Agosto: Dar posada al necesitado Reflexión: Dios, en su Amor creador, prepara para el hombre un lugar donde habitar, una casa. La gran posada de Dios es la creación y, en este sentido, cada hombre es el “posadero” de Dios; el encargado de abrir la posada a todos los hombres; de acoger, en la casa del Padre, a su hermano. “La tierra no podrá venderse definitivamente, porque la tierra es mía, y ustedes son para mí como extranjeros y huéspedes”. (Lev. 25,23) Desde esta óptica “posada” es acogida pero especialmente acogida material, compartir lo que es común. Es estar atento al otro: Permitirle y posibilitarle el uso de la creación. Si Brochero tuvo una característica que lo distinguió y gracias a la cuál hoy podemos honrarlo en los altares, fue el estar atento al otro, el trabajar para hacer de la tierra, el trozo de tierra que a él le correspondió trabajar, una “posada” digna. Lo hizo en la Villa del Tránsito de las mil maneras que todos conocemos, lo hizo en Córdoba cuando, haciéndose cargo de la realidad de los presos, lucho para mejorar sus condiciones materiales de vida Pero no solo preparó la “posada” para los serranos (escuela, casa de ejercicios, capillas) sino que invitó a los de fuera a gozar de esta casa siendo, en este campo, un precursor del turismo en traslasierra. “… Diga a su dignísima y comedida esposa (escribe a F.Alcorta)… que en el año 1906 le he de ir a traer en mi tren (y de ella) para que se bañe en Minaclavero y sane de su estómago, parando en mi casa del Tránsito si le place, aunque le queda el río a 18 cuadras, o parando en el mismo Minaclavero, proporcionándole yo vacas y caballos para que no le falte nada…”. Un turismo que reconoce las riquezas de la zona, se abre, generosamente, a los de fuera y se pone a disposición. Propuesta de acción: Muchos son los que cada día vienen y transitan por nuestros lugares de residencia: En verano, para algunos, serán los turistas; a nuestras ciudades, hermanos de la zona rural; a las zonas rurales distintos tipos de trabajadores de paso. - - Crear en la Parroquias o capillas, tal vez en coordinación con la municipalidad o comuna, centros de acogida donde quién llega pueda informarse seriamente, descansar, asearse, guardar temporariamente sus cosas. Que haya buena cartelería que los indique. Tener previstos en cada lugar espacios donde quienes están de paso puedan descansar una noche, recibir alimento y abrigo. Promover a fin de que, en las calles de nuestros pueblos y ciudades, especialmente en las zonas céntricas, haya bancos para que descansen nuestros mayores y espacios para que jueguen los niños.