PROTOCOLIZADO ………../…………. Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario 1810-2010 Córdoba, 14 de septiembre de dos mil diez.Y VISTOS: Los presente autos caratulados “VIDELA Jorge Rafael; ALSINA Gustavo Adolfo y otros p.ss.aa. IMPOSICIÓN DE TORMENTOS AGRAVADOS, TORMENTOS SEGUIDOS HOMICIDIO DE CALIFICADO, MUERTE, IMPOSICIÓN DE ENCUBRIMIENTO”(Expte. N° 172/09), llegados a Despacho para resolver; Y CONSIDERANDO: El señor Juez de Cámara, Dr. Jaime Díaz Gavier, dijo: I) Que con fecha 1° de septiembre de 2010, en ocasión de la ampliación de su declaración indagatoria en la audiencia de debate que se lleva a cabo en la presente, el imputado Gustavo Adolfo Alsina recusó al señor Vocal Dr. José María Pérez Villalobo, integrante de este Tribunal para USO OFICIAL entender en la presente. Este pedido fue sostenido por el letrado defensor, Dr. Osvaldo Viola, en razón de haber tomado conocimiento el día anterior de la existencia de una serie de elementos de prueba que juzgador en orden a comprometen los hechos la imparcialidad materia de del proceso, violentándose así la manda constitucional que garantiza a los acusados un ejercicio razonable y no arbitrario del poder punitivo del Estado. Agregó al reanudarse el debate la denuncia formulada por la Dra. Genise de López en autos “PINO Víctor, LÓPEZ Luis Alberto, MONES RUIZ Enrique Pedro p.ss.aa. homicidio calificado” (Expte. N° 1bis-P-2010); a lo que agregan una fotografía, en la que se observa al Dr. Pérez Villalobo acompañado de dos personas en ocasión de una marcha por la Memoria, en un museo público de esta ciudad; como así también la circunstancia de que el nombrado habría agregado a una de las fórmulas usuales de juramento, la manifestación “por la memoria de los caídos en Trelew”, al momento de asumir el cargo de Juez del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 2 de esta ciudad que ocupa en la actualidad. Estos elementos, manifiestan los recusantes haberlos partir de la solicitud de recusación efectuada conocido a contra el mismo Magistrado por terceros letrados codefensores de un imputado en otra causa, desglosada de la presente por los mismos hechos imputados a alguno de los acusados en esta causa, efectuada el día anterior al planteo que realizan, con 1 fecha 31 de agosto de 2010, constituyendo así una causal sobreviniente. El recusante expresa en definitiva que estos elementos, unidos a la ya incorrecta conducta que el Vocal cuestionado ha venido desarrollando durante este proceso, al formular preguntas sensibilidad indicativas hacia las y presuntas manifestaciones víctimas, de constituyen indicios precisos y suficientes para generar un estado de duda en el espíritu del justiciable en relación a la debida imparcialidad del Magistrado. II) Tras producirse la prueba solicitada por el recusante, el Vocal cuestionado efectuó su descargo en los términos del art. 61 del C.P.P.N. solicitando se rechace la recusación articulada en su contra por entender que la misma resulta manifiestamente causales invocadas, improcedente citando en al apoyo no de existir su las postura no encontrarse incurso en las causales previstas en el art. 55 del C.P.P.N. y la jurisprudencia de la Corte plasmada en el caso “Llerena Horacio”. Entiende el magistrado que las preguntas objetadas al mismo, han sido efectuadas dentro de un marco legal, con participación de las partes y bajo la dirección del señor Presidente. Respecto a la fotografía aportada en fotocopia simple por el imputado Alsina, señaló que la misma no demuestra relación directa con los imputados ni con los hechos que conforman la plataforma fáctica del debate, sólo se observa al suscripto con su familia en un espacio público, además de la presencia de un menor de edad y su publicidad lesiona los derechos del niño. Respecto a las fotocopias simples de fotografías carentes de certificación, negó que alguna de esas personas sea él, negando también las supuestas expresiones que los recusantes confrontan con un documento público como es el acta de juramento. En relación al material informático acompañado supuestamente extraído de redes sociales en que habría expresiones de sus hijos, afirmó que los mismos son mayores de edad careciendo de soporte magnético que los priva de legalidad, veracidad y poder convictivo, resultándole por otra parte endeble el testimonio prestado por Santiago Ferrer quien dijo ser amigo de uno de los defensores. III) Acto seguido, el señor Presidente corrió vista a 2 las partes en su orden, efectuando las peticiones que Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario 1810-2010 sucintamente pueden resumirse de la siguiente manera: a) peticiones de rechazo de la recusación del Dr. José María Pérez Villalobo: El señor Fiscal General, Dr. Maximiliano Hairabedian, sostuvo que la fotografía que da cuenta de la presunta presencia del Vocal en un acto político conocido como “El Viborazo” en la década del setenta, por haber transcurrido casi cuarenta años se encuentra vencido el plazo de ley para plantearlo como un hecho nuevo, a más de la duda de que efectivamente se trate del Vocal pues lo ha negado en su descargo. Lo mismo ocurre con la formula del juramento, pues frente a un testigo que corrobora el aditamento, el propio magistrado lo negó, encontrándose vencido también el plazo para su interposición. Finalmente en cuanto a la fotografía del 24 de marzo de este año, reconocida por el Dr. Pérez Villalobo, al no haber vencido el plazo y siendo tomada USO OFICIAL en un lugar público, si bien no es causa para recurrir a un Magistrado, sí reviste entidad para que el Dr. Pérez Villalobo analice la posibilidad de inhibirse por razones de decoro. El señor Fiscal Subrogante, Dr. Carlos Gonella, adhirió a los dichos de su colega preopinante y agregó que no resulta aplicable el fallo “Llerena” de la Corte Suprema, puesto que se refiere a la hipótesis de un juez que intervino con anterioridad en la misma causa, lo cual es sustancialmente distinto a lo que aquí se debate. Sostuvo que no puede condenarse la presencia de un Magistrado de la Nación que juró en democracia por la Constitución, en un paseo público en un acto conmemorativo de las víctimas del terrorismo de Estado, pues la Corte Suprema ha sancionado al mismo en la Sentencia 13/84. En cuanto a los dichos del Vocal durante el debate, afirmó que no se advierte imparcialidad, habiendo las partes planteado en cada ocasión al Presidente sus objeciones considera debe al tenor de rechazarse las in preguntas, limine la por lo que recusación, con costas. La querellante, Dra. María E. Martínez adhirió a los argumentos de la Fiscalía, agregando que este planteo supone un seguimiento ideológico del Vocal contrario a la Constitución, del que no puede derivarse falta de objetividad al momento de decidir. Dijo que para el caso de que las 3 fotografías del año 1971 fueran legítimas, ello hace al derecho Constitucional de cualquier ciudadano a levantarse frente una dictadura; afirmando que para la Corte Suprema la causa sobreviniente se da cuando el juez ha prejuzgado o hablado con parcialidad antes de dictar sentencia, lo que no ha ocurrido en autos, debiendo rechazarse el planteo con costas. A su tiempo, el querellante, Dr. Miguel Hugo Vaca Narvaja, adhirió asimismo a los preopinantes, señalando además querellantes y que la duda que fiscales genera la actuación del Dr. Pérez Villalobo está a su vez sustentada en meras presunciones, refiriendo además que las fotografías y comentarios de los hijos del Vocal en sus páginas de la red social Facebook son ilegítimos, por lo que debe rechazarse el planteo con costas. A su tiempo, la querellante Dra. Lyllan Luque tras adherir al resto de las posturas expuestas, destacó que la obtención de Idealistas”, las da fotografías cuenta que del el libro recusante “Los ya Jóvenes conocía tal situación porque fue utilizado por los acusados para rebatir dichos de testigos en momentos anteriores en este debate, por lo que ante la falta de prueba debe rechazarse el planteo. El querellante, Dr. Claudio Orosz, suscribió también la totalidad de las posturas anteriores, agregando que el acta de juramento, es ante todo un instrumento público que da fe de lo sucedido “erga omnes”, presumiéndose conocida por todos, además de la publicidad que tuvo el juramento en su momento, rechazando por otra partes las fotografías y manifestaciones de los hijos del Vocal en sus páginas de Facebook, por haber sido obtenidas ilegalmente. Señaló que existiendo la incorrectas, posibilidad ello no de puede reformular conformar una preguntas causal de recusación, por lo que los derecho de defensa y juez natural, no pueden quedar afectados por indicios anfibológicos e ilegales, debiendo rechazarse el planteo incoado. El querellante, Dr. Juan M. Fresneda, adhiriéndose a lo ya expuesto, agregó que de la fotografía de 1971 no puede inferirse directamente la participación del Magistrado en el grupo 4 político ERP, concluyendo que debe rechazarse el Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario 1810-2010 planteo, no sin antes compartir con el señor Fiscal General que el Dr. Pérez Villalobo analice la posición que adoptará. Finalmente los querellantes, Dres. Miguel Ceballos y Gerardo Battistón, Ministerio Público adhirieron y los a todo lo dicho querellantes por el preopinantes, solicitando el rechazo del planteo con costas. b) Posturas que peticionan la recusación del Dr. José María Pérez Villalobo: El Dr. Osvaldo Viola se remitió a los argumentos vertidos al interponer la recusación, sosteniendo que la prueba colectada es suficiente para generar el estado de duda en esas defensas sobre la imparcialidad del Vocal. Negó la amistad del testigo Ferrer con los defensores a que alude el Vocal, pues el mismo dijo solamente conocer al Dr. Arrieta, explicando que viene ahora a interponer el planteo debido a que recién conocieron las pruebas el día 31 de USO OFICIAL agosto pasado, formulando las reservas de ley. A su tiempo, la señora Defensora Oficial Ad-Hoc, Dra. Marcela Rojas, tras describir las preguntas indicativas que el Dr. Pérez Villalobo efectuó durante los testimonios de Graciela Galárraga, Isaac Rudnik y Rosario Rodríguez, refirió que no se trata de verificar si se da o no una causal, sino que en función de las garantías constitucionales y pactos internacionales incorporados, el apartamiento opera ante el peligro de violación de garantías por falta de imparcialidad, entendida como ausencia de prejuicios, que sólo se evita, conforme lo determinado en autos “Cavallo” de la Cámara Nacional de Casación Penal, con una persona que no solo sea un juez imparcial sino que debe parecer como tal frente a las partes, ya que su ánimo debe dejar zanjada cualquier duda al respecto, solicitando en consecuencia su recusación con las reservas de rigor. A su tiempo, la Dra. Natalia Bazán, tras adherir al planteo formulado por el Dr. Viola, sostuvo que el fallo “Llerena” en el punto 10 abarca tanto la imparcialidad objetiva como la subjetiva, citando en esta línea a Roxin quien sostiene que no solo hay que ser sino también parecer, siendo suficiente que la conducta del Magistrado genere duda en el ánimo de los justiciables como ocurre en el caso, aludiendo en particular a la fotografía del 24 de marzo pasado. Rechazó la caducidad del plazo de interposición desde 5 que el mismo debe contarse desde que se toma conocimiento de la causal, destacando que sin embargo los ciudadanos confían en que los jueces de la Nación se inhibirán ante ciertas situaciones por causas de decoro, haciendo las reservas del caso. Asimismo planteó la hipótesis sobre qué pasaría si se diera la situación análoga pero inversa, viendo los querellantes a un juez en un acto del Ejército donde se está promocionando el proceso de reorganización nacional. El Defensor Oficial Ad-Hoc, Dr. Carlos Casas Nóblega, tras adherir a las manifestaciones de las Dras. Rojas y Bazan, dijo que sus asistidos se sienten señalados por el Dr. Pérez Villalobo ya que en cada intervención en el debate, indicó nombres habían sido recusación. o apodos haciendo mencionados Por en último ingresar personajes que relato, solicitando su que posibilidad de el planteó la corrección de preguntas indicativas está previsto para las partes no para el juez, cuya actuación en ese sentido da muestras de imparcialidad. A su turno, el Dres. Pedro O. Leguiza y Alejandro manifestaciones de Cuestas los Garzón, defensores se adhirieron oficiales a las precedentes, haciendo reserva de casación y caso federal. Por su parte, el Dr. Julio Deheza, adhirió a los argumentos normativa precedentes, sosteniendo internacional de derechos que en función humanos de la incorporada a nuestra Constitución Nacional, el derecho a ser juzgado por un tribunal casos de independiente preopinión, e imparcial, manifestando rige también asimismo para que el apartamiento del Dr. Pérez Villalobo no acarrea nulidades o efectos aniquiladores de este proceso, puesto que existe un cuarto juez que en su caso se avocará, solicitando en conclusión la recusación del nombrado, con las reservas de ley. En concordancia con el letrado anterior, el Dr. Guillermo M. Dragotto, tras adherirse a los dichos anteriores dijo que el hecho de que el Dr. Arrieta haya prestado juramento con el Dr. Pérez Villalobo, nada significa pues estaba avocado a su propio juramento o quizá no vio en ello motivo de recusación, entre otras manifestaciones que se señalarán supra. Finalmente, el señor Defensor Oficial, Dr. Marcelo E. Arrieta, señaló que sus asistidos le refieren constantemente 6 Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario 1810-2010 que el Vocal Pérez Villalobo efectúa preguntas indicativas, y ello produce una desnaturalización del proceso debido a la prohibición de investigación autónoma para los jueces, dejando librado al Tribunal la decisión según su mejor saber y entender. IV) Resumidas que fueran las posturas asumidas por las partes en el debate, su posición me obliga a analizar su actuación a la luz de las normas procesales, confrontándola con la garantía constitucional de imparcialidad que debe guiar necesariamente la actuación de todo magistrado, todo ello en relación a la prueba rendida en el presente incidente. En primer lugar corresponde ingresar a la cuestión formulada por recusación las ha partes sido respecto efectuado a que fuera el de planteo los de términos USO OFICIAL establecidos por la ley. En este particular, el art. 60 del C.P.P.N. en su segundo párrafo prevé la sanción de caducidad, la que está signada por la pérdida del poder jurídico para realizar el acto por haber transcurrido el término perentorio; y es justamente en este aspecto donde se debe analizar el presente caso, desde que la misma se encuentra estatuida en la norma citada en su segundo párrafo de manera implícita cuando estatuye “…en casos de causal sobreviviente o de ulterior integración del tribunal, la recusación podrá interponerse dentro de las 48 horas de producida o de ser aquella notificada, respectivamente” (art. 60 segundo párrafo de C.P.P.N.). En este particular, no puede soslayarse que la sanción del Código Procesal Penal de la Nación, es anterior a la reforma constitucional del año 1994, en virtud de lo cual una interpretación meramente formal, siguiendo una interpretación de orden literal, implica la formulación de un razonamiento parcial, constitucional de que atenta imparcialidad contra invocada por la garantía los abogados defensores en ejercicio de la defensa técnica y por el propio imputado recusante. En este aspecto debe entenderse que la sanción de caducidad esta directamente relacionada con la no presentación de la recusación en el término de 48 horas de conocida la causal, siendo indiferente el tiempo transcurrido 7 desde el acaecimiento del hecho generador de causal de recusación, el cual no tiene ni puede tener término alguno. Cuando el código habla de “causal sobreviniente”, se esta refiriendo tomado al momento conocimiento en del que las mismo, partes lo interesadas cual puede han coincidir temporalmente o no con aquél. Para el caso, las partes han dado sobradas explicaciones de cómo tomaron conocimiento de la existencia de las causales de recusación, haciendo referencia en la oportunidad a la recusación presentada en autos “PINO Víctor, LÓPEZ Luis Alberto, MONES RUIZ Enrique Pedro p.ss.aa. homicidio calificado” (Expte. N° 1bis-P-2010) con fecha 31 de agosto de 2010. Teniendo en cuenta lo antes señalado, corresponde señalar que los jueces al analizar una norma procesal y su relación con el caso concreto, deben formular un “test de constitucionalidad”, atento las particularidades del proceso que se trate, teniendo como objetivo evitar la desnaturalización del derecho reglamentado. Por ello, insisto que una postura contraria implicaría desnaturalizar el instituto de la recusación como medio técnico de neutralizar los peligros que implica la actuación de un magistrado parcial, pues ello significaría que aun en aquellos casos donde se encontrara probada la existencia de argumentos meramente convalidándose una la causal de formales, actuación recusación, ésta del y podría juez en ser parcial base a rechazada en directo desmedro de la garantía del debido proceso, y en este marco de la defensa en constitucionalmente juicio, lo intolerable. que a Por mi criterio tanto resulta conforme a lo antes señalado, corresponde rechazar la cuestión relativa a la extemporaneidad del planteo de recusación. Indudablemente que la cuestión así formulada, y teniendo presente la naturaleza de los planteos esgrimidos, conduce a realizar un análisis desde el punto de “vista subjetivo”, es decir, imponen la necesidad de verificar si en el caso que nos ocupa, no se encuentra afectada la garantía de imparcialidad mediante la formulación de un “test subjetivo”. No me cabe duda que la imparcialidad personal de los jueces se presume, pero tampoco me cabe duda que la misma 8 Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario 1810-2010 es de naturaleza “juris tantum”, desde que admite prueba en contrario. Los magistrados al momento de ejercer el poder jurisdiccional que les ha otorgado la Constitución Nacional (arts 116 y 75 inc. 22 C.N.), deben estar libres de “prejuicios” acerca del hecho y de las personas que han de juzgar. Pero sea cual sea el modelo de proceso, la garantía del debido proceso legal del art. 18 de la Constitución Nacional, impone la necesidad de la actuación de un juez imparcial en todos los casos; la regla no tolera excepciones, no admite la parcialidad. En dicho marco, y avocado al análisis de la prueba en este caso, de la transcripción de las intervenciones del señor Vocal Dr. José María Pérez Villalobo en el debate, solicitada por las partes, surge lo siguiente: En el marco de USO OFICIAL la deposición de la testigo Graciela Galárraga, y a propósito de un relato que desarrollaba, el Vocal le preguntó si recordaba quién era el gobernador de Córdoba en ese momento, respondiendo la testigo que Don Ricardo Obregón Cano para referirle inmediatamente el magistrado que a su izquierda tenía al hijo de éste, procediendo la testigo a darle un abrazo. En ocasión de la declaración del testigo Isaac Rudnik, el señor Vocal preguntó qué sabía de Jaime Lockman, a lo que éste apellido; respondió: preguntándole ahora el sí, señor que no se magistrado acordaba si sabía el si Lokcman había sido sacado del penal para ser trasladado a algún lado, a lo que respondió que no recordaba; habiendo quedado, en este contexto, constancia en acta de la siguiente manifestación del Dr. Marcelo Arrieta: “...El señor Vocal Pérez Villalobo le ha manifestado al testigo el apellido del señor Lockman y el acta de su testimonio no está incorporada y el testigo con toda transparencia manifiesta únicamente el nombre, y que no recordaba el apellido, sino el origen del apellido, pero no el apellido concreto. Si este es un juicio oral y público debemos atenernos únicamente a lo que dice el testigo, evitando colaboraciones innecesarias...”. A su vez, en oportunidad de la deposición del testigo Fermín Rivera, el señor Vocal de Cámara, Dr. Pérez Villalobo preguntó: “¿Cuándo fue usted a declarar frente al Dr. Becerra 9 Ferrer?, usted dijo que antes había entrado a una pieza y lo habían apretado unos militares, ¿Eso es cierto?”, respondiendo Rivera que sí; repreguntando el Vocal: ¿Sabía o se enteró el Dr. Becerra Ferrer lo que había ocurrido?, a lo que el testigo dijo que no; señalando ante ello el Vocal: “porque usted había dicho que los militares le dijeron que ratificara y cuando ingresa al despacho del Dr. Becerra Ferrer le pregunta el doctor si va a ratificar o no”; a lo que Rivera dijo que sí. Tras ello, el señor Vocal, Dr. Pérez Villalobo, solicitó al señor Presidente se deje constancia de esta circunstancia, agregando el Vocal en la ocasión que: “hace reserva de que si hubiere más elementos en contra del Dr. Vázquez Cuestas va a solicitar se remitan los antecedentes a la Fiscalía de turno a sus efectos”. En el marco de la testimonial de la querellante Rosario Rodríguez, esposa de Pablo Ballustra, el Dr. José María Pérez Villalobo manifestó: “Usted dijo que su marido fue un dirigente gremial, ¿Cuál fue su pecado?”; respondiendo la testigo: “haber pensado distinto”; diciendo el señor Vocal: “Para sufrir él y hacer sufrir a usted y su familia, ¿Cuál fue su pecado?”; a lo que la testigo señaló: “¿El pecado de mi marido? Para mí ninguno. Yo estoy muy orgullosa de haber tenido un hombre, con el que tuve dos hijos, y que haya sido dirigente gremial...”. Asimismo, en ocasión de la declaración del testigo Guillermo Alberto Birt, a solicitud del letrado defensor, Dr. Alejandro Cuestas Garzón, se dejó constancia en acta que el señor Vocal Dr. Pérez Villalobo indicó la respuesta al testigo, cuando el Magistrado pregunta al testigo la ubicación de Fermín Rivera en la enfermería al momento del episodio de Moukarsel, cuando Birt no lo había mencionado en ese momento. Igualmente, a pedido de las partes se consignaron las constancias en acta efectuadas a solicitud del Dr. José María Pérez Villalobo, sobre las manifestaciones de los siguientes testigos: a) Humberto Vera: “a ese gendarme lo ví. Era un hombre joven de treinta años, mas bien gordito, de tez clara”, ello en relación a un episodio relatado anteriormente por el testigo Asbert, y b) Roberto Hugo Avalle: “Mi temor fue que este individuo me haya querido hacer algún tipo de 10 Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario 1810-2010 amenaza. Los seis peores meses de mi vida los pasé allí”, en alusión al período en que se desempeñó en la UP1. Por su parte, el testigo Santiago Alfonso Cirilo Ferrer manifestó en el debate que hace aproximadamente quince años concurrió magistrados y a la ceremonia funcionarios de de juramento esta de Justicia numerosos Federal, en ocasión de la creación y funcionamiento del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 2 de esta ciudad, recordando que al momento de efectuar juramento el Dr. José María Pérez Villalobo agregó a la fórmula usual, la frase “por la sangre derramada de los héroes o víctimas o caídos de Trelew”, manifestando que si bien no recordaba las palabras exactas atento el tiempo transcurrido, sí puede aseverar que en definitiva el Magistrado hizo referencia a víctimas de la guerrilla en algún enfrentamiento, explicando recordar tal USO OFICIAL circunstancia por la sorpresa que le causó lo extraño e inusual de la expresión vertida por un juez de la Nación al momento de prestar juramento. A su vez, del acta de juramento, labrada en legal forma, no surgen las fórmulas de juramento de los distintos magistrados que lo hicieron ese día 6 de marzo de 1996, por lo que no se contradice con el testimonio del testigo Ferrer. En este contexto, cabe consignar que la circunstancia de que los defensores enfoquen este planteo de parcialidad en la persona del Dr. Pérez Villalobo, no ha obedecido a la pura sensibilidad de los encausados o a la exclusiva necedad de sus letrados, ya que fue precisamente su propio desenvolvimiento en el debate, lo que suscitó en ellos el estado de alarma, que se les hizo evidente el conocimiento de su presencia en marzo de este año en un lugar sensible para que los imputados vean a su propio juzgador –ver fotografía en la que se observa al Magistrado en el museo de la memoria el día 24 de marzo pasado con ocasión de los actos conmemorativos de las víctimas del terrorismo de Estado-, lo que fue aceptado por el propio Vocal, circunstancia que vale aclarar no resulta objetable en ningún otro aspecto, pero sí cuando se trata de quien debe decidir gravísimas imputaciones en causas de esta naturaleza. Igualmente ello ocurre con el conocimiento que ahora hemos tomado, de que el juramento prestado por el magistrado implicaría una toma de posición 11 acerca de penosos acontecimientos verificados en nuestra historia reciente, que torna razonable la generación de una duda en los justiciables en relación a la imparcialidad exigible a un juez al momento de juzgar los hechos de esta causa. Cabe señalar Magistrado y las que las demás preguntas formuladas por el circunstancias señaladas, en su conjunto constituyen indicios de naturaleza objetiva, que han suscitado un estado de sospecha razonable en orden a su posible actuación futura, creando un estado de temor en los acusados de manera progresiva y no por consumación en un único instante. En testigos efecto, en un la posibilidad sentido de incriminador repreguntar para los a los imputados, efectuar reservas y solicitudes al Presidente en el sentido de que se deje constancia de determinadas circunstancias en el acta de debate, es una conducta reservada para las partes en el juicio, pero no es una facultad propia de los miembros del Tribunal de juicio. Ello así, por cuanto, la garantía de imparcialidad e independencia propia del juez impide para éste, intervenciones circunstancia de que de tal uno de naturaleza. los vocales Por ello, la integrantes del Tribunal desarrolle dichas conductas, tal como da cuenta la transcripción del acta de debate, queda el estado de duda razonable y justificado de que dicho juez pueda adoptar una posición de parte en el juicio, reñida con la imparcialidad requerida en el mismo dada su función de juzgador. V) Así las cosas, y si bien frente a preguntas impropias existe un sistema de control que permite evitarlas, lo relevante para el análisis de esta cuestión es la gravedad que configura su pertinacia en formularlas durante el debate. Al respecto, el sistema de contralor instaurado en el proceso frente a preguntas sugestivas o indicativas, alude a las partes del proceso como garantía de contralor mutuo a través del Presidente, pero que cuando esas preguntas indicativas provienen del propio magistrado que administra justicia, nos colocamos ante un dilema insoluble, que lleva a las defensas a sospechar algún interés en la resolución en un sentido determinado. 12 Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario 1810-2010 En este contexto, cabe referir que el estado de duda suscitado en los justiciables resulta suficiente para vulnerar la garantía de imparcialidad, inherente al modelo garantista o de estricta jurisdiccionalidad, consagrado en los tratados internacionales receptados en la Constitución Nacional y en las leyes procesales derivadas que nos rigen. Y ello, en la medida que este modelo sostiene la justificación específica del poder judicial y de sus pronunciamientos, no en el valor político del órgano o en la justicia intrínseca de sus decisiones, sino en la verdad producto de la racionalidad del proceso de conocimiento. De esta manera y diferencia de reglamentos, los restantes resoluciones actos del administrativas Estado o a –leyes, contratos- los que son legitimados sólo en la representación y el consenso de la mayoría, en la caso de la judicatura encuentra su mas USO OFICIAL alta legitimación en un solo sujeto, el imputado, único individuo de quien los jueces tiene que procurar, sino el consenso, sí al menos la confianza, gracias a idóneas garantías de recusación y sobretodo a una recta deontología profesional (Luigi Ferrajoli, “Derecho y Razón”) (El destacado me pertenece). Por ello, es dable insistir que si bien es cierto que ante la formulación capciosa o de sugestiva, una el pregunta presidente inadmisible del por tribunal ser puede rechazarla, lo cierto es que una vez producida la misma por parte de un juez, a la luz de las causales de recusación, esta ya existe como dato autónomo a valorar, independientemente de que la misma haya sido aceptada o no (arts. 118, 249, 375 ,389 2º párrafo y conc. del C.P.P.N.). No en vano el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha señalado concretamente: “que no basta que un juez actuó imparcialmente, sino que es preciso que exista apariencia de imparcialidad; en esta materia incluso las apariencias tienen importancia, ya que lo que está en juego es la confianza que los tribunales deben inspirar a los ciudadanos en una sociedad democrática”. (Ver TEDH caso: “Piersack”, sentencia del 1 de octubre de 1982; en igual sentido, caso “De Cubre”, sentencia del 26 de octubre de 1984). En este lineamiento, cabe consignar que el modelo procesal constitucional esta basado en una clara distinción 13 de roles que no admiten confusión, un órgano persigue y acusa y otro juzga y pena (arts. 53 y 59; arts. 114 y 115 de la C.N.), ello como resguardo de la imparcialidad (Ver en este sentido CSJN, “Quiroga, Edgardo Oscar s/causa Nª 4302 – 2312-2004). En este sentido, los tratados internacionales han incorporado de manera expresa el principio de imparcialidad, ratificando el modelo constitucional acusatorio que separa e independiza las funciones estatales antes citadas. Así, la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en su art. 8.1 establece concretamente que: “Toda persona tiene derecho a ser oída con las debidas garantías… por un juez o tribunal competente, independiente, imparcial… en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella…”. Por su parte, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en su art. 14 establece en consonancia con lo antes expuesto que: “…Toda persona tendrá derecho a ser oída públicamente y con las debidas garantías por un tribunal competente, independiente e imparcial… en la sustanciación de cualquier acusación de carácter penal formulada contra ella…”. La reforma constitucional del año 1994, con la incorporación de los tratados internacionales en su condición de vigencia -con la aclaración de que los mismo tienen jerarquía constitucional y no derogan artículo alguno de la primera parte complementarios de la Constitución de los derechos y y deben garantías entenderse para ella reconocidos-, no pueden ser dejados de tener en cuenta al analizar las causales de recusación del art. 55 del C.P.P.N., máxime en un caso como el presente donde, las pruebas valoradas son suficientes para suscitar en forma razonable en los acusados, dudas sobre el estado anímico del Magistrado en cuanto a que podrían afectar su imparcialidad en el juzgamiento de la presente causa. De tal modo, la preeminencia de los tratados sobre las leyes fue sostenida por la Corte en el caso “Ekmekdjian” (Fallos 315:1492) como pauta insoslayable de interpretación para los poderes del Estado a efectos de resguardar las obligaciones asumidas. A su vez, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha establecido en autos “Almonacid” que los jueces internos como parte del Estado, también están sometidos a ella, debiendo ejercer una especie de “control de 14 Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario 1810-2010 convencionalidad” entre las normas jurídicas internas que aplican en los casos concretos y la Convención. Lo contrario implicaría un incumplimiento del estado argentino frente a la comunidad internacional por afectación de la Constitución Nacional, Tratados y Convenciones allí incorporados (art. 75 inc. 22 C.N.). Por ello y por aplicación del principio “pro homine”, que impone la necesidad de privilegiar la interpretación legal que más derecho acuerde al ser humano frente al poder estatal, las posibles imperfecciones en la redacción del texto legal, deben ser superadas buscando la inteligencia que no admita la pérdida del derecho invocado y reglamentado, buscando una aplicación racional del mismo (Fallos: 306:940; 312:802 310 937; 312:1484 entre otros) y sobre todas las cosas que se encuentre en consonancia directa con la garantía USO OFICIAL constitucional invocada como sustento de ese derecho. En tal sentido la Corte Suprema de Justicia de la Nación, ha sostenido con toda claridad: “... Que la garantía de imparcialidad del juez es uno de los pilares en que se apoya nuestro sistema de manifestación directa del garantías defensa en de vinculación con las enjuiciamiento, principio juicio pautas de y ya que acusatorio debido y es una de las proceso, organización en judicial su del Estado...”, como así también “... Que en este contexto, la imparcialidad del juzgador puede ser definida como la ausencia de prejuicios o intereses de éste frente al caso que debe decidir, tanto en relación a las partes como a la materia...” (recurso de hecho “Llerena Horacio s/abuso de armas y lesiones, arts. 104 y 89 Código Penal –Causa N° 3221, puntos 9°) y 10°) L. 486, XXXVI). Pero además, no debe olvidarse que la exigencia de imparcialidad del juez no es solamente una garantía del acusado, sino que la misma integra el concepto de legalidad que debe preceder toda actuación del estado en la órbita judicial, como la única manera de “afianzar la justicia” como mandato constitucional. En definitiva, y sin desconocer la gravedad que importa separar a un juez de la Nación de la causa que está entendiendo, en el presente, la realidad impone adoptar tal decisión en resguardo de la administración de justicia, de la 15 efectiva vigencia de la Constitución de la Nación y de los Tratados y Convenciones internacionales a ella incorporados, todo ello en el convencimiento que la actuación del señor magistrado Pérez Villalobo ha sido seriamente puesta en duda en cuanto a su imparcialidad, puesto que resulta claro que si bien las causales de recusación deben admitirse en forma restrictiva, tal interpretación no puede tornar ilusorio el derecho de los procesados si resulta contraria a la garantía constitucional del debido proceso, lo que en significa poner en duda la rectitud modo alguno personal del juez recusado (arts. 18 de la Constitución Nacional, 8.1 de la Convención Interamericana Internacional de Derechos de Derechos Humanos, 14 del Pacto Civiles y Políticos y 55 del C.P.P.N.). Finalmente debo destacar que si bien debe entenderse que las causales de recusación están taxativamente previstas en el art. 55 del C.P.P.N., las causales invocadas en este caso han trascendido la literalidad de la ley ritual, para afincarse en el bloque de legalidad que hoy hace al sistema legal vigente en nuestro país, constituido por nuestra Ley Suprema y los Tratados y Convenciones Internacionales incorporados por ella, con jerarquía superior a las leyes (art. 75 inc. 22 de la Constitución Nacional). En tal sentido, no puede negarse que desde el punto de vista teleológico, el art. 55 del C.P.P.N. se explica en cuanto describe en todos y cada uno de sus incisos aspectos o situaciones que afectan la debida imparcialidad de un juez para el juzgamiento de una causa determinada y por lo tanto, no puede entenderse o ser interpretado como un tipo procesal cerrado, pues ello afectaría su propia esencia tendiente a asegurar la imparcialidad del juzgador. En orden a la nulidad planteada por las partes, más allá de que las mismas no fueron suficientemente fundadas desde que no se analizaron las normas ni se dieron los motivos de su interposición, lo que autoriza por sí mismo a su rechazo ya que equivale a plantear una nulidad por la nulidad misma, el suscripto entiende que los efectos de la recusación en orden a la sanción procesal mencionada, sólo alcanza los actos cumplidos con posterioridad al planteo de recusación o en su caso de producida la inhibición o aceptada 16 Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario 1810-2010 la recusación, supuestos que en autos no han existido, desde que el mismo día en que se planteara en el debate, no se desarrolló acto procesal alguno más que el trámite de este incidente; debiendo aplicarse en el presente lo reglamentado en los art. 359, 3° párrafo y 365 del C.P.P.N. en cuanto disponen plenas la actuación hasta la del Juez conclusión Sustituto del debate con y facultades los trámites posteriores. En cuanto al planteo de inconstitucionalidad formulado por la Dra. Natalia Bazán de los arts. 28 de la Constitución Nacional y 60 inc. 2° del C.P.P.N., teniendo en cuenta el resultado del presente pronunciamiento y conforme lo dispuesto por la Corte Suprema al señalar: “...la declaración de inconstitucionalidad no ha de efectuarse en términos generales o teóricos porque se trata de la función USO OFICIAL más delicada de los jueces” (Tomo 58: 1087, 59, 1077; 61:337, 465), configurando un acto de suma gravedad que debe ser considerado como la “última ratio” del orden jurídico (CSJN Fallos, 302:1149; 303:241, 1708; esta Corte, Tomo 77:627; 83:665; 95:649; 122:589), razón por la cual el planteo efectuado deviene en materia abstracta. Por lo expuesto, me pronuncio en el sentido que debe hacerse lugar al planteo de recusación efectuado por el Dr. Osvaldo Viola y al que adhirieron la totalidad de los señores defensores, en relación al Dr. José María Pérez Villalobo para seguir entendiendo en la presente causa. Así voto. El señor Juez de Cámara Subrogante, Dr. Carlos Julio Lascano, dijo: I. septiembre Alsina Al reiniciarse el del corriente año, el acusado Gustavo voluntad de recusar al manifiesta su debate el día primero de Adolfo señor Juez Subrogante Dr. José María Pérez Villalobo, por entender que el mismo no le garantiza imparcialidad. Expresa que el 25 de agosto pasado declaró la Señora Galagarra; ya casi al final fue interrogada por Pérez Villalobo, y le preguntó quién era el gobernador en 1974; la testigo respondió que fue el Dr. Obregón Cano y entonces el Dr. Pérez Villalobo dijo “acaba de ser homenajeado en el Congreso y acá está su hijo”. Obregón Cano se levantó y abrazó a la testigo. Afirma el acusado Alsina que con tales expresiones, el juez Pérez Villalobo 17 “puso un indicio de sospecha de su imparcialidad”. Acto seguido Alsina acompaña prueba documental en siete fojas, pidiendo sea agregada a la causa, haciendo referencia a una fotografía “donde vemos que el Juez que me está Juzgando, el 24 de marzo de 2010, está en las inmediaciones del D2”. A continuación agrega: “Me pregunto cómo puede integrar el Tribunal, habiendo manifestado en sus expresiones sociales y ciudadanas su parcialidad sobre los hechos del caso, como de igual manera lo hará al resolver en definitiva. Veo transgredida la imparcialidad del juez que me está juzgando. Mi defensa principio en de juicio la la veo restringida, inviolabilidad de alterada, la y defensa el está comprometido. El proceso está vulnerado”. Finalmente –como consecuencia de lo antes manifestado- el acusado Alsina solicita se declare la nulidad del acto del 25 de agosto de 2010 en cuanto a la declaración de la testigo Galarraga, invocando los arts. 166, 167, incisos 1, 2 y 3, 168, 169 y 170 del CPPN. Formula reserva para impugnar todos y cada uno de los actos procesales en los que ha participado el Sr. Dr. Pérez Villalobo, solicitando sea apartado en forma inmediata del tribunal. Recuerda lo que indica la CADH, art. 8 inc. 1 sobre el derecho a ser oído por un juez imparcial. II. Al realizar la fundamentación técnica del planteo realizado por el acusado Alsina, su defensor Dr. Osvaldo Viola, expresa que recusa al Señor Vocal Subrogante, Dr. José María Pérez Villalobo, porque los motivos expuestos por su defendido afectan su imparcialidad para juzgar en esta causa. Sostiene que la documentación ofrecida por Alsina –que llegó s su conocimiento “esta semana”- debe ser valorada como “evacuación de citas”. Solicita se ponga a disposición el acta de juramento mediante la cual el Dr. Pérez Villalobo se incorporó en carácter de vocal “de este Tribunal” –aunque luego aclaró que se refiere al juramento en el Tribunal Oral 2- y deja ofrecidos testigos que oportunamente mencionará. Plantea la nulidad de los actos del debate a partir de la declaración de la testigo Galarraga, “donde se manifestó la subjetividad del Dr. Pérez Villalobo en relación a los acusados”. Deja formulada la reserva de casación y peticiona 18 Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario 1810-2010 se suspenda el debate hasta la resolución de la recusación articulada. III. Conferida vista al Señor Fiscal General Maximiliano Hairabedián, opina que al planteo de Alsina y su defensor técnico escuchar el se le informe debería del dar vocal el trámite recusado, y de en ley, caso de oposición de éste, disponerse la apertura a prueba. IV. Una representantes vez de oída los la opinión querellantes y de de los los letrados defensores técnicos de los restantes acusados, el Señor Presidente le expresó al Señor Juez Subrogante, Dr. José María Pérez Villalobo, que debía realizar el informe previsto por el art. 61 C.P.P.N., pudiendo optar por hacerlo en ese momento o solicitar para ello un tiempo prudencial. Acto seguido, el Señor Vocal recusado rechaza los motivos de la recusación. En USO OFICIAL primer término, niega lo afirmado por Alsina en el sentido que el Dr. Pérez Villalobo haya referenciado que el Dr. Obregón Cano haya sido condecorado en Buenos Aires, y que sólo cuando terminó de declarar la testigo Galarraga -como ella había mencionado al Dr. Obregón Cano- simplemente le hizo saber que estaba presente en la sala el hijo del Dr. Obregón Cano. En segundo lugar, sostiene que la “sospecha de parcialidad” no está prevista entre las causales de recusación del C.P.P.N. Luego expresa que la documentación acompañada por el recusante es una fotocopia sin valor en sí misma, de la cual el señor Alsina habría “apropiado ilegalmente”. Que la supuesta fotografía ha sido tomada en el Cabildo, se trata de un lugar público, un museo, y no se puede impugnar a nadie por visitarlo, pero agrega que no sabe si ocurrió el día 24 de marzo de 2010. Que el 24 de marzo es un día feriado para los argentinos, como lo son el 25 de mayo o el 9 de julio. Afirma que el 7 de marzo de 1996 juró como juez del Tribunal Oral y lo hizo “por la Patria y el honor”; concluye diciendo: “no me siento un juez que actúe parcialmente”. V. En la continuidad del trámite del incidente recusatorio, el día 2 de septiembre de 2010, se recepta la prueba ofrecida por el recusante (copia auténtica del acta de juramento del Dr. José María Pérez Villalobo como juez del Tribunal Oral Federal en lo Criminal número 2 de esta ciudad; 19 declaración testimonial del abogado Santiago Alfonso Cirilo Ferrer) al igual que la ampliación de la prueba documental, consistente en una copia del escrito de recusación presentado por los letrados Elena Rita Genise y Gerardo Ibáñez, defensores de Luis Alberto López, en la causa número 1 Bis-P2010, caratulada “PINO VÍCTOR – LÓPEZ LUIS ALBERTO – MONES RUIZ ENRIQUE PEDRO p.ss.aa. homicidio calificado”, que tramita ante este mismo Tribunal, que contiene fotocopias de unas fotografías que son identificadas como “Foto 2: Jóvenes en motocicleta el 15 de marzo de 1971, en la ocasión en que se produjo el denominado Viborazo o Segundo Cordobazo, que enarbolan la bandera del Ejército Revolucionario del Pueblo, con fuente en el Diario La Nación, publicada también en “Los llaman Jóvenes Idealistas” (de Victoria Villarroel, CELTYV, año 2009, p. 156; “Foto 3: recorte de la fotografía nro. 2, joven que sería el Dr. José María Pérez Villalobo, quien integra el Tribunal Oral Nro. 2 y subroga en el Tribunal Oral Nro. 1”; se agrega: “Una fuente oficiosa, residente en la ciudad de Córdoba”, ha reconocido la mencionada fotografía; “Foto 4: en la que se observa a José María Pérez Villalobo acompañado de una hija y una hermana, el día 24 de marzo de 2010, en ocasión de una Marcha por la Memoria en la Ciudad de Córdoba. La fuente proviene www.horaciopalma.blogspot.com julio de “Facebook”, 2010)…”. sobre Se de la página (publicación acompañan manifestaciones web del además denominada día 26 de fotocopias de “publicadas y de acceso público” por Emi Pérez Villalobo, sobre cuya autenticidad no se pudo expedir la Oficina especializada dependiente de la Cámara Federal de Apelaciones de esta ciudad, en el informe que le fuera requerido por el Tribunal obrante a fs. pedido de los defensores se incorpora expedida por Secretaría (fs. ) insertadas en declaraciones Isaac Rudnik, el de acta los del Rosario certificación en relación a debate testigos una en Graciela Rodríguez, Fermín el . A constancias marco Silvia de las Galarraga, Rivera, Humberto Vera, Roberto Avalle y Guillermo Birt. VI. A continuación, en la audiencia prevista por el art. 61 C.P.P.N., se reciben los informes realizados por las partes. En primer lugar, lo hace el Dr. José María Pérez Villalobo, 20 a tenor del memorial escrito que acompaña, Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario 1810-2010 solicitando su incorporación, en base al cual peticiona el rechazo de la recusación por los motivos allí expuestos, a los que me remito por razones de brevedad. Seguidamente informaron el defensor técnico del recusante, Dr. Osvaldo Viola; los representantes del Ministerio Público Dres. Maximiliano Hairabedián y Carlos Gonella, los representantes de los querellantes, Dres. María Elba Martínez, Lilian Silvana Luque, Claudio Orosz. Juan Martín Fresneda y Juan Miguel Ceballos; y los abogados defensores, Dra. Marcela Rojas, Natalia Bazán, Carlos Casas Nóblega (h), Pedro Orlando Leguiza, Alejandro Cuestas Garzón, Julio Deheza, Guillermo Dragotto y Marcelo Arrieta; destaco que los defensores técnicos, con distintos argumentos, adhieren a la recusación planteada. El Defensor Oficial Marcelo Arrieta expresa que por prudencia había decidido no opinar en este “doloroso” USO OFICIAL incidente que se ha planteado, pues en oportunidad de la declaración de la testigo Galarraga estaba fuera de la jurisdicción; que el testigo Dr. Ferrer dijo que quien lo había invitado al acto de juramento “era el Dr. Arrieta, no me acuerdo cuál fue la fórmula” por la que juró el Dr. Pérez Villalobo, “sí recuerdo la mía porque uso la misma en todos los cargos de la justicia”. Agrega el Señor Representante de la Defensa Pública: “Lo importante no es la fórmula por la que se jure sino cumplir con el juramento; hace quince años hemos jurado, y todos saben que el Dr. Arrieta defiende, le guste a quien le guste; si no lo he recusado al Dr. Pérez Villalobo, es porque nunca encontré la causal; estoy convencido que va a respetar la fórmula, no lo he recusado por ningún motivo y compartimos la diaria tarea, él de impartir justicia y la mía la de defender”. VII. Habiendo quedado el incidente de recusación en estado de cuestión ser resuelto, planteada, cabe relacionada entrar al análisis fundamentalmente de la con la garantía de imparcialidad del Tribunal, consagrada como uno de los pilares del debido proceso, la cual se “expresa en la actitud de acusatoria mantener y de la la misma distancia de la hipótesis defensiva durante hipótesis todo el proceso y hasta el acto mismo de la sentencia” (José Ignacio Cafferata Nores y Aída Tarditti, “Código Procesal Penal de la 21 Provincia de Córdoba – Comentado”, tomo 1, Editorial Mediterránea, Córdoba, 2003, p. 22). 1. La Corte Suprema de Justicia de la Nación, en autos “Llerena, Horacio L.” (fallo del 17/5/2005, publicado en La Ley 2005-C-559), en el considerando décimo de los votos de los ministros Eugenio Raúl Zaffaroni y Elena Highton de Nolasco, ha expresado que “la imparcialidad del juzgador puede ser definida como la ausencia de prejuicios o intereses de éste frente al caso que debe decidir, tanto en relación a las partes como a la materia. Así por ejemplo lo expresa Ferrajoli: “es indispensable para que se garantice la ajenidad del juez a los dos intereses contrapuestos… Esta imparcialidad del juez respecto de los fines perseguidos por las partes debe ser tanto personal como institucional” (Ferrajoli, Luigi, Derecho y razón, trad. Ibáñez, Perfecto Andrés, Trotta, Madrid, 1995, p. 581)”. Más adelante se expresa en dicho voto que la imparcialidad del juzgador puede analizarse desde dos puntos de vista distintos, uno objetivo y otro subjetivo. “El primer enfoque ampara al justiciable cuando éste pueda temer la parcialidad del juez por hechos objetivos del procedimiento, sin cuestionar la personalidad, la honorabilidad ni la labor particular segundo del magistrado involucra que se directamente trate; mientras actitudes o que el intereses particulares del juzgador con el resultado del pleito”. En el considerando 12 del voto de los mencionados magistrados de nuestro Máximo Tribunal se alude al “temor de parcialidad que el imputado pueda padecer”, y que “la garantía del juez imparcial, en sintonía con los principios de juez natural e independencia judicial, debe ser interpretada como una garantía del justiciable que le asegure plena igualdad frente al acusador y le permita expresarse libremente y con justicia frente a cualquier acusación que se formule contra aquél” (Fallos: 326:3842, disidencia de los jueces Maqueda y Vázquez). En el considerando 13 los Corte Suprema expresan que “la mismos ministros de la opinión dominante en esta materia establece que la imparcialidad objetiva se vincula con el hecho de que el juzgador muestre garantías suficientes tendientes 22 a evitar cualquier duda razonable que pueda Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario 1810-2010 conducir a presumir su parcialidad frente al caso. Si de alguna manera puede presumirse por razones legítimas que el juez genere dudas acerca de su imparcialidad frente al tema a decidir, debe ser apartado de su tratamiento, para preservar la confianza de los ciudadanos –y sobre todo del imputado- en la administración de justicia, que constituye un pilar del sistema democrático”. A continuación agregan: “Con claridad meridiana lo explica Roxin cuando asevera que “En el conjunto de estos preceptos está la idea de que un juez, cuya objetividad en un proceso determinado está puesta en duda, no debe resolver en ese proceso, mantener tanto la en interés confianza en de la las partes como imparcialidad para de la administración de justicia” (Roxin, Claus, Derecho Procesal Penal, trad. Córdoba, Gabriela y Pastor, Daniel, Editores del USO OFICIAL Puerto, Bs.As., 2000, p. 41)”. 2. Este Tribunal, en sentencia dictada el 10 de abril de 2008, en autos “Menéndez, Luciano Benjamín y otros p.ss.aa. privación ilegítima de la libertad, imposición de tormentos agravados y homicidio agravado” (Expte. Nº 40, conocido como causa “Brandalisis”), con el voto de los jueces Jaime Díaz Gavier y José Vicente Muscará, al resolver la recusación articulada en contra del entonces vocal de ese Tribunal, Dr. Carlos Otero Álvarez, ha rescatado correctamente el principio de juez natural, que “en resguardo de la garantía del debido proceso, se encuentra asegurada a través de distintas normas, cuyo orden de prelación es desde la propia Constitución Nacional a las normas adjetivas, es decir, normas legales que instituyen y organizan la magistratura, y que en definitiva determinan en qué casos deberán intervenir a los fines de ejercer su poder jurisdiccional, atento su competencia. En este contexto, el ordenamiento legal vigente en nuestro país ha instituido un sistema que imposibilita la manipulación de los Tribunales competentes por parte, no sólo de las autoridades públicas, sino también de los sujetos intervinientes en el marco de un proceso en particular”. El ilustrado voto de los Dres. Díaz Gavier y Muscará afirma que la jurisprudencia tanto de la Excma. Cámara Nacional de Casación Penal como de la Excma. Corte Suprema de 23 Justicia de la Nación, coincide en que los supuestos de recusación deben ser interpretados restrictivamente, dado que una postura contraria equivaldría a dar a las partes un instrumento eficaz para separar al Juez interviniente cuando sus decisiones evitándose no le sean justamente así o puedan que el no ser favorables, cuestionamiento se transforme en un medio espúreo para apartar a los jueces del conocimiento de las causas que por norma legal les corresponde. Así y coincidentemente se ha dejado sentado que las recusaciones, interpretación aun con causa, restrictiva extraordinarios y “...pues desplazamiento de la son necesariamente reservadas su legal y sólo aplicación normal para casos provoca competencia de el de los magistrados, con afectación del principio constitucional del juez natural.” (C.S.J.N.: “Industrias Mecánicas del Estado c. Borgward Argentina S.A. y otros”- 30/04/1996; C.N.C.P. –Sala III: “Roselló Eliseo A. s/recusación”; Causa N° 2307, 30/8/99). En consecuencia, ambos magistrados titulares de este Tribunal Oral sostienen que “la recusación de un juez es un acto grave “fundamentación que por seria y su trascendencia precisa”, de requiere modo que si una la interposición del escrito que la plantea, está desprovista de todo fundamento y prueba, la misma debe ser rechazada. Por ello, la ley procesal en su art. 59, al reglamentar la actividad recusatoria en el marco del proceso penal, requiere bajo pena de inadmisibilidad que la misma sea articulada por un escrito que indique “los motivos en que se basa y los elementos de prueba, si los hubiere”. Los Dres. Díaz Gavier y Muscará también expresan que “los recusantes no han incorporado ni argumentado ningún elemento objetivo que permita poner en duda la actuación del Juez recusado. Conforme Clariá Olmedo, “Tratado de Derecho Procesal Penal”, T. II, pág. 242 – Ediar S.A. Editores – Ed. 1962”: indiscutiblemente, el apartamiento del juez sólo ha de producirse cuando exista fundada sospecha de parcialidad; lo que como ya se señaló no se advierte en autos. Concluyen diciendo en el considerando V: “….los suscriptos somos del criterio que las causales de recusación a más de ser taxativas deben ser siempre interpretadas restrictivamente, 24 Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario 1810-2010 es decir que las mismas nacen de la ley y no de la voluntad de las partes. Su invocación requiere necesariamente de argumentaciones sólidas y serias que permitan dudar de la imparcialidad del Juzgador que tienda a comprometer la administración de justicia; circunstancia ésta que desde ya y como se ha venido señalando no ha ocurrido.” 3. Similares consideraciones realizó este Tribunal Oral cuando con los votos del Señor Juez titular, Dr. Jaime Díaz Gavier y de un juez subrogante, el 11 de marzo de 2009 rechazó la recusación en contra del Dr. Carlos Otero Álvarez, en los autos “Menéndez, Luciano Benjamín y otros p.ss.aa. privación ilegítima de libertad, imposición de tormentos agravados y homicidio agravado” (Expte. Nº 281/08). 4. Igualmente, este Tribunal Oral –con el voto del Señor Juez Subrogante, Dr. José Camilo Quiroga Uriburu y del USO OFICIAL suscripto como Juez Subrogante- en el mes de marzo del corriente año, con argumentos similares a los anteriores, rechazó por extemporánea la recusación articulada por el Defensor Oficial en representación de Miguel Ángel Gómez, en contra del Dr. Jaime Díaz Gavier, por haber sido formulada fuera del plazo previsto por la ley bajo sanción de caducidad (art. 354 C.P.P.N.). El mismo planteo de recusación fue reeditado por Miguel Ángel Gómez contra el Dr. Jaime Díaz Gavier, quien había sido designado Juez subrogante en los autos “Menéndez, Luciano Benjamín; Rodríguez, Hermes Oscar; San Julián, José Eugenio; Jabour, Yamil; Gómez, Miguel Ángel; Yanicelli, Carlos Alfredo; Antón, Mirta Graciela; Rocha, Fernando Martín; Salgado, Gustavo Rodolfo; Merlo, Luis David; Lucero, Alberto Luis; Flores, Calixto Luis, p.ss.aa. privación ilegítima de la libertad agravada, imposición de tormentos agravados” (Expte. M-13-09, conocida como la causa “Gontero”), por entonces radicados ante el Tribunal Oral Federal en lo Criminal Nº 2 de esta ciudad, el cual, con el voto del Dr. José María Pérez Villalobo y del suscripto, por resolución del 27 de abril de 2010, rechazó el pedido de exclusión del Dr. Jaime Díaz Gavier, por razones análogas a las consignadas en la causa referenciada previamente. VIII. 1. El Código Procesal Penal de la Nación, para hacer efectiva la garantía de imparcialidad del Juzgador, ha regulado los institutos de la inhibición y la recusación, 25 detallando párrafo- ha oportunidad las causales. establecido para inadmisibilidad, En la el regla interponer en la art. la etapa 60 –en general en recusación, del su primer cuanto a la pena de “durante el bajo plenario: término de citación”, que no es otro que el fijado en el art. 354 C.P.P.N.: procedentes el de plazo de Juzgados diez ubicados días en para la las misma causas sede del Tribunal o de quince días, si se trata de sedes distintas. Ninguna de las partes interpuso recusación contra el Dr. José María Pérez Villalobo, en el término de diez días desde la fecha del respectivo decreto de citación a juicio, tanto en la presente causa, cuanto en la que se acumuló, la conocida como “Gontero”, proveniente del Tribunal Oral Federal en lo Criminal nº 2 de esta ciudad. 2. El segundo párrafo del art. 60 C.P.P.N., establece dos únicas procesal excepciones para a interponer la regla recusación. sobre Una la de oportunidad ellas es la hipótesis de “ulterior integración del tribunal”, donde el plazo de caducidad para recusar es de 48 horas, contadas desde la notificación de aquella integración. En el presente caso, luego que la Cámara Nacional de Casación Penal dispuso la acumulación de los autos “Gontero” a la presente causa, ante este Tribunal Oral, la mencionada Cámara de Casación designó al Dr. José María Pérez Villalobo, como Juez Subrogante de este Tribunal, en reemplazo del Dr. José Camilo Quiroga Uriburu, quien había sido designado para cubrir la vacante del Dr. Carlos Otero Álvarez; una vez notificada esa integración del Tribunal con el Dr. Pérez Villalobo, venció el plazo de caducidad, sin que las partes hubieran articulado recusación en su contra. 3. La segunda excepción contemplada en el segundo párrafo del art. 60 C.P.P.N., con respecto a la oportunidad procesal para plantear recusación, está constituida por el “caso de causal sobreviniente”, debiendo entenderse por tal la ocurrencia de algún hecho encuadrable en los distintos incisos del art. 55 del régimen nacional de enjuiciamiento penal, que tenga lugar con posterioridad al vencimiento de los plazos de caducidad de diez días (art. 354) y cuarenta y ocho horas desde la notificación de la ulterior integración 26 Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario 1810-2010 del tribunal (primera excepción regulada en el mismo art. 60, segundo párrafo C.P.P.N.). Así las cosas, en esta segunda excepción el plazo de caducidad para interponer la recusación es también de cuarenta y ocho horas “de producida”. En este punto el Código Procesal Penal de la Nación difiere de otros ordenamientos procesales provinciales, como el de Córdoba, cuyo art. 67, segundo párrafo, dispone que “la recusación que se fundamente en una causal producida o conocida después de los plazos susodichos, podrá deducirse dentro de las 24 horas a contar de la producción o del conocimiento”. Sin embargo, la recta interpretación del plazo de caducidad establecido por el Código Nacional sostiene que debe computarse desde el conocimiento del hecho que da lugar a la causal USO OFICIAL correponde invocada, a posibilidad quien de producción. invoca conocer Por reglamentación extremo del que el tal cuya no derecho en el las o no una partes a le tuvo la de su momento resulta de probatoria conoció suceso motivo, carga razonable recusar al Juzgador, sin menoscabo de la garantía de imparcialidad del tribunal que deriva internacionales del art. consagrados con 18 C.N. jerarquía y de los pactos constitucional a partir del art. 75 inc. 22 C.N., reformado en 1994. Una mayor extensión del plazo de caducidad, podría conspirar contra los principios de celeridad, inmediación, concentración y duración razonable del proceso emergentes de la garantía del debido proceso (art. 18 C.N.), pues en nuestro caso concreto, nos encontramos en plena realización de la audiencia de debate, en un juicio complejo por la cantidad de imputados, víctimas y querellantes, donde a lo largo de dos meses de intensa labor se han receptado más de cuarenta testimonios, restando aún escuchar a un número aún mayor de testigos y la incorporación de otros elementos probatorios, para poder arribar a la etapa de la discusión final y el dictado de la sentencia. Por tal motivo, estimo que el referido plazo no se encuentra en pugna con ninguna disposición constitucional ni de los tratados internacionales que integran el bloque constitucional. Por consiguiente, siendo la declaración de inconstitucionalidad concreto, la ultima de una ratio, determinada según lo norma entiende en un caso inveterada 27 jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la pretendida exigüidad del plazo de caducidad de 48 horas señalado por el art. 60 C.P.P.N., en la excepcional hipótesis de una “causal sobreviniente”, se ve neutralizada con la interpretación amplia en el sentido que el mencionado término debe comenzar a correr desde la medianoche del día en que la parte recusante conoció la existencia del hecho constitutivo de aquella causal, conocimiento que aquélla tiene el deber de demostrar, en cuanto a sus circunstancias de personas, tiempo, modo y lugar. En consecuencia, debe ser rechazado el planteo de inconstitucionalidad que al respecto ha formulado la Defensora Oficial Ad-hoc, Dra. Natalia Bazán, con adhesión de los Dres. Julio Deheza y Guillermo Dragotto, fundado en que tal plazo desnaturalizaría la garantía del juez imparcial consagrada por las convenciones internacionales de Derecho Humanos con rango constitucional. Similares consideraciones cabe efectuar con relación al planteo de inconstitucionalidad del art. 61 C.P.P.N., efectuado por el Señor Defensor Oficial Dr. Marcelo disposición Arrieta, legal en cuanto establece la que última el parte tribunal de dicha competente resolverá el incidente de recusación dentro de las cuarenta y ocho horas, sin recurso alguno. IX. expuesto Ingresando por el al análisis acusado Gustavo del hecho Adolfo concreto Alsina, como constitutivo de una “causal sobreviniente” de recusación del Juez Dr. José María Pérez Villalobo, que habría dado fundamento razonable al “temor de parcialidad” del mencionado imputado, cabe advertir que, casi al final de la declaración testimonial rendida por Graciela Silvia Galarraga, la deponente fue interrogada por el nombrado magistrado, quien inquirió el nombre del gobernador de la Provincia en 1974; la testigo respondió que fue el Dr. Obregón Cano y entonces el Dr. Pérez Villalobo dijo: “acaba de ser homenajeado en el Congreso y acá está su hijo”. Obregón Cano se levantó y abrazó a la testigo. Afirma el acusado Alsina que con tales expresiones, el juez Pérez Villalobo “puso un indicio de sospecha de su imparcialidad”. 1. Debo aclarar que no se corresponde exactamente con la realidad de lo sucedido la afirmación de Alsina en el sentido que el Dr. José María Pérez Villalobo le manifestó a 28 Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario la 1810-2010 testigo que el ex gobernador Obregón Cano había sido homenajeado recientemente en el Parlamento Nacional, pues en verdad, según puede leerse en el certificado expedido por Secretaría, fue la propia testigo quien tras mencionar el nombre y apellido de dicho gobernador, agregó “el viernes le hicieron un homenaje”. 2. Resulta decisivo tener en cuenta la fecha en que tuvo lugar la aludida declaración testimonial de la señora Galarraga: el día miércoles 25 de agosto de 2010, en horas de la tarde. imputado El tribunal Alsina principio de y y su todas las defensor “inmediatez” partes técnico) tomaron (incluidos en virtud directo y el del absoluto conocimiento de dicho acto procesal, sin formular ninguna objeción al interrogatorio formulado a la testigo por el vocal Pérez Villalobo, quien actuó en ejercicio de facultades USO OFICIAL acordadas por los arts. 375 y 389 C.P.P.N. Por consiguiente, a partir de la medianoche del día 25 de agosto de 2010 comenzó a correr el plazo de caducidad de 48 hs. para interponer recusación contra el mencionado magistrado, invocando la producción y conocimiento de tal “causal sobreviniente”. Entonces, el aludido plazo del art. 60 de la ley ritual expiró indefectiblemente el lunes 30 de agosto de 2010 a la segunda hora de oficina. Por ello, resulta indudable que la recusación deducida por el acusado Alsina una vez que se reanudó el debate el día primero de septiembre de 2010, minutos después de las 10 hs., deviene extemporánea y se ha producido la caducidad del derecho tardíamente ejercido. 3. En nada obsta a lo expresado precedentemente la pretensión del acusado Alsina y su defensor –para dotar de apariencia de razonabilidad a la sospecha de parcialidad que endilgaron a las preguntas efectuadas a la testigo Galarraga por el magistrado cuestionado- de invocar otros sucesos que habrían ocurrido con anterioridad a la audiencia del debate en esta causa, circunstancias los temporales cuales que –precisamente analizaré más por adelante- las no pueden tampoco ser considerados como “causal sobreviniente” a los fines de la interposición de la recusación contra el Dr. Pérez Villalobo, y, en consecuencia, también ha operado a su 29 respecto la caducidad del derecho a recusar al juez mencionado. 4. A mayor abundamiento, aunque a mero título de hipótesis se admitiera que no habría vencido el plazo de caducidad de la recusación basada en que la forma de interrogar a la testigo podría generar en el acusado una “sospecha afirmo de que parcialidad” ésta razonabilidad no del reúne magistrado las Pérez exigencias de Villalobo, seriedad y que ameriten considerar que el mencionado juez se hubiera formado un prejuicio sobre la culpabilidad de Alsina o sobre otras circunstancias relevantes para la decisión de las acusaciones que se le dirigen. Por ello, la pretensión de apartarlo del conocimiento de esta causa, también desde el punto de vista sustancial luce claramente improcedente. En efecto: Julio B. J. Maier, “Derecho Procesal Penal. II. Parte general. Sujetos procesales”, Editores del Puerto, primera edición, Buenos Aires, 2004, p. 559, enseña que “el temor de parcialidad es un motivo genérico de exclusión de un juez, siempre que quien lo esgrima, alguien interesado en el procedimiento y su solución, demuestre la situación especial en que se halla el juez y su relación con la sospecha de parcialidad”. El mencionado catedrático, en la página 561 expresa que quien invoca dicha causal de exclusión del juez debe: “a) verificar mediante prueba fehaciente la situación de la que parte y que detalla; b) demostrar, al menos argumentalmente, que el caso es analógico en seriedad e importancia a alguno de los reglados; y c) verificar el vínculo actual de la situación particular con el temor de parcialidad”. Según el autor, éste debe determinar intereses, prejuicios o conocimientos especiales con relación a la causa. En tal sentido, la Cámara Nacional de Casación Penal, Sala IV (Dres. Diez Ojeda, Hornos y González Palazzo), en sentencia del 3 de junio de 2009, en autos “Duret, Alejandro Guillermo s/recurso de casación”, ha rechazado la recusación de un magistrado por no haberse expedido sobre la existencia de los hechos ni de la autoría y responsabilidad de los imputados. Por el contrario, sostiene que sus comentarios, en todo caso, pueden catalogarse como apreciaciones generales 30 Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario 1810-2010 respecto a los hechos que dieron génesis a los denominados procesos de derechos humanos. En el presente caso luego que la testigo Galarraga se hubiera referido a sus actividades de promoción social y de militancia política en la Juventud Peronista, en los años 70, mencionando al ex vice-gobernador Atilio López, pudo haber llevado al juez Pérez Villalobo a interrogar a la declarante sobre el nombre y apellido del gobernador de Córdoba en la época que aquélla fue detenida. El comentario posterior del magistrado recusado sobre Horacio Obregón Cano, la presencia en el debate de hijo del ex gobernador depuesto por una sedición policial, carece por sí sola de relevancia para demostrar la existencia contrario al interés sentido, la USO OFICIAL considerado sala que I algún procesal de no de la prejuicio de los C.N.C.P. constituye del juzgador acusados. (JPBA, adelanto de En tal 116-93-326) opinión ha “haber hecho referencia a la victimización, pues ello no implica que el imputado sea autor del delito”. 5. Tampoco tienen aquella relevancia las preguntas efectuadas por el juez recusado a los testigos Isaac Rudnick, Rosario Rodríguez, Fermín Rivera, Humberto Avalle y Guillermo Birt, como igualmente algunas de las constancias en acta solicitadas por letrados; igual conclusión constancia solicitada en Roberto aquél y por algunos corresponde relación Vera, a respecto una de expresión la de la imputada Mirta Graciela Antón, en el marco de la ampliación de su declaración indagatoria. Destaco que cada uno de esos eventos ocurrió con anterioridad a la declaración de la testigo Galarraga, motivo por el cual ya habían vencido los respectivos plazos y se había operado la preclusión del derecho de recusar al juez Pérez Villalobo en base a tales intervenciones en el debate, actividad que –es preciso señalar- se desarrolló dentro de las atribuciones que les confieren a los integrantes del tribunal los arts. 118, 375 y 389 del C.P.P.N., siempre bajo la dirección del Presidente. Ello es así por cuanto, según Guillermo Rafael Navarro y Roberto Raúl Daray, “Código Procesal Penal de la Nación. Análisis doctrinal y Hammurabi, Buenos Aires, 2008, tercer párrafo, del Código de jurisprudencial”, tomo 2, p. 1113, el artículo 118, rito, establece que “las 31 preguntas que se formulen no serán capciosas ni sugestivas”; a su vez, en la página 1133 los mencionados autores enseñan que es deber del Presidente del tribunal rechazar toda pregunta inadmisible, aclarando que si ella es impertinente o ha sido concretada de modo capcioso o sugestivo, deberá ser reformulada. No consta que el defensor técnico del acusado Alsina se hubiera opuesto a ninguna de las preguntas formuladas por el Dr. Pérez Villalobo, como así tampoco que éstas hubieran sido motivo de observación por parte del Señor Presidente, como director del proceso. En magistrado consecuencia, cuya exclusión las se citadas busca, expresiones no del representan un “adelanto de opinión” en relación a cuestiones que son o puedan llegar a ser objeto del debate que se viene llevando a cabo en este proceso. X. Igualmente ha operado el plazo de caducidad del derecho de recusar fotografía al vocal en cuestión en base a la en la que se observa al Dr. José María Pérez Villalobo acompañado de miembros de su familia, en un museo público del Estado Provincial ubicado en el Cabildo histórico de nuestra ciudad. Al respecto, es significativo que de ninguna manera el incidentista Alsina ha logrado demostrar – como le correspondía- las circunstancias de personas, tiempo, modo y lugar en que dicha documentación habría llegado a sus manos. Tampoco han sido acreditados tales extremos en relación a la copia de la recusación deducida el 31 de agosto de 2010 por los Dres. Genise e Ibañez contra el Dr. Pérez Villalobos en la causa “López”, que fue incorporada por el Dr. Osvaldo Viola al incidente de recusación contra el mismo magistrado en el presente proceso, al día siguiente de su promoción. Por tal motivo, tal presentación extemporánea en modo alguno puede ser considerada como una nueva recusación del Villalobo, acusado porque aquel letrados Alsina contra escrito defensores del del el magistrado 31/8/10 entonces fue Pérez suscripto Subteniente Luis por los Alberto López, quien no está acusado en el presente juicio sino en otro distinto, en el cual no se encuentra imputado el señor Alsina. Es importante destacar que -según la referida documentación presentada por el letrado del acusado Alsina32 Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario 1810-2010 fuente proviene su de la www.horaciopalma.blogspot.com página web (publicación denominada del día 26 de julio de 2010)…”. Esta fecha y la alegada circunstancia que se habría extraído de un sitio de Internet de acceso público, me conducen a la duda razonable que el acusado Alsina o su defensa técnica recién hubieran tomado conocimiento de dicho material el día 1º de septiembre de 2010, como sostuvo su letrado, a quien correspondía demostrar claramente que tal información les llegó en ese momento, como asimismo las demás circunstancias de personas, modo y lugar. Destaco -para reforzar la conclusión sobre la extemporaneidad de la invocación de esta documentación por el defensor de Alsina- que ella habría tenido su origen con anterioridad al 4 de agosto de este año, toda vez que el Señor Horacio Palma –presunto titular del mencionado “blog”- USO OFICIAL en la nota de “Gualeguay al día”, haría mención a aquella fecha al relacionarla con la reapertura de “la investigación en Rosario sobre el secuestro, tortura y asesinato del Coronel Argentino del Valle Larrabure…”. En el párrafo final, el nombrado Palma habría sostenido que publicó la foto de la familia Pérez Villalobo en el frente del Museo de la Memoria y que “un abogado la presentó en juicio”, sin precisar la identidad de este letrado, la carátula y radicación de ese proceso y la fecha de presentación, todo lo cual me produce una razonable impide duda otorgarle indicio de la sobre la eficacia supuesta seriedad de convictiva, parcialidad esta ni del prueba que siquiera como magistrado cuya exclusión se pretende. X. La asunción del Dr. José María Pérez Villalobo como integrante del Tribunal Oral Federal nº 2 tuvo lugar hace más de que se catorce años, en una ceremonia formal y solemne encuentra plasmada en un instrumento público con validez probatoria erga omnes, por no haber sido redargüido de falso, cuya fotocopia auténtica ha expedido el Señor Secretario de la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba (fs. ); en dicha acta se deja constancia del juramento prestado por aquel magistrado y por los Dres. Octavio Cortés Olmedo y José María Tribuzzio, de desempeñar correctamente sus funciones judiciales con arreglo a la Constitución Nacional y la legislación vigente. 33 Por tal motivo resulta difícil aceptar el supuesto aditamento que –según los dichos del abogado Santiago Ferrerhabría efectuado el Dr. José María fórmula de juramento mencionada Pérez Villalobo por éste como a la la elegida (“por la Patria y el honor”) que aludiría a los “héroes de Trelew” y que habría sido motivo de comentarios entre los numerosos asistentes a dicho acto, que tuvo amplia cobertura de prensa; por ello tampoco es de recibo la afirmación que aquel supuesto “agregado” del Dr. Pérez Villalobo recién hubiera sido conocido por Alsina y su letrado –al igual que por otros defensores oficiales y particulares- en un momento inmediatamente anterior a la audiencia del día 1° de septiembre del corriente año; al mismo tiempo –de haber sido real lo escuchado por el testigo Ferrer en el acto de juramento de varios magistrados y funcionarios judiciales, entre los cuales se encontraba su amigo el Defensor Oficial Marcelo Arrieta- resulta sugestivo que éste último no hubiera podido recordar haber percibido en aquel momento la supuesta expresión del magistrado Pérez Villalobo, que habría llamado poderosamente la atención de los concurrentes al acto, a tenor de lo declarado por su amigo Ferrer. Por todo ello, los representantes del Ministerio Público han postulado correctamente su rechazo como una “causal sobreviviente” de recusación, aunque el Dr. Maximiliano Hairabedián haya manifestado como inquietud de la Fiscalía, que si el hecho endilgado al magistrado cuestionado realmente hubiera existido, por su delicadeza y decoro, el Dr. Pérez Villalobo debería analizar su inhibición, lo cual aparece como de difícil concreción si se tiene en cuenta la enfática negativa del nombrado magistrado de haber efectuado el agregado que se le atribuye respecto de la fórmula de juramento por él utilizada (“por la Patria y el honor”). XI. Por todo lo expuesto, corresponde rechazar la recusación articulada por el acusado Gustavo Adolfo Alsina en contra del Señor Vocal Subrogante Dr. José María Pérez Villalobo, por ser extemporánea y por no haber el recusante cumplido la carga procesal de demostrar que el “temor de parcialidad” que alega tiene fundamento serio y razonable en bases objetivas, debiendo eximirse de las costas al incidentista atento que pudo haber entendido que existían 34 Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario 1810-2010 que permitieran motivos mencionado magistrado, dudar la de cual la imparcialidad constituye uno del de los basamentos de las garantía constitucional del debido proceso y de la defensa en juicio. XII. Cabe recordar que constituye una sabia regla de hermenéutica jurídica aquélla que establece que no puede declararse la nulidad de un acto procesal en función de la “nulidad misma”, sin que se demuestre acabadamente cuál sería el agravio que en el caso concreto se habría producido al derecho de defensa del justiciable. En consecuencia y atentas las razones expuestas en el apartado 4 del considerando IX, también corresponde el rechazo de la nulidad impetrada por el encartado Gustavo Alsina con relación a la declaración testimonial de la señora Graciela Silvia Galarraga, dado que las preguntas que le efectuara el vocal Pérez Villalobo – USO OFICIAL dentro de las atribuciones conferidas a los miembros del tribunal por nuestra ley de enjuiciamiento criminal- no fueron motivo de cuestionamiento alguno por las partes a su admisibilidad porque habrían sido supuestamente capciosas o indicativas, como así tampoco fueron objeto de algún pedido de reformulación por parte del director del proceso, el Señor Presidente del tribunal. En consecuencia, las respuestas de la testigo deberán ser valoradas a la luz de las reglas de la sana crítica racional en oportunidad de dictar sentencia. La mera indicación efectuada por el Dr. Pérez Villalobo a la testigo, cuando ya concluía su declaración, acerca de la presencia a su lado del hijo del ex gobernador Obregón Cano, carece de relevancia para privar de eficacia a dicho testimonio. XIII. Por último, deberán tenerse presente las reservas formuladas por las partes de interponer los recursos de casación y extraordinario federal. Así voto. El señor Juez de Cámara doctor Abel G. Sánchez Torres, dijo: I.- En relación con el asunto traído a decisión del suscripto en las presentes actuaciones, considero necesario abordar el análisis efectuando las siguientes apreciaciones preliminares: Sabido es que las causales de inhibición y recusación previstas en nuestro sistema procesal penal tienen 35 el objeto primordial de garantizar la imparcialidad de los magistrados –garantía de jerarquía constitucional, según el artículo 18 de nuestra Carta Magna-, de modo que, en el ejercicio de su función jurisdiccional, aquellos se encuentren en situación de terceros desinteresados frente a cada una de las partes del proceso. De conformidad a nuestra normativa de máximo rango, la garantía del juez imparcial supone dos protecciones expresas, a saber: el derecho a no ser juzgado por comisiones especiales y a no ser apartado de los jueces designados por la ley antes del hecho que motiva la causa. Tal, lo que se denomina garantía de juez natural, cuya finalidad consiste en asegurar la máxima imparcialidad en el juzgamiento de las personas. En cuanto a definición doctrinaria se refiere, la imparcialidad ha sido encuadrada como la posición que “...deben tener los magistrados instituidos conforme a la ley para juzgar casos generales y con competencia asignada también por normas generales, dictadas antes de los hechos de la causa de que se trate...” (cfse. GELLI, María Angélica, Constitución de la Nación Argentina. Comentada y Concordada, 3ª edición ampliada y actualizada, pág. 230). Esta garantía cuenta con reconocimiento expreso en pactos internacionales garantías judiciales —específicamente mínimas en expresadas las denominadas en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, artículo 14, inciso 1, y en la Convención Americana de Derechos Humanos, artículo 8, inciso 1-, tratados que, incorporados a la Constitución Nacional a partir de la reforma de 1994 (art. 75, inc. 22), coinciden, en general, en afirmar el derecho a ser juzgado por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, que haya sido establecido por la ley con anterioridad. El instituto procesal de recusación resulta conducente para lograr la imparcialidad del juzgador, ya que impide que éste continúe con su actividad en el proceso, ya sea por estar vinculado con las personas que intervienen en la causa, o bien con el objeto de la misma. En el punto merece señalarse que la regulación de los motivos de inhibición o recusación por el Código Procesal 36 Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario Penal 1810-2010 deriva de contenidas en el cláusulas derecho constitucionales internacional y sobre la de las materia. Adviértase en este sentido que la actividad estatal atinente al ámbito de la persecución penal se encuentra reglada en diversas disposiciones de la Constitución Nacional que, al tiempo que brindan garantías al justiciable, fijan las bases de organización del poder penal del Estado (cfse. MAIER, Julio B.J., Derecho Procesal Penal, T. II. Parte General, Ed. Del Puerto S.R.L., Bs.As, 2004, 1ª edición). En ese marco, la imparcialidad del juez, como garantía básica del Estado de derecho reconocida en numerosos documentos de Derechos Humanos (verbigracia, los ya referidos Pacto Internacional Convención de Americana Derechos de Civiles Derechos y Humanos), Políticos y equivale a independencia, tanto respecto de las partes como respecto del USO OFICIAL objeto del proceso, (subjetivo u esto objetivo) es, del ausencia magistrado de para todo interés resolver el litigio, salvo el de la estricta aplicación del ordenamiento jurídico. En función de ello, se ha destacado que, en un sentido genérico, la imparcialidad implica “la objetividad de la actividad jurisdiccional, el apego estricto a la ley, para posibilitar la realización de un juicio justo. Visto de esta manera el problema, la garantía de imparcialidad es el verdadero fundamento de los principios del juez natural e independencia judicial, que resultan instrumentales respecto de aquélla.” (cfse. BOVINO, Alberto, “Imparcialidad de los jueces y causales de recusación no escritas en el Código Procesal”, La Ley 1993-E, p. 566). Las reglas sobre la imparcialidad se refieren, por consiguiente, a la posición del Juez frente al caso concreto que debe juzgar, e intentan impedir que sobre él pese el temor de parcialidad, siendo así que, ante sospecha de parcialidad, cabe el apartamiento del magistrado. En efecto, el instituto de recusación tiende a asegurar la imparcialidad del juez, resultando –según lo dicho- un instrumento legal otorgado a las conocimiento de partes para alcanzar el apartamiento —del un determinado proceso— del juez cuyas relaciones o situación con alguna de las partes, o con la materia controvertida en aquél, sean susceptibles de afectar 37 la citada ejercicio garantía, de la que función es esencialmente judicial inherente (PALACIO, Lino, al Derecho Procesal Civil, T. II, Ed. Abeledo Perrot, Bs.As.). En este sentido, la doctrina se ha ocupado de subrayar que “esta imparcialidad del juez respecto de los fines perseguidos por las partes debe ser tanto personal como institucional”. Es necesario, en primer lugar, que el juez no tenga ningún interés privado o personal en el resultado de la causa. [...]. El juez [...] debe contar [...] con la confianza de los sujetos concretos que juzga, de modo que éstos no sólo no tengan, sino ni siquiera alberguen, el temor de llegar a tener un juez enemigo o de cualquier modo no imparcial” (FERRAJOLI, Luigi, Derecho y Razón, Ed. Trotta, Madrid, 1995, pág. 581/582). Se entiende así que un juez “…puede ser recusado por temor de parcialidad cuando exista una razón que sea adecuada para justificar la desconfianza sobre su imparcialidad. […] Para esto no se exige que él realmente sea parcial, antes bien, alcanza con que pueda introducirse la sospecha de ello según una valoración razonable” (ROXIN, Claus, Derecho Procesal Penal, Ed. Del Puerto, Bs.As., 2000, pág. 42/43). De ser así, en resguardo de la garantía, corresponde apartar al juez del caso para eliminar este temor de parcialidad que siente el imputado, y restablecer su confianza en el juicio, así como en la administración de justicia por parte de la sociedad. Sobre el tópico, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha considerado que la garantía de imparcialidad del juez constituye uno de los pilares básicos en que se apoya nuestro sistema de enjuiciamiento, ya que es una manifestación directa de las garantías de defensa en juicio y debido proceso, organización en judicial su vinculación del Estado con (cfse. las pautas C.S.J.N., de Fallos, 328: 1491, causa n° 3221, 17.05.05 “Llerena, Horacio Luis s/ abuso de Tribunal armas ha y lesiones”). expresado que “la Sobre esa base, imparcialidad el del Máximo juzgador puede ser definida como la ausencia de prejuicios o intereses de éste frente al caso que debe decidir, tanto en relación a las partes como a la materia. Si bien podría argumentarse que esta ausencia de perjuicios –por lo menos con respecto a la 38 Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario 1810-2010 materia- nunca sería absoluta, por las convicciones propias del juez en tanto hombre, ello no obsta a que se trate de garantizar la mayor objetividad posible de éste frente a la cuestión que debe resolver […] La opinión dominante en esta materia establece que la imparcialidad objetiva se vincula con el hecho de que el juzgador muestre garantías suficientes tendientes a evitar cualquier duda razonable que pueda conducir a presumir su parcialidad frente al caso. Si de alguna manera puede presumirse por razones legítimas que el juez genere dudas acerca de su imparcialidad frente al tema a decidir, debe ser apartado de su tratamiento, para preservar la confianza de los ciudadanos –y sobre todo del imputado- en la administración de justicia, que constituye un pilar democrático” (cfse. fallo citado; asimismo, causa “Dieser”, Fallos, 329: 3034). USO OFICIAL De igual modo, la Corte Suprema ha destacado “la necesidad de que los jueces sean imparciales desde un punto de vista objetivo, es decir, deben ofrecer garantías suficientes para que no haya duda legítima al respecto, y que bajo ese análisis objetivo, se debe determinar si, aparte del comportamiento personal, hay hechos averiguables que podrían suscitar dudas respecto de su imparcialidad” (cfse. causa “Lamas”, del 08.04.2008, L. 117, XLIII). La jurisprudencia internacional ha subrayado, por su parte, la trascendencia de ser juzgado por un juez o tribunal imparcial, como una garantía del debido proceso, al sostener la Corte Interamericana de Derechos Humanos que “se debe garantizar que el juez o tribunal en el ejercicio de su función como juzgador cuente con la mayor objetividad para enfrentar el juicio. Esto permite a su vez que los tribunales inspiren la confianza necesaria a las partes en el caso, así como a los ciudadanos en una sociedad democrática” (cfse. C.I.D.H., Serie C, N° 107, caso “Herrera Ulloa vs. Costa Rica”, sentencia del 02.07.2004). En dicha resolución, el citado Tribunal distinguió además los aspectos objetivos y subjetivos de la imparcialidad, planteando: “Primero, el tribunal debe carecer, de una manera subjetiva, de prejuicio personal. Segundo, también debe ser imparcial desde un punto de vista objetivo, es decir, debe ofrecer garantías suficientes para que no haya duda legítima al respecto. Bajo 39 el análisis objetivo, se debe determinar si, aparte del conocimiento personal de los jueces, hay hechos averiguables que podrían suscitar dudas respecto de su imparcialidad. En este sentido, hasta importancia.” (cfse. las apariencias caso “Herrera podrán Ulloa tener vs. Costa cierta Rica” citado). En oportunidad de expedirse sobre el tema, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos –a cuyas valoraciones remite la Corte Suprema, en la apreciación del alcance de la garantía- ha considerado que, en materia de imparcialidad judicial, resulta de singular importancia establecer si desde la perspectiva de las circunstancias externas- existen elementos que arrojen dudas sobre la imparcialidad con que debe desempeñarse un juez, con prescindencia de qué es lo que pensaba en su fuero interno, siguiendo al respecto el adagio “no sólo debe hacerse justicia, sino parecer que se hace” (justice must not only be done: it must also be seen to be done) (cfse. casos “Delcourt vs. Bélgica”, 17.01.70, serie A, nro. 11; “De Cubber vs. Bélgica”, 26.10.1984, serie A nro. 86). En sentido similar, el Tribunal Constitucional Español ha sostenido que “la exigencia de juez imparcial o neutral, correlato en el concreto proceso de la independencia que se predica judicial, es justiciable. del la Sin juez en primera ella no tanto que garantía puede miembro de todo hablarse, en del poder ciudadano rigor de jurisdicción. Sólo quien sea tercero extraño, respecto del proceso o causa, puede precisamente porque indiferente, jurídicamente controversia […] se asumir halla la función supra hablando, Cualquiera sea partes, el su jurisdiccional, porque resultado le es de la encuadramiento constitucional y su razón de ser, lo incuestionable es que la imparcialidad del juez es un derecho fundamental de quien es parte en un proceso y, muy singularmente, de quien asume la condición de acusado en el proceso penal” (cfse. T.C.E., Sala en pleno, Sentencia del 17.03.2001, Ref. 69/2001, publicación BOE: 20010406 [BOE n° 83]). Goldschmidt distingue con estrictez entre parcialidad y partialidad, de modo que “Partial significa ser parte; parcial da a entender que se juzga con prejuicios. [...] La 40 Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario 1810-2010 imparcialidad consiste en poner entre paréntesis todas las consideraciones subjetivas del juzgador. Este debe sumergirse en el objeto, personalidad”. ser objetivo, (GOLDSCHMIDT, olvidarse Werner, La de su propia Imparcialidad como Principio Básico del Proceso. Conducta y Norma, Bs. As., Ed. Abeledo, 1955, pág. 133). Además de principio procesal, la imparcialidad y sus realizaciones constituyen, simultáneamente, una garantía de los jueces, una garantía de los ciudadanos, un deber judicial, un derecho de los justiciables. Huelga destacar que la garantía de un juez imparcial se considera incluida en la más genérica del debido proceso e inviolabilidad de la defensa en juicio. Sin embargo, han sido las modernas epistemologías las que con mayor énfasis han destacado la ingenuidad de las USO OFICIAL posiciones objetivistas a ultranza en el campo del conocimiento científico y particularmente, procesal. Además de otros factores de enorme influencia, hoy se señala la subjetividad específica del conocimiento judicial como un factor insuperable de incertidumbre. Acerca de esto, Ferrajoli afirma que este “investigador particular legalmente cualificado que es el juez…, por más que se esfuerce en ser objetivo, siempre está condicionado por las circunstancias ambientales en las que actúa, por sus sentimientos, sus inclinaciones, sus emociones, sus valores ético-políticos”. (op. cit., pág. 56). De ahí que la imparcialidad no sea una representación descriptiva sino prescriptiva, equivalente a un “conjunto de cánones deontológicos: el compromiso del juez de no dejarse condicionar por finalidades externas a la investigación de lo verdadero, la honestidad intelectual que como en cualquier actividad de investigación debe cerrar el interés previo en la obtención ‘imparcial’ conflicto de una respecto y interpretaciones de de de las los determinada los verdad, intereses distintas hechos por de la partes en reconstrucciones e ellas las actitud avanzadas, la independencia de juicio y la ausencia de preconceptos en el examen y en la valoración crítica de las pruebas, además de en los argumentos pertinentes para la calificación jurídica 41 de los hechos por él considerados probados”. (ibídem, pág. 56). (el resalto no es del original). Tengo para mí que no hay juez completamente asceta sin ideología o criterio ante las cuestiones trascendentes de la vida y sociedad. Incluso no tener ideología alguna sería una forma de tener una posición -ideológica- ante la vida. Lo importante es que esa ideología o criterios basales sean dejados de lado o guardados durante el juicio y sentencia. En definitiva no abordar el proceso con prejuicios (imparcialidad subjetiva). Coherentemente, Ferrajoli señala que “la imparcialidad, más allá de las garantías institucionales, es un hábito intelectual y moral, que no difiere del que debe presidir cualquier forma de investigación y conocimiento”. Lo importante es “alteraciones asumir que deshonestas y independientemente partidistas realidad son posibles y en alguna deformaciones involuntarias…”. En de la de las verdad, en medida inevitables las todo juicio, en suma, siempre está presente una cierta dosis de prejuicio. Tal como se ha destacado, esta idea de acercamiento paulatino al ideal de imparcialidad también ha sido objeto de consideración por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. En su actual integración, y con cita de Maier, el Alto Tribunal ha resuelto “que el avance del programa progresivo de realización de los derechos humanos extiende el alcance de la garantía de imparcialidad en este sentido, toda vez que ‘la nota de imparcialidad (del juez), aplicada a la definición de su tarea, cuando no se lo trata como un ideal, sino como un intento de aproximación a él en la vida práctica, no puede representar un absoluto, sino, antes bien, menta una serie de previsiones, siempre contingentes históricamente, por ende, relativas a un tiempo histórico y a un sistema determinado, cuyo contenido se vincula al intento de aproximarse a aquel ideal o de desviarse de él”. Estas consideraciones, entre muchas otras, sustentaron el ya citado leading case “Llerena”, por el que la Corte resolvió que un mismo juez instrucción C.S.J.N. correccional de un caso “Fraticelli, no y Carlos puede luego – llevar juzgarlo. Homicidio (v., Culposo”) MEROI, Andrea, La imparcialidad Judicial, 2009). 42 adelante la además, (Cfme. Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario 1810-2010 Para Goldschmidt una de las maneras como el derecho intenta lograr intervengan la imparcialidad personas en consiste tentación de en ser impedir que parciales: la “recusación en todas sus formas asegura… la base misma de la justicia, y sus reglas generales pueden considerarse como ‘principios generales de derecho’, mas exactamente como ramificaciones del principio general de la imparcialidad. La abstención ‘propio motu’ de una persona que se considere parcial, constituye un complemento del derecho a recusarla y no se debe configurar como facultad sino como deber de la persona” (op. cit.). A propósito de la cuestión, es preciso considerar que la aplicación del mecanismo implementado en el Capítulo IV (Inhibición y Recusación) del Título III (El Juez) del Libro I del Código Procesal Penal importa el desplazamiento de la USO OFICIAL competencia legal y normal de los jueces y, por tanto, una alteración al principio del juez natural, de modo que su interpretación escrupulosa, debe por ser parte asumida de quien en forma ha de restrictiva decidir sobre y la procedencia de una inhibición o recusación. Adviértase en este sentido que el derecho procesal se ocupó desde mucho antes de su autonomía académica de los institutos de recusación y excusación, y cierto es que buena parte de la doctrina, legislación y jurisprudencia los han mirado con patente disfavor o, en el mejor de los casos, con inocultable recelo. Desde estas perspectivas, se suele propiciar la derogación del instituto de recusación sin expresión de causa y la enumeración de un catálogo limitado y exhaustivo de causales de impedimento que, adicionalmente, se postulan como “de interpretación restrictiva”. El criterio se justifica en la necesidad de frustrar un uso abusivo de las partes (recusación como “alongadera”) y una huída inexcusable del juez respecto de un pleito concreto de quien no quiera fallar. La jurisprudencia, por su parte, deja traslucir el evidente malestar cuestionamientos, personalidad, de como los si se honorabilidad jueces tratare o frente de labor un a ataque particular estos a la del magistrado. (MEROI, Andrea, op. cit.). 43 En verdad, por tratarse de un acto grave y trascendental -en cuanto aparta al juez natural del proceso-, la recusación requiere, para su procedencia, contar con una fundamentación seria, y ello hace necesario que el recusante señale concretamente los hechos demostrativos de las razones que, a su juicio, ponen en peligro la imparcialidad del magistrado, así como imprescindible el examen estricto de tales hechos por parte del tribunal. En otras palabras, las implicancias en juego exigen que se establezca si, en el caso concreto, las dudas sobre la imparcialidad autoricen a del juez afirmar alcanzan que las una mismas consistencia se hallan tal que objetiva y legítimamente justificadas. Tal como lo ha entendido la Corte “La rigidez de la interpretación de las causales de recusación se funda en la necesidad de que tales incidencias no sean utilizadas como instrumentos espurios para apartar a los jueces naturales del conocimiento de la causa que legalmente les ha sido atribuido, pero en modo alguno ello puede servir para eximir a los jueces de examinar con seriedad los cuestionamientos de las partes respecto de la imparcialidad de los tribunales ante los cuales han de ser oídas.” (C.S.J.N., causa “Llerena” antes citada, voto del doctor Enrique S. Petracchi). II.- Sobre la base de las precedentes consideraciones, en lo que concierne específicamente al caso sometido a decisión anticipo criterio en el sentido de que la petición de recusación formulada debe ser rechazada. Doy razones: Según se colige de los términos de la petición deducida, la cuestión traída a decisión se vincula, pues, con las causales de apartamiento del juez previstas en el Código Procesal Penal posibilidad de de la admitir Nación dicho y, en planteo particular, por una con la causal no contemplada en la ley procesal, cuando se trata de asegurar la garantía de imparcialidad del juzgador. Precisamente en ello radica el presente caso, por cuanto las defensas no invocan ninguno de los supuestos descriptos literalmente y definidos como motivos de recusación por el art. 55 del Código Procesal Penal de la Nación. No obstante ello, dicha parte centra su posición en la idea de que la intervención 44 Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario 1810-2010 del doctor Pérez Villalobo en el proceso atenta contra la citada garantía de imparcialidad e independencia de juicio. Considero que el planteo de las defensas, basado en el supuesto de apartamiento por temor de parcialidad que les generaría una serie de antecedentes invocados, no ha sido sustentado en elementos que permitan acreditar el extremo, sino que suponen apreciaciones o interpretaciones personales sobre presuntas creencias y/o expresiones del Juez José María Pérez Villalobo y/o de sus hijos, como así también respecto de la actuación jurisdiccional del nombrado Magistrado en el curso de la audiencia de debate celebrada en autos. En rigor de por las acompañados recusatoria propósito análisis, partes resultan de el en conjunto abono inconducentes corroborar la e de de elementos su pretensión insuficientes circunstancia de al parcialidad USO OFICIAL invocada. La diferente naturaleza de los extremos expuestos al efecto aconseja un tratamiento separado, según se traten de razones ya existentes a la fecha de citación a juicio e inicio de la audiencia, o bien otras surgidas en el curso mismo del debate. En relación con los argumentos mencionados en primer término, es preciso aclarar que el cotejo de las constancias de autos da cuenta de que la solicitud de apartamiento formulada por las defensas resulta formalmente extemporánea (artículos 60 y 354 del C.P.P.N.), toda vez que la recusación ha sido articulada con posterioridad al plazo legal autorizado para formularla. Así, en atención a lo prescripto por el artículo 354 del Código Procesal Penal de la Nación —que estipula el plazo de 10 días para la presentación de recusaciones que se estimen pertinentes, desde la citación a juicio—, advierto que el requerimiento de las partes ha sido efectuado fuera de término, habida cuenta que el plazo legal para su interposición había vencido ya a la fecha de designación de audiencia por parte del Tribunal. Ello resulta así desde el momento en que las invocadas al efecto de la petición constituyen circunstancias anteriores, no sobrevinientes, al comienzo de la celebración de la audiencia de debate, lo que, a todas luces, revela que en el caso ha operado el principio de preclusión. Como regla 45 que gobierna nuestro proceso penal y que propende al orden en el procedimiento —en cuanto criterio de interés público y de garantía de los preclusión derechos individuales—, es sabido que la impide el desenvolvimiento discrecional de la actividad procesal cuando media estabilización en el proceso. El funcionamiento de esta regla imposibilita así el retroceso procesal impedir que se etapas o momentos ya agotados, renueve la discusión respecto cuestiones que resoluciones a al de aquellas han sido decididas en el proceso mediante firmes. Ciertamente, razones concurrentes de seguridad, celeridad y economía procesal obligan a evitar que los procesos se retrotraigan a etapas ya superadas, de modo que ello conduce al rechazo de la recusación basada en tales extremos, por extemporánea. Adviértase que la prueba nueva que debe ser tal, por ende, recién generada y conocida o bien, antigua pero que, por una imposibilidad -física o jurídica- no pudiera haber sido conocida con anterioridad; circunstancias éstas que no han sido demostradas por los incidentistas a momento de interponer su recusación. Además, ese ha sido el criterio sostenido por éste Tribunal Oral Nro. 1 en anteriores recusaciones de sus integrantes, tal como fuera resuelto cuando se recusó al ex Vocal Otero Álvarez (Brandalisis) en los precedentes (10-4-08)(Expte. “Menéndez”(Albareda)(con fecha “Menéndez” Nro. 11-03-2009) 40); (Expte. Nro. 281/08); y en los presentes autos cuando fue recusado el Presidente doctor Jaime Díaz Gavier por el imputado Miguel Angel Gómez con la defensa técnica del doctor Marcelo Arrieta.(Expte. M-13/09) (Causa conocida como “Gontero”). Sin perjuicio de lo expuesto, abordaré seguidamente el análisis de la motivación esgrimida en la recusación planteada, referida a una serie de elementos existentes con anterioridad a la audiencia: En primer lugar, en lo que respecta a la copia de la fotografía adjuntada bibliográfica Villarroel, “Los como llaman Presidente perteneciente jóvenes de la a idealistas, Asociación Civil la de obra Victoria Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas, cuyo original habría sido publicado en el periódico La Nación del 15.03.1971, 46 a colación del suceso conocido como “Segundo Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario 1810-2010 Cordobazo” o “Viborazo”, y en la que aparece una bandera representativa del grupo “Ejército Revolucionario del Pueblo” (E.R.P.), debo señalar que los extremos argüidos por la recusante fueron negados por el Magistrado quien, al emitir su informe (artículo 61, C.P.P.N.), ha negado de plano que las imágenes instrumento de se las personas corresponda con que la aparecen suya. en Además, dicho no obra informe ni certificación que autentique que dicha fotografía pudiera corresponder al Juez recusado. En segundo lugar, en lo que atañe a la visita del Magistrado al 24.03.2010, Museo que de la Memoria surgiría de la copia de esta de ciudad una el fotografía extraída de un sitio web (www.horaciopalma.blogspot.com) de fecha 26.10.2010, cabe destacar que dicha circunstancia carece de cualquier otra significación que no sea el propio USO OFICIAL compromiso de magistrados del Poder Judicial con la labor de conocimiento y de normal relación con instituciones públicas, en especial aquellas que son representativas de la preservación de los más altos valores cívicos y democráticos de nuestra sociedad. Bajo ningún punto de vista puede ser criticable la asistencia de un magistrado a un museo o archivo oficial. En tercer lugar, en cuanto a las expresiones supuestamente vertidas por los hijos del Magistrado a través de alguna de las llamadas “redes sociales” de Internet (Facebook), hay que afirmar claramente que, sin perjuicio de la veracidad o falsedad de tales referencias, en cualquier caso deben entenderse, en rigor, como hechos provenientes de terceros en ejercicio de derechos constitucionales (artículos 14 y 19 de la C.N.), que de ningún modo —aún el aludido grado de parentesco— pueden adjudicarse o relacionarse a la persona del Vocal cuestionado. Ello dicho no obstante acreditado, con autenticidad y legitimidad no haberse adecuada, las supuestas expresiones que se les atribuyen a los hijos del recusado. Sobre el particular, resulta por demás llamativo que alguien pudiera obtener datos u opiniones de personas, sin la debida autorización de los propietarios de las mismas, lo que constituiría sin dudarlo una afrenta a la intimidad de los ciudadanos y en su caso, un actuar ilícito. 47 Por último, en lo que atañe a supuestas afirmaciones vertidas por el doctor Pérez Villalobo en circunstancias de prestar juramento como Juez de Cámara del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 2 de Córdoba con fecha 06.03.1996, quien —según la parte recusante— habría jurado por “la memoria de los caídos en Trelew”, cabe apuntar que dicha manifestación, además de haber sido negada en el informe presentado por el Magistrado recusado, no resulta del tenor del acta respectiva labrada en oportunidad del acto, según puede leerse en el expediente. constituye No un se pasa instrumento por alto público que que el da acta referida plena fe de su contenido. Dicho lo anterior, no puede obviarse una referencia a las dudas existentes respecto de la calidad y fidelidad de algunos de los elementos de prueba acompañados por las partes recusantes en abono de su planteo, como así también respecto de la legitimidad de su origen y obtención, en especial, tratándose de copias simples; todo en consideración a la naturaleza de los elementos aportados. Los defensas asumido se por restantes dirigen, el cuestionamientos efectuados por por contra proceder doctor otra Pérez parte, Villalobo el durante las ciertos segmentos del desarrollo de la audiencia de debate que se celebra en autos, en concreto, objetando preguntas formuladas por el nombrado a diferentes testigos de la causa, en particular a la testigo Galarraga. Efectuada la revisión de los siete DVD (discos de filmaciones) proporcionados por la Secretaría del Tribunal, que registran las audiencias en las que el Vocal recusado habría mostrado actitudes o procederes presuntamente demostrativos de su falta de imparcialidad, no permite -a mi criterio- deducir intenciones que excedan el marco legal, esto es, que no sean sino conducentes a la finalidad procesal de cumplimentar con el trámite previsto por la ley para la sustanciación de la audiencia de debate. A ello además cabe agregar que el planteo recusatorio ha sido efectuado una vez vencido el plazo de caducidad de 48 horas que establece el art. 60 segundo párrafo del código de rito. Amén de lo dicho y según mi parecer, las intervenciones del Vocal de Cámara guardan correspondencia 48 Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario con las 1810-2010 facultades expresamente acordadas por ley para formular preguntas a las partes y testigos —con la venia y bajo la dirección del Presidente de la audiencia—, según lo previsto por los artículos 389 y 375 del C.P.P.N. No obstante, ciertas preguntas o derivaciones formuladas por el Juez pueden interpretarse como no del todo pertinentes o conducentes al preciso objeto del esclarecimiento de la verdad que se dirime en el proceso o, en algún caso, manifestar matices indicativos y sugestivos, como en otras hipótesis cuestiones inconducentes e innecesarias. Pero en sí mismas no permiten colegir falta de neutralidad o tendenciosidad por parte de aquél y, menos, dar fundamento a la recusación deducida que justifique su apartamiento de la causa, como se pretende. Se trata, en definitiva, de intervenciones desafortunadas o no del todo USO OFICIAL felices que, en todo caso, deben ser reconducidas al objeto procesal por el Presidente del Tribunal, de acuerdo a las facultades y atribuciones le acuerda la ley; ello además y sin perjuicio de tener las defensas la posibilidad y la facultad de oponerse a la pregunta o constancia tal como hubiera sido efectuada para el caso de violentar o vulnerar los derechos de sus asistidos o del Ministerio Fiscal o de las querellas. Sobre el particular, es preciso señalar que las partes no efectuaron objeción o protesta alguna durante el transcurso de la audiencia respecto a las intervenciones no adecuadas o pertinentes del Vocal, como tampoco de lo que consideraron hipótesis de adelanto de opinión por parte del Magistrado, sino que en determinados casos se limitaron a solicitar acontecido, la correspondiente siendo que, para constancia el objeto en de acta su de lo interés, debieron articular incidente en la forma y término previstos por los artículos 59 y 60 del C.P.P.N. Por lo demás, dichas intervenciones datan mayormente del 05.08.2010, 15.07.2010, 27.07.2010, 17.08.2010, 18.08.2010, 26.08.2010 –según se desprende de lo consignado en informe actuarial agregado al incidente-, de modo que ha transcurrido en exceso el plazo de 48 horas estipulado por el artículo 60 del C.P.P.N., a los efectos de interponer la correspondiente recusación, al haber sido planteada ésta muy 49 posteriormente (fs. 1/56 del presente incidente y expediente principal). Por las conclusiones razones del Juez dadas, adhiriendo preopinante doctor al análisis Carlos y Lascano, estimo que los motivos esgrimidos por las partes resultan insuficientes para generar temor de parcialidad respecto de la actuación del Magistrado cuestionado, por lo que no corresponde apartar al mismo del conocimiento de la presente causa. Así voto.Por las razones expuestas, SE RESUELVE: I) Por mayoría, RECHAZAR la recusación incoada por el imputado Gustavo Adolfo Alsina, con fundamentación técnica del Dr. Osvaldo Viola; planteo al cual adhirieran los Sres. Defensores Públicos Oficiales, Dres. Marcela Rojas, Natalia Bazán, Carlos M. Casas Nóblega y Marcelo E. Arrieta y los letrados defensores Pedro Orlando Leguiza, Alejandro Cuestas Garzón, Julio A. Deheza y Guillermo Dragotto. II) Por unanimidad, NO HACER LUGAR a los planteos de nulidad e inconstitucionalidad efectuados por las partes. III) Tener presentes las reservas formuladas por las partes de interponer los recursos de casación y extraordinario federal. Sin costas. Protocolícese y hágase saber.- ABEL G. SANCHEZ TORRES JUEZ DE CÁMARA 50 JAIME DIAZ GAVIER PRESIDENTE CARLOS J. LASCANO JUEZ DE CAMARA