y no más, puede calentarse el aceite para que no libere sustancias

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asciende a 125 millones de toneladas,
esto según cifras de la Sagarpa.
y no más, puede calentarse
el aceite para que no libere
sustancias cancerígenas.
“La placa de ateroma es como el
sarro en las tuberías”, dijo Carrillo Rodríguez. Esto dificulta el flujo normal de la
sangre. También señaló que en este procedimiento disminuye notablemente las
lipoproteínas de alta densidad, que son
las cardioprotectoras del corazón.
“Son los ‘soldados’ del corazón que
tenemos en forma perpetua para que
no estén entrando ácidos grasos malos
y estarlos aventando y que no se forme
placa de ateroma”, insistió.
Otra de las consecuencias de utilizar
muchos ácidos grasos trans es que pueden provocar en la persona, además de
las enfermedades cardiovasculares, un
retraso en la maduración del cerebro y
una más: pueden producir cáncer.
“Cuando tú ves en la sartén que el
aceite que pusiste está humeando, es
que está liberando una sustancia que se
llama croleína, que es cancerígena, y que
está muy ligada con el riesgo de cáncer
de seno en las mujeres”, manifestó.
Entonces, en pocas palabras, los ácidos grasos trans abaratan la producción
del alimento y hacen que el sabor sea
muy agradable, además de que le dan
textura y prolongan su caducidad, sin
embargo, en términos de la salud, resulta
muy perjudicial para los consumidores.
“El costo-beneficio es muy importante para los empresarios”, indicó el
médico, “pero no tiene ningún valor
nutrimental”.
Porcentajes rebasados
Los ácidos grasos trans se encuentran
diariamente en la repostería, en la comida rápida, en la “chatarra”, en las donas
están en grandes cantidades, incluso en
los alimentos que venden en las salas de
cine, según la Jurisdicción Sanitaria.
En un puesto de tacos es común que
el aceite se utilice para freír y se caliente
una y otra vez, aún cuando se está liberando croleína, la sustancia cancerígena. Esto también se presenta en algunos
hogares donde las señoras buscan economizar y guardan el aceite para futuras
fritangas, cuando sólo se debe calentar
una sola vez y luego depositar en un
contenedor, nunca arrojarle al drenaje.
Carrillo Rodríguez señaló que la
cantidad que una persona debe consumir de ácidos grasos trans es menor
al uno por ciento de las 1500 a 1700
calorías que un ser humano promedio
necesita para llevar sus actividades diarias y ser sano.
“Es una nada, en realidad los mexicanos no tenemos la atención de leer
el valor nutrimental del producto, mucho
menos revisar qué cantidad lleva de
ácidos grasos saturados, monoinsaturados, proteínas, carbohidratos, etcétera, y
viene ahí los ácidos grasos trans, que lo
tiene la mayoría de los alimentos”.
El coordinador de Prevención dijo
que el ser humano ocasionalmente sí
requiere de ácidos grasos saturados de
origen vegetal o animal, pero la cantidad
es mínima y los trans rebasan en alteración a la salud del organismo por mucho
a las grasas saturadas.
Balance
Los ácidos grasos trans ya no se eliminan totalmente del cuerpo humano, pero
pueden “rebajarse” y aunque puede
sonar trillado, en realidad es necesario
consumir diariamente frutas y verduras,
además de comer grasas monoinsaturadas en poca cantidad.
“Por decir, estamos acostumbrados
a comer un aguacate cuando lo que se
permite es dos cucharadas de aguacate,
es de los alimentos más sanos que puede haber pero el consumo es menor, de
la nuez son seis corazones o tres enteras”, expresó el médico.
Explicó que no es recomendable
una dieta vegetariana porque el cuerpo
humano requiere de proteínas de origen
animal con las que no cuentan las fru-
tas y verduras, además se requieren de
otros carbohidratos distintos.
Una buena alimentación incluye
raciones de leche, verduras, frutas, cereales, proteínas, etcétera.
Transgénicos sin legislar
En el caso del maíz transgenético, Carrillo Rodríguez dijo que se trata de un procedimiento muy similar, pues se busca
modificar genéticamente su composición, de modo que su estructura natural
ha cambiado y no es adecuado para el
consumo humano.
“Si vamos a centros comerciales, vamos a encontrar todo tipo de alimentos
con estos procesos, pero es algo que no
está legislado en México, no se ha llevado a cabo como debe ser”, dijo.
En lo que se refiere al campo, los
transgénicos generan un mayor aprovechamiento de los productos con
menos insumos, además de que son
menos afectados por las plagas, según
la Secretaría de Agricultura, Ganadería,
Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación
(Sagarpa).
La dependencia federal señala que
los alimentos genéticamente manipulados se elaboran con un protocolo muy
estricto y que son seguros para la salud
humana, por lo que a nivel nacional se
revisan cuidadosamente los proyectos
que presentan empresas mexicanas o
extranjeras en este sentido, ya que los
alimentos transgénicos se utilizan desde
hace varios años de forma exitosa en 50
países del mundo.
A nivel mundial, 13.3 millones de
agricultores se dedican a la producción
y comercialización de cultivos genéticamente modificados, cuya siembra
DOCTOR EN CASA |
8 | julio 2009
La alerta de Greenpeace
Recientemente, Greenpeace, organización defensora del medio ambiente,
denunció que ninguna dependencia
gubernamental está monitoreando los
transgénicos que ingresan a México,
por lo que nuestros alimentos pueden
contenerlos.
Más aún, señalaron que podrían
incluir transgénicos del tipo que no ha
sido autorizado para consumo humano,
como los que tienen fines industriales o
farmacéuticos, lo cual entraña grandes
riesgos para la salud.
La coordinadora de Greenpeace
México, Areli Carreón, declaró recientemente en una rueda de prensa a nivel
nacional que “ante esta ineptitud, los
mexicanos no podemos estar seguros
de que los alimentos que ponemos en
la mesa de nuestras familias estén libre
de transgénicos. Los alimentos podrían
contener incluso variedades no aptas
para consumo humano o no aprobadas
en nuestro país”.
La organización ha exigido que se indique de manera clara en la etiqueta de
los alimentos si éstos contienen o son
derivados de transgénicos.
Actualmente, Estados Unidos es el
país que más alimentos transgénicos
produce y donde las pruebas previas a
su comercialización no son obligatorias.
Responsabilidad familiar
En México no se ha legislado respecto al
consumo de los ácidos grasos trans, de
hecho, en Estados Unidos el único estado que ha propuesto una regulación al
respecto es California, donde a partir del
año 2010 ya no se van a utilizar ácidos
grasos trans, pues se ha demostrado
que su consumo en los alimentos no es
benéfico para la salud de la población.
Para el coordinador de Prevención y
Promoción a la Salud de la Jurisdicción,
es necesario que se ataque este problema en el país desde el seno familiar, es
decir, que los padres de familia hablen
con sus hijos sobre la importancia de
comer correctamente y les brinden una
alimentación balanceada.
“Ojalá que se legislara pronto esto
y que se lleve a la práctica, pero por lo
pronto, en forma individual, cada persona debe luchar por su salud porque
el factor disparador de la genética es la
alimentación y el mejor medicamento no
es lo alópata sino el alimento”, dijo.
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