114 J. A. DEVESA & M. C. VIERA A pesar del viento y la lluvia, Willkomm pudo regresar a Huelva, desde donde partiría nuevamente el 23 de enero, haciendo escala en Ayamonte. De allí describe los extensos pinares que cubren la región comprendida entre Lepe y Ayamonte, donde puede observar Stauracanthus boivinii [sub Ulex Boivini] «en gran cantidad», y la «graciosa Ixia ramiflora [Romulea ramiflora], que ya había recogido un año antes en los alrededores de Cádiz». Su estancia en Ayamonte se prolonga durante ocho días, y ello le permite visitar los alrededores de la población y observar su flora antes de «recorrer las nueve leguas que separan la desembocadura del Guadiana hasta la capital del Algarve, Faro». 165 Desde Faro, Willkomm realizó diversas expediciones botánicas por la costa antes de adentrarse la mañana del 6 de febrero en el «Barroca!», es decir, en la región comprendida entre la costa y las montañas altas del interior, caracterizada por la existencia de colinas de escasa altitud {«cuya altura máxima apenas sobrepasa los 1.000 pies») y de naturaleza básica. Aquí visita las minas de cobre de Alte y Sao Bartoloméu dos Mossines, dirigiéndose luego a la ciudad de Silves, desde donde —ya el día 13 de febrero— comienza sus exploraciones por la Sierra de Monchique. 166 En el Algarve invirtió Willkomm tres semanas, que le permitieron no sólo conocer en profundidad las características fisiográficas y geológicas de este territorio, sino también su flora y vegetación, así como los principales «modus vivendi» de las gentes del lugar: «Sólo se encuentran algunas huertas dispersas en los prados de las montañas, cuyos habitantes se sustentan principalmente del carboneo, la explotación minera, la ganadería y el trabajo del «esparto» y las hojas de Chamaerops humilis, de la que las mujeres hacen graciosos trabajos denominados «almocréves»' (arrieros)» 67 168 Los aspectos geográficos los describió minuciosamente en el año 1854 [Das Königreich Algarve], y entre ellos incluyó referencias a los rasgos más generales de la vegetación y a los principales cultivos en el territorio. De la primera, Willkomm señaló su mayor parecido con la del norte de África y Madeira que con la del sur de Europa: «Ya se ha señalado anteriormente que la vegetación del Algarve recuerda mucho más a la del norte de África y Madeira que a la del resto del sur de Europa. El hecho es que Algarve tiene gran número de plantas comunes con África del Norte y Madeira, en concreto plantas que por su tamaño y abundancia determinan el carácter de la vegetación y, consecuentemente, también del paisaje. A éstas pertenecen sobre todo los bonitos arbustos siempre verdes, de 3 a 6 pies de altura (el denominado «monte babeo»), que en la mitad sur de la Penín165 166 167 168 Willkomm (1846d). Willkomm (1846d). Aperos para mulos. Willkomm (1846d).