Existen diversas relaciones entre las funciones neuroendocrinas femeninas, y las enfermedades afectivas, sobre todo las depresiones. De interés creciente para la psiquiatría es el llamado síndrome premenstrual (SPM). Este diagnóstico correspondería sólo cuando los síntomas son suficientemente graves para provocar un fuerte deterioro en el funcionamiento social, intelectual y laboral, y si se ha presentado en la mayoría de los ciclos menstruales del año anterior. Los signos aparecen los días que preceden a la regla y, en general, se acaban de manera súbita cuando se inicia el flujo. Estos son muy variados. La mujer, de pronto, se siente triste, llorosa o irritable, con extremada ansiedad, cree estar al "límite", su ánimo se vuelve depresivo, hay desesperanza e ideas de autorreproche, disminuye su interés por actividades habituales como estudio, trabajo, amistades, entretenimiento, tiene pérdidas de energía y se fatiga, le cuesta concentrarse. Además manifiesta un cambio brusco en el apetito, bulimia o apetencia excesiva por alimentos específicos, en especial carbohidratos. Sufre hipersomnio o insomnio, malestares físicos, hipersensibilidad o tumefacción mamaria, cefalea, dolores de huesos y músculos y la sensación de "estar hinchada". No se conoce el porcentaje de casos del SPM. Como los síntomas o molestias psicológicas leves son relativamente frecuentes durante los días previos a la menstruación, se requeriría un tratamiento cuando éstos se hacen intensos después de los 30 años de edad. Tampoco se conocen con exactitud las causas. Se sabe que participan factores hormonales por desbalance estrógeno-progesterona y aumento de prolactina. También factores psicológicos como la influencia de situaciones estresantes; características socioculturales que involucran el concepto de la menstruación en las diversas sociedades y la relación con los trastornos afectivos o depresiones. Nos detendremos en este último punto. Habría asociación, puesto que en los años anteriores a que entren el SPM y durante él, las mujeres evidencian, con cierta frecuencia, episodios depresivos. Por otra parte, es reconocido el nexo entre depresión y alteraciones en la función reproductiva por uso de anticonceptivos orales, y en períodos de post parto o menopausia. No se debe olvidar que la baja de la líbido es un síntoma habitual en los cuadros depresivos de mujeres y hombres. Muchos tratamientos se ensayan con resultados variables: dieta, vitaminas, diuréticos, hormonas, bromocriptinas; diversos fármacos antidepresivos y , recientemente, la privación de sueño. Pero solamente una historia médica cuidadosa, exámenes de laboratorio y una relación de confianza médico - paciente son los que permiten elegir el tratamiento que tenga mayores probabilidades de ser eficaz. Revista Ya Dr. Pedro Retamal, Médico Psiquiatra