El Enfoque Ericksoniano de la Hipnosis

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El Enfoque Ericksoniano de la Hipnosis1
Hipnosis indica muchas cosas: poder, curación mágica, misterio, pérdida de control,
etc. Desafortunadamente, muchas de estas nociones dominantes se malentienden.
Este capítulo distingue el enfoque ericksoniano de algunos de estos populares
malentendidos. La primera sección entrega una perspectiva general de las diferentes
conceptualizaciones de la relación hipnótica: el enfoque autoritario destacando al
hipnotizador; el enfoque estandarizado destacando al sujeto; y el enfoque de
cooperación destacando la relación entre hipnotizador y sujeto. La segunda sección
resume ocho ideas más, enfatizando el enfoque ericksoniano: (1) cada persona es
única; (2) la hipnosis es un proceso de comunicación de ideas; (3) cada persona tiene
recursos generativos; (4) el trance potencia los recursos; (5) el trance es naturalista;
(6) el cambio transformacional es correctivo en el transcurso del proceso, en vez ser
de error-correctivo; (7) la singularidad de una persona se puede apreciar en muchos
niveles; y (8) el inconsciente puede trabajar autónoma y generativamente.
LA RELACIÓN HIPNÓTICA
Tradicionalmente, la hipnosis se considera como una interacción social entre dos
personas que representan los papeles de hipnotizador y sujeto. Se pretende que esta
interacción produzca en el sujeto un estado “especial” de trance. Supuestamente, en
este estado, el comportamiento y la experiencia del sujeto son diferentes de los que
lo caracterizan en su estado de vigilia regular.
Aunque la mayoría de los terapeutas en hipnosis concordarían con esta descripción
general, claramente están en desacuerdo con la naturaleza específica de la relación
hipnótica. Para aclarar algunas de estas diferencias, se pueden distinguir tres
enfoques: el enfoque autoritario, el enfoque estandarizado y el enfoque de
cooperación.
El enfoque autoritario
La versión extrema de este enfoque involucra algunos individuos “poderosos” (el
hipnotizador) con habilidades mentales “especiales” (por ejemplo, “el ojo hipnótico”,
una “fuerte voluntad”) que provocan que otro individuo (el sujeto) entre en un estado
relativamente pasivo donde la persona es susceptible a las sugestiones del
1
S. Gilligan, Therapeutic Trances, Cap. 1. ed. Brunner and Mazel, 1987. Traducción gentileza Gestor.
hipnotizador. Estas sugestiones pueden “forzar” a los sujetos a representar diversos
comportamientos (desde ladrar como un perro a detener el hábito de fumar) que
normalmente no estarían dispuestos o no serían capaces de realizar. Las nociones de
“la mente sobre la materia”, ”la pérdida del control”, “las sugestiones implantadas” y
“la susceptibilidad” abundan en este punto de vista, ellas mismas en parte, están
“implantadas” por libros, películas y folklore. A menudo, personas laicas sostienen
abiertamente estos conceptos, sin embargo, muchos terapeutas que utilizan la
hipnosis también creen implícitamente en ellos.
El enfoque autoritario se utiliza especialmente en la hipnosis de escenario. Aquí los
sujetos son generalmente individuos que asisten a las presentaciones de un club
nocturno con un grupo de amigos. Generalmente, se ofrecen como voluntarios para
subir al escenario donde primero el hipnotizador administra una serie corta (de 10 a
15 minutos) de comunicaciones de inducción, luego da órdenes autoritarias
dirigiéndose al sujeto para representar comportamientos poco frecuentes e incluso
divertidos, como perder un zapato, actuar como un animal o comenzar un strip-tease.
Al regresar a sus asientos, después de la hipnosis, los sujetos se llenan de adulaciones
de júbilo bienintencionadas y amigos intrigados. En este sentido, la hipnosis de
escenario tiene el mismo efecto que una botella de alcohol: personas que
normalmente son tímidas, pueden actuar de una manera “salvaje y loca” y luego
atribuyen la responsabilidad de tal comportamiento a alguien (el hipnotizador) o algo
(el estado de trance) en vez de a ellos mismos.
Este enfoque autoritario y directo también lo utilizan muchos hipnotizadores clínicos,
aunque de una manera menos espectacular. A pesar de que los clínicos trabajan en
un contexto diferente y tienen otras intenciones (por ejemplo, ayudar a la gente a
cambiar), a menudo interpretan implícitamente el proceso de hipnosis como uno en
el que asumen el control del proceso mental de los pacientes (es decir, la hipnosis)
para después cambiar los patrones de comportamiento no deseado (por ejemplo,
fumar o comer demasiado).
Aunque los adherentes al enfoque autoritario a menudo tienen buenas intenciones,
promueven las ideas erróneas de la hipnosis. Por ejemplo, el inconsciente
generalmente se interpreta como algo que no es el individuo; se considera como
algún “estado en blanco” o “tierra fértil” donde se pueden “escribir” o “plantear”
sugestiones. Supuestamente, estas sugestiones ejercen un fuerte control en el
comportamiento de los sujetos, a veces los obliga a actuar de un modo contradictorio
a su voluntad consciente o a sus hábitos de comportamiento normales. Tal vez la
consecuencia más desafortunada es que el hipnotizador tiene poder sobre el sujeto.
Como veremos en los próximos capítulos, esta creencia tan errónea respecto a la
pérdida de control desanima en gran medida a muchas personas a participar
completamente en el proceso hipnótico.
Los conceptos autoritarios derivan en parte de los escritos de personajes históricos
tales como Mesmer, Bernheim, Charcot y Freud. Aunque estos hombres tenían
distintas perspectivas teóricas (véase Ellenberger, 1970, para una comparación
detallada), todos destacaron la hipnosis como una relación asimétrica en la que el
hipnotizador (comúnmente un hombre carismático) domina a un sujeto
generalmente pasivo (comúnmente una mujer). Por ejemplo, considere la descripción
de Ellenberger (1970) acerca de Charcot, uno de los científicos más ilustres del siglo
XIX:
Desde el punto de vista del público, Charcot era el hombre que había explorado
los abismos de la mente humana, de ahí su apodo, “Napoleón de la Neurosis”. Se
ha identificado con el descubrimiento de la histeria, el hipnotismo, la doble
personalidad, la catalepsia y el sonambulismo.
Se dijeron cosas fuertes acerca de su dominio sobre las jóvenes histéricas en
Salpetriere y de lo que pasó allí. Jules Clareties relata que durante un baile de
pacientes en Salpetriere, un gong sonó inadvertidamente, con lo que muchas
mujeres cayeron instantáneamente en estado de catalepsia y mantuvieron las
posturas plásticas que tenían cuando el gong había sonado. (p.95)
Al destacar el poder del hipnotizador, el enfoque autoritario no toma en cuenta la
singularidad de cada sujeto en términos de sus conocimientos, creencias,
capacidades, etc. ni la habilidad del paciente para escoger cómo (o si) participar en
las situaciones hipnóticas. De este modo, como veremos, este enfoque tiene un
valor limitado para desarrollar cambios terapéuticos que perduren.
Las concepciones limitantes del enfoque autoritario se han retrasado durante mucho
tiempo, en parte, debido a que el rechazo a la hipnosis de Freud casi acabó con el
estudio científico de la disciplina, tanto así que ningún investigador serio investigó el
tema durante muchos años. Cheek y LeCron (1968) comentaron:
En la década del 90’ del siglo XIX cuando Freud comenzó a practicar, trabajó con
un practicante general llamado Breuer, uno de los mejores hipnotizadores
médicos de esa época. Freud sabía poco acerca de la hipnosis, era un pobre
operario y tenía la errónea idea de que era necesario un profundo trance para
obtener buenos resultados. Solo uno de cada diez de sus pacientes habría entrado
en un trance profundo y Freud consideraba esto frustrante. Breuer estaba
obteniendo resultados mucho mejores. Había mucha rivalidad entre ellos y Freud
no podía tolerar esta situación. Por lo tanto, buscó otros métodos, renunció a la
hipnosis y desarrolló asociaciones libres e interpretaciones de los sueños.
Aunque los aportes de Freud a nuestro conocimiento de la mente y de la
psicoterapia son importantes, su renuncia a la hipnosis fue dañina, por lo que
bloqueó a la hipnoterapia durante casi cincuenta años. Actualmente muchos
psiquiatras y analistas no tienen el mínimo interés en la hipnosis. No saben nada
acerca de ella y creen que no tiene valor debido a que Freud al principio la usó y
después renunció a ella. Muchos de ellos creen firmemente que la hipnoterapia
tiene solamente resultados temporales, aunque Bernheim y otros médicos de esa
época de seguro demostraron que esta idea era falsa. (p.18)
Afortunadamente, este modelo de hipnosis en términos de sugestiones directas y
autoritarias se está rechazando paulatinamente. En gran parte debido a lo que se
podría denominar como el enfoque estandarizado.
El enfoque estandarizado
Este enfoque es especialmente dominante entre los psicólogos experienciales. En vez
de enfocarse en el poder del hipnotizador, esta perspectiva enfatiza al sujeto como la
unidad de estudio más importante, generalmente asumiendo que la receptividad
hipnótica es un rasgo duradero dentro del sujeto. El hipnotizador como tal, puede
utilizar una serie estandarizada de comunicaciones que permanece inalterada en los
diferentes sujetos. En otras palabras, el sujeto es o no es hipnotizable. En realidad, el
comportamiento del hipnotizador no importa mucho.
Los letrados más influyentes del enfoque estandarizado han sido académicos que
buscan legitimizar la hipnosis sometiéndola a pruebas rigurosas de psicología
experiencial (ejemplo Hilgard , 1965; Hull , 1933). Por supuesto, sus esfuerzos fueron
adecuados, ya que rescataron a la hipnosis de su papel de “metáfora de Mesmer” (es
decir, las concepciones autoritarias) es por eso que reestablecen su reputación en la
comunidad científica. Sin embargo, en estricta adherencia a la idea tácita en la
psicología experiencial de que la unidad fundamental de estudio es el individuo, el
enfoque minimiza la importancia relativa de las variables contextuales (por ejemplo,
la relación hipnotizador-sujeto). Dado que el ámbito de interés era el
comportamiento del sujeto, los esfuerzos se enfocaron en controlar
experiencialmente todos los otros factores. Por ejemplo, mucho trabajo se concentró
en desarrollar procedimientos de inducción estandarizada que se podían reproducir
en grabadoras y cassettes y de ese modo eliminar completamente la necesidad de
tener un operador (que podría influir en las pruebas experienciales). Por supuesto,
este método en sí no es inaceptable; de hecho, si mediante tal procedimiento la
mayoría de los sujetos pudo experimentar un estado de trance, sería muy loable.
Sin embargo, pronto se volvió aparente que solamente algunos sujetos eran
receptivos hipnóticamente a las inducciones estandarizadas. Específicamente,
alrededor de un 15% son susceptibles en gran medida, un 65% son susceptibles
moderadamente y un 20% no son susceptibles en lo absoluto (véase Hilgard, 1965).
Estas diferencias individuales, junto con el descubrimiento de que la receptividad de
un sujeto determinado a la prueba estandarizada, generalmente, permanece estable
en el tiempo (véase Hilgard, 1965), conllevó a muchos expertos a considerar a la
hipnosis como una característica estable (Hilgard, 1965; Shor, Orne, & O¨Connell,
1966). Algunas personas lo hacen y algunas no. Como Hilgard (1965) recalcó:
Siempre que una habilidad humana esté sujeta a una medición, la pregunta es
que tan estable es la habilidad, que tan duradera es en el tiempo. Los estudios
históricos de la constancia del CI están dedicados a este problema y enfrentamos
el mismo tipo de problema en relación a la estabilidad de la habilidad para entrar
en la hipnosis… La evidencia… muestra que la susceptibilidad hipnótica de las
condiciones de estándar bajo [agregadas en cursiva] es un rasgo de confianza…
(p.69)
En este sentido, el enfoque estandarizado atribuye el éxito y el fracaso de la
experiencia hipnótica al sujeto. El hipnotizador no es tan importante.
Existen algunos problemas importantes con este enfoque. Primero, supone que una
inducción estandarizada que, esencialmente, ordena a una persona a relajarse e
imaginar diversas cosas, es una manera válida de juzgar la habilidad hipnótica general
de un individuo. Es como juzgar la habilidad de baile de una persona enfocándose
solamente en su habilidad para bailar el fox trote. El punto es que algunas personas
pueden bailar disco pero no vals; otros pueden hacer una cuadrilla pero no pueden
bailar el boogie, etc. Algunos sujetos pueden moldear fácilmente su experiencia a las
instrucciones de relajación; otros, en particular aquellos con mucho diálogo interno,
solo serán receptivos a otras comunicaciones de inducción. Como veremos en detalle,
existen muchas formas de entrar en trance; la tarea del terapeuta es encontrar la
inducción más apropiada para un paciente determinado.
El segundo problema con el enfoque estandarizado es que define la habilidad
hipnótica en términos de respuestas de conducta para probar las sugestiones.
De esta manera, es probable que las personas que no pueden sentir sus manos
tremendamente pesadas no tengan un trance muy intenso. Al utilizar conductas
externas para evaluar un estado interno es comprensible que se ignore un punto
importante, especialmente en el dominio experimental: el estado de trance es
principalmente una experiencia. No se concluiría que una persona no está enojada
debido a que no golpeó a alguien, o que una persona no podría enamorase debido a
que no besó al experimentador. Así mismo, algunos sujetos hipnotizados no están
dispuestos o no pueden obedecer a todas las exigencias de comportamiento de una
prueba experiencial; otros salen del trance para hacerlo (véase Erickson, 1967). Por lo
tanto, en esta perspectiva, decir que estas personas carecen de la habilidad para
experimentar el trance es una conclusión injustificada.
El tercer problema es que el enfoque estandarizado no se considera seriamente para
el descubrimiento de que una variedad de factores pueden influenciar
significativamente los puntajes de susceptibilidad, incluyendo las estrategias de
inducción alternativa (Kubie & Margolin, 1944), drogas (Sjoberg & Hollister, 1965),
actitudes (Kroger, 1963), expectativas (Barber, 1969, 1972; Wolberg, 1948), entorno
medioambiental (Kramer, 1969; Tart, 1964), formación especial (Blum, 1961; Sachs,
1971) y modelación (Zimbardo, Rapaport, & Baron, 1969). La creencia de los teóricos
de que la habilidad hipnótica es una característica estable explicó estas
demostraciones repetidas de receptividad hipnótica aumentada (véase Diamond,
1974, para un análisis completo) debido al perfeccionamiento de la actitud (Hilgard,
1965); es decir, la disponibilidad del sujeto a participar aumentó con el tiempo. Sin
embargo, en vez de desechar sus teorías frente a tal evidencia, los teóricos
propusieron conceptos tales como hipnotizabilidad plateau, (Shor, Orne, & O’Connell,
1966), que asume que cada persona tiene un límite superior de su habilidad
hipnótica. Una persona puede actuar debajo de ese límite (que ocurrirá a menudo,
especialmente en las primeras sesiones), sin embargo, no puede sobrepasarlo.
Estas limitaciones dentro del enfoque estandarizado desaniman a los hipnotizadores a
ser flexibles y adaptativos con los sujetos (consulte Dorcas, 1963). También
convencen a algunas personas de que nunca podrán experimentar el trance. Por
ejemplo, al hablar de hipnosis con amigos y pacientes, he tenido a muchas personas
que confiesan decepcionadamente que no son “buenos” sujetos hipnóticos. La
mayoría de estas personas desarrollaron tal creencia luego de que un experto o
clínico les informara que su incapacidad de cumplir con una inducción estandarizada
significaba que nunca podrían experimentar el trace. Mi experiencia personal, así
como la de colegas, propone firmemente que esto no es verdad: la mayoría de esas
personas “resistentes” o “in susceptibles” pueden experimentar el trance con un
entrenamiento especializado.
Esto no quiere decir que todas las personas sean hipnotizables en la misma medida.
Algunas personas pueden responder de inmediato y profundamente a las sugestiones
directas de hipnosis; otros serán insensibles a tales técnicas para siempre. La
experiencia revela que puede haber pequeños desacuerdos en relación a este punto.
La disputa es si las personas hipnóticamente insensibles a las sugestiones directas
dadas en condiciones estandarizadas, pueden ser receptivas a las técnicas hipnóticas
más flexibles dadas en contextos interpersonales intensos (por ejemplo, la terapia). El
enfoque estandarizado responde negativamente en este punto, mientras la
perspectiva presente afirma que cada persona posee la capacidad de experimentar
una relación hipnótica. Las personas varían tremendamente a través de muchos
parámetros, tales como el tiempo en desarrollar el trance, las conductas mostradas
en el trance y las necesidades interpersonales durante el trance. De esta manera, es la
tarea del terapeuta identificar y crear las condiciones favorables para el desarrollo
hipnótico. En resumen, cómo hacerlo es un tema central de este libro.
Antes de concluir nuestro corto debate del enfoque estandarizado, sinceramente
cabe destacar que éste es útil en algunos sentidos. A menudo, las instrucciones
estandarizadas son necesarias en el contexto experiencial, donde la necesidad de
controles estrictos es de suma importancia. También las pruebas estandarizadas
pueden identificar a los sujetos que pueden experimentar el trance sin ningún
problema (es decir, los sujetos con altos puntajes en la prueba). También pueden
indicar qué fenómeno de trance puede desarrollar un paciente fácilmente (es decir,
sueños hipnóticos, regresiones de edad). Esta información es importante para los
investigadores que utilizan la hipnosis, ya que les permite seleccionar a los sujetos
adecuados para sus propósitos. También ayuda a los clínicos a determinar cuánta
atención deben brindarle a las inducciones individuales para un paciente
determinado; además, propone las estrategias de hipnosis adecuadas (por ejemplo,
sueños hipnóticos) para un paciente en particular (véase Spiegel & Spiegel, 1978). El
punto es que, con las pruebas estandarizadas, se puede intuir lo que una persona
puede hacer fácilmente, pero no revelan lo que un individuo es intrínsicamente
incapaz de hacer. En otras palabras, un alto puntaje en la prueba de susceptibilidad
generalmente significa que el sujeto será receptivo a casi cualquier instrucción
hipnótica; un bajo puntaje significa que el hipnotizador necesita una estrategia
diferente o más capacitación.
El enfoque de cooperación
Muchos hipnoterapeutas contemporáneos creen que la receptividad hipnótica refleja
una interacción entre las motivaciones e intereses del paciente, la receptividad y
flexibilidad del terapeuta y el grado de rapport que se obtiene entre el terapeuta y el
paciente.
El terapeuta más importante de este enfoque clínico a la hipnosis fue Milton H.
Erickson, Dr. en medicina. Al dedicar casi 60 años de investigación psiquiátrica a los
usos terapéuticos e innovadores de la hipnosis, Erickson desarrolló un enfoque a la
psicoterapia que fue realmente único. El primer enfoque de Erickson y el más
importante fue el de cooperación:
…principalmente, la hipnosis debería ser el resultado de una situación en la que las
relaciones interpersonales e intrapersonales se desarrollan constructivamente para
cumplir el propósito del hipnotizador y del sujeto. Esto no se puede realizar
siguiendo procedimientos rígidos y métodos fijos ni tampoco esforzándose por
alcanzar un solo objetivo específico. La complejidad del comportamiento humano y
sus motivaciones subyacentes hacen necesario un conocimiento de la cantidad de
factores que existen en cualquier situación que surge entre dos personalidades
comprometidas en una actividad en conjunto. (1952; in Rossi, 1980a, págs 166-167)
Así, el enfoque de cooperación destaca una tríada inter penetrable de unidades
involucradas en el intercambio hipnótico. Cómo se muestra en la figura 1.1, el
hipnotizador, el sujeto y la relación hipnotizador/sujeto se reconocen cada uno
como sistemas autónomos de cooperación en una “unidad-común”. Este enfoque
enfatiza que el trance siempre ocurre en un contexto de relación en el que ni el
hipnotizador ni el sujeto se pueden considerar independientes entre ellos.
Figura 1.1 Relación de cooperación hipnótica
Dentro de este contexto de cooperación, el hipnotizador y el sujeto cumplen
diferentes funciones:
Cualquiera que sea la función que cumpla el hipnotizador, el papel del sujeto
involucra la mayor cantidad de función activa que deriva de las capacidades,
conocimientos y experiencia de la personalidad en total. El hipnotizador solo
puede guiar, dirigir, supervisar y otorgarle la oportunidad al sujeto de realizar el
trabajo productivo. Para lograrlo, debe entender la situación y sus necesidades;
proteger completamente al sujeto y poder reconocer el trabajo logrado. Debe
aceptar y utilizar el comportamiento que desarrolla y ser capaz de crear
oportunidades y situaciones favorables para el funcionamiento adecuado del
sujeto. (Erickson, 1952; in Rossi, 1980a, p. 167)
De esta manera, el terapeuta ericksoniano coopera de acuerdo con un principio de
utilización, donde los patrones del paciente de auto-expresión se reconocen como los
constituyentes de las bases para el desarrollo terapéutico del trance. Requiere más
instrucciones adaptativas que estandarizadas, ya que el hipnotizador sigue y luego
guía el comportamiento del sujeto que se lleva a cabo. De esta manera, el trayecto
hacia el trance siempre es único, basado en las expresiones únicas tanto del
hipnotizador como del paciente. En otras palabras, el trance se
desarrolla a partir de un encuentro experiencial interpersonal en el que el terapeuta
se alinea con
el paciente, de ese modo, se permite que ambas partes sean más receptivas.
Los métodos para lograr este proceso se tratan a fondo en los capítulos subsiguientes.
Por ahora, lo importante es que el enfoque ericksoniano se basa en la cooperación,
utilización y flexibilidad.
Resumen de las diferencias
Hemos visto cómo la relación hipnótica se conceptualiza de diferentes maneras: el
enfoque autoritario establece que el poder del hipnotizador es lo más importante; el
enfoque estandarizado se enfoca en la susceptibilidad del sujeto; y el enfoque de
cooperación destaca la interacción entre el hipnotizador y el sujeto. Al parecer, estas
y otras diferencias han producido una gran cantidad de argumentos, especialmente
entre expertos y clínicos. Por ejemplo, los expertos tienden a acusar a los clínicos de
negarse a reconocer “el hecho científico”, una afirmación que muchos clínicos refutan
argumentando que los descubrimientos de laboratorio carecen de validez ecológica.
Aunque muchos investigadores no están afianzados en su antagonismo mutuo, (véase
Perry, Gelfand & Marcovitch, 1979), la polarización existente es desafortunada ya que
niega cada lado de las contribuciones de otros.
¿Por qué existen estas diferencias? Como lo indica la tabla 1.1, en parte se pueden
atribuir a los diversos contextos situacionales e intereses de cada enfoque.
Autoritario
Contexto
situacional
Club nocturno; clínica
Propósito
Impresionar, despistar y
Estandarizado
Cooperación
Laboratorio
Práctica clínica
experiencial
Estudiar un fenómeno
Crear oportunidades para un
específico
cambio transformacional
entretener al público
Relación de cooperación
Punto central
Sujeto
Hipnotizador
Tipos de
Patrones extremadamente
Sugestiones
flexibles, adaptados al paciente
comunicación del
Órdenes directas y
cambiantes y
hipnotizador
autoritarias
estandarizadas
Desarrollar la experiencia
(generalmente
íntima, intrapersonal dentro de
permisivas)
un contexto interpersonal
Tarea general del
Interpretar
seguro
sujeto
comportamientos
Seguir las
extraños y poco
instrucciones
Varía, pero generalmente más
frecuentes
experienciales
larga (30-60 minutos)
El terapeuta necesita adaptarse
Duración de la
Corta
inducción
a los patrones particulares del
Corta
El sujeto es “resistente”
paciente.
La experiencia interna del
Interpretación de
El sujeto es
paciente y sus cambios de
la respuesta “no
“insusceptible” a la
comportamiento posteriores
hipnótica”
hipnosis
El comportamiento del
sujeto
Datos de mayor
El comportamiento del
interés
sujeto
Aspectos de la relación hipnótica
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Tipo general de enfoque
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------Generalmente, los adherentes al enfoque autoritario se encuentran en situaciones
donde deben mostrarse carismáticos y poderosos. El investigador de laboratorio está
calificado y siente devoción por la observación objetiva del fenómeno en cuestión.
Los clínicos actuales hacen lo que sea para ayudar a los pacientes y, constantemente,
deben dudar de la naturaleza de la relación terapéutica. Por consiguiente, el
animador o carismático showman, el experto y el clínico necesariamente utilizará
diferentes esquemas de observación, intenciones y estrategias de comunicación.
También interpretarán sus datos en forma diferente. Por ejemplo, considere la común
situación de que el sujeto falla al entrar en trance. El terapeuta autoritario tiende a
considerarlo como “resistencia”; el experto estandarizado concluye que el sujeto es
“in susceptible” a la hipnosis; el terapeuta de cooperación reconoce la necesidad de
utilizar una estrategia de comunicación más apropiada. Al entender cómo tales
diferencias fundamentales surgen según los diferentes contextos situacionales, se
puede comenzar a ver el complemento potencial de los enfoques.
Por supuesto, probablemente algunas diferencias permanecerán invariables, tal vez la
pregunta más importante es si todas las personas son hipnotizables. Muchos clínicos
responden afirmativamente, la mayoría de los expertos negativamente. Sin embargo,
incluso este desacuerdo aparentemente irreconciliable puede surgir debido a las
diferencias semánticas o de procedimiento. Como Perry, Gelfand y Marcovitch
señalan, a menudo los clínicos definen el trance en términos de relación subjetiva del
sujeto, mientras que los expertos lo consideran como el número de pruebas de
conducta aprobadas; además, los procedimientos experienciales establecen una serie
de pruebas invariables, mientras que la práctica clínica afirma que el hipnotizador
utiliza aquellas técnicas que serán más eficaces para un paciente determinado. Así,
los oponentes pueden estar hablando de dos fenómenos diferentes y discutiendo
según diferentes datos (consulte Erickson, 1967; Perry & Laurence, 1980; Perry &
Walsh, 1978; Weitzenhoffer, 1980). Al establecer una base común de debate, de
alguna forma las posturas se pueden integrar.
OTRAS IDEAS SUBYACENTES AL
ENFOQUE ERICKSONIANO
Hemos visto que el enfoque ericksoniano destaca una relación interpersonal que se
caracteriza por un principio de cooperación. Esta sección identifica otras hipótesis
centrales al enfoque.
Aquí, cada premisa se analiza brevemente, luego se elaborará en los capítulos
subsiguientes.
1. Cada persona es única. Una de las características de Milton Erickson que más me
impresiona es su buena disposición y habilidad para actualizar su creencia
fundamental de que cada persona es única. Aparentemente, esta creencia central
surgió en parte a la propia unicidad de Erickson. Entre otras diferencias, era daltónico,
no tenía oído musical, tuvo dos veces parálisis debido a la polio y era disléxico.
Aprendió a valorar estas y otras diferencias como atributos especiales que le
permitirían aprender a disfrutar la vida. Más tarde, esta misma orientación se aplicó
para ayudar a sus pacientes a utilizar sus propias circunstancias como la base del
auto-desarrollo.
Al aplicar esta creencia en el trabajo hipnótico, Erickson (1952) comentó:
Un problema primordial en todo trabajo hipnótico es la inducción de estados de
trance satisfactorios… La seguridad de los grados comparables de hipnosis en
diferentes sujetos y estados de trance similares en el mismo sujeto a frecuencias
diferentes constituye un problema importante.
La razón de estas dificultades deriva del hecho de que el hipnotizador depende de
las relaciones interpersonales e intrapersonales. Estas relaciones son inconstantes
y alteran cada desarrollo hipnótico según las reacciones de personalidad.
Además, la personalidad de cada individuo es única y su patrón de
comportamiento espontáneo y receptivo variará necesariamente según el tiempo,
la situación, los objetivos cumplidos y las personalidades involucradas.
Estadísticamente, se pueden obtener promedios seguros para la conducta
hipnótico, sin embargo, tales promedios no representan el comportamiento de
ningún sujeto. Por lo tanto, no se pueden utilizar para calcular ni los
comportamientos individuales ni los fenómenos hipnóticos específicos. (in Rossi,
1980a, p 139)
Muchas veces, Erickson destacó que las comunicaciones terapéuticas no se deberían
basar en generalizaciones teóricas ni en probabilidades estadísticas, sino que en
patrones actuales distinguiendo las auto-expresiones del paciente (Ej. creencias,
conductas, motivaciones, síntomas). Es una propuesta verdaderamente radical en el
sentido de que se necesita que los terapeutas comiencen cada terapia en un estado
de ignorancia en experiencia. Esto establece que las expresiones de los pacientes son
modelos individuales de la “realidad” y que la terapia se basa en aceptar y utilizar
estos modelos. Para lograrlo, los terapeutas deben desarrollar un estado receptivo de
desplazamiento experiencial en el que dejen de lado sus modelos y sean
“estudiantes” para aprender una nueva “realidad” (es decir, la de los pacientes).
1. La hipnosis es un proceso experiencial de comunicación de ideas. Una idea es
una distinción, una “diferencia que genera una diferencia” (Bateson, 1979), un
vínculo, un poco de información. Una idea es un tipo de cierre, una acción para
generar límites, una manera de diferenciar una figura en un campo (consulte
Brown, 1979). Al considerar la hipnosis como una comunicación de ideas,
Hartland (1971) señaló:
La inducción a fenómenos y estados hipnóticos es, sobre todo, un asunto de
comunicación de ideas y la obtención de series de pensamiento y asociaciones
dentro del sujeto que, en última instancia, conllevaron a respuestas conductuales.
Incluso cuando el hipnotizador le hace algo al sujeto o le dice qué hacer y cómo
hacerlo, el trance que se produce sigue siendo el resultado de ideas, avocaciones,
procesos mentales y comprensiones que ya existen en la mente del sujeto y, por
consiguiente, simplemente despertaron dentro de el. Muchos terapeutas en el
campo hipnótico consideran sus propias actividades, sus intenciones y deseos
como las fuerzas eficaces y creen sin sentido crítico, que sus propias palabras
dirigidas al sujeto son las que provocan o comienzan respuestas específicas.
Fracasan al darse cuenta de que lo que dicen o hacen sirve solamente como un
medio de estimulación o para despertar dentro del sujeto conocimientos pasados,
algunos de ellos se han adquirido conscientemente y otros inconscientemente…
Cada esfuerzo se debería enfocar en dirigir la atención del sujeto a los procesos
dentro de si mismo, a sus propias sensaciones corporales, sus recuerdos,
emociones, pensamientos, sentimientos, ideas, conocimientos y experiencias
pasadas. Una buena técnica de hipnosis organizada de esta manera puede ser
increíblemente eficaz, incluso en circunstancias aparentemente adversas. (p.
375).
De esta manera, las sugestiones hipnóticas eficaces o ideas activan ideas o
distinciones que ya se encuentran dentro del campo de auto-identificación de una
persona.
Para entender este punto de vista, es importante darse cuenta de que las ideas se
pueden contener de muchas formas o modalidades: una distinción se puede expresar
como una sensación, una imagen, una percepción, una creencia, una expresión
motora o una cognición. Así, una persona siempre está absorta en diversas ideas: la
tarea del terapeuta ericksoniano es identificar y utilizar esas ideas absorbentes como
las bases para el desarrollo hipnótico. Por ejemplo, un paciente buscó aliviarse de la
“ansiedad”. La investigación demostró que este complejo síntoma contenía, entre
otras ideas, la simple distinción de sensación en el pecho. De esta forma, una parte de
la comunicación hipnótica explicó con mayor detalle esta simple idea:2
Ahora, Bob tienes la capacidad de desarrollar la absorción en una gran variedad de
cosas… todos lo hacemos… y tienes la capacidad de experimentar sensaciones de
muchas formas distintas y en muchos lugares distintos… ahora no te voy a
mencionar la variación en la sensación en tus manos o pies, por que, por lo visto,
has escogido tu pecho como el lugar para enfocar la atención… y has indicado que
sientes muchas sensaciones en tu pecho… y sin embargo, me gustaría desafiarte con
la afirmación de que no has prestado suficiente atención a todas las sensaciones
diferentes que puedes comenzar a desarrollar en tu pecho… entonces, mientras
inhalas y exhalas… inhalas y exhalas… y mientras me veas aquí… correcto… y
mientras escuches mi voz y sientas la sensación en tu pecho… me pregunto cómo y
dónde sientes que comienza y termina la sensación… si termina sobre tu ombligo o
bajo tu cuello… como podría cambiar mientras te sumerges profundamente en tu
propia capacidad para dejar que tu inconsciente desarrolle sensaciones adecuadas
en tu pecho mientras la necesidad surge y para reaccionar de una manera cómoda y
segura…
De esta manera, una idea (sensación en el pecho) que considera a una persona como
un individuo, se utilizó para atraer la atención y desarrollar el trance. Se mostrarán
muchos más ejemplos de este tipo.
Al considerar a la hipnosis como una comunicación de ideas, el objetivo es la
participación experiencial en vez del entendimiento conceptual. Como veremos, la
presentación no verbal de ideas constituye una gran parte de la técnica hipnótica. El
2
Se utiliza cursiva en todos los ejemplos y transcripciones del libro para indicar palabras y frases entregadas en un
estilo no verbal diferente (generalmente más suave y más intenso). El valor de estas “sugestiones incrustadas” se
analiza en el capítulo 5.
terapeuta trabaja para absorber la experiencia del paciente y luego redirigir la
atención hipnóticamente para lograr los objetivos terapéuticos.
3. Cada persona tiene recursos generativos. El terapeuta ericksoniano establece que
las personas tienen muchas más habilidades y recursos de las que están conscientes.
De hecho, una persona tiene suficientes recursos como para generar una vida plena y
feliz. Desafortunadamente, muchos de estos recursos están desvinculados de la
experiencia actual del paciente. Por ejemplo, todos tienen la capacidad de ser
amables con otras personas, y sin embargo, niegan ser de esta manera. Incluso, si
tales recursos están disponibles, a menudo están reprimidos innecesariamente de
maneras limitantes. Así, un paciente asumía que solamente podía ser amable con este
niño; otra creía que si era amable con alguien, necesitaría comenzar un tipo de
compromiso a largo plazo con esa persona. Ambos modelos de realidad rechazan las
expresiones adecuadas y espontáneas de amabilidad.
Se da por hecho que estos recursos se actualizarán mediante las exploraciones
experienciales del paciente, y no el entendimiento conceptual del terapeuta (o del
paciente). Como veremos, esto es verdad en ambas inducciones hipnóticas, donde el
trance se desarrolla a partir de las experiencias naturales del paciente y la terapia en
general, donde las estrategias transformacionales están diseñadas para provocar y/o
reorganizar los recursos pertinentes del paciente.
4. El trance potencia los recursos. Un importante beneficio terapéutico del trance es
que puede desestructurar a una persona de patrones rígidos y, de ese modo, permitir
la reestructuración y reorganización de auto-sistemas. La premisa aquí es que
conseguir una meta generalmente requiere que se ponga la mente en un modo
enfocado estrictamente en los estímulos pertinentes. Las demostraciones de este
proceso parcial abundan en la literatura experimental. Por ejemplo, Gordon Bower y
yo realizamos una serie de estudios (Bower, Gilligan, & Monteiro, 1981; Gilligan,
1982b; Gilligan & Bower, 1984) en los que los sujetos hipnotizados se capacitaron
para desarrollar ciertos estados emocionales (felicidad, tristeza, ira) y luego se
probaron en diversas tareas cognitivas de memoria, percepción, interpretación de
historias, predicción, cálculos subjetivos, etc. El descubrimiento general a lo largo de
muchos experimentos fue que el humor influyó en la cognición en la dirección del
estado de ánimo; por ejemplo, los sujetos felices recordaron momentos felices,
mientras que las personas tristes recordaron momentos tristes. Este descubrimiento
de que los esquemas mentales (Ej. afectivo, cognitivo, de postura) restringen el
procesamiento de la información se ha demostrado en reiteradas ocasiones (por
ejemplo, Higgins, Herman, & Zanna, 1981).
Estos tipos de tendencias son pertinentes clínicamente cuando se puede observar que
las personas con problemas están fijas en algunas estructuras invariables de
tratamiento. Es decir, sus procesos de consciencia se vuelven independientes en una
curva sin fin, de ese modo, se separan de los recursos inconscientes. Esta separación
se demuestra con conductas repetitivas en diversos canales (ej. postura, producción
verbal, conductas, imágenes, recuerdos de acceso, formas de pensar). Tales
obsesiones rechazarán la adaptación flexible a necesidades, situaciones y relaciones
de cambio; en vez de eso, asegurarán el mismo resultado indeseado una y otra vez. El
trance estimula los recursos que se necesitan para lograr un cambio transformacional
al ofrecer un estado desestructurado de auto-receptividad (es decir imparcial) donde
se pueden desarrollar nuevas formas de ser.
5. El trance es naturalista. Las experiencias de trance no están separadas de los
patrones normales de funcionamiento de una persona. No son de ninguna manera
extraños o artificiales. Parecen procesos experimentados normalmente por cada uno
de nosotros, tales como leer una novela fascinante, enamorarse o fantasear. Lo que a
menudo es diferente en el trance es que la participación experiencial se intensifica y
se extiende durante un periodo mayor para propósitos específicos. Erickson señaló (in
Rossi, Ryan, & Sharp, 1983):
¿Cuáles son los comportamientos que puede experimentar bajo la hipnosis?
Realmente no hay ningún comportamiento que se pueda llevar a cabo en el
estado hipnótico que no se pueda realizar en un estado diario normal al estar
despierto. La ventaja de la hipnosis es que se puede controlar, dirigir y prolongar
ese comportamiento que aparece repentinamente en la vida diaria. Tal vez el
mejor ejemplo es la amnesia. Si le preguntara a cualquiera de ustedes que olvide
algún hecho, les costaría mucho hacerlo al estar despierto. Pero ¿cuántas veces
les han presentado a una persona, les han dicho el nombre de esa persona,
repitieron el nombre, le estrecharon la mano con la determinación de recordar
ese nombre y aun así, en el momento en que dejan de estrecharle la mano olvidan
el nombre? El olvido instantáneo es tan fácil al estar despierto, a pesar de sus
deseos, como en el estado hipnótico. Es por eso que usted utiliza la hipnosis para
pedirles a las personas que actúen como lo hacen normalmente en la vida diaria,
pero para hacerlo en un momento y durante un lapso determinado. Les pide
utilizar aprendizajes experienciales y capacidades de maneras que antes
ignoraban… La mayoría de nosotros no sabemos qué somos capaces de hacer.
(p.183)
Que los estados de trance funcionen según los procesos normales de una persona
significa que se desarrollan mejor mediante comunicaciones naturalistas. Por
ejemplo, en vez de intentar inducir a una regresión de edad mediante algunas
comunicaciones estandarizadas de sonido artificial como lo hace el hipnotizador
experimental, el terapeuta ericksoniano podría pedirle al sujeto revivir y describir a
un amigo imaginario o una mascota, un vecino, una canción infantil de la niñez.
Que el trance sea naturalista lo hace un contexto ideal donde una persona puede
establecer profundos cambios sistémicos al acceder, aprender y luego transformar las
relaciones experienciales básicas. En otras palabras, la persona en estado de trance
puede conectarse experiencialmente a aspectos subyacentes del estado problemático
dentro de un contexto más profundo de auto-valoración y luego utiliza diversos
recursos para provocar cambios transformacionales. Como se verá claramente en los
siguientes capítulos, esto se puede lograr de innumerables formas.
Finalmente, que el trance sea naturalista significa que puede ser auto-valorizador o
auto-devaluado. Es decir, los procesos de trance hipnótico se presentan no solo en los
estados de trance cotidiano, sino que también en los estados sintomáticos
(problema). Por ejemplo, considere el principio hipnótico fundamental de
ideodinamismo, donde una acción se considera como que “simplemente sucedió”
automáticamente, sin meditación o esfuerzo consciente. En el trance hipnótico, se
podría manifestar como, levitación de manos; en el trance cotidiano de una persona
que hace footing, se podría presentar como “todo mi cuerpo se estaba moviendo sin
esfuerzo”; en un trance sintomático, una persona puede quejarse de que procesos
como comer en exceso “simplemente suceden” automáticamente, a pesar de
esforzarse conscientemente para controlarlos (reprimir, cancelar, dominar). En cada
caso, las expresiones ideodinámicas señalan el comienzo de los estados de trance.
De esta manera, el trance puede provocar problemas o soluciones, dependiendo del
valor del contexto. Como veremos, este entendimiento permite al terapeuta
ericksoniano utilizar estados de trance terapéuticos para transformar y valorar las
expresiones sintomáticas para los clientes en estado de trance auto-devaluador.
6. Los enfoques ericksonianos se orientan al alineamiento en el transcurso, en vez de
a la corrección del error. Erickson se concentró en lograr los objetivos y necesidades
del presente, sin entender el pasado. Su enfoque fue profundamente positivo: el
pasado significa aprendizajes múltiples, la mayoría de ellos olvidados y otros
esquematizados de maneras auto-devaluadoras, sin embargo, todos son recursos
“valiosos”:3 el presente ofrece un sin fin de posibilidades para nuevos conocimientos
y la auto-apreciación; el futuro posee muchas maneras potenciales para promover el
auto-desarrollo. De esta manera, los conocimientos y aprendizajes actuales del
paciente (ya sea recursos o carencias, “buenos” o “malos”) se consideran como las
bases para más aprendizajes de desarrollo. El terapeuta ericksoniano orienta a sus
pacientes hacia sus metas e intereses y entrga oportunidades para que puedan
lograrlos.
Esta orientación destaca el auto-desarrollo como un curso biológico natural de
evolución personal y los problemas o errores como desviaciones del plan. Los
problemas se ven como aspectos esenciales, aunque secundarios de desarrollo con
soluciones (crecimiento) como un aspecto primordial. Pearce (1981) explicó este
punto de vista de una forma hermosa en el siguiente fragmento:
un plan biológico de proporciones magníficas… se construye en nuestros genes.
El plan es flexible, para acomodar un número infinito de variables…
El desarrollo es aprender a caminar en este sistema de línea recta construido
dentro de nosotros. Debido a que es natural como cualquier habilidad, nuestro
caminar es primitivo al principio. Nos tambaleamos, tropezamos y caemos. Los
tambaleos y caídas son incidentales mientras no perdamos de vista la línea recta
del desarrollo hasta que estemos alineados. Todo se desarrolla a su debido
tiempo cuando lo hacemos, y los tambaleos y las excursiones equivalen a nada.
(p. 92)4
Esta metáfora acerca de aprender a caminar es importante especialmente para el
auto-desarrollo de Milton Erickson. Por ejemplo, Erickson recordó un desafío de
3
Otra vez, el trance terapéutico permite un contexto desestructurado donde una persona puede explorar
situaciones con las que no se identifica, y por lo tanto, se frena por un estado de ánimo evaluativo que cataloga una
experiencia como “buena” o “mala”. Esta variabilidad en relación a la experiencia permite una reevaluación de las
relaciones según las necesidades presentes. Y según señaló Erickson (comunicación personal, 1977),”…es
importante saber tanto lo que no te gusta como lo que te gusta.”
4
De “The Bond of Power” por Joseph Chilton Pearce. Derechos de autor © 1981 por Joseph Chilton Pearce.
Reproducido con permiso de autor, E. P. Dutton, una división de New American Library.
desarrollo clave en su vida, el de aprender a caminar como un adolescente luego de
estar minusválido debido a la polio:
Aprendí a ponerme de pie mirando cómo mi hermana bebé aprendía a ponerse de
pie: usa las dos manos como soporte, extiende sus piernas, usa las rodillas para
mayor soporte, y luego ejerce presión en brazos y manos para ponerse de pie. Se
tambalea para atrás y para adelante para tener equilibrio. Practica doblar las
rodillas y mantener el equilibrio. Mueve la cabeza después que el cuerpo se
equilibre. Mueve manos y hombros después que el cuerpo se equilibre. Pone un
pie frente al otro con equilibrio. Cae, lo intenta de nuevo. (In Rossi, Ryan, & Sharp,
1983, Págs.13-14)
Esta hermosa descripción se puede aplicar prácticamente a cualquier proceso de
aprendizaje de desarrollo.
De acuerdo con esta descripción, el terapeuta ericksoniano se enfoca en la valoración
y utilización de procesos presentes y explora cómo se desarrollan naturalmente para
aumentar el desarrollo. De esta manera, el objetivo del terapeuta es expandir en vez
de restringir al ámbito de la auto-expresión de una persona. Como se aprecia en la
figura 1.2, esta es la diferencia más importante entre la terapia de Erickson y los
enfoques más tradicionales; la primera se enfoca en las soluciones al identificar los
límites y expandirlos, mientras que los últimos intentan “corregir” los problemas al
restringir la auto-expresión (por ejemplo, lograr que la persona deje de expresar el
síntoma).
La meta de muchos enfoques
La meta del enfoque ericksoniano
tradicionales: reducir el rango de
expandir el rango de expresión al
expresión al eliminar el síntoma
recontextualizar y diversificar las
expresiones sintomáticas
(El círculo indica el rango actual de las expresiones del cliente.
El círculo punteado indica el rango de expresión que busca el
enfoque de la terapia.)
Figura 1.2. El enfoque tradicional y el enfoque ericksoniano para resolver un problema
7. La unicidad de una persona se puede apreciar en muchos niveles. Para propósitos
hipnoterapeutas, encuentro especialmente útil distinguir cuatro niveles: el yo
profundo, el inconsciente, la mente consciente y los contenidos de la consciencia.
Como se muestra en la figura
1.3, cada nivel se puede considerar como un círculo concéntrico.
Primero, una esencia del Yo se puede considerar como no conceptual, el inefable Yo
profundo. Erickson (1962b, in Rossi, 1980b) se refirió a esta esencia como “ese
sentido vital de ser” del yo (que) a menudo pasa desapercibido (p 345); T.S. Eliot
(1963) lo señaló como “una condición de la completa simplicidad que vale no menos
que nada” (págs. 222-223). Esta esencia no se puede capturar en una imagen,
descripción ni en otra forma; es el ritmo e identidad que caracteriza a un ser como
único. Defino esta esencia como el recurso de la energía vital y generatividad. No se
puede dividir, al ser integral natural (“todo”); aunque se puede negar o devaluar.
Figura 1.3. Los niveles del Yo
Veo una de las tareas de la hipnoterapia generativa como reconectar a los pacientes
con su Yo profundo mediante exploraciones hipnótica. Segundo, las diferencias del
yo en el tiempo producen un sistema de identidad organizacional denominado el
inconsciente. La mente es una herramienta, un dispositivo comunicacional, un sistema
de información increíblemente complejo, su tarea es mantener la integridad
(totalidad) mientras su autonomía se expande (“dominio de la auto-regulación”). Le
sigue la orientación de Bateson (1972, 1979), la mente se considera como un sistema
cibernético que se compone de círculos cerrados de información (es decir, es circular)
o redes de caminos mediante los que se transmiten diferencias o transformaciones de
diferencias (es decir, distinciones o ideas). De esta manera, la mente es el mapa del
territorio, expresando y representando la correlación del yo en un contexto; es el
patrón o pauta de las relaciones, una matriz o constelación mediante la que
diferenciamos y navegamos el “espacio” a nuestro alrededor.
En esta perspectiva, la mente no está contenida dentro del cuerpo. Bateson (1972)
afirmó:
… la delimitación de la mente individual siempre debe depender de los fenómenos
que deseamos entender o explicar. Obviamente, existen muchas vías de mensajes
fuera de la piel, ellas y los mensajes que transportan se deben incluir como parte
del sistema mental, siempre que sean importantes. (p. 458)
La mente de las personas es inmanente pero no solamente en el cuerpo. También
lo es en las vías y mensajes fuera del cuerpo; y existe una mente mayor de la que
la mente de la persona es un subsistema. Tal vez la mente mayor es a lo que nos
referimos con Dios… inmanente en el sistema social totalmente interconectado y
en la ecología planetaria. (p. 461)
Así, la mente se refiere no solamente a “patrones conectores” intrapersonales
(Bateson, 1979) sino que también a círculos interpersonales. Por ejemplo, el paciente
puede estar absorto en la “mente grupal” de la familia o un culto;
Tercero, la mente consciente se puede ver como la figura en el suelo o el campo del
inconsciente. Mientras la mente consciente tiende a actuar holísticamente, la mente
consciente tiene una orientación lineal. Sus funciones importantes incluyen la
estructuración de la información en esquemas de acción o programas (“sets
mentales”) y relaciones conceptuales de informática o de procedimientos. La mente
consciente se considera como un manager o regulador; es fundamentalmente
conservativa de por sí, no generativa. Es el dominio de los roles, círculos cibernéticos
sensorial-motor, planes de lograr objetivos, guiones, estrategias, estructuras, y
racionalidad (“racionar” o auto-dividir). Como se analizará más adelante, esto surge a
partir de patrones de tensión muscular y se mantiene por ellos.
La mente consciente elimina y representa transformaciones de la mente inconsciente;
a hacerlo, divide el campo inconsciente (consciencia) en regiones periféricas
(exteriores) y centrales (interiores). Si estos mismos patrones conscientes (división)
persisten (es decir, si la misma estructura está activa constantemente), puede ocurrir
una separación entre los procesos conscientes e inconscientes. Como veremos más
adelante, esto produce expresiones sintomáticas que se entienden como intentos
simbólicos para reunir las dos órdenes de la mente.
Cuarto, podemos distinguir que los elementos contenidos se filtran a través de la
mente. Éstos incluyen percepciones individuales, expresiones motoras, imágenes,
cogniciones y sensaciones. Estas distinciones corresponden a unidades de
información mediante las que se representa, se manipula y se comunica la
experiencia.
En resumen, una persona se puede considerar como una esencia única (Yo), dentro
de un sistema organizacional psicobiológico único (mente inconsciente o contexto de
Yo), que utiliza estrategias únicas al intentar lograr objetivos (mente consciente o
estructura del Yo), y que se sumerge en un contenido mental distintivo en un
momento determinado (contenido del Yo). Este modelo de diversos niveles sugiere
objetivos terapéuticos de diversos niveles. En el primer nivel, el valor incondicional
del Yo profundo es fundamental para la expresión generativa. En el nivel de identidad
organizacional, el hipnotarapeuta trabaja para: 1) sincronizarse y alinearse con los
ritmos biológicos que subyacen en las auto-expresiones 2) alinearse y
recontextualizarse con las intenciones (es decir, responsabilidades o mandatos)
subyacentes en las estrategias de comportamiento. En el nivel de estructuras de
objetivo, el hipnoterapeuta une, equilibra, reestructura y modifica las estrategias del
cliente de auto-expresión (es decir círculos sensoriales/motores). Y en el nivel de
contenido, el terapeuta trabaja para diversificar el contenido específico de la
experiencia de una persona.
8. Los procesos inconscientes pueden operar generativa y autónomamente. Como
muestra la tabla 1.2, durante el transcurso de los años, diversos pensadores han
establecido distinciones entre la mente consciente e inconsciente. 5 El enfoque
presente asume que los dos sistemas son complementarios de por si, aunque
considera la mente consciente como sensible a los sistemas inconscientes más
completos (véase figura 1.4).
TABLA 1.2
Complementariedades conscientes/inconscientes
(adaptado de Bogen, 1969)
5
Establecidas por
Complementariedades
Inconsciente
Consciente
C.S. Smith
Price
Wilder
Head
Goldstein
En bruto
Sintético o concreto
Geométrico
Sensorial o no verbal
Concreto
Atomístico
Analítico o reduccionista
Numérico
Simbólico o sistemático
Abstracto
A estas complementariedades se le pueden añadir otras: todo/parte, unificación/separación,
continuidad/discontinuidad, etc.
Reusch
Bateson y Jackson
J.Z. Young
Pribram
W. James
Spearman
Hobbes
Freud
Pavlov
Sechenov (Luria)
Levi-Strauss
Bruner
Akhilananda
Radhakrishnan
Analógico o eidético
Analógico
Como un mapa
Analógico
Existencial
Educación de correlaciones
Libre o sin orden
Proceso primario
Primera señalización
Simultáneo
Mítico
Metafórico
Mánas
Integral
Digital o discursivo
Digital
Abstracto
Digital
Diferencial
Educación de relaciones
Dirigido
Proceso secundario
Segunda señalización
Consecutivo
Positivo
Racional
Buddhi
Racional
Así, mientras la mente consciente puede ser inteligente y eficaz, la mente
inconsciente necesita sabiduría y generatividad. Bateson (1972) describe los límites
fundamentales de los procesos conscientes de la siguiente manera:
La naturaleza cibernética del Yo y del mundo tiende a ser imperceptible a la
consciencia, en la medida en que los contenidos de la “pantalla” de la
consciencia se determinen por las consideraciones de propósito. El argumento,
de propósito tiende a tomar la forma “D es deseable; B conlleva a la C; C
conlleva a la D, entonces D se puede lograr mediante B y C”. Sin embargo, si la
mente total y los mundos exteriores no lo hacen, en general, tienen esta
estructura lineal, luego al forzar esta estructura en ellas, nos volvemos ciegos a
las circularidades cibernéticas del yo y el mundo externo. Nuestro muestreo
consciente de los datos no revelará todos los circuitos sino que sólo los arcos
de circuito, los corta de la matriz mediante nuestra atención selectiva.
Especialmente, el intento de lograr un cambio en una variable determinada,
ubicada en el yo o el medio ambiente, probablemente será asumido sin la
comprensión de la red homeostática que rodea a esa variable… Puede ser
fundamental para la sabiduría que la estrecha perspectiva de finalidad se
corrija de alguna manera. (p. 444) (original en cursiva)
Mente
consciente
Mente
inconsciente
Figura 1.4. Figura/campo relación entre mente consciente e inconsciente
Así, los problemas se pueden considerar como un medio cuando una persona se
identifica con los procesos de auto-contenidos de la mente consciente y se separan
de una fuente más profunda de integridad.
Tal vez la afirmación más radical de todo esto es que los procesos inconscientes son
recursos inteligentes, organizados y creativos. Además, el inconsciente puede
funcionar autónomamente de los procesos conscientes (generalmente, a esto se le
denomina proceso disociativo) y es capaz de realizar profundos cambios
transformacionales. Así, en vez de considerar al contexto hipnótico como uno en el
que las sugestiones se “plantan” en algún receptáculo pasivo, el terapeuta
ericksoniano conceptualiza el trance como procesos en los que los procesos
conscientes del paciente se dejan a un lado, y de ese modo permiten que los procesos
inconscientes produzcan experiencias transformacionales significativas. En esta
perspectiva, la perspicacia consciente no es necesaria para que ocurran tales cambios.
Es en este sentido en el que Erickson enfatizaría frecuentemente (comunicación
personal, 1978), su mente consciente es muy inteligente, pero su inconsciente es
mucho más listo.
De esta forma, el inconsciente se considera como un aspecto central e integral del Yo,
no como algo para evitar o tratar de controlar. La tarea más importante del
hipnoterapeuta ericksoniano es ayudar al paciente a realizar esto de una manera
práctica.
Al destacar la generatividad potencial de los procesos inconscientes, el terapeuta
necesita considerar que el valor primordial de tales procesos depende del contexto en
el que se expresan. En otras palabras, que el inconsciente pueda ser generativo no
significa que lo sea siempre. Como veremos, de esta manera el terapeuta se esfuerza
por facilitar aquellas condiciones que permiten la generatividad del inconsciente,
tales como: (1) establecer una intención coherente (o el compromiso de cambiar), (2)
asegurar un contexto biológico equilibrado y rítmico y (3) desarrollar maneras de
cooperar eficazmente con las estructuras sociales.
Además, se busca cada vez más una complementariedad de trabajo entre los
procesos conscientes y los inconscientes ya que la persona comienza a integrar
cambios en los contextos sociales deseados. Se da por hecho que, a la larga, ambos
sistemas se utilizan para los logros más creativos. Como ejemplo ilustrativo, considere
el famoso caso de Frederich Kekule, el químico alemán que resolvió el enigma
estructural de la molécula bencénica. Durante mucho tiempo, Kekule intentó resolver
el problema conscientemente. Finalmente, soñando despierto, sus procesos
inconscientes generaron una estructura analógica involucrando a seis serpientes
conectadas en su forma estructural de un hexágono. Al despertar, reconoció
conscientemente esta metáfora al representar la estructura difícil de aprender del
anillo bencénico. Así, su mente consciente identificó y presentó el problema; su
inconsciente produjo una solución metafórica; y luego su mente consciente fue capaz
de interpretar el significado. Sin la participación de las relaciones de similitud del
inconsciente, que vinculó dos estructuras relacionadas en la forma pero no en el
contenido (es decir, “el patrón de X es parecido al de Y”) es poco probable que se
descubriera la respuesta. Probablemente la mente consciente hubiese reducido su
información a aquellas categorías relacionadas directamente con el contenido del
problema, tales como conceptos dentro del campo de la química. Sin embargo, el
inconsciente pudo ignorar el contenido y en cambio, buscó relaciones de similitud de
un tipo analógico y estructural (es decir, metafórico). También es importante que las
propiedades abstractas de la mente consciente se necesitaron para representar y
comunicar la solución en un formato estandarizado (es decir, la química) y de ese
modo hacerla aplicable tecnológicamente.
Aunque la interacción entre los sistemas consciente e inconsciente puede ser
necesaria para los logros creativos, desafortunadamente parece ser la excepción en
vez de la regla para muchas personas. Los procesos inconscientes pueden dominar
totalmente a los individuos; en casos extremos, esto se denomina psicosis. O con
mayor frecuencia, una persona puede desconfiar totalmente de los procesos
intuitivos del inconsciente y así tratar de controlar la vida en forma inflexible a través
de medios racionales (“divisivos”). Esta disociación puede surgir debido a los valores
culturales implícitos o a experiencias personales específicas: por ejemplo, una
persona puede disociarse de los recursos inconscientes al intentar renegar u “olvidar”
una experiencia incompleta o traumática relacionada a ella. El objetivo del terapeuta
es encontrar maneras mediante las que la persona aprende a apreciar a valorar los
procesos conscientes e inconscientes.
Una variable importante para lograr este objetivo es la calidad de la relación entre la
mente consciente e inconsciente. Específicamente, el límite de la relación (la
circunferencia en la figura 1.4) puede ser translúcido (es decir, flexible, permeable,
abierto y blando) u opaco (cerrado, rígido, impermeable y duro), dependiendo de
factores tales como la tensión muscular, la seguridad psicológica y si una experiencia
se acepta (es decir, se valora) o se rechaza (es decir, se devalúa). Cuando los límites
son translúcidos, las mentes consciente e inconsciente se complementan entre ellas;
cuando los límites son opacos, los sistemas se oponen (es decir, compiten) entre ellos
(por ejemplo, un hombre “contra” el medio ambiente, yo vs. otro) De esta manera, un
objetivo importante en el enfoque presente es ablandar los límites para que se
puedan producir las interacciones complementarias. Como veremos más adelante, las
comunicaciones hipnóticas son herramientas importantes para lograr este objetivo.
En todo esto, una persona no se debería confundir con “ser” de la mente consciente o
inconsciente. Para reiterar, la mente es una herramienta computacional mediante la
cual el Yo conoce y expresa al Yo en el mundo de la experiencia. El potencial de una
herramienta para crear es equivalente a su capacidad potencial para destruir u
oprimir: sus efectos dependen de cómo los utilice el Yo. La dinamita se puede utilizar
para propósitos pacíficos o violentos; un líder puede destruir o mejorar
increíblemente una cultura (por ejemplo, Hitler vs. Cristo). En el mismo sentido, los
procesos psicológicos que le ocasionan dolor a una persona se pueden utilizar para
provocar satisfacción y soluciones creativas. Esto explica en parte porqué el
inconsciente puede ser benévolo (la perspectiva humanística) u opresivo (la
perspectiva Freudiana): depende de la relación de la persona con ella y su voluntad
para aceptar todas las partes del yo como válidas.
Un factor primordial en todo esto es la medida en que el individuo identifica su auto-
identificación con esa herramienta. En otras palabras, una persona que se identifica
como “ser” (en vez de expresar) de un proceso particular será “utilizada por” ese
proceso (y de esta manera no lo puede utilizar). Por ejemplo, imagine que un
individuo tiene una regla estricta que establece que debe ser inteligente (y así no
puede ser poco inteligente). De esta forma, estará muy motivado en mostrar
comportamientos que apoyan esa afirmación, mientras evita a toda costa los
comportamientos que podrían desafiar la validez de tal afirmación. Por lo tanto,
dudará en experimentar comportamientos que tienen resultados inciertos asociados
a ellos y en consecuencia, se afianzará a patrones familiares (habituales) de pensar y
comportarse que simulan la inteligencia. Por supuesto, esto rechazaría
inevitablemente la expresión de inteligencia como un proceso que requiere
independencia, espontaneidad y creatividad. Por supuesto, el individuo podría actuar
“intelectualmente”, aunque, en el mejor de los casos, sería una dolorosa simulación.
Esta metáfora general de los procesos mentales como herramientas con capacidad
constructiva y destructiva equivalente es muy importante para la práctica
hipnoterapéutica. Específicamente, las estrategias comunicacionales del
hipnoterapeuta ericksoniano están diseñadas para establecer el estado deseado al
“comprender” los procesos en curso del sujeto y luego dirigirlos hacia el objetivo
identificado. Por ejemplo, en el capítulo 7 se resume cómo se le puede ofrecer a la
persona, cuyo incesante diálogo interno constituye una dificultad para la inducción a
un trance tradicional, una serie de comunicaciones induccionales que utilizan
eficazmente las verbalizaciones internas como las bases para el desarrollo del trance.
Este principio de utilización de “lo que sea que esté haciendo una persona es
exactamente lo que le permitirá cambiar” se demostrará y enfatizará
constantemente.
RESUMEN
En este capítulo se buscó establecer una estructura general para entender el enfoque
de utilización en la hipnosis clínica. En un principio, se logró al enfatizar cuántos
terapeutas hipnóticos conceptualizan la relación hipnótica en términos de poder del
hipnotizador (el enfoque autoritario) o la susceptibilidad del sujeto (el enfoque
estandarizado). Estas orientaciones más tradicionales se contrastaron con el enfoque
de cooperación (o utilización) que desarrolló Milton Erickson, que clasifica como
sumamente importante la relación entre el hipnotizador y el sujeto. Otras
afirmaciones del enfoque de cooperación corresponden a las siguientes: (1) cada
persona es única; (2) la hipnosis es un proceso experiencial para comunicar ideas; (3)
cada persona tiene recursos generativos; (4) el trance potencia los recursos; (5) el
trance es naturalista; (6) los enfoques ericksonianos se enfocan en la alineación
durante el transcurso en vez de en la corrección del error; (7) la unicidad de una
persona se puede apreciar en muchos niveles (el Yo profundo, la mente inconsciente,
la mente consciente y los contenidos de la conciencia) y (8) los procesos inconscientes
pueden operar generativa y autónomamente.
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