El nacimiento de la primera moneda canaria

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EL DÍA, sábado, 17 de septiembre de 2016
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CRISTO DE TACORONTE,
la fiesta de septiembre y la historia
de una devoción que tiene siglos de
antigüedad. 6/7
del sábado
revista semanal de EL DÍA
El nacimiento de la primera
moneda canaria
Aunque las Islas nunca emitieron piezas propias, sí que se pusieron sellos distintivos a algunas de las que estaban en circulación en el
siglo XVI con el fin de otorgarles un valor distinto o hacer que su circulación se circunscribiera al archipielago.
Texto: Jaime Alberto García
González
(grado A.D.E. y máster M.B.A.)
E
l objetivo de este artículo
de investigación no es otro
que introducir a nuestro
archipiélago en el panorama numismático nacional y poner de manifiesto que no sólo
las diferentes regiones que componían la España peninsular y territorios de ultramar de otras épocas tuvieron su propia moneda, sino que Canarias también contó con tal honor, a
pesar de no haber acuñado nunca su
propio numerario.
Tal vez esta última afirmación pueda
resultar chocante e incluso contradictoria; sin embargo, analizaremos la existencia de unas monedas
que pueden considerarse las grandes desconocidas de nuestra tierra,
incluso para nosotros, los canarios.
Canarias y el Nuevo Mundo
En diferentes artículos hemos
recogido la evolución, de forma
simplificada, de los medios de cambio en el archipiélago, desde que los
romanos asentaron sus primeros
campamentos en la Isla de Lobos con
fines industriales hasta la llegada del
numerario castellano; sin olvidar la
importancia de las monedas extranjeras, que tanto contribuyeron a paliar las necesidades de circulante en
un territorio fragmentado como el
de Canarias y a dinamizar, de alguna
manera, nuestra precaria economía, que parecía no tener perspectivas de mejora por mucho que pasaran los siglos. Esto último, puede consultarse en el artículo referido en la
bibliografía “El Ceutí: puente entre
Canarias, Europa, América y el norte
de África”.
Con todo ello, la necesidad de disponer de unas monedas propias y cuyo
fin fuera el de satisfacer unas necesidades específicas, sin que este numerario tuviera valor como tal fuera
de nuestras fronteras marítimas,
no se haría esperar muchos años más.
Para entender el contexto en el que
tuvieron lugar tales sucesos, debemos situarnos en el descubrimiento
del Nuevo Mundo, con la llegada de
Cristóbal Colón a las costas de La Espa-
4 maravedís.
Sevilla.
4 maravedís tipo
“A” (arriba) y tipo “B”
(abajo). Colección
particular.
ñola, tras su paso por Canarias, y el
vasto horizonte que se abría ante una
potencia como España y la inminente
carrera que otros países de Europa
estaban a punto de comenzar para
poder hacerse con un trozo de tan
suculento pastel como suponía el hallazgo de un nuevo continente.
Para cualquier potencia que se preciase, la acuñación de moneda en cada territorio conquistado era algo recurrente, pues no sólo favorecía el desarrollo económico de la región sino
que también simbolizaba poder e
influencia del soberano que regiría
sus destinos desde ese momento. Así,
los Reyes Católicos, fieles a este principio, dispusieron lo preciso para instalar en Santo Domingo la maquinaria
necesaria para la acuñación de
monedas y convertirla así en el primer enclave de ultramar que realizaría tales labores. Hasta entonces,
las acuñaciones a nombre de Santo
Domingo se habían estado realizando
en Sevilla y mostraban una bellísima
combinación de los anagramas reales de Isabel la Católica y Fernando
de Aragón, la cual, como se puede
observar en la imagen que se muestra en este trabajo.
Esta nueva fábrica comenzó a
acuñar monedas a nombre del emperador Carlos I y de su madre Juana
“La Loca” sin variar el valor nominal de las mismas, establecido en 4
maravedíss por aquel entonces. Las
órdenes que debían acatarse en la ceca
de Santo Domingo fueron emitidas
en la misma fecha en que se otorgó
el permiso para labrar moneda (Reales Ordenanzas de 1497), garantizando
su traslado a España. Esta institución
se organizaría como una empresa privada, supervisada por la monarquía,
y cuya fecha de inicio en la actividad no se puede precisar con exactitud, pues varía según las fuentes
consultadas.
Dicho esto, vamos a hacer hincapié en las monedas que guardan una
relación directa con nuestro archipiélago.
Los 4 maravedís de Santo Domingo
Fundamentalmente nos centraremos en dos tipos, a las que de ahora
en adelante llamaremos tipo “A” y
tipo “B”. Con ello, sabemos a ciencia cierta que tales monedas empezaron a acuñarse durante el reinado
de Carlos y Juana (Tipo A), pero que
dichas labores continuaron incluso
durante el reinado de Felipe II (Tipo
B). A continuación veremos un
ejemplo de estas monedas y, al
final de este estudio, se adjunta una
descripción relativa a cada pieza.
La aparición de estas monedas no
tenía otro fin sino el de facilitar los
intercambios comerciales de la
recién constituida colonia con la
metrópoli, pues las monedas de
cobre y vellón eran las más utilizadas para las transacciones cotidianas, reservando los grandes numerarios de plata o las monedas de oro
para pagos internacionales o transacciones de peso entre particulares
de los estamentos privilegiados de
la sociedad del momento. De esta
manera, se intensificaron los trabajos en la recién creada ceca de
Santo Domingo y se acuñaron grandes remesas de monedas, que eran
enviadas a la península como pago
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sábado, 17 de septiembre de 2016, EL DÍA
EN PORTADA
de las mercancías que recibía la isla,
y cuya entrada a la misma no era otra
que Canarias.
El archipiélago canario era un
emplazamiento clave en los viajes hacia el Nuevo Mundo y, por lo tanto,
la puerta a esa España que empezaba
a florecer con la conquista de nuevos territorios. La economía canaria
se encontraba en una situación delicada, casi podríamos decir que una
constante en toda su historia, por lo
que recibió con muy buena aceptación las remesas de monedas procedentes de Santo Domingo, entendiendo que éstas podrían ser una solución a corto plazo que hicieran más
dinámicas las transacciones comerciales más básicas.
Sin embargo, la fabricación de estas
monedas pronto se vio afectada
por la escasez de materia prima y por
la picardía de las autoridades locales encargadas de su fabricación y supervisión, presente desde tiempos
muy tempranos, por lo que empezaron a detectarse irregularidades en
la ley del metal con el que fueron
labradas y ello propició que desde
la Corona se prohibiese su circulación en toda España, pues no podían
equipararse con las monedas “de
buena ley” que se acuñaban en los
diferentes enclaves peninsulares
donde se desarrollaba tal labor.
Dichas piezas se acuñaban con una
aleación que conocemos como vellón, que no era más que una mezcla de cobre con una menor proporción
de plata, mientras que las monedas
procedentes de Santo Domingo se acuñaban en cobre casi puro, claramente,
un serio problema para los comerciantes y las equivalencias de cambio de la época.
Las monedas canarias
Tras estas noticias, en Canarias se
decidió replicar la prohibición, a pesar
de que ello pudiera afectar al flujo
de circulante, tan necesario en nuestro archipiélago. El Cabildo de Tenerife acordó en 1559 prohibir la entrada
de estas monedas en la isla, estableciendo mecanismos para tal fin en
los puertos, por lo que decidió recurrir al resellado de las piezas que ya
se encontraban en la isla, y que tal
medida supusiera un freno a la entrada de más numerario de forma clandestina.
Entonces, ¿a qué llamamos
“moneda canaria”? Para responder
a esta pregunta, tenemos que aclarar que el resello realizado en estas
monedas locales derivó de monedas
acuñadas en otro lugar (en este
caso, en Santo Domingo) a la que se
les añadió un cuño encima con la
intención de dejar una marca característica sobre las mismas, con la finalidad de cambiar su valor nominal
o que fuesen admitidas para la circulación en un territorio específico,
sin que ello implicase su aceptación
fuera del mismo.
De la misma manera, las islas de
La Palma y Gran Canaria procedieron a obrar de una forma muy simi-
lar, con el objetivo de dar cumplimiento a la Real Cédula, pero sin acabar perjudicando a la economía de
las islas. La primera de ellas lo hace
constar en el Acta del 12 de junio de
1559, mientras que en el caso de la
segunda no podemos determinar la
documentación y fecha exacta de la
puesta en marcha de las medidas para
el resellado debido al saqueo de la
capital de la isla por parte del pirata
holandés Pieter Van Der Does en el
año citado, a lo que se une el posterior incendio del Ayuntamiento de
Las Palmas (1842), que arrasó el
archivo provincial, destruyendo
documentos de incalculable valor histórico para la sociedad canaria.
De todo ello se desprende que sólo
las tres islas llamadas “de realengo”
confeccionaron su propio resello para estas monedas procedentes de
Santo Domingo, con el objetivo de
que únicamente tuvieran valor en sus
respectivos territorios. Igualmente,
existen algunos registros de otras islas
que sugieren la aceptación de estas
monedas reselladas como medio
de cambio, circulando junto con el
numerario corriente en las transacciones cotidianas, a causa de la
escasez de moneda fraccionaria.
Las características que presentan
estos resellos quedan detalladas a continuación, existiendo cierta similitud en lo relativo a la tipología entre los ejemplares de La Palma y Gran
Canaria, pero fácilmente identificables.
En el caso del resello de Gran Canaria, éste se corresponde con una hoja
de palma que se sitúa justo en el centro de la pieza y cuya anchura y proporción puede variar de un ejemplar
a otro, pues, tras someter a estudio
4 ejemplares que presentan este resello, hemos podido observar diferencias
significativas en el trazado de la hoja,
dejando patente la existencia de cuños
diferentes con la misma temática, pero
adecuado a los precarios medios disponibles en aquella época.
El resello de La Palma muestra claramente una pequeña palmera, donde se observan tanto las hojas como
el tronco, aunque en determinadas
ocasiones guarda un cierto parecido
con un drago (también una especie
autóctona de nuestra tierra). Igualmente, este cuño no se ponía en cualquier parte de la pieza y, para el caso
que nos ocupa, se colocaba en el borde
de la misma, teniendo los dos ejemplares analizados las características
mencionadas. Sin embargo, es nece-
Arriba, 4
maravedís tipo “A”
con resello de Gran
Canaria; debajo, la
misma moneda pero
del tipo “B” con
resello de La Palma
en el borde.
La moneda en
cuestión (tipo “B”)
con el resello “Tf” de
Tenerife sobre icono
del Teide.
sario puntualizar que se ha podido
analizar otro ejemplar que, estando
estampado en el lugar correcto,
presenta una gran hoja de palmera
con un diseño triangular en sus hojas,
similar a pequeñas montañas unidas
y de mayor grosor que la de la isla
anterior. Claramente una curiosidad
que debe ser mencionada, por salirse
de los parámetros que caracterizan
el trazado de cada cuño.
En último término, hacemos lo propio para el resello de la isla de Tenerife, por ser totalmente distinto a
los anteriormente descritos, además
de mucho más sencillo tanto a nivel
visual, como práctico, pues tal consideración hacía que se prestara
muy fácilmente a la falsificación por
parte de los comerciantes y particulares. La forma de este resello consistía en lo que parecía ser una letra
“P”, atravesada por una línea horizontal en su centro.
Esta es la teoría más extendida sobre
la simbología de este resello. No obstante, me voy a permitir exponer la
mía propia, y es que esta curiosa letra
sería la resultante de unir una “T”
(mayúscula) con una letra “f” (minúscula), de manera que ambas letras
quedarían entrelazadas. Esta hipótesis no resultaría descabellada,
sobre todo si tenemos en cuenta que
las letras “Tf” se han utilizado (y se
utilizan) en diferentes ámbitos como
abreviatura representativa del nombre “Tenerife” y a que existe un ejemplo muy similar en la marca de la ceca
de Potosí (actual Bolivia), que combina las letras “P”, “T” y “S”,
dejando entrever una forma muy
característica. Finalmente, señalar
que ambas letras, unidas de esta
manera, reposan sobre lo que estimo
es una representación icónica del
Teide, como figura de referencia en
la isla.
Regresando al problema de la falsificación, el Cabildo Insular decidió
integrar una imagen más compleja
que la dificultara, optando por un cuño
con la imagen de san Miguel que únicamente se aplicaría a aquellas monedas que presentaran el resello original. La ubicación de los resellos sería
en el campo de cada moneda, en el
lado derecho.
Con este proceso, se estimaron en
unas 6.000 las monedas con resello
falso, pero poco a poco siguieron apareciendo más, hasta el punto de abandonar las labores de resellado por la
imposibilidad de hacer frente a las
falsificaciones y no haber solicitado
el correspondiente permiso a S.M. el
Rey, por lo que todos estos resellos
se consideraron ilegales.
A la luz de estos datos y en vista
de las circunstancias, sólo nos ha sido
posible analizar un ejemplar con el
resello en forma de “Tf”, sin incluir
la mencionada imagen de san Miguel.
Igualmente, muchas remesas de estas monedas se falsificaban siguiendo
los intereses de personajes influyentes
de la época, colectivos de distinta índole y comerciantes bien relacionados,
y, aunque estos hechos en ocasiones
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EL DÍA, sábado, 17 de septiembre de 2016
EN PORTADA
Datos de la pieza “A”
eran conocidos por las autoridades
locales, decidieron no intervenir
bajo la premisa de no causar perjuicios
económicos a las finanzas de estos
actores.
De esta manera, el problema de la
falsificación se extendió a los tres tipos
de resello, llegando algunos de ellos
hasta nuestros días, aunque de forma minoritaria, y siendo, además, muy
raros de localizar, al igual que las piezas originales.
Como dato adicional, es importante
destacar el hallazgo de un ejemplar
de este tipo de monedas reselladas
en un enterramiento funerario posterior a la llegada de los castellanos
a nuestras islas. Concretamente, el
descubrimiento tuvo lugar hace pocos años en Guía (Gran Canaria) y presentaba el resello con la hoja de palma.
Un claro ejemplo de la importancia
de estas monedas en la época analizada y, posiblemente, haya más
curiosidades que aún están por descubrir.
Resumen
Ante la escasez de numerario en
Canarias, se recurrió a las grandes
remesas de 4 maravedís acuñadas en
la ceca de Santo Domingo. La mala
calidad de la ley a la hora de acuñar
estas monedas llevó a que S.M. las
prohibiera en toda España, pues aquellas de similar tipología acuñadas en
suelo peninsular se hacían de vellón,
una aleación que combina el cobre
con la plata, mientras que las procedentes de Santo Domingo se fabricaban únicamente con cobre casi puro.
Por esta razón, las autoridades locales en Canarias, ante la llegada masiva de monedas de estas características, optaron por resellarlas con
el objetivo de darles validez sólo en
el ámbito insular.
Existieron tres tipos distintos de
resellos, realizados en las islas de Gran
Canaria, Tenerife y La Palma, cada
una con sus motivos particulares (hoja
de palma, palmera y monograma de
Tenerife “T” con una “f” entrelazadas y sobre una montaña que emula
al Teide) y cuyo declive se vio marcado por la falsificación particular,
el uso fraudulento de las monedas
por parte de ciertos personajes y por
la ilegalidad de tales actuaciones, pues
no se solicitó permiso a la Corona.
Finalmente, otros lugares del Caribe optaron, años después, por una
solución similar a la que se le dio en
Canarias a estas monedas. Algunos
ejemplos son el propio Santo Domingo
(resello de una llave gótica), Jamaica
(resello en forma de ancla) y Cuba, con
resellos de distinto tipo que pretendían modificar el valor nominal de las
monedas atendiendo a las circunstancias del momento (siglo XVI).
BIBLIOGRAFÍA
–ALFARO ASINS, C. y LORENZO
ARROCHA, J.M. (1999). “Monedas y
billetes en la historia de Tenerife” (pág.
2-7). La Opinión S.L. y Gobierno de
Canarias (Consejería de Economía y
Hacienda).
–GARCÍA GONZÁLEZ, J. A. (2012,
agosto 25): “El maravedí en Canarias
(siglo XVI)”. La Prensa, revista sema-
Moneda donde se
aprecia (izquierda,
centro) el motivo de
la hoja de palma.
Detalle de dos
resellos: a la
izquierda, Gran
Canaria y a la
derecha, Tenerife.
Nominal: 4 maravedíes. Periodo: por la siglas del ensayador, sabemos que la acuñación de la pieza se produjo entre 1508 y 1516. Ceca: Santo Domingo; “S-P” (antiguo Virreinato de Nueva España) en la isla denominada La Española, la que actualmente incluye la República Dominicana y Haití. Peso: 2,66 gr (aprox.). Diámetro:
27 milímetros (aprox.). Metal: cobre.
Estado de conservación: MBC-/MBC (muy buena piezas para este tipo). Reinado:
Carlos I y Juana.
Ensayador: Siglas “F” (Francisco Rodríguez).
Simbología: Anverso.: “CARO[L]VS • ET • I[OAN]NA” alrededor de un círculo. En su
interior, “Y” (en el centro), “F” (izq.) referente al ensayador y “IIIIo” en alusión al
valor (dcha). Reverso.: “REGIS • [ISPANIAR]VM • ET • [IND]” alrededor de un círculo. En su interior, “I I” coronados relativos a las columnas de Hércules y, a ambos
lados, “S P” en alusión a la ceca (Santo Domingo).
Referencias bibliográficas: KM# 00S-SD1, Calicó#211.Otras observaciones: la pieza
presenta los típicos defectos de las primeras acuñaciones del Nuevo Mundo y este
ejemplar en concreto parece haber resistido muy bien al paso de los siglos, e
incluso, conserva una tonalidad muy atractiva. Cuando admiramos esta pieza nos
sumergimos en los tiempos del descubrimiento de América, los viajes de Cristóbal
Colón y la expansión por el continente a manos de los grandes conquistadores que
dieron gloria y riquezas al Reino de España”.
Datos de la pieza “B”
Nominal: 4 maravedíes. Año: 1516-1556; por la siglas del ensayador, sabemos que
la acuñación de la pieza data del año 1542 [Pellicer, Ensayadores, 2010]Ceca:
Santo Domingo; “S-P” (antiguo Virreinato Nueva España) en la isla La Española.
Peso: 2,63 gr (aprox.). Diámetro: 27 milímetros (aprox.). Metal: cobre.
Estado de conservación: MBC-/MBC (muy buena piezas para este tipo). Reinado:
Carlos I y Juana.
Ensayador: Siglas “F” (Francisco Rodríguez).
Simbología: Anverso: castillo dentro de circulo lobular a los lados S y P. Reverso:
león dentro de circulo lobular, y bajo león, F.
Referencias bibliográficas: Calicó tipo 60, Nº 73b; Vicenti año 1976 tipo 13, Nº 21.
A/C/J; Cayón 3190 Pagina 481, año 2005.
Otras observaciones: la moneda en cuestión presenta una pátina marrón amarillenta que le otorga cierta belleza extra en compensación con el desgaste aparente, dada la mala acuñación de estas piezas y a los desperfectos producidos por
su puesta en circulación.
nal de El Día, (pp. 1-3). Santa Cruz de
Tenerife: Editorial Leoncio Rodríguez.
–GARCÍA GONZÁLEZ, J. A. (2016,
junio 25): “El Ceutí: puente entre Canarias, Europa, América y el norte de
África”. La Prensa, revista semanal
de El Día, (pp. 1-3). Santa Cruz de Tenerife: Editorial Leoncio Rodríguez.
–GONZÁLEZ GUTIÉRREZ, P. (1996).
Importación y acuñación de moneda
circulante en La Española durante el
siglo XVI. (pág. 32). Madrid: Universidad de Alcalá.
– LORENZO ARROCHA, J. M.
(1995). Las monedas de las Islas
Canarias: la “bamba”. (2ª edición).
Santa Cruz de La Palma: Servicio de
Publicaciones de la Caja General de
Ahorros de Canarias.
–PÉREZ ALMEIDA, H. C. (2011).
Moneda y medios de pago en las Islas
Canarias durante los siglos XVI y XVII.
En M. T. Muñoz Serrulla (Coord.), Estudios de Historia Monetaria, Ab initio, Núm. Extraord. 1, pp. 69-91.
–TORRES SANTANA, E. (1991).
Monedas y finanzas. En F. Morales
Padrón (Ed.). Historia de Canarias (V.
VII, pp. 385-393). Valencia: Editorial
Prensa Ibérica S.A.
Medios electrónicos:
-Hallazgos monetarios en la isla de
La Palma. Recuperado el día 7 de junio
de 2011 de -http://www.palmens i s .c o m /e s t u d i o s - g e n e r a les/pdf/cero/17_lorenzo.pdf)
–http://www.fuenterrebollo.com/faqs-numismatica/15014maravedis-sevilla.html
–http://www.imperio-numismatico.com.
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sábado, 17 de septiembre de 2016, EL DÍA
TURISMO
INVESTIGACIÓN
EN PORTADA
Gerardo Mesa Noda
(Óleo sobre lienzo de 100cm x 100cm)
Natural de Vallehermoso (La Gomera), casado con 4
hijos y 5 nietos, en 1939 se establece con sus padres en
Fuerteventura. Gerardo Mesa es diplomado universitario
en Relaciones Laborales. En 1956 se traslada con su familia
a Tenerife, donde trabaja en la banca hasta 1970, cuando
regresa a Fuerteventura para trabajar en la Caja Insular
de Ahorros. En 1979 es elegido como primer presidente
democrático del Cabildo Insular de Fuerteventura por mayoría absoluta y es reelegido en la segunda legislatura de
1982. Compatibiliza este cargo con su puesto de trabajo
en la Caja Insular de Ahorros. En 1986 es elegido senador
por Fuerteventura y sale reelegido en 1986, ostentando
el cargo hasta el final de la legislatura, en 1993. El mismo
año es nombrado director general del Instituto Canario
de Formación y Empleo. Es miembro y cofundador del Intergrupo Congreso-Senado Paz para el Pueblo Saharaui.
También es miembro la Asociación de Parlamentarios de
Europa Occidental Antiapartheid. Fue presidente de la
Delegación de la Asociación Canaria de Amigos de Pueblo Saharaui en Fuerteventura desde su fundación hasta 1999. En el año 2000 entra como voluntario a formar
parte de Cruz Roja Española, en Fuerteventura, siendo nom-
brado delegado especial. En 2003 asiste en Estocolmo, representando a la Cruz Roja Española, a la reunión internacional “Meeting regarding migrants, asylum seekers,
refugees and detention”, con participación de sociedades
nacionales e internacionales de Cruz Roja y la Media Luna Roja. El mismo año es nombrado presidente del Comité Insular de Fuerteventura y es reelegido en 2007. Se
le concede la Medalla de Plata de Cruz Roja en 2011. En
2012 es nombrado presidente del Comité Autonómico de
Cruz Roja en Canarias, cargo que renueva en 2015 y que
ejerce actualmente.
EL DÍA, sábado, 17 de septiembre de 2016
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sábado, 17 de septiembre de 2016, EL DÍA
Texto: Nicolás Pérez García
R
etorna el septiembre vendimiador, el mes de los cristos, entre ellos el Varón de
los Dolores, la afamada
imagen desclavada que
llegó a este pueblo de Tacoronte en 1661
de la mano del capitán Tomás Pereyra
de Castro-Ayala, copatrono del convento
de San Agustín, fundado en 1649.
Jesús Casas Otero, en su libro Estudio histórico artístico de Tacoronte,
publicado en 1987, cita al historiador José
Viera y Clavijo: “Fundose el convento de
Tacoronte en una ermita de S. Sebastián
que había en aquel lugar, por lo que tomó
el título de aquel santo, hasta que
habiendo celebrado escritura de patronato el capitán don Diego Pereyra de Castro y el capitán don Tomás Pereyra de
CastroAyala,susobrino[ambosregidores],
sacrificaron una gran suma de ducados
alafábricadesuiglesia,queesmuydecente,
y en ella colocaron la imagen del Santo
Cristo de los Dolores y Agonía”.
A la largo de la historia, las autoridades
tacoronteras no han tenido un gesto de
agradecimiento público a favor de
quien trajo la emblemática imagen de
tierras de Castilla, y que también contribuyó decisivamente en la construcción del convento agustino y su templo anejo, hoy santuario del Cristo. En
el presbiterio de esta iglesia hay dos estatuas de mármol de Carrara en actitud
orante, a la izquierda el capitán Tomás
Pereyra de Castro-Ayala y a la derecha
su hermano, el fraile Juan Carrasco. También en el frontis del templo campea el
escudo de armas de la familia; signos
que se suponen costeados por ellos mismos.
Sin embargo, el honor popular y más
que merecido hacia el capitán Pereyra
ha venido por iniciativa de la Hermandad del Cristo de los Dolores, que con
fecha 16 de abril de este 2016 ha descubiertounmonolitoqueencargóalescultortacoronteroCarlosMarreroHernández,
en homenaje testimonial al prócer que
trajo a este pueblo la singular imagen
de tierras peninsulares hace ya 355 años.
El significativo monumento se emplazó
en la calle san Agustín, frente a la puerta
lateral norte del santuario del Cristo, que
se conoce como puerta de San Sebastián en recuerdo de la ermita que se
levantó allí en el último tercio del siglo
XVI.
Los hermanos Diego y Tomás Pereyra
de Castro llegaron a esta isla de Tenerife
por 1610-1611. Eran naturales de la villa
orensana de Allariz, obispado de Tuy,
en Galicia, descendientes de ilustre familia gallega emparentada con la nobleza
portuguesa. El apellido Castro es de origen castellano, de antiguos linajes de
Burgos. Nietos del licenciado Simón
Pereyra de Castro, jurisconsulto, también vecino de Allariz, varón legítimo
del gran Solar de Castro, que floreció en
los primeros años del siglo XVI.
Tomás, apodado “el Viejo”, sirvió como
capitán ordinario del rey Felipe III y fue
regidor perpetuo de Tenerife en 1627,
acreditándose de buen patricio y generoso caballero, defendiendo en ocasiones
Cristo de Tacoronte
LA FIESTA Y LA HISTORIA
El Cristo de los
Dolores de
Tacoronte.
el puerto de Santa Cruz de Tenerife frente
a invasiones extranjeras. Llevó la administración de los bienes del quinto adelantamiento de las islas por su titular sucesorio, doña Porcia Magdalena Fernández de Lugo y Marini (V Adelantado),
princesa de Asculi y duquesa de Terranova. Contrajo matrimonio con Bárbara
Carrasco de Ayala y Ocampo el 26 de
febrero de 1618 en la parroquia de NuestraSeñoradelaConcepción,deLaLaguna.
Ella, nieta del primer conde de La Gomera, Guillén Peraza de Ayala, quedando
así enlazados los apellidos CastroAyala; entre sus hijos, el primogénito
fue Tomás Pereyra de Castro-Ayala, de
quien se hablará más adelante. Diego
Pereyra de Castro, también capitán, casó
con Juana de la Cova Ocampo. Ejerció
como recaudador de las rentas reales
de los almojarifazgos de estas islas.
Tomás Pereyra de Castro-Ayala nació
en La Laguna y fue un gran benefactor
de Tacoronte por su contribución en la
construcción del convento de San
Agustín y templo anejo y por haber traído desde Castilla a Tacoronte la imagen del Cristo de los Dolores en el transcurso de 1661. Tendría a la sazón unos
40 años. Fue el primer patrono del convento y a propuesta suya quiso que el
patronato lo fuera conjuntamente con
su tío-suegro Diego, ya citado. A finales de 1661 y comienzos del año
siguiente se otorgan las escrituras y asientos correspondientes entre los patronos
y el convento de Tacoronte ante el escribano público Matías Oramas Villareal.
Uno de los capítulos establece el orden
de suceder en el patronato, esto es a favor
de los hijos y descendientes de ambos
patronos y sus familiares, donde el más
cercano excluye al más alejado
genealógicamente. Han de tener asiento
preeminente en la capilla mayor, al lado
del Evangelio. En los actos en que se hallaren los patronos, así como misas mayores o rezadas, se les ha de dar la paz, y
el Jueves Santo también las llaves del
Sagrario.
Asimismo se establece que los patronos
se obligan con diversas dotaciones, entre
ellas costear un retablo en la capilla mayor
en el que se habría de colocar la “Stma.
Imagen de Ntro. Sr. Jesucristo de la Agonía” que Tomás Pereyra de Castro-Ayala
había traído de Madrid. La comunidad
conventual habría de constar de seis religiosos sacerdotes, cuatro coristas y un
lego; uno de ellos designado para ir a
La Laguna a pedir limosnas para la imagen del Cristo. La iglesia o santuario ya
estaba comenzada a construir por el año
1662, hallándose casi terminada en 1664,
obra a cargo del maestro de cantería Domingo Rodríguez Rivero, natural de El
Sauzal, quien también había acometido
la ampliación del templo de Santa
Catalina un decenio atrás.
Por 1675, ya fallecido Diego Pereyra
de Castro, su viuda, Juana de la Cova
Ocampo, encargó a sus hijos que terminaran la inacabada fachada del santuario. Pero fue en el año 1906 cuando
se remató el frontis y se añadió el campanario o espadaña del lado de la
epístola; mejoras ejecutadas bajo la dirección del maestro de obras militares
Domingo Pisaca Fernández, cuya familia
aparece vinculada a Tacoronte desde finales del siglo XIX.
En el mes de abril de este año 2016,
la Hermandad del Cristo celebraba el XXV
aniversario de su fundación y entre los
actostambiénserindióunreconocimiento
póstumo al fundador de la misma, Antonio Dávila Dorta, que nos dejó el 25 de
octubre de 2014 a los 87 años. Don Antonio fue un ferviente seguidor del Cristo,
cuya imagen cargó sobre sus hombros
siempre que pudo. Hombre del pueblo,
de amigos y de iglesia; persona atenta
yrespetuosa,servicial,buenpadreymejor
vecino.
La refundación de la Hermandad del
Cristo tomó fuerza a raíz de la restauración de la imagen, que se llevó a cabo
en 1989, rodeada de cierta polémica ya
olvidada. Entonces, un grupo de devotos encabezado por Antonio Dávila realizan gestiones y celebran junta general el 27 de abril de 1991, acordando poner
en marcha la asociación y redactar los
estatutos conforme a las normas eclesiásticas en vigor. El estatus legal que
representa a la Hermandad es refrendado por el obispo Damián Iguacen,
entonces ocupando la silla episcopal de
la diócesis nivariense. Fue Antonio Dávila
el primer presidente, permaneciendo
en el cargo hasta 1998.
Hablamos de “refundación” dado que
existió una primera Hermandad del Cristo
creada en el siglo XVIII, en la parroquia
de Santa Catalina, de la que se conocen
pocos datos. Consta que el 22 de enero
de 1728 es fecha de la bula del papa Benedicto XIV autorizando la fundación de
la hermandad del Santísimo Cristo de
los Dolores, que estaría activa desde 1735
a 1829. Apenas existe historia que relatar de esta hermandad debido a la ausencia de noticias en los archivos. Después
de 1829 se menciona la existencia de un
mayordomo de la cofradía del Cristo de
los Dolores, pero tanto las cofradías como
las capellanías y otras fundaciones
afines comenzarían a languidecer hasta
casi su extinción merced a las leyes desamortizadoras decimonónicas que dieron lugar a la incautación de bienes por
parte del Estado y posterior subasta.
Aquellas leyes, en particular la promovida por Álvarez de Mendizábal en
1835, acabó por expropiar el convento
de San Agustín y la subsiguiente
exclaustración de los 10 o 12 frailes que
allí profesaban. El ayuntamiento se posesionó del inmueble para instalar el consistorio, que permaneció hasta 1974, año
en que abandona las dependencias por
su estado ruinoso, mientras se iniciaba
la construcción de la actual sede consistorial, que se inauguró a finales de
1976. Al respecto cabe decir que el nuevo
ayuntamiento, el actual, es fruto del
empeño de Graciano Álvarez Dorta,
alcalde desde 1956 hasta 1979. Más de
una vez se intentó derruir el antiguo convento agustino, pero, afortunadamente,
ha subsistido hasta nuestros días. La
últimaymásimportantereformaymejora
fueejecutadabajolosauspiciosdelCabildo
de Tenerife: se consolidó su estructura
y se remodeló todo su interior mediante
una actuación elogiable. Hoy es Casa de
la Cultura de Tacoronte.
Hablamos de la fiesta y de la historia, y del protagonista principal, el Santísimo Cristo de Tacoronte, que nos convoca en la cita septembrina desde
1662, siempre el domingo siguiente a la
Exaltación de la Santa Cruz (14 de septiembre), ampliado a la dominica de la
Octava, que se celebra desde comienzos
del siglo XX, jornada de mayor afluencia, sobre todo de forasteros, peregrinos y romeros, particularmente del Valle
de Güímar, fieles cumplidores de una
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EL DÍA, sábado, 17 de septiembre de 2016
antigua devoción, herencia de generaciones; sureños que esperan con ansiedad este día para venerar a su Cristo tacorontero y cargarlo a sus espaldas.
Muchos han sido los pregoneros de
la fiesta desde 1947, año del primer registro que se conoce acerca de ellos, primero a través de las ondas de radio y
programas de mano que divulgaban los
actos y recogían la docta palabra de personas ilustres. Citemos como ejemplo
al catedrático de Derecho Político José
María Hernández-Rubio, a los periodistas
Alfonso García-Ramos y Álvaro Martín
Díaz (Almadi), al conde de Barbate, Enrique Romeu Palazuelos, al catedrático
de Filosofía y Letras Jesús Hernández
Perera, al director de EL DÍA Ernesto Salcedo Vílchez, al presidente del Colegio
de Abogados Ángel Ripollés Bautista,
al catedrático de Periodismo Ricardo Acirón Royo, al editor-director de EL DÍA
José E. Rodríguez Ramírez, al obispo
nivariense Bernardo Álvarez Afonso, y
un largo etcétera.
Pocos pregoneros, muy pocos, han sido
hijos de esta ciudad-campo de Tacoronte.
Consideramos a Graciano Álvarez Dorta
(alcalde) como de los primeros con que
se inicia la costumbre de pregonar la fiesta
del Cristo. Siempre lo hizo con prosa elegante, medida y distinguida: “Un Cristo
al que no se puede mentir, porque sus ojos
nos están leyendo lo que llevamos escrito
en lo más recóndito del alma.
¿Has mirado alguna vez, detenidamente,
a nuestro Cristo? Él es, abrazado a su cruz
y con su eterno dolor, la razón de la fiesta,
el inagotable manantial de razones por
las que el hombre, que vivía a solas, se
convirtió en prójimo y pudo, desde
entonces, cantar y rezar al mismo
tiempo”.
Antonio Abdo Pérez lo hizo en varias
ocasiones desde la radio, el medio escrito
y la tribuna de oradores, con la profesionalidad del actor y poeta que pone
P
toda la sensibilidad de su quehacer lírico
y teatral. Sigue siendo puntual colaborador de la fiesta.
Alfonso Morales y Morales pregonó
en 1971. Aunque no natural del pueblo,
sí que le consideramos tacorontero por
su vinculación, lazos familiares y dedicación a la historia de estos lugares. Ya
no está con nosotros, su ausencia es muy
sentida desde que se fue en febrero
pasado. Tenía 84 años de una existencia
de trabajo serio, profesionalidad y
calidad humana. Tenaz e incansable,
en su biografía abunda un memorial
digno y amplio fruto de su buen hacer
personal.
Inocencio Rodríguez Guanche, pregonero en varias ocasiones, nació en esta
ciudad el 28 de diciembre de 1914 y falleció en febrero de 2004. Maestro y pintor, se prodigó en múltiples actos culturales e investigó buena parte del pasado
de Tacoronte; fue alcalde del pueblo
gomerodeAguloen1954-1955.Unamuestra de su retórica: “De modo singular no
necesita Tacoronte ponerse galas extrañas, pues desde siempre el que fuera menceyato se ha vestido de una exuberante
vegetación, con múltiples gamas de verdes esmeraldas teniendo de fondo los azules ultramarinos y el telón cobalto de un
cielo que cada atardecer incendia de coloresalponerseelsoltraslaisladeLaPalma”.
Julián de Armas Rodríguez, pregonero
en 1991. Incontables los méritos que preceden a este sacerdote tacorontero
nacido en el barrio de San Jerónimo en
1942; ordenado por el obispo don Luis
FrancoCascónhace48años,largoperíodo
que recoge las numerosas actividades
de un hombre íntegro y fiel a sus principios. Sería prolijo enumerar la intensa
labor desarrollada a lo largo de su ministerio. En la síntesis personal de Julián
de Armas, nada fácil es describir su personalidad, si bien no difícil trazar su perfil atendiendo al carácter, actitud,
epita Puerta era la madre de mi íntimo amigo, y además mi padrino de Confirmación y boda, José Antonio Arbelo Puerta, más conocido por “Lupi”, ya que
su padre fue Lupicinio Arbelo Padrón, que fuera alcalde
de La Laguna en los años cincuenta del pasado siglo. Hay
una anécdota del citado exregidor municipal cuando en
cierta ocasión un automóvil marca “Ford” se avería y lo
deja tirado en un punto kilométrico bastante lejos, por cierto,
de su Laguna y que después de que arribara a dicha ciudad, les dijo a sus amigos una frase críptica y que pasará
a la historia de la urbe: “Ni el Ford es coche ni el mago es
gente”.
El matrimonio, junto a su hijo, vivía en la plaza de la
Fonda, al lado del bar “El Sheriff” (primer miembro reconocido de la Policía Autonómica canaria), en Bajamar, habitada hoy día por mi compadre “Lupi”, su esposa, Laly Rodríguez Gil, catedrática de Biología Marina, y su único hijo,
Adán, como lo era también único, el “Lupi”.
Hace ya una porrada de años fallece Pepita Puerta, hecho
que trascendió de forma rápida, y sobre las 6 de la tarde,
yo, desde nuestra Agencia Oliva, llamé para encargar una
corona a la funeraria Hipólito, que estaba en la calle El Juego,
vamos, a trescientos metros de la agencia. Suena la llamada un par de veces y me coge el teléfono un empleado
de la funeraria al que apodaban “Sevilla”, que empezaba
a atizarse cuartas de vino desde las nueve de la mañana,
por lo que a la hora de mi llamada imagínense cómo podría
estar el “animalito”. Me di a conocer, que era Juan Oliva,
de la agencia Oliva, y que quería encargar una corona con
conocimiento, realizaciones y carisma
de su andar por la vida. Su niñez y adolescencia pasaron por aquellos años complicados de la posguerra en los que hubo
de superar no pocas dificultades; época
carente de la mínima ostentación,
pero sí al calor de una sana convivencia familiar y sencilla, de respeto y educación paternal. Julián y muchos de sus
contemporáneos que hoy peinan canas
supieron recoger la buena semilla y las
luces de aquel tiempo, que siempre ayudanairmásallá.Recogiólabuenasimiente
de padres y maestros instructores, de
lo fundamental para aprender a discernir,
cultivar el temperamento y promover
auténticos valores que llevan a la simple nobleza que muestra su proceder ante
la vida, a la certidumbre de que el estudio, la constancia y la paciencia son capaces de vencer los obstáculos que se interponen en el camino. Ilustre tacorontero,
ilustre tinerfeño, protagonista de una
importantecorrelacióndehonoresymerecimientos que testimonian la labor de
este sacerdote ejemplar, cuyo éxito descansa en el convencimiento profundo
de su credo, en la promoción de valores y en el trabajo incesante y bien hecho,
sobre todo en el ámbito eclesial.
ManuelBarriosDíaz,pregoneroen1996.
Nacido en Tacoronte en 1927, fallecido
recientemente. Siempre ávido de cultura, ha participado en diversas publicaciones de tipo histórico del municipio, además de la mucha divulgación
sobre diferentes temas locales, destacando su investigación sobre el acontecer del Pósito y la Alhóndiga. Su contribución en torno al vino ha sido notable, además de ser buen bodeguero y
amante incorregible de vidueños y
malvasías.
Dulce Xerach Pérez López, pregonera
en el año 2000, vecina de este pueblo
tacorontero, donde nació en 1969.
Abogada y doctora en Arquitectura, ramo
en el que se prodiga con numerosas publicaciones. Actualmente es presidenta del
Círculo de Bellas Artes de Tenerife y en
el campo literario cuenta con varios libros
en su haber. Le precede, además, una
intensa actividad política a nivel insular y regional.
También han sido pregoneros de la
fiesta Álvaro Arvelo Hernández en
2008, nacido en Tacoronte, expresidente
de CajaCanarias, y Francisco Abreu Expósito en 2014, presidente de la Agrupación Musical Santa Cecilia, de la que es
músico en activo desde niño.
El epicentro de toda fiesta debe
estar en solemnizar lo que se celebra,
como en esta efeméride concierne a la
imagen representativa de nuestro Cristo
de los Dolores. No se contradice lo popular festivo con la tradición religiosa, al
contrario, deben armonizar convenientemente ambos aspectos. Asimismo, ha de abundar el componente
cultural, lo cual nos lleva a mirar nuestro pasado y costumbres de ayer. Es de
buena ciudadanía ennoblecer la memoria de aquellos predecesores que en su
época trabajaron y lucharon para
engrandecer el espíritu del lugar donde
han nacido, y de los que en la actualidad se esfuerzan por enaltecer el valor
patrio del suelo que pisan, del solar donde
viven, del patrimonio que forjaron
otras generaciones que debemos recordar con generosidad y justicia. Aquellos tacoronteros de antaño rendían devoción al mismo Cristo que hoy celebramos, con arraigada creencia, buscando
a través de la imagen desclavada respuestas a las inevitables preguntas
que emergen desde la interioridad
humana, tal como hoy se hace con total
confianza hacia el auténtico amigo
que no pide cuentas a nadie, el amigo
cercano y mediador entre alegrías y dificultades, aquel que nos hace ser mejores personas.
La factura de la cinta funeraria y
el marqués de la Oliva
incluida, se la mandó al Ayuntamiento del municipio de
La Oliva, en Fuerteventura, y por ende si la recibió el alcalde
Arroyo, más conocido por su título de “marqués de la Oliva”
entre plebeyos y nobles. Lo que sí les puedo garantizar
es que la agencia Oliva no abonó la factura, entre otras
cosas porque nunca nos fue girada, por lo que en este caso,
nunca mejor dicho, le pegamos un “muerto” a la funeraria
“Hipólito”, que tampoco obviamente cobró la factura cuando murió el “Sevilla”, víctima de un “derrame” al tocar
este la botella de morapio con el codo, con el consiguiente
“derrame”.
En los años cincuenta y pico del pasado siglo había un
palmero que estudiaba en La Laguna al que apodaban “Duny
James”, organizador de un coro “sui géneris” que en plan
de coña, al tiempo que cantaba, también actuaba. Así pues,
en medio de una actuación en el teatro Leal, de repente
paraban de cantar y hacía su aparición una “mierda” de
tipo en el centro del escenario, vistiendo ropa de futbolista, y en un silencio sepulcral de público y coro abría un
paquete y después otro y otro hasta el infinito, abriendo
por fin el último del tamaño de una caja de fósforos, sacaba
del mismo un papelito al que daba lectura en estos términos: “Exigimos más ayudas para los clubs regionales”.
Claro, el teatro se vino abajo por tal portento de excentricidad e ingenio.
Olivarada: Oye, ¿tú quieres mucho a tu mujer? El otro:
“Claro, coño”, rematando el primero: “Entonces, ¿por qué
carajo no dejas en paz a la mía?
* Pensionista de larga duración
A REÍR QUE SON DOS DÍAS
Juan Oliva-Tristán Fernández*
su correspondiente cinta para la difunta Pepita Puerta, y
que cogiera lápiz y papel que le iba a dictar el texto exacto
que quería que apareciera en la cinta, y que era el siguiente:
“Coral Polifonía de La Laguna”, y que la factura, por favor,
me la pasara a mí, a Juan Oliva, de la Agencia Oliva. Al
día siguiente fuimos los amigos del “Lupi” a Bajamar, al
entierro de su madre, para testimoniarle nuestro pesar,
reuniéndose un número importante de coronas con sus
correspondientes cintas, encargándose Miguel “El Naripa”
de ir quitando éstas de las coronas a las que estaba adheridas para por último entregárselas al “Lupi” y al padre
de éste. Entre toda la maraña de cintas por fin apareció
la nuestra, vamos, la que yo el día anterior le había encargado por teléfono al famoso borrachuzo del “Sevilla”. Cuando
la leímos no tuvimos más remedio que descojonarnos pues
el texto de la cinta de marras decía: “Coral Polifonía de
la Oliva”. Lo enigmático y pintoresco de todo esto es que
al día de hoy no sabemos si la factura de la corona y cinta
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sábado, 17 de septiembre de 2016, EL DÍA
www.eldia.es/laprensa
Revista semanal de EL DÍA. Segunda época, número 1.050
BALCÓN DE VENEZUELA
“Convive con tradiciones y ritos ancestrales que se mantienen vivos a pesar de los siglos. Ven a
Perú, donde las maravillas están a flor de piel, donde los cinco sentidos no son suficientes para
captarlo todo, donde detrás de cada cosa hay algo intacto y misterioso” (PROMPERÚ)
Perú, ante el avance del turismo mundial
DUPLICAR LA LLEGADA DE TURISTAS,
UNA ILUSIONANTE META DEL NUEVO GOBIERNO
Texto: Antonio Pedro Tejera Reyes
(del Grupo de Expertos
de la Organización Mundial
del Turismo. OMT)
S
on muchas las horas que hemos disfrutado tratando
del desarrollo del turismo en
Perú. En nuestra maestría
sobre Calidad TurísticaAmbiental Sostenible y Promoción de
la Paz, estudiada y puesta en escena
conjuntamente con la Universidad para
la Paz (UPAZ) de las Naciones Unidas
e impartida en las Islas Canarias del
año 1999 al 2012, los proyectos sobre
el turismo en esa nación fueron una
constante debido a la presencia de graduados en turismo peruanos, que aprovechaban la oportunidad de las becas
que ofrecíamos para adentrarse en el
análisis de las mas diversas regiones
de su país, aprovechando los conocimientos que se les aportaban y las
experiencias que vivían, en un territorio llamado a ser un laboratorio experimental del desarrollo turístico como
son las islas de referencia.
Desde la región montañosa de Los
Andes hasta las mas clásicas reliquias
históricas de sus ciudades y pueblos,
vieron desfilar sobre ellos las orientaciones y recomendaciones de la célebre Agenda 21, aprobada en la Cumbre de la Tierra, celebrado en Río de
Janeiro en 1992, para el desarrollo del
turismo en base a su sostenibilidad.
Presentes también los principios del
Código Ético Mundial para el Turismo,
de la Organización Mundial del Turismo,
en todo el entramado de esos sencillos pero profundos trabajos, presentados ante eminentes tratadistas del
turismo mundial, para obtener el diploma de su maestría, que tuvo el aval
de varias decenas de graduados técnicos en Turismo de varios países americanos participantes en todas estas
programaciones, con un total conocimiento de los temas.
Un sin fin de situaciones que llamaban a los análisis comparativos en
cada uno de los casos, así como a estudiar con detenimiento sus elementos
desde la óptica DAFO, con lo cual se
llegaban a conformar unas conclusiones
basadas en hechos reales que daban
una veracidad importante a los citados trabajos realizados, todos ellos con
Una bella estampa
de la bahía de
Paracas, un lugar que
conserva su limpia
imagen de puerto de
pescadores, con
todos los singulares
atributos necesarios
para ser un deseado
destino turístico.
muchas horas de estudio, y numerosos debates y discusiones sobre el tratamiento que debía aplicarse a cada
uno de los temas. Eran horas de estudios y de exposición donde imágenes
de la nación peruana eran examinadas con todo interés y detenimiento
por personajes venidos de otras tierras del mundo hispánico, recogiendo
enseñanzas y experiencias y buscándole
las fortalezas y debilidades para su desarrollo turístico y posibilidades reales
para ello.
De Cusco a Huancayo, pasando por
Iquitos y Paracas
“Turismo rural, alternativa de desarrollo y paz, para la comunidad en Perú.
El Valle Sagrado los incas” fue el significativo trabajo que desarrollo Joel
Ayarza, con señalado éxito y amplia
participación, ya que encajaba directamente en los principios de la mencionada maestría.
“Promoción del Nevado de Huaytapallana. Nueva alternativa de turismo
ecológico en Huancayo” fue otro de
los trabajos que generó un contexto
importante de opiniones por su singularidad y estratégica situación dentro de la geografía de la nación peruana.
Fue presentado por las graduadas peruanas Sheila Aguilar, Karen Iriarte y Giuliana Mesía, basando su proyecto en
conseguir aportar un producto nuevo
que despertase expectativas y tuviese
una buena acogida para beneficio de
toda un área especial del país.
Unidos a estos logros no podemos
obviar las referencias aportadas y discutidas en estas aulas sobre “la ciudad mágica de Perú”, la población de
Iquitos, bañada por el río mas largo
y caudaloso del mundo, el Amazonas,
y último puerto posible conectado con
el océano Atlántico, donde una ciudad de unos 500.000 habitantes nos
ofrece una clara visión de un componente social que se idealizó en la época
del “boom” del caucho, con emigrantes
de diversas partes del mundo.
Rodeada de una variada y rica biodiversidad, la ciudad de Iquitos es la
capital de la provincia de Maynas, la
más grande en extensión –128.000 kms.
cuadrados– de la Amazonia peruana,
equivalente a los territorios de Bélgica,
Holanda y Luxemburgo, por hacer una
simple comparación.
Como contrapunto a todo esta panorama, acercándonos al clásico turismo de sol y playa, no podemos, en
este breve espacio, olvidarnos de la
mención que hace algunas fechas publicaba el digital uruguayo ‘’IBT Punta
del Este’, sobre Paracas, un pequeño
balneario situado en la costa Sur del
Perú, en la provincia de Pisco, en el
departamento de Ica, aproximadamente
a 260 kms. de Lima, con una población de poco más de 4.000 habitantes, un lugar de clima agradable y
mayormente soleado, que posee
innumerables restaurantes de gastronomía local y marina, a base de pescados y mariscos. Dentro de sus lími-
tes se encuentra la Reserva Nacional
de Paracas, de cuyo enclave ofrece esta
publicación un amplio reportaje fotográfico, muy bien realizado y de alto
contenido para la promoción turística
del lugar:
“Lima, cargada de monumentales edificios históricos, museos, bellezas naturales, un litoral con espléndidas playas… sus espectaculares balcones son
estampas para el recuerdo que llenan
nuestra mente ahora… soñando con las
majestuosas vistas de sus históricos barrocos edificios iluminados en la noche
limeña, el insuperable sabor del pisco
sour, los “tiraditos” de salmón, o las
exquisitas especialidades culinarias que
usted podrá disfrutar en sus mejores
restaurantes que han logrado en Lima
eso tan importante en el campo del
turismo como es crear una identidad
propia donde se han sabido conjugar
los elementos decorativos y los funcionales
para crear y darle vida a sus espacios
con una alta calidad, que fueran el recuerdo inolvidable de una noche limeña.
El conjunto monumental de San Francisco, sus valores históricos y sus catacumbas, la Plaza de Armas, la catedral, sus palacios y balcones o el mercado de indios, todo placenteros recuerdos, que nos llevan hacia ese acertado
slogan de “el país de los seis sentidos”.
Era nuestra sincera apreciación, que
publicamos hace ahora algo mas de
una década, de una memorable visita
que hicimos a esa hermosa y pujante
ciudad.
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