Barra Vieja: una comunidad garífuna en juicio por defender su

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Barra Vieja: una comunidad garífuna en juicio por defender su territorio
“Estoy muriendo solo de pensar que si nos quitan nuestras tierras a dónde vamos ir a vivir.
Aquí nació mi bisabuela, mi abuela, mi mamá, yo, mis hijos, mis nietos y bisnietos”, dijo con
voz entrecortada Idelfonsa Guzmán, una garífuna de 72 años de edad habitante de la
comunidad Barra Vieja, Tela, Atlántida.
Lo que está pasando en la comunidad garífuna es la muestra de la insólita aplicación de la
justicia en Honduras. El juzgado de la ciudad de Tela, desarrolló la audiencia probatoria los
días 12, 13 y 14 de mayo a los habitantes de dicha comunidad, a quienes acusa de invasores
de un terreno que forma parte de las tierras ancestrales garífunas.
La audiencia estaba prevista para que finalizará este viernes 15 de mayo, sin embargo fue
suspendida para el próximo 3 de junio, porque no llegaron los testigos que presentó la
Fiscalía y la Procuraduría General de la República en contra de la comunidad garífuna.
“El Ministerio Público, acusa a mis representados de ser usurpadores de las tierras que
supuestamente son de la Empresa Nacional Portuaria (ENP), sin embargo los verdaderos
usurpadores son ellos y el proyecto hotelero Indura Beach, quienes pretenden despojar de
las tierras a la comunidad que las ha poseído desde 1885”, indicó el abogado defensor José
Velásquez.
Proceso de despojo
En el año 2007, el Instituto Hondureño de Turismo (IHT) interpuso a través de la Empresa
Nacional Portuaria una denuncia ante la fiscalía de Tela por la supuesta usurpación de
tierras estatales, las cuales no podrían ser afectadas para otros fines, por tratarse de un
proyecto de interés nacional.
El Instituto de Turismo se refirió al proyecto conocido como Indura Beach, empresa que la
comunidad acusa de instigadora de los desalojos perpetrados el año 2014. Para el 13 de
junio de ese año, la Corte de Apelaciones de la ciudad de La Ceiba, emitió una orden de
desalojo, la cual se llevó a cabo el 6 de agosto. Posteriormente el 22 de septiembre el juez
accedió a una nueva solicitud de desalojo, el cual se repitió el día 30 de ese mes.
La población de Barra Vieja retornó de nuevo a sus moradas, y se encuentra ocupando una
vez más el territorio ancestral. Sin embargo, recibieron un requerimiento para presentarse
al juzgado, como usurpadores de un territorio que ha sido utilizado por los garífunas desde
el año1885 cuando fueron presionados a abandonar el antiguo Triunfo de la Cruz, conocido
en la actualidad como la ciudad de Tela.
“El caso de Barra Vieja es una violación al Convenio 169 de la OIT y Declaratoria de Naciones
Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, además de infringir el artículo 21 de la
Convención Americana de Derechos humanos”, denuncia la Organización Fraternal Negra
de Honduras, Ofraneh.
Así mismo indica en un comunicado: “existe una enorme jurisprudencia del Sistema
Interamericano de Justicia que reafirma el derecho de los pueblos indígenas a su territorio
ancestral. Desde la sentencia Awas Tigni vs Nicaragua hasta la del pueblo Saramaka versus
Surinam, entre otras, ha quedado señalada la importancia del reconocimiento de los
Estados -nación a los derechos de los pueblos sobre sus territorios ancestrales”.
Desafortunadamente los tribunales de la Ceiba y Tela, se apegan más a los intereses de la
elite de poder, que al derecho de los pueblos y han demostrado hasta la saciedad
desconocer los convenios y declaraciones internacionales emitidas a favor de derechos de
los pueblos indígenas”, sigue denunciando Ofraneh.
“Para los garífunas de Barra vieja, su territorio ancestral no es una dádiva, existe una
relación íntima con el territorio que ocupan. Para ellos la conexión con la madre tierra va
más allá de un lucrativo negocio”, concluye el comunicado.
“Aquí moriremos”
“Aquí vivimos de la pesca, de hacer pan y cultivar yuca, por lo tanto ni en broma pensamos
vivir lejos de nuestra tierra y del mar, por la tanto primero muertos antes de abandonar
nuestras casas”, dijo Carlos Castillo presidente del patronato de Barra Vieja.
Desde el inicio de los años 80 comenzaron las especulaciones de tierras en la Bahía de Tela,
además de las amenazas y asesinatos de los opositores a la entrega del territorio de las
comunidades garífunas. Actualmente se espera una sentencia de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos (Corte IDH) en relación al caso de Triunfo de la Cruz, y en fecha
reciente la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentó el informe de
admisibilidad del caso de la comunidad San Juan, Tela.
Alfredo López, vicepresidente de la Organización Fraternal Negra de Honduras, dijo que lo
ocurrido en Barra Vieja es una muestra del despojo del cual son víctimas los pueblos
originarios. “Lo sufrido en Barra Vieja es lo que se vive en Miami, San Juan, Triunfo, Tornabé,
Vallecito y todas las comunidades garífunas que están en pie de lucha defendiendo sus
tierras, su soberanía”.
“Si en junio, que se reinicia el juicio, hay una sentencia de culpabilidad esta vendría
aparejada de una nueva orden de desalojo. Tendríamos que interponer un recurso de
amparo ante la Corte Suprema de Justicia, y si no hay respuesta a nivel nacional, vamos a
pedir medidas cautelares a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH”,
indicó la abogada Ivania Galeano, representante de la Comisión de Juristas Internacionales,
instancia que acompaña a la comunidad.
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