Por aquel entonces - Parroquia de San Jorge de Mogor

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Por aquel entonces
Narrador.- Por aquél entonces, Augusto, el emperador de Roma, decretó que
se debía de hacer un censo para saber cuántos habitantes tenía su imperio.
Soldado romano.- Todos los habitantes del imperio deben ir a la ciudad de
origen de su familia para incribirse en el censo.
Narrador.- José y su esposa María emprendieron un largo viaje para ir desde
Nazaret hasta la ciudad de Belén, de donde era la familia de José.
(Se abre el telón y aparecen José caminando tirando del borriquillo donde va
montada María).
José.- María, ¿vas muy cansada?
María.- Si, un poco. Tenemos un largo viaje hasta Belén.
José.- Se está haciendo de noche y deberíamos buscar un lugar donde poder
dormir.
María.- Cerca tenemos una posada, preguntemos si hay sitio para pasar la
noche.
(María se queda junto al borriquillo y José llama a la puerta de la posada.)
Posadero.- Buenas noches.
José.- Buenas noches. Quisiera saber si teneis sitio para nosotros para pasar la
noche, pues venimos de viaje y estamos muy cansados.
Posadero.- Lo siento, pero no me queda ni una cama. Con motivo del censo la
ciudad está llena de viajeros que buscan donde poder dormir.
José.- Pero mi esposa está muy cansada: espera un hijo y se acerca la hora...
Posadero.- Lo siento, tengo la posada llena, pero si queréis podéis dormir en
el establo. Es todo lo que os puedo ofrecer...
José.- ¡Gracias, bueno hombre! ¡María, ya tenemos donde dormir!
(Se dirigen al establo).
Posadero.- No es mucho, pero el buey os dará calor.
(El posadero se va y la burra se tumba junto al buey).
José.- Acuéstate, María. ¿Tienes frío?
María.- Un poco, José.
José.- Espera, te taparé con la manta.
(Se apaga la luz, se empieza a oír un canon. Con una vela lee el Narrador.)
Narrador.- Mientras estaban en el establo, le llegó a María el tiempo del
parto y dio a luz a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo acostó en
el pesebre del buey.
(Se escucha un aleluya fuerte... Se da la luz y aparece el portal, con un ángel
encima y llevando una estrella.)
José.- ¡Qué bonito es nuestro hijo! ¿No es cierto, María?
María.- Si, José. Ayúdame a taparlo, que tendrá frío.
(Entran los pastores)
Narrador.- Cerca del establo había unos pastores que pasaban la noche a la
intemperie, cuidando de sus rebaños. Según contaban, aquella noche se les
presentó un ángel y pasaron mucho miedo...
(Del lateral del escenario sale un ángel y les habla a los pastores.)
Ángel.- Tranquilizaos, no tengáis miedo, que os traigo una buena nueva, que
lo será para todo el mundo: hoy, en Belén, os ha nacido un salvador, que es el
Mesías, el Señor. Lo reconoceréis envuelto en pañales y acostado en un
pesebre.
(De cada lateral salen dos ángeles.)
Ángeles.- Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra, paz a los hombres que ama
el Señor.
(Se van los ángeles y se colocan al fondo del escenario.)
Pastor.- ¡Vamos todos a Belén !
Coro de pastores.- Si, vamos sin tardar.
Pastora.- ¡Esperad!, que yo quiero llevarle un regalo a ese niño.
Coro de pastores.- Sí, llevémosle nuestros mejores presentes.
(Los pastores se acercan al portal y ponen los regalos en el suelo, debajo del
pesebre.)
(La estrella se desliza sobre el portal y se para justo encima.)
Narrador.- Unos sabios de Oriente, llegan a Belén siguiendo una estrella que
les guía.
(Aparecen Melchor, Gaspar y Baltasar.)
Melchor.- Mirad, se ha parado la estrella sobre aquel portal
Gaspar.- ¡Vamos a acercarnos!
Baltasar.- ¡Sí, vamos!
(Al llegar al portal, se ponen de rodillas frente al niño.)
Melchor.- Yo te ofrezco oro.
Gaspar.- Yo te traigo incienso.
Baltasar.- Y yo te traigo mirra.
María y José.- Muchas gracias a todos por vuestros presentes.
(Los reyes magos se quedan a un lado del portal.)
(Los pastores le cantan un villancico y al finalizar, la escena se queda inmóvil.
Se escucha de fondo "Adeste Fideles" y despacio, se cierra el telón. Nadie se
mueve en el escenario hasta que el telón está cerrado del todo.)
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