariioya, 100 del río 'rio, en la Peña de
los Eiiz~morados, etc. Xuclias reviieltas de niiestros
rios esigiriaii tan solo la apertui-a de un tuiiel qne precipit;.ise siis aguas i: ti-;i\-és de la alta y estrecha estribación que ;i veces sep;ira el principio y fin de aquella.
Tambi61r stt iitilizan para la indiistrin los pantanos, par a nprovecl~aren periúdos iiitcrniiteritcs la cantidad de
agua necesaria cuando es escasa la de los m;~nantiales
que la alirnciitari.
En casi todos nuestros canales c-xi:ste t;imbién fuerza
motriz iitiiizada ú utilizable. Eii el Imperial de Aragóii,
se oprovech:in 527 caballos, cii el de 1;i Infanta 400,
etc. De eniplear el caballo hidráiiiico ó el caballo de
vapor, Iiíly una economía eri fsivor del prinicro de iinsis
ochocientas pesetas anuales por t6rmiiio niedio. Véase
pues, si es importantísinin la fuerza que se pierde y que
podria :iproucchar la iiidustria iiaciontil.
Eii el siglo XT"1 iiuesir;~iiidiistria fabril, unida ;i la
rural, iubria nuestras nccesid:idcs; hoy dista niuclio de
sucedrr esto; iio guarda proporción el trabajo productivo con <:1 coiisunio, y prccisii, para salvar la CI-isis,
imitar ;i las iiacioiics m i s adelantadas, aprovechaiido
los bicncs de que nos dotó la iiatnralcza, \,aiiéiidoiios
de los progresos ciciitificos, trnirsport;indo la fuerza
por 1;t electricidad, ),a que c s t i probado qtic cl radio 'le
acciúii de uii siilto de ;igiia se prolonga, es decir, puede
separarse el motor Iiidriiiilico de las m;iquiii;is de 30 ;i
10 kilóinetros, sin m;is enlace que un simple alambre.
Existen numerosas inst;rlaciones <le est;i clase eii
Suiza, Francia, Alemania C Italia, y Españct es uiia de
las n;ici<>ncsque m;is proi-cclio puede11 snc;ir de este
dcscubri;nicnto.
Ni una sola gota de agua deberia ir a1 mar, si11p:igar
el debido tributo, pues graii pnrte dc lo que debiera
constituir niicstra riqueza. se pierde rniscrablemente,
acusando nuestra indolencia
iQ U A T R E G A T S '
F a b i u11llibrc
ne publica
hont explica
grans vritats;
y'l despreci
d'algún neci,
f:t que'l comprin
iqzLntr,e grrts!
Si un f a un acte
nieritori,
no I'acori
trobd' ingrats;
que, en la vida
fementida,
agraheisen
iqr6ntre gnts!
Autors mouhen
gran cridoria,
cercant gloria
á grapats;
seiit d'aquestos
103 modestos
y'ls que suran
i q n n t r e gnts!
En 13 vida,
un, d I'hora
riu y plora
sos enibats.
Que bf estigari
y sols rigan,
;qu;ints se'n contan?
jqzrnt~,cgnts!
El Teatro atraviesa :tctualmente una época di. marcada decadeiicia. D c los buenos tiempos en que luci;~
con todo el explendor que le proporcioiiaban iiiinortales
autores y llorados actores, no queda mas que el recuerdo. Pasó aquell;~generación de Lope dc V e g a ,
Moratin, Calderó~idc la Barca, Ramón de In Cruz y
tantos otros como podrianios citar; pasó, y por desgracia la generación presente nada ha hecho. oo ha imitado en nada los desvelos, los estudios y los sacrificios
con que aquellos il~istrcsescritores supieron crear un
teatro iiacional, orgullo dc propios y adinirsción de extraños.
L a decadencia, I;i p;iralizacióii reinante, no la atribuimos nosotros J que. en la actual generación de escritores no baya hoiiibres que podrian darle dias de
gloria y podrian sac:irle del estado en que se encuentra, puesto que estamos coiivencidos de que los hay,
pero éstos, iio sabemos por que cxusas, no emprenden
tan noble labor:
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