La parábola de la higuera estéril

8º Ciclo de conferencias anuales Power
Southaven church of Christ, Southaven, MS.
LAS PARÁBOLAS DE JESÚS
La parábola de la higuera estéril
Keith Mosher, Sr.
M
Prefacio
UCHOS RECUERDOS MARAVILLOSOS
invaden mi mente cada vez que mi querido
hermano y amigo B.J. Clark me invita a
participar en las conferencias POWER. Recuerdo
mi relación con la hermandad fiel y piadosa de
Southaven y la forma maravillosa en que mi
esposa y yo fuimos tratados durante nuestros
breves años aquí. Recuerdo con nostalgia a
Homer Eaton, Charles Frazier, Donnie Morgan,
Raleigh Wood, Frank Boone y a muchos
hermanos y hermanas queridos que han ido a su
recompensa. Sus nombres, aunque no figuran en
esta lista debido a las restricciones de tiempo y
espacio, son bien conocidos en el “Libro del
Cordero de la vida” y también en mi memoria.
Este breve ensayo está dedicado a mis queridos y
valiosos amigos de la congregación de
Southaven. De hecho, que nuestro Padre bendiga
a todos los que trabajan para esta gran
congregación.
Introducción
Los que escuchan o leen las parábolas y
están familiarizados con este género literario,
esperan una historia que sea creíble. C. H. Dodd
hizo hincapié en esta credibilidad al afirmar que,
en una parábola, “todo es real para la naturaleza
y para la vida. Cada una, es una imagen perfecta
de algo que se puede observar en el mundo de
nuestra experiencia.” 1 De hecho, se ha convertido
en un cliché, de que al analizar parábolas tales
historias deben ser fieles a la realidad, ya sea de
forma real o de una manera que se reconoce la
posibilidad de que tales acontecimientos
1
C. H. Dodd, The Parables of the Kingdom (New
York: Scribner’s, 1961), p. 9.
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ocurran. 2 Si un evento en una parábola contiene
una característica (o características) que esté en
conflicto con la experiencia cotidiana, tales
eventos son intentos de romper el gusto del
oyente. 3 La parábola de la “higuera estéril”
(Lucas 13:6-9) es una historia que va en contra de
la experiencia cotidiana de la gente del tiempo de
Jesús y se opone a la razón natural del oyente.
Sin embargo, esas parábolas también muestran al
oyente de que hay un impacto Divino sobre la
existencia humana.
El estudio de las parábolas nos lleva a ver
el contexto histórico de cada una. Al menos ocho
fueron enseñadas en respuesta a preguntas
(Mateo 9:11, 14; 15:2; 19:16; Lucas 10:29; 20:2;
Mateo 18:21; Lucas 13:23). Tres parábolas fueron
dadas después que se hicieron ciertas peticiones:
(1) “Señor, enséñanos a orar” (Lucas 11:1-13); (2)
“Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la
herencia” (12:13-21); (3) “Señor, quisiéramos ver
a Jesús” (Juan 12:20-24).
Además, una parábola se dijo en
respuesta a una acusación (Mateo 12:43-45), otra
se dio debido a las acciones de los fariseos (Juan
9-10). Un pasaje lleno de parábolas se dio para
hacer frente a la murmuración de los fariseos
(Lucas 15) y otra se enseñó porque los fariseos
habían hablado en tono de burla de Cristo
(capítulo 16). Dos parábolas se dijeron en días de
2
Ver J. D. Crossan, In Parables: The Challenge of the
Historical Jesus (New York: Harper and Row, 1974),
p. 94.
3 Eta Linneman, Jesus of the Parables: Introduction
and Exposition (New York: Harper and Row, 1966),
pp. 3-4. Linneman insiste que estos “conflictos”—por
ejemplo, un administrador injusto siendo condenado
(Luke 16:1-9)—toma su origen de la realidad de la que
Jesús estaba hablando.
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fiesta (7:36-50; 14:7-24) y varias parábolas
expresan sus propósitos (por ejemplo, 18:1, 9;
19:11).
La breve información anterior, ilustra la
gran necesidad de estudiar la parábola en su
contexto. En este ensayo, se examinará el
trasfondo agrícola de una higuera, junto con el
escenario inspirado, estos incluirán el contexto
inmediato de la parábola asignada y su entorno
en la enseñanza bíblica. El punto final de esta
discusión se ocupará con las aplicaciones o
lecciones de la parábola.
básico en la dieta y cuando los israelitas estaban
en el desierto, se quejaron de no tener ninguna
(Números 20:5). Los hebreos estaban recordando
las higueras de Egipto, los cuales por cierto,
fueron destrozadas por Dios cuando afectó a los
Egipcios (Salmos 105:33). Masterman señala que:
Solo es necesario viajar unos pocos
kilómetros entre los pueblos en las
montañas de Palestina, con sus extensos
jardines de higueras, para darse cuenta
del daño duradero que sería la
destrucción de estos árboles de lento
crecimiento. 5
La parábola
Dijo también esta parábola: Tenía un
hombre una higuera plantada en su viña, y
vino a buscar fruto en ella, y no lo halló. Y
dijo al viñador: He aquí, hace tres años que
vengo a buscar fruto en esta higuera, y no
lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza
también
la
tierra?
El
entonces,
respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía
este año, hasta que yo cave alrededor de
ella, y la abone. Y si diere fruto, bien; y si
no, la cortarás después (Lucas 13:6-9). 4
El trasfondo agrícola
Los estudiantes de la Biblia están bien
conscientes que la primera referencia a una
higuera es cuando Adán y Eva cosen hojas de
ella para hacerse delantales (Génesis 3:7).
También en el caso de la tierra de Canaán, la
tierra prometida, se habla de ella como “tierra de
trigo y cebada, de vides, higueras y granados;
tierra de olivos, de aceite y de miel”
(Deuteronomio 8:8). El reporte de los “espías”
hebreos sobre Canaán, de hecho, fue que era una
tierra dotada con higueras (Números 13:23).
Las higueras eran un importante alimento
Entonces, ¡qué amenaza de parte de Dios,
cuando le anunció a Israel que, si era infiel, sus
higueras (entre otras cosas) serían dañadas!
(Jeremías 5:17; Oseas 2:12; Amós 4:9).
Debido a que la higuera le toma tanto
tiempo madurar, la planta llegó a convertirse en
símbolo de paz duradera y de prosperidad: “Y
Judá e Israel vivían seguros, cada uno debajo de
su parra y debajo de su higuera, desde Dan hasta
Beerseba, todos los días de Salomón” (I Reyes
4:25). Incluso los paganos usaron la figura como
una metáfora de la prosperidad, el caldeo
Rabsaces (general) al decirles a los Israelitas que
estaban sitiados:
No escuchéis a Ezequías, porque así dice
el rey de Asiria: Haced conmigo paz, y
salid a mí; y coma cada uno de su viña, y
cada uno de su higuera, y beba cada cual
las aguas de su pozo (Isaías 36:16).
La comparación de la higuera y la prosperidad
estaba tan firmemente arraigada en la
mentalidad de los antiguos en el Cercano Oriente
W. G. Masterman, “Fig-Trees,” The International
Standard Bible Encyclopedia, Volume 2, ed. James
Orr (Grand Rapids, MI: William B. Eerdmans, 1939),
p. 1108.
5
Todas las Escrituras son de la versión Reina-Valera
1960 al menos que se indique lo contrario.
4
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que Habacuc pudo escribir que solo una fe
sólidamente basada en Dios podría regocijarse
“aunque la higuera no florezca” (Habacuc 3:17a).
Muchos, al investigar la higuera, notan
que el “fruto con frecuencia aparece antes que las
hojas.” 6
Sin embargo, también Masterman indica
que las higueras silvestres suelen ser estériles y
son descritas por los nativos como “árboles
machos,” ya que se supone que su presencia
ayuda a polinizar a la clase cultivada 7: “Las
flores inmaduras albergan pequeños insectos que
transportan el polen a las flores femeninas y por
su presencia irritante estimulan el crecimiento
del fruto.” 8 Las higueras cultivadas pueden
crecer hasta una altura de 3 a 4.5 metros (algunas
de 7.5 metros) y el follaje impresionante es muy
útil para la sombra (compárese Juan 1:48). 9 La
Biblia también da evidencia de una gran
variedad de higueras en Palestina (compárese
Jeremías 24:1-8; 29:17). De acuerdo a Masterman,
hay dos cosechas anuales de las higueras—
alrededor de junio (de los retoños del año
anterior) y en Agosto (de los retoños de
primavera). 10 Las higueras palestinas no tienen
hojas de diciembre a Marzo (Mateo 24:32), en el
cual pequeños “higos verdes” aparecen
(Cantares 2:13) y la Biblia se refiere a estos que
por lo general caen a la tierra como “higos
verdes” o “higos prematuros” (Apocalipsis 6:13,
LBLA; Isaías 34:4, LBLA). Los primeros higos o
de junio son aquellos que son “prematuros,” se
aferran al árbol y maduran en primavera. 11 Estos
últimos hechos agrícolas son la razón por la que
Keith Mosher, Sr.
El contexto inspirado
El concepto de una persona de Dios está
vitalmente ligado a la obediencia (o a la falta de
ella) a Dios. Aquel que asume falsamente que sus
problemas en la vida son por culpa de Dios o que
la propia posición que ha logrado en la vida es
por sí mismo, no estará en una posición correcta
para hacer lo que Dios manda. El contexto de la
parábola de la higuera estéril es la enseñanza
del Señor sobre los eventos de la vida y qué (o
quién) los causa:
En este mismo tiempo estaban allí algunos
que le contaban acerca de los galileos cuya
sangre Pilato había mezclado con los
sacrificios de ellos. Respondiendo Jesús, les
dijo: ¿Pensáis que estos galileos, porque
padecieron tales cosas, eran más pecadores
que todos los galileos? Os digo: No; antes si
no os arrepentís, todos pereceréis
igualmente. O aquellos dieciocho sobre los
cuales cayó la torre en Siloé, y los mató,
¿pensáis que eran más culpables que todos
los hombres que habitan en Jerusalén? Os
digo: No; antes si no os arrepentís, todos
pereceréis igualmente (Lucas 13:1-5).
¿Cuántos están acostumbrados a culpar a
Dios por las catástrofes de la vida? ¡Jesús les
preguntó acerca de algunos galileos que Pilato
había matado! (13:1). ¿Eran los hombres en Siloé
grandes pecadores y como consecuencia les cayó
una torre sobre ellos? ¡No! Uno debe arrepentirse
de tal conjetura (13:5). Entonces ¿quién tiene la
culpa de la reacción estéril del judaísmo hacia las
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Por ejemplo, ver John L. Leedy, “Plants,” Pictorial
Bible Dictionary, ed. Merrill C. Tenney (Nashville:
Southwestern, 1974), p. 663.
7 Masterman, “Plants,” p. 1109.
8 Ibid.
9 Ibid.
10 Ibid.
11 Ibid.
6
Jesús esperaba algo de higos en un determinado
árbol, a pesar de que el “tiempo de los higos”
aún no era (Marcos 11:13; compárese Mateo
21:17-22). Una higuera con hojas debería al
menos tener “higos prematuros” en ella, por ello
muestra que no es estéril. Por cierto, ¡esta última
higuera, se convirtió en un símbolo de
hipocresía!
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enseñanzas de Jesús? ¿Dios “mató” a los
hombres de Siloé—es decir, Dios causó el
problema? ¡No! ¿Hizo Dios algo que causara la
desobediencia de Judá? ¡No!
Jesús insiste que Judá es como una
higuera estéril (13:6). El “cierto hombre”
representa a Dios. El cual es descrito como el que
desea una nación fructífera (compárese Isaías 5:15), sin embargo la “higuera”(los judíos) no ha
producido higos (Lucas 13:6b). El dueño del
árbol ha buscado fruto por tres años
(probablemente un representación de la duración
del ministerio de Jesús: no obstante, algunos
piensan que los tres años representan la llamada
de Dios para Israel a través de la Ley, los profetas
y Cristo). 12 La higuera no tenía “fruto” y debería
ser cortada, dice el dueño (13:7b). Sin embargo, el
“viñador” (representativo de Cristo) le ruega por
un año más de “gracia” para ver si el árbol puede
ser ayudado (13:8). Esta súplica de los viñadores
representa un último esfuerzo para llamar a
Israel al arrepentimiento. (Algunos piensan que
el “año” debería incluir la predicación de Juan el
Bautista, el ministerio de Jesús y un periodo de
treinta y siete años de “gracia” hasta el año 70
d.C. 13 Sin embargo, todo judío y gentil tenían que
obedecer el mismo mensaje después de
Pentecostés [Gálatas 3:23-29].) Históricamente,
este es el caso, que Israel por lo general, rechazó
la llamada de Cristo y fue “cortado” (compárese
Hechos 13:46). De hecho, su momento final en la
historia fue la destrucción del templo en al año
70 d.C. (Mateo 24).
Los judíos no solo rechazaron a Dios, sino
que trataron de culpar a Dios por estar perdidos
(Romanos 9-11). Sin embargo tal concepto de
culpar a Dios es el error en extremo y ha llevado
H. D. M. Spence, “St. Luke,” The Pulpit
Commentary, Volume 2, eds. H. D. M. Spence &
Joseph S. Exell (Grand Rapids, MI: William B.
Eerdmans), p. 2.
13 Ibid.
12
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a muchos a perder la salvación. Por ejemplo, vea
la enseñanza del antiguo profeta judío Miqueas:
Oíd ahora lo que dice Jehová: Levántate,
contiende contra los montes, y oigan los
collados tu voz. Oíd, montes, y fuertes
cimientos de la tierra, el pleito de Jehová;
porque Jehová tiene pleito con su pueblo, y
altercará con Israel. Pueblo mío, ¿qué te he
hecho, o en qué te he molestado? Responde
contra mí. Porque yo te hice subir de la
tierra de Egipto, y de la casa de
servidumbre te redimí; y envié delante de
ti a Moisés, a Aarón y a María. Pueblo mío,
acuérdate ahora qué aconsejó Balac rey de
Moab, y qué le respondió Balaam hijo de
Beor, desde Sitim hasta Gilgal, para que
conozcas las justicias de Jehová. ¿Con qué
me presentaré ante Jehová, y adoraré al
Dios Altísimo? ¿Me presentaré ante él con
holocaustos, con becerros de un año? ¿Se
agradará Jehová de millares de carneros, o
de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi
primogénito por mi rebelión, el fruto de
mis entrañas por el pecado de mi alma? Oh
hombre, él te ha declarado lo que es bueno,
y qué pide Jehová de ti: solamente hacer
justicia, y amar misericordia, y humillarte
ante tu Dios (Miqueas 6:1-8).
La forma de la enseñanza de Miqueas es
una escena de una “corte” o de un “tribunal”
judicial entre Dios e Israel. Miqueas le recuerda a
Israel las grandes bendiciones que han recibido
de Dios (6:1-5). Luego Miqueas señala que su
actitud era de que Dios no se calmaba con
ninguna clase de sacrificios externos (6:6-7).
Tenga en cuenta especialmente Miqueas 6:3 y la
vehemente pregunta de Dios: “Pueblo mío, ¿qué
te he hecho o en qué te he molestado? Responde
contra mí.”
La respuesta del pueblo nos habla de un
concepto equivocado del Dios vivo. Pensaban
que era muy difícil agradarlo ¡y dejaron de
servirle en todo! De acuerdo a los Israelitas, ni los
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holocaustos, ni diez mil arroyos de aceite, ni sus
primogénitos serían capaces de apaciguar a Dios
(6:6-7).
Sin embargo, Dios les había mostrado lo
que Él requería: ¡hacer justicia y amar la
misericordia y caminar humildemente con Él!
(6:8). Uno recuerda al leer este pasaje de
Miqueas, del “hombre de un talento” que no
sirvió al Señor porque simplemente sabía que su
Señor era un “hombre duro” y no podía
satisfacerlo (Mateo 25:24). La respuesta del Señor
a tal concepto erróneo es que el siervo de “un
talento” era realmente “malo y negligente”
(25:26). En verdad, ¡todos necesitan dejar de
culpar a Dios por sus fallas o errores al obedecer
sus mandamientos! Spence, al comentar sobre
Lucas 13:6 y la higuera, señala:
Jesús dijo esta parábola de la higuera
estéril, la cual contiene un lenguaje
apenas velado,
advertencias a Israel
como nación—la declaración más sonbría
(sic) y amenazante que había dado.
“Escucha o pueblo,” dijo el Maestro. “En
la viña del Señor de los ejércitos está una
higuera, plantada ahí por mucho tiempo,
pero sin fruto. Ahora está en su última
prueba; de hecho si no fuera por la
entercession [sic] del jardinero, el Señor
de la viña ya hubiera pronunciado su
destino final.” 14
¿Quién llevó a la ruina a Israel?
Ciertamente Dios no causó la rebelión de su
pueblo. Los hombres necesitan verse a sí mismos
para ver el origen de la condenación de Dios. Sin
embargo, existe una tendencia en el hombre a
amarse a sí mismo más que a cualquier otra cosa.
El apóstol Pablo trató este último problema
cuando escribió:
Porque no quiero, hermanos, que ignoréis
14
Ibid.
Keith Mosher, Sr.
que nuestros padres todos estuvieron bajo
la nube, y todos pasaron el mar; y todos en
Moisés fueron bautizados en la nube y en
el mar, y todos comieron el mismo
alimento espiritual, y todos bebieron la
misma bebida espiritual; porque bebían de
la roca espiritual que los seguía, y la roca
era Cristo. Pero de los más de ellos no se
agradó Dios; por lo cual quedaron
postrados en el desierto. Mas estas cosas
sucedieron como ejemplos para nosotros,
para que no codiciemos cosas malas, como
ellos codiciaron. Ni seáis idólatras, como
algunos de ellos, según está escrito: Se
sentó el pueblo a comer y a beber, y se
levantó a jugar. Ni forniquemos, como
algunos de ellos fornicaron, y cayeron en
un día veintitrés mil. Ni tentemos al Señor,
como también algunos de ellos le tentaron,
y perecieron por las serpientes. Ni
murmuréis, como algunos de ellos
murmuraron, y perecieron por el
destructor. Y estas cosas les acontecieron
como ejemplo, y están escritas para
amonestarnos a nosotros, a quienes han
alcanzado los fines de los siglos. Así que, el
que piensa estar firme, mire que no caiga.
No os ha sobrevenido ninguna tentación
que no sea humana; pero fiel es Dios, que
no os dejará ser tentados más de lo que
podéis resistir, sino que dará también
juntamente con la tentación la salida, para
que podáis soportar. Por tanto, amados
míos, huid de la idolatría (I Corintios 10:14).
El estudiante sagaz de la Biblia notará en
el pasaje anterior que los antiguos israelitas
habían sido “bautizados,” liberados de la
esclavitud egipcia en Moisés (10:1-4). Sin
embargo, los Israelitas se apartaron de Dios y se
fueron a la idolatría (10:5-10). ¿Cuándo
rechazaron a Dios? Habían sido liberados de
Egipto pero sintieron que estaban solos en el
desierto cuando Moisés los dejo para ascender al
Monte Sinaí a recibir la Ley (Números 11:4-14; I
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Corintios 10:5-7). ¡Cuán terrible pensaban que
estaban sus vidas! ¡Como si nadie nunca hubiera
tenido este problema como ellos, se fueron a la
idolatría por consuelo! (I Corintios 10:8-10) Note
con cuidado que, como los judíos de la época de
Jesús (Lucas 13:1-9), los antiguos israelitas, dicho
por Pablo, también pensaban que de alguna
manera Dios era culpable de su angustia. Tenían
un concepto equivocado de Dios.
Lo que le sucedió al antiguo Israel es un
ejemplo para los cristianos (I Corintios 10:11).
Cuando un cristiano llega a pensar que sus
problemas son mayores que los de cualquier otro
ser humano, ¡ese cristiano ha entrado en al
mundo pecaminoso de la idolatría! Ese cristiano
piensa que está solo en su problema y debido a
ese pensamiento erróneo, está en la necesidad de
leer “mire que no caiga” (10:12). Esta
autocompasión surge de la auto-adoración ¡un
tipo de idolatría!
El cristiano debe tener en cuenta que
cualquier problema en la vida le puede suceder a
cualquiera, porque “No nos ha sobrevenido
ninguna tentación que no sea humana” (10:13a).
La palabra “tentación” en el original, es
peirosmos y tiene el significado primario de un
problema externo, que el contexto aquí
demanda. 15 Un concepto adecuado de Dios le
ayudará a uno a darse cuenta que Dios es “fiel” y
que no permitirá que seamos probados “más de
lo que podéis resistir” (I Corintios 10:13b). Esto
es, Dios nunca pone a nadie en algún problema,
porque todos los hombres tienen problemas
comunes y ningún problema es tan grande que
otro, a menos que uno se tenga en un más alto
concepto de sí mismo (auto-idolatría) que piense
Walter Bauer, “peirosmos,” A Greek-English
Lexicon of the New Testament and Other Early
Christian Literature, trans. & eds. William F. Arndt &
F. Wilbur Gingrich (Chicago: The University of
Chicago Press, 1979), p. 640. Este significado de
prueba externa la usa Santiago (Santiago 1:2-3).
15
Keith Mosher, Sr.
que sus pruebas son mayores ¡y que de alguna
manera Dios lo ha abandonado! Esta autoidolatría debe ser dejada atrás (10:14). Dios
nunca ha dejado a su pueblo y no lo dejará y tal
conocimiento es la “vía de escape” de las pruebas
de la vida (10:13c).
Como la higuera estéril de la parábola,
muchos viven vidas inútiles por culpar a otros de
sus problemas. O, como los judíos en los tiempos
de Jesús, estaban tan llenos de amor por sí
mismos que su concepto de su posición respecto
a Dios era borroso. Spence señala en Lucas 13:6:
Es una práctica común plantar las higueras
en las esquinas de las viñas, utilizando así
cada lugar disponible del suelo. Sin
embargo, la elección del Señor de la
higuera como símbolo de Israel, el pueblo
escogido, es extraño a primera vista. Esta
imagen fue sin duda seleccionada para
mostrarle a esos fariseos y a los otros
judíos, orgullosos de lo que consideraban
su posición como inexpugnable como los
elegidos del Eterno, que, después de todo,
la posición que ocupaban no era más que
la de un higuera en la esquina de la viña
del mundo—plantada ahí y cuidada en la
medida que prometía servir al propósito
del Señor de la viña; si dejaba de hacer eso;
si no daba más que una promesa de fruto,
entonces sería cruelmente cortada. 16
Al leer lo anterior, recordemos la
enseñanza de Jesús de que “Todo pámpano que
en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que
lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto”
(Juan 15:2). Una higuera estéril sin duda es buena
solo para leña.
De hecho, la historia, es con frecuencia
una conversación imaginaria entre el agricultor y
su árbol frutal. El árbol no está dando fruto y el
agricultor pregunta por qué: “Bien,” dice el
Spence, p. 2.
16
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árbol, “traté de dar algunos frutos pero era tan
agotador. Además de esto, una fruta cayó al
suelo y se pudrió y cuando había fruta madura,
los trabajadores venían y dañaban mis ramas. ¡Y
nunca nadie me dio las gracias por los frutos! Por
lo tanto, Sr. Agricultor, ¿qué esperaba?” El
agricultor respondió, “¡Espero que seas buenos
troncos para mi chimenea!”
¿Cuál es el equivalente de una “higuera
estéril” al pensar en la condición espiritual del
hombre? El pecador no arrepentido es un ser sin
fruto que ocupa un espacio en este mundo pero
no sirve de nada a Dios ni al prójimo (Lucas 13:69). El pecador no arrepentido está tratando de
culpar a Dios, o está tan lleno de auto-adoración
que se imagina que es único sobre todos los
demás ¡y que solo sus problemas son los más
grandes! (compárese Romanos 3:23)
destruiría a la nación rebelde (Mateo 23:38). Dios
no tiene la culpa cuando el hombre no se
arrepiente ¡y los que tienen a Dios como
responsable necesitan arrepentirse! (Lucas 13:35). La Biblia enseña que la tristeza según Dios
produce arrepentimiento, la cual no hay que
lamentar (II Corintios 7:10b). El dolor por haber
ofendido a Dios es muy diferente a decir “lo
siento” cuando uno es sorprendido en pecado. El
dolor mundano, nunca lleva al arrepentimiento,
el cual es un cambio de mente causado por la
aflicción de haber pecado en contra de Dios y
contra la decisión de dejar una vida de pecado
(compárese Mateo 21:28-30). El resultado de tal
decisión mental será el dirigirse a Dios y hacer
un cambio total de actitud y estilo de vida (3:8).
La higuera estéril, Israel, se negó a arrepentirse.
Por lo tanto, debía ser destruida pues era inútil.
En tercer lugar, la referencia a Israel como
higuera
es un indicativo de su posición
Las lecciones
relativamente pequeña, en relación con el gran
En primer lugar, Dios aun está a cargo de
plan de Dios para el mundo. Israel ocupó un
este mundo y no ha dejado al hombre sin guía,
“rincón” en el mundo de Dios, el “jardín,” pero
porque Dios se preocupa y no trae ningún mal ni
pensaba en sí misma como la crema de la crema,
daño sobre el hombre (Lucas 13:1-5; compárese
lo mejor de lo mejor en términos de su supuesta
Santiago 1:13-15). Las personas mueren y las
superioridad sobre las naciones (compárese
torres caen, pero así es la vida en un mundo
Jeremías 7:4, 8-34). Pablo escribió tres capítulos a
donde el hombre (Adán) abrió la puerta a la
los Romanos para explicar a los judíos que Dios
tiranía del pecado (Génesis 3). La clave para el
los usó para traer al Mesías. A quien ellos
arrepentimiento y la fe en Dios es negarse a ceder
deberían aceptar y no para traer al Mesías y
a la auto-adoración idolátrica (I Corintios 10:12hacerlos gobernadores del mundo (Romanos 914). La vida se pondrá a prueba en todo, incluso
11). Pablo pacientemente explicó que, incluso
para los cristianos, sin embargo, Dios es fiel y
cuando Israel era la nación de Dios, no toda ella
nunca dejará a sus hijos ni creación (Hebreos
era el verdadero Israel de Dios (9:6). El apóstol
13:5-6).
además, insistió que Dios tenía el derecho de
En segundo lugar, el arrepentimiento se
escoger a quién usaría para llevar a cabo su plan
lleva a cabo por el hombre y es solo motivado
para redimir al hombre (9:16). De acuerdo a
por Dios. Dios puede culpar a Israel (la higuera
Pablo, las decisiones de Dios no interfirieron con
estéril) por ser culpable de su rechazo, porque
la salvación de las personas así elegidas (9:17-33).
Israel estaba obligado a arrepentirse y a aceptar
Israel era una higuera estéril por elección, no por
al Mesías (Lucas 13:9). Dios fue misericordioso
mandato divino.
con Israel, incluso para esperarlo “este año
Una cuarta lección de la parábola de la
también,” sin embargo al final Dios condenaría y
higuera estéril es que tanto la bondad y la
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La parábola de higuera estéril
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8º Ciclo de conferencias anuales Power
Southaven church of Christ, Southaven, MS.
LAS PARÁBOLAS DE JESÚS
severidad de Dios son factores de motivación en
el arrepentimiento del hombre. Tenga en cuenta
que el dueño de la viña buscó fruto durante tres
años sufriendo una decepción creciente (Lucas
13:7). Los pecadores necesitan darse cuenta que
al negarse a arrepentirse y a obedecer a Dios
atesoran “ira para el día de la ira y de la
revelación del justo juicio de Dios” (Romanos
2:5b). Un árbol que no da fruto mantiene su
energía para sí mismo y no da su fruto. Así son
los que no se niegan a sí mismo; aquellos toman
de Dios y no dan nada a cambio son almas muy
estériles (Mateo 16:24-26).
Una quinta aplicación viene de un pasaje
paralelo (Marcos 11:13). “Y viendo de lejos una
higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez
hallaba en ella algo; pero cuando llegó a ella,
nada halló sino hojas, pues no era tiempo de
higos.” Una higuera con hojas debería al menos
tener “higos prematuros,” aunque tal fruto fuera
pequeño. Esta higuera en particular tenía hojas y
por lo tanto se representa a sí misma como una
que da fruto. Tal vez, muchos se presentan a sí
mismos como cristianos, pero sus vidas son
estériles de espiritualidad y de servicio. La
higuera mencionada por Marcos 11:12 fue
maldecida por el Señor ¡y se marchitó y murió!
Conclusión
La higuera tenía una larga historia en
Palestina. La planta se convirtió en sinónimo de
larga y fructífera vida. Las “higueras estériles”
representan la verdadera naturaleza de la nación
judía delante de Dios (Lucas 13:6). El dueño de la
viña representa al Padre celestial; el viñador
representa a Jesús el Cristo; la viña es el mundo;
“la esterilidad” es un símbolo de la rebelión de
Israel y el rechazo definitivo de Cristo (13:6-9).
Israel, al igual que multitudes ahora, han
intentado por mucho tiempo culpar a Dios por
su rebelión (Miqueas 6:1-7). Pero la gracia de
Dios sufrió mucho por ella, mientras trataba que
lo amara y respetara (compárese Lucas 13:8).
La lección es simple. El pecador que
rechaza a Dios será condenado, sin embargo los
arrepentidos se muestran en sí mismos dando
frutos por las enseñanza de Dios y por el “fruto”
de enseñar a otros.
Keith A. Mosher, Sr.
Keith nació en Waterford, Pennsylvania. Sirvió en la Marina de los Estados Unidos y recibió su
educación formal en Cleveland State University, University of Louisville y Memphis School of
Preaching. Autor de “El Libro que Dios inspiró,””Puede uno confiar en la Biblia inglesa” (folleto),
“Estudio bosquejado de Romanos,” Un volumen de tres tomos, “Estudio de la inspiración bíblica,”
“La canonicidad” y “Cómo se hizo la Biblia.” El volumen sobre la inspiración también se publicó
en Rusia. Actualmente forma parte de la facultad en Memphis School of Preaching, en Memphis,
Tennessee, dónde enseña Griego, Introducción General de la Biblia, El Espíritu Santo, Lógica,
Predicación expositiva, Historia hebrea y Parábolas. Keith y Doroty tienen tres hijos y dos nietos.
Keith Mosher, Sr.
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