JESUCRISTO AYER, HOY Y SIEMPRE Si hay una figura humana universalmente honrada, amada y respetada desde su aparición en la tierra hace más de 20 siglos, en la pintura, la literatura, la escultura, la música, el cine, la arquitectura y demás manifestaciones artísticas de la historia de la humanidad, ésta ha sido, es y será, la figura de Jesucristo. En la vida como en la muerte de millones de seres humanos, su icono, su efigie, su palabra, su recuerdo, ha sido y es, el referente más sublime, esperanzador, atractivo que jamás ha pisado nuestra tierra. A unos-creyentes y cristianos- por la fe ciega en su vida, (hechos y palabras), muerte y resurrección, les lleva a confesar y proclamar su divinidad: “Tú eres el Hijo de Dios, Tú tienes palabras de vida eterna”. Tú solo eres capaz de dar sentido pleno a la vida de todos y cada uno de los que creen en Ti y han tenido la dicha de conocerte, amarte y servirte. Para otros, agnósticos, ateos y materialistas,- aún sin el don de la fe- aceptan su alto ejemplo de humanidad y le colocan, con sumo respeto, muy por encima de cualquier otro hombre. Y es que, históricamente, nadie sin estudios previos, sin haber escrito ni un solo libro y ni una sola página, sin más medios que los de su palabra y vida; rodeado de 12 vulgares hombres egoístas, cobardes y casi analfabetos, ha realizado en solo 3 años de su vida pública, la revolución más grande de todos los siglos, que aún hoy perdura pujante a pesar de todos sus fallos. Su singular figura no admite parangón posible con ningún otro humano que vive, vivió o vivirá en este mundo. La clave de su personalidad humano-divina, radica en que “ no se nos ha dado otro nombre a los hombres parar ser salvos que el nombre de Jesús” . EL es alfa y omega , el principio y fin de cuanto existe. El es el Hijo de Dios hecho hombre para salvar al hombre, a todo hombre y a todos los hombres. MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN.