Recusación Pérez Villalobo

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PROTOCOLIZADO
………../………….
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
Córdoba, 14 de septiembre de dos mil diez.Y VISTOS:
Los presente autos caratulados “VIDELA Jorge
Rafael; ALSINA Gustavo Adolfo y otros p.ss.aa. IMPOSICIÓN DE
TORMENTOS
AGRAVADOS,
TORMENTOS
SEGUIDOS
HOMICIDIO
DE
CALIFICADO,
MUERTE,
IMPOSICIÓN
DE
ENCUBRIMIENTO”(Expte.
N°
172/09), llegados a Despacho para resolver;
Y CONSIDERANDO:
El señor Juez de Cámara, Dr. Jaime Díaz Gavier, dijo:
I) Que con fecha 1° de septiembre de 2010, en
ocasión de la ampliación de su declaración indagatoria en la
audiencia de debate que se lleva a cabo en la presente, el
imputado Gustavo Adolfo Alsina recusó al señor Vocal Dr. José
María
Pérez
Villalobo,
integrante
de
este
Tribunal
para
USO OFICIAL
entender en la presente. Este pedido fue sostenido por el
letrado defensor, Dr. Osvaldo Viola, en razón de haber tomado
conocimiento el día anterior de la existencia de una serie de
elementos
de
prueba
que
juzgador
en
orden
a
comprometen
los
hechos
la
imparcialidad
materia
de
del
proceso,
violentándose así la manda constitucional que garantiza a los
acusados un ejercicio razonable y no arbitrario del poder
punitivo
del
Estado.
Agregó
al
reanudarse
el
debate
la
denuncia formulada por la Dra. Genise de López en autos “PINO
Víctor, LÓPEZ Luis Alberto, MONES RUIZ Enrique Pedro p.ss.aa.
homicidio
calificado”
(Expte.
N°
1bis-P-2010);
a
lo
que
agregan una fotografía, en la que se observa al Dr. Pérez
Villalobo acompañado de dos personas en ocasión de una marcha
por la Memoria, en un museo público de esta ciudad; como así
también la circunstancia de que el nombrado habría agregado a
una de las fórmulas usuales de juramento, la manifestación
“por la memoria de los caídos en Trelew”, al momento de
asumir el cargo de Juez del Tribunal Oral en lo Criminal
Federal N° 2 de esta ciudad que ocupa en la actualidad. Estos
elementos,
manifiestan
los
recusantes
haberlos
partir de la solicitud de recusación efectuada
conocido
a
contra el
mismo Magistrado por terceros letrados codefensores de un
imputado en otra causa, desglosada de la presente por los
mismos hechos imputados a alguno de los acusados en esta
causa, efectuada el día anterior al planteo que realizan, con
1
fecha 31 de agosto de 2010, constituyendo así una causal
sobreviniente. El recusante expresa en definitiva que estos
elementos, unidos a la ya incorrecta conducta que el Vocal
cuestionado ha venido desarrollando durante este proceso, al
formular
preguntas
sensibilidad
indicativas
hacia
las
y
presuntas
manifestaciones
víctimas,
de
constituyen
indicios precisos y suficientes para generar un estado de
duda en el espíritu del justiciable en relación a la debida
imparcialidad del Magistrado.
II)
Tras
producirse
la
prueba
solicitada
por
el
recusante, el Vocal cuestionado efectuó su descargo en los
términos del art. 61 del C.P.P.N. solicitando se rechace la
recusación articulada en su contra por entender que la misma
resulta
manifiestamente
causales
invocadas,
improcedente
citando
en
al
apoyo
no
de
existir
su
las
postura
no
encontrarse incurso en las causales previstas en el art. 55
del C.P.P.N. y la jurisprudencia de la Corte plasmada en el
caso
“Llerena
Horacio”.
Entiende
el
magistrado
que
las
preguntas objetadas al mismo, han sido efectuadas dentro de
un marco legal, con participación de las partes y bajo la
dirección
del
señor
Presidente.
Respecto
a
la
fotografía
aportada en fotocopia simple por el imputado Alsina, señaló
que la misma no demuestra relación directa con los imputados
ni con los hechos que conforman la plataforma fáctica del
debate, sólo se observa al suscripto con su familia en un
espacio público, además de la presencia de un menor de edad y
su publicidad lesiona los derechos del niño. Respecto a las
fotocopias simples de fotografías carentes de certificación,
negó que alguna de esas personas sea él, negando también las
supuestas expresiones que los recusantes confrontan con un
documento público como es el acta de juramento. En relación
al material informático acompañado supuestamente extraído de
redes sociales en que habría expresiones de sus hijos, afirmó
que los mismos son mayores de edad careciendo de soporte
magnético
que
los
priva
de
legalidad,
veracidad
y
poder
convictivo, resultándole por otra parte endeble el testimonio
prestado por Santiago Ferrer quien dijo ser amigo de uno de
los defensores.
III) Acto seguido, el señor Presidente corrió vista
a
2
las
partes
en
su
orden,
efectuando
las
peticiones
que
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sucintamente pueden
resumirse
de
la
siguiente
manera:
a)
peticiones de rechazo de la recusación del Dr. José María
Pérez Villalobo: El señor Fiscal General, Dr. Maximiliano
Hairabedian, sostuvo que la fotografía que da cuenta de la
presunta presencia del Vocal en un acto político conocido
como
“El
Viborazo”
en
la
década
del
setenta,
por
haber
transcurrido casi cuarenta años se encuentra vencido el plazo
de ley para plantearlo como un hecho nuevo, a más de la duda
de que efectivamente se trate del Vocal pues lo ha negado en
su descargo. Lo mismo ocurre con la formula del juramento,
pues frente a un testigo que corrobora el aditamento, el
propio magistrado lo negó, encontrándose vencido también el
plazo
para
su
interposición.
Finalmente
en
cuanto
a
la
fotografía del 24 de marzo de este año, reconocida por el Dr.
Pérez Villalobo, al no haber vencido el plazo y siendo tomada
USO OFICIAL
en un lugar público, si bien no es causa para recurrir a un
Magistrado,
sí
reviste
entidad
para
que
el
Dr.
Pérez
Villalobo analice la posibilidad de inhibirse por razones de
decoro.
El
señor
Fiscal
Subrogante,
Dr.
Carlos
Gonella,
adhirió a los dichos de su colega preopinante y agregó que no
resulta aplicable el fallo “Llerena” de la Corte Suprema,
puesto que se refiere a la hipótesis de un juez que intervino
con
anterioridad
en
la
misma
causa,
lo
cual
es
sustancialmente distinto a lo que aquí se debate. Sostuvo que
no
puede
condenarse
la
presencia
de
un
Magistrado
de
la
Nación que juró en democracia por la Constitución, en un
paseo público en un acto conmemorativo de las víctimas del
terrorismo de Estado, pues la Corte Suprema ha sancionado al
mismo en la Sentencia 13/84. En cuanto a los dichos del Vocal
durante el debate, afirmó que no se advierte imparcialidad,
habiendo las partes planteado en cada ocasión al Presidente
sus
objeciones
considera
debe
al
tenor
de
rechazarse
las
in
preguntas,
limine
la
por
lo
que
recusación,
con
costas.
La querellante, Dra. María E. Martínez adhirió a los
argumentos de la Fiscalía, agregando que este planteo supone
un
seguimiento
ideológico
del
Vocal
contrario
a
la
Constitución, del que no puede derivarse falta de objetividad
al momento de decidir. Dijo que para el caso de que las
3
fotografías
del
año
1971
fueran
legítimas,
ello
hace
al
derecho Constitucional de cualquier ciudadano a levantarse
frente una dictadura; afirmando que para la Corte Suprema la
causa sobreviniente se da cuando el juez ha prejuzgado o
hablado con parcialidad antes de dictar sentencia, lo que no
ha ocurrido en
autos, debiendo
rechazarse el
planteo con
costas.
A su tiempo, el querellante, Dr. Miguel Hugo Vaca
Narvaja,
adhirió
asimismo
a
los
preopinantes, señalando además
querellantes
y
que la duda que
fiscales
genera la
actuación del Dr. Pérez Villalobo está a su vez sustentada en
meras presunciones, refiriendo además que las fotografías y
comentarios de los hijos del Vocal en sus páginas de la red
social Facebook son ilegítimos, por lo que debe rechazarse el
planteo con costas.
A su tiempo, la querellante Dra. Lyllan Luque tras
adherir al resto de las posturas expuestas, destacó que la
obtención
de
Idealistas”,
las
da
fotografías
cuenta
que
del
el
libro
recusante
“Los
ya
Jóvenes
conocía
tal
situación porque fue utilizado por los acusados para rebatir
dichos de testigos en momentos anteriores en este debate, por
lo que ante la falta de prueba debe rechazarse el planteo.
El querellante, Dr. Claudio Orosz, suscribió también
la totalidad de las posturas anteriores, agregando que el
acta de juramento, es ante todo un instrumento público que da
fe de lo sucedido “erga omnes”, presumiéndose conocida por
todos, además de la publicidad que tuvo el juramento en su
momento,
rechazando
por
otra
partes
las
fotografías
y
manifestaciones de los hijos del Vocal en sus páginas de
Facebook, por haber sido obtenidas ilegalmente. Señaló que
existiendo
la
incorrectas,
posibilidad
ello
no
de
puede
reformular
conformar
una
preguntas
causal
de
recusación, por lo que los derecho de defensa y juez natural,
no
pueden
quedar
afectados
por
indicios
anfibológicos
e
ilegales, debiendo rechazarse el planteo incoado.
El querellante, Dr. Juan M. Fresneda, adhiriéndose a
lo ya expuesto, agregó que de la fotografía de 1971 no puede
inferirse directamente la participación del Magistrado en el
grupo
4
político
ERP,
concluyendo
que
debe
rechazarse
el
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planteo, no sin antes compartir con el señor Fiscal General
que el Dr. Pérez Villalobo analice la posición que adoptará.
Finalmente los querellantes, Dres. Miguel Ceballos y
Gerardo
Battistón,
Ministerio
Público
adhirieron
y
los
a
todo
lo
dicho
querellantes
por
el
preopinantes,
solicitando el rechazo del planteo con costas.
b) Posturas que peticionan la recusación del Dr. José
María Pérez Villalobo: El Dr. Osvaldo Viola se remitió a los
argumentos vertidos al interponer la recusación, sosteniendo
que la prueba colectada es suficiente para generar el estado
de duda en esas defensas sobre la imparcialidad del Vocal.
Negó la amistad del testigo Ferrer con los defensores a que
alude el Vocal, pues el mismo dijo solamente conocer al Dr.
Arrieta, explicando que viene ahora a interponer el planteo
debido a que recién conocieron las pruebas el día 31 de
USO OFICIAL
agosto pasado, formulando las reservas de ley.
A su tiempo, la señora Defensora Oficial Ad-Hoc, Dra.
Marcela Rojas, tras describir las preguntas indicativas que
el Dr. Pérez Villalobo efectuó durante los testimonios de
Graciela Galárraga, Isaac Rudnik y Rosario Rodríguez, refirió
que no se trata de verificar si se da o no una causal, sino
que en función de las garantías constitucionales y pactos
internacionales incorporados, el apartamiento opera ante el
peligro de violación de garantías por falta de imparcialidad,
entendida como ausencia de prejuicios, que sólo se evita,
conforme
lo
determinado
en
autos
“Cavallo”
de
la
Cámara
Nacional de Casación Penal, con una persona que no solo sea
un juez imparcial sino que debe parecer como tal frente a las
partes, ya que su ánimo debe dejar zanjada cualquier duda al
respecto, solicitando en consecuencia su recusación con las
reservas de rigor.
A su tiempo, la Dra. Natalia Bazán, tras adherir al
planteo formulado por el Dr. Viola, sostuvo que el fallo
“Llerena”
en
el
punto
10
abarca
tanto
la
imparcialidad
objetiva como la subjetiva, citando en esta línea a Roxin
quien sostiene que no solo hay que ser sino también parecer,
siendo suficiente que la conducta del Magistrado genere duda
en el ánimo de los justiciables como ocurre en el caso,
aludiendo
en
particular
a
la
fotografía
del
24
de
marzo
pasado. Rechazó la caducidad del plazo de interposición desde
5
que el mismo debe contarse desde que se toma conocimiento de
la causal, destacando que sin embargo los ciudadanos confían
en que los jueces de la Nación se inhibirán ante ciertas
situaciones por causas de decoro, haciendo las reservas del
caso. Asimismo planteó la hipótesis sobre qué pasaría si se
diera
la
situación
análoga
pero
inversa,
viendo
los
querellantes a un juez en un acto del Ejército donde se está
promocionando el proceso de reorganización nacional.
El Defensor Oficial Ad-Hoc, Dr. Carlos Casas Nóblega,
tras
adherir
a
las
manifestaciones
de
las
Dras.
Rojas
y
Bazan, dijo que sus asistidos se sienten señalados por el Dr.
Pérez Villalobo ya que en cada intervención en el debate,
indicó
nombres
habían
sido
recusación.
o
apodos
haciendo
mencionados
Por
en
último
ingresar
personajes
que
relato,
solicitando
su
que
posibilidad
de
el
planteó
la
corrección de preguntas indicativas está previsto para las
partes no para el juez, cuya actuación en ese sentido da
muestras de imparcialidad. A su turno, el Dres. Pedro O.
Leguiza
y
Alejandro
manifestaciones
de
Cuestas
los
Garzón,
defensores
se
adhirieron
oficiales
a
las
precedentes,
haciendo reserva de casación y caso federal.
Por su parte, el Dr. Julio Deheza, adhirió a los
argumentos
normativa
precedentes,
sosteniendo
internacional
de
derechos
que
en
función
humanos
de
la
incorporada
a
nuestra Constitución Nacional, el derecho a ser juzgado por
un
tribunal
casos
de
independiente
preopinión,
e
imparcial,
manifestando
rige
también
asimismo
para
que
el
apartamiento del Dr. Pérez Villalobo no acarrea nulidades o
efectos aniquiladores de este proceso, puesto que existe un
cuarto
juez
que
en
su
caso
se
avocará,
solicitando
en
conclusión la recusación del nombrado, con las reservas de
ley.
En
concordancia
con
el
letrado
anterior,
el
Dr.
Guillermo M. Dragotto, tras adherirse a los dichos anteriores
dijo
que
el
hecho
de
que
el
Dr.
Arrieta
haya
prestado
juramento con el Dr. Pérez Villalobo, nada significa pues
estaba avocado a su propio juramento o quizá no vio en ello
motivo
de
recusación,
entre
otras
manifestaciones
que
se
señalarán supra.
Finalmente, el señor Defensor Oficial, Dr. Marcelo E.
Arrieta, señaló que sus asistidos le refieren constantemente
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que el Vocal Pérez Villalobo efectúa preguntas indicativas, y
ello produce una desnaturalización del proceso debido a la
prohibición
de
investigación
autónoma
para
los
jueces,
dejando librado al Tribunal la decisión según su mejor saber
y entender.
IV) Resumidas que fueran las posturas asumidas por
las partes en el debate, su posición me obliga a analizar su
actuación a la luz de las normas procesales, confrontándola
con
la
garantía
constitucional
de
imparcialidad
que
debe
guiar necesariamente la actuación de todo magistrado, todo
ello
en
relación
a
la
prueba
rendida
en
el
presente
incidente.
En primer lugar corresponde ingresar a la cuestión
formulada
por
recusación
las
ha
partes
sido
respecto
efectuado
a
que
fuera
el
de
planteo
los
de
términos
USO OFICIAL
establecidos por la ley. En este particular, el art. 60 del
C.P.P.N. en su segundo párrafo prevé la sanción de caducidad,
la que está signada por la pérdida del poder jurídico para
realizar
el
acto
por
haber
transcurrido
el
término
perentorio; y es justamente en este aspecto donde se debe
analizar el presente caso, desde que la misma se encuentra
estatuida en la norma citada en su segundo párrafo de manera
implícita cuando estatuye “…en casos de causal sobreviviente
o de ulterior integración del tribunal, la recusación podrá
interponerse dentro de las 48 horas de producida o de ser
aquella notificada, respectivamente” (art. 60 segundo párrafo
de C.P.P.N.).
En
este
particular,
no
puede
soslayarse
que
la
sanción del Código Procesal Penal de la Nación, es anterior a
la reforma constitucional del año 1994, en virtud de lo cual
una
interpretación
meramente
formal,
siguiendo
una
interpretación de orden literal, implica la formulación de un
razonamiento
parcial,
constitucional
de
que
atenta
imparcialidad
contra
invocada
por
la
garantía
los
abogados
defensores en ejercicio de la defensa técnica y por el propio
imputado recusante.
En este aspecto debe entenderse que la sanción de
caducidad
esta
directamente
relacionada
con
la
no
presentación de la recusación en el término de 48 horas de
conocida la causal, siendo indiferente el tiempo transcurrido
7
desde
el
acaecimiento
del
hecho
generador
de
causal
de
recusación, el cual no tiene ni puede tener término alguno.
Cuando el código habla de “causal sobreviniente”, se esta
refiriendo
tomado
al
momento
conocimiento
en
del
que
las
mismo,
partes
lo
interesadas
cual
puede
han
coincidir
temporalmente o no con aquél. Para el caso, las partes han
dado sobradas explicaciones de cómo tomaron conocimiento de
la
existencia
de
las
causales
de
recusación,
haciendo
referencia en la oportunidad a la recusación presentada en
autos “PINO Víctor, LÓPEZ Luis Alberto, MONES RUIZ Enrique
Pedro p.ss.aa. homicidio calificado” (Expte. N° 1bis-P-2010)
con fecha 31 de agosto de 2010.
Teniendo
en
cuenta
lo
antes
señalado,
corresponde
señalar que los jueces al analizar una norma procesal y su
relación con el caso concreto, deben formular un “test de
constitucionalidad”, atento las particularidades del proceso
que
se
trate,
teniendo
como
objetivo
evitar
la
desnaturalización del derecho reglamentado.
Por
ello,
insisto
que
una
postura
contraria
implicaría desnaturalizar el instituto de la recusación como
medio técnico de neutralizar los peligros que
implica la
actuación de un magistrado parcial, pues ello significaría
que aun en aquellos casos donde se encontrara probada la
existencia
de
argumentos
meramente
convalidándose
una
la
causal
de
formales,
actuación
recusación,
ésta
del
y
podría
juez
en
ser
parcial
base
a
rechazada
en
directo
desmedro de la garantía del debido proceso, y en este marco
de
la
defensa
en
constitucionalmente
juicio,
lo
intolerable.
que
a
Por
mi
criterio
tanto
resulta
conforme
a
lo
antes señalado, corresponde rechazar la cuestión relativa a
la extemporaneidad del planteo de recusación.
Indudablemente
que
la
cuestión
así
formulada,
y
teniendo presente la naturaleza de los planteos esgrimidos,
conduce
a
realizar
un
análisis
desde
el
punto
de
“vista
subjetivo”, es decir, imponen la necesidad de verificar si en
el caso que nos ocupa, no se encuentra afectada la garantía
de
imparcialidad
mediante
la
formulación
de
un
“test
subjetivo”. No me cabe duda que la imparcialidad personal de
los jueces se presume, pero tampoco me cabe duda que la misma
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es de naturaleza “juris tantum”, desde que admite prueba en
contrario.
Los
magistrados
al
momento
de
ejercer
el
poder
jurisdiccional que les ha otorgado la Constitución Nacional
(arts
116
y
75
inc.
22
C.N.),
deben
estar
libres
de
“prejuicios” acerca del hecho y de las personas que han de
juzgar. Pero sea cual sea el modelo de proceso, la garantía
del
debido
proceso
legal
del
art.
18
de
la
Constitución
Nacional, impone la necesidad de la actuación de un
juez
imparcial en todos los casos; la regla no tolera excepciones,
no admite la parcialidad.
En dicho marco, y avocado al análisis de la prueba en
este caso, de la transcripción
de las intervenciones del
señor Vocal Dr. José María Pérez Villalobo en el debate,
solicitada por las partes, surge lo siguiente: En el marco de
USO OFICIAL
la deposición de la testigo Graciela Galárraga, y a propósito
de
un
relato
que
desarrollaba,
el
Vocal
le
preguntó
si
recordaba quién era el gobernador de Córdoba en ese momento,
respondiendo la testigo que Don Ricardo Obregón Cano para
referirle inmediatamente el magistrado que a su izquierda
tenía al hijo de éste, procediendo la testigo a darle un
abrazo.
En
ocasión
de
la
declaración
del
testigo
Isaac
Rudnik, el señor Vocal preguntó qué sabía de Jaime Lockman, a
lo
que
éste
apellido;
respondió:
preguntándole
ahora
el
sí,
señor
que
no
se
magistrado
acordaba
si
sabía
el
si
Lokcman había sido sacado del penal para ser trasladado a
algún lado, a lo que respondió que no recordaba; habiendo
quedado, en este contexto, constancia en acta de la siguiente
manifestación del Dr. Marcelo Arrieta: “...El señor Vocal
Pérez Villalobo le ha manifestado al testigo el apellido del
señor Lockman y el acta de su testimonio no está incorporada
y el testigo con toda transparencia manifiesta únicamente el
nombre, y que no recordaba el apellido, sino el origen del
apellido, pero no el apellido concreto. Si este es un juicio
oral y público debemos atenernos únicamente a lo que dice el
testigo, evitando colaboraciones innecesarias...”.
A su vez, en oportunidad de la deposición del testigo
Fermín Rivera, el señor Vocal de Cámara, Dr. Pérez Villalobo
preguntó: “¿Cuándo fue usted a declarar frente al Dr. Becerra
9
Ferrer?, usted dijo que antes había entrado a una pieza y lo
habían
apretado
unos
militares,
¿Eso
es
cierto?”,
respondiendo Rivera que sí; repreguntando el Vocal: ¿Sabía o
se enteró el Dr. Becerra Ferrer lo que había ocurrido?, a lo
que el testigo dijo que no; señalando ante ello el Vocal:
“porque usted había dicho que los militares le dijeron que
ratificara
y
cuando
ingresa
al
despacho
del
Dr.
Becerra
Ferrer le pregunta el doctor si va a ratificar o no”; a lo
que Rivera dijo que sí. Tras ello, el señor Vocal, Dr. Pérez
Villalobo, solicitó al señor Presidente se deje constancia de
esta circunstancia, agregando el Vocal en la ocasión que:
“hace reserva de que si hubiere más elementos en contra del
Dr.
Vázquez
Cuestas
va
a
solicitar
se
remitan
los
antecedentes a la Fiscalía de turno a sus efectos”.
En
el
marco
de
la
testimonial
de
la
querellante
Rosario Rodríguez, esposa de Pablo Ballustra, el Dr. José
María Pérez Villalobo manifestó: “Usted dijo que su marido
fue un dirigente gremial, ¿Cuál fue su pecado?”; respondiendo
la
testigo:
“haber
pensado
distinto”;
diciendo
el
señor
Vocal: “Para sufrir él y hacer sufrir a usted y su familia,
¿Cuál fue su pecado?”; a lo que la testigo señaló: “¿El
pecado de mi marido? Para mí ninguno. Yo estoy muy orgullosa
de haber tenido un hombre, con el que tuve dos hijos, y que
haya sido dirigente gremial...”. Asimismo, en ocasión de la
declaración del testigo Guillermo Alberto Birt, a solicitud
del letrado defensor, Dr. Alejandro Cuestas Garzón, se dejó
constancia en acta que el señor Vocal Dr. Pérez Villalobo
indicó la respuesta al testigo, cuando el Magistrado pregunta
al testigo la ubicación de Fermín Rivera en la enfermería al
momento del episodio de Moukarsel, cuando Birt no lo había
mencionado en ese momento.
Igualmente, a pedido de las partes se consignaron las
constancias en acta efectuadas a solicitud del Dr. José María
Pérez Villalobo, sobre las manifestaciones de los siguientes
testigos: a) Humberto Vera: “a ese gendarme lo ví. Era un
hombre
joven
de
treinta
años,
mas
bien
gordito,
de
tez
clara”, ello en relación a un episodio relatado anteriormente
por el testigo Asbert, y b) Roberto Hugo Avalle: “Mi temor
fue que este individuo me haya querido hacer algún tipo de
10
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amenaza. Los seis peores meses de mi vida los pasé allí”, en
alusión al período en que se desempeñó en la UP1.
Por
su
parte,
el
testigo
Santiago
Alfonso
Cirilo
Ferrer manifestó en el debate que hace aproximadamente quince
años
concurrió
magistrados
y
a
la
ceremonia
funcionarios
de
de
juramento
esta
de
Justicia
numerosos
Federal,
en
ocasión de la creación y funcionamiento del Tribunal Oral en
lo Criminal Federal N° 2 de esta ciudad, recordando que al
momento
de
efectuar
juramento
el
Dr.
José
María
Pérez
Villalobo agregó a la fórmula usual, la frase “por la sangre
derramada
de
los
héroes
o
víctimas
o
caídos
de
Trelew”,
manifestando que si bien no recordaba las palabras exactas
atento
el
tiempo
transcurrido,
sí
puede
aseverar
que
en
definitiva el Magistrado hizo referencia a víctimas de la
guerrilla en algún enfrentamiento, explicando recordar tal
USO OFICIAL
circunstancia
por
la
sorpresa
que
le
causó
lo
extraño
e
inusual de la expresión vertida por un juez de la Nación al
momento de prestar juramento.
A su vez, del acta de juramento, labrada en legal
forma, no surgen las fórmulas de juramento de los distintos
magistrados que lo hicieron ese día 6 de marzo de 1996, por
lo que no se contradice con el testimonio del testigo Ferrer.
En este contexto, cabe consignar que la circunstancia
de que los defensores enfoquen este planteo de parcialidad en
la persona del Dr. Pérez Villalobo, no ha obedecido a la pura
sensibilidad de los encausados o a la exclusiva necedad de
sus
letrados,
ya
que
fue
precisamente
su
propio
desenvolvimiento en el debate, lo que suscitó en ellos el
estado de alarma, que se les hizo evidente el conocimiento de
su presencia en marzo de este año en un lugar sensible para
que los imputados vean a su propio juzgador –ver fotografía
en la que se observa al Magistrado en el museo de la memoria
el
día
24
de
marzo
pasado
con
ocasión
de
los
actos
conmemorativos de las víctimas del terrorismo de Estado-, lo
que fue aceptado por el propio Vocal, circunstancia que vale
aclarar no resulta objetable en ningún otro aspecto, pero sí
cuando se trata de quien debe decidir gravísimas imputaciones
en causas de esta naturaleza. Igualmente ello ocurre con el
conocimiento que
ahora hemos tomado, de que el
juramento
prestado por el magistrado implicaría una toma de posición
11
acerca
de
penosos
acontecimientos
verificados
en
nuestra
historia reciente, que torna razonable la generación de una
duda
en
los
justiciables
en
relación
a
la
imparcialidad
exigible a un juez al momento de juzgar los hechos de esta
causa.
Cabe
señalar
Magistrado
y
las
que
las
demás
preguntas
formuladas
por
el
circunstancias
señaladas,
en
su
conjunto constituyen indicios de naturaleza objetiva, que han
suscitado
un
estado
de
sospecha
razonable
en
orden
a
su
posible actuación futura, creando un estado de temor en los
acusados de manera progresiva y no por consumación en un
único instante.
En
testigos
efecto,
en
un
la
posibilidad
sentido
de
incriminador
repreguntar
para
los
a
los
imputados,
efectuar reservas y solicitudes al Presidente en el sentido
de que se deje constancia de determinadas circunstancias en
el acta de debate, es una conducta reservada para las partes
en el juicio, pero no es una facultad propia de los miembros
del Tribunal de juicio. Ello así, por cuanto, la garantía de
imparcialidad e independencia propia del juez impide para
éste,
intervenciones
circunstancia
de
que
de
tal
uno
de
naturaleza.
los
vocales
Por
ello,
la
integrantes
del
Tribunal desarrolle dichas conductas, tal como da cuenta la
transcripción del acta de debate, queda el estado de duda
razonable y justificado de que dicho juez pueda adoptar una
posición de parte en el juicio, reñida con la imparcialidad
requerida en el mismo dada su función de juzgador.
V)
Así
las
cosas,
y
si
bien
frente
a
preguntas
impropias existe un sistema de control que permite evitarlas,
lo relevante para el análisis de esta cuestión es la gravedad
que configura su pertinacia en formularlas durante el debate.
Al respecto, el sistema de contralor instaurado en el proceso
frente a preguntas sugestivas
o indicativas,
alude a las
partes del proceso como garantía de contralor mutuo a través
del Presidente, pero que cuando esas preguntas indicativas
provienen del propio magistrado que administra justicia, nos
colocamos ante un dilema insoluble, que lleva a las defensas
a sospechar algún interés en la resolución en un sentido
determinado.
12
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
En este contexto, cabe referir que el estado de duda
suscitado
en
los
justiciables
resulta
suficiente
para
vulnerar la garantía de imparcialidad, inherente al modelo
garantista o de estricta jurisdiccionalidad, consagrado en
los tratados internacionales receptados en la Constitución
Nacional y en las leyes procesales derivadas que nos rigen. Y
ello, en la medida que este modelo sostiene la justificación
específica del poder judicial y de sus pronunciamientos, no
en el valor político del órgano o en la justicia intrínseca
de
sus
decisiones,
sino
en
la
verdad
producto
de
la
racionalidad del proceso de conocimiento. De esta manera y
diferencia
de
reglamentos,
los
restantes
resoluciones
actos
del
administrativas
Estado
o
a
–leyes,
contratos-
los
que son legitimados sólo en la representación y el consenso
de la mayoría, en la caso de la judicatura encuentra su mas
USO OFICIAL
alta
legitimación
en
un
solo
sujeto,
el
imputado,
único
individuo de quien los jueces tiene que procurar, sino el
consenso,
sí
al
menos
la
confianza,
gracias
a
idóneas
garantías de recusación y sobretodo a una recta deontología
profesional
(Luigi
Ferrajoli,
“Derecho
y
Razón”)
(El
destacado me pertenece).
Por ello, es dable insistir que si bien es cierto que
ante
la
formulación
capciosa
o
de
sugestiva,
una
el
pregunta
presidente
inadmisible
del
por
tribunal
ser
puede
rechazarla, lo cierto es que una vez producida la misma por
parte de un juez, a la luz de las causales de recusación,
esta
ya
existe
como
dato
autónomo
a
valorar,
independientemente de que la misma haya sido aceptada o no
(arts. 118, 249, 375 ,389 2º párrafo
y conc. del C.P.P.N.).
No en vano el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha
señalado
concretamente:
“que
no
basta
que
un
juez
actuó
imparcialmente, sino que es preciso que exista apariencia de
imparcialidad; en esta materia incluso las apariencias tienen
importancia, ya que lo que está en juego es la confianza que
los
tribunales
deben
inspirar
a
los
ciudadanos
en
una
sociedad democrática”. (Ver TEDH caso: “Piersack”, sentencia
del 1 de octubre de 1982; en igual sentido, caso “De Cubre”,
sentencia del 26 de octubre de 1984).
En este lineamiento, cabe consignar que el modelo
procesal constitucional esta basado en una clara distinción
13
de roles que no admiten confusión, un órgano persigue y acusa
y otro juzga y pena (arts. 53 y 59; arts. 114 y 115 de la
C.N.), ello como resguardo de la imparcialidad (Ver en este
sentido CSJN, “Quiroga, Edgardo Oscar s/causa Nª 4302 – 2312-2004). En este sentido, los tratados internacionales han
incorporado de manera expresa el principio de imparcialidad,
ratificando el modelo constitucional acusatorio que separa e
independiza las funciones estatales antes citadas. Así, la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, en su art. 8.1
establece concretamente que: “Toda persona tiene derecho a
ser oída con las debidas garantías… por un juez o tribunal
competente, independiente, imparcial… en la sustanciación de
cualquier acusación penal formulada contra ella…”. Por su
parte, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
en su art. 14 establece en consonancia con lo antes expuesto
que: “…Toda persona tendrá derecho a ser oída públicamente y
con
las
debidas
garantías
por
un
tribunal
competente,
independiente e imparcial… en la sustanciación de cualquier
acusación de carácter penal formulada contra ella…”.
La
reforma
constitucional
del
año
1994,
con
la
incorporación de los tratados internacionales en su condición
de
vigencia
-con
la
aclaración
de
que
los
mismo
tienen
jerarquía constitucional y no derogan artículo alguno de la
primera
parte
complementarios
de
la
Constitución
de
los
derechos
y
y
deben
garantías
entenderse
para
ella
reconocidos-, no pueden ser dejados de tener en cuenta al
analizar las causales de recusación del art. 55 del C.P.P.N.,
máxime
en
un
caso
como
el
presente
donde,
las
pruebas
valoradas son suficientes para suscitar en forma razonable en
los acusados, dudas sobre el estado anímico del Magistrado en
cuanto
a
que
podrían
afectar
su
imparcialidad
en
el
juzgamiento de la presente causa.
De tal modo, la preeminencia de los tratados sobre
las leyes fue sostenida por la Corte en el caso “Ekmekdjian”
(Fallos 315:1492) como pauta insoslayable de interpretación
para
los
poderes
del
Estado
a
efectos
de
resguardar
las
obligaciones asumidas. A su vez, la Corte Interamericana de
Derechos Humanos ha establecido en autos “Almonacid” que los
jueces
internos
como
parte
del
Estado,
también
están
sometidos a ella, debiendo ejercer una especie de “control de
14
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
convencionalidad” entre
las
normas
jurídicas
internas
que
aplican en los casos concretos y la Convención. Lo contrario
implicaría un incumplimiento del estado argentino frente a la
comunidad
internacional
por
afectación
de
la
Constitución
Nacional, Tratados y Convenciones allí incorporados (art. 75
inc. 22 C.N.).
Por ello y por aplicación del principio “pro homine”,
que
impone
la
necesidad
de
privilegiar
la
interpretación
legal que más derecho acuerde al ser humano frente al poder
estatal,
las
posibles
imperfecciones
en
la
redacción
del
texto legal, deben ser superadas buscando la inteligencia que
no admita la pérdida del derecho invocado y reglamentado,
buscando una aplicación racional del mismo (Fallos: 306:940;
312:802 310 937; 312:1484 entre otros) y sobre todas las
cosas que se encuentre en consonancia directa con la garantía
USO OFICIAL
constitucional invocada como sustento de ese derecho.
En tal sentido la Corte Suprema de Justicia de la
Nación, ha sostenido con toda claridad: “... Que la garantía
de imparcialidad del juez es uno de los pilares en que se
apoya
nuestro
sistema
de
manifestación
directa
del
garantías
defensa
en
de
vinculación
con
las
enjuiciamiento,
principio
juicio
pautas
de
y
ya
que
acusatorio
debido
y
es
una
de
las
proceso,
organización
en
judicial
su
del
Estado...”, como así también “... Que en este contexto, la
imparcialidad
del
juzgador
puede
ser
definida
como
la
ausencia de prejuicios o intereses de éste frente al caso que
debe
decidir,
tanto
en
relación
a
las
partes
como
a
la
materia...” (recurso de hecho “Llerena Horacio s/abuso de
armas y lesiones, arts. 104 y 89 Código Penal –Causa N° 3221,
puntos 9°) y 10°) L. 486, XXXVI).
Pero además, no debe olvidarse que la exigencia de
imparcialidad
del
juez
no
es
solamente
una
garantía
del
acusado, sino que la misma integra el concepto de legalidad
que debe preceder toda actuación del estado en la órbita
judicial, como la única manera de “afianzar la justicia” como
mandato constitucional.
En
definitiva,
y
sin
desconocer
la
gravedad
que
importa separar a un juez de la Nación de la causa que está
entendiendo, en el presente, la realidad impone adoptar tal
decisión en resguardo de la administración de justicia, de la
15
efectiva vigencia de la Constitución de la Nación y de los
Tratados y Convenciones internacionales a ella incorporados,
todo ello en el convencimiento que la actuación del señor
magistrado Pérez Villalobo ha sido seriamente puesta en duda
en cuanto a su imparcialidad, puesto que resulta claro que si
bien las causales de recusación deben admitirse en forma
restrictiva, tal interpretación no puede tornar ilusorio el
derecho de los procesados si resulta contraria a la garantía
constitucional del debido proceso, lo que en
significa
poner
en
duda
la
rectitud
modo alguno
personal
del
juez
recusado (arts. 18 de la Constitución Nacional, 8.1 de la
Convención Interamericana
Internacional
de
Derechos
de Derechos Humanos, 14 del Pacto
Civiles
y
Políticos
y
55
del
C.P.P.N.).
Finalmente debo destacar que si bien debe entenderse
que las causales de recusación están taxativamente previstas
en el art. 55 del C.P.P.N., las causales invocadas en este
caso han trascendido la literalidad de la ley ritual, para
afincarse en el bloque de legalidad que hoy hace al sistema
legal vigente en nuestro país, constituido por nuestra Ley
Suprema
y
los
Tratados
y
Convenciones
Internacionales
incorporados por ella, con jerarquía superior a las leyes
(art. 75 inc. 22 de la Constitución Nacional).
En tal sentido, no puede negarse que desde el punto
de vista teleológico, el art. 55 del C.P.P.N. se explica en
cuanto describe en todos y cada uno de sus incisos aspectos o
situaciones que afectan la debida imparcialidad de un juez
para el juzgamiento de una causa determinada y por lo tanto,
no puede entenderse o ser interpretado como un tipo procesal
cerrado, pues ello afectaría su propia esencia tendiente a
asegurar la imparcialidad del juzgador.
En orden a la nulidad planteada por las partes, más
allá de que las mismas no fueron suficientemente fundadas
desde
que
no
se
analizaron
las
normas
ni
se
dieron
los
motivos de su interposición, lo que autoriza por sí mismo a
su rechazo ya que equivale a plantear una nulidad por la
nulidad misma, el suscripto entiende que los efectos de la
recusación en orden a la sanción procesal mencionada, sólo
alcanza los actos cumplidos con posterioridad al planteo de
recusación o en su caso de producida la inhibición o aceptada
16
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
la recusación, supuestos que en autos no han existido, desde
que el mismo día en que se planteara en el debate, no se
desarrolló acto procesal alguno más que el trámite de este
incidente; debiendo aplicarse en el presente lo reglamentado
en los art. 359, 3° párrafo y 365 del C.P.P.N. en cuanto
disponen
plenas
la
actuación
hasta
la
del
Juez
conclusión
Sustituto
del
debate
con
y
facultades
los
trámites
posteriores.
En
cuanto
al
planteo
de
inconstitucionalidad
formulado por la Dra. Natalia Bazán de los arts. 28 de la
Constitución Nacional y 60 inc. 2° del C.P.P.N., teniendo en
cuenta el resultado del presente pronunciamiento y conforme
lo
dispuesto
por
la
Corte
Suprema
al
señalar:
“...la
declaración de inconstitucionalidad no ha de efectuarse en
términos generales o teóricos porque se trata de la función
USO OFICIAL
más delicada de los jueces” (Tomo 58: 1087, 59, 1077; 61:337,
465), configurando un acto de suma gravedad que debe ser
considerado como la “última ratio” del orden jurídico (CSJN
Fallos, 302:1149; 303:241, 1708; esta Corte, Tomo 77:627;
83:665;
95:649;
122:589),
razón
por
la
cual
el
planteo
efectuado deviene en materia abstracta.
Por lo expuesto, me pronuncio en el sentido que debe
hacerse lugar al planteo de recusación efectuado por el Dr.
Osvaldo Viola y al que adhirieron la totalidad de los señores
defensores, en relación al Dr. José María Pérez Villalobo
para seguir entendiendo en la presente causa. Así voto.
El señor Juez de Cámara Subrogante, Dr. Carlos Julio
Lascano, dijo:
I.
septiembre
Alsina
Al
reiniciarse
el
del
corriente
año,
el
acusado
Gustavo
voluntad
de
recusar
al
manifiesta
su
debate
el
día
primero
de
Adolfo
señor
Juez
Subrogante Dr. José María Pérez Villalobo, por entender que
el mismo no le garantiza imparcialidad. Expresa que el 25 de
agosto pasado declaró la Señora Galagarra; ya casi al final
fue interrogada por Pérez Villalobo, y le preguntó quién era
el gobernador en 1974; la testigo respondió que fue el Dr.
Obregón Cano y entonces el Dr. Pérez Villalobo dijo “acaba de
ser homenajeado en el Congreso y acá está su hijo”. Obregón
Cano se levantó y abrazó a la testigo. Afirma el acusado
Alsina que con tales expresiones, el juez Pérez Villalobo
17
“puso
un
indicio
de
sospecha
de
su
imparcialidad”.
Acto
seguido Alsina acompaña prueba documental en siete fojas,
pidiendo sea agregada a la causa, haciendo referencia a una
fotografía “donde vemos que el Juez que me está Juzgando, el
24 de marzo de 2010, está en las inmediaciones del D2”. A
continuación
agrega:
“Me
pregunto
cómo
puede
integrar
el
Tribunal, habiendo manifestado en sus expresiones sociales y
ciudadanas su parcialidad sobre los hechos del caso, como de
igual
manera
lo
hará
al
resolver
en
definitiva.
Veo
transgredida la imparcialidad del juez que me está juzgando.
Mi
defensa
principio
en
de
juicio
la
la
veo
restringida,
inviolabilidad
de
alterada,
la
y
defensa
el
está
comprometido. El proceso está vulnerado”.
Finalmente
–como
consecuencia
de
lo
antes
manifestado- el acusado Alsina solicita se declare la nulidad
del acto del 25 de agosto de 2010 en cuanto a la declaración
de
la
testigo
Galarraga,
invocando
los
arts.
166,
167,
incisos 1, 2 y 3, 168, 169 y 170 del CPPN. Formula reserva
para impugnar todos y cada uno de los actos procesales en los
que ha participado el Sr. Dr. Pérez Villalobo, solicitando
sea apartado en forma inmediata del tribunal. Recuerda lo que
indica la CADH, art. 8 inc. 1 sobre el derecho a ser oído por
un juez imparcial.
II. Al realizar la fundamentación técnica del planteo
realizado por el acusado Alsina, su defensor
Dr. Osvaldo
Viola, expresa que recusa al Señor Vocal Subrogante, Dr. José
María Pérez Villalobo, porque los motivos expuestos por su
defendido afectan su imparcialidad para juzgar en esta causa.
Sostiene que la documentación ofrecida por Alsina –que llegó
s
su
conocimiento
“esta
semana”-
debe
ser
valorada
como
“evacuación de citas”. Solicita se ponga a disposición el
acta de juramento mediante la cual el Dr. Pérez Villalobo se
incorporó en carácter de vocal “de este Tribunal” –aunque
luego aclaró que se refiere al juramento en el Tribunal Oral
2- y deja ofrecidos testigos que oportunamente mencionará.
Plantea la nulidad de los actos del debate a partir de la
declaración de la testigo Galarraga, “donde se manifestó la
subjetividad
del
Dr.
Pérez
Villalobo
en
relación
a
los
acusados”. Deja formulada la reserva de casación y peticiona
18
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
se suspenda el debate hasta la resolución de la recusación
articulada.
III.
Conferida
vista
al
Señor
Fiscal
General
Maximiliano Hairabedián, opina que al planteo de Alsina y su
defensor
técnico
escuchar
el
se
le
informe
debería
del
dar
vocal
el
trámite
recusado,
y
de
en
ley,
caso
de
oposición de éste, disponerse la apertura a prueba.
IV.
Una
representantes
vez
de
oída
los
la
opinión
querellantes
y
de
de
los
los
letrados
defensores
técnicos de los restantes acusados, el Señor Presidente le
expresó
al
Señor
Juez
Subrogante,
Dr.
José
María
Pérez
Villalobo, que debía realizar el informe previsto por el art.
61 C.P.P.N., pudiendo optar por hacerlo en ese momento o
solicitar para ello un tiempo prudencial. Acto seguido, el
Señor Vocal recusado rechaza los motivos de la recusación. En
USO OFICIAL
primer término, niega lo afirmado por Alsina en el sentido
que
el
Dr.
Pérez
Villalobo
haya
referenciado
que
el
Dr.
Obregón Cano haya sido condecorado en Buenos Aires, y que
sólo cuando terminó de declarar la testigo Galarraga -como
ella había mencionado al Dr. Obregón Cano- simplemente le
hizo saber que estaba presente en la sala el hijo del Dr.
Obregón Cano. En segundo lugar, sostiene que la “sospecha de
parcialidad”
no
está
prevista
entre
las
causales
de
recusación del C.P.P.N. Luego expresa que la documentación
acompañada por el recusante es una fotocopia sin valor en sí
misma,
de
la
cual
el
señor
Alsina
habría
“apropiado
ilegalmente”. Que la supuesta fotografía ha sido tomada en el
Cabildo, se trata de un lugar público, un museo, y no se
puede impugnar a nadie por visitarlo, pero agrega que no sabe
si ocurrió el día 24 de marzo de 2010. Que el 24 de marzo es
un día feriado para los argentinos, como lo son el 25 de mayo
o el 9 de julio. Afirma que el 7 de marzo de 1996 juró como
juez del Tribunal Oral y lo hizo “por la Patria y el honor”;
concluye
diciendo:
“no
me
siento
un
juez
que
actúe
parcialmente”.
V.
En
la
continuidad
del
trámite
del
incidente
recusatorio, el día 2 de septiembre de 2010, se recepta la
prueba ofrecida por el recusante (copia auténtica del acta de
juramento del Dr. José María Pérez Villalobo como juez del
Tribunal Oral Federal en lo Criminal número 2 de esta ciudad;
19
declaración testimonial del abogado Santiago Alfonso Cirilo
Ferrer) al igual que la ampliación de la prueba documental,
consistente en una copia del escrito de recusación presentado
por
los
letrados
Elena
Rita
Genise
y
Gerardo
Ibáñez,
defensores de Luis Alberto López, en la causa número 1 Bis-P2010, caratulada “PINO VÍCTOR – LÓPEZ LUIS ALBERTO – MONES
RUIZ
ENRIQUE
PEDRO
p.ss.aa.
homicidio
calificado”,
que
tramita ante este mismo Tribunal, que contiene fotocopias de
unas fotografías que son identificadas como “Foto 2: Jóvenes
en motocicleta el 15 de marzo de 1971, en la ocasión en que
se produjo el denominado Viborazo o Segundo Cordobazo, que
enarbolan la bandera del Ejército Revolucionario del Pueblo,
con fuente en el Diario La Nación, publicada también en “Los
llaman Jóvenes Idealistas” (de Victoria Villarroel, CELTYV,
año 2009, p. 156; “Foto 3: recorte de la fotografía nro. 2,
joven que sería el Dr. José María Pérez Villalobo, quien
integra el Tribunal Oral Nro. 2 y subroga en el Tribunal Oral
Nro. 1”; se agrega: “Una fuente oficiosa, residente en la
ciudad de Córdoba”, ha reconocido la mencionada fotografía;
“Foto 4: en la que se observa a José María Pérez Villalobo
acompañado de una hija y una hermana, el día 24 de marzo de
2010, en ocasión de una Marcha por la Memoria en la Ciudad de
Córdoba.
La
fuente
proviene
www.horaciopalma.blogspot.com
julio
de
“Facebook”,
2010)…”.
sobre
Se
de
la
página
(publicación
acompañan
manifestaciones
web
del
además
denominada
día
26
de
fotocopias
de
“publicadas
y
de
acceso
público” por Emi Pérez Villalobo, sobre cuya autenticidad no
se pudo expedir la Oficina especializada dependiente de la
Cámara Federal de Apelaciones de esta ciudad, en el informe
que le fuera requerido por el Tribunal obrante a fs.
pedido
de
los
defensores
se
incorpora
expedida por Secretaría (fs. )
insertadas
en
declaraciones
Isaac
Rudnik,
el
de
acta
los
del
Rosario
certificación
en relación a
debate
testigos
una
en
Graciela
Rodríguez,
Fermín
el
. A
constancias
marco
Silvia
de
las
Galarraga,
Rivera,
Humberto
Vera, Roberto Avalle y Guillermo Birt.
VI. A continuación, en la audiencia prevista por el
art. 61 C.P.P.N., se reciben los informes realizados por las
partes. En primer lugar, lo hace el Dr. José María Pérez
Villalobo,
20
a
tenor
del
memorial
escrito
que
acompaña,
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
solicitando su incorporación, en base al cual peticiona el
rechazo de la recusación por los motivos allí expuestos, a
los
que
me
remito
por
razones
de
brevedad.
Seguidamente
informaron el defensor técnico del recusante, Dr. Osvaldo
Viola;
los
representantes
del
Ministerio
Público
Dres.
Maximiliano Hairabedián y Carlos Gonella, los representantes
de
los
querellantes,
Dres.
María
Elba
Martínez,
Lilian
Silvana Luque, Claudio Orosz. Juan Martín Fresneda y Juan
Miguel
Ceballos;
y
los
abogados
defensores,
Dra.
Marcela
Rojas, Natalia Bazán, Carlos Casas Nóblega (h), Pedro Orlando
Leguiza, Alejandro Cuestas Garzón, Julio Deheza, Guillermo
Dragotto
y
Marcelo
Arrieta;
destaco
que
los
defensores
técnicos, con distintos argumentos, adhieren a la recusación
planteada. El Defensor Oficial Marcelo Arrieta expresa que
por prudencia había decidido no opinar en este “doloroso”
USO OFICIAL
incidente que se ha planteado, pues en oportunidad de la
declaración
de
la
testigo
Galarraga
estaba
fuera
de
la
jurisdicción; que el testigo Dr. Ferrer dijo que quien lo
había invitado al acto de juramento “era el Dr. Arrieta, no
me acuerdo cuál fue la fórmula” por la que juró el Dr. Pérez
Villalobo, “sí recuerdo la mía porque uso la misma en todos
los cargos de la justicia”. Agrega el Señor Representante de
la Defensa Pública: “Lo importante no es la fórmula por la
que se jure sino cumplir con el juramento; hace quince años
hemos jurado, y todos saben que el Dr. Arrieta defiende, le
guste a quien le guste; si no lo he recusado al Dr. Pérez
Villalobo,
es
porque
nunca
encontré
la
causal;
estoy
convencido que va a respetar la fórmula, no lo he recusado
por
ningún
motivo
y
compartimos
la
diaria
tarea,
él
de
impartir justicia y la mía la de defender”.
VII. Habiendo quedado el incidente de recusación en
estado
de
cuestión
ser
resuelto,
planteada,
cabe
relacionada
entrar
al
análisis
fundamentalmente
de
la
con
la
garantía de imparcialidad del Tribunal, consagrada como uno
de los pilares del debido proceso, la cual se “expresa en la
actitud
de
acusatoria
mantener
y
de
la
la
misma
distancia
de
la
hipótesis
defensiva
durante
hipótesis
todo
el
proceso y hasta el acto mismo de la sentencia” (José Ignacio
Cafferata Nores y Aída Tarditti, “Código Procesal Penal de la
21
Provincia
de
Córdoba
–
Comentado”,
tomo
1,
Editorial
Mediterránea, Córdoba, 2003, p. 22).
1. La Corte Suprema de Justicia de la Nación, en
autos “Llerena, Horacio L.” (fallo del 17/5/2005, publicado
en La Ley 2005-C-559), en el considerando décimo de los votos
de los ministros Eugenio Raúl Zaffaroni y Elena Highton de
Nolasco,
ha
expresado
que
“la
imparcialidad
del
juzgador
puede ser definida como la ausencia de prejuicios o intereses
de éste frente al caso que debe decidir, tanto en relación a
las partes como a la materia. Así por ejemplo lo expresa
Ferrajoli:
“es
indispensable
para
que
se
garantice
la
ajenidad del juez a los dos intereses contrapuestos… Esta
imparcialidad del juez respecto de los fines perseguidos por
las
partes
debe
ser
tanto
personal
como
institucional”
(Ferrajoli, Luigi, Derecho y razón, trad. Ibáñez, Perfecto
Andrés, Trotta, Madrid, 1995, p. 581)”.
Más
adelante
se
expresa
en
dicho
voto
que
la
imparcialidad del juzgador puede analizarse desde dos puntos
de vista distintos, uno objetivo y otro subjetivo. “El primer
enfoque ampara
al justiciable
cuando éste pueda temer la
parcialidad del juez por hechos objetivos del procedimiento,
sin cuestionar la personalidad, la honorabilidad ni la labor
particular
segundo
del
magistrado
involucra
que
se
directamente
trate;
mientras
actitudes
o
que
el
intereses
particulares del juzgador con el resultado del pleito”.
En el considerando 12 del voto de los mencionados
magistrados de nuestro Máximo Tribunal se alude al “temor de
parcialidad
que
el
imputado
pueda
padecer”,
y
que
“la
garantía del juez imparcial, en sintonía con los principios
de
juez
natural
e
independencia
judicial,
debe
ser
interpretada como una garantía del justiciable que le asegure
plena igualdad frente al acusador y le permita expresarse
libremente y con justicia frente a cualquier acusación que se
formule contra aquél” (Fallos: 326:3842, disidencia de los
jueces Maqueda y Vázquez).
En
el
considerando
13
los
Corte Suprema expresan que “la
mismos
ministros
de
la
opinión dominante en esta
materia establece que la imparcialidad objetiva se vincula
con el hecho de que el juzgador muestre garantías suficientes
tendientes
22
a
evitar
cualquier
duda
razonable
que
pueda
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
conducir a presumir su parcialidad frente al caso. Si de
alguna manera puede presumirse por razones legítimas que el
juez genere dudas acerca de su imparcialidad frente al tema a
decidir, debe ser apartado de su tratamiento, para preservar
la confianza de los ciudadanos –y sobre todo del imputado- en
la administración de justicia, que constituye un pilar del
sistema democrático”.
A continuación agregan: “Con claridad meridiana lo
explica Roxin cuando asevera que “En el conjunto de estos
preceptos está la idea de que un juez, cuya objetividad en un
proceso determinado está puesta en duda, no debe resolver en
ese
proceso,
mantener
tanto
la
en
interés
confianza
en
de
la
las
partes
como
imparcialidad
para
de
la
administración de justicia” (Roxin, Claus, Derecho Procesal
Penal, trad. Córdoba, Gabriela y Pastor, Daniel, Editores del
USO OFICIAL
Puerto, Bs.As., 2000, p. 41)”.
2.
Este
Tribunal,
en
sentencia
dictada
el
10
de
abril de 2008, en autos “Menéndez, Luciano Benjamín y otros
p.ss.aa. privación ilegítima de la libertad, imposición de
tormentos
agravados
y
homicidio
agravado”
(Expte.
Nº
40,
conocido como causa “Brandalisis”), con el voto de los jueces
Jaime Díaz Gavier y José Vicente Muscará, al resolver la
recusación articulada en contra del entonces vocal de ese
Tribunal,
Dr.
Carlos
Otero
Álvarez,
ha
rescatado
correctamente el principio de juez natural, que “en resguardo
de la garantía del debido proceso, se encuentra asegurada a
través de distintas normas, cuyo orden de prelación es desde
la propia Constitución Nacional a las normas adjetivas, es
decir,
normas
legales
que
instituyen
y
organizan
la
magistratura, y que en definitiva determinan en qué casos
deberán
intervenir
a
los
fines
de
ejercer
su
poder
jurisdiccional, atento su competencia. En este contexto, el
ordenamiento legal vigente en nuestro país ha instituido un
sistema que imposibilita la manipulación de los Tribunales
competentes por parte, no sólo de las autoridades públicas,
sino también de los sujetos intervinientes en el marco de un
proceso en particular”.
El ilustrado voto de los Dres. Díaz Gavier y Muscará
afirma
que
la
jurisprudencia
tanto
de
la
Excma.
Cámara
Nacional de Casación Penal como de la Excma. Corte Suprema de
23
Justicia
de
la
Nación,
coincide
en
que
los
supuestos
de
recusación deben ser interpretados restrictivamente, dado que
una
postura
contraria
equivaldría
a
dar
a
las
partes
un
instrumento eficaz para separar al Juez interviniente cuando
sus
decisiones
evitándose
no
le
sean
justamente
así
o
puedan
que
el
no
ser
favorables,
cuestionamiento
se
transforme en un medio espúreo para apartar a los jueces del
conocimiento
de
las
causas
que
por
norma
legal
les
corresponde. Así y coincidentemente se ha dejado sentado que
las
recusaciones,
interpretación
aun
con
causa,
restrictiva
extraordinarios
y
“...pues
desplazamiento
de
la
son
necesariamente
reservadas
su
legal
y
sólo
aplicación
normal
para
casos
provoca
competencia
de
el
de
los
magistrados, con afectación del principio constitucional del
juez natural.” (C.S.J.N.: “Industrias Mecánicas del Estado c.
Borgward Argentina S.A. y otros”- 30/04/1996; C.N.C.P. –Sala
III:
“Roselló
Eliseo
A.
s/recusación”;
Causa
N°
2307,
30/8/99).
En
consecuencia,
ambos
magistrados
titulares
de
este Tribunal Oral sostienen que “la recusación de un juez es
un
acto
grave
“fundamentación
que
por
seria
y
su
trascendencia
precisa”,
de
requiere
modo
que
si
una
la
interposición del escrito que la plantea, está desprovista de
todo fundamento y prueba, la misma debe ser rechazada. Por
ello,
la
ley
procesal
en
su
art.
59,
al
reglamentar
la
actividad recusatoria en el marco del proceso penal, requiere
bajo pena de inadmisibilidad que la misma sea articulada por
un escrito que indique “los motivos en que se basa y los
elementos de prueba, si los hubiere”.
Los Dres. Díaz Gavier y Muscará también expresan que
“los
recusantes
no
han
incorporado
ni
argumentado
ningún
elemento objetivo que permita poner en duda la actuación del
Juez recusado. Conforme Clariá Olmedo, “Tratado de Derecho
Procesal Penal”, T. II, pág. 242 – Ediar S.A. Editores – Ed.
1962”: indiscutiblemente, el apartamiento del juez sólo ha de
producirse cuando exista fundada sospecha de parcialidad; lo
que como ya se señaló no se advierte en autos. Concluyen
diciendo en el considerando V: “….los suscriptos somos del
criterio
que
las
causales
de
recusación
a
más
de
ser
taxativas deben ser siempre interpretadas restrictivamente,
24
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
es decir que las mismas nacen de la ley y no de la voluntad
de
las
partes.
Su
invocación
requiere
necesariamente
de
argumentaciones sólidas y serias que permitan dudar de la
imparcialidad
del
Juzgador
que
tienda
a
comprometer
la
administración de justicia; circunstancia ésta que desde ya y
como se ha venido señalando no ha ocurrido.”
3.
Similares
consideraciones
realizó
este
Tribunal
Oral cuando con los votos del Señor Juez titular, Dr. Jaime
Díaz Gavier y de un juez subrogante, el 11 de marzo de 2009
rechazó la recusación en contra del Dr. Carlos Otero Álvarez,
en los autos “Menéndez, Luciano Benjamín y otros p.ss.aa.
privación
ilegítima
de
libertad,
imposición
de
tormentos
agravados y homicidio agravado” (Expte. Nº 281/08).
4. Igualmente, este Tribunal Oral –con el voto del
Señor Juez Subrogante, Dr. José Camilo Quiroga Uriburu y del
USO OFICIAL
suscripto
como
Juez
Subrogante-
en
el
mes
de
marzo
del
corriente año, con argumentos similares a los anteriores,
rechazó
por
extemporánea
la
recusación
articulada
por
el
Defensor Oficial en representación de Miguel Ángel Gómez, en
contra del Dr. Jaime Díaz Gavier, por haber sido formulada
fuera del plazo previsto por la ley bajo sanción de caducidad
(art.
354
C.P.P.N.).
El
mismo
planteo
de
recusación
fue
reeditado por Miguel Ángel Gómez contra el Dr. Jaime Díaz
Gavier, quien había sido designado Juez subrogante en los
autos “Menéndez, Luciano Benjamín; Rodríguez, Hermes Oscar;
San Julián, José Eugenio; Jabour, Yamil; Gómez, Miguel Ángel;
Yanicelli,
Carlos
Alfredo;
Antón,
Mirta
Graciela;
Rocha,
Fernando Martín; Salgado, Gustavo Rodolfo; Merlo, Luis David;
Lucero,
Alberto
Luis;
Flores,
Calixto
Luis,
p.ss.aa.
privación ilegítima de la libertad agravada, imposición de
tormentos agravados” (Expte. M-13-09, conocida como la causa
“Gontero”),
por
entonces
radicados
ante
el
Tribunal
Oral
Federal en lo Criminal Nº 2 de esta ciudad, el cual, con el
voto del Dr. José María Pérez Villalobo y del suscripto, por
resolución del 27 de abril de 2010, rechazó el pedido de
exclusión del Dr. Jaime Díaz Gavier, por razones análogas a
las consignadas en la causa referenciada previamente.
VIII. 1. El Código Procesal Penal de la Nación, para
hacer efectiva la garantía de imparcialidad del Juzgador, ha
regulado los institutos de la inhibición y la recusación,
25
detallando
párrafo-
ha
oportunidad
las
causales.
establecido
para
inadmisibilidad,
En
la
el
regla
interponer
en
la
art.
la
etapa
60
–en
general
en
recusación,
del
su
primer
cuanto
a
la
pena
de
“durante
el
bajo
plenario:
término de citación”, que no es otro que el fijado en el art.
354
C.P.P.N.:
procedentes
el
de
plazo
de
Juzgados
diez
ubicados
días
en
para
la
las
misma
causas
sede
del
Tribunal o de quince días, si se trata de sedes distintas.
Ninguna de las partes interpuso recusación contra el Dr. José
María Pérez Villalobo, en el término de diez días desde la
fecha del respectivo decreto de citación a juicio, tanto en
la presente causa, cuanto en la que se acumuló, la conocida
como “Gontero”, proveniente del Tribunal Oral Federal en lo
Criminal nº 2 de esta ciudad.
2. El segundo párrafo del art. 60 C.P.P.N., establece
dos
únicas
procesal
excepciones
para
a
interponer
la
regla
recusación.
sobre
Una
la
de
oportunidad
ellas
es
la
hipótesis de “ulterior integración del tribunal”, donde el
plazo de caducidad para recusar es de 48 horas, contadas
desde la notificación de aquella integración. En el presente
caso, luego que la Cámara Nacional de Casación Penal dispuso
la acumulación de los autos “Gontero” a la presente causa,
ante este Tribunal Oral, la mencionada Cámara de Casación
designó
al
Dr.
José
María
Pérez
Villalobo,
como
Juez
Subrogante de este Tribunal, en reemplazo del Dr. José Camilo
Quiroga Uriburu, quien había sido designado para cubrir la
vacante del Dr. Carlos Otero Álvarez; una vez notificada esa
integración del Tribunal con el Dr. Pérez Villalobo, venció
el plazo de caducidad, sin que las partes hubieran articulado
recusación en su contra.
3. La segunda excepción contemplada en el segundo
párrafo del art. 60 C.P.P.N., con respecto a la oportunidad
procesal para plantear recusación, está constituida por el
“caso de causal sobreviniente”, debiendo entenderse por tal
la ocurrencia de algún hecho encuadrable en los distintos
incisos del art. 55 del régimen nacional de enjuiciamiento
penal, que tenga lugar con posterioridad al vencimiento de
los plazos de caducidad de diez días (art. 354) y cuarenta y
ocho horas desde la notificación de la ulterior integración
26
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
del tribunal (primera excepción regulada en el mismo art. 60,
segundo párrafo C.P.P.N.).
Así las cosas, en esta segunda excepción el plazo de
caducidad
para
interponer
la
recusación
es
también
de
cuarenta y ocho horas “de producida”. En este punto el Código
Procesal Penal de la Nación difiere de otros ordenamientos
procesales provinciales, como el de Córdoba, cuyo art. 67,
segundo párrafo, dispone que “la recusación que se fundamente
en una causal producida o conocida después de los plazos
susodichos, podrá deducirse dentro de las 24 horas a contar
de la producción o del conocimiento”.
Sin embargo, la recta interpretación del plazo de
caducidad establecido por el Código Nacional sostiene que
debe computarse desde el conocimiento del hecho que da lugar
a
la
causal
USO OFICIAL
correponde
invocada,
a
posibilidad
quien
de
producción.
invoca
conocer
Por
reglamentación
extremo
del
que
el
tal
cuya
no
derecho
en
el
las
o
no
una
partes
a
le
tuvo
la
de
su
momento
resulta
de
probatoria
conoció
suceso
motivo,
carga
razonable
recusar
al
Juzgador, sin menoscabo de la garantía de imparcialidad del
tribunal
que
deriva
internacionales
del
art.
consagrados
con
18
C.N.
jerarquía
y
de
los
pactos
constitucional
a
partir del art. 75 inc. 22 C.N., reformado en 1994. Una mayor
extensión del plazo de caducidad, podría conspirar contra los
principios
de
celeridad,
inmediación,
concentración
y
duración razonable del proceso emergentes de la garantía del
debido proceso (art. 18 C.N.), pues en nuestro caso concreto,
nos
encontramos
en
plena
realización
de
la
audiencia
de
debate, en un juicio complejo por la cantidad de imputados,
víctimas y querellantes, donde a lo largo de dos meses de
intensa labor se han receptado más de cuarenta testimonios,
restando aún escuchar a un número aún mayor de testigos y la
incorporación
de
otros
elementos
probatorios,
para
poder
arribar a la etapa de la discusión final y el dictado de la
sentencia. Por tal motivo, estimo que el referido plazo no se
encuentra en pugna con ninguna disposición constitucional ni
de
los
tratados
internacionales
que
integran
el
bloque
constitucional. Por consiguiente, siendo la declaración de
inconstitucionalidad
concreto,
la
ultima
de
una
ratio,
determinada
según
lo
norma
entiende
en
un
caso
inveterada
27
jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación,
la pretendida exigüidad del plazo de caducidad de 48 horas
señalado por el art. 60 C.P.P.N., en la excepcional hipótesis
de una “causal
sobreviniente”,
se ve neutralizada con la
interpretación amplia en el sentido que el mencionado término
debe comenzar a correr desde la medianoche del día en que la
parte recusante conoció la existencia del hecho constitutivo
de aquella causal, conocimiento que aquélla tiene el deber de
demostrar,
en
cuanto
a
sus
circunstancias
de
personas,
tiempo, modo y lugar. En consecuencia, debe ser rechazado el
planteo de inconstitucionalidad que al respecto ha formulado
la Defensora Oficial Ad-hoc, Dra. Natalia Bazán, con adhesión
de los Dres. Julio Deheza y Guillermo Dragotto, fundado en
que tal plazo desnaturalizaría la garantía del juez imparcial
consagrada por las convenciones internacionales de Derecho
Humanos con rango constitucional. Similares consideraciones
cabe efectuar con relación al planteo de inconstitucionalidad
del art. 61 C.P.P.N., efectuado por el Señor Defensor Oficial
Dr.
Marcelo
disposición
Arrieta,
legal
en
cuanto
establece
la
que
última
el
parte
tribunal
de
dicha
competente
resolverá el incidente de recusación dentro de las cuarenta y
ocho horas, sin recurso alguno.
IX.
expuesto
Ingresando
por
el
al
análisis
acusado
Gustavo
del
hecho
Adolfo
concreto
Alsina,
como
constitutivo de una “causal sobreviniente” de recusación del
Juez
Dr.
José
María
Pérez
Villalobo,
que
habría
dado
fundamento razonable al “temor de parcialidad” del mencionado
imputado, cabe advertir que, casi al final de la declaración
testimonial
rendida
por
Graciela
Silvia
Galarraga,
la
deponente fue interrogada por el nombrado magistrado, quien
inquirió el nombre del gobernador de la Provincia en 1974; la
testigo respondió que fue el Dr. Obregón Cano y entonces el
Dr. Pérez Villalobo dijo: “acaba de ser homenajeado en el
Congreso y acá está su hijo”. Obregón Cano se levantó y
abrazó a la testigo. Afirma el acusado Alsina que con tales
expresiones, el
juez Pérez Villalobo “puso un
indicio de
sospecha de su imparcialidad”.
1. Debo aclarar que no se corresponde exactamente con
la realidad de lo sucedido la afirmación de Alsina en el
sentido que el Dr. José María Pérez Villalobo le manifestó a
28
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
la
1810-2010
testigo que el
ex
gobernador
Obregón
Cano
había
sido
homenajeado recientemente en el Parlamento Nacional, pues en
verdad, según puede leerse en el certificado expedido por
Secretaría, fue la propia testigo quien tras mencionar el
nombre y apellido de dicho gobernador, agregó “el viernes le
hicieron un homenaje”.
2. Resulta decisivo tener en cuenta la fecha en que
tuvo lugar la aludida declaración testimonial de la señora
Galarraga: el día miércoles 25 de agosto de 2010, en horas de
la
tarde.
imputado
El
tribunal
Alsina
principio
de
y
y
su
todas
las
defensor
“inmediatez”
partes
técnico)
tomaron
(incluidos
en
virtud
directo
y
el
del
absoluto
conocimiento de dicho acto procesal, sin formular ninguna
objeción al interrogatorio formulado a la testigo por el
vocal Pérez Villalobo, quien actuó en ejercicio de facultades
USO OFICIAL
acordadas por los arts. 375 y 389 C.P.P.N.
Por consiguiente, a partir de la medianoche del día
25 de agosto de 2010 comenzó a correr el plazo de caducidad
de 48 hs. para interponer recusación contra el mencionado
magistrado, invocando la producción y conocimiento de tal
“causal sobreviniente”.
Entonces, el aludido plazo del art. 60 de la ley
ritual expiró indefectiblemente el lunes 30 de agosto de 2010
a la segunda hora de oficina. Por ello, resulta indudable que
la recusación deducida por el acusado Alsina una vez que se
reanudó
el
debate
el
día
primero
de
septiembre
de
2010,
minutos después de las 10 hs., deviene extemporánea y se ha
producido la caducidad del derecho tardíamente ejercido.
3. En nada obsta a lo expresado precedentemente la
pretensión del acusado Alsina y su defensor –para dotar de
apariencia de razonabilidad a la sospecha de parcialidad que
endilgaron a las preguntas efectuadas a la testigo Galarraga
por el magistrado cuestionado- de invocar otros sucesos que
habrían ocurrido con anterioridad a la audiencia del debate
en
esta
causa,
circunstancias
los
temporales
cuales
que
–precisamente
analizaré
más
por
adelante-
las
no
pueden tampoco ser considerados como “causal sobreviniente” a
los fines de la interposición de la recusación contra el Dr.
Pérez Villalobo, y, en consecuencia, también ha operado a su
29
respecto
la
caducidad
del
derecho
a
recusar
al
juez
mencionado.
4.
A
mayor
abundamiento,
aunque
a
mero
título
de
hipótesis se admitiera que no habría vencido el plazo de
caducidad
de
la
recusación
basada
en
que
la
forma
de
interrogar a la testigo podría generar en el acusado una
“sospecha
afirmo
de
que
parcialidad”
ésta
razonabilidad
no
del
reúne
magistrado
las
Pérez
exigencias
de
Villalobo,
seriedad
y
que ameriten considerar que el mencionado juez
se hubiera formado un prejuicio sobre la culpabilidad de
Alsina
o
sobre
otras
circunstancias
relevantes
para
la
decisión de las acusaciones que se le dirigen. Por ello, la
pretensión
de
apartarlo
del
conocimiento
de
esta
causa,
también desde el punto de vista sustancial luce claramente
improcedente.
En
efecto:
Julio
B.
J.
Maier,
“Derecho
Procesal
Penal. II. Parte general. Sujetos procesales”, Editores del
Puerto, primera edición, Buenos Aires, 2004, p. 559, enseña
que
“el
temor
de
parcialidad
es
un
motivo
genérico
de
exclusión de un juez, siempre que quien lo esgrima, alguien
interesado en el procedimiento y su solución, demuestre la
situación especial en que se halla el juez y su relación con
la sospecha de parcialidad”. El mencionado catedrático, en la
página 561 expresa que quien invoca dicha causal de exclusión
del juez debe: “a) verificar mediante prueba fehaciente la
situación de la que parte y que detalla; b) demostrar, al
menos argumentalmente, que el caso es analógico en seriedad e
importancia
a
alguno
de
los
reglados;
y
c)
verificar
el
vínculo actual de la situación particular con el temor de
parcialidad”. Según el autor, éste debe determinar intereses,
prejuicios
o
conocimientos
especiales
con
relación
a
la
causa.
En tal sentido, la Cámara Nacional de Casación Penal,
Sala IV (Dres. Diez Ojeda, Hornos y González Palazzo), en
sentencia del 3 de junio de 2009, en autos “Duret, Alejandro
Guillermo s/recurso de casación”, ha rechazado la recusación
de un magistrado por no haberse expedido sobre la existencia
de los hechos ni de la autoría y responsabilidad de los
imputados. Por el contrario, sostiene que sus comentarios, en
todo caso, pueden catalogarse como apreciaciones generales
30
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
respecto a los hechos que dieron génesis a los denominados
procesos de derechos humanos.
En el presente caso luego que la testigo Galarraga se
hubiera referido a sus actividades de promoción social y de
militancia política en la Juventud Peronista, en los años 70,
mencionando al ex vice-gobernador Atilio López, pudo haber
llevado al juez Pérez Villalobo a interrogar a la declarante
sobre el nombre y apellido del gobernador de Córdoba en la
época que aquélla fue detenida. El comentario posterior del
magistrado
recusado
sobre
Horacio Obregón Cano,
la
presencia
en
el
debate
de
hijo del ex gobernador depuesto por
una sedición policial, carece por sí sola de relevancia para
demostrar
la
existencia
contrario
al
interés
sentido,
la
USO OFICIAL
considerado
sala
que
I
algún
procesal
de
no
de
la
prejuicio
de
los
C.N.C.P.
constituye
del
juzgador
acusados.
(JPBA,
adelanto
de
En
tal
116-93-326)
opinión
ha
“haber
hecho referencia a la victimización, pues ello no implica que
el imputado sea autor del delito”.
5. Tampoco tienen aquella relevancia las preguntas
efectuadas por el juez recusado a los testigos Isaac Rudnick,
Rosario
Rodríguez,
Fermín
Rivera,
Humberto
Avalle
y Guillermo Birt, como igualmente algunas de las
constancias en acta solicitadas por
letrados;
igual
conclusión
constancia
solicitada
en
Roberto
aquél y por algunos
corresponde
relación
Vera,
a
respecto
una
de
expresión
la
de
la
imputada Mirta Graciela Antón, en el marco de la ampliación
de su declaración indagatoria. Destaco que cada uno de esos
eventos
ocurrió
con
anterioridad
a
la
declaración
de
la
testigo Galarraga, motivo por el cual ya habían vencido los
respectivos
plazos
y
se
había
operado
la
preclusión
del
derecho de recusar al juez Pérez Villalobo en base a tales
intervenciones
en
el
debate,
actividad
que
–es
preciso
señalar- se desarrolló dentro de las atribuciones que les
confieren a los integrantes del tribunal los arts. 118, 375 y
389 del C.P.P.N., siempre bajo la dirección del Presidente.
Ello
es
así
por
cuanto,
según
Guillermo
Rafael
Navarro y Roberto Raúl Daray, “Código Procesal Penal de la
Nación.
Análisis
doctrinal
y
Hammurabi, Buenos Aires, 2008,
tercer
párrafo,
del
Código
de
jurisprudencial”,
tomo
2,
p. 1113, el artículo 118,
rito,
establece
que
“las
31
preguntas que se formulen no serán capciosas ni sugestivas”;
a su vez, en la página 1133 los mencionados autores enseñan
que
es
deber
del
Presidente
del
tribunal
rechazar
toda
pregunta inadmisible, aclarando que si ella es impertinente o
ha sido concretada de modo capcioso o sugestivo, deberá ser
reformulada. No consta que el defensor técnico del acusado
Alsina
se
hubiera
opuesto
a
ninguna
de
las
preguntas
formuladas por el Dr. Pérez Villalobo, como así tampoco que
éstas hubieran sido motivo de observación por parte del Señor
Presidente, como director del proceso.
En
magistrado
consecuencia,
cuya
exclusión
las
se
citadas
busca,
expresiones
no
del
representan
un
“adelanto de opinión” en relación a cuestiones que son o
puedan llegar a ser objeto del debate que se viene llevando a
cabo en este proceso.
X. Igualmente ha operado el plazo de caducidad del
derecho
de
recusar
fotografía
al
vocal
en
cuestión
en
base
a
la
en la que se observa al Dr. José María Pérez
Villalobo acompañado de miembros de su familia, en un museo
público del Estado Provincial ubicado en el Cabildo histórico
de
nuestra
ciudad.
Al
respecto,
es
significativo
que
de
ninguna manera el incidentista Alsina ha logrado demostrar –
como le correspondía- las circunstancias de personas, tiempo,
modo y lugar en que dicha documentación habría llegado a sus
manos.
Tampoco
han
sido
acreditados
tales
extremos
en
relación a la copia de la recusación deducida el 31 de agosto
de 2010 por los Dres. Genise e Ibañez contra el Dr. Pérez
Villalobos en la causa “López”, que fue incorporada por el
Dr. Osvaldo Viola al incidente de recusación contra el mismo
magistrado en el presente proceso, al día siguiente de su
promoción. Por tal motivo, tal presentación extemporánea en
modo alguno puede ser considerada como una nueva
recusación
del
Villalobo,
acusado
porque
aquel
letrados
Alsina
contra
escrito
defensores
del
del
el
magistrado
31/8/10
entonces
fue
Pérez
suscripto
Subteniente
Luis
por
los
Alberto
López, quien no está acusado en el presente juicio sino en
otro distinto, en el cual no se encuentra imputado el señor
Alsina.
Es
importante
destacar
que
-según
la
referida
documentación presentada por el letrado del acusado Alsina32
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
fuente
proviene
su
de
la
www.horaciopalma.blogspot.com
página
web
(publicación
denominada
del
día
26
de
julio de 2010)…”. Esta fecha y la alegada circunstancia que
se habría extraído de un sitio de Internet de acceso público,
me conducen a la duda razonable que el acusado Alsina o su
defensa técnica recién hubieran tomado conocimiento de dicho
material el día 1º de septiembre de 2010, como sostuvo su
letrado, a quien correspondía demostrar claramente que tal
información les llegó en ese momento, como asimismo las demás
circunstancias de personas, modo y lugar.
Destaco
-para
reforzar
la
conclusión
sobre
la
extemporaneidad de la invocación de esta documentación por el
defensor de Alsina- que ella habría tenido su origen con
anterioridad al 4 de agosto de este año, toda vez que el
Señor Horacio Palma –presunto titular del mencionado “blog”-
USO OFICIAL
en la nota de “Gualeguay al día”, haría mención a aquella
fecha al relacionarla con la reapertura de “la investigación
en
Rosario
sobre
el
secuestro,
tortura
y
asesinato
del
Coronel Argentino del Valle Larrabure…”. En el párrafo final,
el nombrado Palma habría sostenido que publicó la foto de la
familia Pérez Villalobo en el frente del Museo de la Memoria
y que “un abogado la presentó en juicio”, sin precisar la
identidad de este letrado, la carátula y radicación de ese
proceso y la fecha de presentación, todo lo cual me produce
una
razonable
impide
duda
otorgarle
indicio
de
la
sobre
la
eficacia
supuesta
seriedad
de
convictiva,
parcialidad
esta
ni
del
prueba
que
siquiera
como
magistrado
cuya
exclusión se pretende.
X. La asunción del Dr. José María Pérez
Villalobo
como integrante del Tribunal Oral Federal nº 2 tuvo lugar
hace más de
que
se
catorce años, en una ceremonia formal y solemne
encuentra
plasmada
en
un
instrumento
público
con
validez probatoria erga omnes, por no haber sido redargüido
de
falso,
cuya
fotocopia
auténtica
ha
expedido
el
Señor
Secretario de la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba
(fs.
); en dicha acta se deja constancia del
juramento
prestado por aquel magistrado y por los Dres. Octavio Cortés
Olmedo y José María Tribuzzio, de desempeñar correctamente
sus
funciones
judiciales
con
arreglo
a
la
Constitución
Nacional y la legislación vigente.
33
Por tal motivo resulta difícil aceptar el supuesto
aditamento que –según los dichos del abogado Santiago Ferrerhabría
efectuado
el
Dr.
José
María
fórmula de juramento mencionada
Pérez
Villalobo
por éste como
a
la
la elegida
(“por la Patria y el honor”) que aludiría a los “héroes de
Trelew” y que habría sido motivo de comentarios entre los
numerosos asistentes a dicho acto, que tuvo amplia cobertura
de prensa; por ello tampoco es de recibo la afirmación que
aquel
supuesto
“agregado”
del
Dr.
Pérez
Villalobo
recién
hubiera sido conocido por Alsina y su letrado –al igual que
por otros defensores oficiales y particulares- en un momento
inmediatamente
anterior
a
la
audiencia
del
día
1°
de
septiembre del corriente año; al mismo tiempo –de haber sido
real
lo
escuchado
por
el
testigo
Ferrer
en
el
acto
de
juramento de varios magistrados y funcionarios judiciales,
entre los cuales se encontraba su amigo el Defensor Oficial
Marcelo Arrieta- resulta sugestivo que éste último no hubiera
podido recordar haber percibido en aquel momento la supuesta
expresión del magistrado Pérez Villalobo, que habría llamado
poderosamente la
atención de los concurrentes
al acto, a
tenor de lo declarado por su amigo Ferrer. Por todo ello, los
representantes
del
Ministerio
Público
han
postulado
correctamente su rechazo como una “causal sobreviviente” de
recusación,
aunque
el
Dr.
Maximiliano
Hairabedián
haya
manifestado como inquietud de la Fiscalía, que si el hecho
endilgado
al
magistrado
cuestionado
realmente
hubiera
existido, por su delicadeza y decoro, el Dr. Pérez Villalobo
debería
analizar
su
inhibición,
lo
cual
aparece
como
de
difícil concreción si se tiene en cuenta la enfática negativa
del nombrado magistrado de haber efectuado el agregado que se
le
atribuye
respecto
de
la
fórmula
de
juramento
por
él
utilizada (“por la Patria y el honor”).
XI. Por todo lo expuesto, corresponde rechazar la
recusación articulada por el acusado Gustavo Adolfo Alsina en
contra
del
Señor
Vocal
Subrogante
Dr.
José
María
Pérez
Villalobo, por ser extemporánea y por no haber el recusante
cumplido la carga procesal de demostrar que el “temor de
parcialidad” que alega tiene fundamento serio y razonable en
bases
objetivas,
debiendo
eximirse
de
las
costas
al
incidentista atento que pudo haber entendido que existían
34
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
que permitieran
motivos
mencionado
magistrado,
dudar
la
de
cual
la
imparcialidad
constituye
uno
del
de
los
basamentos de las garantía constitucional del debido proceso
y de la defensa en juicio.
XII. Cabe recordar que constituye una sabia regla
de hermenéutica jurídica aquélla que establece que no puede
declararse la nulidad de un acto procesal en función de la
“nulidad misma”, sin que se demuestre acabadamente cuál sería
el agravio que en el caso concreto se habría producido al
derecho de defensa del justiciable. En consecuencia y atentas
las razones expuestas en el apartado 4 del considerando IX,
también corresponde el rechazo de la nulidad impetrada por el
encartado
Gustavo
Alsina
con
relación
a
la
declaración
testimonial de la señora Graciela Silvia Galarraga, dado que
las preguntas que le efectuara el vocal Pérez Villalobo –
USO OFICIAL
dentro de las atribuciones conferidas a los miembros del
tribunal
por
nuestra
ley
de
enjuiciamiento
criminal-
no
fueron motivo de cuestionamiento alguno por las partes a su
admisibilidad porque habrían sido supuestamente capciosas o
indicativas, como así tampoco fueron objeto de algún pedido
de reformulación por parte del director del proceso, el Señor
Presidente del tribunal. En consecuencia, las respuestas de
la testigo deberán ser valoradas a la luz de las reglas de la
sana crítica racional en oportunidad de dictar sentencia. La
mera indicación efectuada por el Dr. Pérez Villalobo a la
testigo, cuando
ya concluía su
declaración, acerca de la
presencia a su lado del hijo del ex gobernador Obregón Cano,
carece
de
relevancia
para
privar
de
eficacia
a
dicho
testimonio.
XIII.
Por
último,
deberán
tenerse
presente
las
reservas formuladas por las partes de interponer los recursos
de casación y extraordinario federal. Así voto.
El
señor
Juez
de
Cámara
doctor
Abel
G.
Sánchez
Torres, dijo:
I.- En relación con el asunto traído a decisión del
suscripto en las presentes actuaciones, considero necesario
abordar el análisis efectuando las siguientes apreciaciones
preliminares:
Sabido
es
que
las
causales
de
inhibición
y
recusación previstas en nuestro sistema procesal penal tienen
35
el objeto primordial de garantizar la imparcialidad de los
magistrados –garantía de jerarquía constitucional, según el
artículo 18 de nuestra Carta Magna-, de modo que, en el
ejercicio
de
su
función
jurisdiccional,
aquellos
se
encuentren en situación de terceros desinteresados frente a
cada una de las partes del proceso.
De conformidad a nuestra normativa de máximo rango,
la
garantía
del
juez
imparcial
supone
dos
protecciones
expresas, a saber: el derecho a no ser juzgado por comisiones
especiales y a no ser apartado de los jueces designados por
la ley antes del hecho que motiva la causa. Tal, lo que se
denomina garantía de juez natural, cuya finalidad consiste en
asegurar la máxima imparcialidad en el juzgamiento de las
personas.
En cuanto a definición doctrinaria se refiere, la
imparcialidad
ha
sido
encuadrada
como
la
posición
que
“...deben tener los magistrados instituidos conforme a la ley
para
juzgar
casos
generales
y
con
competencia
asignada
también por normas generales, dictadas antes de los hechos de
la causa de que se trate...” (cfse. GELLI, María Angélica,
Constitución de la Nación Argentina. Comentada y Concordada,
3ª edición ampliada y actualizada, pág. 230).
Esta garantía cuenta con reconocimiento expreso en
pactos
internacionales
garantías
judiciales
—específicamente
mínimas
en
expresadas
las denominadas
en
el
Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, artículo 14,
inciso 1, y en la Convención Americana de Derechos Humanos,
artículo
8,
inciso
1-,
tratados
que,
incorporados
a
la
Constitución Nacional a partir de la reforma de 1994 (art.
75, inc. 22), coinciden, en general, en afirmar el derecho a
ser juzgado por un juez o tribunal competente, independiente
e
imparcial,
que
haya
sido
establecido
por
la
ley
con
anterioridad.
El
instituto
procesal
de
recusación
resulta
conducente para lograr la imparcialidad del juzgador, ya que
impide que éste continúe con su actividad en el proceso, ya
sea por estar vinculado con las personas que intervienen en
la causa, o bien con el objeto de la misma.
En el punto merece señalarse que la regulación de
los motivos de inhibición o recusación por el Código Procesal
36
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
Penal
1810-2010
deriva de
contenidas
en
el
cláusulas
derecho
constitucionales
internacional
y
sobre
la
de
las
materia.
Adviértase en este sentido que la actividad estatal atinente
al ámbito de la persecución penal se encuentra reglada en
diversas disposiciones de la Constitución Nacional que, al
tiempo que brindan garantías al justiciable, fijan las bases
de organización
del poder penal del Estado (cfse. MAIER,
Julio B.J., Derecho Procesal Penal, T. II. Parte General, Ed.
Del Puerto S.R.L., Bs.As, 2004, 1ª edición).
En
ese
marco,
la
imparcialidad
del
juez,
como
garantía básica del Estado de derecho reconocida en numerosos
documentos de Derechos Humanos (verbigracia, los ya referidos
Pacto
Internacional
Convención
de
Americana
Derechos
de
Civiles
Derechos
y
Humanos),
Políticos
y
equivale
a
independencia, tanto respecto de las partes como respecto del
USO OFICIAL
objeto
del
proceso,
(subjetivo
u
esto
objetivo)
es,
del
ausencia
magistrado
de
para
todo
interés
resolver
el
litigio, salvo el de la estricta aplicación del ordenamiento
jurídico.
En función de ello, se ha destacado que, en un
sentido genérico, la imparcialidad implica “la objetividad de
la actividad jurisdiccional, el apego estricto a la ley, para
posibilitar la realización de un juicio justo. Visto de esta
manera
el
problema,
la
garantía
de
imparcialidad
es
el
verdadero fundamento de los principios del juez natural e
independencia judicial, que resultan instrumentales respecto
de aquélla.” (cfse. BOVINO, Alberto, “Imparcialidad de los
jueces y causales de recusación no escritas en el Código
Procesal”, La Ley 1993-E, p. 566).
Las reglas sobre la imparcialidad se refieren, por
consiguiente, a la posición del Juez frente al caso concreto
que debe juzgar, e intentan impedir que sobre él pese el
temor
de
parcialidad,
siendo
así
que,
ante
sospecha
de
parcialidad, cabe el apartamiento del magistrado. En efecto,
el instituto de recusación tiende a asegurar la imparcialidad
del juez, resultando –según lo dicho- un instrumento legal
otorgado a las
conocimiento
de
partes para alcanzar el apartamiento —del
un
determinado
proceso—
del
juez
cuyas
relaciones o situación con alguna de las partes, o con la
materia controvertida en aquél, sean susceptibles de afectar
37
la
citada
ejercicio
garantía,
de
la
que
función
es
esencialmente
judicial
inherente
(PALACIO,
Lino,
al
Derecho
Procesal Civil, T. II, Ed. Abeledo Perrot, Bs.As.).
En
este
sentido,
la
doctrina
se
ha
ocupado
de
subrayar que “esta imparcialidad del juez respecto de los
fines perseguidos por las partes debe ser tanto personal como
institucional”. Es necesario, en primer lugar, que el juez no
tenga ningún interés privado o personal en el resultado de la
causa.
[...].
El
juez
[...]
debe
contar
[...]
con
la
confianza de los sujetos concretos que juzga, de modo que
éstos no sólo no tengan, sino ni siquiera alberguen, el temor
de llegar a tener un juez enemigo o de cualquier modo no
imparcial” (FERRAJOLI, Luigi, Derecho y Razón, Ed. Trotta,
Madrid, 1995, pág. 581/582).
Se entiende así que un juez “…puede ser recusado por
temor de parcialidad cuando exista una razón que sea adecuada
para justificar la desconfianza sobre su imparcialidad. […]
Para esto no se exige que él realmente sea parcial, antes
bien, alcanza con que pueda introducirse la sospecha de ello
según
una
valoración
razonable”
(ROXIN,
Claus,
Derecho
Procesal Penal, Ed. Del Puerto, Bs.As., 2000, pág. 42/43). De
ser así, en resguardo de la garantía, corresponde apartar al
juez del caso para eliminar este temor de parcialidad que
siente el imputado, y restablecer su confianza en el juicio,
así como en la administración de justicia por parte de la
sociedad.
Sobre el tópico, la Corte Suprema de Justicia de la
Nación ha considerado que la garantía de imparcialidad del
juez constituye uno de los pilares básicos en que se apoya
nuestro
sistema
de
enjuiciamiento,
ya
que
es
una
manifestación directa de las garantías de defensa en juicio y
debido
proceso,
organización
en
judicial
su
vinculación
del
Estado
con
(cfse.
las
pautas
C.S.J.N.,
de
Fallos,
328: 1491, causa n° 3221, 17.05.05 “Llerena, Horacio Luis s/
abuso
de
Tribunal
armas
ha
y
lesiones”).
expresado
que
“la
Sobre
esa
base,
imparcialidad
el
del
Máximo
juzgador
puede ser definida como la ausencia de prejuicios o intereses
de éste frente al caso que debe decidir, tanto en relación a
las partes como a la materia. Si bien podría argumentarse que
esta ausencia de perjuicios –por lo menos con respecto a la
38
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
materia- nunca sería absoluta, por las convicciones propias
del juez en tanto hombre, ello no obsta a que se trate de
garantizar la mayor objetividad posible de éste frente a la
cuestión que debe resolver […] La opinión dominante en esta
materia establece que la imparcialidad objetiva se vincula
con el hecho de que el juzgador muestre garantías suficientes
tendientes
a
evitar
cualquier
duda
razonable
que
pueda
conducir a presumir su parcialidad frente al caso. Si de
alguna manera puede presumirse por razones legítimas que el
juez genere dudas acerca de su imparcialidad frente al tema a
decidir, debe ser apartado de su tratamiento, para preservar
la confianza de los ciudadanos –y sobre todo del imputado- en
la
administración
de
justicia,
que
constituye
un
pilar
democrático” (cfse. fallo citado; asimismo, causa “Dieser”,
Fallos, 329: 3034).
USO OFICIAL
De
igual
modo,
la
Corte
Suprema
ha
destacado
“la
necesidad de que los jueces sean imparciales desde un punto
de
vista
objetivo,
es
decir,
deben
ofrecer
garantías
suficientes para que no haya duda legítima al respecto, y que
bajo ese análisis objetivo, se debe determinar si, aparte del
comportamiento personal, hay hechos averiguables que podrían
suscitar dudas respecto de su imparcialidad” (cfse. causa
“Lamas”, del 08.04.2008, L. 117, XLIII).
La jurisprudencia internacional ha subrayado, por su
parte, la trascendencia de ser juzgado por un juez o tribunal
imparcial, como una garantía del debido proceso, al sostener
la Corte Interamericana de Derechos Humanos que “se debe
garantizar que el juez o tribunal en el ejercicio de su
función como juzgador cuente con la mayor objetividad para
enfrentar el juicio. Esto permite a su vez que los tribunales
inspiren la confianza necesaria a las partes en el caso, así
como a los ciudadanos en una sociedad democrática” (cfse.
C.I.D.H., Serie C, N° 107, caso “Herrera Ulloa vs. Costa
Rica”, sentencia del 02.07.2004). En dicha resolución, el
citado Tribunal distinguió además los aspectos objetivos y
subjetivos
de
la
imparcialidad,
planteando:
“Primero,
el
tribunal debe carecer, de una manera subjetiva, de prejuicio
personal. Segundo, también debe ser imparcial desde un punto
de
vista
objetivo,
es
decir,
debe
ofrecer
garantías
suficientes para que no haya duda legítima al respecto. Bajo
39
el
análisis
objetivo,
se
debe
determinar
si,
aparte
del
conocimiento personal de los jueces, hay hechos averiguables
que podrían suscitar dudas respecto de su imparcialidad. En
este
sentido,
hasta
importancia.”
(cfse.
las
apariencias
caso
“Herrera
podrán
Ulloa
tener
vs.
Costa
cierta
Rica”
citado).
En
oportunidad
de
expedirse
sobre
el
tema,
el
Tribunal Europeo de Derechos Humanos –a cuyas valoraciones
remite la Corte Suprema, en la apreciación del alcance de la
garantía- ha considerado que, en materia de imparcialidad
judicial, resulta de singular importancia establecer si desde la perspectiva de las circunstancias externas- existen
elementos que arrojen dudas sobre la imparcialidad con que
debe desempeñarse un juez, con prescindencia de qué es lo que
pensaba en su fuero interno, siguiendo al respecto el adagio
“no sólo debe hacerse justicia, sino parecer que se hace”
(justice must not only be done: it must also be seen to be
done) (cfse. casos “Delcourt vs. Bélgica”, 17.01.70, serie A,
nro. 11; “De Cubber vs. Bélgica”, 26.10.1984, serie A nro.
86).
En
sentido
similar,
el
Tribunal
Constitucional
Español ha sostenido que “la exigencia de juez imparcial o
neutral, correlato en el concreto proceso de la independencia
que
se
predica
judicial,
es
justiciable.
del
la
Sin
juez
en
primera
ella
no
tanto
que
garantía
puede
miembro
de
todo
hablarse,
en
del
poder
ciudadano
rigor
de
jurisdicción. Sólo quien sea tercero extraño, respecto del
proceso
o
causa,
puede
precisamente
porque
indiferente,
jurídicamente
controversia
[…]
se
asumir
halla
la
función
supra
hablando,
Cualquiera
sea
partes,
el
su
jurisdiccional,
porque
resultado
le
es
de
la
encuadramiento
constitucional y su razón de ser, lo incuestionable es que la
imparcialidad del juez es un derecho fundamental de quien es
parte en un proceso y, muy singularmente, de quien asume la
condición de acusado en el proceso penal” (cfse. T.C.E., Sala
en pleno, Sentencia del 17.03.2001, Ref. 69/2001, publicación
BOE: 20010406 [BOE n° 83]).
Goldschmidt distingue con estrictez entre parcialidad
y partialidad,
de modo que “Partial significa
ser parte;
parcial da a entender que se juzga con prejuicios. [...] La
40
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
imparcialidad consiste en poner entre paréntesis todas las
consideraciones subjetivas del juzgador. Este debe sumergirse
en
el
objeto,
personalidad”.
ser
objetivo,
(GOLDSCHMIDT,
olvidarse
Werner,
La
de
su
propia
Imparcialidad
como
Principio Básico del Proceso. Conducta y Norma, Bs. As., Ed.
Abeledo, 1955, pág. 133).
Además de principio procesal, la imparcialidad y sus
realizaciones constituyen, simultáneamente, una garantía de
los
jueces,
una
garantía
de
los
ciudadanos,
un
deber
judicial, un derecho de los justiciables. Huelga destacar que
la garantía de un juez imparcial se considera incluida en la
más
genérica
del
debido
proceso
e
inviolabilidad
de
la
defensa en juicio.
Sin embargo, han sido las modernas epistemologías las
que con mayor énfasis han destacado la ingenuidad de las
USO OFICIAL
posiciones
objetivistas
a
ultranza
en
el
campo
del
conocimiento científico y particularmente, procesal.
Además de otros factores de enorme influencia, hoy se
señala la subjetividad específica del conocimiento judicial
como un factor insuperable de incertidumbre. Acerca de esto,
Ferrajoli afirma que este “investigador particular legalmente
cualificado que es el juez…, por más que se esfuerce en ser
objetivo, siempre está condicionado por las circunstancias
ambientales
en
las
que
actúa,
por
sus
sentimientos,
sus
inclinaciones, sus emociones, sus valores ético-políticos”.
(op. cit., pág. 56).
De ahí que la imparcialidad no sea una representación
descriptiva sino prescriptiva, equivalente a un “conjunto de
cánones deontológicos: el compromiso del juez de no dejarse
condicionar por finalidades externas a la investigación de lo
verdadero, la honestidad intelectual que como en cualquier
actividad de investigación debe cerrar el interés previo en
la
obtención
‘imparcial’
conflicto
de
una
respecto
y
interpretaciones
de
de
de
las
los
determinada
los
verdad,
intereses
distintas
hechos
por
de
la
partes
en
reconstrucciones
e
ellas
las
actitud
avanzadas,
la
independencia de juicio y la ausencia de preconceptos en el
examen y en la valoración crítica de las pruebas, además de
en los argumentos pertinentes para la calificación jurídica
41
de los hechos por él considerados probados”. (ibídem, pág.
56). (el resalto no es del original).
Tengo para mí que no hay juez completamente asceta
sin ideología o criterio ante las cuestiones trascendentes de
la vida y sociedad.
Incluso no tener ideología alguna sería
una forma de tener una posición -ideológica- ante la vida.
Lo importante es que esa ideología o criterios basales sean
dejados de lado o guardados durante el juicio y sentencia. En
definitiva
no
abordar
el
proceso
con
prejuicios
(imparcialidad subjetiva).
Coherentemente,
Ferrajoli
señala
que
“la
imparcialidad, más allá de las garantías institucionales, es
un hábito intelectual y moral, que no difiere del que debe
presidir cualquier forma de investigación y conocimiento”. Lo
importante
es
“alteraciones
asumir
que
deshonestas
y
independientemente
partidistas
realidad son posibles y en alguna
deformaciones
involuntarias…”.
En
de
la
de
las
verdad,
en
medida inevitables las
todo
juicio,
en
suma,
siempre está presente una cierta dosis de prejuicio.
Tal como se ha destacado, esta idea de acercamiento
paulatino al ideal de imparcialidad también ha sido objeto de
consideración por la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
En
su
actual
integración,
y
con
cita
de
Maier,
el
Alto
Tribunal ha resuelto “que el avance del programa progresivo
de realización de los derechos humanos extiende el alcance de
la garantía de imparcialidad en este sentido, toda vez que
‘la
nota
de
imparcialidad
(del
juez),
aplicada
a
la
definición de su tarea, cuando no se lo trata como un ideal,
sino
como
un
intento
de
aproximación
a
él
en
la
vida
práctica, no puede representar un absoluto, sino, antes bien,
menta
una
serie
de
previsiones,
siempre
contingentes
históricamente, por ende, relativas a un tiempo histórico y a
un sistema determinado, cuyo contenido se vincula al intento
de aproximarse a aquel ideal o de desviarse de él”. Estas
consideraciones, entre muchas otras, sustentaron el ya citado
leading case “Llerena”, por el que la Corte resolvió que un
mismo
juez
instrucción
C.S.J.N.
correccional
de
un
caso
“Fraticelli,
no
y
Carlos
puede
luego
–
llevar
juzgarlo.
Homicidio
(v.,
Culposo”)
MEROI, Andrea, La imparcialidad Judicial, 2009).
42
adelante
la
además,
(Cfme.
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
Para Goldschmidt una de las maneras como el derecho
intenta
lograr
intervengan
la
imparcialidad
personas
en
consiste
tentación
de
en
ser
impedir
que
parciales:
la
“recusación en todas sus formas asegura… la base misma de la
justicia, y sus reglas generales pueden considerarse como
‘principios
generales
de
derecho’,
mas
exactamente
como
ramificaciones del principio general de la imparcialidad. La
abstención ‘propio motu’ de una
persona que se
considere
parcial, constituye un complemento del derecho a recusarla y
no se debe configurar como facultad sino como deber de la
persona” (op. cit.).
A propósito de la cuestión, es preciso considerar que
la aplicación del mecanismo implementado en el Capítulo IV
(Inhibición y Recusación) del Título III (El Juez) del Libro
I del Código Procesal Penal importa el desplazamiento de la
USO OFICIAL
competencia legal y normal de los jueces y, por tanto, una
alteración al principio del juez natural, de modo que su
interpretación
escrupulosa,
debe
por
ser
parte
asumida
de
quien
en
forma
ha
de
restrictiva
decidir
sobre
y
la
procedencia de una inhibición o recusación.
Adviértase en este sentido que el derecho procesal se
ocupó desde mucho antes de su autonomía académica de los
institutos de recusación y excusación, y cierto es que buena
parte de la doctrina, legislación y jurisprudencia los han
mirado con patente disfavor o, en el mejor de los casos, con
inocultable recelo.
Desde
estas
perspectivas,
se
suele
propiciar
la
derogación del instituto de recusación sin expresión de causa
y la enumeración de un catálogo limitado y exhaustivo de
causales de impedimento que, adicionalmente, se postulan como
“de interpretación restrictiva”. El criterio se justifica en
la
necesidad
de
frustrar
un
uso
abusivo
de
las
partes
(recusación como “alongadera”) y una huída inexcusable del
juez
respecto
de
un
pleito
concreto
de
quien
no
quiera
fallar. La jurisprudencia, por su parte, deja traslucir el
evidente
malestar
cuestionamientos,
personalidad,
de
como
los
si
se
honorabilidad
jueces
tratare
o
frente
de
labor
un
a
ataque
particular
estos
a
la
del
magistrado. (MEROI, Andrea, op. cit.).
43
En
verdad,
por
tratarse
de
un
acto
grave
y
trascendental -en cuanto aparta al juez natural del proceso-,
la recusación requiere, para su procedencia, contar con una
fundamentación seria, y ello hace necesario que el recusante
señale concretamente los hechos demostrativos de las razones
que,
a
su
juicio,
ponen
en
peligro
la
imparcialidad
del
magistrado, así como imprescindible el examen estricto de
tales hechos por parte del tribunal.
En otras palabras, las implicancias en juego exigen
que se establezca si, en el caso concreto, las dudas sobre la
imparcialidad
autoricen
a
del
juez
afirmar
alcanzan
que
las
una
mismas
consistencia
se
hallan
tal
que
objetiva
y
legítimamente justificadas. Tal como lo ha entendido la Corte
“La
rigidez
de
la
interpretación
de
las
causales
de
recusación se funda en la necesidad de que tales incidencias
no sean utilizadas como instrumentos espurios para apartar a
los
jueces
naturales
del
conocimiento
de
la
causa
que
legalmente les ha sido atribuido, pero en modo alguno ello
puede
servir
para
eximir
a
los
jueces
de
examinar
con
seriedad los cuestionamientos de las partes respecto de la
imparcialidad de los tribunales ante los cuales han de ser
oídas.”
(C.S.J.N., causa “Llerena” antes citada, voto del
doctor Enrique S. Petracchi).
II.-
Sobre
la
base
de
las
precedentes
consideraciones, en lo que concierne específicamente al caso
sometido a decisión anticipo criterio en el sentido de que la
petición
de
recusación
formulada
debe
ser
rechazada.
Doy
razones:
Según
se
colige
de
los
términos
de
la
petición
deducida, la cuestión traída a decisión se vincula, pues, con
las causales de apartamiento del juez previstas en el Código
Procesal
Penal
posibilidad
de
de
la
admitir
Nación
dicho
y,
en
planteo
particular,
por
una
con
la
causal
no
contemplada en la ley procesal, cuando se trata de asegurar
la garantía de imparcialidad del juzgador. Precisamente en
ello radica el presente caso, por cuanto las defensas no
invocan ninguno de los supuestos descriptos literalmente y
definidos
como
motivos
de
recusación
por
el
art.
55
del
Código Procesal Penal de la Nación. No obstante ello, dicha
parte centra su posición en la idea de que la intervención
44
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
del doctor Pérez Villalobo en el proceso atenta contra la
citada garantía de imparcialidad e independencia de juicio.
Considero que el planteo de las defensas, basado en
el supuesto de apartamiento por temor de parcialidad que les
generaría una serie de antecedentes invocados, no ha sido
sustentado en elementos que permitan acreditar el extremo,
sino que suponen apreciaciones o interpretaciones personales
sobre presuntas creencias y/o expresiones del Juez José María
Pérez Villalobo y/o de sus hijos, como así también respecto
de la actuación jurisdiccional del nombrado Magistrado en el
curso de la audiencia de debate celebrada en autos.
En
rigor
de
por
las
acompañados
recusatoria
propósito
análisis,
partes
resultan
de
el
en
conjunto
abono
inconducentes
corroborar
la
e
de
de
elementos
su
pretensión
insuficientes
circunstancia
de
al
parcialidad
USO OFICIAL
invocada. La diferente naturaleza de los extremos expuestos
al efecto aconseja un tratamiento separado, según se traten
de razones ya existentes a la fecha de citación a juicio e
inicio de la audiencia, o bien otras surgidas en el curso
mismo del debate.
En relación con los argumentos mencionados en primer
término, es preciso aclarar que el cotejo de las constancias
de
autos
da
cuenta
de
que
la
solicitud
de
apartamiento
formulada por las defensas resulta formalmente extemporánea
(artículos 60 y 354 del C.P.P.N.), toda vez que la recusación
ha
sido
articulada
con
posterioridad
al
plazo
legal
autorizado para formularla.
Así, en atención a lo prescripto por el artículo 354
del Código Procesal Penal de la Nación —que estipula el plazo
de
10
días
para
la
presentación
de
recusaciones
que
se
estimen pertinentes, desde la citación a juicio—, advierto
que el requerimiento de las partes ha sido efectuado fuera de
término,
habida
cuenta
que
el
plazo
legal
para
su
interposición había vencido ya a la fecha de designación de
audiencia por parte del Tribunal.
Ello
resulta
así
desde
el
momento
en
que
las
invocadas al efecto de la petición constituyen circunstancias
anteriores, no sobrevinientes, al comienzo de la celebración
de la audiencia de debate, lo que, a todas luces, revela que
en el caso ha operado el principio de preclusión. Como regla
45
que gobierna nuestro proceso penal y que propende al orden en
el procedimiento —en cuanto criterio de interés público y de
garantía de los
preclusión
derechos individuales—, es sabido que la
impide
el
desenvolvimiento
discrecional
de
la
actividad procesal cuando media estabilización en el proceso.
El funcionamiento de esta regla imposibilita así el
retroceso
procesal
impedir que se
etapas
o
momentos
ya
agotados,
renueve la discusión respecto
cuestiones que
resoluciones
a
al
de aquellas
han sido decididas en el proceso mediante
firmes.
Ciertamente,
razones
concurrentes
de
seguridad, celeridad y economía procesal obligan a evitar que
los procesos se retrotraigan a etapas ya superadas, de modo
que ello conduce al rechazo de la recusación basada en tales
extremos, por extemporánea. Adviértase que la prueba nueva
que debe ser tal, por ende, recién generada y conocida o
bien,
antigua
pero
que,
por
una
imposibilidad
-física
o
jurídica- no pudiera haber sido conocida con anterioridad;
circunstancias éstas que no han
sido demostradas por los
incidentistas a momento de interponer su recusación.
Además, ese ha sido el criterio sostenido por éste
Tribunal
Oral
Nro.
1
en
anteriores
recusaciones
de
sus
integrantes, tal como fuera resuelto cuando se recusó al ex
Vocal
Otero
Álvarez
(Brandalisis)
en
los
precedentes
(10-4-08)(Expte.
“Menéndez”(Albareda)(con
fecha
“Menéndez”
Nro.
11-03-2009)
40);
(Expte.
Nro.
281/08); y en los presentes autos cuando fue recusado el
Presidente doctor Jaime Díaz Gavier por el imputado Miguel
Angel
Gómez
con
la
defensa
técnica
del
doctor
Marcelo
Arrieta.(Expte. M-13/09) (Causa conocida como “Gontero”).
Sin perjuicio de lo expuesto, abordaré seguidamente
el
análisis
de
la
motivación
esgrimida
en
la
recusación
planteada, referida a una serie de elementos existentes con
anterioridad a la audiencia:
En primer lugar, en lo que respecta a la copia de la
fotografía
adjuntada
bibliográfica
Villarroel,
“Los
como
llaman
Presidente
perteneciente
jóvenes
de
la
a
idealistas,
Asociación
Civil
la
de
obra
Victoria
Centro
de
Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas, cuyo
original habría sido publicado en el periódico La Nación del
15.03.1971,
46
a
colación
del
suceso
conocido
como
“Segundo
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
1810-2010
Cordobazo” o “Viborazo”, y en la que aparece una bandera
representativa del grupo “Ejército Revolucionario del Pueblo”
(E.R.P.),
debo
señalar
que
los
extremos
argüidos
por
la
recusante fueron negados por el Magistrado quien, al emitir
su informe (artículo 61, C.P.P.N.), ha negado de plano que
las
imágenes
instrumento
de
se
las
personas
corresponda
con
que
la
aparecen
suya.
en
Además,
dicho
no
obra
informe ni certificación que autentique que dicha fotografía
pudiera corresponder al Juez recusado.
En segundo lugar, en lo que atañe a la visita del
Magistrado
al
24.03.2010,
Museo
que
de
la
Memoria
surgiría
de
la
copia
de
esta
de
ciudad
una
el
fotografía
extraída de un sitio web (www.horaciopalma.blogspot.com) de
fecha
26.10.2010,
cabe
destacar
que
dicha
circunstancia
carece de cualquier otra significación que no sea el propio
USO OFICIAL
compromiso de magistrados del Poder Judicial con la labor de
conocimiento y de normal relación con instituciones públicas,
en
especial
aquellas
que
son
representativas
de
la
preservación de los más altos valores cívicos y democráticos
de nuestra sociedad. Bajo ningún punto de vista puede ser
criticable
la
asistencia
de
un
magistrado
a
un
museo
o
archivo oficial.
En
tercer
lugar,
en
cuanto
a
las
expresiones
supuestamente vertidas por los hijos del Magistrado a través
de
alguna
de
las
llamadas
“redes
sociales”
de
Internet
(Facebook), hay que afirmar claramente que, sin perjuicio de
la veracidad o falsedad de tales referencias, en cualquier
caso deben entenderse, en rigor, como hechos provenientes de
terceros en ejercicio de derechos constitucionales (artículos
14 y 19 de la C.N.), que de ningún modo —aún el aludido grado
de parentesco— pueden adjudicarse o relacionarse a la persona
del Vocal cuestionado. Ello dicho no obstante
acreditado,
con
autenticidad
y
legitimidad
no haberse
adecuada,
las
supuestas expresiones que se les atribuyen a los hijos del
recusado. Sobre el particular, resulta por demás llamativo
que alguien pudiera obtener datos u opiniones de personas,
sin la debida autorización de los propietarios de las mismas,
lo que constituiría sin dudarlo una afrenta a la intimidad de
los ciudadanos y en su caso, un actuar ilícito.
47
Por último, en lo que atañe a supuestas afirmaciones
vertidas por el doctor Pérez Villalobo en circunstancias de
prestar juramento como Juez de Cámara del Tribunal Oral en lo
Criminal Federal N° 2 de Córdoba con fecha 06.03.1996, quien
—según la parte recusante— habría jurado por “la memoria de
los caídos en Trelew”, cabe apuntar que dicha manifestación,
además de haber sido negada en el informe presentado por el
Magistrado recusado, no resulta del tenor del acta respectiva
labrada en oportunidad del acto, según puede leerse en el
expediente.
constituye
No
un
se
pasa
instrumento
por
alto
público
que
que
el
da
acta
referida
plena
fe
de
su
contenido.
Dicho lo anterior, no puede obviarse una referencia a
las dudas existentes respecto de la calidad y fidelidad de
algunos de los elementos de prueba acompañados por las partes
recusantes en abono de su planteo, como así también respecto
de la legitimidad de su origen y obtención, en especial,
tratándose de copias simples;
todo en consideración a la
naturaleza de los elementos aportados.
Los
defensas
asumido
se
por
restantes
dirigen,
el
cuestionamientos
efectuados
por
por
contra
proceder
doctor
otra
Pérez
parte,
Villalobo
el
durante
las
ciertos
segmentos del desarrollo de la audiencia de debate que se
celebra en autos, en concreto, objetando preguntas formuladas
por
el
nombrado
a
diferentes
testigos
de
la
causa,
en
particular a la testigo Galarraga.
Efectuada la revisión de los siete DVD (discos de
filmaciones) proporcionados por la Secretaría del Tribunal,
que registran las audiencias en las que el Vocal recusado
habría
mostrado
actitudes
o
procederes
presuntamente
demostrativos de su falta de imparcialidad, no permite -a mi
criterio- deducir intenciones que excedan el marco legal,
esto es, que no sean sino conducentes a la finalidad procesal
de cumplimentar con el trámite previsto por la ley para la
sustanciación de la audiencia de debate. A ello además cabe
agregar que el planteo recusatorio ha sido efectuado una vez
vencido el plazo de caducidad de 48 horas que establece el
art. 60 segundo párrafo del código de rito.
Amén
de
lo
dicho
y
según
mi
parecer,
las
intervenciones del Vocal de Cámara guardan correspondencia
48
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
con
las
1810-2010
facultades
expresamente
acordadas
por
ley
para
formular preguntas a las partes y testigos —con la venia y
bajo la dirección del Presidente de la audiencia—, según lo
previsto por los artículos 389 y 375 del C.P.P.N.
No
obstante,
ciertas
preguntas
o
derivaciones
formuladas por el Juez pueden interpretarse como no del todo
pertinentes
o
conducentes
al
preciso
objeto
del
esclarecimiento de la verdad que se dirime en el proceso o,
en algún caso, manifestar matices indicativos y sugestivos,
como
en
otras
hipótesis
cuestiones
inconducentes
e
innecesarias. Pero en sí mismas no permiten colegir falta de
neutralidad o tendenciosidad por parte de aquél y, menos, dar
fundamento
a
la
recusación
deducida
que
justifique
su
apartamiento de la causa, como se pretende. Se trata, en
definitiva, de intervenciones desafortunadas o no del todo
USO OFICIAL
felices que, en todo caso, deben ser reconducidas al objeto
procesal por el Presidente del Tribunal, de acuerdo a las
facultades y atribuciones le acuerda la ley; ello además y
sin
perjuicio
de
tener
las
defensas
la
posibilidad
y
la
facultad de oponerse a la pregunta o constancia tal como
hubiera sido efectuada para el caso de violentar o vulnerar
los derechos de sus asistidos o del Ministerio Fiscal o de
las querellas.
Sobre
el
particular,
es
preciso
señalar
que
las
partes no efectuaron objeción o protesta alguna durante el
transcurso de la audiencia respecto a las intervenciones no
adecuadas o pertinentes del Vocal, como tampoco de lo que
consideraron hipótesis de adelanto de opinión por parte del
Magistrado, sino que en determinados casos se limitaron a
solicitar
acontecido,
la
correspondiente
siendo
que,
para
constancia
el
objeto
en
de
acta
su
de
lo
interés,
debieron articular incidente en la forma y término previstos
por los artículos 59 y 60 del C.P.P.N.
Por lo demás, dichas intervenciones datan mayormente
del
05.08.2010,
15.07.2010,
27.07.2010,
17.08.2010,
18.08.2010, 26.08.2010 –según se desprende de lo consignado
en informe actuarial agregado al incidente-, de modo que ha
transcurrido en exceso el plazo de 48 horas estipulado por el
artículo 60 del C.P.P.N., a los efectos de interponer la
correspondiente recusación, al haber sido planteada ésta muy
49
posteriormente (fs. 1/56 del presente incidente y expediente
principal).
Por
las
conclusiones
razones
del
Juez
dadas,
adhiriendo
preopinante
doctor
al
análisis
Carlos
y
Lascano,
estimo que los motivos esgrimidos por las partes resultan
insuficientes para generar temor de parcialidad respecto de
la
actuación
del
Magistrado
cuestionado,
por
lo
que
no
corresponde apartar al mismo del conocimiento de la presente
causa. Así voto.Por las razones expuestas,
SE RESUELVE:
I) Por mayoría, RECHAZAR la recusación incoada por el
imputado Gustavo Adolfo Alsina, con fundamentación técnica
del Dr. Osvaldo Viola; planteo al cual adhirieran los Sres.
Defensores Públicos Oficiales, Dres. Marcela Rojas, Natalia
Bazán, Carlos M. Casas Nóblega y Marcelo E. Arrieta y los
letrados defensores Pedro Orlando Leguiza, Alejandro Cuestas
Garzón, Julio A. Deheza y Guillermo Dragotto.
II) Por unanimidad, NO HACER LUGAR a los planteos de
nulidad e inconstitucionalidad efectuados por las partes.
III) Tener presentes las reservas formuladas por las
partes
de
interponer
los
recursos
de
casación
y
extraordinario federal. Sin costas.
Protocolícese y hágase saber.-
ABEL G. SANCHEZ TORRES
JUEZ DE CÁMARA
50
JAIME DIAZ GAVIER
PRESIDENTE
CARLOS J. LASCANO
JUEZ DE CAMARA
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