Programa del concierto

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prog rama
I
H. PURCELL Chacona en sol menor, Z730
(1659-1695)
G. P. TELEMANN Ouverture (Suite) en si bemol mayor, TWV 55:B8
(1681-1767) Ouverture La Bourse
I Ouverture, II Scaramouches, III Harlequinade,
IV Colombine, V Pierrot, VI Menuet I, VII Menuet II,
VIII Mezzetin en Turc
A. VIVALDI Concierto para dos violonchelos en sol menor, RV 531
(1678-1741)
I Allegro (moderato)
IILargo
IIIAllegro
LA TÉRMICA CLÁSICA
JOVEN ORQUESTA BARROCA
DE ANDALUCÍA
28.02.2016
19.00 h
II
A. CORELLI Concierto Grosso en re mayor, op. 6 nº 7
(1653-1713)
IVivace-Allegro-Adagio
IIAllegro
III Andante Largo
IVAllegro
VVivace
F. GEMINIANI
(1687-1762)
Concerto Grosso nº 12 en re menor “La Follia”, basado
en el op.5 nº12 de A.Corelli
Tema y 24 variaciones
BARRY SARGENT, concertino / director
JUAN FRANCISCO PADILLA, tiorba / laúd
LAURA RAMÍREZ ÁLVAREZ
JUAN ANTONIO CARRILLO RIVODIGO, violonchelos
La Térmica
Diputación de Málaga
Av. de Los Guindos, 48. 29004 Málaga
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ANTEQUERA
Iglesia de San Juan de Dios
Calle Infante Don Fernando, 67
El siglo de Bach y Haendel —últimas décadas del siglo xvii y
finales de los años cincuenta del xviii— sienta las bases de tres
importantes escuelas nacionales y, gracias a la Ilustración,
desembocar en un estilo de hechuras internacional. Todo
ello promovido por dos claves determinantes: por un lado, la
popularización de la música que pasa del ámbito cerrado de las
cortes y el mecenazgo nobiliario a capas cada vez mas extensas
de las burguesías urbanas; y por otro, la edición de tratados
entorno al fenómeno musical y numerosa música impresa.
Telemann, Vivaldi, Geminiani o su admirado Corelli inundan de
norte a sur la voraz demanda de suites, sonatas y conciertos para
el consumo de conjuntos y solistas.
Lully en Francia y Corelli desde Italia crean las vanguardias que
abonarán esos estilos propios sin mayor conflicto estético; no
es extraño encontrar transcripciones vivaldianas según Bach,
y oberturas y suites de acento francés en Telemann o el inglés
Purcell. Buena parte de estas músicas desvelan otra concurrencia
clave como es la acotación entre la escritura musical elaborada
y la popular. Así, la danza es tratada por aquellos compositores
conformando ciertos modelos que rompen su carácter
improvisatorio en favor de esquemas compositivos alejados de su
esencia original.
Un ejemplo claro lo encontramos en la Chacony en sol menor
de H. Purcell. Su origen iberoamericano está asociado a ciertas
connotaciones eróticas que chirriaban en la moral del dieciséis,
pero cuando el músico inglés asume su redacción, la ciaccona
posee ahora un ritmo lento, de carácter ternario, acogiendo una
serie de variaciones sobre un bajo ostinato. A pesar del intenso
cromatismo, su utilidad no fue otra que entretener al público
mientras se acomodaba, de ahí que Purcell redactara dieciocho
posibles variaciones melódicas y armónicas a las que añade una
breve conclusión.
Telemann enlaza el barroco tardío con el nacimiento del nuevo
hacer conocido como galante, punto de partida del clasicismo y
vía de acceso a una mayor libertad e imaginación en oposición
a la estrechez del contrapunto. Esto se traduce, en el caso del
compositor alemán, en la sencillez de formas como vehículo
hacia auditorios más amplios. Articulada en una obertura y siete números,
la Ouverture-Suite TWV 55:B8 fue escrita entorno a 1710 cuando el
músico estaba asentado en Frankfurt. La representación de emociones,
imágenes o ideas a través de un estilo en ocasiones imitativo son
elementos comunes dentro del catalogo de suites ideadas por Telemann.
Antonio Vivaldi clausura el barroco y abre las puertas hacia esa
naturalidad formal predicada por Telemann. Del medio centenar de
conciertos para dos instrumentos, tan sólo dedicó uno a la pareja de
cellos. En el concierto para dos violonchelos en sol menor nos muestra
una obra cercana a la colección L’Estro armónico. A su inagotable
capacidad tímbrica añade, además, la forma tripartita o el empleo del
ritornello interpretados por el grueso del conjunto y en distinta tonalidad
a lo largo del desarrollo frente a los solos que desgranan los solistas.
El allegro inicial comienza con una cadenza solista de especial sentido
dramático en contraste con la agilidad y bravura del tiempo conclusivo,
no sin antes deambular por un movimiento central breve apoyado del bajo
continuo que evoca una sonata en trío.
Se atribuye a Stradella la utilización por primera vez del concerto grosso
aunque su trabajo se ve oscurecido al lado de nombres como Vivaldi o
Corelli. El opus 6, de este último, ve la luz en 1714 y reúne una colección
de doce concierti grossi. Ocho son da chiesa y los cuatro últimos da
camera. Ofrecen una estructura en cuatro, o cinco movimientos como
desarrolla el concierto en re menor. En esta colección, mientras que
el ripieno puede ser doblado, la parte solista llega de la mano de dos
violines o violonchelo, ambas secciones se acompañan de su propio
continuo.
Nacido en Luca, Francesco Geminiani fue alumno de Corelli y Scarlatti.
Publica en 1729 una curiosa trascripción del opus 5 de Corelli; la versión
original agrupa una colección de sonatas para violín y basso continuo
transformándolas a modo de concierti grossi. De ellas destaca la última:
La Follia, una de las danzas más famosas del siglo XVII que sirve de
soporte a una estructura de tema y variaciones, hasta veinticuatro en la
redacción de Geminiani. Además, elabora un discurso propio para el violín
solista respetando la integridad de la partitura original y entabla diálogos
con el conjunto desde ideas conocidas por el público de la época.
En términos absolutos, el empuje de los músicos protagonistas de este
concierto unidos a otra extensa lista de autores fueron los encargados
de proveer una literatura propia para la música instrumental que logra, de
este modo, independizarse de la vocal como género, aunque el desarrollo
de la ópera, el oratorio y la cantata completan el retrato artístico
alumbrado por Gabrielli y Monteverdi.
Roma, Julio 2015
Alejandro Fernández
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