El primer niño hebreo

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El primer niño hebreo 1
Itamar, el hijo de Eliezer Ben Iehuda, era un niño muy solitario. No tenía
amigos, y se pasaba el día solo en casa. ¿Te preguntarás, seguramente, por
qué un niño decide estar solo en su casa en lugar de salir a jugar a la pelota con
sus amigos? Pues el asunto es que ningún niño del vecindario hablaba hebreo,
e Itamar tenía prohibido juntarse con nadie que no supiera "la lengua del pueblo
judío". ¡Órdenes del padre! Por ello, estaba siempre en casa con sus fieles
compañeros: su perro y su gato.
Itamar tenía tres años y aún no sabía hablar. Apenas balbuceaba algunas
sílabas, hasta que un día…
- ¡Nuestro hijo no sabe hablar! – le dijo Dvora, su mamá, a Eliezer - ¡Ya tiene
tres años y no ha salido ni una palabra de su boca! Estoy muy preocupada,
Eliécer. Deberías escuchar cómo hablan los hijos de nuestros vecinos. La hija
de…
-¡Basta! ¡No quiero escuchar esas pavadas! - gritó enojado Eliezer y se fue de la
habitación.
Dvora acostó a su hijito en la cama, y con tristeza comenzó a cantarle una
canción de cuna en ruso, la misma canción que le cantaban a ella cuando era
pequeña. Dvora lloraba y cantaba. Cantaba para su hijo una hermosa canción, y
lloraba amargamente, por su pequeño, porque era diferente a los demás niños.
Dvora pensaba: "Quizás nuestro hijo no habla por culpa nuestra…"
Mientras pensaba, seguía cantando la canción en ruso y no oyó cuando la
puerta se abrió y Eliezer entró en la habitación…
- ¡Dvora!! ¿Qué estás haciendo? - gritó furioso Eliezer - ¡¿Cómo se te ocurre
cantarle al niño una canción en ruso?! ¿Cómo te atreves?! ¡Arruinaste todo lo
que construí!
1
Traducido y adaptado en base a "Habejor le'beit Abí", de Dvora Omer.
El pequeño niño percibió que algo extraño pasaba en su habitación. Se levantó
de la cama, y fue rápidamente hacia donde estaba su mamá, la acarició y
gritando le dijo a su papá:
- ¡Papá, no te enojes con mamá, no me gusta! ¡Prohibido, papá!
Eliezer miró al niño maravillado, lo alzó y exclamó:
- ¿Escuchaste, Dvora? ¡Itamar habló!!
- ¡Sí!! ¡Nuestro hijo no es mudo! - dijo Dvora emocionada - ¡él será como todos
los otros niños!
Eliezer regresó a su cuarto y siguió trabajando.
Itamar, que a partir de aquel día sería llamado "el primer niño hebreo",
demostró que Eliezer Ben Iehuda estaba en lo cierto…
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