DE LA SOMBRA A LA LUZ: EL GRECO “EXTRAVAGANTE” Y LOCO ¿Quién creerá que Domenico Greco trajese sus pinturas muchas veces a la mano, y las retocase una y otra vez, para dejar los colores distintos y desunidos y dar aquellos crueles borrones […]? A esto le llamo yo trabajar para ser pobre. PACHECO, Francisco: El arte de la pintura, su antigüedad y grandezas. Sevilla: Simón Faxardo, 1649. En este mismo tiempo vino de Italia un pintor llamado Dominico Greco: dícese era discípulo de Ticiano este tomó asiento en la muy celebrada y antiquísima ciudad de Toledo; trajo una manera tan extravagante que hasta hoy no se ha visto cosa tan caprichosa […] fue de extravagante condición, como su pintura […] tuvo pocos discípulos porque no quisieron seguir su doctrina, por ser tan caprichosa y extravagante que solo para él fue buena. MARTINEZ, Jusepe: Discursos practicables de nobilísimo arte de la pintura. Madrid: Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1866. Fue un gran pintor y discípulo de Ticiano, a quien imitó […]. Pero él, viendo que sus pinturas se equivocaban con las de Ticiano, trató de mudar de manera, con tal extravagancia que llegó a hacer despreciable y ridícula su pintura, así en lo descoyuntado del dibujo como en lo desabrido del color. PALOMINO, Antonio: El Museo pictórico y escala óptica. El Parnaso español pintoresco y laureado. Madrid: Viuda de Juan García Infançon, 1724, vol. III. Cambió bruscamente abandonando, sin transición alguna, las tradiciones de la escuela veneciana. Estas extrañas composiciones, donde los tonos más violentos y las oposiciones más extremas se hieren de forma singular, se han concebido evidentemente fuera del reino de la realidad y delatan una imaginación enfermiza […] un pintor que no se encontraba en su sano juicio. DAVILLIER, Charles: Voyage en Espagne. Paris: Librairie Hachette et Cie, 1874.