Siglo nuevo arrebatada, altiva, que choca contra sí misma, pero sin llegar a ser un referente de la lucha social. Al respecto, Antonio Saborit recordó que con este tipo de comentarios, Monsiváis los moneros como avanzadas de la “sobre todo buscaba no ofenderla, libertad de expresión. porque se llevaba bien con la Doña”. Rafael Barajas “El Fisgón” En este sentido, Dina Comisarencoincidió con lo dicho por Monsi, co precisó que en alguna oportunipues “yo sí creo que la caricatura en dad el autor se definió a sí mismo, en México ha sido, desde el siglo XIX, tercera persona, como alguien que la punta de lanza de la libertad de “alterna su misoginia con una encenexpresión. Son los caricaturistas dida defensa del feminismo”. Si bien, los que abrieron terreno dentro de dijo, contribuyó a dicho movimiento lo que es la prensa de combate para con mordaces críticas al machismo, abrir los márgenes de lo que se podía el lado misógino del autor quedó de decir en aquel entonces, al punto manifiesto, pues hasta Elena Poniaque alrededor de 1870 las revistas de towska decía que Monsi “amó a su caricaturas contribuyen a derrocar país, amó a sus gatos, amó a sus esa un presidente, es el caso de Sebascritos, pero no amó a las mujeres”. tián Lerdo de Tejada”. Y es que sobre Frida Kahlo, el auAcerca de la Virgen de Guadalupe, tor escribió que en una sociedad maMonsiváis aseguraba que se trata de chista, donde lo pictórico era asunto la imagen más repetida en la historia exclusivo de los hombres, “Frida se de México, pues “en una sociedad desentiende de las nociones reverenaferrada a los símbolos”, las alegociadas de discreción y buen gusto rías son el primer lazo de unión. y en exorcismo portentoso se pinta enferma, engendradora y decapitadora de sí misma, hereje procesada SE LLEVABA BIEN por las inquisiciones de la mente y el cuerpo”, pues a ella todo le está CON LA DOÑA permitido, porque la naturaleza ya Su análisis de la cultura popular lo se permitió todo con ella. llevó a reflexionar sobre personajes La especialista en arte consideró emblemáticos como María Félix, la que esta afirmación es un ejemplo cual, dijo, veía en el lujo la escenifide esa ambigüedad misóginacación de sus fuerzas interiores, la feminista. “Por supuesto que no a aspiración de la mujer prudente, todo el mundo debe gustarle la obra El escritor y ensayista mexicano Carlos Monsiváis en su estudio de la Ciudad de México junto a uno de sus consentidos gatos. que es vigente -consideró Antonio Saborit, director del Museo Nacional de Antropología-, de él también es la frase del erotismo demográfico, antes que separaran a hombres y mujeres en el Metro, él hablaba del erotismo demográfico en una crónica maravillosa”. Sobre música, Monsiváis señalaba que en particular la tropical, se había convertido en una tradición poderosísima, con la cual un amplio sector de la población transparenta sus aspiraciones y frustraciones, ya que, por ejemplo, “la cumbia o el vallenato, más que gustos, son atmósferas urbanas y autobiográficas”. En este sentido, Gerardo Estrada apuntó que al escritor “le gustaba toda la música popular, tenía un gran conocimiento, en todas ellas veía expresiones de los sentimientos populares, veía expresiones de la sensibilidad mexicana y entendía que a través de la música nos estábamos educando sentimentalmente de alguna manera”. A Calos Monsiváis también le gustaba mucho la caricatura, ya que señalaba que el dibujo político, sin movilizar masas o derribar instituciones, sí estimula un uso flexible y divertido de la crítica y consideraba a 60 • Sn