Responsables de Bibliotecas Escolares

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Respo
Introducción
Hola, Soy María Clemencia Venegas, quien escribió
este módulo sobre la inserción institucional de la
biblioteca escolar. Soy colombiana, bibliotecaria escolar
durante dos décadas y educadora por más de veinte
años, he sido docente universitaria, investigadora
y consultora de varias entidades a nivel nacional e
internacional.
Estudié Licenciatura en ciencias de la Universidad
de Salford (Inglaterra), CTTSO Universidad de
Manchester (Inglaterra), Maestría en Educación de
Wheelock College (Boston, Estados Unidos). Soy
autora de los libros Promoción de la lectura en la
biblioteca escolar (Cerlalc), Manual de campañas de
Lectura en América Latina (Cerlalc), El texto escolar
(Ministerio de Educación), La canasta escolar (Secab)
y de la serie de cinco cartillas para la organización
de bibliotecas escolares de la Secretaría de Educación
Distrital (Bogotá). Luego de esta presentación,
entremos en materia.
El presente módulo tiene como propósito reconocer,
examinar y revalorizar la forma como la biblioteca se
convierte en el eje central de la formación en lectura y
escritura de los estudiantes de un plantel.
Es una verdad de Perogrullo que, por más entusiasta y
eficiente que sea un bibliotecario, su labor será mucho
más ardua si su biblioteca no se encuentra vinculada
de manera orgánica a la institución educativa dentro
de la que funciona. Nos preguntaremos, a lo largo
2
del Módulo, en sus cuatro lecciones, qué clase de inserción institucional
tiene nuestra biblioteca, y cómo podemos mejorar esa vinculación, que
sin duda asegura la visibilización de la labor de la biblioteca escolar, y su
conexión con el propósito educativo de la institución. La claridad que
tengamos en la percepción de los mecanismos de inserción institucional
de la biblioteca nos permitirá formular mejor el Proyecto Institucional
de nuestra Biblioteca escolar, PIB (es decir, la forma como nuestro
capítulo se inserta en el documento Constitución del plantel, el Proyecto
educativo de Centro).
Ahora bien, así como cada plantel educativo tiene su propia forma de
hacer las cosas, (una especie de “estilo de familia”), también hay muchas
formas de insertar la biblioteca en el quehacer pedagógico de la escuela.
No hay una fórmula única, ni recetas infalibles para ello: en esto de
organizar andamiajes de coordinación, como en mucho de nuestro
trabajo, “no hay camino; se hace camino al andar”. Y, como caminantes
que observan cuidadosamente el entorno de su viaje, el presente módulo
nos permitirá percibir mejor algunos aspectos clave de la inserción
institucional, presentes en ejemplos de relaciones exitosas de apoyo de
la biblioteca escolar al trabajo de las aulas y reconocer si alguno de estos
elementos está ausente o presente en nuestro trabajo actual.
En la primera lección nos detendremos en el marco general que apoya
la institucionalización de la biblioteca escolar. Leeremos y analizaremos
los documentos universales y generales que promulgan la razón de ser de
las bibliotecas escolares dentro de una sociedad que forma ciudadanos
críticos y autónomos. En la lección dos veremos los documentos que
dan piso a la institucionalización, ayudan a organizar el trabajo y a
encontrar apoyo en los demás miembros de la comunidad educativa. En
la tercera lección estableceremos la relación entre la instotucionalización
y la co-planeación conjunta con los docentes. En la cuarta lección nos
centraremos en la evaluación que se realiza para establecer el grado de
institucionalización de la biblioteca escolar.
3
La inserción de la biblioteca
Existen condiciones que tipifican una
biblioteca integrada al Proyecto Educativo
Institucional así como síntomas de una
biblioteca escolar que sufre de exclusión.
Repase esta lista de condiciones identificando
aquellas que se presentan en la biblioteca
donde trabaja.
Situación
Síntoma
Uso limitado y poco
comprendido de los
servicios de una BE.
Escasas visitas de los docentes a su local. En general hay
poco contacto entre los docentes y la biblioteca. Los
docentes poco acuden a solicitar recursos para preparar
clases, y muy esporádicamente piden sus espacios para
llevar a los estudiantes a “investigar” sin que sea claro para
el bibliotecario exactamente qué van a hacer en la sesión
programada.
Las visitas de los cursos a la biblioteca suelen ser desordenadas
y frustrantes para bibliotecarios, estudiantes y docentes por
igual. Se pierde mucho tiempo buscando los recursos, no son
claros los procedimientos de trabajo en biblioteca tanto para
los estudiantes como para el docente, y cuando finalmente se
organiza el trabajo… es hora de terminar la sesión y regresar
al salón.
Los docentes remiten a los estudiantes a la biblioteca sin una
agenda de trabajo. Por ejemplo, envían a los estudiantes a
hacer tareas (sin que exista noción alguna de si se encontrará
lo solicitado en las colecciones), en calidad de castigo, o
cuando hay alguna situación en la que no hay otro lugar
donde ubicarlos (por ejemplo, los estudiantes han salido
temprano de un examen, están esperando a sus padres para
que los recojan, están excusados de hacer educación física u
otra asignatura y deben quedarse “en algún lado”).
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Ni los docentes ni los estudiantes conocen en general cómo
está organizada la colección de la biblioteca, saben buscar
entre sus múltiples recursos o saben qué tipos de libros
(qué tesoros) se pueden encontrar allí. Por esa misma razón
no son usuarios autónomos de la estantería, no se sienten
cómodos buscando o preguntando y se limitan a depender
del bibliotecario para que “alcance” y “guarde” los materiales,
solamente.
Los docentes manifiestan poca curiosidad por los materiales
de lectura que podrían encontrar en la biblioteca para su
propio disfrute personal. La visita regular a la biblioteca no
forma parte ni de sus costumbres de lectura ni de sus rutinas
de planeación pedagógica.
Los espacios de la biblioteca se asignan a toda clase de
funciones diferentes a las de ser espacio de consulta, lectura
recreativa o talleres de lectura y escritura eferente. Se realizan
en su sala desde exámenes hasta reuniones sociales, sin que
se piense en que una biblioteca cerrada es como un servicio
público suspendido sin aviso previo, o que grandes grupos de
personas comiendo y bebiendo entre las estanterías de libros
no son el mejor ejemplo. En ocasiones, la biblioteca también
hace las veces de depósito de muebles y equipos viejos, que no
se han descargado de inventarios.
No hay claridad
acerca de las
funciones del
bibliotecario escolar.
Esto se percibe porque al bibliotecario se le asignan
funciones administrativas, tales como ayudar en otras
secciones (rectoría, contabilidad, almacén, etc.) en tiempo
de matrículas o inventarios, o para servir de mensajero entre
secciones, distribuir correspondencia, albergar los servicios de
reprografía para todo el colegio, etc.
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Se asigna el cargo de bibliotecario a personal de perfil
exclusivamente administrativo, sin formación pedagógica, sin
experiencia en el manejo de grupos o el diseño de actividades
de lectura y escritura significativas, sin gusto por la lectura y
sin voluntad de servicio al público.
Se percibe al bibliotecario escolar como a alguien adusto,
regañón, que no quiere que le desordenen sus espacios, que
cierra las estanterías, que no tiene horarios fijos y que puede
simplemente no estar disponible para los estudiantes, en
cualquier horario o jornada.
Como el bibliotecario escolar no tiene funciones pedagógicas,
sino de reiteración mecánica de funciones técnicas o clericales
tales como procesar, prestar, intercalar libros y llevar
estadísticas de préstamo, jamás es citado a las reuniones
de los profesores, ni está enterado de lo que sucede en el
calendario escolar.
El bibliotecario no se
percibe a sí mismo
como un educador.
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Si el bibliotecario se limita a realizar funciones mínimas
de circulación y préstamo, tampoco asume su rol como
mediador de actos de lectura significativa, ni se conecta con
los proyectos de curso, los valores y consignas educativas
de toda la institución. Entrena usuarios, en vez de formar
lectores; regaña en vez de hacer a los usuarios responsables
y autónomos; se centra en discursos, en vez de seducir a los
docentes con materiales que les sirva, programaciones que los
atrape y proyectos que los comprometa.
El bibliotecario no se menciona a nadie en las
comunicaciones escolares: ni a los padres, ni a las juntas
directivas, ni a los comités de padres. Es invisible para todos.
Puede “desaparecer” sin que nadie lo eche de menos.
El bibliotecario no percibe la necesidad de auto-formarse
como lector, permanentemente como educador y ser el
primero en demostrar frente a toda la comunidad su
entusiasmo por los libros, la lectura y la escritura en todos
sus soportes y discursos. Poco lee, casi no visita bibliotecas,
no sostiene contactos con otros bibliotecarios, rara vez busca
sobre bibliotecas escolares en la WEB, esporádicamente visita
librerías o asiste a ferias del libro para buscar novedades y su
conocimiento de editoriales, autores, ilustradores, colecciones,
etc. es muy somero. Pero, eso sí, se queja mucho.
La biblioteca es
una entidad que
funciona desligada de
las programaciones
escolares.
No existe respaldo de la institución frente a problemas de
disciplina, a pérdidas de materiales por parte de padres,
docentes o estudiantes. Si hay conflicto, el bibliotecario debe
resolverlo solo o como pueda.
No hay claridad ni consistencia en la aplicación de normas
de responsabilidad frente a los bienes del plantel educativo,
por ejemplo, si se presenta un caso de daño intencional,
mutilación o sustracción de bienes de la biblioteca.
Cuando se elaboran los planes de inversiones no se tienen
en cuenta, de forma sistemática y regular, las necesidades de
la biblioteca en materia de infraestructura, amueblamiento,
reparaciones, faltantes, o en el crecimiento y desarrollo
regular de la colección, de suerte que los rubros de dineros
nunca están disponibles para el sostenimiento y crecimiento
de la biblioteca. Se percibe una especie de deterioro gradual
de todo, intercalado con ocasionales “donaciones” de dinero,
que rara vez tienen continuidad.
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El Proyecto Institucional de la biblioteca
Así como una semilla necesita tierra fértil para crecer, la biblioteca escolar necesita
un marco institucional. Este inscribe la misión de la biblioteca escolar, su función,
su modo de funcionamiento, su lugar, su equipo de trabajo, sus horarios, etc.
Será muy difícil llevar a cabo una buena gestión si no hay un marco institucional
adecuado. Otra metáfora que podemos utilizar: para construir un lugar en que la
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lectura y el aprendizaje vivan y sean el punto de encuentro de los distintos actores
de la comunidad educativa, necesitamos que ese lugar esté sostenido por sólidos
cimientos. Esos cimientos son la institucionalización del trabajo de la biblioteca
escolar.
Ahora bien, hay distintos niveles de institucionalización, y estos dependen
del contexto en el cual se encuentra la biblioteca escolar. Cada país tiene una
organización política distinta que redunda en una institucionalidad educativa
diferente. De igual manera, al interior de cada escuela existen distintas formas
y entes para institucionalizar el trabajo que la biblioteca escolar realiza. Por otra
parte, en este curso no consideraremos ningún caso particular como “EL” modelo
de institucionalización a seguir, ya que mientras en algunos países existe una
institucionalización específica para las bibliotecas escolares a las que estas se deben
ceñir estrictamente, en otros, el modo de funcionamiento de la biblioteca escolar
depende de cada escuela.
Más allá de estas diferencias, lo que queremos destacar aquí es la importancia de
una institucionalización de la biblioteca escolar. Ya sea que exista una institución
que vele por ella, para que ésta sea una realidad y no mera abstracción, hay que
“trabajarla”, respetarla, mejorarla, o bien, en el caso de que no exista, elaborarla en
sus distintos niveles y en conjunto con los distintos actores involucrados.
La institucionalización permite un marco regulatorio y un modo de funcionamiento
que ha sido consensuado – idealmente – por los distintos actores de la comunidad
educativa, con el fin de que la biblioteca pueda desempeñar su función de la mejor
manera posible. Esto supone la redacción de documentos que regirán y guiarán el
trabajo de la biblioteca escolar en los siguientes puntos (la lista no es exhaustiva, y
no podría serlo, ya que cada proyecto educativo define sus prioridades en base a sus
contextos) :
•Definición de la misión de la biblioteca escolar al interior de la
comunidad educativa y sus distintas funciones.
•Los componentes de esta para alcanzar su misión (entre ellos lo relativo
al personal).
•Financiamiento de sus necesidades.
•Legislación de apoyo.
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•Establecimiento de estándares de calidad de la colección y los servicios
a los cuales la biblioteca escolar tendrá que aspirar o atenerse.
•Características generales de la biblioteca (espacio, mobiliario,
colección).
Además, podemos considerar como parte integrante de este marco institucional
las políticas de funcionamiento y gestión elaboradas por la biblioteca escolar para
cumplir con sus objetivos, así como las formas de evaluación que debe efectuar
regularmente para medir y mejorar su desempeño.
A este marco institucional lo llamaremos, en este curso, el Programa Institucional
de la Biblioteca (PIB, muy diferente del “producto interno bruto”, ese otro PIB del
que no nos ocuparemos aquí por razones que seguramente no es necesario detallar).
Un marco general para la biblioteca escolar
Cada contexto requiere concentrar sus esfuerzos en áreas distintas, y la
institucionalización debe estar al servicio del contexto. Para tener una idea del
contenido de los documentos de la institucionalización y los aspectos que estos
debieran abordar, le recomendamos la lectura del manifiesto de la IFLA / Unesco,
que junto con especificar la misión y los servicios de la biblioteca escolar, fija
estándares de calidad que son referencia en el mundo entero:
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Existen suficientes documentos que sustentan la necesidad de una biblioteca escolar
en cada institución educativa de nuestra América. Muchos documentos oficiales lo
proclaman, desde el Manifiesto de Unesco hasta los propios acuerdos de voluntades
de los gobierno americanos. Repasemos algunos de esos elementos de referencia,
necesarios para la inclusión y el respaldo de la biblioteca en la institución. Miremos
el panorama más amplio. ¿Por qué se deben tener bibliotecas escolares que
funcionen?
1
2
1. Por que aparece en la legislación vigente la obligatoriedad de la
existencia de bibliotecas escolares en los planteles de educación básica y
media. Generalmente esto aparece en disposiciones de tipo global (como, por
ejemplo, la Ley orgánica de educación en cada país), si no explícitamente,
medio escondida al lado de la mención de la infraestructura escolar básica
o de acceso a materiales educativos. ¿Hay alguna disposición en su país que
hable de esto, explícitamente? ¿Cuál es el artículo que lo menciona? Ese dato
es crucial para construir la defensa de la biblioteca, también a nivel micro.
2. Porque existe una historia y tradición en cada país que revela la
preocupación del estado por crear y dotar bibliotecas escolares, generalmente
asociada a una iniciativa de gobierno y de planes de gobernantes anteriores
que es necesario rescatar cuando se hace la defensa de la biblioteca y su
continuidad. Los gobiernos suelen estar muy orgullosos de esa “historia” de
la nación y sus logros (aunque estos hayan decaído en el presente, o aunque
formen parte de un pasado partidista). También, esos heroicos esfuerzos son
parte de la historiografía de la educación en su país. Recupérela y averigüe qué
ha existido en el pasado: forma parte de su argumentación para conseguir y
gestionar respaldo local. Y además aprenderá mucho acerca de los vaivenes de
la historia educativa de nuestros países.
3. Porque la presencia de bibliotecas escolares está asociada a las
condiciones básicas de una oferta educativa de calidad. Y la calidad de la
educación es la actual bandera de todos los países del mundo, particularmente
en los nuestros, donde los problemas de cobertura (el logro de que todos los
menores de edad tengan la posibilidad real de estar atendidos por alguna
1. Manifiesto de Bibliotecas escolares. IFLA /UNESCO.
www.unesco.org/webworld/.../manifestos/school_manifesto_es.html
2.Por las bibliotecas escolares de Iberoamérica. Cerlalc, 2007.
http://www.cerlalc.org/bibliotecas_escolares/doc/3_Por_bibliotecas_escolares.pdf
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institución que ofrezca a los educandos algo más que el mero cuidado) están
resueltos. La perspectiva de una atención educativa de calidad, es decir que
vaya más allá de las metas de protección y las perspectivas asistencialistas a
los menores de edad (en particular en materia de atención a primera infancia)
asegura el cierre de brechas de desigualdad y se constituye en un derecho
ciudadano tanto de los estudiantes como de sus acudientes legales. Averigüe
cuál es la expresión de la política educativa de calidad en su país. Es el marco
de derechos que defiende el acceso a la lectura y escritura como condición
básica de la ciudadanía plena.
4. Porque es necesario resolver el problema de los inventarios y dejar atrás
el temor de que los libros se dañen o pierdan. Para esto es necesario entender
la biblioteca como la primera instancia del ejercicio de la ciudadanía (con
acuerdos y normas frente a los derechos y obligaciones del individuo frente al
bien común y a la equidad en el manejo de lo público) y por lo tanto NO se
puede percibir la colección como un bien para preservar sino para usar. En
esa medida deben existir disposiciones de gobierno que defiendan y sustenten
la presencia de libros como bienes fungibles es decir bienes de consumo,
cuya vida útil es posible calcular y cuya reposición es necesario presupuestar.
Dichas disposiciones suelen estar incluidas en las reglamentaciones acerca
de los bienes públicos (emanadas de Hacienda u otras entidades), pero
seguramente también se encuentran escondidas en algún lugar de las leyes
generales de bibliotecas y/o del libro. Si no se conocen, el temor a usar lo
que se puede desgastar por el uso paralizará por igual a directivos, usuarios,
docentes y bibliotecario de tal manera que todo estará bajo llave, será de uso
restringido y para todos los efectos, es la peor forma de deterioro patrimonial
que existe: el desuso.
5. Porque existen numerosos estudios a nivel internacional que prueban
que el uso de materiales de lectura, la presencia de una biblioteca y de un
mediador de actos de lectura eleva los rendimientos académicos de manera
portentosa, en la medida en que asegura la práctica sostenida de la lectura y
la escritura como herramientas del desempeño escolar. Y las evidencias son
consistentes e incuestionables. El único problema es que se requiere que
3
3. Dos estudios en América Latina sustentan el impacto de las bibliotecas escolares sobre el rendimiento académico medido en pruebas de estado: el caso del Plan de Lectura de México (SEP)
y el de Chile (MEN). El estudio más grande es el de estados Unidos, publicado como School Libraries work! En listbuilder.scholastic.com/.../LibraryStore/.../SL... y también en Understanding
How Classroom & Libraries Work: Research Results ... www.scholastic.com/.../understandinghow-classr...En caché -Simila
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los proyectos de bibliotecas escolares se sostengan en el tiempo, y no sufran
bajones, olvidos y bandazos. Y pocos gobiernos están dispuestos a esperar más
allá de su tiempo en el poder. Usted, sin embargo, es mucho más importante
que un turno en un gobierno: tiene toda la vida para ver crecer lo que en un
principio es apenas una semilla y un sueño.
6. Porque suelen existir proyectos nacionales y locales de bibliotecas
de aula, bibliobancos y bibliotecas escolares, cuyos modelos de creación,
financiación y sostenimiento figuran al lado de algún propósito de política
pública local. Recoja la información disponible (consulte los comunicados de
prensa del sector educativo oficial, nacional y local); verá el montón de cosas
que los políticos suelen prometer en materia educativa; acójase a eso como una
promesa por cumplir, y lúchelo. Estos antecedentes le revelarán también qué
puede proponerse de manera realista, y qué no.
4
7. Es probable que exista un marco de normatividad local pero se
encuentre velado sin exponerse de manera clara ante el conocimiento público.
Suelen existir políticas locales (de departamento, municipales, etc.) que
consignan la política municipal de lectura y escritura en resoluciones de
alcaldías, concejos, etc. Esa no es solamente una lista de buenas intenciones:
se plasma en programas, proyectos, y, sobre todo, en asignación de recursos
que no se debe ni se puede malgastar. En todo esto la desinformación es su
peor enemigo. Averigüe cuál es la política de lectura y escritura de su región o
ciudad. Y entérese de qué organizaciones, platas, recursos, ayudas y demás se
destinan a propósitos escolares. Si usted no es un ciudadano veedor de cómo
se gastan los dineros e interviene para que se compren en asuntos sensatos,
los honorables concejales –con las mejores intenciones, sin duda- gastarán el
rubro de libros educativos en enciclopedias de cien tomos, en tecnología que
no se usa. No permita que se “prometan ni construyan puentes donde no hay
ríos” . Conozca las políticas locales y demuestre que las sabe aprovechar.
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67
4. Consulte la publicación de Cerlalc Guía para el diseño de planes nacionales de lectura, págs.
74-85. www.cerlalc.org/redplanes/secciones/biblioteca/guia_planes.pdf
5. De la canción ¿A quién engañas, abuelo? Bambuco (ritmo colombiano) de Arnulfo Briceño.
En: www.youtube.com/watch?v=8MAGmyBNVqk
6. A manera de ejemplo, conozca la Política pública de Lectura y escritura para Bogotá. En:
http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=20002
7. http://www.medellincultura.gov.co/fiestadellibroylacultura/2011/Paginas/ED_33_170911_socializaciondelapoliticapublicadelecturayescritura.aspx
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8. Conocer los ejemplos de cómo han resuelto las cosas en otros países
(y también los impedimentos que ha surgido en otras latitudes para el
desarrollo de planes) le dará una idea de las soluciones y las dificultades a
enfrentar. Probablemente las leyes y disposiciones tengan una jerga legal o
administrativa muy diferente para llamar a las mismas cosas con diferentes
nombres. Es natural que así sea: es consecuencia de nuestra diversidad,
ingenio y multiplicidad. Ese descubrimiento también (la construcción de un
glosario americano de términos en materia de bibliotecas escolares y modelos
de atención y organización) es de hecho un logro gigantesco, que solamente
la tecnología y la autopista informática hace posible ahora, desde hace poco
tiempo, porque el acceso libre a la información es cosa reciente, y muy
útil. Verá todo lo que encuentran para defenderse con la letra misma de las
normas, entre todos.
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