O-18: LA VOCACIÓN LLAMADA

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O-18: LA VOCACIÓN LLAMADA-RESPUESTA
I. PRESENTACIÓN
Conocerás mejor las dos dimensiones de la vocación y las
verás más claramente en tu propia vida.
LLAMADA:
La llamada es de Dios. Él, como Creador, nos hizo por algo,
algo muy particular y personal, que constituye entonces el fin y el
sentido de nuestra vida. Nuestro Dios es un Dios que llama y para
cada persona es importante descubrir esa llamada; las actitudes
básicas para lograrlo son: escucha, búsqueda y disponibilidad.
RESPUESTA:
La respuesta corresponde a cada persona; podemos decir
que nuestra vida consiste en esa respuesta. Es una respuesta libre
a un Dios que invita, y es también personal, es mi respuesta, y se da
siempre en un proceso. Si queremos realmente tomar la vida en
nuestras manos la mejor opción es dar una respuesta a nuestra llamada, y las actitudes básicas son: generosidad y fidelidad.
II. TU LLAMADA Y TU RESPUESTA
La llamada y la respuesta se dan de muchas formas; cada caso
es único. Puede ser muy rápido como en San Pablo, o durar años para
esclarecerse; puede ser en diferentes momentos de la vida; puede
haber conflictos, dificultades que vienen de la propia persona, de la
familia, del medio, etc. Cada uno tiene su historia y su vocación.
Trata ahora de describir, aunque es difícil, tu llamada: ¿Cómo
ha sido?, ¿cuándo?, ¿en qué lo notas?, ¿cómo lo experimentas? etc.
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Analiza ahora lo positivo y lo negativo en las tres actitudes
básicas ante la llamada:
ESCUCHA: (¿En qué noto que estoy a la escucha? ¿Qué he
escuchado?)
activa?)
BUSQUEDA: (¿Qué acciones revelan en mí una búsqueda
DISPONIBILIDAD: (¿Qué cambios se han dado en mí a
partir de mi escucha y de mi búsqueda? ¿Qué pasos estoy dispuesto a dar?)
Señala los elementos positivos y negativos en tu vocación
frente a las actitudes básicas de tu respuesta vocacional:
GENEROSIDAD: (¿En qué te descubres generoso y en qué no?
FIDELIDAD: (¿En qué has hecho camino de fidelidad y en
qué no?)
III. ILUMINACIÓN
Reflexiona a la luz de la oración los siguientes textos:
JEREMÍAS
“Antes formarte en el seno materno, ya te conocía; antes
de que tú nacieras, te consagré, y te destiné a ser profeta de las
naciones.”
Yo dije: “¡Ay!, Señor, Yavé, mira que no sé expresarme, que
soy un muchacho.”
Y me dijo Yavé: “No digas que eres un muchacho, pues a
donde quiera que yo te envíe irás, y todo lo que te mande dirás. No
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les tengas miedo, que contigo estoy yo para salvarte -palabra de
Yavé.”
Entonces alargó Yavé su mano y tocó mi boca. Y me dijo
Yavé:
Mira que he puesto mis palabras en tu boca. Desde hoy
mismo te doy autoridad sobre las gentes y sobre los reinos: arrancarás y derribarás, perderás y destruirás, edificarás y plantarás.”
(Jer 1,5-10)
CELIA MÉNDEZ
“Hay una novela que se titula ‘Un alma ha visto a Dios’. Es la
historia de una vocación religiosa. La autora ha escogido este título de una bonita leyenda. Cuando una estrella corre por el cielo es
que ‘un alma ha visto a Dios’.
¿Quién vio correr una estrella en el cielo sevillano? Porque
también Celia Méndez –después de la muerte de su marido- ha visto
al Señor. O al menos está en camino de verle.
Aquel 30 de Octubre de 1874 en que se acercó al confesonario de don Marcelo comenzaba una nueva etapa. Tal vez aquella
mañana, antes de que saliese el sol, una estrella cruzaba el firmamento cuando ya empezaba a amanecer.
-“Sería conveniente que hiciese los ejercicios espirituales”,
le dirá don Marcelo.
En Santa Clara y bajo la dirección de don Marcelo hizo la
marquesa viuda, nueve días de ejercicios espirituales.
Estos ejercicios fueron la clave de su vida. Ya era deseo de
su corazón apasionado hacer de su vida un constante servicio a Dios.
Afortunadamente nos queda un rico testimonio de aquellos
días; son los escritos de Celia en la noche de cada día de ejercicios.
Son páginas entrañables que descubren su alma, su voluntad decidida, el espíritu que renace y crece en la fe, abierto a una vida que
hasta entonces no había conocido.”
(A. Fernández Pombo)
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IV. COMPROMISOS
1. De los elementos que están en los textos anteriores ¿qué
parte de mi llamada-respuesta iluminan, fortalecen o
cuestionan?
2. ¿Cómo puedes crecer en la experiencia de tu llamada y
en el compromiso de tu respuesta?
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