NUTRICION Y PSIQUE CON REFERENCIA ESPECIAL A LA

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NUTRICION
Y PSIQUE CON REFERENCIA
ESPECIAL
PSICODIETETICA
EXPERIMENTAL*
A LA
DR. J. BROZEK
Del Laboratorio
de Higiene
Fisiológica,
Minneapolis,
Universidad
Minnesota,
INTRODUCCION
La influencia de la dieta sobre la capacidad
funcional y la “mente humanas-su intelecto
y personalidad, su capacidad creadora y su
sensibilidad religiosa-son
cuestiones que
han intrigado al hombre desde tiempo inmemorial. Sin embargo, solo en época muy
reciente han comenzado a aplicarase los
métodos científicos al estudio de la nutrición
y sus efectos sobre la psique.
En los estudios experimentales de la
alimentación del hombre y de los animales
se ha aplicado una diversidad de técnicas
cuantitativas
y semicuantitativas
de las
utilizadas en la caracterización de los diferentes aspectos de la conducta. Un examen
crítico de estos métodos indica que no son
completamente satisfactorios. Puede decirse
(y la tesis no es ciertamente jocosa) que la
precisión de nuestros métodos es inversamente proporcional a la verdadera importancia de las funciones que se evalúan, y
también a su sensibilidad bajo los efectos del
apremio de alimentarse. Hemos podido ver
que, en condiciones de prolongada privación
de calorías, la actividad mental espontánea
disminuye de manera sorprendente, mientras que la medida del nivel de inteligencia
muestra poca 0 ninguna alteración (44, p.
863). Hay muchas otras limitaciones de los
métodos (15). Sin embargo, el conocimiento
de estas limitaciones no debe servir en modo
alguno para ocultar los adelantos logrados
en este nuevo campo de la ciencia de la
nutrición ni la necesidad de reemplazar con
hechos el folklore y las ideas de moda en lo
que se refiere a los efectos psicológicos de los
alimentos.
* Basado en la comunicación
presentada
al
Tercer
Congreso
Internacional
de Nutrición,
Amsterdam,
Holanda,
septiembre
13-17, 1954, y
publicada
en Voeding, marzo, 1955.
de Minnesota,
E. U. A.
Escuela de Sanidad,
Al estudiar la nutrición y la conducta,
manejamos variables muy complejas. La
conducta, como equivalente funcional de la
“psique”,
abarca, no ~610 las funciones
motrices (tales como coordinación o velocidad de los movimientos),
sino también
las funciones sensoriales (especialmente el
gusto y el olfato), la inteligencia y la personalidad en sentido restringido (sensaciones corporales y sentimiento de bienestar,
emociones y voliciones).
Estos dos complejos sistemas, nutrici6n
y conducta, pueden estudiarse considerando
uno u otro como variable “independiente”.
Así, por una parte, están los efectos de la
nutrición (exceso de nutrición, desnutrición
y malnutrición)
sobre la conducta; y este
problema, planteado en el ambiente experimental del laboratorio,
es el que nos
ha preocupado en Minnesota desde 1941.
Por otra parte, cabe considerar los factores
psicológicos, tanto individuales como sociales, en sus relaciones con la selecci6n y con
la aceptación de alimentos, con los gustos y
aversiones, con las preferencias y las repulsiones que dichos alimentos suscitan.
A veces, como sucede con la obesidad o con
la anorexia nerviosa, el simple esquema
variable “independiente-dependiente”
fracasa por completo. Así como los factores
psicológicos (emotivos) pueden desempeñar
un papel “independiente”
al principio y
originar una ingestión deficiente de alimentos, el defecto nutritivo
consiguiente
repercute a su vez en la personalidad. El
aislamiento de la sociedad, unido a un profundo pesar o al sentimiento de encontrarse fuera de ambiente, puede llevar a la
adquisición de hábitos dietéticos extraños y
nocivos, que, a su vez, pueden causar,
por ejemplo, pelagra seguida de graves
trastornos mentales.
414
Abril
19551
NUTRICION --x nn-,.-IDILJlJJ!¡
LA ALIMENTACION, EL HOMBRE Y
LA SOCIEDAD
Alrz
etlit
al médico que trata enfermos de anorexia
nervosa (por temor de impregnación por vía
Para estudiar de un modo completo las oral como una de las causas subyacentes)
relaciones existentes entre los alimentos, la y casos más leves de aversión a los alinutrición y la conducta, es preciso tomar en mentos, o bien el problema contrario de
consideración las disciplinas relativas a la exceso en el comer.
Los factores psicológicos relacionados con
composición de los alimentos y las actitudes
del hombre hacia éstos, conjuntamente con la ingestión de alimentos fueron sistemáticamente examinados y descritos por Selling
la cultura y la biología humanas.
y Ferraro (70). Después de haber analizado
El antropólogo Richards (66) emprendió
los
un estudio completo, sobre el terreno, de la la psicología básica de la nutrición
nutrición en una sociedad primitiva desde autores estudian problemas tales como la
el punto de vista de las funciones sociales y alimentación de los niños; las dificultades de
culturales de los alimentos y la forma de alimentación del adulto debidos a perturbacomerlos. Su tesis es que la nutrición, como ciones de origen psíquico; los aspectos
proceso biológico, es más fundamental que el dietéticos de la deficiencia mental, de los
trastornos mentales (pacientes maníacosexo. “En la vida del organismo individual
depresivos y pacientes que sufren de parala nutrición es la necesidad física primordial
noia y que a veces tienen la obsesión de que
y más recurrente, en tanto que en la amplia
esfera de la sociedad humana determina, en sus alimentos han sido envenenados), y de
la senilidad; la psicología del enfermo somemayor grado que cualquiera otra función
tido
a dieta; las consideraciones psicológicas
fisiológica, la naturaleza de las agrupaciones
relacionadas
con la alimentación de grandes
sociales y la forma que sus actividades
grupos,
como
en las escuelas o en la industria,
adoptan (ib&% p. 1).
Si bien el “hambre”,
expresión de la y el mejoramiento de los conocimientos de
necesidad de alimentos del organismo, es las gentes con respecto a la nutrición. El
estudio contiene un breve capítulo sobre el
uno de los impulsos biológicos fundamentales, en las sociedades humanas los ali- efecto de la dieta inadecuada en la conducta
mentos, la alimentación y la forma de in- y la personalidad. Desde la aparición de la
gerirlos adquieren valores que guardan poca obra hace diez años, se han publicado nuerelación con la supervivencia
física. B. vos datos, más importantes en esta rama
Malinowski, en su preámbulo a la obra de que en cualquiera otra tal vez de las materias
Richards, recalca la necesidad de que se que abarca el libro de Selling-Ferraro. Es una
investigue el simbolismo de los alimentos y lástima que esta obra clásica de “psicodiet&ica”-término
creado por Fritz (28)las actitudes hacia los mismos determinadas
por la tradición. Cita casos instructivos, a no contenga las referencias bibliogrãficas de
que cita. Fritz
(29)
la vez que divertidos, de diferencias de las publicaciones
“ideología de los alimentos”
observadas preparó una bibliografía clasificada de los
durante sus estudios tanto en Melanesia como estudios anteriores en esta mat’eria, de
en Europa. Se dice que los nativos de las carácter más bien clínico que experimental.
islas Trobriand son muy parcos en sus presELmmoN
Y APRECIACION DE
ferencias alimenticias. Detestan a sus vecinos
LOS ALIMENTOS
por cambales, comedores de perros y de
serpientes. Sus vecinos, a la vez, los
En el aspecto psicofisiológico, los sentidos
desprecian por su falta de buen gusto y de químicos, el gusto y, el olfato han sido
aprecio de viandas tan excelentes como son estudiados intensamente
tanto
en sus
el hombre, las serpientes y los perros.
aspectos fundamentales (31, pp. 270-323;
El simbolismo de los alimentos interesa
32 b, 60, 61) como respecto al sabor de los
no sólo al antropólogo cultural sino también
alimentos (20, 51, 54). La selección de los
416
BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA
alimentos como problema psico-fisiológico
ha sido tratada detenidamente en lengua
castellana por Grande (32 a). Los problemas
cientificos e industriales relativos al olor
(incluso el de controlar los olores en la
preparación de alimentos proteínicos, (22))
se discutieron en una reciente conferencia
presidida por A. R. Behnke. Dove (23)
describió los procedimientos aplicados en el
Quartermaster Food and Container Institute,
de Chicago, para evaluar la aceptabilidad
de los alimentos; véase también Peryam y
col. (60 a). Los problemas que plantea la
creación de mercados para los nuevos
productos alimenticios, el debilitamiento de
la adhesión a las antiguas marcas y el
acreditar las nuevas, tienen consecuencias
económicas de gran trascendencia y constituyen importantes aspectos del art,e y la
ciencia de la publicidad.
Se ha escrito mucho sobre la sed y el
hambre en cuanto necesidades corporales
de agua y alimento o alimentos (56, pp.
382-401). Recientemente Mayer (50) estudió
los mecanismos que regulan la ingestión
de alimentos en su relación con la etiología
de la obesidad, destacando la teoría glucostática del autor. Young (78) hizo un
análisis crftico de trabajos publicados sobre
el apetito, sobre el sabor de los alimentos y
los hábitos dietéticos desde el punto de
vista de la psicología experimental.
Los
hábitos dietéticos fueron objeto de intenso
estudio en los Estados Unidos durante la
Segunda Guerra Mundial, y el Comité sobre
Hábitos Dietéticos, del Consejo Nacional de
Investigaciones,
preparó un informe que
hace época sobre el problema de la modificación de los hábitos dietéticos (18), y más
tarde, un manual con una extensa hibliografía (682 fichas) sobre los m&odos de
investigación de los hábitos dietéticos (19).
Los autores tuvieron presente un público
muy amplio, como el que se dedica al
estudio de los hábitos dietéticos desde el
punto de vista de la estructura antropológica
cultural; el que tiene a su cargo las encuestas
sociales en gran escala, que abarcan los
hábitos dietéticos de la población; y, en
fin, aquel cuyos deberes profesionales comprenden la aplicación del conocimiento de
los hábitos dietéticos y al mismo tiempo
facilitan
nuevas investigaciones
en este
campo, como son los especialistas en el
cuidado y educación de párvulos, en la vida
de familia, en bienestar social, en higiene
mental y medicina psicosomática.
EXPERIMENTOS
SOBRE DIETA
Y CONDUCTA
Calorias-En
la parte restante de este
trabajo nos limit’aremos a tratar de los
efectos de la nutrición
en la conducta,
con referencia especial a las calorías, vitaminas y aminoácidos. Cabe suponer que la
falta de cualquier nutriente esencial causará, con el tiempo, profundo deterioro en
uno o más aspectos del rendimiento y la personalidad (por ejemplo, la asociaci6n de la
deficiencia mental y la sordera congénita
con el bocio endémico y el cretinismo causados por deficiencia de yodo).
Los fenómenos nutritivos más estudiados
son la inanición y la privación parcial de
calorías. Desde el punto de vista dietético,
la cant,idad de alimentos podía regularse
fácilmente mucho antes de que se llegara a
conocer el contenido de vitaminas y aminoácidos de los alimentos y antes de que fuera
prácticamente
posible preparar raciones
adecuadas en todos los nutrientes menos
uno, y complementar la dieta con componentes purificados o sintéticos (2).
Hay que señalar que, ya en 1914, Langfeld
(48) present6 un extenso estudio sobre la
psicofisiología del ayuno prolongado. El
estudio se hizo con un abogado de Malta,
Agostino Levanzin, que vino a Boston para
someterse a un prolongado ayuno en el
Laboratorio de Nutrición de la Institución
Carnegie, de Washington.
La tarea de
Langfeld consistió en complementar las
mediciones fisiológicas con pruebas psicológicas. Se examinaron las funciones sensoriales (umbral tactil, acuidad visual),
psicomotoras
(percusión, fuerza) y las
intelectivas (memoria de palabras y cifras,
asociaci6n de palabras, supresión de letras).
Se observó una sorprendent’e falta de de-
c
Abril 19551
NUTRICION Y PSIQUE
terioro definido y en algunas pruebas se
observó una mejoría, debida (por lo menos
en parte) al aprendizaje. Las medidas de
control se hicieron solamente durante dos
días antes de comenzar el ayuno, lo que no
basta para alcanzar un nivel estable de
aprendizaje en muchas de las pruebas empleadas en el estudio.
El Laboratorio de Boston, de la Institución Carnegie de Washington, con Walter
Miles encargado de las mediciones psicológicas, emprendió en 1917-18 un estudio
bastante completo de las reacciones corporales a la reducción prolongada de las
calorías de la dieta (8). Estimuló este
estudio la grave escasez de alimentos en
Europa durante la última parte de la
Primera Guerra Mundial, pero no se estudió sistemáticamente la rehabilitación dietética. La pérdida de peso fué pequeña
(aproximadamente 10 por ciento del valor
inicial).
Una prueba mucho más concienzuda de
los efectos de la privación de calorías en el
desenvolvimiento
y la personalidad
se
efectuó en los experimentos de inaniciónrehabilitación llevados a cabo en Minnesota
de 1944 a 1946. En el detallado informe sobre
este estudio (44), los datos de Minnesota
contrastan con las investigaciones experimentales descritas en las publicaciones sobre
la materia y las abundantes observaciones
clínicas y sobre el terreno acerca de la mala
nutrición y el hambre, incluso las hechas en
España (32 c). Se dedicaron algunos trabajos
a problemas especiales (13, 14, 26, 27, 45,
69).
Los estudios sistemáticos y cuantitativos
de los efectos físicos de la privación de
alimentos y especialmente de la fase de recuperación son escasos. Ningún estudio de
esta clase ha sido publicado acerca de los
efectos psicológicos. Los informes clííicos
y de campo sobre la conducta se basan, en
gran parte, en observaciones cualitativas.
Es evidente que los métodos psicométricos
o sociométricos estándar no son de fácil
aplicación en los estados de semiprivación y
de hambre. En el estudio de Minnesota se
417
empleó una amplia variedad de técnicas para
la evaluación de los efectos de limitación
prolongada de alimentos (con un promedio
de ingestión de menos de 1600 calorías por
hombre por día, durante seis meses, con la
consiguiente pérdida del 25 % de peso).
Las características más destacadas fueron
una considerable pérdida de fuerza, un
acentuado descenso de resistencia para el
trabajo físico, con pequeñas alteraciones de
velocidad y coordinación, escaso o ningún
deterioro de las funciones sensoriales y de la
eficiencia intelectiva y notables cambios del
sentimiento de bienestar y de la personalidad, con tendencia firme a la “psiconeurosis”. En general, el grado de recuperación tendía al paralelismo con el valor
calórico de las dietas a que estuvieron sometidos los subgrupos durante las primeras
8 semanas de la rehabilitación
dietética.
El estudio de 20 hombres mantenidos bajo
observación mostró que, 33 semanas después de terminada la dieta deficient,e, se
habían recuperado totalmente a juzgar por
las puntuaciones del Minnesota Multiphasic
Personality Inventory y por la fuerza de las
manos.
Vitaminas.-En
la biología de la higiene
mental las vitaminas del complejo B, especialmente la tiamina, desempeñan una
importante función. En la reunión de la
Asociación para la Investigación
de Enfermedades Nerviosas y Mentales
(7)
dedicada al estudio de los efectos de la
deficiencia alimenticia en la personalidad,
se prestó gran atención al complejo vitamínico B. Sin embargo, se puso claramente
de manifiesto que el estudio experimental de
las alteraciones de la conducta estaba mucho
menos adelantado que la investigación
médica (clínica) y bioquímica sobre los
efectos de la deficiencia de vitaminas B.
En aquella época, los estudios en que se
aplicaban técnicas estándar cuantitativas,
a la investigación de diferentes aspectos de
la capacidad funcional y de la personalidad,
eran muy limitados en número y alcance.
El estudio de O’Shea y Elsom (59) sobre las
alteraciones mentales por deficiencia del
418
BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA
complejo B puede citarse entre los primeros
esfuerzos hechos en este sentido. Hardwick
(35) analizó ampliamente
la literatura
relativa al papel de la deficiencia de vitaminas en los trastornos nerviosos y mentales.
Wilder (77) resumió los primeros estudios
experimentales llevados a efecto en Rochester, Minn., entre 1939 y 1942, y examinó las
publicaciones más recientes sobre la inducción experimental de las psiconeurosis por
medio de la limitación de la tiamina de la
dieta. En Rochester, los estudios se realizaron en mujeres jóvenes y de edad madura,
recluídas en el Hospital estatal de Enfermedades Mentales de dicha ciudad, y consideradas por el personal psiquíatra como
“repuestas” de la fase aguda de su enfermedad mental. Las complicaciones de la interpretación de los resultados, motivadas por
la anormalidad psiquiátrica inicial de las
enfermas, se remediaron parcialmente mediante un prolongado período de prerestricción, lo que permitió llevar a cabo
apropiadas observaciones de “control” y un
riguroso control de la dieta y del medio.
Los perfodos de deficiencia de tiamina
fueron seguidos de otro período suficientemente prolongado para permitir una completa recuperación de las anormalidades
resultantes de la escasez de tiamina.
En una serie de observaciones, el contenido de tiamina de la dieta se redujo a
450 microgramos al día. En el período de
control, los diez sujetos se mostraron bastante bien adaptados, activos y eficientes
en sus labores diarias. “Algunas semanas
después de haberse restringido el contenido
de tiamina, comenzaron a mostrarse negligentes en el trabajo y con mala disposición
para seguir las instrucciones. Se volvieron
olvidadizos, irritables, pendencieros, apáticos, confusos, deprimidos, agitados e impacientes. Al final, pero no antes de que
transcurrieran
muchas semanas, se presentaron sfntomas y signos mínimos de
neuropatía periférica en algunos, pero no en
todos los sujetos. Esos sfntomas desaparecieron gradualmente a medida que se incrementó la ración de tiamina” (ibzX, p. 531).
En estos estudios no se trató de medir el
grado de anormalidad psíquica.
En el Laboratorio de Higiene Fisiológica
se examinaron los efectos de la disminución
y de la carencia total de tiamina en 8
hombres jóvenes que, al comienzo del experimento, se encontraban en condiciones
normales (para un cuadro general, incluso de
los datos bioquímicos y fisiológicos, véase
el trabajo No. 43 de las referencias; para la
personalidad, el 12; para las funciones intelectivas, el 33; para el funcionamiento
motor, el ll). El experimento constó de
cuatro períodos: estandarización (41 días),
restricción parcial (161 días), con ingestión
de 0.18 mg de tiamina, 0.29 mg de riboflavina y 3.7 mg de niacina por 1.000
calorías; período de deficiencia aguda de
esas vitaminas (23 días) con sólo indicios de
las mismas en la dieta; y un período de 10
días de complemento tiamfnico.
Las evaluaciones
individuales
y las
evaluaciones comparadas (individuo
por
individuo)
no mostraron signos de modificación en la adaptación emocional y del
bienestar durant’e el prolongado período de
restricción parcial, pero indicaron un deterioro constante y sorprendente de este
aspecto de “aptitud”
general durante el
período de deficiencia aguda. Durante este
período se alimentó a los sujetos con una
dieta sintética compuesta principalmente
de almidón de maíz, azúcar, grasa vegetal, y
caseína purificada, a lo cual se agregaron
minerales y vitaminas para producir una
dieta equilibrada, excepto en vitaminas del
complejo B. La anorexia y más tarde las
náuseas y los vómitos, se iniciaron entre los
8 y 14 días y continuaron en aumento hasta
llegar al punto de una casi completa incapacidad para comer al cabo de otros 10
días. La complementación de la dieta con
tiamina sola devolvió el apetito, produjo una
rápida recuperación de la sensación de
bienestar y la regresión de los síntomas
subjetivos, según los resultados de las evaluaciones.
El IMinnesota 2llultiphasic Personality Inventory tampoco reveló muestras de deterioro
Abril 19551
NUTRICION Y PSIQUE
419
cusión, sin que alcanzara el nivel de signien el período de restricción parcial. Durante
ficación estadística. Se registr6 un deterioro
el período de deficiencia aguda se lograron
significativo (nivel de 5%) en las dos pruenotables modificaciones en la puntuación
media de los sujetos de experimentación en bas de tiempo de reacción, que comprendían
el movimiento del dedo del pie y de todo el
las tres escalas psiconeuróticas - Hipocondríasis (de 46 a SO), Depresión (58 a 87) cuerpo, y en la velocidad de los movimientos
coordinados de mano y brazo. Se observó
e Histeria (de 55 a 83) ; media “normal” =
50, 1 DS = 10. Al parecer la deficiencia, no un deterioro de elevada significación (nivel
produjo en los hombres un deterioro de la de 1%) en la prueba de coordinación de ojo
personalidad específico de la deficiencia del y mano. La capacidad psicomotora tendió a
complejo B, sino que fué indistinguible de recobrar el nivel normal al cabo de diez
la que presentan muchos enfermos grave- días de amplia complementación de la dieta
con tiamina (10 mg, después, 5 mg diarios).
mente neuróticos.
Por razones humanitarias, no se pueden
En el período de privación parcial no se
imponer,
con carácter experimental,
resobservó deterioro intelectual en dos pruebas
de inteligencia general y de laberintos de tricciones dietéticas a los niños y a algunos
Porteu. Durante la privación aguda de otros grupos. Sin embargo, cabe utilizarlos,
vitaminas del complejo B se notó cierto y en algunos casos resultan sumamente
deterioro en una serie de 6 pruebas cortas de adecuados, en los experimentos dietéticos
relativos a la complementación de la dieta
funciones intelectuales (cf. 34), especialmente
con un determinado nutriente, si se puede
en las pruebas en que la velocidad constituía
un factor esencial. Sin embargo, ~610 en las demostrar teóricamente que ese tratamiento
pruebas de capacidad de visualización de dietético es beneficioso para los sujetos.
objetos en el espacio, la diferencia entre los Harrel (36, 37; cf. Nutrition. .Review 4,
343-345, 1946; 7, 220-222, 1949) realizó
sujetos deficientes y los que habían recibido
el complemento alcanzó un nivel de signi- dos estudios sobre los efectos de agregar 2
mg de tiamina a una dieta “media”, que
ficación estadística del 5%.
proporciona unos 0.9 mg de tiamina por
Durante el período de restricción parcial
niño al día. El autor llega a la conclusión de
no se observó deterioro efectivo en ninguna
de las mediciones psicomotoras. En dos que quizás no se observen los resultados del
complemento con tiamina en un corto
pruebas (velocidad de percusiún y velocidad
de los movimientos coordinados de mano y período, pero que los efectos acumulativos
de un régimen dietético superior durante
brazo) de las siete realizadas, las puntuaciones medias mostraron aumentos algo toda la vida pueden representar la diferencia
mayores, en cuanto a la práctica, en los entre una vida feliz y activa y una adaptasujetos que recibieron el complemento (1 ción puramente marginal (1947, p. 100).
mg de tiamina, 1 mg de riboflavina,
10 Si bien no puede negarse la validez de esta
mg de niacina diarios, con un gasto calórico tesis, al repetir el estudio con gemelos
de unas 3.300 Cal.) que en el grupo de con- idénticos como sujetos (9, SS), durante un
sumo restringido. La diferencia alcanzó un período de nueve meses, no se observaron
grado de significación estadística del 5%. diferencias estadísticamente significativas,
En el período de deficiencia aguda se maniaun cuando hubo cierta tendencia a una
festó un acentuado deterioro de la capacidad
mejoría ligeramente superior en el grupo que
psicomotora. Este deterioro se observó ya habfa recibido el complemento.
La inmensa mayoría de las manifestaal undécimo día de haber mantenido al sujeto a una dieta carente de vitaminas de ciones funcionales de deficiencias de alicomplejo-B, y fu6 uno de los síntomas
mentación, son de carácter no específico.
tempranos de deficiencia. Fué escasa la El síndrome neurastkrico, resultante de la
pérdida de fuerza y velocidad de la per- deficiencia de vitaminas del complejo B
420
BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA
(tiamina) puede resultar de una multiplicidad de causas que nada tienen que ver con
la alimentación.
La fatiga excesiva, la
inquietud y la irritabilidad, los dolores vagos,
el temor, la tendencia al olvido, la sensibilidad al ruido y la falta de apetito, no
deben atribuirse, a la ligera, a nutrición
defectuosa, ni tratarse, sin tener en cuenta
la historia dietética, con píldoras de vitaminas.
La deficiencia de vitamina A suele ir
asociada con una incapacidad
sensorial
específica. Si bien la variación de las manifestaciones y gravedad de los síntomas descritos ha sido considerable (cf. Nutrilion
Rev. 7, 234-238, 1949), se ha observado
repetidamente
un aumento del umbral
luminoso del ojo adaptado a la obscuridad
del hombre (y de las ratas; veáse 55)
alimentado con dietas deficientes en vitamina A. Bajo los auspicios del Consejo
Británico de Investigaciones Médicas (38)
se llev6 a cabo un meticuloso estudio en
gran escala sobre los efectos de la deficiencia
de vitamina A. El estudio se realizó en
veinte jóvenes varones y tres mujeres que,
como opuestos a la movilización en tiempo
de guerra por ‘kazones de conciencia” se
ofrecieron para el experimento. Dieciséis de
ellos vivieron durante períodos que variaron
de 6 a 25 meses sometidos a una dieta
carente de vitamina A y muy pobre en
caroteno. Se hicieron frecuentes mediciones
de adaptación a la obscuridad. Solamente en
tres individuos de los 16 sometidos a los
experimentos se observó un notable deterioro de adaptaciiin
a la obscuridad
(aumento del umbral
luminoso
final),
después de 10, 12 y 20 meses de estar a dieta
deficiente. También aumentó el tiempo de
transición
cono-bastoncillo
(es decir, el
tiempo que transcurre desde el comienzo del
período de adaptación a la obscuridad, en
que los bastoncillos reemplazan a los oonos
como elemento visual) y el tiempo total
necesario para alcanzar la máxima sensihilidad a la luz. Estos resultados, a los que no
debe atribuirse un valor absoluto y sin
reservas. indican aue. en los adultos oue al
principio se encuentran en un estado de
nutrición media (LLnormal”), la deficiencia
de vitamina A puede inducirse con menos
rapidez y menos facilidad de lo que se
habfa creído ant’es de disponer de estos
datos.
Aminoácidos.-Uno
de los problemas que
han despertado considerable interés y han
dado lugar a una serie de investigaciones
experimentales
se refiere a los efectos
mentales del ácido glutámico (cf. Nutrition
Reviews 9, 113-117, 1951; ll, 201-204,
1953). La investigación clínica de los efectos
potenciales del ácido glutámico sobre la
inteligencia fué estimulada por la observación incident’al de un aumento de viveza
durante el tratamiento de la epilepsia (62).
Los resultados de los primeros estudios
sobre el uso de complementos de ácido
glutámico en los niños mentalmente deficientes parecieron alentadores (80). Investigaciones ulteriores y mejor controladas
(p.e. 24,49, 52,53,79) indicaron, en general,
que los efectos beneficiosos de la alimentación complementaria con ácido glutámico,
al medir la inteligencia de individuos mentalmente retardados, carecían de significación
estadística. Albert, Hoch y Waelsch (1)
notificaron resultados positivos en niños de
muy baja capacidad mental (coeficientes de
inteligencia de 22 a 60) y Foale (25) notó
alguna mejoría de niños que recibieron 9 g
de ácido glutámico durante los primeros
cuatro meses y 12 g durante los seis meses
siguientes. Se administró el complemento en
forma de tabletas. Al parecer no se administraron placebos al grupo testigo. Los
valores medios inicial y final del coeficiente
de int,eligencia, logrados mediante fórmulas
equivalentes de la prueba de inteligencia de
Cattell, fueron 62,l y 65,3 en los sujetos
que recibieron complemento y 64,l y 64,2,
en el grupo testigo. En las pruebas de “capacidad práctica”, los progresos fueron casi
idénticos en los dos grupos. Se notificó una
mejoría de la adaptación general de algunos
de los sujetos de experimentación,
en
contraste con la ausencia de esas modificaciones en el Bruno testieo. Desde el tmnto
k
-i
Abril 19551
NUTRICION Y PSIQUE
de vista de los métodos la ausencia de
placebos representa un punto débil del
estudio y puede haber afectado diferentemente el comportamiento manifiesto de los
dos grupos.
NUTRICION INDUSTRIAL
Además de las investigaciones de laboratorio sobre la capacidad funcional,
se
hicieron unas pocas investigaciones controladas en la industria. En los Estados Unidos
los dos problemas principales
eran la
eficacia del complemento de vitaminas
(cf. Nutritim
Rev. 8, 312-317, 1950) y la
alimentación entre comidas (cf. Nutrition
Rev. 8, 167-170, 1950). Simonson (71), y
Hutchinson y Krehl (40) hicieron un resumen de las recientes publicaciones sobre
la influencia de la nutrición en la capacidad
de trabajo. Kraut (47) analizó algunos
aspectos escogidos de los experimentos
alemanes hechos durante la Segunda Guerra
Mundial y después de ella, relacionados con
la dieta y la capacidad de trabajo; algunos
de estos estudios fueron objeto de evaluación
crítica en Nutrition
Reviews (9, 340-342,
1951).
El amplio campo de la nutrición industrial
ha sido estudiado sistemáticamente
por
Pyke (63). Examina todos los datos de que
se dispone acerca de la forma en que los
distintos tipos de trabajo afectan los requerimientos de la nutrición y cómo pueden
combinarse mejor los alimentos, dentro de
las variadas condiciones de la vida industrial, incluso el trabajo en diferentes
turnos, a fin de proporcionar a los distintos
grupos de trabajadores una dieta adecuada.
El autor señala (64) que, a pesar de lo
mucho que se ha escrito sobre los requerimientos de energía, una gran parte no
tiene aplicación al trabajo en la industria
moderna y tiene poco valor para las personas
encargadas de planear las comidas de los
trabajadores industriales.
Hutchinson (39) hizo un estudio sobre los
hábitos dietéticos y sus efectos en la capacidad de trabajo. Se interesó especialmente
en la alimentación entre comidas, señalando
421
ciertas ventajas de tomar refrigerios a cortos
intervalos (más bien que pocas comidas y
abundantes a grandes intervalos).
Ese
régimen dietético estimula la viveza y el
bienestar general, mientras que las comidas
abundantes producen generalmente somnolencia y poca inclinación al esfuerzo mental
y a la actividad física. El nuevo material
presentado por el autor está expresado por
una curva “típica” de producción diaria;
ésta es mayor durante la primera parte de
la mañana y de la tarde, y presenta una
disminución por “fatiga” en la última parte
de ambos períodos. Tienen especial interés
las diferencias de producción de la tarde,
después de una comida pesada o de una
comida ligera al mediodía. Mientras que,
tras un ligero refrigerio, la curva acusa una
elevación bastante acentuada, una comida
fuerte se traduce en un “achatamiento”
de
la curva correspondiente a la producción
temprana (una elevación más lenta). Si
pudieran expresarse esas observaciones con
cifras los resultados no carecerían de interés.
Desgraciadamente, no se dispone de detalles
sobre el tipo de actividades industriales a
que se refiere la gráfica, el número de
trabajadores de que se trat’a ni la cantidad
de las comidas. La gráfica se trazó partiendo
de informes descriptivos recibidos por el
autor de fuentes no identificadas. Por lo
tanto, poco se ha progresado científicamente,
aparte de la observación de sentido común
de que una comida abundante va con frecuencia asociada a una sensación de somnolencia, cierto deterioro de la coordinación y
poca inclinación al esfuerzo físico o mentaI.
La alimentación entre comidas se considera generalmente como factor de eficiencia
productiva.
Jung (42) considera el refrigerio a media mañana especialmente importante cuando el trabajo comienza muy
temprano y el período entre el desayuno y
la comida de mediodía se hace más largo
como consecuencia del tiempo necesario
para trasladarse al punto de trabajo. Sin
embargo, en algunas ocasiones la interrupción del trabajo requiere “entrar en calor”
de nuevo, lo que se traduce en la natural
422
BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA
lentitud del aumento de la producción, y la
práctica de los refrigerios a media mañana
es discutible si se evalúa sólo desde el punto
de vista productivo. Este importante punto
tampoco está respaldado con datos efectivos.
Jung (Zoc. cit.) recalcó que en el trabajo
intelectual el estado de ánimo desempeña un
importante papel y que puede ser afectado,
en cierta medida, por la dieta. Cree, concretamente, que la carne tiene un efecto
estimulante en muchas personas. Es indiscutible que todos estos puntos son de
importancia
práctica.
Desgraciadamente,
las investigaciones científicas en esta materia
son muy escasas en comparación con la
riqueza de conocimientos médico-culinarios.
Incluso en lo que se refiere al trabajo manual
pesado, los trabajos publicados sobre el
efecto de las variaciones de la composición
de la dieta abundan en afirmaciones no
concluyentes y contradictorias.
POSIBLES APLICACIONES EN LOS ESTUDIOS
CLINICOS Y SOBRE EL TERRENO
Los problemas discutidos hasta ahora han
sido estudiados principalmente
en condiciones de laboratorio
cuidadosamente
controladas. En la industria se llevó a cabo
un limitado número de investigaciones controladas. La aplicacicin de las técnicas psicométricas en la clínica y sobre el terreno
plantea una nueva situación a la que es
preciso hacer frente. Así, por ejemplo, aun
cuando la “demencia” (junto con dermatitis
y diarrea) ha sido reconocida desde hace
tiempo como síntoma clásico de la pelagra,
son escasas las investigaciones de los aspectos psicológicos de la enfermedad en que se
emplearon métodos modernos de estudio de
la personalidad.
Es posible que las regiones del mundo en
que abundan más las graves deficiencias
sean las más fructfferas e
alimenticias,
importantes para un estudio sistemático de
la influencia de la nutrición en la psique.
En los casos de kwashiorkor-enfermedad
asociada a la deficiencia de proteínas en la
dieta de los niños de corta edad y que es
común en algunas partes de Africa, de Asia
y de las Américas-la
presencia de la
apatía mental, combinada con mal humor
cuando se perturba al niño, se citó como uno
de los sfntomas principales (41). Clark (17)
considera las alteraciones mentales como
una característica importante y constante
del kwashiorkor. Davies (21, esp. p. llO),
observó que las alteraciones mentales son
indiscutiblemente
una manifestación de la
enfermedad, no responden a una terapéutica
determinada y desaparecen con el mejoramiento clínico general. Sugiere que se
relacionan directamente con la deficiencia
proteínica y con el consiguiente trastorno
encímico general. Carothers (16) considera
poco probable que el deterioro mental
producido a la edad de dos a cuatro años
y asociado a intensa deficiencia proteínica
pueda remediarse completamente en edad
más avanzada. Tal como está la investigación de esta materia, carecemos de los datos
necesarios para confirmar o rechazar esta
hipótesis.
La exploración del desarrollo intelectual
en diferentes poblaciones requiere pruebas
no verbales. Esta clase de prueba, cuyo
contenido no es aún suficientemente universal y que está “ligada a la cultura” más
de lo deseable, ha sido elaborado y descrita
en fecha reciente por Gille (32). La prueba,
proyectada para su empleo en grupo y
aplicada a unos 100,000 niños franceses, se
utilizó también con los nativos del Africa
Occidental Francesa. Las variaciones en el
modo de vida, consideradas como uno de los
temas que han de estudiarse con esta
prueba, incluyen como punto importante
los factores de la nutrición.
La Sección de Salud Mental, de la OMS,
subvencionó el primer estudio de las alteraciones psicológicas asociadas al kwashiorkor. Para la evaluación de la capacidad
mental (30) se emplea la serie de pruebas,
hechas individualmente
y en gran parte de
tipo manual, establecidas por A. Gesell para
el estudio del desarrollo mental del niño
Abril 19551
-“-^11NUTRICION -*x lTYlLJ”~
preescolar. Además de los estudios psicométricos, se presta atención al medio
sociopsicológico en que se desarrolla la enfermedad y especialmente a la conducta de
la madre.
Si bien abundan las teorías acerca del
papel de los alimentos en las diferencias
nacionales de temperamento, los conocimientos de base empírica de esta materia
son insignificantes.
Las sociedades primitivas, de idénticos antecedentes genéticos y
que viven en el mismo clima, pero cuyas
dietas son diferentes, proporcionan “laboratorios naturales” donde poner a prueba la
hipótesis relativa al influjo de la dieta sobre
la estructura psicológica. En Rhodesia del
Norte, Richards y Widdowson (66a) observaron que los indígenas de la tribu Bisa
(que se alimentan de pescado) mostraban
mayor vitalidad, resistencia y capacidad de
concentración que los de la tribu Bemba, en
cuya dieta predominaban
los cereales
(mijo).
Xcol (58), en su estudio sobre la nutrición y el estado sanitario de las tribus en
Nigeria, notificó que, en el examen clmico,
se observó que las condiciones físicas y la
viveza mental eran satisfactorias en un 70
por ciento del grupo traficante y de los
pescadores de la tribu Ijaw, mientras que
entre los campesinos de la tribu Isoko solo
la mitad de este porcentaje aparecían en
buenas condiciones físicas y la mayoría de
ellos se mostraron apáticos durante los
exámenes. El estudio de su apariencia
general, de su comportamiento e ingesta
llevó al autor a considerar que la apatfa
mental y la irritabilidad
de los campesinos
de la tribu Isoko guardaba relación con la
prolongada deficiencia del complejo de
vitaminas B. La aplicación de Gcnicas más
esmeradas a la descripción del funcionamiento mental y de la personalidad contribuirá a facilitar un estudio diagnóstico
más detallado y la evaluación de los efectos
de los tratamientos dietéticos. El estudio de
Nicol se limitó principalmente a la evaluación clínica cualitativa, pero también tuvo
“0.3
LfL3
en cuenta los registros de la policía local y
de los tribunales en los que había abundantes pruebas de los accesos de ira y de los
berrinches que, de vez en cuando, sufren
los miembros de la tribu Isoko.
ESTUDIOS EN ANIMALES
Hasta ahora nos hemos ocupado del
hombre. Sentimos sinceramente que la
Dra. Paule Aschkenasy-Lelu
no hubiera
podido tomar parte en estas discusiones y
tratar el tema de la nutrición y el comportamiento con referencia a los estudios en
animales, como al comienzo se habia proyectado. Ha revisado las publicaciones que
tratan de los efectos de las deficiencias de
la alimentación sobre la conducta (4), del
complemento de la dieta con ciertos nutrientes, especialmente la tiamina y el ácido
glutámico (3), y de la nutrición de pacientes
mentales (6). Sus estudios experimentales
(5) tratan de la ingestión espontánea de
alimentos por la rata. Si bien acepta la
tesis general de que los factores metabólicos
desempeñan un papel esencial en la regulación de la alimentación, no ha podido
poner de manifiesto la existencia de un
“hambre” éspec%ca de proteínas.
El estudio de la relación entre la nutrición
y la conducta animales depende de la
combinación de conocimientos bioquímicos
y de la familiaridad
con los métodos de
estudio del comportamiento de los animales.
A juzgar por mis informaciones, no existe
un solo laboratorio
dedicado al estudio
sistemático de esta materia, y las obras
clásicas de nutrición han descuidado considerablemente los estudios sobre comportamiento animal, que se hallan diseminados
en una amplia variedad de publicaciones, la
mayoría de las cuales no son, ordinariamente, de fácil acceso. El Cumulative Index
to the Journal of Nutrition, correspondiente
a los volúmenes del 16 al 36, 1938 a 1948, no
contiene los términos “behavior”
(conducta”,
“performance”
(funcionamiento),
“activity”
(actividad) o “intelligence”
(int eligencia) , estudiados en animales en
424
BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PAKAMERICANA
funcicin de la nutrición. En el período comprendido en el indice, se publicaron en el
Journal ocho estudios sobre la autoselección
de las dietas por los animales y la apetencia
de diferentes principios nutritivos.
La mejor referencia es el Handboolc of
Psychological Research on Rut, de Munn
(57), que analiza una cantidad bastante
amplia de publicaciones sobre el ciclo del
hambre y el comportamiento en el comer,
sobre la nutrición y la actividad general
(medida mediante tambores giratorios y
jaulas montadas en tambores), sobre la
dieta y el comportamiento sexual, sobre la
adaptación de la rata a la obscuridad y la
avitaminosis A, sobre la nutrición y el
aprendizaje y sobre los factores dietéticos
en relación con la susceptibilidad
a los
ataques otogénicos. Reed (65, esp. p. 397)
consideró los factores de la nutrición en
su análisis de la literatura sobre la actividad
espontánea de los animales.
La importancia de ciertos sentidos (visión,
olfato) para las ovejas fué investigada recientemente en el Rowett Research Institute (72, 75). Tribe (73) publicó un
estudio detallado sobre el comportamiento
de los animales que pastan teniendo en
cuenta el gusto, el olfato y la vista. Llega a
la conclusión de que nuestros conocimientos
no bastan para llegar a una satisfactoria
interpretación
teórica de la conducta en
relación con el apetito. Además de los
factores individuales,
se estudió (74) la
facilitación social de la conducta durante el
apacentamiento inducida por la presencia
de un grupo de ovejas que no habían recibido
complemento alimenticio (una libra de torta
de harina de linaza y avena machacada).
Cuando los dos grupos pastaron separadamente, los animales que habían recibido el
complemento pasaban más tiempo descansando que el otro grupo. Cuando los dos
grupos pastaban juntos, la proporción de
apacentamiento y descanso era parecida y
se aproximaba al comportamiento del grupo
que no habla recibido el complement’o,
cuando pastaba solo.
En su estudio sobre la deficiencia de
tiamina, Kniazuk y Molitor (46) emplearon
una ingeniosa técnica para la medición de
la resistencia. Sujetando diferentes pesos a
ratas, forzadas a nadar en el agua por el
temor a ahogarse, los autores pudieron
variar de una manera sencilla el peso utilizado en el experimento. Este método es preferible a someterlas al agotamiento en un
molino movido a motor, puesto que así
se elimina por completo la posibilidad de
lesionar las patas del animal.
Las recientes publicaciones
sobre la
conduct,a del animal alimentado con raciones
deficientes en vitaminas del complejo B,
fueron resumidas en lo que se refiere al
aprendizaje por el método de las pruebas de
laberinto (Nutrition Reviews 10, 1952, 235238) y al establecimiento de reflejos condicionados (Nutrition Rev. 10, 1952, 273276). Las observaciones cualitativas
de
cambios de comportamiento
constituyen
datos primarios útiles sobre la importancia
de los factores de nutrición. Así Rinehart,
Greenberg, y Ginzton (67) comunicaron que
la eliminación de la tiamina de la dieta
causaba, en el término aproximado de dos
semanas, una disminución del consumo de
alimentos y pérdida de peso. Con el tiempo,
los animales se debilitaban
y aparecian
apáticos e inactivos, mostraban falta de
coordinación muscular, párpados cbafdos y
temblores.
Si bien esas observaciones no dejan lugar
a dudas en cuanto a los efectos de la deficiencia de tiamina en la dieta, es preciso
aplicar procedimientos cuantitativos
(elaborados para la investigación del comportamiento de los animales) a fin de poder
estudiar la relación entre los parámetros
cuantitativos de la privación (su duración
y grado) y las funciones sensoriales y
motoras.
En las primeras investigaciones sobre los
efectos de las vitaminas del complejo B en
el aprendizaje los animales se adiestraban
a correr en laberintos del t,ipo de callejuelas.
El alimento que actuaba de incentivo, se
colocaba al final del laberinto. Puesto que la
pérdida del apetito es uno de los primeros
9
Abril 19551
NUTRICION Y PSIQUE
síntomas de deficiencia del complejo de
vitaminas B, en especial de la tiamina, el
pobre resultado de las pruebas en los animales deficientes podía obedecer sencillamente a un cambio de motivación,
sin
menoscabo de la capacidad de aprender.
Por esta razón, es preferible que el motivo de
su actividad sea escapar del agua más bien
que encontrar el alimento. Lo han usado,
por ejemplo, Whitley, O’Dell y Hogan (76)
en su estudio sobre la deficiencia de folacina.
Los animales de alimentación
deficiente
mostraron una inferioridad
significativa
desde el punto de vista estadístico para
orientarse en el laberinto.
La capacidad de aprender a salir de un
laberinto puede clasificarse, según G. Allport,
como aprendizaje
eferente, que supone
alterar la respuesta a una serie de estímulos
determinados. La adquisición de los reflejos condicionados, por otra parte, representan aprendizaje aferente, consistente
en el aumento de la variedad de estimulos
efectivos. Partiendo de la cantidad limitada
de datos de experimentación
disponibles,
parece que los reflejos condicionados pueden
servir de indicadores muy sensibles de incapacidad, inducida por medios dietéticos, del
sistema nervioso central.
Se ha señalado antes que los laberintos
hechos en el agua son preferibles a los hechos
en el suelo. Sin embargo la natación requiere
un gran esfuerzo muscular y la fatiga de los
músculos puede tomarse por deterioro de la
capacidad de aprendizaje. El uso de reflejos condicionados, como el cierre del
párpado al soplor en la córnea en coincidencia con la presentación de un estímulo
luminoso (lo), sirve para eliminar la interferencia de los factores variables de motivación y para reducir la importancia de la
fatiga muscular. La fijación de los reflejos
condicionados (por ej., cierre del párpado a
la sola aparición de la luz) es un procedimento útil para la evaluación de la capacidad
del animal para establecer nuevas asociaciones de estímulo-reflejo.
Aunque parezca
extraño, esta técnica fué abandonada en
gran medida en las investigaciones sobre
425
nutrición
y aprendizaje, en favor, casi
exclusivamente,
del aprendizaje
por el
método del laberinto.
Si bien no pueden descartarse las limitaciones de los estudios de animales en general
(y de las investigaciones sobre la conducta en
particular),
al parecer las técnicas de
estudio de la conducta de los animales no
se han utilizado en toda su amplitud, en
beneficio de la ciencia de la nutrición.
RESUMEN Y CONCLUSIONES
Hemos concentrado nuestra atención en
las investigaciones experimentales sobre la
influencia de los alimentos en la conducta
humana, con una breve referencia a los
estudios en animales. Se han analizado
estudios ilustrativos escogidos, con especial
referencia a los efectos de las variaciones de
ingestión de calorías y a dos clases de
nutrientes especiales, las vitaminas y los
aminoácidos, específicamente el ácido glutámico.
Todavía quedan por demostrar de manera
concluyente los efectos psicológicos beneficiosos de complementar una buena dieta
“promedio” de individuos “normales” con
algún nutriente. Al mismo tiempo, no cabe
duda que las deficiencias dietéticas afectan
profundamente la disposición y la capacidad
del hombre para el trabajo, y alteran
su personalidad. Por regla general, esas
alteraciones de actitud y comportamiento
simulan psiconeurosis, aunque en algunos
casos la dieta deficiente puede producir
cambios psicóticos, asociados a profundos
trastornos del sistema nervioso central
(algunos enfermos de pelagra, encéfalopatía en caso de deficiencia aguda de ácido
nicotínico, el síndrome de Wernicke en los
alcohólicos). En los Estados Unidos el
enriquecimiento de la harina y del pan con
vitaminas, iniciado en 1941, parece haber
reducido notablemente la incidencia de esos
síntomas de avitaminosis
(77, p. 536).
Wilder (ibid.) observó también la disminución de graves trastornos mentales al
agregar tiamina a la glucosa administrada en
casos de vómitos perniciosos a las embara-
426
BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA
zadas, o después de importantes operaciones
quirúrgicas.
Se observará que en los estudios experimentales en seres humanos, por regla
general, los sujetos han sido hombres
jdvenes, escogidos por hallarse libres de enfermedades y por vivir en un medio cómodo
e higiénico. Aceptaron la responsabilidad de
realizar el experimento en la mejor forma
posible por motivos elevados (variables
según se tratara de estudiantes de medicina,
de soldados y opuestos a la guerra por
escrúpulos de conciencia) y en su inmensa
mayoría cumplieron lo que se esperaba de
ellos. El deterioro de los aspectos medidos de
capacidad de desenvolvimiento
y personalidad fué realmente mfnimo, y es
necesario un juicio cuidadoso al extrapolar
los resultados obtenidos.
En la industria, en la agricultura y en la
mayoría de las operaciones militares la
fuerza bruta viene siendo reemplazada
constantemente por la de la máquina. Por
lo tanto, al probar la “aptitud” del hombre
en relación con la dieta ha ido aumentando
constantemente
la importancia
de los
componentes psicológicos de la idoneidad.
La motivación, factor primordial en toda
realización, resulta fácilmente afectada por
una nutrición impropia. La apatia y la
psiconeurosis, inducidas experimentalmente
en el laboratorio, tienen su equivalente en
el comportamiento y actitudes de las poblaciones desnutridas. La ampliación de los
conocimientos de la “psicodietética”
es una
de las tareas esenciales que ha de afrontar
la ciencia de la nutrición. Al mismo tiempo,
una en&gica e inteligente aplicación de los
datos disponibles elevaría de manera considerable el nivel de salud fi’sica y mental, y
la productividad,
de los habitantes de las
áreas poco desarrolladas y mal alimentadas
del mundo.
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NUTRITION
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REFERENCE
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PSYCHODIETETICS
(Summary and Conclusions)
Our attention has been focussed on experimental investigations of the impact of food on
behavior in man with a brief referente to animal
studies. Selected illustrative
studies were reviewed, with particular referente to the effects of
the variations in the intake of calories and two
classes of special nutrients, the vitamins and the
amino acids, specifically the glutamic acid.
Beneficial psychological effects of the supplementation of a good “average” diet of “normal”
individuals with any nutrient still remains to be
demonstrated satisfactorily.
At the same time,
there is no doubt that dietary deficiencies affect
profoundly man% willingness and capacity for
work, and alter bis personality. As a rule, these
alterations in attitude and behavior simulate
psychoneurosis although in some instances faulty
diet may bring about psychotic changes, associated with profound disorders of the central nervous system (some patients
with pellagra,
encephalopathy in acute nicotinic acid deficiency,
the Wernicke syndrome in the alcoholics). In the
U. S. the vitamin enrichment of flour and bread,
begun in 1941, seems to have markedly reduced
the incidence of these symptoms of avitaminosis.
Wilder noted also the decline of severe mental disturbances, on adding thiamine to the glucose administered in cases of pernicious vomiting in pregnancy or after some major surgical operations.
It should be noted that in human experimental
studies, as a rule, the subjects have been young
-i
.
men, selected for freedom from disease and living
in comfortable and hygienic surroundings. They
were charged with the responsibility of performing as well as they could and, with their high
motivation (varying in the guiding values in the
case of medical students, soldiers, and conscientious objectors) in overwhelmmg majority they
have lived up to the high expectations. The deterioration in the measured aspects of performante capacity and personality has been certainly
minimal and careful judgment must be exercised
in extrapolating the results.
In industry, agriculture and the majority of
military operations, brute forte is being steadily
replaced by that of machine. Consequently, in
testing man% “fitness” in referente to the dietary
intake the importance of psychological components of fitness has been steadily increasing.
Motivation, a crucial factor in al1 achievement,
is particularly readily affected by improper nutrition. Apathy and psychoneurosis, experimentally
induced in the laboratory, have their counterpart
in the behavior and attitudes of malnourished
populations. Further extension of the knowledge
is one of the challenging
of “psychodietetics”
tasks for the science of nutrition. At the same
time, a vigorous and intelligent application of
available information would raise significantly
the physical and mental health and productivity
of the inhabitants of the underdeveloped and
underfed areas of the world.
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