Boletín Macro IBRE

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Boletín Macro IBRE
| Agosto de 2012
Anatomía de un Cambio de Percepción
Hace menos de tres años, en noviembre de 2009, la revista The Economist presentó un reportaje
de portada marcado por gran optimismo con relación a la economía brasileña. En mayo de 2012 la
revista presentó un artículo con una evaluación bien menos positiva de las perspectivas de Brasil.
¿Qué ocurrió en ese periodo para justificar ese cambio de opinión?
Como las evaluaciones de esa conceptuada publicación están basadas por la exención y ausencia
de sensacionalismo, es oportuno examinar cuál fue el motivo del cambio tan decidido de posición,
en que los analistas internacionales, que antes consideraban a nuestro país como altamente
prometedor — el “preferido de los mercados”, como se decía — pasaron a considerarlo de forma
menos favorable. Para impulsar más el cambio, Brasil fue reemplazado por México como el
preferido de un segmento de los analistas, a pesar de la dependencia de la economía mexicana
con relación a la de EE.UU., que está lejos de presentar perspectivas brillantes. Más recientemente
Turquía se incorporó al grupo prometedor, como se refleja en la elevación en los flujos de
inversión directa a ese país.
Parte de la respuesta para esa alteración de percepción está en la desaceleración del crecimiento y
en la revisión de las previsiones de crecimiento de nuestra economía a mediano plazo. Como
podemos recordar, las perspectivas eran ampliamente favorables en un momento, como a fines
de 2009, donde el crecimiento, después de la corta recesión de los dos primeros trimestres del
año, se presentaba especialmente fuerte.
Como efecto, el PIB aumentó el 7,5% el 2010,
compensando la suave recesión del año calendario anterior. La perspectiva de cambio de gobierno
el 2011 agregó incentivo a las expectativas favorables.
A fines de 2010 las previsiones eran de expansión adicional del PIB el 2011, aunque menos fuerte,
en función del aumento de la inflación y de las medidas tomadas por el BC para manejar la
aceleración de la inflación. Pero, al fin y al cabo, lo que se percibió fue un aumento modesto del
PIB en el año, el 2,7%, obtenido por tasas trimestrales decrecientes, acompañado por previsiones
cada vez más modestas para el 2012. Estas se reflejan actualmente en la mediana de las
previsiones de mercado, de menos del 2%. Estaba creado el escenario para una decepción más,
como se percibió por el sentimiento del mercado internacional presentado por el reportaje de
este año antedicho.
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Es interesante registrar que difícilmente el ingrato contexto externo puede ser invocado para
justificar nuestro desempeño mediocre, pues casi todos los demás países de Sudamérica, algunos
de los cuales tan o más dependientes que Brasil de la producción y exportación de productos
primarios, crecieron más que nosotros el año pasado — y crecerán más que Brasil el 2012.
Difícilmente también se puede acreditar el cambio de percepción a un cambio repentino en los
estados de ánimo del mercado, pues, en realidad, no fue tan repentino. Como la gota que rebalsa
el depósito, señales de insatisfacción de los mercados con el activismo de una política económica
puntual y no siempre evaluada como en la dirección correcta empezaron a aparecer desde el año
pasado.
Curiosamente, eso ocurrió aunque el Banco Central haya presentado una decidida reducción de
los intereses básicos que se reveló oportuna en la intensificación de la crisis europea. Pero nada
impidió el cambio de estado de ánimo del mercado con relación a Brasil, por detrás del cual está
un conjunto de problemas no solucionados, algunos ni siquiera tratados, que incluye la dificultad
de: elevar el ahorro, la inversión y la productividad; reducir la carga tributaria, que, en el nivel del
36% del PIB, sofoca el sector privado; simplificar un sistema tributario notoriamente complejo;
proveer infraestructura física en cantidad y calidad adecuadas; ayudar a formar capital humano de
calidad y en las especialidades demandadas por el mercado; reducir las interferencias e
intervenciones políticas en las agencias reguladoras y empresas públicas; ejecutar de forma
eficiente y completa los programas de inversión gubernamentales aprobados, etc.
Y aquí hay indicaciones para la respuesta a la pregunta inicial: parte del optimismo que todavía
existía el 2010 estaba basado en una dosis ponderable de wishfull thinking con relación a las
acciones correctivas futuras del gobierno por tomar posesión en janeiro de 2011. Pero, como fue
posible percibir, el resultado fue inferior al proyectado. Lejos de atacar los problemas macro e
institucionales, el gobierno prefirió el “más de lo mismo”, en la esperanza que la estrategia que
había tenido éxito hasta el momento siguiera funcionando. Pero los tiempos habían cambiado, y
con ellos, la naturaleza de los problemas. Su gravedad y su no solución, ya no se pueden ignorar —
si es que se hayan podido ignorar en algún momento.
Eso no significa que la inacción haya sido generalizada. Respecto a la inversión en infraestructura,
uno de los problemas que impide el crecimiento — y tiende a impedirlo más si no se hace nada —,
un reconocimiento un poco tarde de los resultados de la inacción parece estar ocurriendo, como
se verifica en la evidencia de que una nueva ronda de concesiones se realizará en breve. Pero, de
positivo, eso es todo.
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En el polo opuesto de las medidas adoptadas siguen proliferando algunas de carácter puntual,
como las iniciativas selectivas de apoyo a la industria, con resultados de pequeña expresión hasta
este momento. Quizás más positivo, se espera que los efectos expansionistas de la reducción de la
tasa básica de intereses sobre el nivel de actividad se sientan finalmente al final de este año,
reforzados por el impacto desfasado de la desvalorización del cambio real efectivo, de casi el 20%
desde mediados de 2011.
Exactamente frente a ese escenario se despliegan los análisis de este Boletín. Inicialmente, hay
que registrar que las previsiones de crecimiento del PIB seguirán revisándose hacia valores
inferiores: nuestra estimación para el crecimiento sin estacionalidad el segundo trimestre ha
disminuido ligeramente, al 0,4%. De esa forma, para que la economía crezca el 2% el 2012 sería
necesario que el crecimiento medio los dos últimos trimestres del año llegara al 1,7%, ó el 7,0%
anualizados. Tasas de esa magnitud no se registran hace más de dos años, desde principios de
2010 — que no significa que no puedan repetirse en el futuro. Sin embargo, no es lo más
probable, considerando nuestras previsiones, ya sea de crecimiento sectorial, o de la demanda
agregada. En estas lo que se verifica es un tercer trimestre estable, como anticipado por los
indicadores de confianza del IBRE: las indicaciones de los sectores y del consumidor son que el
segundo semestre empieza en el mismo ritmo moderado con el cual terminó la primera mitad del
año. Las expectativas empeoraron, reflejando una aparente decepción con el desempeño reciente
de la economía y la incertidumbre con relación a la velocidad y timing de la recuperación.
Como efecto, nuestro indicador de FBCF para el segundo trimestre (+1,4%, sin estacionalidad) es
de recuperación con relación al primero (− 1,8%), pero eso no impide que la tasa acumulada en 12
meses sea nula a fines del primer semestre de este año. Las exportaciones netas presentarán otra
contribución fuertemente negativa el segundo trimestre, al paso que el consumo de las familias
deberá crecer menos que en el primer trimestre del año. Sin embargo, nuevamente la absorción
interna crecerá más que el PIB.
A continuación, se presenta un resumen de los destaques de este Boletín:
• La huelga de los servidores del IBGE impidió la divulgación de la tasa de desempleo de PYME de
junio, pues los resultados de Rio de Janeiro no se computaron. Nuestra estimación es que la tasa
de desempleo en RJ haya disminuido del 5,2% en mayo al 5,0% en junio. De esa forma, nuestra
previsión es que la tasa de desempleo con ajuste estacional haya aumentado del 5,4% en mayo al
5,6% en junio. La previsión para julio es de pequeño aumento adicional, al 5,7%.
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• Los indicadores del mercado de crédito presentaron desempeño positivo hasta junio,
justificando el optimismo respecto a su evolución futura. El crédito bancario siguió expandiéndose,
con salto total llegando al 50,6% del PIB en junio de 2012, frente al 46,1% un año antes, con
crecimiento real del 12,3%. Al mismo tiempo, la tasa de insolvencia disminuyó en junio. En
particular, una variable crítica para la evolución del crédito, el comprometimiento de la renta con
las deudas, presentó ligera reducción en mayo, último mes disponible, con tasa 0,5 p.p. inferior al
máximo registrado en octubre del año pasado. El endeudamiento de las familias, a su vez, totalizó
el 43,4% en mayo, un crecimiento de 6,0 p.p. con relación a mayo de 2011.
• El IPCA empezó el segundo semestre superando las previsiones, pero en el sentido opuesto al
esperado. La sorpresa fue el resultado de julio, 0,43%, que elevó las expectativas del IPCA para el
2012 en su conjunto, invirtiendo la trayectoria que era de reducción desde mayo. La elevación, en
el intervalo de cuatro semanas, de la tasa esperada para el año, del 4,87% al 5,11%, descartó la
posibilidad de una posible convergencia hacia el centro de la meta el 2012 y reavivó el debate
sobre las tendencias de la inflación para el próximo año.
• En el área fiscal, la combinación de reducciones tributarias selectivas sumadas al menor
dinamismo de la actividad indicaban medidas de compensación para que se cumpliera la meta
“completa” de superávit primario. En ese contexto, el mayor envío de dividendos de las estatales
al Tesoro, como ha ocurrido, era algo previsto. Frente a la desaceleración del crecimiento
económico indicado por los resultados anteriores y proyecciones para el crecimiento del PIB en el
año en curso, el cambio sutil presente en la última acta del Comité de Política Monetaria para
cumplimiento de la meta fiscal alrededor del 3,1% del PIB es también indicadora de las
incertidumbres asociadas a la evolución de la política fiscal.
• La mejora de la balanza comercial en julio es el destaque del análisis del comercio internacional.
En parte, ocurrió por la reducción atípica en las exportaciones de junio, asociada a la huelga de los
auditores de la Receita Federal (Rentas Internas); pero, esencialmente, la reducción no puede ser
atribuida a ningún cambio claro en el escenario interno o internacional. Para el resto de este año
se espera la obtención de saldos capaces de llevar el resultado de la balanza comercial a un
superávit de aproximadamente US$ 18 mil millones. Pero esa conclusión depende de la evolución
de la huelga de las categorías de servidores públicos que tratan el despacho de mercaderías en la
aduana.
• El escenario internacional apunta para las previsiones de nueva desaceleración del crecimiento
mundial, que de hecho empezó en el trimestre abril-junio, liderada por el sector industrial. La
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pérdida de dinamismo es global, afectando países ricos y en desarrollo. No obstante, su enfoque
está en Europa, donde políticas fiscales más restrictivas y reducciones en la confianza de
consumidores y empresarios han impactado en el nivel de actividad. Sin embargo, el escenario
global mejoró a fines de julio, con la disposición señalizada por el Banco Central Europeo (BCE) de
reanudar, en mayor escala, sus compras en el mercado secundario de títulos soberanos de la zona
del euro.
• Nuestro observatorio político está dedicado al interesante tema del efecto de la popularidad
presidencial en las elecciones municipales. En general, se acepta que las elecciones municipales se
ocupan de temas locales. De esa forma, el (la) presidente (a) no tendría influencia en las
elecciones municipales, pues los electores estarían más interesados en que los candidatos
discutieran y presentaras soluciones para problemas específicos del municipio. Pero resultados de
estudios recientes sugieren que, contrariamente al saber convencional, la política nacional tiene
impacto en nivel local.
• Nuestra sección En Enfoque de este mes es de autoría de Gabriel Leal de Barros y trata los
desembolsos sectoriales del BNDES los últimos años.
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Instituto Brasileiro de Economia
Director: Luiz Guilherme Schymura de Oliveira
Vice-Director: Vagner Laerte Ardeo
Superintendente de Estudios Económicos: Marcio Lago Couto
Coordinador de Economía Aplicada: Armando Castelar Pinheiro
Investigadores:
Daniela de Paula Rocha
Fernando Augusto Adeodato Veloso
Fernando de Holanda Barbosa Filho
Gabriel Leal de Barros
Ignez Guatimosim Vidigal Lopes
Lia Valls Pereira
Mauricio Canêdo Pinheiro
Mauro de Rezende Lopes
Regis Bonelli
Rodrigo Leandro de Moura
Samuel Pessôa
Silvia Matos
Boletín Macro IBRE
Coordinación General: Regis Bonelli
Coordinación Técnica: Silvia Matos
Advertencia
Este Boletín fue elaborado con base en estudios internos y utilizando datos y análisis producidos por IBRE y otros de conocimiento
público con informaciones actualizadas hasta el 14 de agosto de 2012. El Boletín está dirigido a clientes e inversionistas
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