Fecha de Publicación: 20 de Enero de 2006 Medio: Diario Gestión ¿Qué deberíamos esperar del nuevo gobierno en materia de política económica? Mirko Urljevic Abad PAD – Escuela de Dirección de la Universidad de Piura Es indudable que la situación económica del nuevo gobierno es un buen punto de partida: crecimiento del PBI por encima del 6%, inflación controlada en un rango del 2.5% anual, balanza comercial positiva en más de 5 mil millones de dólares, déficit fiscal cercano al 0%, RIN de alrededor de 15 mil millones de dólares, etc., históricamente algo así nunca se ha presentado en el Perú para un nuevo gobierno. ¿Esto resulta un problema o más bien representa un reto? ¿Se tiene claro que el camino a seguir es continuar creciendo a un ritmo sostenido los próximos años o se tiene pensado que la prioridad es distribuir? No tener una definición correcta de lo que hay que hacer conlleva a discusiones absurdas tales como dudar si la pobreza ha disminuido unos puntos porcentuales; sobre este punto no hay que ser mezquino porque el PBI si ha estado creciendo sostenidamente, pero no se ve una amplia mejora en los indicadores económicos porque están muy deteriorados y no porque no se hayan dado. De otro lado, también se discute sobre cómo distribuir el ingreso cuando recién estamos empezando a generarlo y muchos se sorprenden cuando se afirma que el Perú tiene mejor distribución del ingreso que Chile; basta con señalar, por ejemplo, que Cuba es el país que mejor distribución del ingreso tiene en Latinoamérica para que la discusión se acabe. Por lo tanto, la distribución del ingreso no debe ser un objetivo, sino más bien una consecuencia. ¿Qué deberíamos pedir para que se logre el objetivo de crecer sostenidamente? Resulta sorprendente que se haya mencionado muy poco en el mensaje, la lucha contra la informalidad, más aún considerando que el Perú es uno de los países con mayores tasas de informalidad en el mundo (cerca del 60% de la actividad económica es informal). No nos damos cuenta que mientras subsista la actividad informal no se va a poder crecer sostenidamente. Los que vienen sosteniendo el peso del crecimiento son aquellos que están gravados con 30% de impuestos, el porcentaje de distribución de utilidades, por pago de dividendos, etc., y no los informales que no se ven afectados por la actividad fiscalizadora del gobierno. Las normas dirigidas a crear más rigidez en el mercado laboral van a crear más informalidad en lugar de nuevos empleos, por ende, menos posibilidad de crecer sostenidamente. Peor aún, se ha estado hablando de aumentar el porcentaje de la distribución de utilidades, si seguimos así ¿Quién se animará en estas condiciones a invertir en nuestro país? Tampoco se menciona el tema del contrabando, llegándose a cuestionar si existe una verdadera voluntad por erradicarlo. Resultaría sorprendente ver la cantidad de gerentes de ventas que verían reforzado su trabajo si la lucha contra el contrabando se pusiera en vigencia. Al respecto se sabe que un beneficio colateral del TLC será que el contrabando de productos provenientes de USA desaparecerá. En el ámbito de la educación, poco se cuestiona la apertura de universidades sin mayores estudios técnicos sobre las verdaderas necesidades de recursos profesionales que tiene el país. Debería pensarse en carreras técnicas o enseñanza de idiomas u oficios como las verdaderas alternativas que hay que fomentar. Tal es la situación que no es sorprendente saber que contamos con los taxistas más ilustrados del mundo. En materia tributaria se debe simplificar la estructura impositiva eliminando impuestos absurdos y concentrando los esfuerzos en los de mayor y más simple recaudación. ¿Qué pensarán por ejemplo, los turistas que se van del país cuando en el aeropuerto le cobran la “disforzada” cifra de $ 30.25 de impuesto de salida y además el vuelto se lo dan en moneda nacional que no les sirve para nada? El sector público presenta muchas deficiencias. Es cuestionable pensar que el problema se resuelve reduciendo el sueldo a los empleados públicos, y por el contrario, podría agravarlo, ya que la calidad de los profesionales trabajando en el sector disminuiría. Es difícil saber si esta medida contribuirá a la reorganización del aparato estatal. ¿Qué debería hacerse? El gobierno pasado ha resaltado sus logros, sobretodo en los indicadores macroeconómicos, los cuales son indiscutibles ya que va a pasar a la historia como el gobierno que mejores indicadores ha presentado. Pero queda la duda si gran parte de esos logros se le puede atribuir al factor coyuntural, considerando que el sector externo le ha sido sumamente favorable en lo que a precios de nuestros productos de exportación o flujos de capitales se refiere. Por otro lado, no se está identificando ni evaluando todo lo que se ha dejado de hacer y cabría ponerse a pensar si son cuantificables las oportunidades perdidas por la anterior gestión. En esta oportunidad, la suerte aparece en la medida que nunca se puede cuantificar lo que se deja de hacer; esperemos que a este gobierno no le suceda lo mismo, y que busque activamente aprovechar las oportunidades que se presenten; por ejemplo, aprovechar el TLC como motor del crecimiento, esta sería una buena prueba de que no está pecando de inacción.