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Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección General de Publicaciones
(S-1336/12)
PROYECTO DE LEY
El Senado y Cámara de Diputados,…
MODIFICACION DEL CODIGO CIVIL EN RELACION AL DEPOSITO
DE EFECTOS
Artículo 1º.- Derógase el Artículo 1.120 del Código Civil.
Artículo 2º.- Modifícase el Artículo 1.121 del Código Civil, que quedará
redactado de la siguiente forma:
Artículo 1.121: Cuando el buque tuviese dos capitanes o patrones, o
fuesen dos o más los padres de familia, o inquilinos de la casa, no
serán solidariamente obligados a la indemnización del daño; sino que
cada uno de ellos responderá en proporción a la parte que tuviere, a
no ser que se probare que el hecho fue ocasionado por culpa de uno
de ellos exclusivamente, y en tal caso sólo el culpado responderá del
daño.
Artículo 3º.- Modifícase los Artículos 2.227 al 2.228 del Capítulo VI del
Título XV de la Sección III del Libro II del Código Civil, que quedarán
redactados de la siguiente forma:
Artículo 2.227: Será depósito necesario, el que fuese ocasionado por
incendio, ruina, saqueo, naufragio, incursión de enemigos, o por otros
acontecimientos de fuerza mayor, que sometan a las personas a una
imperiosa necesidad.
Salvo en caso de existir disposiciones específicas, el depósito
necesario es regido por las normas relativas al depósito voluntario.
Artículo 2.228: El depósito necesario por ocasión de peligro o de
fuerza mayor, puede hacerse en personas adultas aunque incapaces
de hecho, y éstas responden del depósito, aunque no estén
autorizadas por sus representantes para recibirlo.
Artículo 4º.- Incorpórese un nuevo capítulo VII al título XV de la
sección tercera del libro segundo del Código Civil denominado “De la
introducción de efectos en las posadas” compuesto por los Artículos
2.229 a 2.239, que quedarán redactados de la siguiente forma:
HONORABLE SENADO DE LA NACIÓN
Artículo 2.229: El viajero que trajese consigo efectos de valor superior
al corriente en similares circunstancias, debe hacerlo saber al
posadero y guardarlos en las cajas de seguridad a su disposición en la
posada. Salvo prueba en contrario, excederán el valor corriente los
efectos o las sumas de dinero que superen cincuenta veces el costo
del alojamiento diario en la posada que se trate.
El posadero responde solamente por el valor declarado de los efectos
que el pasajero le entregue en custodia.
El posadero puede negarse a recibir efectos que resultaren
excesivamente valiosos en relación con la categoría de la posada o
que su guarda causare trastornos extraordinarios, o pactar con el
viajero para limitar su responsabilidad sobre tales efectos.
El posadero responde por las consecuencias de su injustificada
negativa a recibir las cosas que se le hubieran ofrecido en custodia.
Artículo 2.230: El posadero es responsable por las pérdidas o daños
sufridos en las cosas y efectos introducidos por los viajeros en el hotel
desde el instante en que son introducidos en la posada, sea por el
mismo viajero, un empleado de la posada u otra persona, salvo que
probare la existencia de caso fortuito ajeno a su actividad. La entrega
de equipaje en puertos, terminales, estaciones o en la calle a personal
de la posada, queda equiparada a su introducción en esta última.
El posadero responderá de los daños y pérdidas que los efectos de los
viajeros sufrieren, ya fuere por su culpa, la de sus dependientes o la
de otros viajeros, pero no responderá por los de los acompañantes,
visitantes o familiares de los viajeros que hubieren ingresado a la
posada con anuencia de éstos.
El posadero no responderá por más del monto equivalente a cincuenta
veces el precio final convenido por persona por cada día de
alojamiento, salvo que la pérdida o el daño sean atribuibles a dolo o
culpa grave suya o de sus dependientes, en cuyo caso responderá sin
limitaciones.
Artículo 2.231: El posadero responde por la sustracción o daños que
sufran los coches de los viajeros que reciba en la posada, en cocheras
u otros lugares adecuados para guardarlos, sea gratuito u oneroso el
estacionamiento en dependencias de la posada, y aunque se lo brinde
como accesorio del hospedaje, salvo caso fortuito, pero en ningún
caso responde por las cosas dejadas en el interior de ellos.
Artículo 2.232: El posadero no se exime de la responsabilidad que se
le impone por las leyes de este Capítulo, por avisos que ponga
anunciando que no responde de los efectos introducidos por los
HONORABLE SENADO DE LA NACIÓN
viajeros; y cualquier pacto que sobre la materia hiciese con ellos para
limitar su responsabilidad, será de ningún valor, salvo lo dispuesto en
este capítulo.
Artículo 2.233: La responsabilidad impuesta a los posaderos se aplica
en cuanto fuera pertinente a todos aquellos cuya actividad consiste en
dar alojamiento en hoteles, moteles, hosterías, hostales,
establecimientos de turismo rural o estancias que alojan huéspedes en
ellas a cambio de un precio, así como sanatorios, hospitales,
establecimientos psiquiátricos, geriátricos, albergues y pensionados
estudiantiles y asilos y, en general, a todos aquellos establecimientos
donde una persona se aloja e introduce efectos, aunque el alojamiento
no sea la causa principal de su estadía.
Artículo 2.234: La responsabilidad impuesta a los posaderos no se
aplica a establecimientos gastronómicos de cualquier índole, como
restaurantes, bares o cafés, ni respecto de los viajeros que ingresen
en las posadas, sin alojarse en ellas. Tampoco se aplica a los
restaurantes, bares o salones de convenciones que se encuentren
dentro de las posadas.
Artículo 2.235: En el caso del turismo rural o de estancias, el posadero
responderá por las personas, equipajes y objetos de sus huéspedes
desde que éstos traspongan el acceso principal del establecimiento y
hasta su egreso del mismo.
Artículo 2.236: No es caso fortuito la introducción de ladrones en las
posadas si no lo hiciesen con armas, o por escalamiento que no
pudiese resistir el posadero.
Artículo 2.237: Cuando el establecimiento de hospedaje perteneciere a
dos o más dueños, todos ellos serán solidariamente responsables del
daño causado al viajero o a sus efectos.
Sin perjuicio de ello, si el daño se hubiera producido por culpa
exclusiva de alguno de los dueños de la posada, el o los que hubiesen
pagado la indemnización al damnificado podrán reclamar del culpable
el reintegro de cuanto hubieran abonado y no sólo del valor
indemnizatorio correspondiente a su cuota parte.
Artículo 2.238: El posadero responde hasta que el pasajero desaloja la
habitación y se retira de la posada, llevándose sus efectos. Mientras el
pasajero permanezca alojado en ella, la habitación no será
considerada ámbito público o de acceso al público.
Si el viajero desocupa la habitación pero deja sus efectos en custodia
del posadero, éste sigue respondiendo por los mismos, aunque como
cualquier depositario común y no en los términos que le imponen las
disposiciones de este Capítulo.
HONORABLE SENADO DE LA NACIÓN
Artículo 2.239: La responsabilidad del hotelero finaliza cuando el
pasajero desaloja la habitación y se retira de la posada llevándose sus
efectos. El posadero puede retener los efectos del viajero hasta tanto
le sea cancelado el saldo del contrato de hospedaje.
Artículo 5°.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.
Juan M. Irrazábal.FUNDAMENTOS
Señor presidente:
El presente proyecto propone una actualización de aquellas
disposiciones del Código Civil referidas a la responsabilidad de los
establecimientos hoteleros en relación a las cosas entregadas a su
guarda.
El Libro II, Sección III, Capítulo VI del Código Civil establece que al
contrato de depósito verificado entre posadas y sus huéspedes o
viajeros por los efectos introducidos por éstos para guardar
gratuitamente y restituirlos por aquellos, corresponden las mismas
disposiciones aplicables a los ocurridos en ocasión de “incendio, ruina,
saqueo, naufragio, incursión de enemigos, o por otros acontecimientos
de fuerza mayor, que sometan a las personas a una imperiosa
necesidad”.
A nuestro juicio, se trata de una equiparación carente de un cimiento
razonable en la realidad actual.
El depósito necesario tiene su antecedente en el depositum miserabile
del Derecho Romano, que tenía lugar cuando al depositante no le era
posible elegir a quién confiar sus bienes debido a circunstancias
imprevistas o peligrosas. Se diferencia de esta manera del depósito
voluntario, previsto en el Código Civil, en el que la elección del
depositario depende enteramente de la voluntad del depositante.
Tratar el depósito de los efectos introducidos en las casas destinadas
a recibir viajeros como necesario, es decir entendido como forzado por
circunstancias ajenas a la voluntad del huésped, nos retrotrae a los
tiempos en que viajar era costoso e infrecuente. La idea que los
viajeros no podían elegir libremente a quién confiarle sus pertenencias
al hospedarse probablemente era verosímil en épocas previas a la
revolución producida en el transporte y las comunicaciones, cuando
existía a lo sumo una posada en cada lugar de tránsito y el pasajero
carecía de medios de informarse sobre su reputación. Hay que tener
en cuenta también que el turismo de masas, tal como hoy lo
conocemos, es un fenómeno relativamente nuevo. En efecto, la parte
HONORABLE SENADO DE LA NACIÓN
del Código Civil sobre depósito en posadas procede básicamente del
siglo XIX, cuando viajar rara vez era por placer, y los caminos
auguraban eventos largos, inciertos y peligrosos.
En tal sentido, entendemos que la variedad de la oferta de hospedaje
que existe hoy, incluso en puntos geográficos de menor importancia
turística, hace inadecuado el tratamiento prestado a la cuestión en el
texto original.
El Código Civil legisla dos veces sobre la responsabilidad del hotelero.
Primero, en los artículos 1.118 y 1.120 contenidos en el Título IX de la
Sección II del Libro I, que trata sobre obligaciones que nacen de los
hechos ilícitos que no son delitos, lo que sugiere que se trata de un
supuesto de responsabilidad extracontractual. Segundo, como hemos
señalado, en los artículos 2.229 y siguientes, vinculados al depósito
necesario, lo que la circunscribe a un caso de responsabilidad
contractual. Este tratamiento doble en la normativa de fondo ha
generado duda en los autores sobre la naturaleza o esencia jurídica de
esta responsabilidad, pero predomina la opinión que la misma
corresponde a la segunda interpretación mencionada, esto es, una
responsabilidad contractual.
Como técnica legislativa, el presente proyecto propone derogar el
Artículo 1.120 modificar el artículo 1.121, eliminando de éste lo
referente a la actividad hotelera, preservando así lo atinente a buques
y otros. Así, se encuadra la responsabilidad del hotelero en el régimen
de responsabilidad contractual, con el propósito de aventar todas las
dudas que pudieren subsistir respecto al ámbito de esa
responsabilidad. También propone la presente iniciativa suprimir del
artículo 2.227, que define el depósito necesario, la expresión “y el de
los efectos introducidos en las posadas por los viajeros” y agregar un
capítulo nuevo con disposiciones específicas aplicables a la
introducción de efectos en establecimientos hoteleros.
Preservamos en todos los casos las palabras posada y posadero
porque a pesar de constituir términos antiguos y en desuso en el
lenguaje corriente, la tradición y la práctica jurídicas les han conferido
la familiaridad y precisión suficiente para que resulte innecesario
reemplazarlas por expresiones más modernas y tal vez no tan
inequívocas. Desde ya que este es un criterio de naturaleza tanto
estética como práctica, y de ninguna manera rígido o dogmático
respecto a otros que apunten a mejorar la redacción.
La propuesta de reforma incorpora el concepto de "caja de seguridad"
la redacción del artículo 2.229, que no existía en el ámbito de las
posadas en la época de sanción de nuestro Código Civil, como así la
posibilidad que el posadero se niegue a recibir los efectos de valor
superior o convenga con el pasajero la limitación o exclusión de su
HONORABLE SENADO DE LA NACIÓN
responsabilidad sobre tales efectos. Con esta modificación apuntamos
a evitar una gran cantidad de conflictos al tiempo de aplicar el principio
establecido en el artículo 1.197 del Código Civil, otorgando a las
partes la posibilidad de establecer las reglas a las cuales deberán
someterse en el caso que los efectos involucrados impliquen una
responsabilidad extraordinaria.
La nueva redacción del artículo 2.230 limita la responsabilidad al
monto máximo equivalente a cincuenta veces el precio convenido por
persona por cada día de alojamiento, salvo que la pérdida o el daño
sean atribuibles a culpa o dolo del posadero o de sus dependientes.
La del 2.231 adapta la idea de Vélez a nuestros días, fijando la
responsabilidad del posadero respecto a los coches de los viajeros
dejados en cocheras u otras dependencias de los hoteles, pero no en
cuanto a las cosas dejadas dentro de ellos.
Por su parte, el nuevo artículo 2.232 no modifica en lo sustancial lo
establecido por el codificador original al negarles validez a anuncios o
pactos que limiten la responsabilidad del posadero, salvo lo dispuesto
en el mismo capítulo, específicamente el artículo 2.229, segundo y
tercer párrafos, por los que el posadero responde por el valor
declarado de los efectos que el pasajero le entregue en custodia o lo
habilita pactar con el viajero para limitar su responsabilidad sobre
efectos que resultaren excesivamente valiosos en relación con la
categoría de la posada o que su guarda causare trastornos
extraordinarios.
Dentro del capítulo propuesto, el artículo 2.233 extiende la
responsabilidad de marras a todos aquellos establecimientos donde
una persona se aloja e introduce efectos, aunque el alojamiento no
sea la causa principal de la estadía, tales como sanatorios, clínicas,
albergues estudiantiles, pensionados, hospitales, asilos y otros,
teniendo en cuenta que la doctrina ha sido prácticamente unánime en
esa interpretación. Asimismo, se propone mediante el artículo 2.235
introducir disposiciones para los establecimientos de turismo rural, que
han proliferado en los últimos tiempos y que carecen en la actualidad
de una normativa, fijando que la responsabilidad del estancieroposadero sobre las personas y sus efectos comienza desde su ingreso
al acceso principal del establecimiento y termina con su egreso del
mismo.
Mantenemos el espíritu y sentido del artículo 2.236, mejorando su
redacción. El artículo 2.237 proyectado, al establecer la solidaridad de
los diversos dueños de una posada, adecua esta materia a al derecho
argentino vigente en materia de relaciones de consumo, como por
ejemplo la responsabilidad solidaria establecida en los artículos 13 y
40 de la ley 24.240 de Defensa del Consumidor. Ello sin perjuicio de
las acciones internas de contribución entre quienes responden y quien
HONORABLE SENADO DE LA NACIÓN
es culpable, apartándose este aspecto de la regulación general del
Código Civil en materia de solidaridad, por entender que no sería
razonable aplicar la solución general en esta eventualidad.
Creemos también conveniente aclarar las circunstancias que hacen
cesar la responsabilidad del posadero y también la responsabilidad
que le corresponde respecto a los efectos dejados en su custodia por
pasajeros que han desocupado su habitación. Respecto a ésta, se
introduce, teniendo entre otras cosas en cuenta los efectos de la
aplicación de derechos de propiedad intelectual, que mientras el
pasajero permanezca alojado en ella, la habitación no será
considerada ámbito público o de acceso al público.
Por los motivos expuestos, y por los que se darán en oportunidad de
su tratamiento, solicitamos a nuestros pares su apoyo al presente
proyecto.
Juan M. Irrazábal.-
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