269548. . Tercera Sala. Sexta Época. Semanario Judicial de la Federación. Volumen CXXII, Cuarta Parte, Pág. 80. NOMBRES COMPUESTOS, EN RELACION CON LA PRUEBA TESTIMONIAL. Es uso demasiado frecuente, que a quienes tienen nombre compuesto, como María Guadalupe, María del Refugio, María Estela, María Esther, etcétera, las personas que las tratan, supriman la primera parte del nombre, para llamarlas simplemente Guadalupe, Refugio, Estela, Esther, sin que tal omisión pueda estimarse constitutiva de un motivo para dudar de a quien se refiere. También, es cosa corriente que las personas, fuera de las relaciones de negocios, y aun dentro de ellas, sean identificadas por quienes las tratan, por el apellido paterno, con exclusión del materno, el cual, inclusive ignoran muchas veces. Entonces, la circunstancia de que los testigos hagan referencia a una persona, no mencionándola por su nombre completo, con el apellido materno, no es un motivo que lógicamente induzca a sospechar, que se trata de dos personas distintas y que aquella, esta tratando de suplantar a otra. Por lo tanto, si la autoridad responsable niega valor probatorio a la prueba testimonial en cuestión, fundándose en la circunstancia de que se trata, no usa prudentemente al arbitrio concedido en el artículo 215 del Código Federal de Procedimientos Civiles. Amparo directo 4272/65. Ma. Guadalupe Soria Méndez. 31 de agosto de 1967. Mayoría de cuatro votos. Ponente: Mariano Ramírez Vázquez. -1-