La Inilüstfia Cordera en el Millo - Servei de Biblioteques de la

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Figueras 15 de Octubre de 1902.
Año III.
REVISTT^
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ESPAÑA
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La Inilüstfia Cordera en el Millo
El aspecto de un alcornocal no es agradable.
Los árboles que lo componen, en general, no son
bonitos; la corteza del tronco y de lae ramas, si los
cubre el corcho bornizo; el tono rojo intenso de la
camisa, si acaba de arrancarse el bornizo; el color
pardo sucio del corcho segundero, en formación;
las ramas retorcidas y cubiertas de un follaje verde ceniciento, poco espeso; la escasa densidad de
los rodales, cubiertos en grandes extensiones de
matas de monte bajo: jaras, tomillos, romeros, genistas que son temibles focos de incendio; las manchas blanco-cenicientas del granito descompuesto,
detritus de la roca del subsuelo que añora entre la
masa esponjosa del suelo, rico en substancia feldespática, son accidentes que forman un conjunto poco armonioso que desentona y hiere la vista, que
sólo descansa bajo la sombra do grandes masas de
vegetación que amortiguan los efectos de luz excesivos matizados de tintas suaves que producen el
encanto de todo lo que es armónico y plácidamente
sentido.
Y sin embargo, aquel árbol bravio, aquella masa de vegetación que ni aun en épocas de buen
tempero, ofrece al hombre el espectáculo espléndido de exuberaiicias primaverales, como si aquel
suelo esponjoso, en que el forestal necesita criarlo,
convertido en criba, dejara pasar las aguas pluviales para humedecer solamente las esponjiolas de sus
raíces y convirtiera al alcornocal, en bosque de
plantas de frugalidad extraordinariH á 6n de que
no diera jamás tegidos fofos, esponjosos, llenos de
líquidos que fermentan y destruyen; aquel árbol y
aquella masa constituyen una gran riqueza, un
centro de primeras materias que la habilidad del
obrero convierto y transforma en productos de grandísima importancia industrial y comercial, ofreciendo al hombre una cantidad ^sombrosa de recursos: tantos, que apenas queda del alcornocal la
parte más insignificante que puesta en manos inteligentes, no pueda convertirse en riqueza y entrar de lleno en las grandes corrientes del comercio universal.
Sus frutos los come el ganado, conociéndose el
pasto que ofrece con el nombre de montanera; su
madera tiene tanta substancia tánica que si no se
emplearan clavos de cobre al empalmarla no podría
aplicarse á usos industriales determinados, su leña
de carbón de calidad aceptable y que alcanza un
precio remunerador; y sus cortezas, en la región
suberosa, se es fina, compacta, de crecimientos delgados de color uniforme; si es elástica é impermeable hasta á los gases sometidos á gran presión; si
no deja pasar al través de sus tejidos, ni el agua ni
el gas más sutil, substancia es hasta hoy irreemplazable, empleada en vasta industria de límites
cada vez més extensos y afectada por la lucha de
intereses, de nación á nación, de pueblo á pueblo
Diputació de Girona — Servei de Biblioteques
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Núm. 63.
QUlNCENT^la
Toda I? correspondencia
REDACCIÚN T ADMINISTRACIÓN:
deberá dirigirse al Presidente,
Placeta, número 3.
para desarrollarse, exótica, fen lejanas tierras, no cho de una substancia que la naturaleza ha produbastando á contener su fuerza expansiva: ni los de- cido, con perfección admirable, en los alcornocales
rechos de exportación, ni la voluntad de las gentes de la provincia deSíerona.
previsoras que opinan, con razón, que no debería
Y el coïittà^é^ftsulta tan evidente, entre los
salir de nuestras fronteras ni una pana, ni un pe- pueblos qi^.s^en elaborar las primeras materias y
dazo de corcho que no tuviera en usos industriales los qué afanoso^ ó empobrecidos las esportan y desu inmediata aplicación asegurada.
precian, para que la mano de obra exótica los aquiPero las gentes previsoras no deben abundar en late y avalore, que aquí, en nuestra Península, en
nuestro país, porque es achaque tan crónico que el renglón corchero, Portugal y España ofrecen al
parece incurable consentir qu« los hierros del Norte mundo como dato de estudio experimental, el caso
y Noroeste, los cobres del SiB", los aceites del Me- de ser Portugal el primer producto de corcho y el
diodía y los vinos de todo el Wkís se exporten como más atrasado, mientras España, en una extensión
materia elaborable por manw'más hábiles que las relativamente reducida de la provincia de Gerona,
nuestras, que saben duplica' por lo menos, con tiene un modelo el selvicultor: en el aprovechapoco esfuerzo, el valor de loa productos de nuestro miento del corcho, en sus diferentes clases; en la
preparación de la materia arrancadi al convertir el
suelo y subsuelo, probando a í que, si somos buenos labradores y mineros, cqpQ ecpeQOíistas J ÇQ- (;»ccha ea pana cocida, i^baiiada^ ngpaijb;^^ y; ai.
merciautes, como políticos serios y hombres de go- transformar con mano iiabiI(BÍffia,«leaadi'a(tH{o«»i
bierno, no podemos no digo fa. aventajar, sino ni tapón, que responde co las múltiples neceaidades
siquiera competir con la mayor parte de las nacio- de la industria, tan vasta y tan extensa, aun comprendiendo solo sus límites entre la hunda para tanes de segundo orden de Europa.
par
toneles y la topeta homeopática que es un priEn algún ramo, sin embargo, deberíamos ser
una excepción en el mundo, y esta excepción se mor de manufactura.
Y este ejemplo es tan elocuente,.y se expresa
halla á las puertas de Barcelona, en la próxima
tan
bien, en un artículo de la Jievista de Montes
provincia de Gerona, que explota la industria corchera, con una habilidad, un tacto y un conoci- de mi estimado compañero D. Avelino Armenteras,
miento tan preciso de sus necesidades, que ni aún que no puedo resistjr la tentación de copiar uno de
en lucha con la maquinaria moderna, y con el afán sus párrafos que creo vale la pena de leerse, conoacaparador de los Estados Unidos y de Alemania, cerse y meditarse, y que dice asi: «Portugal es,
estableciendo derechos fiscales prohibitivos para el como hemos dicho, la nación del mundo que mayor
corcho labrado, ha podido ser vencida; siendo real- cantidad de corcho produce, pero sn industria cor*
mente sensible que España y, Portugal que son las cho taponera apenas se ha desarrollado por falta de
naciones más ricas en corcho no sepan imponer al medidas protectoras y por la práctica do antiguo
comercio universal las leyes del vencedor, como seguida por muchos industriales de embarcar el
justa represalia de imposiciones onerosas, marca- corcho en planchas, sin someterlo á más preparadas con el signo do protectorados efectivos, en los ción que la de cocerlo y rasparlo ligeramente. Así
tratados de comercio que son las cadenas forjadas se explica que reciba corcho en obra de naciones
por los poderosos para esclavizar y rendir á los pue- muy apartadas en que no se cría el alcornoque como en Alemania, Succía, Noruega y loa Estados
blos pobres.
Que día venturoso será para España, aquel, en Unidos; que nosotros se lo enviásemos en 1898 en
que el gobierno y el país, cansados de holgar, se- cantidad de 226,841 kilogramos; y que mientras
pan mirarse en el espejo de la industria corchera, aquel mismo año nosotros colocamos en Francia
y convertir los productos mineros, en máquinas, 3.371 toneladas de tapones, el vecino Reino aolo
rieles, corazas....; los vinos vendidos á la gruesa, exportó para aquella nación 8 toneladas.»
Algunos datos bastarán para probar lo que es
en vinos embotellados y de buena marca; los aceites: crasos, espesos, de subido color y sabor, de- nuestra industria corchera, la mejor del tatiado en
preciados en todas partes, *n aceites finos, limpios, su clase, y lo que puede ser aún si sabemoi def«&*
imitación de los que se purifican y filtran en Italia derla, contra Italia y Portugal, prodoctoráí y i
y en Francia, con éxito incomparable; los cobres, apercibidas á la lucha; contra Argelia que ea el mecada día más estimados por ser el metal eléctrico por jor mercado francés y que mejora cada día aà proexelencia, convertidos eo cables, en piezas do di- ducción; contra Túnez y Marroecoa, países de pronamo, de acumulador, de aparatos para medir un tectorado, coya riqueia se conoce malamé&te
fluido que parece necesitar, por su sensibilidad ex- siendo posible que Marroeeos dé, con el tiempo'
quisita, nervios de cobre j n r a desplegar toda so un contingente envidiable de pritnera materia, que
fuerza y su hermosura... como la provincia herma- podrá obrarse en la provincia tie Gerona, ai nueatwi
na ha sabido transformar !• plancha de corcho en política internacional respoiííe á las necesidades
tapón de Champagne, y eB topeta homeopática, fi- de nuestro inmediato porvenir; y si & las induatriaa
na, finísima que al tacto pttfoe de terciopelo, y « dfflñvadaa, y ya de antiguo conocida», aSádimOa k
tan elástica, impermeable* d« poro tan dimioutó de linòleum, la de negro de corcho, negm de Esque no se concibe que pol^itMcane mayor proTd* paña, piedra de corcho, papel de fumar, la de plan-
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