La optimista y heroica Quinta Sinfonía de Sergei Prokofiev, de enero de 1945, parecía anunciar el final victorioso de la segunda guerra mundial. En contraste, su Sinfonía No.6, que fue estrenada en 1947, es una de sus obras más profundas y personales. Aunque fue recibida con entusiasmo por el público, las autoridades soviéticas fueron muy críticas y en 1948 una resolución del partido lo censuró por no componer dentro de los parámetros del realismo socialista, declarando la obra 'anormal' y 'repelente'. Las primeras ideas para la sinfonía vienen de la quinta y datan de un período cuando el desenlace de la guerra era aún incierto. A principios de 1945 el compositor además había sufrido un colapso, de la cual no se recuperó nunca totalmente y que lo obligó a vivir una vida de inválido con dolores de cabeza casi constantes. Con respecto a la obra, Prokofiev mismo dijo: 'ahora nos estamos regocijando en nuestra gran victoria, pero cada uno de nosotros tiene heridas que no se pueden curar'.