INTERNACIONAL SÁBADO 5 DE FEBRERO DE 2005 A7 Colectivización forzada en Ucrania: Cuando la hoz caló en el granero cosaco Se estima que siete millones murieron bajo la hambruna artificial ordenada por Stalin. Para materializar una sociedad socialista, el dictador Josef Stalin y el Partido Comunista de la URSS decidieron, a fines de los años 20, que era necesario “colectivizar” la agricultura del país, para entonces el 80% de la actividad económica. Para esto la propiedad privada debía ser eliminada, al igual que la —supuesta— clase social formada por los campesinos acomodados, los kulaks. Pero la “idea” —defendida con sofisticados argumentos teóricos— comprobó ser una de las más sanguinarias creaciones humanas: se estima que unos 20 millones de personas murieron, en todo el país, de hambre o exterminados por agentes del Estado. La colectivización tenía como objetivo evitar una contrarrevolución desde el campesinado y poner en manos estatales la materia prima necesaria para sustentar la rápida industrialización anhelada por Stalin. El proceso se ensañó particularmente contra el granero soviético, la actual Ucrania. La mayoría de las estimaciones calculan siete millones de ucranianos muertos (aunque las cifras oscilan entre 4 y 10 millones). ¿Por qué Ucrania? En la fertilidad de sus tierras negras y la rebeldía de sus habitantes se encuentra parte de la respuesta. Ya cuando colapsó la Rusia zarista en 1917, los ucranianos nacionalistas se declararon independientes y establecieron un gobierno en Kiev. Pero Lenin no estuvo de acuerdo, y tras cuatro WWW.INFOUKES.COM IGNACIO ARANA ARAYA EN LOS HUESOS.— Existen pocas fotos testimoniales sobre el estado en el que perecieron los campesinos. años de feroces combates el Ejército Rojo se impuso. Desde entonces, los soviets comenzaron a redistribuir los granos producidos en el territorio. Pero el verdadero quiebre vendría cuando Josef Stalin llegó al poder. El dictador de origen georgiano era implacable con sus opositores, reales e imaginarios, por lo que consideró inaceptable la resistencia en la tierra de cosacos. Al igual que en toda la URSS, los agentes del Estado asesinaron y deportaron a miles bajo acusaciones de complot y subversión. Según los ucranianos, la de- portación y eliminación de los kulaks fue particularmente brutal. Además, los campesinos insistían en volver a su antiguo sistema de trabajo, y los nacionalistas no se intimidaban con la represión draconiana. Stalin, con su impaciencia y rudeza características, no sólo aplastaría el espíritu rebelde, sino también los cuerpos que lo sustentaban. Según estimaciones, para 1932 el 75% de las granjas ucranianas habían sido colectivizadas. En agosto de ese año, Stalin ordenó un aumento drástico de las exportaciones de alimentos produ- ¿Represión o genocidio? No existe consenso entre los especialistas. Existe una profusa discusión entre los especialistas sobre si la hambruna ucraniana constituyó un genocidio o no. Bohdan Klid, investigador del Instituto Canadiense de Estudios Ucranianos, dice a “El Mercurio” que en 2004 Kiev intentó que la Asamblea General de la ONU reconociera el genocidio, pero encontró reticencia en muchos países de diversas regiones. El tema es complejo. Bohdan estima que Rusia se opone a reconocer un genocidio porque Moscú se vería forzado a disculparse y ofrecer compensaciones. Pero, más de fondo, señala que para los rusos la hambruna ucraniana fue una consecuencia desafortunada de las políticas del Estado soviético que se aplicaron en todo el territorio. La historiadora rusa Olga Ulianova se identifica con esta visión. “La hambruna no fue contra los ucranianos, fue contra los campesinos en general. A Ucrania le tocó duro, pero en la región también vivían muchos rusos, por lo que no fue una política antiucraniana. Fue un genocidio contra un grupo social, los campesinos”, comenta. Para ella, el término en cuestión es usado por los nacionalistas ucranianos, quienes buscan crear “un mito fundacional para tratar de distanciar a Rusia de Ucrania”. Para Marshall Goldman, director asociado del Centro de Estudios Rusos de Harvard, “probablemente fue un poco de ambas cosas. Porque no hay dudas de que Stalin deseaba presionar a los ucranianos, y es cierto que había hambruna y represión en toda la URSS”. “Es difícil que los rusos reconozcan un genocidio, porque pueden decir: ¿Por qué, si Stalin no era ruso (era de Georgia), no somos comunistas ni soviéticos? Además, Ucrania no existía en forma separada”, agrega. Una palabra compleja La discusión en torno al caso ucraniano no es extraña ya que el término genocidio es fuente de múltiples debates académicos debido a la dificultad para establecer sus límites. Para definir genocidio, la ONU enumera una serie de actos que buscan “destruir, completa o parcialmente, un grupo nacional, étnico, racial o religioso”. Estos puntos son asesinar miembros de un grupo, causarles daño físico o mental severo, imponerles medidas para prevenir los nacimientos, deliberadamente infligirles condiciones de vida para destruirlos físicamente, y transferir los niños de un grupo a otro. Estas características generan dudas, y se ha argüido que los puntos son excesivos. Muchos destacan que la clave reside en la intención de los que perpetran las matanzas, y las consecuencias que obtienen. Entrevista a Viktor Yushchenko: “No creí que llegarían al nivel de envenenarme” El Presidente ucraniano culpó a sus opositores en el gobierno por la desfiguración de su rostro. El flamante Presidente donde los asesinatos pueden ucraniano, Viktor Yushchen- ser ordenados. Usted sabe ko, confirmó en una entrevis- muy bien quién es el asesino, ta con Christiane Amanpour es el gobierno”, afirmó tajande CNN, que el envenena- temente a CNN. Yushchenko miento con diotambién comxina que sufrió paró la desfiguel año pasado ración de su durante la camrostro con el españa electoral y tado de su país: que le desfiguró “La gente llora la cara fue percuando ven mi petrado por cara, pero mi miembros del país también gobierno de su ha sido desfipaís: “No tengo “Dioxina como ésta es gurado. Amninguna du da producida en 4 o 5 bos volverán a de que esto fue laboratorios militares estar sanos”. hecho por mis de Rusia, América y de Al ser conopositores en el unos pocos países más”. sultado si pengobierno, por aquellos que se VIKTOR YUSHCHENKO só que su inhabrían benefiPresidente de Ucrania cursión electoral iba a ser tan ciado más con dura, el Manmi muerte”. En su primera entrevista datario dijo estar consciente como Presidente, Yushchen- del país en que vive y de ko desechó las especulacio- quien está a cargo del gobiernes que apuntan a que su en- no. Pero señaló que nunca venenamiento fue casual y creyó que podrían llegar al producto de algún tipo de nivel de envenenarlo. Aunque hay varias versioalimento que haya ingerido. “Este no es un problema de nes de como habría sido encocina. Estamos hablando de venenado, a la que Yushla cocina política ucraniana, chenko le da más “posibilida- des” es a la que señala que se le suministró dioxina en el alimento que ingirió en septiembre, durante una comida que tuvo con quienes dirigían los servicios de seguridad ucranianos. Yushchenko agregó a CNN que los servicios secretos le han informado de cómo entró la dioxina al país, pero dijo que la evidencia ahora está en poder del Fiscal General, quien deberá determinar de donde provenía. El Mandatario también se refirió al apoyo que brindó el Kremlin al candidato oficialista, el ex Premier Viktor Yanukovich: “Ahora todos entienden que sólo los ucranianos tienen derecho a elegir a su Presidente. Éste no se elige en Moscú o en cualquier otra parte”. Ahora, con la satisfacción de haber llegado al poder, Viktor Yushchenko señaló que todos tuvieron que pagar un precio para poder obtener la libertad, pero los ucranianos “le pueden decir adiós a un gobierno criminal y a todas sus torturas y mentiras”. cidos en Ucrania, y progresivamente aumentó las cuotas hasta que casi no quedó comida para los propios ucranianos. La decisión tenía su lógica: Stalin necesitaba dinero para modernizar el Ejército Rojo y cumplir con el Plan Quinquenal de industrialización. ¿Qué mejor que obtenerlo a costa de quebrantar a los díscolos ucranianos? A partir de entonces, las fronteras de la región fueron selladas para evitar que entrara comida, mientras la policía iba de casa en casa para evitar que los campesinos retuvieran alimentos. Los primeros en sufrir fueron los más débiles, niños y ancianos. Relatos cuentan que algunas madres campesinas, desesperadas por la desnutrición de sus hijos, los subían a vehículos que viajaban entre ciudades con la esperanza de que en ellas pudieran mendigar alimentos. Pero en las urbes los inmigrantes caían literalmente muertos de hambre en las calles. Sus cuerpos eran trasladados en carretas tiradas por caballos y luego lanzados a tumbas colectivas. Las condiciones de vida eran tan bestiales, que algunas personas que yacían en el suelo desfallecidas, pero vivas, también eran enterradas. Bajo el dolor de la hambruna, algunas personas comían las hojas de plantas y árboles y a los animales que encontraban, como perros, gatos, ratas y sapos. Otros, se dice, locos por el hambre devoraron a seres humanos, padres se comieron a sus hijos. Para la primavera M a s a de 1933, se estima que 25.000 personas morían de hambre cada día. Villas y pueblos enteros desaparecían lentamente. La comida enviada por ucranianos en el exterior era requisada. La hambruna no exis- E N E L S I tía oficialmente. De hecho, el que hablara sobre ella podía ser arrestado por propaganda antisoviética. El asunto era cuidadosamente refutado ante la prensa extranjera y los visitantes. Incluso muchos crédulos foráneos sirvieron para negarla. Las potencias occidenta- les, informadas, en la práctica no se dieron por enteradas. Para fines de 1933, se estima que casi el 25% de la población ucraniana había fallecido, incluyendo a tres millones de niños. La hambruna acabó cuando Stalin, satisfecho por lograr sus metas, redujo la presión sobre los ucranianos. Un respiro en medio de una pesadilla; pocos años después, los ucranianos eran saqueados y sometidos a los escuadrones de exterminio del dictador nazi Adolfo Hitler. ¿Heridas sin cicatrizar? Para Marshall Goldman, director asociado del Centro de Estudios Rusos de Harvard, la hambruna aún es un tema sensible para Ucrania, aunque no para los rusos. “Eso explica por qué en la parte occidental de Ucrania había tanto enojo con Yanukovich (ex Prec r e s mier, pro ruso, candidato a la Presidencia en las últimas elecciones)”. De todas formas, Bohdan Klid, del Instituto Canadiense de Estudios Ucranianos, explica que a nivel oficial las relaciones están basadas G L O X X en consideraciones pragmáticas. “Aunque a muchos ucranianos les gustaría ver a los rusos hacerse cargo de lo que pasó y permitir investigar para llegar a conclusiones más definitivas”, dice, aludiendo a que Moscú aún no desclasifica información relevante sobre ese período.