MARÍA DEL EVANGELIO De toda mancha y sombra original tu hijo Dios te quiso preservar. No te privó, María, del dolor, de la pobreza y de trabajar. De toda mancha y sombra original tu hijo Dios te quiso preservar. No te privó, María, del dolor, de la pobreza y de trabajar. El Evangelio te presenta así: trabajadora en tu Nazaret, atenta a Dios y dándonos tu amor, tu casa humilde y el pobre taller. Si quiso Dios hacer de ti un jardín, pues decidió nacer de una mujer, Él te eligió para sembrarse en ti y florecer, María, florecer. (Gabaráin)