prostitución

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Derechos
Sos
PROSTITUCIÓN
EN LAS ESQUINAS DEL CONGRES
"EL OFICIO MÁS ANTIGUO DEL MUNDO".
IMPOSIBLE HABLAR DE PROSTITUCIÓN SIN MENCIÓ
ESTA FRASE. SIEMPRE INCÓMODA Y SIEMPRE POLÉMI
¿QUÉ HACER CON ELLA?, ¿CÓMO ELIMINAR EL
TRÁFICO INHERENTE A ESTE MUNDO? ¿EXISTE UNA
PROSTITUCIÓN VOLUNTARIA? ¿SE PODRÍA TRATAR
COMO UN TRABAJO MÁS? TODAS ESTAS CUESTIONE
FORMAN PARTE DEL PERPETUO DEBATE. CASI TAN
ANTIGUO COMO EL PROPIO OFICIO'.
Texto: Maite Garrido Courel.
84 Números
Sexo sin ley
Todo el mundo practica sexo,
lo único es que hay diferencias.
Unas lo practican gratis y otras lo
hacemos cobrando, forma parte
de nuestro medio de subsistencia;
puede que si lo hiciéramos gratis no
lO Vieran "tan mal
, dice para Números Rojos Karolina (con K) por defender a estas mujeres ayudándolas
Hernández, miembro de Hetaira -colectivo en su reinserción social y criminalizan a los
pro derechos de las prostitutas- y trabaja- hombres que hacen uso de estos servicios.
En 2008, el Gobierno socialista aprobó
dora del sexo. "Será por lista o porque soy
tonta, porque soy estúpida o porque estoy el Plan Integral de Lucha contra la Trata de
loca, pero si he escogido este camino de la Seres Humanos con Fines de Explotación
prostitución pienso que tiene que ser tan Sexual, aplaudida por los partidos polítirespetable como el que ha elegido cual- cos y por los diferentes grupos, aunque ya
quier otro". Karolina pertenece a ese escaso, en su día despertó ciertos recelos. Desde
e incalculable, tanto por ciento de mujeres la Plataforma de Mujeres Abolicionistas,
que alquilan su cuerpo de forma voluntaria su portavoz, Rosario Carracedo, matizaba:
e independiente. Un porcentaje que nadie "Hubiéramos preferido que todo negocio
conoce pero, sobre todo, que nadie parece cuyo objeto sea la explotación de la prostitener en cuenta. Porque hablar de prostitu- tución ajena sea considerado una conducción remite inexorablemente a imágenes de ta delictiva". Dos años antes, la Comisión
Mixta Congreso-Senado de los Derechos
mujeres secuestradas, a esclavitud.
La trata de blancas, como se conoce de la Mujer concluía que la prostitución en
al tráfico ilegal de mujeres y menores de España está directamente relacionada con
edad con fines sexuales, es uno de los gran- el tráfico de mujeres y la explotación sexual.
des males de nuestra sociedad, y por ello, Es decir, no contempla una diferencia nítida
ambas posturas -abolicionistas y pro dere- entre prostitución libre y forzada.
"Yo creo que las personas que estaban
chos— coinciden sin fisuras en cuanto a su
erradicación. En todo lo demás, difieren. Las dentro de esa Comisión ya tenían su propia
voces pro derechos reconocen que hay vo- idea preconcebida, porque no se recogió ni
luntariedad por parte de algunas mujeres de una sola propuesta que viniera de los moejercer la prostitución y reclaman para ellas vimientos en defensa de los derechos de las
derechos laborales como trabajadoras del prostitutas", señala Mamen Briz, miembro
sexo, mientras que las abolicionistas niegan del Colectivo Hetaira. Y puntualiza: "Teque haya una libertad de elección, abogan nemos que diferenciar en qué situación se <->
I Nueceros 85
Derechos
"FOLLÁIS CON NOSOTRAP
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encuentra cada una de las mujeres y por tanto ver qué salida se les da. Las trabajadoras
del sexo son minoría, pero están demandando derechos laborales".
Aceptar que existen mujeres que por
propia voluntad ejercen la prostitución es el
abismo que separa a las dos comentes del
debate y por ende, a la sociedad entera. El
argumentario de las personas por la abolición no deja lugar a la existencia de un libre
albedrío por parte de las prostitutas. Rosa
Cobo, doctora en Ciencias Políticas y Sociología, decía en aquella comisión parlamentaria: "En la prostitución, las mujeres
no ponen en funcionamiento los deseos ni
esperan la obtención de ningún placer, por
lo que no se puede entender como un ejercicio de libertad sexual, ese es uno de los mitos
que alimentan desde el reglamentarismo".
La portavoz de la Plataforma Abolicionista
afirmaba en este sentido: "Ni la elección ni la
voluntariedad explican el hecho de que millones de mujeres sobrevivan de esta forma".
Una crítica que desde los colectivos por
los derechos de la trabajadoras sexuales se
ha hecho siempre, por contra, es que no se
dé voz a las implicadas. Karolina Hernández
rechaza la visión de las abolicionistas: "Ellas
se han enjaulado en que todas somos víctimas, pero en este trabajo yo soy quien toma
las decisiones, yo soy mi jefa, que lo haga por
voluntad propia no se admite. Han pensado
por mí, como yo no tengo cerebro, quieren
tomar medidas para que esté bien, pero ¿acá86 Nueceros
Sexo sin ley
'ERO VOTÁIS CONTRA NOSOTRAS"
UNO DE LOS LEMAS con que las prostitutas acompañaron la manifestación,
en defensa de sus derechos, que celebraron en noviembre en Madrid.
BAILE DE CIFRAS
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Las cifras oficiales que se mueven en
torno al negocio de la prostitución
hablan de 18.000 millones de euros
al año. Supuestamente, unas 400.000
personas ejercen la prostitución, dato
que no ha podido ser contrastado, y el
90% serían mujeres víctimas de trata,
: lo que deja un 10% restante para las
';> que lo hacen de forma no obligada.
La prostitución mueve más millones
de euros que el negocio de la droga
(unos 50 al día). Únicamente es
superado por el tráfico de armas.
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so alguna se ha tomado la molestia de venir a
preguntarme qué es lo que yo quiero?".
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LAS GRIETAS DE LA LEGISLACIÓN
En el terreno legal, las arenas son igual de
movedizas. En nuestro país, la práctica de la
prostitución se encuentra en una laguna jurídica, tan grande que podríamos hablar de un
océano. "Actualmente, no hay regulación de
tipo alguno. Lo que sí está tipificado es la explotación de la misma en el Código Penal, y
algunos ayuntamientos dictan unas normas
mínimas para determinados locales en los
que se puede ejercer la prostitución", explica
a Números Rojos Gloria Poyatos, jueza de
lo Social de Arrecife y autora del libro La
prostitución como trabajo autónomo (Editorial
Bosch, 2009). Pero que los ayuntamientos
marquen las pautas implica diferencias entre
localidades. Por ejemplo, en Madrid, según
la jueza, "podrían llegar a sancionar a estas
mujeres por realizar actos públicamente inmorales, porque las normas existen, y fueron
muy criticadas en su día, pero no se llevan
a cabo". En Barcelona y Bilbao, sin embargo, no se les permite negociar el precio de la
prestación de servicios sexuales en el espacio
público ni estar en algunas zonas.
Hasta ahora, la postura del PSOE había sido mantenerse en el marco jurídico
que, por ahora, sigue vigente: no se penaliza la prostitución pero sí el proxenetismo
y la explotación sexual. El Gobierno del
PP, requerido por esta revista, prefirió no
hacer declaraciones al respecto.
I
I
No parece que desde los partidos vaya
a haber ninguna actuación de momento:
el tema de la prostitución es una pelota
caliente y quien la tiene mucho tiempo se
acaba quemando. En otros países en situación similar a España, como Francia, su
debate ha dado un paso más hacia la abolición. La Asamblea Nacional francesa pretende seguir el ejemplo de Suecia, donde se
sanciona a los clientes con multas y hasta
con penas de cárcel. Aunque la experiencia
sueca ha mostrado el otro lado de la moneda, según denuncian Hetaira y la jueza Poyatos: "Las fronteras de Suecia están atestadas de prostitución, las han barrido". Para
ellas, estas medidas de penalizar solo a los
clientes rozan lo absurdo: "Es como legalizar una papelería pero castigar a la gente
que compra papel, acabarían vendiéndolo
de contrabando para no morirse de hambre", ejemplifica Briz, de Hetaira.
Los grandes sindicatos españoles abogan
por una regulación y coinciden en defender
que a las prostitutas se les reconozcan derechos como al resto de la ciudadanía. Carmen
Bravo, secretaria confederal de la Mujer de
CCOO, nos plantea sus dudas: "Existe una
corriente conservadora y liberal europea que
siempre ha tenido a bien el estandarte de la
doble moral: mientras esto se mantenga en
el ámbito privado no sucede nada. No creo
que sea el PP el que promueva ningún debate, lío creo que las derechas en Europa, por lo
menos la española, están bastante tranquilas
en esta alegalidad en la que se encuentran".
En nuestro país, además, existe la Asociación Nacional de Empresarios de Locales
de Alterne (ANELA), que lucha porque <J
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Derechos
se regularice el sector como una actividad
más. José Roca, su portavoz, nos muestra su
malestar: "Nuestra clase política tiene por
costumbre, cuando un tema es escabroso,
dejarlo ahí a ver si el tiempo lo cubre de polvo y no se ve. En Holanda y Alemania, está
permitida y regulada, las prostitutas pasan
controles sanitarios, conviven perfectamente
con el ambiente lúdico... No pasa nada por
decir en voz alta que en España hay putas".
Ante esta indefinición, y mientras el debate sigue estancado, las prostitutas se movilizan.
Con máscaras venecianas, o a cara descubierta, salen a la calle, como en k manifestación
del pasado noviembre, para reivindicar sus
derechos como trabajadoras, recriminando la
pasividad de los políticos con consignas tan
elocuentes como la que pronunciaban por k
calle Montera de Madrid: "Folláis con nosotras pero votáis contra nosotras".
EL ESTIGMA'PUTA'
"Lo que resulta inaceptable no es que se gratifique materialmente a una mujer a cambio
de satisfacer el deseo de un hombre, sino que
se pida esa gratificación de forma explícita",
escribía Gail Pheterson en El prisma de la
prostitución (Talasa Ediciones, 1996)
El dinero. El pedir dinero a cambio de
sexo es lo que convierte a una mujer en puta,
en querer lucrarse por algo por lo que no se
debería hacer negocio: la intimidad sexual.
Que entren enjuego, además, otros elementos tan simbólicos como k noche, el espacio
público, la soledad o el hablar con extraños,
hace de ello un cómputo que se traduce en el
estigma 'puta' que todas las mujeres, cobren
o no por sexo, pueden tener alguna vez en
su vida. El imaginario colectivo nos ha recordado siempre que de las mujeres pende k
dualidad madre-puta, y que caer en el extremo negativo te convierte en un ser marginal.
"Cuando te sales de los cánones, de los estatus sociales que existen y no acatas las leyes
siendo obediente o siguiendo lo que dicta k
sociedad, empiezas a formar parte de otro
grupo, que es el de las mujeres malas", nos
dice la trabajadora del sexo Karolina Hernández, para quien son tres los elementos
que convergen en este rechazo: "Ser mujer, el
sexo y que cobres. Demasiados tabús juntos".
Gemma Lienas, en su libro Quiero ser
una puta (Ediciones Península, 2006),
afirma que a las mujeres que defienden k
abolición se les acusa de moralistas, pero
recuerda que la prostitución es una cuestión de género y de clase: "Las razones
económicas son las que mueven la prostitución. En algunos países, esta actividad
representa entre el 2 y el 14% del PIB, Es-
«nniriui
"EN ESTE TRABAJO YO SOY QUIEN
DECIDE SOY MI JEFA. NO SE ADMITE
LA POSIBILIDAD DE QUE LO HAGA POR
VOLUNTAD PROPIA. PIENSAN POR MÍ
Y QUIEREN TOMAR MEDIDAS PARA MÍ,
PERO ¿ALGUIEN ME HA PREGUNTADO
QUÉ ES LO QUE YO QUIERO?"
KAROLINA HERNÁNDEZ,
trabajadora del sexo por elección propia.
Números
Sexo sin ley
paña entre ellos, y la mayoría de usuarios
son hombres".
Los hombres, los clientes, Vos prostituidores...., otro factor criminalizado en este debate. Se habla siempre de los consumidores de
prostitución como seres depravados que lo
que hacen es perpetuar la violencia machista
con su sexualidad mal canalizada. Sin embargo, la experiencia demuestra que muchos
de esos 'malos hombres' pueden estar en
nuestro entorno. Para Mamen Briz, de Hetaira, "la sexualidad masculina en sí misma
no constituye una violencia contra las mujeres, si hay un acuerdo mutuo, no tiene por
qué ser una situación de desigualdad. De hecho, muchas mujeres prostitutas hablan del
poder que sienten cuando cierran la puerta
de su habitación".
El abogado Pedro Brufao, autor de Las
miserias del sexo (Editorial Catarata, 2011),
defiende, en el marco de una postura abolicionista, la penalización del cliente: "Debería
incluírsele en una futura reforma del Código
Penal como principal autor de estos delitos,
cuya responsabilidad va pareja a la del rufián
o a la del proxeneta". La policía ya sanciona a
los clientes de prostitución callejera en algunas localidades como Sevilla y Alicante con
multas por reincidencia de 750 hasta 3.000
euros. En otras, como Madrid, de momento
solo vigilan. La relación entre las prostitutas y la policía forma parte también, para los
colectivos pro derechos, del estigma 'puta',
ya que según ellas, las fuerzas de Seguridad
las criminalizan con sus continuos controles
y vinculándolas muchas veces con tema de
drogas. "Hacen controles todos los días, cerca de nosotras y completamente exagerados.
Nunca nos han ayudado, nos piden la documentación, nos registran. Nos tratan como a
delincuentes", protesta Hernández.
TRABAJADORAS AUTÓNOMAS
Gloria Poyatos, jueza de lo Social, quiso
probar en carne propia qué proceso sería necesario para que una mujer se diera de alta
como autónoma como trabajadora del sexo.
Se hizo pasar por prostituta y consiguió, ante
el estupor de los funcionarios, inscribirse en
la Tesorería General de la Seguridad Social.
"Lo que hice demuestra que el proceso para legalizar la prostitución existe. Las
prostitutas tienen que declararse autónomas
para que el dinero que mueve esta profesión
deje de formar parte de la economía sumergida". Si muchas de las prostitutas no se dan
de alta es por el estigma 'puta' del que hablábamos antes. Como explican desde Hetaira,
muchas mujeres ejercen la prostitución de
manera ocasional e incluso combinándolo
con otros trabajos, pero el desprecio social es
tan duro que, según ellas, "no les merece la
pena" ese paso hacia la legalidad.
La crisis económica también ha salpicado este sector. "Si antes me daba para vivir,
hoy en día ni siquiera me alcanza. ¿Que se
gana bastante? A veces, pero si un día gano
300 euros, pueden pasar otros 15 días hasta
que se repita", dice Karolina, de nacionalidad
ecuatoriana y que sí ejerce como autónoma,
lo que es imposible para aquellas otras mujeres inmigrantes que no tienen papeles. "Regular la prostitución conlleva hablar también de extranjería -explica José Roca desde
ANELA-. No podemos obviar que un porcentaje muy elevado de las mujeres que se
prostituyen no son españolas. Son latinoamericanas, africanas, de países del Este...
Habría que ver de qué manera se puede
ajustar, pero eso ya son palabras mayores". El
abogado Pedro Brufao insiste: "Es superfluo
hablar de prostitución voluntaria ni entenderla como forma de relación laboral alguna
cuando se violan derechos fundamentales".
El eterno debate entre posturas que dificilmente podrán coincidir alguna vez. Ante
la pregunta ¿podrá ser la prostitución voluntaria considerada algún día como un trabajo?
cada uno se afianza en su postura.
"Sí será, porque vamos a seguir peleando.
Si fueran hombres que ejercen las prostitución esto ya sería un trabajo. Existen chicos
que ofrecen servicios sexuales y mujeres que
los demandan, pero de esto tampoco se habla
porque hace saltar las teorías y es incómodo",
dice Mamen Briz, del colectivo Hetaira.
"La prostitución es la esclavitud más antigua del mundo, el debate es estéril", afirma
Pedro Brufao.
"Incorporarlo como un trabajo de carácter productivo, no. Dentro de otro tipo de
trabajos que tienen que ver con el ocio por
ejemplo, podría tener una regulación ordinaria", según Carmen Bravo, de la secretaría de
laMujerdeCC.OO.
"Yo espero vivir y poder llegar a ello, siempre quise enfrentarme a la sociedad tal y como
era", reivindica Karolina Hernández, miembro de Hetaira y trabajadora sexual. ÜIS
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