La vanguardia soviética, en la tierra del No

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LATERCERA Sábado 25 de enero de 2014
Cultura&Entretención
RIO FUGITIVO
La vanguardia soviética, en la tierra del No
L
a reciente publicación en
Estados Unidos de Autobiography of a Corpse, del
escritor soviético Segismund Krzhizanovsky (18871950), ha hecho que muchos se
pregunten, una vez más, cómo es
posible que una obra tan brillante
haya permanecido escondida durante casi un siglo. Krzhizanovsky es un caso extremo, pero
otros escritores de lo que podríamos llamar la “vanguardia soviética” tuvieron destinos similares.
Sólo hay que recordar a Yevgeni
Zamiatin (1884-1937), autor de la
influyente novela de ciencia ficción Nosotros. Nosotros, una sátira más que obvia de la Unión Soviética, fue la primera novela
prohibida en su país por el
Gozkomisdat (la temible oficina
de censura), en 1921; publicada en
los Estados Unidos en 1924, llevó
a Zamiatin a la lista negra y, gracias a la intercesión de Gorki, al
exilio en París en 1931; Zamiatin
murió en la pobreza. Los cuentos
de Krzhizanovsky también fueron
Edmundo
Paz Soldán
Escritor boliviano,
autor de Norte.
censurados, y recién comenzaron
a ser publicados en Rusia en 1989,
gracias al glasnost de Gorbachev;
Nosotros sólo volvió a ser editada
en Moscú en 1988.
Krzhizanovsky y Zamiatin fueron escritores temerarios: se atrevieron a criticar al estado totalitario emergente de la revolución soviética. En su crítica había humor,
pero ese humor no escondía la feroz disidencia ante un régimen
que bloqueaba la libertad individual en provecho supuesto del
bien colectivo. Nosotros se presenta como las memorias de D503, uno de los constructores del
Integral, una nave que irá a la
conquista de otros planetas. D503 vive en One State, una utopía
en la tierra donde se han realizado
los principios colectivistas del
taylorismo y donde se adora a las
matemáticas, la ingeniería, la
ciencia, la razón. D-503 defiende
el sueño colectivo de One State:
“el instinto de la no-libertad ha
sido característico de la naturaleza
humana desde tiempos antiguos...
Me veo como parte de un cuerpo
enorme, vigoroso, unido; ¡y qué
precisa belleza! No hay ningún
gesto superfluo”. Zamiatin usa un
registro irónico para contrastar
ese presente de una utopía de la
no-libertad en un estado donde la
gente vive observada, en casas con
paredes de cristal, con el pasado
de los antiguos, donde la gente era
tan libre que podía caminar irresponsablemente por las calles de la
ciudad hasta altas horas de la noche, y no seguía los dictados de la
razón. Aunque no hay final feliz
para D-503, Zamiatin concluye su
novela sugiriendo que hay esperanza para los ciudadanos “felices” de One State, en el inicio de
una insurrección que hace caer las
murallas que rodean al estado del
resto del mundo.
Si Zamiatin trabajaba dentro de
una tradición distópica (y le daba
nuevas alas para el siglo XX: de
Nosotros aprendieron Orwell y
Huxley), Krzhizanovsky estaba
más cómodo en el género del
cuento fantástico. Este escritor
nacido en Kiev escribía parábolas
que a ratos recuerdan a Kafka y a
Borges, con una imaginación disparatada que lo emparenta con
Felisberto Hernández: en sus
cuentos hay hombres que, literalmente, se pierden en la pupila de
una mujer, y pianistas cuyos dedos comienzan a tocar solos el piano y se escapan de su dueño. Uno
admira tanta maravilla poética,
juegos irreverentes que pueden
llevar a una seria disquisición
existencial (ver Autobiography of
a Corpse) o metafísica (como en
The Collector of Cracks), y piensa
que este autor no parece muy interesado en narrar la situación política, hasta que se encuentra con
un texto como The Land of Nots.
En la tierra de los Noes, “los libros
sagrados dicen que su mundo fue
hecho de la nada. Esto es verdad;
estudiar su mundo significa encontrar a cada paso aquel material
extraño del que fue creado la
nada… Los Noes viven vidas inventadas, lloran sobre penas que no
existen, se ríen de un gozo ilusorio”. Quien narra el cuento “no
puede no ser”, pero son muchos
los que no pueden ser. En esta parábola, no es difícil pensar en los
Noes como esos ciudadanos como
Krzhizanovsky, borrados por el
Estado totalitario.
La obra de Krzhizanovsky permaneció durante mucho tiempo
en la tierra de los Noes. Hay esperanzas de que en la tierra de los
Síes pueda al fin existir.b
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