ESTAFILOCOCOS Gerardo R. Chans TAXONOMIA La Familia Micrococcaceae comprende cocos Gram positivos, no exigentes, catalasa positivos, con agrupación en racimos, aerobios o anaerobios facultativos. De los tres géneros que la integran, Micrococcus, Planococcus y Staphylococcus, este último es el único de importancia médica. Se caracteriza por ser aerobio anaerobio facultativo, capaz de fermentar la glucosa en anaerobiosis; poseer ácidos teicoicos en su pared, y ser sensible a la enzima lisostafina. Dentro del género Staphylococcus se conocen más de 20 especies, de las cuales S. aureus es la más importante. Otras especies como S. epidermidis y S. saprophyticus son actualmente reconocidas como capaces de actuar como patógenos bajo determinadas circunstancias. INTRODUCCION La infección estafilocóccica es conocida desde la antigüedad. En la actualidad el género Staphylococcus y, en especial, la especie tipo S. aureus tiene una alta incidencia como agente de infección, tanto en la comunidad como a nivel hospitalario. Es la primera como agente de infecciones, desde superficiales como el forúnculo, a profundas como osteomielitis, neumonía y endocarditis aguda. A nivel nosocomial se destaca como primer agente de infección de heridas operatorias y de prótesis. Asimismo, S. aureus es capaz de causar cuadros TOXICOS por producción de potentes exotoxinas tales como intoxicación alimentaria, síndrome de piel escaldada y shock tóxico. Además cabe destacar la gran capacidad de adaptación y supervivencia de esta bacteria, su aumento progresivo de resistencia a los antimicrobianos, en especial en el medio hospitalario, que plantea serios problemas epidemiológicos y terapéuticos. Del punto de vista de sus factores de virulencia, tanto bioquímicos como estructurales, se lo puede definir como un "patógeno perfecto", magníficamente equipado para colonizar, invadir, diseminarse y causar enfermedad grave. No obstante, normalmente convive en armonía con el huésped humano o animal, formando parte de su flora sin causar daño. Inclusive en algunos casos se encuentran personas sanas pesadamente colonizadas, definiéndose como "portadores" y pudiendo en ocasiones ser reservorio y fuente de infección. CASO CLINICO Nº 1 18 años, sexo masculino, estudiante. Encontrándose acampando, picadura de insecto en región frontal. Evoluciona en dos días como pápula eritematosa y dolorosa que va en aumento de tamaño. Consulta en la Policlínica local donde se le indica una pomada con corticoides. Al día siguiente presenta lesión aumentada de tamaño, muy dolorosa, con edema. Consulta en su Mutualista, indicándosele Ampicilina vía oral. Al otro día, fiebre, chuchos, malestar general, gran pústula en región frontal y adenopatías cervicales. En una nueva consulta se drena abundante pus que se envía a Bacteriología. En los días siguientes persiste fiebre y malestar general, instalando disnea y taquicardia. Al examen cardiovascular se constata gran soplo sistólico, taquicardia 120/minuto y algunas extrasístoles, por lo que es internado. En el ecocardiograma se observan verrucosidades en la mitral, diagnosticándose endocarditis bacteriana. Se realizan tomas para hemocultivos y se inicia tratamiento con Cefuroxime vía intravenosa. Todos los cultivos fueron positivos para S. aureus resistente a Ampicilina y sensible a Cefalosporinas. Como único antecedente, el paciente presentaba desde la infancia un pequeño soplo que había sido calificado como "funcional". Esta es una historia en dos etapas. Analicemos la primera, desde la picadura hasta la intervención de drenaje: 1. ¿Cuál pudo ser la fuente de esta infección? 2. ¿Qué rol jugó la picadura de insecto? 3. ¿Qué elementos posee S. aureus que le permiten causar este tipo de procesos? 4. ¿Qué factor actuó agravando la infección? 5. ¿Por qué fueron ineficaces los antibióticos? Analicemos la segunda etapa: 6. ¿Cómo llega S. aureus a la válvula mitral? 7. ¿Había algún predisponente? 8. ¿El tratamiento instituido fue correcto? ¿Qué otro antimicrobiano se podía haber empleado? En las páginas siguientes se discuten en forma ordenada los elementos que permitirán responder con fundamento a estas preguntas. Pero primero nos haremos otra pregunta de gran importancia: ¿Cómo se hace el diagnóstico bacteriológico de esta infección? DIAGNOSTICO El diagnóstico microbiológico de una infección por Staphylococcus aureus no plantea mayores problemas dada la naturaleza poco exigente del agente y su acción enzimática característica. En el precedente caso, dos son los lugares de donde se aísla el germen: en primer lugar, del foco infeccioso, mediante estudio del pus, extraído con jeringa o hisopo. 1 En 2º lugar, luego de la etapa de diseminación, de la sangre del paciente, mediante la técnica del hemocultivo. En el primer caso, el cultivo se hará sembrando directamente la muestra clínica (pus) en una placa de medio sólido; en el segundo la muestra (sangre) se enriquecerá previamente en un medio líquido en frasco de hemocultivo, y a las 24 horas se sembrará 0,5 cc de este medio en una placa. En ambos casos se observará el desarrollo de colonias con las características de forma, consistencia, color, olor y hemólisis propios del estafilococo. Un Gram de las colonias confirma que se trata de cocos Gram positivos en racimo. El test de catalasa servirá para ubicarlo dentro de la familia Micrococcaceae; y una prueba de coagulasa rápida en lámina (clumping factor) hará diagnóstico de especie de Staphylococcus aureus con mucha aproximación. Para su confirmación definitiva, deberá hacerse la prueba de coagulasa lenta en tubo y/o la de producción de DNAsa o termonucleasa, lo que demora otras 24 horas. Actualmente hay disponibles tests de aglutinación de partículas de látex cubiertas de IgG , que diagnostican con mucha especificidad S. aureus en base a la propiedad de la Proteína A de esta bacteria de aglutinar la IgG. EL AGENTE (I) Estudiaremos las propiedades morfológicas y culturales de S. aureus, su metabolismo, su resistencia a agentes físicos y químicos, la producción de enzimas importantes para su identificación y las bases para la tipificación. 1. Morfología microscópica Se ven como cocos Gram positivos, de 0,8 a 1 micra, inmóviles, no esporulados, típicamente agrupados en racimos, aunque en muestras clínicas pueden verse aislados o en diplo o cadenas. 2. Propiedades culturales Requerimientos: Son no exigentes en lo nutricional, aerobios-anaerobios facultativos en su relación con el O2, mesófilos con un amplio rango de tolerancia, y tolerantes a concentraciones medianas de sal (NaCl 7,5%). Morfología: En medios líquidos, dan un enturbiamiento homogéneo. En medios sólidos, colonias redondas, opacas, de bordes netos, de superficie lisa y brillante, convexas, de 1-2 mm de diámetro, con "olor rancio", consistencia mantecosa ("butírica") y pigmento característico. Pigmento: Se observa mejor en medios ricos: agar sangre, agar suero coagulado de Loeffler, agar crema. Las condiciones óptimas para su producción son: aerobiosis y temperatura de 22°C. Es un lipocromo, soluble en cloroformo y solventes orgánicos (alcohol, éter, acetona), e insoluble en agua. Suele perderse en resiembras o por tratamiento con antibióticos. Hemólisis: En agar sangre se observa un halo de hemólisis completa (ß hemólisis) alrededor de las colonias. Es producido por las hemolisinas estafilocócicas. Estas son cinco, denominadas con las letras griegas alfa, beta, gamma, delta y epsilón, siendo α la más importante. 3. Metabolismo Es básicamente fermentativo, sin embargo, la presencia de enzimas desdobladoras de peróxidos como la catalasa, le permite desarrollarse en presencia de oxígeno y utilizar la cadena respiratoria como fuente de energía. En anaerobiosis (test de OF) es capaz de utilizar fermentativamente la glucosa (por definición del género Staphylococcus) y el manitol (por definición de especie S. aureus). Fermenta también en general otros azúcares, pero en forma variable, por lo que no se emplean para la clasificación. 4. Comportamiento ante agentes físicos y químicos Tiempo de sobrevivencia: es muy resistente a las condiciones ambientales normales. A temperatura ambiente, los cultivos pueden sobrevivir hasta 3 meses, y en la estufa hasta 1 mes. En la heladera, se les puede conservar indefinidamente, con repiques cada 2-3 meses. Temperatura: Tolera un rango de 2 a 55 °C. Por encima de eso, muere en 1 hora a 62°C. Agentes químicos: Es muy sensible a la mayoría de los antisépticos más comunes, que lo matan en pocos minutos. Tolerancia al Cloruro de Sodio: La tolerancia al NaCl al 7,5% es característica de S. aureus, y sirve para hacer medios selectivo diferenciales (medio Chapman). En NaCl al 15 % crece con dificultad. 5. Enzimas importantes en la identificación Catalasa: Cataliza la reacción: 2H2O2 --- 2H2O + O2. Se estudia con agua oxigenada al 3%. Es definitoria de la Familia Micrococcaceae. Coagulasa: Es un producto extracelular que cataliza la reacción: Plasminógeno ---> Plasmina. Se estudia en tubo a 37°C con plasma de conejo con EDTA. S. aureus es por definición coagulasa positivo. No obstante, puede haber reacciones dudosas. Clumping factor: Es una proteína de la pared celular. Cataliza la reacción: Fibrinógeno --- >Fibrina, produciendo depósitos de esta sobre la superficie de la célula bacteriana, lo que causa una aglutinación. Se estudia en lámina, con plasma de conejo EDTA enfrentado a una suspensión espesa de bacterias en solución salina estéril. Desoxirribonucleasa: Es una exonucleasa que destruye el ADN. S. aureus se caracteriza por producir termonucleasa, o sea DNAsa termoestable. Esta se estudia calentando el cultivo y luego colocándolo en un hoyo en un agar con ADN y un indicador, en una técnica de gel difusión. Cuando no se hace esto y simplemente se cultiva la cepa en el agar con ADN, estamos estudiando 2 DNAsas totales. Es necesario tener cuidado y usar controles, pues S. epidermidis también puede producir DNAsas no termoestables, pero siempre en menor cantidad. 6. Bases de la Tipificación La tipificación es útil principalmente para estudios epidemiológicos, en especial a nivel hospitalario. Por ejemplo, ante un brote epidémico, en el que se aísla S. aureus de varias personas sanas del personal, se desea saber si alguno de ellos está realmente relacionado con el brote. Fagotipificación: Es el sistema tradicional. Se basa en el espectro de sensibilidad a bacteriófagos de cada tipo de S. aureus. Las variaciones en el espectro se deben a diferencias en los fagoreceptores en la pared de la bacteria. El set de fagos standard consta de varios grupos fágicos : 1, 2, 3, 4, y miscelánea, cada grupo incluyendo 5 fagos. El procedimiento en si es simple, siendo lo más difícil el mantenimiento del set y la estandarización del test. Serotipificación: La aglutinación con sueros específicos para antígenos de tipo de la superficie bacteriana es un procedimiento simple y efectivo de tipificar bacterias, útil en muchas especies (Salmonella, por ejemplo). El problema con los estafilococos es la gran complejidad de su pared, que hace que sea difícil determinar su composición antigénica exacta. Se han desarrollado dos sistemas, el de Pillet y el de Oeding, basados en principios diferentes (uno utiliza sueros factor comunes y el otro sueros monoespecíficos), por lo que sus resultados no son comparables entre sí. Métodos genéticos: Ante las dificultades planteadas por los métodos tradicionales, en la actualidad se tiende cada vez más a emplear métodos de estudio del ADN para distinguir tipos y cepas. Perfiles plasmídicos: Consisten en la purificación del ADN plasmídico y su separación en una electroforesis, de acuerdo a los pesos moleculares de los distintos plásmidos. Análisis de restricción y ADN fingerprinting: Se estudia el ADN cromosómico, cortándolo con enzimas de restricción y separando los fragmentos por electroforesis de campo pulsado. Los perfiles se analizan por un procedimiento computarizado. EL AGENTE (II) A continuación analizaremos las características ultraestructurales de S. aureus así como su amplia gama de productos extracelulares (toxinas y enzimas). Haremos énfasis en el rol que estas propiedades juegan en la biología del agente y en la patogenia. A - ESTRUCTURA 1. Pared celular Como en todos los Gram positivos, la pared está formada por una gruesa capa de peptidoglicano, a la que están unidas moléculas de proteínas y otros compuestos. El peptidoglicano es, como sabemos, un polímero formado por un esqueleto glucídico y cadenas tetrapeptídicas que se unen formando una red o malla (ver Morfología Bacteriana). En S. aureus las uniones entre las cadenas tetrapeptídicas están formadas por puentes de pentaglicina que le dan la sensibilidad a la lisostafina característica del género Staphylococcus. El rol biológico del PG es mantener la rigidez de la pared bacteriana y su resistencia osmótica. En la patogenia, al parecer coadyudaría al desencadenamiento de la inflamación por activación del complemento. Acidos Teicoicos: Son compuestos característicos del género Staphylococcus. Los de S. aureus son polímeros de ribitol fosfato con sustituyentes D alanina y N acetil glucosamina. Son antígenos especie específicos. Los anticuerpos son positivos en las infecciones profundas, por lo que su determinación puede ser útil en establecer el diagnóstico, el pronóstico, la evolución y la duración del tratamiento. En la patogenia actúan de modo similar a las endotoxinas de los Gram negativos, activando los mecanismos de la inflamación, pudiendo llegar a producir un cuadro de shock séptico. Proteína A: Específica de S. aureus, esta proteína se encuentra unida al peptidoglicano, haciendo saliencia en la superficie bacteriana. Tiene la propiedad de unirse al segmento Fc de la IgG en forma inespecífica. Esto ha posibilitado una variedad de aplicaciones prácticas en Inmunología, desde técnicas de coaglutinación hasta purificación de inmunoglobulinas por cromatografía. Inoculada a animales de experimentación, tiene propiedades inflamatorias. Se especula además que podría favorecer la diseminación impidiendo la opsonización y el reconocimiento inmune. Clumping factor: Es otra proteína superficial, antigénicamente relacionada con la Proteína A, pero con una función distinta. Como vimos, determina la formación de fibrina sobre la superficie bacteriana, en una reacción importante para el diagnóstico, pero que también tiene implicancias en la patogenia. 2. Membrana Celular Es una estructura trilaminar convencional, cuya capa más externa está parcialmente sustituida por ACIDOS LIPOTEICOICOS. Estos son compuestos similares a los ácidos teicoicos, es decir, polímeros de glicerol fosfato, que están unidos por un puente disacárido a un glicolípido. Mientras éste constituye la unión a la membrana, el polímero penetra en la pared y la atraviesa, sobresaliendo en la superficie. En la patogenia, podría cumplir un rol de adherencia. 3. Cápsula Si bien los estafilococos no poseen cápsula visible, se ha determinado que algunas cepas son encapsuladas. Estas cepas son: fagoresistentes, clumping factor negativas, virulentas en el ratón, y con un crecimiento difuso en 3 suero agar blando. La cápsula está compuesta de ácido manosamín urónico y es antigénica, habiéndose determinado 4 serotipos capsulares. Por inmunofluorescencia, es posible además comprobar la presencia de material capsular superficial en un gran porcentaje de cepas. La cápsula por sus propiedades antifagocíticas determina la mayor invasividad de la bacteria. B - PRODUCTOS EXTRACELULARES Staphylococcus aureus es capaz de producir una muy amplia gama de sustancias, la mayoría de las cuales están implicadas en la génesis de la enfermedad. Toxinas de acción local, enterotoxinas, leucocidinas, exotoxinas, y diversas enzimas forman el arsenal de este "bien equipado patógeno". 1. Toxinas Hemolisinas: Ya vimos que en agar sangre, S. aureus produce una hemólisis que es causada por sustancias que lisan los glóbulos rojos, o hemolisinas. Estas son en realidad potentes toxinas citolíticas, que actúan sobre las membranas de muchas células (no sólo los eritrocitos) y causan gran destrucción tisular. ALFA es la más importante, clásicamente conocida por su triple acción: citolítica in vitro, dermonecrótica en conejo y letal en ratón. Es una proteína de PM 40000, termolábil. Por desnaturalización se transforma en toxoide, que ha sido empleado como inmunoterapia. Su potente citólisis se debe a la formación de canales o poros en las membranas. BETA sólo está presente en algunas cepas humanas, siendo más común en las de origen animal. Se caracteriza por dar un doble halo de hemólisis en agar sangre. A diferencia de alfa, actúa sobre las membranas como una fosfolipasa de acción esfingomielinasa. GAMMA también es una fosfolipasa, pero de acción sobre el fosfatidil inositol. Es termoresistente. DELTA es escasa y está poco estudiada. Leucocidina de Panton Valentine (PV): ataca los polimorfonucleares y los destruye, interfiriendo así un importante mecanismo de defensa del huésped. Es una proteína oxígeno lábil, que altera la permeabilidad de los PMN. Enterotoxinas: Son la causa del Síndrome de intoxicación alimentaria estafilocóccica. Son proteínas termoresistentes, y su producción está codificada en plásmidos, en el cromosoma o en fagos temperados. Se conocen 5 tipos antigénicos llamados A, B, C, D, y E, siendo el A el más importante. Exfoliatinas: Son verdaderas exotoxinas. Identificadas en 1971 como causa del Síndrome de Piel Escaldada del lactante. Son dos proteínas diferentes antigénicamente, llamadas EXFOLIATINA A (termoestable) y EXFOLIATINA B (termolábil). Solamente las producen los estafilococos del fagotipo II, y dentro de este sólo el 20% de las cepas. En la patogénesis del S. de piel escaldada parece existir una acción sinérgica entre la exfoliatina y la alfa toxina. Toxina del shock tóxico: Es otra auténtica exotoxina, que actúa como superantígeno. Es capaz de causar un shock sin bacteriemia, por difusión a partir de un foco. 2. Enzimas Coagulasa: Enzima específica de S. aureus y definitoria de esta especie, como ya vimos. Es lógico pensar que sea importante en la patogenia. Se postula que a nivel del foco infeccioso formaría una barrera de fibrina que dificultaría la llegada de los fagocitos, favoreciendo la sobrevivencia del germen. Sin embargo, esto nunca ha podido ser demostrado. El 50% de la población tiene anticuerpos anticoagulasa, pero estos no son protectores. Desoxirribonucleasa: la DNAsa termoestable también es específica de S. aureus, incluso más que la coagulasa. Su papel a nivel de los procesos infecciosos consiste en destruir el ADN de las células muertas, haciendo el pus más fluido. Lipasas: También son específicas de S. aureus: las producen el 96% de las cepas, contra 0% de S. epidermidis. Se pueden estudiar en agar yema de huevo, donde producen una zona de aclaramiento y otra de opacidad alrededor de las colonias. Son un factor de virulencia importante, al favorecer la diseminación de la infección por los planos adiposos. Hay dos clases de lipasas: TRIGLICERIDASAS, que dan la reacción de aclaramiento, y FOSFOLIPASAS, de las que existen tres: fosfatidil colinesterasa, que da la opacidad; esfingomielinasa, que es la beta hemolisina, e inositol fosfolipasa, la delta hemolisina. Hialuronidasa: También es factor de virulencia al licuar el ácido hialurónico, sustancia fundamental de los tejidos conjuntivos, favoreciendo la difusión. No todas las cepas la producen. Estafilokinasa: Acción fibrinolítica, antagoniza la coagulasa. EL HUÉSPED Los factores del huésped son el otro polo que se debe considerar obligatoriamente al analizar la génesis de toda enfermedad infecciosa. Nos referiremos aquí a los principales mecanismos de defensa contra la infección estafilocócica (en forma muy breve pues es tema de otro capítulo), y a las fallas de esos mecanismos que favorecen la infección. I - MECANISMOS DE DEFENSA La principal defensa contra la infección estafilocócica son las barreras inespecíficas: la barrera cutánea y los mecanismos de la inflamación, el complemento y la fagocitosis. El sistema inmune interviene muy poco en forma directa, pero los linfocitos sensibilizados interactúan con los monocitos y los PMN, modulando la acción de estos. 1. Barrera cutánea 4 El estafilococo está ampliamente distribuido en toda la superficie del cuerpo. La integridad de la piel constituye una barrera mecánica fundamental. La piel no sólo impide la entrada de bacterias, sino que por el mecanismo de la descamación las elimina junto con las células superficiales queratinizadas. Por otra parte, la secreción de las glándulas sebáceas y sudoríparas contiene ácidos grasos inhibidores del crecimiento bacteriano. 2. La reacción inflamatoria Es una respuesta defensiva constitutiva de gran complejidad, con interacción de factores humorales y celulares, que tiende a la destrucción de los microorganismos invasores. Se caracteriza por vasodilatación con aumento del flujo sanguíneo y de la permeabilidad capilar, lo que a su vez facilita el pasaje de líquido, proteínas y leucocitos al intersticio. Todo este proceso es desencadenado y controlado por complejos mecanismos bioquímicos con múltiples moléculas mediadoras. El resultado final suele ser la fagocitosis de las bacterias y su destrucción. Desencadenantes: el complemento y la coagulación. Los dos grandes sistemas de vigilancia del organismo son activados por la presencia de microorganismos. En el caso de los estafilococos, esta activación es provocada por el ácido teicoico, y probablemente también la proteína A. El complemento se activa por la "vía alternativa". La coagulación lo hace a través del "factor Hageman". Mediadores de la inflamación La activación del complemento produce las ANAFILOTOXINAS C3a, C4a y C5a. Estas estimulan la liberación de histamina de los mastocitos. La activación de la coagulación produce CALICREINAS, enzimas que clivan los quininógenos para producir quininas, en especial bradiquinina. La histamina y la bradiquinina actúan directamente sobre los vasos para producir vasodilatación e hiperpermeabilidad. Otros mediadores son las prostaglandinas y los leucotrienos. El control del proceso: citoquinas Las citoquinas secretadas por macrófagos y linfocitos (interleukinas, interferones, factor de necrosis tumoral) juegan un rol importante y complejo en el sostén y la regulación del proceso inflamatorio, a través de múltiples acciones que se estudian en otro capítulo. 3. La fagocitosis Todos los fenómenos inflamatorios tienden a facilitar que los neutrófilos fagociten y destruyan a las bacterias. Esta es precisamente la principal defensa contra agentes invasores como el estafilococo. La fagocitosis presenta varias etapas: Quimiotaxis El primer paso es la atracción de los neutrófilos y monocitos al foco infeccioso. Las sustancias que hacen esto se denominan quimiotaxinas. Tienen diverso origen: C5a, producto de la activación del complemento; la interleukina 8, de los macrófagos; los leucotrienos, y el producto de la síntesis proteica bacteriana N-formil metionina. Opsonización A continuación, los fagocitos necesitan sustancias que faciliten la unión entre su superficie y la superficie bacteriana, paso previo a la fagocitosis. Las opsoninas cumplen esta función. La principal opsonina es el péptido C3b. Los neutrófilos poseen receptores para C3b en su superficie. También los anticuerpos pueden opsonizar. Adhesión a células endoteliales Quimiotaxinas y opsoninas actúan además en un paso previo muy importante, el cambio de las propiedades superficiales de los leucocitos y células endoteliales que los vuelve pegajosos entre sí. Esta adherencia permite que los leucocitos atraviesen luego el endotelio y migren hacia el foco. Digestión intracelular La bacteria una vez fagocitada es englobada en una vesícula llamada fagosoma, a la cual se van a unir los lisosomas formando el fagolisosoma. Los lisosomas aportan dos tipos de gránulos: específicos y azurófilos. Ambos actúan en dos mecanismos de destrucción bacteriana: O2 dependiente y O2 independiente. La destrucción O2 dependiente es el principal mecanismo de destrucción de las bacterias Gram positivas como el estafilococo. Consiste en un estallido de metabolismo oxidativo que produce peróxido de hidrógeno que es tóxico sobre las bacterias. II - FALLAS EN LAS DEFENSAS QUE FAVORECEN LA INFECCION 1. Falla en la barrera cutánea Prácticamente toda infección estafilocócica comienza por una agresión que produce una solución de continuidad en la barrera cutánea proporcionando una puerta de entrada. Quemaduras: Producen amplias zonas de pérdida de la barrera cutánea. S. aureus es la 1ª causa de infección en estos pacientes. Drogadicción intravenosa: Múltiples punciones favorecen la colonización cutánea por S. aureus. Subsiguientes inoculaciones suelen llevar a infecciones profundas como endocarditis. Inyectables: S. aureus es el agente número 1 de abscesos glúteos. Cirugía: S. aureus, 1er agente de infección de heridas quirúrgicas. Catéteres: La colonización de un catéter i/v por S. aureus causa bacteriemia y puede derivar en infecciones profundas. 5 Alergia: Pacientes con hiper IgE tienen lesiones cutáneas que se colonizan con S. aureus. Esto a su vez produce una hipersensibilidad. 2. Falla en la inflamación Todo medicamento antiinflamatorio puede considerarse en mayor o menor medida como favorecedor de la infección estafilocócica. Los corticoides son los más potentes en ese sentido, pero también los inhibidores de prostaglandinas como el ácido acetilsalicílico y los AINE afectan mecanismos de defensa no específicos. 3. Fallas en la fagocitosis Las enfermedades que afectan esta función predisponen a la infección estafilocócica. NEUTROPENIA ENFERMEDAD GRANULOMATOSA CRÓNICA Defecto congénito caracterizado por falla de la digestión O2 dependiente, debida a la no formación del anión superóxido. DÉFICIT DE ADHERENCIA LEUCOCITARIA Otra enfermedad congénita en que los PMN fallan en adherirse al endotelio y no pueden acudir al foco de infección. Se debe a defecto en un receptor de la opsonina C3b. Diabetes: Es uno de los predisponentes más importantes para la infección por S. aureus. Se suman varios mecanismos: Colonización cutánea por multipunciones. Disminución de la irrigación de los lechos capilares. Disminución de la respuesta inflamatoria. Déficit funcional de los neutrófilos. EL ENCUENTRO Luego de estudiadas por separado las características de la bacteria y del huésped, analizaremos el encuentro entre ambos o sea las "relaciones parásito-huésped". Patogenicidad de S. aureus Ya hemos visto en detalle la gama de mecanismos de que dispone este agente para causar enfermedad. Los mismos los podemos dividir en: Agresinas - Estructuras o sustancias que agreden al huésped, ya sea directamente causando lesión tisular (toxinas α, ß, etc.; enzimas líticas DNAsas, lipasa, hialuronidasas, kinasas, etc.), o indirectamente provocando la reacción del huésped que puede ir desde la inflamación a un cuadro de shock (ácidos teicoicos, proteína A). Evasinas - Estructuras o sustancias que protegen a la bacteria contra la acción de las defensas del huésped. Cápsula o material capsular en algunas cepas, de acción antifagocítica. Proteína A, ligando el segmento Fc de la IgG, evitaría la opsonización. Coagulasa, formando una barrera de fibrina. Leucocidinas, destruyen los neutrófilos. Adhesinas: Elementos que favorecen la adherencia a las superficies del huésped, permitiendo la colonización, paso previo a la infección: ácido lipoteicoico. Receptores de fibronectina. ¿Patógeno u oportunista? Sin duda, S. aureus está extraordinariamente equipado para ser un patógeno sumamente agresivo, y como tal se comporta muchas veces. SIN EMBARGO, esta bacteria integra la flora normal de gran parte de la población, conviviendo en forma armónica con su huésped. Casi siempre necesita una falla en las barreras defensivas para causar enfermedad. Este agente escapa pues a las clasificaciones esquemáticas y la definición como "patógeno potencial" expresa esta ambivalencia. Equilibrio armónico: S. aureus, flora normal La mayor parte de las veces, la relación entre S. aureus y el huésped es de armoniosa convivencia. Pequeñas poblaciones de S. aureus forman parte de la flora normal Gram positiva de las superficies cutáneo mucosas, en perfecto equilibrio ecológico con las otras poblaciones bacterianas y el huésped. La bacteria no desencadena sus múltiples mecanismos de agresión y las defensas no alcanzan a eliminarla, pero bastan para evitar su proliferación y su pasaje al medio interno. Hábitat - Se encuentra fundamentalmente en la nasofaringe, también en la piel y el intestino del ser humano y de animales. Pese a no ser un germen ambiental, también se lo puede aislar del ambiente que ha sido contaminado por la presencia de personas o animales. Comentario: - Debido a que es flora normal, el informe de pequeñas cantidades de S. aureus en el exudado nasal o faríngeo no debe interpretarse como hallazgo patológico. Segundo nivel de equilibrio: el estado de portador En algunas personas, el equilibrio se encuentra alterado a favor de una mayor colonización de las superficies corporales. Sin embargo, el huésped permanece sano, no hay invasión de los tejidos y un nuevo equilibrio se establece entre el microbio y las defensas corporales. Esto es el estado de portador. Definición: Portador es quien presenta S. aureus en la nasofaringe en número elevado y en forma persistente (en repetidos exudados). Una persona puede en efecto presentar una colonización transitoria por encontrarse en un ambiente contaminado (ej. hospital) sin convertirse necesariamente en portador. Frecuencia - En la población general es del 15%, mientras que a nivel hospitalario llega a más del 50%. Significación patológica: La gran mayoría de los portadores permanecerán sanos. Un bajo porcentaje presentará lesiones cutáneas (dermatitis, forunculosis), rinitis, etc., debido a una hipersensibilización a los antígenos estafilocócicos. En ningún caso se observarán infecciones profundas, a menos que ocurra una grosera 6 solución de continuidad en las barreras cutáneas (quemadura, cirujía, catéteres, punciones). Significación epidemiológica: Los portadores constituyen el reservorio de la infección, desde donde los estafilococos se pueden trasmitir al huésped susceptible. Esto no significa que se deba hacer detección sistemática de portadores, ni que estos deban ser necesariamente tratados o radiados de su actividad. Está demostrado que estas medidas no son efectivas como forma de prevención. Sólo se debe hacer ante situaciones epidemiológicamente muy claras. En general se considera que sólo son "portadores diseminadores" aquellos que presentan lesiones abiertas. Conducta - No se debe tratar al portador sano. En preparación preoperatoria, se emplean antibióticos. Los pacientes con estafilococias recidivantes pueden responder a tratamientos de desensibilización. El portador claramente implicado en un brote epidemiológico debería ser tratado. Pero por tratarse de un equilibrio fisiológico, el estado portador es muy difícil de erradicar. Aun con el empleo de potentes antibióticos, suele recidivar al cabo de algún tiempo. Relaciones inarmónicas: las enfermedades estafilocócicas La enfermedad estafilocócica surge cuando no se logra el equilibrio en la relación bacteria huésped o cuando se rompe un equilibrio que existía previamente. En el primer caso el huésped se infecta a partir de otra persona (infección exógena), en el segundo es un portador que hace una infección endógena. En ambos casos, la balanza se inclina a favor del microbio, ya sea por las particularidades de éste (ej.: ser toxigénico), por las fallas en los mecanismos defensivos del huésped, o por otras causas. El resultado son dos tipos diferentes de enfermedad: intoxicaciones y toxiinfecciones, por un lado; e infecciones estafilocócicas por otro. Intoxicaciones y toxiinfecciones: Son causadas por estafilococos productores de EXOTOXINAS, siendo en estos casos de poca gravitación los factores del huésped. La intoxicación alimentaria es una intoxicación, o sea que es causada por la toxina ingerida, sin que el microbio entre en contacto con el huésped. El síndrome de piel escaldada y el shock tóxico son toxiinfecciones, causadas por toxina circulante a partir de un foco infeccioso, sin diseminación bacteriana. Infección: Es causada por la proliferación y eventual diseminación bacteriana, siempre ante alguna falla en las barreras defensivas del huésped como ya fue visto. Una vez desencadenada la infección, entran en juego los múltiples mecanismos de agresión estudiados, los que causan destrucción tisular, manteniendo y diseminando el proceso. SECUENCIA PATOGENICA: En general la infección estafilocócica progresa según una secuencia determinada, aunque esto no es obligatorio. La colonización es el paso previo indispensable. Puede preceder a la infección en apenas horas (infección exógena) o en años (infección endógena). La puerta de entrada es también sine qua non. Generalmente es cutánea. Infección superficial (forúnculo, impétigo, etc.). Tromboflebitis séptica. Invasión del torrente sanguíneo. Focos profundos: endocarditis, osteomielitis. Bacteriemia. Focos metastáticos parenquimatosos: pulmonar, renal, cerebral. Shock séptico. Fallas de grandes sistemas: CID, IRA, DRA. Muerte. Esta secuencia se puede detener a nivel de cualquiera de sus pasos. La progresión a las formas más graves depende de la importancia del foco inicial, del estado del huésped, y del tratamiento. Por otro lado, también se puede bypasear alguna etapa. Por ejemplo, en la sepsis por catéter, puede haber inoculación bacteriana directa al torrente sanguíneo, sin infección superficial ni tromboflebitis séptica. LA ENFERMEDAD CLINICA La consecuencia del encuentro entre la bacteria y el huésped, cuando es desbalanceado a favor de la primera, es la enfermedad infecciosa, como acabamos de ver. Pasaremos revista brevemente al vasto espectro de enfermedades que este versátil agente es capaz de producir. I - INFECCIONES 1. Infecciones superficiales Son como vimos el primer paso en la invasión del organismo, por lo mismo son lejos las más frecuentes, y la mayoría de las veces son autolimitadas, no prosiguiendo la secuencia patogénica más allá. Cutáneas: Forúnculo: infección del folículo piloso o las glándulas sebáceas. Impétigo: lesiones costrosas, amarillentas. Panadizo: A nivel látero subungueal. Mucosas: Conjuntivitis, otitis, sinusitis. Subcutáneas: Hidrosadenitis: infección de las glándulas sudoríparas. 2. Infecciones profundas Representan la progresión natural de la infección a partir de focos superficiales. El correcto tratamiento de estos las previene. Tenosinovitis: Infección de tendones y vainas sinoviales. 7 Fascitis: Infección de las fascias aponeuróticas. Flemones: Infección por decolamiento de los espacios del tejido celular. 3. Focos metastásicos Una vez en el torrente sanguíneo, los estafilococos pueden ir a establecerse en cualquier órgano profundo. Tenemos así endocarditis, neumonía, osteomielitis (que estudiaremos por separado), artritis, y abscesos parenquimatosos, en especial a nivel renal y cerebral. 4. Endocarditis aguda Es la infección más grave causada por S. aureus, con alta mortalidad, frecuentes complicaciones y problemático tratamiento. Consiste en la invasión del endocardio de las válvulas cardíacas, con formación de verrucosidades por depósito de fibrina y plaquetas. S. aureus es el 1er agente de la forma aguda, con rápido progreso hacia la destrucción valvular. Puede atacar válvulas sanas, aunque cualquier alteración valvular preexistente constituye un predisponente. Es frecuente y característica en drogadictos intravenosos, asentándose casi siempre en la tricúspide. Sin embargo, en estos pacientes el cuadro suele ser menos dramático que en los no drogadictos, en los que afecta sobre todo válvulas izquierdas, con una evolución fulminante y una mortalidad del 40 al 80% según edad. La complicación más temible es el shock cardiogénico por falla valvular aguda. Con frecuencia es necesario un recambio valvular de urgencia para prevenirlo. Otras complicaciones son los abscesos metastásicos parenquimatosos, el shock séptico, y el tromboembolismo pulmonar en el caso de endocarditis tricuspídea. 5. Osteomielitis Infección a nivel de los huesos largos, por microembolias sépticas desde un foco primario aparente o no. Predomina en lactantes, se ve también en niños, mucho menos en adultos. Puede tener dos formas clínicas, aguda o crónica. En la primera predomina la inflamación y la fiebre, en la segunda el cuadro tórpido, con recidivas y fistulización. 6. Neumonía Puede producirse por tres mecanismos: Vía aérea, generalmente post viral. Metastática, a partir de un foco infeccioso. Por aspiración de contenido bucal (alcohólicos, epilépticos). Es característico de este agente la formación del neumatocele, cavidad insuflada de paredes finas, que puede romperse y dar neumotórax, empiema y/o pioneumotórax. II - TOXIINFECCIONES E INTOXICACIONES 1. Shock tóxico Es causado por una potente exotoxina, la toxina del shock tóxico o enterotoxina F, que sólo algunas cepas son capaces de producir. La toxina pasa a la sangre a partir de un foco infeccioso, muchas veces inaparente. A diferencia del shock séptico, raramente hay bacteriemia. La toxina actúa a nivel de los capilares, aumentando la permeabilidad y provocando hipoalbuminemia, hipotensión arterial y falla circulatoria periférica, luego de lo cual el progresivo sufrimiento parenquimatoso se expresa en el cuadro de shock, primero reversible y luego irreversible. Con el tratamiento precoz y adecuado, la mortalidad se puede reducir al 5-10%. Es fundamental el sostén hemodinámico y homeostático, y en segundo lugar la eliminación del foco infeccioso. 2. Síndrome de piel escaldada (Enfermedad de Ritter) Es causado por la toxina exfoliatina, que cliva los desmosomas de las capas granulosas de la epidermis. Su forma clínica característica es la dermatitis exfoliativa generalizada, con desprendimiento de grandes colgajos. Otras formas son el impétigo bulloso y el pénfigo. Es más común en recién nacidos y lactantes. El foco primario puede ser una onfalitis, otras infecciones, o ser inaparente. A pesar de su presentación impresionante, tiene buen pronóstico, la curación es rápida y la mortalidad baja. 3. Intoxicación alimentaria estafilocócica Es la más frecuente intoxicación alimentaria. Sus características clínicas y epidemiológicas se analizan en el capítulo dedicado a estas afecciones. TRATAMIENTO I - QUIRURGICO En la mayoría de los casos, es imprescindible el drenaje quirúrgico de las colecciones supuradas: forúnculos, panadizos, abscesos, flemones, empiemas, etc. De lo contrario, las condiciones en el seno de esas colecciones (bajo pH, bajo potencial redox, gran masa bacteriana, metabolismo quiescente, inactivación de neutrófilos) hacen ineficaz el tratamiento antibiótico, llevando a la agravación. Otras veces, como en la endocarditis, la cirugía puede ser necesaria para evitar la muerte por falla valvular aguda. II - ANTIMICROBIANOS Resistencia a Penicilinas: ß lactamasa estafilocócica Si bien al comienzo de la era antibiótica los estafilococos eran 100% sensibles a la Penicilina, rápidamente desarrollaron resistencia. Esta se debe a la producción de ßlactamasas (penicilinasas) que desdoblan el anillo ßlactámico, inactivando el antibiótico por transformación en ácido penicilinoico. El gen que codifica esta actividad se encuentra en plásmidos, los cuales pueden trasmitirse de una cepa a otra por transducción. De ahí la amplia y rápida difusión de esta resistencia. Actualmente más del 90% de las cepas son resistentes a la Penicilina, a Ampicilina y 8 Amoxicilina. Penicilinas semisintéticas, resistentes a ßlactamasas La Meticilina fue el primer compuesto de esta serie. Le siguieron la Oxacilina y la Cloxacilina, y actualmente el más empleado es la Dicloxacilina. Este fármaco es de elección en infecciones profundas. Como veremos luego, a nivel hospitalario algunas cepas han desarrollado resistencia, pero en la comunidad esto es muy raro. Cefalosporinas Son ßlactámicos que no son afectados por las ßlactamasas estafilocócicas, que son penicilinasas. Las cefalosporinas de 1ª (Cefradina, Cefazolina) y de 2ª generación (Cefuroxime) tienen buena actividad antiestafilocócica, no así las de 3a generación. Son ampliamente usadas, sin embargo en procesos graves es preferible una Penicilina semisintética. Aminoglucósidos Son sensibles y suelen emplearse junto con una Cefalosporina, en tratamiento de casos profundos. Insistimos en que es mejor una Penicilina semisintética. La combinación Cefalosporina aminoglucósido es un recurso muy usado como esquema empírico cuando se desconoce la etiología del proceso. Macrólidos: eritromicina y otros En general no están indicados, salvo en procesos superficiales en caso de alergia a ß lactámicos. Un 10% de las cepas presentan resistencia, y es de esperar que este porcentaje aumente al extenderse el uso de los nuevos macrólidos. Otros Vancomicina: Está indicado en los casos de infección grave con alergia a ß lactámicos. ßlactámicos + inhibidores de ßlactamasas: Ampicilina o Amoxicilina con Sulbactam o Acido Clavulánico. No se ha demostrado ventaja sobre otros antimicrobianos en el tratamiento de estafilococias. Se ha recomendado su empleo como preventivo en algunos tipos de cirugía. Trimetoprim sulfas, Tetraciclinas y cloranfenicol: En general los estafilococos son sensibles a estos fármacos, sin embargo actualmente tienen escasa aplicación. Qinolonas - Estos importantes fármacos no tienen aplicación alguna en el tratamiento de las infecciones estafilocócicas. CASO CLINICO Nº 2 Paciente de 75 años, en postoperatorio de mastectomía por adenocarcinoma mamario. Al 2º día fiebre. Al 3er día, herida dolorosa. Se continúa tratamiento con Cefaloridina y se agrega Gentamicina. Al 4º día, herida roja, tensa, dolorosa. Reintervenida, drena abundante pus que se envía para estudio bacteriológico. Al día siguiente, el laboratorio informa S. aureus. Paciente taquicárdica, obnubilada, pálida, sudorosa, hipotensa. Pasa al CTI. Al 6º día, se informa S. aureus meticilino resistente (SAMR). Se inicia tratamiento con Vanconicina. La paciente no mejora y fallece al día siguiente. Estudio epidemiológico: Por haberse detectado en pocos meses varios casos de SAMR, se hizo un estudio del personal (manos y fosas nasales). Se halló 3 miembros del personal portadores nasales de S. aureus Meticilina sensible. Se hizo también estudio nasal de dos pacientes que habían estado en CTI, hallándose SAMR en uno de ellos. I - Aplicando los conocimientos adquiridos hasta ahora, determine: 1. ¿Cuál es la fuente de esta infección? 2. ¿Cómo llega a la paciente? 3. ¿Qué rol juegan los portadores nasales hallados entre el personal? 4. ¿Cuál es la puerta de entrada? 5. ¿Qué factores influyen en este caso favoreciendo la infección? 6. ¿Cómo se explica el agravamiento de la paciente? II - En las siguientes páginas, se hallará la respuesta a las siguientes preguntas: 1. ¿Qué factores actúan a nivel intrahospital favoreciendo este tipo de infecciones? 2. ¿De qué manera se pueden prevenir? 3. ¿Qué rol juega la asepsia del block quirúrgico en este caso? 4. ¿Qué mecanismos entran en juego en el agravamiento y el fallecimiento de la paciente? 5. ¿Por qué no fue efectiva la Gentamicina? 6. ¿Qué es un SAMR? S. AUREUS COMO PATOGENO INTRANOSOCOMIAL La OMS define una infección intranosocomial o intrahospitalaria como aquella que se produce durante la internación, o después del alta hasta 1 semana. Algunos autores precisan que sólo se debe considerar como tal si se produce 72 horas después del ingreso sin estar relacionada con la patología que ocasionó el mismo, o bien antes de este período relacionada con una instrumentación hecha durante el ingreso. I - INFECCIONES INTRANOSOCOMIALES POR S. AUREUS S. aureus es un reconocido agente de infección intranosocomial. Según las estadísticas, ocupa el 2° lugar, después de E. coli y antes que Pseudomonas aeruginosa. En un estudio de 83 bacteriemias por S. aureus, se definieron 42 (51%) como de adquisición intrahospitalaria. La infección es en la mayoría de los casos al nivel de la herida quirúrgica o de un catéter intravenoso. 9 Muchas veces la infección inicial se complica con bacteriemia, que puede llevar a la producción de metástasis sépticas, y en una evolución más grave aún, fallas de los grandes sistemas del organismo y shock. La mortalidad en estos casos es muy alta. Vemos aquí una vez más que el factor determinante de la infección es la producción, en este caso iatrogénica, de una solución de continuidad en la barrera cutánea, la cual es abierta (herida quirúrgica) o bypaseada directamente llevando la infección a la sangre (catéter). Sin embargo, a nivel nosocomial otros factores de riesgo se añaden para hacer más complicada la situación: Pacientes debilitados por su enfermedad de fondo, y además agredidos por tratamientos invasores. Frecuentemente sometidos a medicaciones inmunosupresoras (cáncer, trasplantes). Uso intensivo de antibióticos que suprime en pocos días la flora normal "extrahospitalaria "del paciente (barrera natural de defensa contra patógenos). Existencia de una flora "intrahospitalaria" en pacientes y personal, caracterizada por gérmenes inhabituales, o comunes pero con características inhabituales, por ej. resistencia aumentada a antibióticos. Frecuente inoservancia de los cuidados mínimos para evitar la transmisión cruzada de S. aureus (u otros agentes) de pacientes infectados a otros no infectados. El vehículo más habitual son las manos del personal tratante. Los servicios más afectados son los de Cirugía y CTI, en menor medida los de Medicina, en especial Hematología y Oncología. El tratamiento es muchas veces difícil, tanto por la pobre condición del paciente, como por la resistencia del agente. Es frecuente la presencia de S. aureus meticilino resistente, con resistencia a múltiples antibióticos. La prevención es pues esencial. De los factores determinantes, es imposible actuar sobre algunos de ellos, como la condición del paciente, o los tratamientos invasores o inmunosupresores imprescindibles. Tampoco es efectivo tratar de erradicar los reservorios de la infección, ya que como vimos la "flora intranosocomial" está ampliamente extendida. La medida más importante es cortar la transmisión cruzada, y ello se logra fundamentalmente en base al LAVADO DE MANOS. Infecciones de heridas quirúrgicas La infección en cirugía es un desastre que puede hacer fracasar procedimientos técnicamente brillantes. El costo anual en días de internación extra y en antibióticos es millonario en dólares. Más lamentable aún es el costo en sufrimiento para el paciente, que deberá ser muchas veces reintervenido, y la consiguiente mortalidad. S. aureus es el 1er agente de infección quirúrgica como agente único. Un tercio de las infecciones quirúrgicas son por un solo agente y 2/3 por más de uno. En estas últimas también se aísla S. aureus, aunque suelen predominar los Gram negativos. Las intervenciones quirúrgicas suelen dividirse en limpias y sucias o contaminadas. Generalmente las heridas limpias se infectan a partir de una fuente exógena, que en el caso de S. aureus es con frecuencia las manos del personal. Las heridas sucias hacen infecciones endógenas, a partir de la flora del paciente, que suele estar constituida por microorganismos resistentes intrahospitalarios que sustituyeron a la flora indígena. Otro criterio es que los casos esporádicos se deben a infecciones endógenas, mientras que cuando hay un brote epidémico, es sin duda exógena, pero no se debe buscar el origen en el ambiente ni en el material, sino en la transmisión cruzada. El lavado de manos es, pues, la medida más importante para evitar esta infecciones. Otras medidas toman en consideración que con frecuencia la infección se origina en el mismo acto operatorio, por lo que se requiere una asepsia correcta, cambio frecuente de guantes, y una técnica quirúrgica meticulosa pero rápida. Por último, el empleo de antibióticos preventivos debe apegarse a protocolos preestablecidos en cuanto a indicación, fármaco a usar y número de dosis. Sepsis por catéter La cateterización se realiza la mayoría de las veces para disponer de una vía venosa central (VVC). Casos especiales son la cateterización para nutrición parenteral (NP) y para hemodiálisis (HD). La infección se produce por la vía periluminal, a partir de la propia piel del paciente. Recientemente se ha descrito infección desde la conexión, en especial en NP y HD, donde los cuidados de la piel son extremos. Los gérmenes colonizan el catéter, y a partir de allí pueden pasar directamente a la sangre, dando bacteriemia. La colonización del catéter se estudia desde 1977 por la técnica de Maki: cultivo de las paredes del catéter en una placa de agar sangre, con recuento de colonias, siendo significativo más de 15 UFC. En NP se encontró en 10 años, 21% de colonización, con 1% de sepsis. En D (112 dializados crónicos) hubo 15% de colonización y 2,4% de bacteriemia y fiebre. En VVC, en el Hospital de Clínicas, en 400 estudios por año, se halla un 30% de colonización, con menos de 1% de sepsis confirmada. En este último estudio, se halló, en los catéteres colonizados, un 35% de Gram positivos, sobre todo estafilococos, y de esto la mitad S. aureus. En NP en el CASMU, hubo más de 50% de Gram positivos, de los que 65% fue S. aureus. En D, predominó netamente la colonización por S. aureus. 10 En todos los casos de catéter positivo con bacteriemia, el responsable fue S. aureus, mostrándose más invasor que S. epidermidis. La prevención de las infecciones por catéter comprende, además de las medidas generales (lavado de manos), las siguientes medidas: Cuidados de la piel: Pocas curaciones. No antibióticos tópicos, sólo iodóforos. Una sola persona encargada. Maniobras estériles. Cambios del catéter: la colonización se mantiene baja hasta el 5°- 7° día, luego aumenta mucho. Sin embargo los cambios muy frecuentes ocasionan complicaciones mecánicas con agotamiento de los accesos. II - BACTERIEMIA Y SEPSIS POR S. AUREUS Algunos autores definen la bacteriemia verdadera como el hallazgo de al menos dos hemocultivos positivos, con clínica compatible, y reservan el término "sepsis" al cuadro de falla de grandes sistemas del organismo causado por la diseminación bacteriana. Otros restringen el término bacteriemia a la presencia de bacterias en sangre, y llaman sepsis a todo cuadro de bacteriemia con manifestaciones clínicas, aun sin hemocultivos positivos comprobados. Ambos conceptos son muy empleados en nuestro medio, por lo que en esta sección hablaremos de "bacteriemia o sepsis" para referirnos al cuadro con clínica y hemocultivos positivos. S. aureus ocupa el 2° lugar como agente de bacteriemia o sepsis, después de E. coli. Actualmente la incidencia es del 10 al 15% de todas las bacteriemias. Se debe distinguir la bacteriemia o sepsis estafilocócica de origen extrahospitalario de las de origen intrahospitalario. En algunas series se encuentra que corresponde un 50% de los casos a cada una, mientras que en otras se ve un predominio de origen nosocomial. La bacteriemia o sepsis extrahospitalaria es en la mayoría de los casos de foco de origen desconocido, y en un alto porcentaje se encuentra una endocarditis. En toda bacteriemia de origen desconocido se debe presumir endocarditis hasta prueba en contrario, hallándose hasta en un 40% de los casos. Los drogadictos i/v constituyen un grupo de alto riesgo. La bacteriemia o sepsis de origen intrahospitalario se produce en la mayoría de los casos a partir de un catéter o una flebitis séptica, también de la infección de una herida quirúrgica. Es menor el porcentaje de origen desconocido y de endocarditis. En todos los casos, tanto intra como extrahospitalarios, la bacteriemia puede llevar a la siembra metastásica de la infección. En el estudio de 83 bacteriemias citado anteriormente, 23 pacientes (28%) presentaron metástasis. Las localizaciones fueron: osteomielitis (11 pacientes), embolia pulmonar (7), partes blandas (2), meningitis (2), absceso renal (1), y pericarditis (1). En el mismo estudio se hallaron 5 casos de endocarditis en pacientes con foco inicial identificable. En estos casos la localización endocárdica valvular también debe considerarse como metastásica. En una evolución más grave, se presentan fallas de los grandes sistemas reguladores del organismo. Pueden observarse, aisladamente o asociadas, insuficiencia renal aguda, distrés respiratorio agudo, coagulación intravascular diseminada, o shock. Muchas veces ante estas situaciones y la sospecha de infección, se hace diagnóstico clínico de sepsis, aun con hemocultivos negativos. En el estudio de 83 estafilococcemias, hubo 10 casos de complicaiones graves, de los que fallecieron 6. El shock séptico es el cuadro de mayor gravedad causado por S. aureus. Es idéntico al producido por las bacterias Gram negativas, hallándose descrita su patogenia y clínica en el capítulo dedicado a estos microorganismos. En S. aureus, el ácido teicoico jugaría un rol similar al LPS de los Gram negativos, promoviendo la activación del complemento y la coagulación, liberación de quininas, etc. S. AUREUS METICILINA RESISTENTE (SAMR) Una de las características principales de las infecciones intranosocomiales por S. aureus es que un alto porcentaje son por cepas meticilino resistentes (SAMR). Estas cepas son resistentes no sólo a Meticilina, sino a la mayoría de los antibióticos habitualmente empleados. Se trata de mutantes que han logrado establecerse como flora en algunos ambientes hospitalarios, favorecidos por la alta presión selectiva creada por el uso intensivo de antibióticos, y por la frecuente transmisión cruzada a huéspedes susceptibles. En 1960 aparece la Meticilina, y en 1961 se aísla la 1ª cepa SAMR. En 1965 ya es un problema importante en Europa, y desde 1975 también en USA. En 1975 comienzan a aparecer cepas SAMR con resistencia asociada a aminoglucósidos (SAMAR). Actualmente la incidencia de SAMR es de 30% de promedio en los grandes hospitales, y más del 50% en servicios como CTI, cirugía y hematooncología. 1. Características fenotípicas La morfología colonial es diferente a las cepas "normales". Son colonias chicas, irregulares, transparentes, sin pigmento ni hemólisis. Pueden ser negativas para la prueba de coagulasa en lámina. La CIM para Meticilina es de 5 a 200 microgramos/ml. La expresión de la resistencia se caracteriza por no ser uniforme, estando supeditada a las condiciones de las pruebas. Es facilitada por temperaturas de 31°C, medios hipertónicos y pH neutros, y es inhibida por temperaturas de 37°C, medios hipotónicos y pH ácidos. 11 Multiresistencia: además de resistencia a todos los ß lactámicos, presenta como vimos resistencia a aminoglucósidos. También se puede asociar a resistencia a macrólidos, tetraciclinas y quinolonas. 2. Resistencia homogénea y heterogénea Se distinguen dos diferentes categorías de SAMR: Resistencia homogénea: afecta al 100% de la población y es termoindependiente (se expresa bien a 37°C). Es rara en Europa y Norteamérica, pero frecuente en nuestro país. Resistencia heterogénea: Coexisten en la población dos variantes: termodependiente, mayoritaria (sólo se expresa a 31°C), y termoindependiente, minoritaria. 3. Mecanismo de resistencia Todos los ßlactámicos actúan sobre proteínas de la pared llamadas "proteínas fijadoras de penicilina" (PFP, o en inglés PBP). La resistencia consiste en una mutación a nivel cromosómico, que determina la síntesis de una PBP anómala, la PBP2a, por la cual los ßlactámicos tienen menor afinidad que por las PBP "normales". 4. Regulación genética La R. homogénea es constitutiva, no presenta mecanismos regulatorios. La R. heterogénea es inducible por la presencia del antibiótico, lo que implica la presencia de un represor genético que es inhibido. 5. Mecanismos de resistencia asociados Aminoglucósidos: Inactivación enzimática (plasmídica) Alteración de la permeabilidad (cromosómica) Tetraciclinas: Alteración de la permeabilidad o eflujo activo Macrólidos: Inactivación (plasmídica) Alteración del sitio activo (cromosómica) Rifampicina: Alteración del sitio activo Trimetoprím sulfas: Vías metabólicas alternas. 6. Tratamiento de SAMR Droga estándar: Vancomicina 2gr i/v / día Alternativas: Teicoplanina Asociación Rifampicina + Fosfomicina mucosas, y sólo en situaciones muy especiales puede causar infección. Estas son siempre intrahospitalarias. Las más comunes son las colonizaciones de catéteres. La incidencia es similar a la de S. aureus. S. epidermidis posee una propiedad que le facilita este tipo de colonización: la producción de SLIME o limo extracelular, un polímero mucopolisacárido de composición similar a la de una cápsula, pero de estructura amorfa, formando un "barro" que adhiere al catéter y envuelve las bacterias. Cumple pues una doble función, de adherencia y antifagocítica. También las prótesis valvulares y articulares suelen presentar infecciones por este agente, por la misma razón. Staphylococcus saprophyticus Se diferencia de otros coagulasa negativos por ser Novobiocina resistente, además de presentar un pigmento amarillo anaranjado característico (en cultivos de varios días). Es un patógeno primario a nivel urinario, siendo el segundo agente de infección urinaria en la mujer joven, después de Escherichia coli. A diferencia de otros estafilococos, es muy sensible a antibióticos. ESTAFILOCOCOS COAGULASA NEGATIVOS Staphylococcus epidermidis Se caracteriza por ser coagulasa y DNAsa negativo y Novobiocina sensible. También es negativo para otras enzimas, propias de S. aureus como lipasas, hialuronidasa, etc. No fermenta el manitol ni tolera el cloruro de sodio. Posee una hemolisina diferente de las de S. aureus, llamada "épsilon." Estructuralmente, su pared se caracteriza por tener ácido glicerol teicoico (en vez de ribitol teicoico) y carecer de Proteína A. Su sensibilidad a antimicrobianos es similar a la de S. aureus, con producción de ßlactamasas, y cepas meticilino resistentes (bastante más extendidas que en S. aureus). Es un habitante normal de la flora basal de piel y 12