Manual de PRODUCCION Y CONSERVACION DE FORRAJES asa

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DIRECCION REGIONAL CENTRAL ORIENTAL
AGENCIA DE SERVICIOS AGROPECUARIOS DE TURRIALBA
Tel/fax: 2556-0185
PRODUCCION Y CONSERVACION DE FORRAJES
Preparado por: Ing. Roberto Soto Blanco
Extensionista MAG Turrialba.
Importancia de la conservación de forrajes
Proporciona un forraje jugoso (ensilaje) y de buena calidad nutritiva.
Se aprovechan los excedentes de pastos y forrajes de la época de invierno,
aumentando los rendimientos por área.
Se mantienen más cabezas de ganado en menor área, es decir, facilita la
intensificación del sistema de producción.
Los pastos y forrajes, una vez ensilados se pueden usar en cualquier periodo del año,
en especial cuando hay escasez.
El ganadero introduce el manejo semiestabulado, manteniendo la producción de leche
todo el año.
Existen algunos sistemas de conservación de plantas forrajeras.
A.- Henificación
B.- Ensilaje
HENIFICACION
Es el proceso que permite conservar el forraje en épocas de abundancia para épocas
de baja productividad, conservándose por largos períodos de tiempo. La mayoría de
las especies forrajeras se pueden henificar.
Heno es el producto resultante de la deshidratación del forraje a un nivel de humedad
generalmente inferior al 15%, con lo cual se pretende impedir el enmohecimiento y la
fermentación.
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Etapas de la henificación:
1.- Corta: debe efectuarse cuando la planta forrajera presenta la mayor producción de
materia seca por área, con el mayor valor nutritivo posible; esto es entre un 10 y un
40% de floración. La corta debe ser efectuarse en la mañana, en días soleados, con
baja humedad relativa y baja humedad del suelo.
2.- Secado: puede realizarse en el en campo si las condiciones climatológicas lo
permiten o artificialmente, mediante un secador solar (ver figura Nº 1) lo cual permite
disminuir la humedad del material entre un 15% y un 18%. Esto favorece la
conservación de las cualidades nutritivas y evita la fermentación.
Figura 1. Vista interna de un secador de pasto con forraje listo para henificar, Santa Cruz,
Turrialba, 2010.
3.- Almacenaje: se puede hacer en rollos o pacas rectangulares y colocar en sitios
alejados de la humedad (figura 2).
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Figura 2. Pacas de heno de estrella africana producida en Santa Cruz, Turrialba, 2010.
Importancia en el consumo del Heno
Un kilogramo de un buen heno, sustituye hasta 4 kilos de pasto verde fresco. Se utiliza
como suplementación para animales en épocas críticas, pero en el caso de que los
animales presenten un poco de resistencia al consumo por falta de costumbre, es
conveniente agregar algún aditivo que mejore la palatabilidad como por ejemplo,
melaza, concentrado, etc.
En zonas húmedas, con periodos de lluvia donde los pastos se vuelven muy
suculentos (acuosos), mejora el aporte de materia seca a base de fibra larga, lo que
ayuda la digestión de los otros componentes de la dieta tales como el concentrado,
banano, etc. Evita diarreas, deyecciones acuosas frecuentes. Mejora la cantidad de
sólidos totales de la leche en especial el contenido de grasa.
ENSILADO
El ensilaje es una técnica de conservación de forraje en fresco. El método más simple
y tradicional de hacer silos, es el de empacar directamente el forraje cortado, en Silos
de trincheras, torres, en bolsas plásticas y estañones plásticos o metálicos. El material
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ensilado se fermenta en ausencia de aire donde se da el primer estado, que es la
muerte de los tejidos de las plantas y un rápido agotamiento del poco oxígeno
remanente por la respiración del tejido de las hojas del forraje, luego inicia la
fermentación con un incremento del ácido láctico. Cuando el pH es muy bajo por la
producción de acido láctico se reduce la fermentación hasta detenerse.
La
fermentación depende de la composición del forraje. Una buena conservación por
fermentación depende de la producción de acido láctico y de que tan bajo llegue el pH.
Valores con pH de 3,5 a 4,2 son
los ideales.
Esta fermentación depende de la
cantidad de azúcares adicionadas para producir suficiente fermentación ácida.
Bioquímica del proceso
Fase Aeróbica o de oxidación. Las horas o días inmediatamente posteriores al
ensilado, cuando todavía existe una cantidad más o menos importante de aire
(oxígeno) dentro de la masa de silo, se dan procesos de respiración de las células de
las plantas según la reacción:
C H O (glucosa/fructosa) + 6O
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6
2
< > 6H O + 6CO + 673 Kcal/mol
2
2
Así mismo se dan procesos enzimáticos de degradación de algunos hidratos de
carbono (HC) de cadena larga (sacarosa, fructófanos) en HC de cadena corta
(hidrólisis) y degradación de proteínas en péptidos y aminoácidos (proteólisis).
Por otra parte empiezan a actuar bacterias aeróbicas que degradan los HC en ácido
acético, ácido fórmico, alcohol y CO .
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La consecuencia de todo ello es la pérdida de materia seca, de concentración
energética y en definitiva, de calidad de la masa ensilada.
Fase Anaeróbica o de fermentación. Se inicia una vez consumido el oxígeno
presente en la masa de ensilado. Actúan bacterias anaeróbicas que degradan los HC
en ácido láctico (fermentación láctica) o en ácido butírico y ácidos grasos volátiles
(fermentación butírica) y así mismo, en esta última, los aminoácidos se degradan en
amoníaco, aminas y ácidos grasos volátiles (no deseable).
La fermentación láctica es la deseable dado que el ácido láctico producido acidifica la
masa de silo hasta niveles de pH de 3,5 – 4,2 a los cuales se inhibe toda actividad
bioquímica, quedando en ese momento estabilizada la masa de silo.
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Preparación de silos
Una vez cosechado el forraje, éste se deja de acuerdo con la suculencia de uno a
tres días pre-marchitando, para que pierda el exceso de humedad y luego se pica.
Para la preparación de silos, se utilizan bolsas plásticas para silos de 100 y 500
Kg., además de estañones metálicos o plásticos, donde se introduce el forraje
picado. Se agregan capas a cada 20 cm de altura y entre capa y capa se agrega
aproximadamente 1 Kg. de melaza como aditivo fermentable, 1 Kg. de afrecho, 1
Kg. de harina de coquito o de algodón, posteriormente se aplica vacío o se
compacta y así se continúa sucesivamente. Cuando se observa que la bolsa se
adhiere al pasto, se dejó de colocar vacío o compactar, luego se cierra
herméticamente con un nudo y se identifica con la fecha y el tipo de material. El
proceso de fermentación se produce a los 10 días, luego de esto, se puede abrir o
mantener almacenado hasta por más de 12 meses. Cuando se abre el silo es
necesario observar el color y el olor. El color debe ser verde amarillento y el olor es
agradable picante, a fermento. Una vez abierto el ensilaje, se debe utilizar lo que
se ocupa y luego volver a taparlo con el mínimo de aire posible hasta consumirlo
todo.
Todas las prácticas recomendables a la hora de hacer un ensilado de forrajes tienen
por objetivo el reducir en el tiempo la fase aeróbica y favorecer la fermentación láctica
en la fase anaeróbica descrita.
Las siguientes recomendaciones están enfocadas hacia los factores que podemos
controlar y/o monitorear, algunos de estos factores son:










Estado de madurez de la planta en el momento de la corta
Contenido de humedad
Tamaño de partícula
Transporte y llenado del silo
Apisonado de la masa a ensilar
Evitar contaminaciones del silo
Uso de aditivos
Tipo de silo
Sellado del silo
Manejo del silo
Estado de la planta en el momento de cosecha
El objetivo a conseguir es que el conjunto de la masa a ensilar alcance un contenido
en materia seca del 30 – 35%. En esos momentos la mazorca y la tusa presenta un
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contenido en materia seca cercano al 50% y aportan un 55% a la producción final de
materia seca. El resto de planta tiene un contenido en materia seca cercano al 25%
aportando el 45% de la producción final de materia seca.
Si se cosecha con un contenido total de materia seca inferior al 30%, las pérdidas de
hidratos de carbono (energía) por la emisión de efluentes pueden llegar a ser
importantes. Así mismo, la planta recolectada en esas condiciones todavía es capaz,
en pie, de incrementar su producción y calidad por incremento del contenido de
almidón en el grano.
Recolectar con materias secas superiores al 35% supone un mayor cuidado en el
picado del maíz para facilitar el apisonado, menor calidad (digestibilidad, contenido en
fibra) de la fracción de planta sin mazorca, mayor velocidad de avance del frente de
ataque del silo al desensilar y lograr romper todos los granos de maíz para facilitar su
absorción en el tracto digestivo de los animales.
En el caso del maíz, el corte se realiza cuando el elote está en estado lechoso, que
por lo general es a los 60 días, y el sorgo a los 50 días.
Contenido de humedad del forraje (deshidratación o presecado)
Al ensilar forraje con menos de 30% de MS se puede crear un ambiente totalmente
anaeróbico, más
apropiado
al desarrollo de
clostridios
que a organismos
microaerofílicos como las bacterias lácticas. Por otra parte, el agua y los nutrientes
hidrosolubles son arrastrados al fondo y escurren en el efluente fuera del silo.
Mhere et al. (1999) encontraron que al aumentar el período de marchitez dentro de un
plazo de 12 horas no tenía efecto sobre la digestibilidad de ensilajes de forraje mixto
de sorgo/leguminosa y de pasto Kikuyo/leguminosa y que el pH aumentaba
significativamente. El contenido inicial en MS de estos ensilajes era de cerca 30% o
más y después de 6 horas de marchitez subía a 40% o más. Esto permite concluir
que tratar de marchitar en el campo forrajes que ya están relativamente secos puede
inducir a una mala fermentación, posiblemente causada por una compactación menos
efectiva en el silo.
Si el período para inducir la marchitez se extiende por varios días, se perderán
carbohidratos solubles, el contenido de Nitrógeno de la proteína puede disminuir y
puede aumentar la deaminación de los aminoácidos (Henderson, 1993).
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Otro factor que puede ser importante es el tipo de silo. En fosas o trincheras, se
pierden grandes cantidades de efluentes cuando el forraje ensilado está muy húmedo
e incluso pueden convertirse en un agente contaminador; en tales casos la técnica de
marchitar el forraje puede ser benéfica. En silos donde el forraje queda
herméticamente sellado, particularmente en silos pequeños, el efluente no escapa. En
un estudio efectuado sobre silos de pequeño tamaño (Ashbell et al., 1999; Titterton et
al., 1999) encontraron que el efluente retenido en el ensilaje impide el desarrollo de
mohos y contribuye a una buena fermentación del forraje que ha sido triturado en
grandes trozos y que solo ha sido compactado a mano. En otras palabras, cuando se
ensila en silos pequeños muy herméticos, los criterios normales para tener éxito con el
ensilaje no se aplican estrictamente.
Concluyendo, la marchitez del forraje parece ser necesaria solo si este se encuentra
muy húmedo, si las condiciones permiten un secado rápido y si los silos son de gran
tamaño.
Tamaño del picado
Al momento de compactar el maíz en el silo, el tamaño de partícula es muy importante
debido a que si el tamaño de partícula es demasiado grande se va a dificultar la
compactación porque queda mucho aire atrapado entre las capas de maíz picado y si
queda mucho aire se producirá una fermentación aeróbica que es perjudicial para un
buen ensilado.
Efectuar un tamaño de picado que se encuentre por arriba de 10 mm y por debajo de
20 mm (1,5 cm en promedio). El tamaño de partículas deseable para conseguir un
buen apisonado del silo, varía en función de la materia seca de la masa a ensilar,
siendo deseable una mayor finura de picado cuanto mayor es la materia seca del
producto.
Respecto a las características físicas de la dieta, el tamaño de partícula tiene
influencia sobre el consumo de alimento. El objetivo es tener un tamaño tal, que la
vaca lo consuma sin discriminar, esto quiere decir que la ración (TMR) debe tener una
presentación que no permita selectividad. Si el tamaño de partícula es muy grande, las
vacas tenderán a seleccionar alimento más fino y al final quedarán residuos de mayor
tamaño que debieron haber sido ingeridos como parte de la ración integral y que las
vacas difícilmente consumirán.
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Por otra parte un picado excesivamente fino puede provocar trastornos digestivos
(acidosis) en los animales alimentados con ese material debido a una falta del reflejo
de rumia y una mala valoración de ese alimento en el tracto digestivo del rumiante . La
forma en la que están afectados los granos de maíz después del picado para que sean
bien metabolizados por el animal depende del estado fenológico en el momento de
cosecha.
Transporte y llenado del silo
Se debe tener presente la distancia que hay entre el lugar de almacenamiento del
ensilaje y la distancia de suministro al ganado. De acuerdo a esto, es que se debe
elegir el tipo de silo. Indistintamente del tipo de silo que se elija, a la hora del llenado
se debe realizar una buena compactación con el fin de eliminar la mayor cantidad
posible de aire para obtener una buena fermentación (ver figura 3). En el caso de silos
grandes como el de trinchera o montón, no se debe durar más de 3 días.
Figura 3. Llenado y compactado del silo con el uso del pisón
Uso de aditivos
La razón para usar aditivos es la de mejorar la preservación del ensilaje al asegurar un
predominio de las bacterias lácticas durante la fase de fermentación. Los aditivos se
dividen en tres categorías: 1) estimulantes de la fermentación, como los inoculantes
bacterianos y las enzimas; 2) inhibidores de la fermentación, como los ácidos
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propiónico, fórmico y sulfúrico; y 3) aportes de substrato o fuentes nutritivas, como
grano de maíz, melaza, urea o amoníaco anhidro (Bolsen et al., 1995).
Los inoculantes bacterianos tienen varias ventajas sobre otros aditivos: bajo costo,
seguridad en el uso, baja dosis de aplicación y ausencia de residuos y de daños
ambientales. No obstante, los resultados de su aplicación son variables, lo cual
probablemente se deba a diferencias en las condiciones del ensilaje durante la
aplicación. Se ha observado que cuando se les aplica en combinación con enzimas
que degradan la pared celular y el almidón dando así más carbohidratos para la
fermentación láctica, aparentemente mejora la fermentación y el valor nutritivo del
ensilaje de gramíneas y leguminosas tropicales (Bolsen, 1999). Sin embargo, estudios
con ensilaje de Pennisetum clandestinum, sugieren que antes de agregar el
inoculante, este pasto debe marchitarse para lograr una mejoría en la fermentación
(Figueiredo y Marais, 1994); la acción del inoculante es ineficaz con pasto sin
marchitar. Al comparar el efecto de la harina de maíz con el uso de aditivos
comerciales para el ensilaje conteniendo inoculante bacteriano y enzimas, (Mhere et.
al.,
1999) encontraron
que
al agregarlo a
mezclas
de
forraje de
sorgo
forrajero/leguminosas y pasto Kikuyo/leguminosas, la harina de maíz al 5% de la
biomasa, mejoró el contenido de MS y que ambos aditivos mejoraron el contenido
nutritivo del ensilaje pero sin tener un efecto significativo en la fermentación.
Las gramíneas tropicales han sido ensiladas con éxito con aditivos de harina de maíz
(van Onselen y López, 1988), harina de yuca (Pyitharane et al., 1986) y grano de
sorgo (Alberto et al., 1993).
La melaza es la fuente de carbohidrato más frecuentemente usada como aditivo. Es
útil para suplementar forrajes con bajo contenido en carbohidratos solubles, como
leguminosas y gramíneas tropicales. Se han obtenidos buenos ensilajes al agregar
melaza en dosis de 3 - 5%.
Es importante la adición de Urea (NNP) en 0,5% del volumen del forraje verde a
ensilar, para aumentar el nivel de proteína microbiana ruminal y disminuir su deterioro
aeróbico.
Sellado y manejo del silo
El silo debe quedar bien sellado con el fin de evitar el intercambio gaseoso (entrada de
aire) lo que provocaría una pérdida en la calidad el ensilaje. Para ello puede usarse
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plástico grueso y oscuro con un buen sello a los lados en el caso del silo de trinchera o
bien, un plástico usado como tapa sobre el estañón, sujetado alrededor con una liga o
banda de hule de neumático. En el caso de silos en bolsas plásticas se debe verificar
que no contenga huecos o en su defecto, se deben sellar con cinta adhesiva. El silo de
bolsa es conveniente amarrar el moño con una liga de neumático y luego voltear el
moño hacia abajo e forma de U invertida (Ω) para evitar que ingrese algún líquido (ver
figura 4). Todo silo debe quedar cercado o protegido de los animales, para evitar la
ruptura de los plásticos. En el caso del ensilaje de maíz, se recomienda usar
estañones para evitar daños por roedores.
Figura 4. Silo sellado o amarrado con liga de hule y con fecha de preparación.
Caracterización organoléptica de los ensilados
En el cuadro 1, se muestra una serie de características de los ensilados en función de
las fermentaciones ocurridas y de los estados de conservación. Puede ser de utilidad a
la hora de valorar la calidad y el uso que debemos dar a los forrajes ensilados.
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Cuadro 1. Características organolépticas de los ensilados según las fermentaciones
ocurridas.
Características
Fermentación
Láctica
Amarilloverdoso
Agradable,
picante
Fermentación
Butírica
Verde oscuro
a pardo
Desagradable,
no picante
Fermentación
Pútrida
Verde oscuro
a negro
Repulsivo
pH
Aceptabilidad
Valor nutritivo
Firme,
compacto
3,5 – 4,2
Buena
Alto
Blando,
viscoso
> 4,5
muy baja
regular
Aceptabilidad
Buena
muy baja
Blando,
gelatinoso
>5
rechazo
muy bajo,
tóxico
rechazo
Color
Olor
Textura
Calentado
Mohoso
Marrón
Manchas
blancas
Rancio,
no picante
Caramelo,
color
tabaco
Floja
Variable
buena
bajo
buena
Floja,
gelatinosa
>5
rechazo
muy bajo,
tóxico
rechazo
Figura 5. Color amarillo – verdoso que debe tener un buen ensilaje (foto de Mangado, U).
Ensilaje de Maíz
Para obtener un buen ensilaje de maíz se deben tener en consideración los siguientes
aspectos:
El maíz (Zea mays) es el cultivo más empleado como fuente de forraje en los sistemas
de producción bovina mediante su conservación (ensilaje), debido a un alto
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rendimiento de biomasa/área, de 35 - 95 TM/Ha (Somarribas, 2007), alto contenido de
carbohidratos (Méndez, 2000), los cuales favorecen el proceso fermentativo; sin
embargo, el aporte proteico al sistema ruminal es restringido.
El momento óptimo de corte del maíz para su ensilaje, se sitúa entre el 30 y el 35%
de contenido en materia seca, tanto desde el punto de vista productivo como de la
calidad del forraje. En el primer caso, un contenido más elevado en materia seca
conlleva una planta cada vez más seca, donde el incremento en el peso de la
mazorca y el grano se contrarresta con la senescencia de las partes vegetativas de la
planta, por lo que la producción se estabiliza para luego empezar a disminuir. En
cuanto a la calidad, es indudable que con la madurez disminuye la digestibilidad de la
materia seca (MS) de la fracción vegetativa y de la propia pared celular, pero esta
disminución se ve compensada por el incremento en almidón de la fracción de la
mazorca y por lo tanto, merece la pena esperar hasta ese momento.
La aptitud del ensilaje de maíz, es buena debido a que no le faltan carbohidratos para
ser transformados en ácido láctico, presenta un bajo poder tampón que permite que el
pH baje rápidamente y porque al ensilar el contenido en materia seca es elevado. Los
ensilados de maíz deben poseer un pH bajo, cercano o por debajo de 4 y los
contenidos en nitrógeno amoniacal y en nitrógeno soluble deben ser inferiores al 10%
y al 50% del nitrógeno total, respectivamente.
Desde el punto de vista nutritivo, el ensilado de maíz es un alimento de un elevado
valor energético, bajo valor proteico y bajo contenido en minerales. El contenido en
almidón es elevado, no siendo un forraje que aporte un alto contenido en
carbohidratos estructurales. En la actualidad se ha comprobado que el 70% del valor
nutritivo del ensilaje de maíz está dado por el grano que contiene.
El maíz posee amplio poder de almacenar carbohidratos o azúcares (en especial
sacarosa, glucosa y fructosa). Estos azúcares al fermentar mediante la liberación de
los contenidos de la planta por picado, compactación y acción de bacterias
naturalmente presentes en el forraje, producen en último término, energía que es su
principal característica.
Dado el bajo contenido proteico del ensilaje de maíz y que no ha sido posible
aumentarlo vía mejoramiento genético, éste es factible de aumentarse mediante la
agregación de Nitrógeno No Proteico (NNP). La forma más corriente de esta fuente es
la Urea, disuelta en una cantidad reducida de agua para facilitar su aplicación, lo cual
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se puede hacer en mezcla con melaza. Se emplea en cantidad de 0,5% del material
verde que se ensila (siempre que el contenido de M.S. del forraje sea cercano al 30%).
Con ello se ha logrado buenos resultados en alimentación de bovinos de leche y de
carne. Su agregación al momento de ensilar tiene ventajas: mejor distribución;
reducción de la proteolisis (rompimiento de las proteínas del material a ensilar);
aumento del contenido de proteína microbiana (el NNP alimenta a la flora microbiana
del rumen); mejora la estabilidad aeróbica del ensilaje una vez que éste se abre y
reduce la acidez del material ensilado.
El momento de la cosecha de maíz, es también importante. En general la literatura cita
valores de 25 a 35% de M.S. como adecuados para ensilar. Ello generalmente ocurre
en el estado de grano lechoso a pastoso o pastoso a duro del cultivo. Los
resultados obtenidos en alimentación de vacas lecheras con ensilajes de maíz
cosechados con estos tenores de M.S., producen un aumento en el valor nutritivo,
debido al mayor contenido de grano, lo cual se traduce además en un aumento en el
consumo y en la producción de leche.
Es importante que al suministrar ensilaje de maíz éste no sea el único componente de
la dieta, debido a que en caso de vacas lecheras, se produce una disminución del
contenido de materia grasa de la leche. Ello se soluciona al ofrecer una ración
balanceada que incluya heno y otros alimentos. Lo mismo ocurre en el caso de los
minerales. El maíz es bajo en contenido de minerales, excepto en potasio y bajo en
vitamina A.
De acuerdo con investigaciones realizadas, se ha observado que cosechando maíz a
una altura de aproximadamente 40 - 50 cm. se puede mejorar el contenido energético
(ya que la cantidad de almidón es mayor), el contenido de fibra disminuye y se obtiene
mejor digestibilidad comparado con maíz que se cosechó con una altura de corte de
10 a 20 cm aproximadamente.
El uso de alimentos de rápido potencial de fermentación y con capacidad de generar
acidez, como los alimentos concentrados y los ensilajes, usados en dosis superiores al
5% de su peso corporal, reducen el tiempo total de rumia, no promueven la salivación
(la saliva es el buffer más efectivo y más natural).
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Esta condición de acidez alimentaria suele afectar la salud y el equilibrio animal por
varias vías:
1) Un rumen más ácido reduce el cociente acetato/propionato, el cual a su vez suele
manifestarse como una reducción en el tenor graso de la leche.
2) En un rumen acidótico, la digestibilidad de la fracción fibra (pared celular, FDN) del
alimento se reduce.
3) El rumen acidótico puede conducir a una reducción en el apetito, bajar y/o anular la
motilidad natural del rumen y precipitar un episodio de acidosis clínica.
El silo se puede suplir en cantidades de 4 a 10 Kg. por animal por día. Cuando se
incrementa el consumo a más de la mitad de la dieta diaria (el equivalente al 5% del
peso del animal) es necesario regular la acidez del rumen con algún estabilizador de
pH.
La Acidosis Ruminal es un problema frecuente en la ganadería bovina, siendo su
principal causa un inadecuado manejo de la alimentación. Por ejemplo raciones con
alto contenido de granos (concentrado) si bien permiten alcanzar mayores
producciones de leche, ofrecidas de manera prolongada pueden producir también
alteraciones en los niveles del pH ruminal, los que generan desequilibrios en la
población microbiana, trayendo como consecuencias mermas en consumo, producción
y composición de leche.
Para neutralizar los niveles de acidez ruminal, el animal dispone de formas naturales
como la producción de iones fosfato y bicarbonato (agentes tamponantes principales)
secretados en la saliva que representa la mayor proporción de la capacidad
tamponante del rumen.
También existen productos comerciales modificadores de fermentación ruminal que
pueden ayudar a neutralizar la acidez. Entre los principales de naturaleza mineral, con
comprobada eficacia, se encuentran:
a.- Buffers: Bicarbonato de sodio y Sesquicarbonato de sodio.
b.- Alcalinizantes: Oxido de magnesio.
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Buffers
Este sistema tiene un pH que varía de 5,5 – 7,0; pero que es adecuado para la
producción de leche entre 6 – 6,8. Los buffers controlan la acidificación, pero no
causan subidas de pH superiores a determinado valor. Los más usados son el
Bicarbonato de Sodio y el Sesquicarbonato de Sodio con diferencias físicas y
químicas (cuadro 2) reportándose en algunos casos una mejor respuesta en control de
acidez ruminal con respecto al segundo, a dosis similares según el gráfico 1 citada por
Jordan y Aguilar (1985). Esto significa que se obtiene un efecto semejante con una
dosis menor por animal de Sesquicarbonato de Sodio en comparación con
Bicarbonato de Sodio.
Cuadro 2. Características de Bicarbonato y Sesquicarbonato de Sodio
Nombre Común
Sesquicarbonato de Sodio
NaHCO3 • Na2CO3 • 2H2O
Fórmula Molecular
30.4%
Sodio (%)
100%
Grado de Pureza
Características
Físicas
Tiene 10% mayor capacidad
buffer que el bicarbonato
No es Higroscópica
Poco polvo
Bicarbonato de Sodio
NaHCO3.
27.1%
Usualmente 100%,
dependiendo del distribuidor
Higroscópico
(puede absorber humedad del
aire)
Polvo, dependiendo del tamaño
de partícula
Gráfica 1: Evaluación Comparativa del uso de Bicarbonato de Sodio y Sesquicarbonato de
Sodio, (Aguilar, 1985).
15
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El Sesquicarbonato de Sodio, como se observa en el gráfico 1, puede provocar una
menor variación en los rangos de pH ruminal que el Bicarbonato de Sodio, lo que se
traduce en condiciones ruminales más estables, evitando las caídas de pH dentro de
las primeras 5 horas post consumo de alimento que son las más críticas.
Básicamente los buffers son compuestos químicos que resisten la acidificación del
medio. Los buffers resisten la acidez proveniente de los alimentos, de la fermentación
microbiana del rumen, de la digestión o la acidez que es producto de las secreciones
digestivas normales.
El término buffer es normalmente utilizado con baja precisión. Los verdaderos buffers
controlan la acidificación (baja del pH), pero no causan subidas de pH superiores a
determinado valor. Así el Bicarbonato de Sodio, el Sesquicarbonato de Sodio, el
Carbonato de Calcio (CaCO3) y la Bentonita (Alumino Silicato) son buffers verdaderos.
Alcalinizadores
Por otra parte los alcalinizadores también neutralizan la acidez pero pueden causar
importantes aumentos de pH. El Oxido de Magnesio (MgO) es un alcalinizador, no un
buffer verdadero. De todos modos, en lechería son altamente poco frecuentes los
problemas por alto pH, por lo que por una razón de practicidad buffers verdaderos y
alcalinizadores se agruparán genéricamente como “buffers”. Sin embargo, los distintos
productos ofrecidos genéricamente como buffers tienen distinto modo de acción en el
tracto digestivo.
El Oxido de Magnesio, el Bicarbonato y el Sesquicarbonato son los mejores buffers
ruminales. Mejoran el cociente acetato/propionato (Rel. A/P), al prevenir la caída de
pH en rumen y así mejoran la digestión de la fracción fibra. El Bicarbonato y el
Sesquicarbonato son químicamente similares y tienen efectos similares en todo
sentido, por lo que la elección de uno u otros se hará en base a consideraciones de
calidad y precio de cada presentación.
El Carbonato de Calcio no reacciona bien y no es activo a pH superiores a 5,5;
extremo poco frecuente en el rumen. Sin embargo el Carbonato de Calcio y el Oxido
de Magnesio mejoran la digestión del almidón a nivel intestinal, particularmente en
dietas con elevados aportes de concentrados. Si bien este efecto no es demasiado
relevante en la mayoría de las dietas lecheras, ambos buffers actúan elevando el pH
en el intestino delgado, mejorando el medio en el que trabajan las amilasas
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intestinales. Además es una muy buena fuente de calcio en dietas altas en granos o
en ensilaje de maíz, todas dietas limitantes en contenido del macro mineral.
En rumiantes, la fibra de la dieta promueve la rumia y la producción de saliva, la que
contiene entre sus componentes naturales, Bicarbonato de Sodio y de Potasio, que
ayudan a estabilizar el pH ruminal. En condiciones normales con una adecuada
provisión de fibra de 2,5 cm de largo, en promedio de partícula o más (promotora de
rumia) el pH ruminal fluctúa entre 6,0 y 6,5 aún con una abundante producción de
ácidos grasos volátiles (principalmente ácidos acético, propiónico y butírico), producto
de la digestión microbiana que ocurre en el rumen. Estos valores son considerados
normales y capaces de producir un adecuado cociente Acético/Propiónico (relación
A/P) precursor de la grasa presente en la leche.
El adecuado balance de la dieta teniendo en cuenta el contenido de FDA, la reducción
de la participación de los concentrados en dieta, la inclusión de una mayor proporción
de heno con tamaños mayores de partícula, mejoraron el tenor graso de la leche y
reducen la respuesta al uso de buffers.
Luego del parto es frecuente que la alimentación de las vacas sea cambiada de dietas
con altos tenores de fibra y media a baja densidad energética, a dietas limitadas en
fibra con proporciones medias a altas de concentrados para aumentar la densidad
energética de las dietas y apoyar la alta propensión a producción que muestran los
animales en esta etapa. Estos cambios a dietas con menor contenido de fibra suelen
hacerse en forma bastante rápida, dando a los microbios de rumen pocas
posibilidades de adaptación, por lo que episodios de acidosis, de vacas indigestadas
sin consumir alimentos y hasta casos de torsión de abomaso son frecuentes. En este
sentido es que la utilización de buffers puede ayudar a disminuir estos desarreglos
nutricionales (cuadro 3) y por esta misma razón su utilización suele ser más efectiva
en vacas en lactancia temprana que en otras etapas del ciclo productivo.
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Cuadro 3. Recomendaciones de uso de sustancias buffer en dietas de vacas lecheras.
Buffer
En el
concentrado
(%)
En dieta total
(mezcla) (%)
Total
Bicarbonato
1,0 – 1,5
0,6 – 0,8
0,110 – 0,225
Oxido de Magnesio (MgO)
0,4 – 0,8
0,2 – 0,4
0,045 – 0,090
Bicarbonato + MgO (3:1)
1,0 – 1,5
0,6 – 0,8
0,110 – 0,225
Bentonita
3,0 – 5,0
1,5 – 2,5
0,680 – 1,000
Carbonato de Calcio
1,0 – 1,5
0,5 – 0,8
0,100 – 0,180
Kg./día
Los buffers tienen mejor efecto en promover el consumo total de materia seca, cuando
son utilizados en la mezcla total de alimento. Cuando el concentrado se suministre en
la sala de ordeño, utilice los valores más reducidos del rango, para promover bajo
rechazo por palatabilidad y una mayor tasa de consumo. Cuando el Bicarbonato se
aplique en cobertura, no excederse de los 100 a 110g/vaca/día, en al menos dos
comidas, para disminuir los episodios de rechazo por problemas de palatabilidad.
Las vacas absorben el Sodio, Potasio, Magnesio y Calcio contenido en los buffers, por
lo que es conveniente chequear valores totales de suministro de los mismos para
asegurarse de que no se cometen excesos no recomendables en el consumo total de
los mismos.
El buen manejo de los recursos de alimentación suele ser de la mayor ayuda en la
prevención de desarreglos nutricionales graves. La cosecha de cultivos para ensilar en
su estado de mayor oferta energética suele disminuir la necesidad de concentrado
adicional posteriormente, igualmente cambios en la política de suministro del
concentrados suelen tener mayor efecto que los propios buffer. Por ejemplo, cuando
se deban suministrar altas dosis de concentrados, superiores al 45 a 50% de la dieta
total el fraccionar esta oferta en un mayor número de comidas al día, de menor
volumen cada una, suele tener un apreciable efecto sobre el consumo total y sobre el
tenor graso de la leche. El uso de concentrados con mayor aporte de fibra y menor de
almidón, como el afrecho de arroz, trigo y aún la semilla entera de algodón (con fibra)
ayudan a disminuir la carga ácida del rumen. El mantenimiento de la estabilidad en la
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oferta de nutrientes, minimizando la necesidad de la microflora ruminal de adaptarse y
readaptarse constantemente, también colabora a disminuir las oportunidades de
desarreglos de origen nutricional. Para que las distintas fuentes forrajeras cumplan
funciones como promotoras de la rumia, se recomienda que los ensilajes tengan
tamaños medios de partícula de 0,8 a 1,0 cm y un 15% de las partículas (base seca)
con al menos 3,80 cm.
Resulta claro que los buffers no pueden sustituir el buen manejo de la alimentación de
las vacas lecheras, pero también es claro que el manejo cuidadoso de la alimentación
se puede beneficiar de modo muy importante, de la correcta utilización de esta
herramienta técnica.
Consideraciones finales
El uso de sustancias buffer será probablemente de más ayuda, cuando:
1)
2)
3)
4)
5)
6)
7)
El uso de concentrados sea el 50% o más de la dieta total
No se utilice heno
Se utilice mucho ensilaje con picado de precisión
Se haga generoso uso de concentrados ricos en almidón
El ensilaje de maíz sea más del 50% de la dieta total (base seca)
La dieta total sea limitante en fibra total (inferior a 17 – 20% de FDA)
Se estén haciendo cambios muy rápidos de dieta
En condiciones de desarreglo no clínico de dieta evaluar el retorno de la utilización de
buffers (ej. si cambiar de 3,30 a 3,45% de grasa en la leche paga el costo, etc.). Si el
cambio en grasa paga por el buffer, el resto de los beneficios (mayor digestibilidad de
la misma comida, mejoras en la salud del rumen y patas, etc.) resultarán en un
beneficio adicional del uso de esta herramienta técnica.
El uso de buffers en vacas en lactancia tardía suele ser de beneficio nulo, ya que esta
categoría puede hacer un mejor y muy eficiente uso de alimentos más fibrosos y
bastos.
La probabilidad de éxito con el ensilaje de gramíneas y leguminosas tropicales:
Las gramíneas y leguminosas tropicales no son forrajes ideales para ensilar, sobre
todo porque en el momento del corte poseen una escasa Concentración de
Carbohidratos Solubles (CHS) que son indispensables para el éxito del ensilaje
(Cuadro 4). Por esta condición el ensilado tiene una alta capacidad tampón, dejando
las proteínas susceptibles a proteolisis (Woolford, 1984).
19
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No obstante, diversas técnicas permiten mejorar el contenido de carbohidratos
solubles, reducir la capacidad tampón y prevenir la proteolisis, facilitando la obtención
de un buen ensilaje. Estas técnicas incluyen:
1)
2)
3)
4)
Mezclar leguminosas con los cultivos de cereales.
Dejar marchitar el forraje cortado.
Usar aditivos en el proceso de ensilaje.
Emplear silos pequeños.
Cuadro 4. Carbohidratos hidrosolubles en forrajes ensilados (valores medios seguidos
del rango entre paréntesis).
Cultivo
CHS - promedio (rango) (g/kg MS)
Referencia
79 (5 - 220)
Thomas y Thomas, 1985
350 (280 - 510)
McDonald et al., 1991
75 (56 - 132)
Havilah y Kaiser, 1992
220 (180 - 250)
Mhere et al., 1999
Pasto Kikuyo
31 (23 - 41)
de Figueiredo y Marais, 1994
Alfalfa
15 (4 - 20)
Waldo y Jorgensen, 1981
Raigrás
Maíz
Sorgo granífero
Sorgo forrajero dulce
El ensilaje de maíz tiene un papel importante como forraje en muchos países. Las
razones que explican la popularidad alcanzada por el ensilaje de maíz son su elevado
rendimiento en una sola cosecha, la facilidad para ensilarlo y el alto contenido de
energía de su forraje. Su mayor deficiencia es el bajo contenido en proteína bruta,
comúnmente entre 70 a 80 g/Kg de materia seca (Topps y Oliver, 1993).
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